COLEGIO JOSE FELIX RESTREPO J.M. AREA DE CIENCIAS SOCIALES GRADO 9º. UNIDAD NO. 1:LA ERA DE LAS GRANDES REVOLUCIONES DEL SIGLO XVIII Indicadores de Logros: 1-Identifica, la influencia que produjeron las revoluciones burguesas en el siglo XIX en las diferentes estructuras. 2-Analiza textos de lectura, noticias y los relaciona con el pasado-presente. La Ilustración El movimiento ideológico que dio al siglo XVIII el nombre de “siglo de las luces” o “siglo filosófico”, es conocido como Ilustración o Nuevas Ideas. Tiene sus antecedentes en el cambio de ideas que arranca al finalizar la Edad Media, con el Humanismo renacentista y la Reforma Protestante y se continúan con la revolución científica del siglo XVII. El centro de difusión de la Ilustración está en Europa Occidental, especialmente en Francia, seguida de Inglaterra, Alemania y Holanda. Pero tuvo una rápida expansión, pasando por encima de los límites nacionales y de las prohibiciones que sobre su difusión intentaron hacer algunos gobiernos. A través de libros, folletos y periódicos se conoció por toda Europa y llegó a América. Fue la base ideológica de las Revoluciones Liberales de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX (Revolución de las colonias inglesas en América del Norte, Revolución Francesa, Revolución de las colonias españolas de América) y su influencia se prolongó hacia los siglos XIX y XX a través del liberalismo. CARACTERÍSTICAS DE LA ILUSTRACIÓN Las características principales de la Ilustración son: 1) La negación de la autoridad y de la tradición como fuente de conocimiento. Se rechazan los prejuicios y las afirmaciones basadas solamente en la autoridad de quien las dice. Esto implicaba desconocer a la religión como fuente para obtener un conocimiento verdadero. Las opiniones del Papa o de los obispos o de los sacerdotes no tienen porque ser verdaderas, por lo tanto la Iglesia puede equivocarse. Los pensadores de la Ilustración están en contra de la superstición, los milagros, la intolerancia y la educación religiosa. Este pensamiento crítico hacia la autoridad religiosa desarrolló el deísmo: se mantenía la creencia en un dios creador del universo pero se rechazaba la iglesia, los dogmas y rituales de las religiones. También se desarrolló, pero en muy pocos casos, el ateísmo, es decir el rechazo a la idea de un dios creador y ordenador del mundo. 2) Desarrollo del espíritu crítico; siguiendo el pensamiento renacentista de Descartes, se pone en duda todo conocimiento y nada se da por cierto si no es demostrable. Consideran que la crítica y la duda permiten avanzar en el conocimiento que el hombre tiene del mundo que le rodea. La posibilidad de expresar dudas y criticar iba acompañada por la lucha por el derecho de expresarse libremente, algo difícil en las monarquías absolutas. A veces los autores disfrazaban sus críticas, sobretodo si eran criticas al régimen de gobierno o a las costumbres, mediante el relato de viajes imaginarios a lugares utópicos (por ejemplo “Los viajes de Gulliver” de Johnattan Swit o “Cándido” de Voltaire) 3) La razón es la guía superior del conocimiento; se rechaza la existencia de ideas innatas. Mediante el razonamiento el hombre puede descubrir las leyes que rigen el universo. Los pensadores del siglo XVIII, desarrollando las ideas de la Revolución Científica del siglo XVII, creen que el universo es como una máquina compuesta de piezas o partes que se ajustan entre ellas y funcionan de acuerdo a ciertas reglas (las leyes naturales). La tarea del investigador, del científico, es la de descubrir esas reglas mediante un método de investigación basado en la observación y la deducción. El pensador David Hume sostenía: “ Echad una mirada en torno al mundo; contemplad el todo y cada una de las partes; veréis que no es otra cosa sino una gran máquina, subdividida en un infinito número de máquinas más pequeñas que a su vez admiten subdivisiones hasta un grado que va más allá de los sentidos del hombre. Todas estas máquinas y hasta sus partes más pequeñas se ajustan entre sí con una precisión que asombra”. La Ilustración impulsó la investigación científica 4) Confianza en la ciencia y en el progreso. Los intelectuales del siglo XVIII observaron como se producían nuevos descubrimientos, se inventaban maquinas y se aumentaba la cantidad de conocimientos que el hombre tenía. Esto provocó un gran optimismo sobre las posibilidades que el hombre tenía de seguir avanzando en el conocimiento. Pero para ellos este conocimiento tenía que estar basado en reglas precisas y exactas (de la misma manera que el universo se regía por leyes naturales precisas). Esas reglas que había que seguir para obtener un conocimiento verdadero constituían un método científico. Como consecuencia tenemos que: a) sólo mediante el acatamiento a estas reglas se podía llegar a la verdad científica; b) existía una “verdad” fuera del hombre que este podía conocer si aplicaba bien un método de investigación. 5) Búsqueda de la felicidad; en el siglo XVIII existía la firme creencia de que el hombre tiene una tendencia natural a buscar la felicidad y la sociedad y el gobierno deben hacer todo lo posible para que así sea. Creían en un “derecho a la felicidad”. La felicidad se identifica con el placer y especialmente con el goce de lo material. La búsqueda del placer individual no es malo, por el contrario se considera positivo porque el deseo de algo que da placer mueve al hombre a conseguirlo y lo impulsa a trabajar, producir o investigar para conseguir satisfacer ese deseo y obtener placer. El filósofo inglés John Locke afirmaba: “ La inquietud que un hombre siente por la ausencia de una cosa que le daría placer es lo que llamamos deseo y la inquietud es el principal, por no decir el único, aguijón que excita a la creación y a la actividad de los hombres” La difusión de las ideas de la Ilustración. Los salones de la aristocracia, los cafés (una novedad del siglo), las sociedades de lectura, las academias científicas y las publicaciones, ya sea de libros o de periódicos, fueron los instrumentos a través de los cuales se difundieron las ideas de la Ilustración. Las gentes dedicadas a las letras tomaron la costumbre de reunirse para hablar. La costumbre de tomar café acababa de introducirse en Europa y en Francia desde los primeros años del reinado de Luis XV hubo lugares públicos llamados cafés en la ciudad de París. Allí los intelectuales se reunían a charlar y debatir rodeados de la concurrencia; cuando pronunciaban alguna frase que era ingeniosa era recogida por los presentes y difundida por toda la ciudad. También se hizo costumbre que algunos personajes importantes, generalmente nobles, recibieran a escritores y científicos en su casa, se servía una comida y luego se charlaba durante horas. Los escritores leían sus obras, se discutía sobre literatura, teatro, filosofía y hasta política. Las dueñas de casa se disputaban el honor de tener como invitados a los intelectuales más celebres del momento. En los "salones" de algunos nobles se difundieron las Nuevas Ideas En cuanto a las publicaciones, las nuevas ideas no fueron tan fáciles de difundir públicamente debido a la censura. Algunas críticas se empezaron a deslizar a través de novelas, relatos de viajes imaginarios, obras de teatro, etc. A veces se publicaban en folletines fáciles de ocultar, sin nombre del autor o con un nombre falso. El estado y la iglesia condenaban y quemaban las obras que consideraban “inconvenientes” y sus autores eran perseguidos y encarcelados. Una de las publicaciones más importantes del siglo XVIII fue la Enciclopedia cuyo verdadero nombre era “Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios”. Se trataba de una publicación periódica que abarcó 28 volúmenes entre los años 1751 y 1772. La obra fue dirigida por Diderot y D’Alembert y en ella escribían diversidad de autores (entre otros Voltaire, Rousseau, Condorcet, Turgot) sobre variados temas como lo indica el nombre. Los artículos respondían a distintas corrientes de pensamiento y reflejaban tanto las nuevas ideas como la antigua forma de pensar, evidenciando la tolerancia con que se realizaba la obra. La Enciclopedia fue el vehículo de expresión ideológica de una fracción importante de la burguesía francesa, la misma que después impulsó la revolución contra el Antiguo Régimen. La obra fue censurada y prohibida durante algún tiempo dentro de Francia. La Iglesia la condenó y la ubicó en su Index de obras prohibidas, mientras que los países más conservadores impidieron su ingreso. Los autores del siglo XVIII consideraban que la educación era una herramienta importante para la difusión de la nueva forma de pensar y exigían que se incorporara a la enseñanza los descubrimientos de las ciencias así como el uso de la observación y la experimentación. Criticaban la forma de enseñanza tradicional puramente libresca. Otra forma de difusión de las Nuevas Ideas fue a través de sociedades secretas como la masonería. Muchos de los defensores y difusores de la Ilustración pertenecían a logias masónicas que tenían como uno de sus objetivos desarrollar todas las actividades que mejoraran la condición humana. LAS NUEVAS IDEAS POLÍTICAS Los principales aportes de los pensadores de la Ilustración a las ideas políticas fueron sus críticas al absolutismo, la afirmación de que los hombres tienen derechos naturales que nadie les puede quitar (iusnaturalismo), la idea de que el gobierno surge de un acuerdo o contrato entre los hombres y que por lo tanto los gobiernos deben buscar la felicidad de esos hombres (contractualismo), la aceptación de la tolerancia y la libertad de expresión. Todas estas ideas que hoy en día parecen comunes y aceptadas, eran una novedad para el siglo XVIII. En ese momento la población estaba acostumbrada a obedecer a un monarca y nadie tenía derecho a ofrecerle resistencia. El rey mandaba, elegía funcionarios y dictaba leyes sin importar la opinión de los habitantes del país. No existían ciudadanos sino súbditos. Los súbditos podían ser detenidos y conservados en prisión indefinidamente. A la iglesia también había que obedecerla sin oposición. El clero decidía lo que los fieles debían creer y las costumbres que debían regir sus vidas. El que se abstenía de seguir la religión era perseguido. La iglesia tenía el apoyo del estado que usaba la fuerza para hacer cumplir lo que aquella ordenaba. Obligaba a asistir a los ritos, a comulgar, etc. El estado y la iglesia tenían una autoridad absoluta y se apoyaban mutuamente: el gobierno obligaba a los súbditos a obedecer los mandatos religiosos y perseguía a los herejes; la iglesia enseñaba a sus seguidores que debían obedecer al gobierno como representante de Dios. No obedecer a la iglesia era delito y no obedecer al rey era pecado. En Inglaterra fue donde se produjo un cambio en esta situación. En aquel país la iglesia se había dividido en varios grupos que luchaban entre sí para imponerse y el apoyo de los gobiernos a una u otra fue cambiando según quien gobernara. A mediados del siglo XVII se había ejecutado a un rey (Carlos I) y se había establecido una república (revolución de 1648). Luego cuando se volvió a la monarquía otro rey fue destronado por una revolución y el nuevo rey había sido limitado en sus funciones (revolución de 1688). En Inglaterra, y en algunas de sus colonias en América del Norte, se empezó a decir que el poder no pertenece al rey sino al pueblo y que el poder del gobierno no viene de Dios sino de los hombres que han hecho un acuerdo o contrato para crear el gobierno. También se empezó a decir que cada persona puede elegir la religión según su conciencia y que el estado no tiene que ocuparse de asuntos religiosos. Locke defendió el "derecho a la rebelión" contra los gobiernos tiránicos John Locke John Locke fue uno de los que se encargó de difundir algunas de estas ideas basadas en los hechos que se habían dado en la sociedad inglesa. En 1689 publicó “Tratado sobre el gobierno” donde expresaba: “El estado se basa en el consentimiento voluntario de los hombres que dan a los gobernantes el poder necesario para proteger sus vidas, su libertad, sus intereses y sus propiedades”. Para Locke los hombres habían vivido primitivamente en total libertad, sin reglas ni limites. Luego se reunieron para vivir en sociedad; al hacerlo se pusieron de acuerdo en que mantendrían sus derechos como la libertad y la propiedad. Para que cada hombre respetara el derecho de los demás y, por lo tanto, limitara su propio derecho, crearon el gobierno. Este fue creado entonces para garantizar los derechos de los hombres, si los viola pierde su razón de ser y el contrato entre el gobierno y los hombres se rompe, teniendo estos el derecho de rebelarse. El estado, por tanto, no tiene poder absoluto, su poder está limitado por los derechos de los ciudadanos. Locke no reclama que el gobierno este en manos de todo el pueblo; acepta la existencia de un monarca hereditario pero con su autoridad limitada a través de una asamblea o parlamento. En 1690 Locke publicó otra obra: “Cartas sobre la tolerancia” en la que sostiene que la iglesia es una sociedad voluntaria de hombres que se reúnen para hacer un culto en común, por lo tanto una iglesia es una asociación privada que no puede imponerse a otros. Por tanto el gobierno no debe imponer ninguna religión, sino tolerarlas a todas, aunque puede tener una religión oficial, como el anglicanismo en Inglaterra. Estas ideas se difundieron fuera de Inglaterra y llegaron a Francia donde algunos escritores las tomaron y comenzaron a criticar la situación política de este país. Para ellos los ocurrido en Inglaterra era un modelo a imitar. Entre los autores más destacados de este período se encuentran: el Barón de Montesquieu, Voltaire y Juan Jacobo Rousseau. Montesquieu proponía la división de poderes EL BARÓN DE MONTESQUIEU (1689-1755) Para este noble francés los cambios en la sociedad no son obra del azar, sino de causas perfectamente determinadas. Afirma que toda situación social lleva en sí, el germen de la situación siguiente. En su libro “El espíritu de las leyes” expresa que existe una causalidad social que está dada por las leyes que rigen todo lo existente. Las leyes creadas por los hombres deben ser armónicas con las leyes naturales que rigen la sociedad. Sin embargo no cree que exista un total determinismo y considera que las leyes humanas deben variar de un país a otro y adecuarse a las condiciones físicas, a las costumbres, religión, etc. En definitiva es el hombre el que debe legislar usando su razón para lograr las mejores normas. Según Montesquieu hay tres tipos de gobierno: a) el gobierno republicano que es aquel en el que todo el pueblo o una parte de él tiene el poder. Puede ser una república democrática si todos tienen el poder y para Montesquieu sólo puede darse en ciudades pequeñas donde todos los vecinos pueden reunirse en la plaza para decidir que hacer. O puede ser una república aristocrática cuando sólo algunos gobiernan. b) el gobierno monárquico donde gobierna uno sólo pero de acuerdo a leyes fundamentales que debe respetar. c) el gobierno despótico, donde uno sólo gobierna pero de acuerdo a su capricho, sin leyes ni reglas, y donde el que gobierna es obedecido por el temor que infunde. Para Montesquieu la mejor forma de gobierno, para su época, es la monárquica. Toma como modelo al gobierno inglés y sostiene que los poderes ejecutivo, legislativo y judicial deben estar separados y en equilibrio. VOLTAIRE (1694-1778) No fue un teórico y su obra es contradictoria; fue reconocido y admirado por sus contemporáneos y fue consejero de importantes personajes como la reina Catalina de Rusia y Federico II de Prusia. Voltaire criticó con humor a la sociedad Voltaire (cuyo verdadero nombre era François Marie Arouet) pertenecía a una rica familia y había recibido desde niño una esmerada educación. Muy joven fue encarcelado por pelear con un noble. Viajó a Inglaterra y a su regresó publicó “Las cartas filosóficas” en las que expresaba su admiración por el sistema de gobierno de aquel país. La autoridad francesa condenó el libro y ordenó quemarlo así como arrestar a su autor. Pero a pesar de esa admiración temprana por la monarquía limitada creía que una monarquía absoluta podía ser un buen gobierno sí los reyes escuchaban los consejos de los filósofos. Fue un precursor del despotismo ilustrado ya que consideraba que mediante la administración se podían corregir los males de la sociedad. Propone mantener el gobierno tal cual era haciendo algunas reformas como prohibición de detenciones arbitrarias, supresión de la tortura y de la pena de muerte, libertad de pensamiento, supresión de las aduanas interiores para permitir el libre comercio dentro de los países, mejorar el cobro de impuestos. Fue un severo crítico de las costumbres de su época y especialmente de la Iglesia. Anticlerical y deísta, consideraba que la Iglesia era el sustento de la superstición y el fanatismo. Alababa la libertad religiosa que había en Inglaterra, donde decía “...el hombre libre va al cielo por el camino que le conviene”. Era partidario de una religión natural, es decir de la creencia en dios o la providencia y en la inmortalidad del alma, pero sin ritos, ni dogmas, ni sacerdotes. No creía en la igualdad social y consideraba beneficioso la jerarquización de la sociedad en clases sociales. Consideraba conveniente no desarrollar la educación de las clases bajas. En un carta a un amigo decía: “...Me parece esencial que existan mendigos ignorantes, no es al peón a quien hay que instruir, sino al buen burgués, al habitante de las ciudades. Cuando el populacho se mete a razonar, todo está perdido...”. Nadie mejor que Voltaire expresa los deseos de la alta burguesía de su época. JUAN JACOBO ROUSSEAU (1712-1778) Rousseau desconfiaba de los gobiernos La vida y las ideas de Rousseau se diferencian claramente de otros de los filósofos de la Ilustración. De origen humilde y autodidacta en su educación, pudo encumbrarse en la fama gracias a su genio literario pero despreció la riqueza y la fama. Es el más radical de los pensadores del siglo XVIII y no comparte la fe en el progreso de la civilización que caracterizó a la Ilustración. Su principal obra fue “El contracto social” libro en el que expone sus ideas políticas. Para Rousseau el hombre nace libre en un estado de naturaleza, donde vive como un salvaje, pero es un salvaje feliz. Vive con independencia respeto a los demás hombres. Pero la necesidad de conservación obliga a los hombres a abandonar su independencia y libertad absoluta para unirse y vivir en sociedad. Se produce entonces el contrato social, o sea los hombres renuncian a su libertad total y obtienen una libertad convencional que se rige por las leyes. Los hombres viviendo en sociedad forman el soberano que es el que tiene que hacer esas leyes. Rousseau define a la soberanía como la voluntad general dirigida a obtener el bien común. Esa voluntad general se expresa a través de las normas creadas para permitir una mejor convivencia entre los hombres. Por lo tanto el soberano es el conjunto del pueblo y no el gobierno. La soberanía, o sea la voluntad general, la voluntad del pueblo, no se puede enajenar, ni se puede delegar en otros, por lo tanto no cree que el gobierno representativo sea adecuado: nadie puede representar al pueblo. La soberanía es indivisible, porque el interés del pueblo es uno sólo, por lo tanto Rousseau no está de acuerdo con la división de poderes. El poder ejecutivo lo que hace es aplicar la ley pero la ley sólo puede hacerla el soberano. Para Rousseau el rey y el parlamento al estilo inglés no representan al soberano. Los gobernantes son sólo “comisarios” del pueblo, o sea hacen una comisión en nombre de aquel. “Cuando un pueblo se da representantes deja de ser libre” sostiene. A diferencia del inglés Locke, considera que el gobierno no surge del contrato social ni es parte de él. El pueblo debe gobernarse a si mismo. El gobierno debe ejercerse directamente por los hombres, como se hacía en la antigüedad. Rousseau ve con nostalgia las comunidades rurales pequeñas donde los hombres se reunían bajo un árbol a decidir su organización. Pero para eso se necesitan estados pequeños que no sean más grandes que una aldea y hombres que no sean ambiciosos. Rousseau observa que esa no es la realidad. El progreso, la civilización, la ambición, el egoísmo, han corrompido al hombre. En procura de obtener dinero los hombres se ocupan de sus asuntos personales y se desinteresan de los asuntos públicos delegando la soberanía en otros. Sin embargo Rousseau no cree que se pueda volver a la época anterior al contrato social, al estado de naturaleza, del salvaje feliz. “No podemos quemar las bibliotecas y volver al bosque junto a los osos” señala. Por lo tanto se debe hacer un nuevo contrato o llegar a una forma de vida lo más parecida posible al período inmediatamente posterior al contrato. LAS NUEVAS IDEAS ECONÓMICAS En el transcurso del siglo XVIII algunos autores formularon nuevas ideas sobre la generación de la riqueza. Se destacan los franceses Quesnay y Gournay que pertenecían a la fisiocracia , y el inglés Adam Smith. LOS FISIÓCRATAS. La Fisiocracia es un mezcla de liberalismo económico y de despotismo ilustrado. Sus ideas giraban en torno a cuatro temas: la naturaleza, la libertad, la tierra y el despotismo legal. Los fisiócratas creían en las la existencia de leyes naturales que regían no sólo la naturaleza sino la sociedad y la economía. Sostenían que el hombre recibía de la naturaleza la propiedad exclusiva sobre su persona y también de las cosas que pudiera adquirir mediante su trabajo y esfuerzo. Para ellos la forma más autentica y representativa de la propiedad es la propiedad de la tierra; consideraban quela agricultura era la única actividad generadora de riquezas y por lo tanto los dueños de las tierra son los únicos que pueden enriquecer al país. Los fisiócratas son contrarios a toda reglamentación de la economía por parte del estado. Una reglamentación puede afectar el normal desarrollo de la leyes naturales; las leyes humanas sólo deben reconocer y expresar las leyes naturales. Su fórmula es “laissez faire, laissez passer” ( dejar hacer, dejar pasar). Eran partidarios de la monarquía absoluta, donde el rey tenía una autoridad superior y por encima de los intereses de los particulares. El rey debía regirse por las leyes naturales tratando de no entorpecer su cumplimiento inevitable. Quesnay se interesaba sobretodo por la agricultura y dio origen a la corriente de pensamiento que se llamó fisiocracia, o sea gobierno de la naturaleza. Para Quesnay la tierra era la única fuente de riqueza, porque el cultivo de la tierra produce todo aquello que puede desearse. Los agricultores son los únicos a quienes realmente puede llamarse productores; cuando él hablaba de agricultores no se refería a los trabajadores sino a los propietarios de las tierras. Estos no deben ser molestados por ninguna traba de parte del estado, quien no debe fijar precios a los productos agrícolas y debe dejar que los productos circulen libremente. Sostiene que no debe ponerse impuestos a la compra y venta de los productos de la tierra, sino al suelo. EL LIBERALISMO ECONÓMICO: ADAM SMITH Adam Smith (1723-1790) expresó en sus libros el ideal de una clase social y de un país en plena expansión: la burguesía inglesa. Smith conoció el pensamiento de los fisiócratas en un viaje realizado a Francia. Adhirió a sus ideas básicas, peró les dió mayor profundidad y rigor científico. Para los fisiócrats la fuente de riqueza era la agricultura. Para Adam Smith el que genera riqueza es el trabajo, sea aplicado a la agricultura o a la industria o la pesca, etc. En su principal obra escrita “La riqueza de las naciones”, dedica varios capitulos a analizar y describir la forma en que el trabajo es más eficiente y por lo tanto capaz de crear más riqueza. Consideraba que la división del trabajo y la especialización de cada uno en una tarea determinada aumentaba la eficiencia. Para los fisiócratas los agricultores constituyen la principal clase porque lo que ellos hacen es la única producción de cosas que permite el bienestar del resto de la sociedad. Para Smith en la sociedad hay diversas clases de productores que son interdependientes: el agricultor libera al artesano de la tarea de producir alimentos (el artesano se los compra), pero a su vez el artesano libera al agricultor de tener que fabricar herramientas, muebles o vestidos (el agricultor se los compra). Para Adam Smith existe un orden natural como también creían los fisiócratas, pero ese orden natural tiene una causa psicológica: los hombres buscan el placer, el bienestar personal y hacen todo aquello que los proporciona ese bienestar. Cuando el hombre actúa en la sociedad o con móviles económicos lo hace procurando su bienestar individual. La suma de los intereses particulares lleva a la existencia de un interés general y el bienestar individual lleva al bienestar colectivo. Por eso el gobierno debe abstenerse de dirigir la economía: debe dejar que los individuos se muevan por su cuenta, guiados por su interés personal. El estado sólo debe dedicarse a mantener el orden, hacer respetar las leyes, proteger la propiedad privada y facilitar la producción. Por lo tanto no se debe limitar ni poner trabas a las actividades privadas. Debe dejarse en libertad de acción a los agentes económicos (productores, consumidores, empresarios, trabajadores) para que compitan entre ellos tratando de obtener cada uno el mejor resultado para obtener bienestar. La libre competencia se regula por las leyes naturales como la de oferta y demanda: la oferta es la cantidad de bienes disponibles; la demanda la la suma de necesidades a cubrir. Cuando la demanda es mayor que la oferta aumenta la compra de productos, aumentan los precios; cuando hay más oferta que demanda se da el proceso contrario, hay mas interés en vender y los precios bajan. Estas ideas serán la base ideológica del liberalismo económico del siglo XIX y del neoliberalismo del siglo XX. (Publicado por Alberto Fernández ) EL DESARROLLO DE LAS CIENCIAS En el siglo XVIII no sólo se vio el triunfo de la razón; también como consecuencia de los cambios intelectuales se operaron grandes transformaciones en las ciencias físicas. Se hicieron progresos en la química. En 1774, José Priestly descubrió el oxígeno y en 1776 Cavendish el hidrógeno. Valioso fue el aporte de Antonio Lavoisier (1743-1749) quien enunció la ley de la conservación de la materia: “aunque una serie de acciones químicas pueden alterar el estado de la materia, no cambia su cantidad que sigue siendo la misma al final que al principio de cada operación, que pueda comprobarse con peso” El fundador de la geología fue JACOBO HULTON en su obra teoría de la tierra, presenta la hipótesis que, los procesos geológicos del pasado son iguales a los del presente. DESARROLLO DE LAS ARTES Las artes estuvieron durante este siglo dominadas por el Clasicismo. Los artistas y los escritores trataban de imitar a los modelos clásicos. Las artes que más se desarrollaron en la época de la revolución intelectual fueron la arquitectura y la pintura. En FRANCIA se generaliza el arte decorativo llamado rococó. El clasicismo en la literatura se inicio en el siglo XVII. Famosos fueron JUAN DE LA FONTAINE. En el siglo XVIII, el acontecimiento de más trascendencia fue el nacimiento de la música instrumental. JUAN SEBASTIÁN BACH, uno de los mas grandes genios de la música, revolucionó la técnica de la interpretación con instrumentos de teclado, JORGE HANDEL se dedico solo a la música religiosa su composición mas famosa fue el Mesías, FRANZ JOSEPH HAYDN (1732-1809), compositor de sinfonías y WOLFGANG AMADEUS MOZART (17561791), considerado el más grande genio musical del siglo XVIII IMPORTANCIA DE LA ILUSTRACIÓN La ilustración ejerció una poderosa influencia en el pensamiento filosófico y político durante el siglo XVIII. La idea de la ilustración contribuyó a romper la tiranía política y el poder del alto clero. Su ideal de la libertad religiosa fue una de las causas principales de la separación de la iglesia y el Estado. El mundo será testigo de la concreción de los ideales de la Ilustración y la Enciclopedia en dos grandes movimientos en ese mismo siglo: la independencia de las colonias inglesas y la Revolución Francesa. Ideales que tendrán una influencia determinante, a principios del siglo XIX, en la independencia de las colonias españolas en América. La independencia de las colonias inglesas A partir del siglo XVII y hasta mediados del siglo XVIII, a lo largo de la costa norteamericana del Atlántico se establecen trece colonias inglesas, agrupadas en; a) Colonias del norte: integradas por familias puritanas que huyen de Inglaterra en pos de las libertades religiosa y política. En 1630 se establecen los primeros puritanos en Plymouth, hoy Massachusetts. Estos colonos fundan posteriormente nuevas colonias en Rhode Island, Connecticut y Nueva Inglaterra. Gente trabajadora, de espíritu independiente, cultivan la tierra en pequeñas propiedades. Después desarrollan industrias y construyen ciudades como Boston. b) Colonias del sur: conformadas por hidalgos ingleses. Clima cálido, apto para los cultivos tropicales, permite la creación de grandes haciendas dedicadas al cultivo del tabaco, el algodón y el azúcar, trabajadas por esclavos negros traídos del África. Al principio, a estas colonias sureñas se les llamó Virginia. c) Colonias del centro: predominio del espíritu aristocrático del sur, mezclado con las tradiciones austeras características de las colonias norteñas. En el siglo XVII, la política económica desarrollada por Inglaterra favorece totalmente los intereses de la metrópoli. El establecimiento de actas y reglamentos fomenta la creación de monopolios: el Acta de Navegación deja en manos inglesas el transporte marítimo, las Actas de Comercio obligan a los colonos a la compraventa exclusiva de sus productos con la metrópoli, las Actas de Industria prohíben la explotación y producción de diferentes manufacturas en sus colonias e impedir la competencia con los fabricantes ingleses. Este sistema mercantilista afecta el proceso evolutivo de las colonias; las trabas en la organización económica y las ideas de la Ilustración originan la guerra de Independencia. Otro factor importante en el conflicto entre Inglaterra y sus colonias americanas es la guerra que traba esta nación con Francia. La nueva Francia (Canadá) y Virginia codician el valle de Ohio. Los franceses lo necesitan para pasar a su territorio de Louisiano, mientras que los ingleses no quieren obstáculos en su expansión al oeste. Las continuas guerras con Francia, sobre todo la llamada “guerra de los siete años” provocan que Inglaterra, en bancarrota, busque aumentar sus ingresos por medio del alza de impuestos ya establecidos en las aduanas coloniales y la imposición de otros. Los colonos cada día pagan más por la importación de productos como el café, los vinos de madera, el tabaco; al mismo tiempo, reciben la prohibición de importar directamente productos básicos, por ser comunes en su vida cotidiana, como el té. En 1774 se convoca el Primer Congreso Continental de Filadelfia. En él, las trece colonias redactan una declaración de derechos y la exigencia de derogar los impuestos y las prohibiciones al comercio. El Parlamento inglés rechaza estas reclamaciones. Un año después, en medio de disturbios y enfrentamientos más frecuentes entre las guarniciones inglesas y los colonos, se realiza el Segundo Congreso Continental de Filadelfia en el que se declara formalmente la guerra contra Inglaterra. En 1776, en el Tercer Congreso de Filadelfia una comisión encabezada por Thomás Jefferson redacta la Declaración de Independencia que servirá de modelo para los revolucionarios franceses una década después. En ella se establecen los principios con los que habían soñado los hombres de la Ilustración: El derecho natural de todos los hombres a la libertad y a la propiedad; y la igualdad de todos ante la ley. En la práctica, pasarán todavía muchos años para que sea abolida la esclavitud. Para asegurar estos derechos, los hombres pueden establecer gobiernos. Este concepto de soberanía popular se opone al de monarquía absoluta, donde el rey o soberano tienen el “derecho divino” de gobernar. El movimiento independiente, a pesar de su inferioridad ante el ejército inglés, cuenta con el apoyo decidido de Francia y la simpatía de otros países: Dinamarca, Holanda, Suecia, España, Rusia. En 1781, logra la victoria definitiva sobre las tropas inglesas que se rinden en Yorktown. La nueva nación: Estados Unidos de América se establece como una federación de Estados libres unidos en una república. En 1789, George Washington se convierte en su primer presidente. La ciudad que lleva su nombre se convierte en la nueva capital (sustituye a la ciudad de Filadelfia) al año siguiente. EMANCIPACIONES DE LAS COLONIAS HISPANAS EN AMERICA. Ya para 1815 se había creado la república de Argentina y meses después Bolívar desembarcaba en Venezuela. Las corrientes del nacionalismo también se hicieron sentir en América. No fue solamente la invasión napoleónica a España el motivo que impulso a los americanos a declararse en rebeldía contra el dominio europeo. Desde el siglo XVIII las corrientes intelectuales de la ilustración y las ideas emanadas de la Revolución Norteamericana y Francesa, animaron a las colonias hispanas. Las ideas se propagaron rápidamente, se escribe sobre los derechos de los indios, de los criollos y mestizos. La conciencia de sus derechos hace de los criollos el grupo de mayor sensibilidad frente a los problemas de la mala administración y de la explotación económica por parte de la corona. Surgen brotes de rebeldía en el Paraguay, Perú con la revuelta de Tupac Amarú y en Nueva Granada con la revolución de los Comuneros y el movimiento del 20 de Julio, todos estos movimientos preparan el camino a la independencia. Hubo varios dirigentes entre los cuales se destacaron figuras como Simón Bolívar, José de San Martín, José Gervasio Artigas, Manuel Belgrano, Miguel Hidalgo, José María Morales y otros que hicieron gala de su férrea voluntad para legarnos un mundo libre. En América del sur movimientos de independencia se organizaron en torno a los virreinatos de Nueva Granada y Río de la Plata. La independencia de América del Sur se logró gracias a la acción militar del general José de San Martín, Bernardo de O´Higgins, Simón Bolívar, José Antonio Páez y Antonio José de Sucre. MÉXICO: El movimiento revolucionario en México, fue diferentes al resto de América. Mientras que en América del Sur fue la clase alta la que se levanto en defensa de los intereses de Fernando VII, en nueva España (México), los indios, encabezados por el Cura Hidalgo quienes el 15 de septiembre con el “grito de dolores” se lanzaron a la revolución, llevando como bandera un estandarte de la Virgen de Guadalupe. Una verdadera muchedumbre de campesinos se le unía. Hidalgo en vez de aprovechar este triunfo y penetrar en la cuidad de México, retornó a Valladolid, fue derrotado finalmente por el brigadier Félix María Calleja. Hidalgo fue ejecutado en Chihuahua, en julio de 1811. Las campañas continuaron en diferentes puntos sin dominar un territorio definido. Fue una lucha en forma de guerrillas, de encuentros frecuentes y sorpresivos, hasta que fue declinando. En 1817 cuando el guerrillero español Francisco Javier de Mina, llegó a México y levantó un pequeño ejército que en repetidos ocasiones obtuvo algunas victorias. Al ser vencido solo uno que otro foco se mantenía en las montañas del sur, en esta forma finalizó la etapa revolucionaria en México. Podemos señalar al movimiento mexicano de carácter político ideológico el que motivo la independencia definitiva. El coronel Agustín de Iturbide ambicioso del poder aprovecho la circunstancia pactó con los rebeldes liberales para declarar la independencia. Vicente Guerrero Iturbide proclamaron en Iguala, el plan de las Tres Garantías, se satisfacían las aspiraciones de los tres bandos. La independencia de México influyó en la de Centro América, el 15 de septiembre de 1821 declararon la independencia de América Central, el 5 de enero de 1822, Guatemala, los países Centro Americanos acordaron formar la república Federal Centroamericana ( 1824) libertad para cada estado. Fue su primer presidente Manuel José Arce LA REVOLUCIÓN FRANCESA EL FIN DEL ANTIGUO REGIMEN En el siglo XVIII la sociedad seguía dividida en tres estados, pero pronto cambiaría LA REVOLUCIÓN FRANCESA El siglo XVIII termina con un acontecimiento que representa las tendencias de cambio que caracterizaron ese siglo: la Revolución Francesa. Esta revolución es parte de las llamadas Revoluciones Liberales como la revolución de las colonias inglesas de América del Norte (1776) y la revolución Hispanoamericana (1810-1825), que recogieron las ideas de la Ilustración y pusieron en práctica las ideas económicas y políticas de la burguesía. Por eso también se conocen como “revoluciones burguesas”. La revolución iniciada en Francia en 1789 es la más recordada de todas las revoluciones liberales porque: a) Provocó cambios profundos y con consecuencias perdurables. b) Su ejemplo y sus símbolos (como la bandera tricolor y la canción La Marsellesa) se extendió por el resto de Europa y sirvió como modelo para los movimientos revolucionarios del siglo XIX. Entre las causas de la Revolución Francesa podemos distinguir: 1) las profundas que se encuentran en la situación económica, social y política de Francia; 2) las causas inmediatas o desencadenantes que dieron inicio al proceso que se venía gestando desde hacía tiempo. LOS FACTORES PROFUNDOS DE LA REVOLUCIÓN SITUACIÓN ECONÓMICA La agricultura era la base de la economía francesa y se mantenía un antiguo sistema de trabajo de las tierras con grandes propiedades en manos de los nobles y muchos campesinos pobres que trabajaban para esos nobles (sistema de servidumbre). En años normales las cosechas apenas alcanzaban para alimentar a la población pero una sequía o demasiadas lluvias provocaban hambre. En algunas regiones se Francia se habían comenzado innovaciones, cercándose los campos comunales (trabajados en común por los campesinos sin tierras propias) y usando nuevas técnicas de cultivo. Se intentaba introducir una explotación económica más productiva pero la consecuencia fue que muchos campesinos se quedaron sin los campos comunales para sus animales y sin la leña de los bosque comunes. La industria se basaba en el trabajo artesanal limitado por los reglamentos de los gremios o corporaciones de artesanos. Los gremios dirigidos por los maestros artesanos limitaban la producción para evitar la competencia: había un número limitado de artesanos por ciudad y se fijaban los precios y la calidad de los productos. Los burgueses ricos que querían invertir en la producción industrial no podían hacerlo y reclamaban el fin de las corporaciones artesanales para poder invertir libremente su dinero. El comercio dentro de Francia estaba limitado por varios obstáculos: aduanas internas (se pagaban impuestos por pasar mercadería de una provincia a otra), peajes (que cobraban los nobles por pasar por sus tierras), los diferentes sistemas de pesas y medidas (que variaban de una región a otra) y la escasez de moneda. El sistema impositivo era injusto y privilegiaba a los nobles que no pagaban impuestos, al igual que el clero. La necesidad de dinero por parte del estado endeudado imponía un aumento de los impuestos a quienes ya los pagaban. Durante el gobierno de Luis XV se había intentado igualar el pago de impuestos pero los nobles se habían opuesto. La resoluciones del rey aprobando que los nobles también pagaran impuestos no fueron aceptadas por el Parlamento. Este no era, como en Inglaterra, un órgano legislativo, sino un tribunal de justicia que tenía la función de registrar las leyes hechas por el monarca. El Parlamento, integrado por nobles, se negó en varias ocasiones a registrar leyes que obligaban a los nobles a pagar impuestos. SITUACIÓN SOCIAL Al iniciarse la revolución Francia tenía unos 25 millones de habitantes con un importante crecimiento de población y muchos jóvenes. No debe descartarse que el impulso y entusiasmo de los jóvenes hayan desempeñado un papel estimulante en la revolución. El aumento de población no había sido acompañado por un aumento en las oportunidades de empleo. Además, después de la pérdida de colonias que Francia tuvo en 1763, se había reducido la posibilidad de enviar emigrantes hacia las colonias. La población joven, sin trabajo y sin posibilidades de emigrar fue sin duda una de las causas de la revolución. Los tres estados La población estaba dividida legalmente en tres estamentos o estados: el clero, la nobleza y el tercer estado. El clero representaba un papel importante en una época donde la religión tenía tanta influencia social. El clero tenía su propia organización administrativa, sus tribunales de justicia y sus propios recursos económicos (era propietario de una décima parte de las tierras). Tenía el monopolio de la enseñanza y una enorme influencia en el pensamiento y comportamiento de los campesinos. Dentro del clero había profundas diferencias de fortuna, origen social y modo de vida. El alto clero estaba formado por las jerarquías religiosas, sus integrantes eran nobles y poseían bienes. El bajo clero provenía del tercer estado, tenía escasos recursos y compartía los problemas e inquietudes de los sectores no privilegiados. La nobleza podemos dividirla en dos. La nobleza de sangre o de espada era la tradicional, la que se enorgullecía de tener varias generaciones de antepasados nobles. Una parte considerable de ella residía en el Palacio de Versalles formando parte de la corte que rodeaba al rey (la nobleza cortesana). Otra parte de la nobleza tradicional vivía en el campo, en sus tierras; unos eran grandes propietarios que vivían del trabajo de los campesinos, otros eran nobles empobrecidos que sostenían penosamente las apariencias de su pasada grandeza. La nobleza de toga estaba formada por aquellos que habían comprado su título de noble junto con un cargo administrativo en el estado. El estado francés necesitado de dinero vendía cargos que eran comprados por los burgueses ricos que querían ennoblecerse. Los nobles deseaban someter al rey a sus deseos y mantener sus privilegios. Estos privilegios eran muchos: honoríficos (portar armas, un lugar reservado en la iglesia, escudo familiar, etc), fiscales (no pagaban impuestos y los podían cobrar), sociales y políticos (ocupar cargos de oficiales en el ejército, diplomáticos, altos cargos judiciales). La mayoría de la población francesa pertenecía al tercer estado. Dentro de este había situaciones muy distintas con grandes diferencias económicas, modo de vida, educación, etc. Dentro del tercer estado estaban los burgueses ricos, los artesanos, los trabajadores de la ciudad, los campesinos con tierras, los campesinos pobres y los siervos entre otros. La burguesía la integraban financistas (banqueros, recaudadores de impuestos, especuladores), comerciantes, profesionales y maestros artesanos. Había diferencias entre la alta burguesía y los comerciantes minoristas y los artesanos que formaban la mayoría de este sector y a quienes se llamaba “el pueblo”. Todos los sectores de la burguesía coincidían en reclamar la abolición de los privilegios de los nobles y del clero, obtener mayor libertad comercial eliminando las aduanas interiores; se oponían a que los nobles siguieran cobrando peajes y obstaculizando el comercio. La intelectualidad burguesa quería mayor libertad para investigar y expresarse. Sans-culottes Pero las diferencias económicas de los diversos sectores de la burguesía les creaba intereses distintos y les impedía aparecer como una fuerza única. Por ejemplo los grandes comerciantes dedicados a la importación y exportación querían libre comercio con otros países mientras que los industriales se veían perjudicados si ingresaban productos manufacturados extranjeros. Otro sector del tercer estado eran los trabajadores urbanos, las clases bajas de las ciudades, empleados que vivían de un salario escaso y que no tenían seguridad de mantener su empleo. Eran conocidos como “sansculottes” (sin culotes) ya que usaban pantalones y no el “culote” o calza como los sectores adinerados. Sus dificultades, sobretodo si había desempleo, los convertía en una masa furiosa y violenta, que tendrá un protagonismo importante durante la revolución. También formaban parte del tercer estado los campesinos, que constituían el 85% de la población. También entre ellos había grandes diferencias, pues, mientras unos tenían grandes plantaciones, otros tenían pequeños campos, otros eran arrendatarios (alquilaban los campos de otros) y, finalmente, estaban los jornaleros que trabajaban para otros. Aún había siervos que estaban obligados a trabajar para los nobles. Nueve de cada diez familias campesinas no poseían tierras suficientes para mantenerse y debían trabajar como jornaleros para propietarios más grandes. Si se endeudaban y no podían pagar, perdían sus tierras y terminaban como mendigos o bandidos. La vida de la mayoría de los campesinos era penosa y sin comodidades. La mayor parte de los impuestos recaían sobre los campesinos: pagaban los impuestos al estado (talla, vigésimos, gabela, capitación), a la iglesia (diezmos), y a los nobles (los derechos señoriales como uso del molino, horno y bodega del noble, arreglar caminos y construcciones del noble, etc). Los nobles que se empobrecían por su falta de inversión o su incapacidad, presionaban cada vez más a los campesinos para obtener ganancias. SITUACIÓN POLÍTICA Luis XVI Francia era gobernada por un régimen de monarquía de derecho divino. El rey hacía la ley, la aplicaba y tenía el poder de juzgar. Teóricamente su poder era absoluto, pero en la práctica el poder efectivo del monarca estaba disminuido por las condiciones personales del rey. Luis XVI era débil, tímido, impopular y estaba bajo la influencia de su esposa maría Antonieta, frívola y alejada de la realidad francesa. Se cuenta que cuando Luis asumió el cargo, con veinte años de edad, expresó “Dios mío protégenos, somos demasiado jóvenes para gobernar”. Durante su reinado no mostró mucho interés ni capacidad para la política, prefiriendo dedicarse a la caza y a las actividades manuales. La organización del estado francés era caótica superponiéndose los poderes y las funciones de diversos organismos. La administración de las provincias se regía por diferentes normas y los límites entre las jurisdicciones administrativas, judiciales militares no coincidían. Había distintas leyes según la región. Muchos funcionarios habían comprado sus cargos (por ejemplo jueces) y no estaban capacitados pata ejercerlos o los usaban para su provecho personal. Otra causa de la revolución fue la influencia de la Ilustración. Francia era el foco de difusión de las nuevas ideas del siglo XVIII. La crítica implacable al absolutismo y al clero, la búsqueda de libertad política y económica tan ansiada por la burguesía, la difusión del deísmo, el reclamo de igualdad ante la ley poniendo fin a los privilegios, fueron difundiéndose entre la población, o al menos entre sus sectores más educados. Los cafés, los salones donde importantes personajes de la sociedad recibían a los intelectuales y las publicaciones, fueron creando una mentalidad partidaria de los cambios. CAUSAS DESENCADENANTES DE LA REVOLUCIÓN La reina Maria Antonieta, su origen austríacoy su frivolidad la hicieron poco amada por los franceses En la década de 1780 se fueron desarrollando acontecimientos que perjudicaron a muchos sectores de la sociedad francesa. En 1785 se produjo una sequía que perjudicó la cosecha de trigo aumentando el precio de la harina y del pan, principal alimento de la mayoría de la población. Muchos franceses creían que el aumento del precio de la harina no sólo era por la escasez de trigo provocada por la sequía sino por que los molineros lo escondían para hacer aumentar su precio y tener más ganancias. Los más pobres atacaban a los molineros e incluso asaltaban las panaderías para llevarse el pan. Por otro lado la sequía provocó un aumento de la producción de uva creando una gran oferta de vinos. Esto causó la caída del precio del vino que era uno de los productos vendidos por los propietarios de tierras. Los medianos y pequeños propietarios, al ver la caída del precio del vino, disminuyeron sus compras arruinando a los artesanos y comerciantes. Otro hecho que generó problemas económicos fue el acuerdo de libre comercio con Inglaterra en 1786. Este acuerdo permitió el ingreso de mercadería industrial inglesa en territorio francés; los productos franceses no podían competir con los ingleses que eran más baratos. Esto provocó la ruina de los artesanos. La principal causa desencadenante fue el déficit del estado. La Hacienda Real, es decir la cantidad de dinero disponible por el gobierno, tenía un déficit permanente: los gastos superaban a los ingresos en un 20%. Los gastos en las guerras y en la Corte de Versalles habían generado una deuda que ya era considerable en el gobierno de Luis XV. La participación de Francia en la guerra de las colonias inglesas de América del Norte contra Inglaterra, generó más gastos, sin obtener nada a cambio. Para solucionar el déficit varios ministros intentaron sin éxito llevar adelante reformas impositivas. Siempre sucedía lo mismo: los sectores privilegiados se oponían y los ministros tenían que renunciar. Uno de ellos, Necker, al renunciar publicó los gastos de la corte de Versalles, donde los nobles se divertían en fiestas y bailes que pagaba el estado. En los sectores populares creció el descontento al comparar sus penurias con la vida fastuosa de los cortesanos que era mantenida con los impuestos que ellos pagaban. Otro de los ministros, Calonne, que también consideraba necesario reformar impuestos y que los nobles pagaran una subvención territorial (es decir un impuesto a la tierra), le propuso a Luis XVI que convocara una “asamblea de notables” para decidir que medidas tomar. Esta asamblea fue convocada en febrero de 1787 designando el rey a sus integrantes, todos ellos nobles o integrantes del alto clero. Esta asamblea se opuso a la reforma impositiva y Calonne renunció. El nuevo ministro, Brienne, intentó una nueva reforma impositiva que también fue rechazada. El rey disolvió la asamblea y decidió imponer impuestos que también los nobles pagarían. El Parlamento de la ciudad de París, que debía registrar la ley para que esta se cumpliera, se negó a registrarla. Se trataba de una rebelión de los nobles contra una decisión del rey. Y aunque el registro de la ley era un simple acto administrativo, trababa la reforma impositiva. Luis XVI suspendió al Parlamento de París y desterró a sus integrantes. Los parlamentos de las provincias reaccionaron promoviendo una protesta en el interior de Francia. El rey dejó de lado la reforma impositiva, perdonó a los desterrados y decidió pedir un nuevo préstamo. Para sentirse más respaldado decidió convocar a los Estados Generales. EL INICIO DE LA REVOLUCIÓN Los Estados Generales eran una asamblea integrada por representantes de los tres estados o estamentos: clero, nobleza y tercer estado. Representaban la opinión de toda la sociedad, pero desde 1614 no se reunían. Ni Luis XIV ni Luis XV los habían convocado porque ellos eran reyes absolutos y no querían los consejos de esa asamblea. Luis XVI los convocó para resolver el problema del déficit sin saber que estaba desencadenando un proceso que no podría dominar. Se hicieron elecciones en toda Francia para elegir a los representantes de los tres estados. La nobleza eligió preferentemente representantes que fueran defensores de la tradición y los privilegios, pero también fueron elegidos algunos nobles liberales, es decir nobles que habían recibido influencia de las Nuevas ideas y eran partidarios de hacer reformas. La mayoría de los representantes del clero pertenecían al alto clero, pero también había representantes del bajo clero que tenían afinidad con el tercer estado. En el tercer estado los burgueses obtuvieron todos los cargos; no había campesinos ni trabajadores urbanos electos. Pero los integrantes de la burguesía, especialmente los intelectuales, entendía que ellos representaban a todo el tercer estado y hablaban en nombre del “pueblo”. Al hacerse las elecciones se redactaron los reclamos que los representantes harán en los Estados Generales. Estos reclamos se conocen como “los cuadernos de quejas”. Cada ciudad, cada aldea, tenía sus propios reclamos, pero hay algunos que se repiten: limitar el poder del rey para evitar abusos, reformar el sistema administrativo y judicial, suprimir los privilegios, igualdad ante la ley, abolición de los impuestos de los nobles y del clero. El tercer estado había obtenido del rey la posibilidad de tener el doble de representantes que los otros dos estados. Esto se debía a que claramente la mayoría de la población francesa, más del 90%, pertenecían al tercer estado. Si el número de representantes fuera proporcional a la población deberían tener muchos más, pero tener el doble ya era algo. A la nobleza y al clero no los inquietaba que el tercer estado tuviera el doble de representantes porque los estados se reunían por separado para discutir y resolver. Como los nobles y el clero coincidían en muchas cosas, por ejemplo mantener sus privilegios, triunfarán sobre cualquier propuesta reformista del tercer estado. El 5 de mayo de 1789 se realizó en Versalles la sesión inaugural de los estados Generales. Luego de que el rey declarara abierta la asamblea se procedió a verificar los poderes de los representantes para verificar que habían sido correctamente elegidos. Los nobles y el clero se dispusieron a hacerlo como se había hecho en los antiguos Estados Generales, o sea cada estado por separado. El tercer estado expresó que debía hacerse en conjunto. Parecía una cuestión de simple procedimiento pero en realidad lo que quería el tercer estado era que todas las reuniones se hicieran con los representantes de los tres estados juntos y que el voto se hiciera por cabeza o representante, de esa manera sumando el doble número de representantes que tenía, más el posible apoyo de los nobles liberales y el bajo clero, obtendría la mayoría de votos para que se aprobaran sus propuestas. Juramento del frontón Por varios días se prolongó la discusión sobre si se reunían juntos o separados los tres estados y finalmente los representantes del tercer estado invitaron a los demás representantes a sesionar juntos y constituirse en una Asamblea Nacional. Se trataba de un acto revolucionario, porque iba en contra de la tradición y modificaba el motivo de la convocatoria. El 20 de mayo Luis XVI ordenó cerrar la sala de sesiones para impedir que el tercer estado formara esa Asamblea Nacional. Entonces los representantes del tercer estado cruzaron a un local cercano que se usaba como cancha de pelota o frontón y juraron mantenerse unidos hasta lograr cambios en Francia. Este episodio es conocido como el “juramento del frontón o de la cancha de pelota”. La toma de la Bastilla: el pueblo salió a la calle y tomó las armas El 23 de mayo el rey convocó a los tres estados y amenazó a quienes intentaban alterar el orden y dispuso el desalojo de la sala. Los representantes del tercer estado no se retiraron. Algunos representantes de la nobleza y del clero se les unieron y de hecho comenzaron a funcionar como Asamblea Nacional Constituyente. La transformación de los Estados Generales en Asamblea Constituyente significaba una revolución pacífica dirigida por la burguesía ante el estupor de los nobles y las vacilaciones del rey. Pero la Asamblea no podía considerarse segura porque el rey disponía de la fuerza militar y los nobles no estaban dispuestos a perder el dominio de la situación. La intervención del pueblo, y especialmente del pueblo de París, aseguró el triunfo de la revolución. El aumento del precio del pan había creado una inquietud colectiva que podía desembocar en un estallido de violencia ante el más pequeño incidente. Y eso ocurrió el 14 de julio de 1789. Al difundirse el rumor de que el rey utilizaría al ejército para disolver a la Asamblea, la población de París se lanzó a la calle en procura de armas. Como alguien recordó que en la fortaleza conocida como La Bastilla se guardaba pólvora, se dirigieron hacia ella y la tomaron a la fuerza. Si la formación de la Asamblea fue una revolución pacífica y burguesa, la toma de La Bastilla le dio un carácter violento y popular a la revolución. Luis XVI aceptó los hechos: hizo retirar al ejército concentrado en Versalles y designó ministro de Hacienda a Necker quien se había ganado la popularidad al publicar los gastos de la corte. El rey se presentó en Paris donde el alcalde de la ciudad le entregó una escarapela tricolor (blanco, color de la monarquía, rojo y azul, los colores de la ciudad de París) simbolizando la alianza del rey y el pueblo. La Asamblea nacional creó su propio ejército, la Guardia Nacional, y designó a Lafayette, noble liberal que había participado en la revolución de los norteamericanos contra Inglaterra, como su jefe. En el campo los campesinos dejaron de pagar impuestos, en algunos lugares asaltaron los castillos y cometieron actos de violencia contra los nobles. Un odio acumulado tras muchos años de humillaciones explotó en forma violenta y espontánea. La revolución estaba en marcha. EL INTERES DE LOS DIVERSOS SECTORES SOCIALES Al comenzar la revolución los sectores que participan en ella tienen algunos intereses en común, pero también tienen intereses propios. Los nobles liberales querían lograr algunos cambios aplicando las nuevas ideas (sobretodo de Montesquieu y los fisiócratas), manteniendo la monarquía pero limitada como era en Inglaterra. El interés de la alta burguesía coincidía con la nobleza liberal en la monarquía limitada y elegir un parlamento mediante el voto censatario (sólo votaban los que tenían más dinero). Querían gobernar para imponer cambios económicos que le permitieran invertir libremente en el comercio y la industria. La media y baja burguesía reclamaban mayores cambios, querían la libertad de comercio dentro de Francia pero se oponía a abrir las fronteras a los productos ingleses. Querían la igualdad de derechos y aspiraban a una monarquía parlamentaria, donde ellos también podrían votar e incluso, algunos, querían una república. Los campesinos ricos querían que se eliminaran los privilegios de la nobleza y el clero y que se eliminaran las aduanas internas; en esto coincidían con los burgueses. Pero políticamente eran conservadores y partidarios de mantener los poderes del rey. Los campesinos pobres querían tierras y no pasar hambre. Como los pobres de la ciudad carecían de educación y estaban ajenos a las ideas políticas. Estaban muy influenciados por la iglesia católica y eran monárquicos. En el desarrollo de la revolución, en varios lugares de Francia, actuaron como antirrevolucionarios. Los sansculottes, los trabajadores de la ciudad y los sectores marginados tenían como principal interés no pasar hambre. Eran una fuerza impresionante y por eso los grupos políticos creados durante la revolución intentarán ganar su apoyo manipulándolos. La desesperación los llevaba a radicalizarse y actuar violentamente. ETAPAS DE LA REVOLUCIÓN La Revolución Francesa es un acontecimiento histórico muy complejo. Se inició dirigida por ciertos sectores sociales con determinados objetivos pero luego otros sectores se impusieron y también impusieron sus objetivos. Además del antagonismo entre los sectores antirrevolucionarios (monarca, nobles, alto clero) y los sectores revolucionarios, hay enfrentamiento dentro de los propios revolucionarios. De acuerdo a quienes dirigen la revolución y su obra podemos marcar etapas en ella. ETAPA DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE (1789-1791) En esta primera etapa Francia queda organizada de hecho como una monarquía parlamentaria: se mantuvo al rey Luis XVI pero este tuvo que aceptar a la fuerza la existencia de la Asamblea Constituyente, que tenía dos funciones: hacer una constitución y hacer las leyes.. En esta etapa la revolución es dirigida por nobles liberales como Lafayette y Mirabeau y la alta burguesía. Luego de la toma de la Bastilla los nobles intentaron una contrarrevolución, pero los sectores populares de parís se movilizaron para impedir cualquier intento de volver atrás. Una manifestación de mujeres se dirigió a Versalles reclamando por el precio del pan y para que el rey aceptara de la Declaración de Derechos aprobada por la Asamblea. El rey fue obligado a abandonar Versalles y establecerse en el palacio de las Tullerías en París. Muchos nobles comenzaron a irse a países vecinos donde buscaron ayuda de los monarcas para terminar con la revolución. Dentro de la Asamblea Constituyente se notan divisiones entre los revolucionarios. Por un lado los que no querían hacer demasiados cambios y querían que el rey conservara parte de su poder y que se sentaron en la parte derecha de la sala donde funcionaba la asamblea. Por otro lado los que quería cambios más profundos y querían limitar más al re y que se sentaban a la izquierda. De ahí provienen los nombres de “derecha” e “izquierda” que hasta hoy se usan en política. Fuera de la asamblea se organizaron clubes donde se discutían las medidas a tomar, se distribuían volantes, se editaban periódicos y había un clima de agitación permanente. El rey, que esta en acuerdo con los nobles emigrados y los monarcas extranjeros para terminar con la revolución, intentó huir con su familia, pero fue descubierto y llevado de nuevo a París. Se le mantuvo en el cargo pero aumentó la desconfianza de los revolucionarios hacia él. La Asamblea redactó y aprobó una constitución que al entrar en vigencia establecía la monarquía parlamentaria como forma de gobierno. El poder ejecutivo quedaba en manos del rey y el legislativo en manos de la Asamblea Legislativa. ETAPA DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA (1791-1792) Robespierre, llamado "el incorruptible" En esta etapa los nobles desaparecen de la vida política. Los contrarrevolucionarios lograron su objetivo de obtener apoyo extranjero y varias monarquías declararon la guerra a Francia. En realidad no peleaban contra el rey de Francia sino contra el gobierno revolucionario. Tenían miedo que la población de sus países imitara lo que estaba pasando en Francia. Para los monarcas absolutistas la revolución francesa se convierte en un problema europeo y para los franceses la revolución se transformó en un problema de independencia nacional. Para algunos dirigentes revolucionarios la guerra con otros países podía servir para crear un clima de patriotismo que uniera a todos detrás del gobierno. Incluso algunos tenían la ilusión que la guerra permitiera extender la revolución al resto de Europa terminando con el absolutismo. Sólo un sector minoritario dirigido por Maximiliano Robespierre se oponía a la guerra señalando que el rey y los oficiales del ejército estaban esperando el momento para traicionar a la revolución. Y si se producía una victoria militar esto prestigiaría a los militares y Francia podía ser arrastrada a una dictadura militar. Mientras en París se temía la invasión de Austria y Prusia y la población se alistaba voluntariamente para pelear, Luis XVI mantenía correspondencia con los reyes de esos países alentando la invasión. La izquierda reclamaba la abolición de la monarquía, mientras la derecha, temerosa de una rebelión popular que los desplazara del poder se acercó a el rey. El 10 de agosto de 1792 estalló una rebelión popular en París, se desconocieron las autoridades y se creó una Comuna para el gobierno de la ciudad. Los más furiosos asaltaron el palacio del rey y este buscó la protección de la Asamblea a la que tanto odiaba, pero dadas las circunstancias, era su única salvación. Pero la situación había cambiado. La Asamblea Legislativa decidió suspender al rey y encarcelarlo y convocar una Convención para decidir el futuro gobierno de Francia. ETAPA DE LA CONVENCIÓN (1792-1795) Con la suspensión y encarcelación del rey Francia quedó organizada como una república. Una de las primeras decisiones de la Convención fue proclamar, el 21 de setiembre de 1792, la abolición de la monarquía y la creación de la república. El rey fue sometido a juicio y encontrado culpable de traición por lo que ejecutado. La Convención tenía que hacer una nueva constitución y redactar leyes; las funciones ejecutivas del gobierno quedaron a cargo de comités designados por la Convención. En realidad quienes gobernaban eran aquellos sectores que podían movilizar a la población en su apoyo. Durante esta etapa hay dos grupos que van a predominar y a enfrentarse entre sí. Los moderados, conocidos como girondinos o brissotinos (por el nombre de su líder Brissot), partidarios de mantener el orden y la libertad económica, eran respaldados por poderosos comerciantes. Los montañeses (se sentaban en la parte alta de la convención, llamada “la montaña”), dentro de los cuales se encontraban los jacobinos, grupo dirigido por Robespierre, que planteaba cambios económicos que favorecieran a los sectores populares. Ejecución en la guillotina Los jacobinos, con el apoyo de los sansculottes de París, vana controlar el gobierno entre junio de 1793 y julio de 1794. Van a aplicar medidas drásticas como la expropiación de las tierras de los nobles emigrados para vendérselas a los campesinos y controlar la compra y venta de trigo para evitar el aumento del precio del pan, así como la asistencia del estado a viudas y ancianos. Pero a los jacobinos le era difícil controlar la situación por que en las provincias había rebeliones que debilitaban la unidad del gobierno. Además se mantenía la guerra contra los otros países y se temía la traición de los moderados. El asesinato del jacobino Marat por parte de la girondina Carlota Corday exaltó los ánimos y los jacobinos recurrieron a medidas muy severas. Comenzó así el período conocido como “el terror” donde los sospechosos de estar en contra de la revolución eran arrestados y ejecutados en la guillotina. En tres meses que Robespierre y sus seguidores controlaron la situación, miles de nobles, clérigos e incluso revolucionarios fueron ejecutados. Además la población enardecida asaltaba las cárceles y mataba a los detenidos. Usando el terror los jacobinos lograron imponerse y Francia derrotó a las potencias extranjeras. Pero la oposición a Robespierre y los jacobinos creció rápidamente por diversas causas: el cansancio frente a la situación de tensión y peligro creado por el terror, la preocupación de sectores de la burguesía temerosos por las medidas económicas que podían perjudicarlos, las disputas internas entre los sectores radicales, las acusaciones contra Robespierre de tomar medidas dictatoriales. El 27 de julio de 1794 (día 9 del mes de termidor, según el nuevo calendario aprobado por la Convención), la propia Convención arrestó a Robespierre y otros dirigentes jacobinos y al día siguiente los ejecutó. Con este acontecimiento, conocido como la reacción termidoriana terminaba el período más radical de la revolución. Los girondinos controlaron la situación, o sea los sectores de la alta burguesía se impusieron y persiguieron a los radicales. La Convención creó un poder ejecutivo integrado por 5 personas: el Directorio. ETAPA DEL DIRECTORIO (1795-1799) En este período fueron derogadas varias leyes aprobadas por los jacobinos, se restableció la libertad de comercio sin intervención del estado, provocando un aumento de precios. Para evitar las revueltas de la población las organizaciones populares fueron disueltas y clausurado el Club de los Jacobinos. La alta burguesía respaldaba al Directorio para que este mantuviera el orden. Los integrantes del Directorio no eran muy queridos por la población y había rumores de corrupción económica. El contraste de la miseria popular con el lujo y ostentación de las minorías enriquecidas por la revolución (en base a la especulación con los precios y los negocios con fraudes) aumentó el malestar social. Hubo intentos de levantamientos populares que fueron aplastados por el ejército. También hubo intentos de los monárquicos que querían aprovechar el descontento de la población para volver a instalar el antiguo régimen. Los militares adquirieron cada vez mayor importancia. A ellos recurría el gobierno cada vez que debía hacer frente a una situación crítica, como los levantamientos populares. Entre esos militares, que habían hecho carrera rápida durante la revolución ya que los oficiales que había antes eran nobles que se habían ido, se encontraba el joven general Napoleón Bonaparte. Este se había hecho conocido gracias a sus rápidas y brillantes campañas militares. Había asegurado el gobierno revolucionario derrotando a Austria y Prusia y había salvado al Directorio del complot de los monárquicos. Fue Napoleón Bonaparte quien puso fin al Directorio al tomar el gobierno el 9 de noviembre de 1799. ETAPA DEL CONSULADO (1799-1804) Napoleón Bonaparte, una rápida carrera de militar victorioso a gobernante Tras el golpe de estado de Napoleón Bonaparte, se cambió la constitución y el poder ejecutivo quedó en manos de un Consulado, organismo integrado por tres personas; Bonaparte fue designado primer Cónsul, o sea que presidía ese órgano de gobierno. La burguesía lo necesitaba para establecer el orden que el desprestigiado Directorio ya no mantenía. Creó el Banco de Francia para impulsar la industria y el comercio; emitió papel moneda sobre bases firmes, estabilizando la situación monetaria. Restableció el liberalismo económico protegiendo a la iniciativa privada, como quería la alta burguesía. Creó carreteras, se abrieron canales y se construyeron puertos y grandes obras que dieron trabajo a los desempleados. Su prestigio fue en aumento y en 1802 se hizo designar Cónsul vitalicio. Era el paso previo para proclamarse emperador, lo que hizo dos años después, en 1804. De esta manera Francia regresaba a la monarquía pero no era la misma que había antes de la revolución. Económica y socialmente muchas cosas habían cambiado y el Antiguo Régimen estaba muerto. LA OBRA DE LA REVOLUCIÓN Durante las dos primeras etapas de la revolución se aprobaron medidas muy importantes como estas: 1-Abolición del feudalismo. Se suprimieron los servicios de tipo personal que los campesinos debían hacer para los nobles (trabajar sus tierras, hacer caminos, etc). También se abolieron los impuestos feudales que los campesinos pagaban a los nobles, pero debían pagar una indemnización porque los nobles se sentían perjudicados económicamente. Recién en la Convención se eliminó esa indemnización. 2-Declaración de derechos del hombre y del ciudadano. Se reconocían los derechos naturales como el derecho a la libertad, la seguridad, la igualdad ante la ley, la propiedad de los bienes y la resistencia a la opresión. La declaración definía a la libertad como “poder hacer todo aquello que no perjudique a otro”. Con respeto a la igualdad se declaraba que todos eran iguales ante la ley, eliminando los privilegios de la sociedad estamental y la igualdad de los ciudadanos para obtener empleos públicos. También establecía la libertad de expresión y de prensa (expresarse a través de un medio escrito, como periódicos, libros). Los derechos eran definidos como naturales (el hombre nace con ellos), imprescriptibles (no se pierden aunque no se usen) e inalienables (nadie los puede quitar). 3-Nacionalización de los bienes del clero. Los bienes de la iglesia católica pasaron al estado que a su vez se hizo cargo de los servicios públicos que la iglesia daba como hospitales escuelas. Gran parte de las tierras de la iglesia fueron vendidas en remate a precios muy altos, sólo los adinerados pudieron comprarlas. 4-Abolición de las corporaciones artesanales. Se prohibieron los gremios artesanales y las asociaciones de trabajadores, estableciendo que cada trabajador, individualmente, debía contratarse con su patrón y acordar con él el salario y las condiciones de trabajo. 5-Supresión de las aduanas interiores. Se quitaron los peajes y los impuestos provinciales que se cobraban a las mercaderías que circulaban dentro de Francia. 6-Medidas contra los nobles emigrados y los sacerdotes. Se amenazó a los nobles que habían emigrado que si no regresaban se les quitarían sus tierras (la medida se puso en práctica durante la etapa de la Convención). Se estableció que los sacerdotes debían jurar fidelidad al gobierno revolucionario y si no hacían serían expulsados de Francia. También se prohibieron las procesiones y ceremonias religiosas fuera de los templos. Durante el período de la Convención se aplicaron medidas más radicales. 7-Fin de la monarquía. La monarquía fue abolida y el rey Luis XVI detenido, enjuiciado y ejecutado. Su esposa Maria Antonieta también fue ejecutada por su complicidad con las potencias extranjeras que habían invadido a Francia. 8-Ley de sospechosos. Establecía el arresto inmediato de aquellas personas que podían considerarse enemigas de la revolución, tanto si hacían algo en contra de ella, como si no hacían algo a favor de ella. Se calcula que entre 300 mil y 500 mil personas fueron arrestadas. 9-Intervención del estado en el comercio de trigo. El estado prohibió la exportación de trigo para evitar que los precios subieran por su escasez y en caso necesario el estado podía requisar las cosechas (quitárselas a los propietarios de las tierras) para que no faltara el pan. 10-Gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza primaria. Medida toada para extender la alfabetización y el conocimiento, basada en las nuevas ideas. También se crearon centros de investigación científica. 11-Calendario revolucionario. Se creó un nuevo calendario que se iniciaba con la creación de la república: el 22 de setiembre de 1792 pasó a ser el primer día del primer año de la nueva era. Los meses tenían 30 días y llevaban nombres relacionados con la naturaleza, por ejemplo Brumario (mes de las brumas), Pluvioso (mes de las lluvias), Termidor, (mes del calor), Fructidor (mes de las frutas), etc. 12-Culto al Ser Supremo. Muchos de los líderes revolucionarios eran deístas y anticlericales y trataron de eliminar las fiestas que se vinculaban a la iglesia católica. Se reconoció la existencia de un Ser Supremo (el dios de los deístas) y se reconoció que la mejor manera de homenajearlo era cumpliendo con los deberes y derechos del hombre. 13-Constitución de 1793. Nunca llegó a aplicarse por la caída de los jacobinos que la habían impulsado. Establecía algunos principios novedosos para la época como el sufragio universal masculino (todos los hombres podían votar sin importar su condición económica y social) y la posibilidad de someter las leyes a referéndum (si la población no estaba de acuerdo con una ley, podía modificarla mediante el voto). LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Surge en el siglo XVIII; consiste en la sustitución paulatina y progresiva de la mano de obra, de la fuerza de trabajo y de las herramientas manuales por la maquinaria. La transformación técnica y económica intensificada en el siglo XVIII se conoce con el nombre de Revolución Industrial. La aparición de las primeras máquinas es consecuencia de los descubrimientos científicos, de los adelantos en la física, en la mecánica y en la química que se traducen en avances tecnológicos que transforman, no sólo las fábricas, sino también la vida de los hombres del siglo XVIII. La revolución industrial se inicia en Inglaterra en el campo textil. En 1764, Jaime Hargreaves inventa una máquina conocida como “Juanita, la hiladora” que tenía una capacidad de producción superior a 36 hiladoras de rueda comunes en esa época. A este invento se agrega, en 1784, el telar mecánico de Edmundo Cartwright, operado por fuerza hidráulica y acelera la fabricación de las telas. La máquina desmoteadora de algodón del norteamericano Elí Whitney, en 1793, posibilita el uso adecuado de esta fibra, Jacobo Watt inventa la máquina de vapor en 1769. Cuando se inicia la revolución industrial, el mineral de hierro se funde en hornos que utilizan el carbón vegetal como combustible. El trabajo es lento pues los hornos están equipados con fuelles de mano para mantener la llama ardiente. Resulta también antieconómico porque la cantidad de carbón que consumía era mucho mayor que la del hierro obtenido por este procedimiento. Aún más difícil y costosa resultaba la transformación del hierro en acero; por ello, éste sólo se utilizaba en la fabricación de armas y herramientas. La utilización del carbón mineral en lugar del vegetal, la sustitución de los fuelles de mano por altos hornos y el descubrimiento de un proceso menos costoso para refinar el acero influyen decisivamente en el desarrollo industrial. La explotación del carbón adquiere una importancia capital como materia prima indispensable para la producción de hierro y acero. En 1790, se sustituye la fuerza hidráulica por la de vapor y la producción de hilados y tejidos de algodón alcanza una dimensión colosal. La aplicación del vapor es un factor decisivo en todo el desarrollo industrial: en la industria textil, en la propulsión de los medios de locomoción cuando, en 1814, se inventa la locomotora. La fuerza de vapor llega antes a la navegación: en 1807, se construye el primer buque movido a vapor. A este maquinismo debe agregarse otro factor importante: la división, cada vez más especializada, del trabajo para aumentar la rapidez en la producción. Los obreros se especializan en operaciones simples, sencillas; se pierde el conocimiento y el dominio total del oficio que habían tenido los miembros de los gremios: los artesanos. Antes, con el fin de aprovechar los terrenos agrícolas en labores de cría y pastoreo de ovejas para obtener la lana necesaria en la industria textil se había despojado a los campesinos de sus tierras y obligado a emigrar a las ciudades para subsistir. Ahora, con la introducción del maquinismo se empieza a desplazar al trabajador. En Inglaterra, las tabernas se llenan de hombres que no tienen trabajo. Esto se agudiza cuando los propietarios de las fábricas, para pagar bajos salarios y en vista de la sencillez del manejo de muchas máquinas, empiezan a contratar mujeres y niños. Los métodos de producción hacen que cambie también el concepto mismo del trabajo. Por eso no es de asombrar que los trabajadores, desesperados, vean en la máquina un posible enemigo y recurran, desde fines del siglo XVIII, a la destrucción de éstas y a incendiar las fábricas. A este movimiento se le llamó ludismo porque su organizador era el obrero John Ludd. El Parlamento inglés promulga una ley mediante la cual se castiga, con la pena de muerte, a las personas que destruyan las máquinas. Será hasta el siglo XIX cuando aparezcan las primeras organizaciones laborales como sindicatos. COMERCIO. EXPANSIÓN COMERCIAL Y FINANCIERA Según el historiador Immanuel Wallerstein, el comercio forjó a lo largo de la Edad Moderna un único sistema mundial capitalista, y el Estado inglés, poco a poco, venciendo a menudo en guerras comerciales, se convirtió en su centro. Los ingleses y holandeses surcaron todos los mares haciendo escalas siempre beneficiosas, pero frecuentaron la ruta triple que se ha denominado comercio triangular. Mediante este comercio, los británicos obtuvieron materias primas de todo el mundo, exportaron sus productos industriales y suministraron mano de obra (muchas veces esclava) allí donde fuera lucrativo hacerlo. Este trasiego marítimo se complementó con un mercado interior cada vez más integrado, cuya regularidad aumentó la demanda de productos industriales y, como consecuencia, la producción, creando un "círculo virtuoso" de acumulación de capital que conduciría a la industrialización. CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL El desarrollo industrial tendrá enormes consecuencias de carácter político, pues será la clave de la aparición de nuevas potencias o el afianzamiento de las existentes, pero también de carácter social, con el ascenso de la burguesía industrial y la aparición de masas de proletarios, con formas de vida diferentes y enfrentadas, en unas ciudades en plena expansión y con incertidumbres a largo plazo sobre la duración de los recursos y el deterioro medioambiental. Lectura: La Revolución Industrial: Situación de la clase obrera en Inglaterra. “(Las ciudades) Son casi enteramente barrios obreros interrumpidos sólo por fábricas y por algunas calles distinguidas cuyas partes principales están formadas por comercios y por algunas vías donde están construidos, a modo de villa, los jardines y las casas de los fabricantes. Las mismas ciudades están construidas mal e irregularmente, con corrales, calles y callejones sucios y llenos de humo, y especialmente por su aspecto parecen inhabitables, construidas como están con ladrillos originariamente rojos, con el tiempo ennegrecidos por el humo [...] En general, los sótanos están habitados; estos subterráneos se construyen en todas partes, donde es posible, y en ellos habita una parte muy notable de la población.” G. Doré: Barrio obrero de Londres, 1872. Detalle Friedrich Engels, Situación de la clase obrera en Inglaterra. Actividades: A) Responda en forma breve: 1. Mencione dos inventos que permitieron el desarrollo de la industria textil. 2. ¿Qué significó la división especializada del trabajo? 3. ¿Por qué se prefiere el trabajo de mujeres y niños en los inicios de la revolución industrial? 4.¿Cómo era el Comercio Atlántico de Inglaterra en los siglos XVII y XVIII.? 5. ¿Cuál es la característica principal de la Ilustración? 6. ¿Cómo es el hombre para los filósofos de la Ilustración? 7. ¿Qué plantea Juan Jacobo Rousseau en su obra El contrato social? 8. ¿Qué busca el barón de Montesquieu con su teoría política expuesta en El espíritu de las leyes? 9. ¿Cómo se agrupan las colonias inglesas establecidas en América a partir del siglo XVI? 10. Indagar sobre las diferencias socioeconómicas más notables entre las Trece colonias inglesas del este de Norteamérica y las colonias españolas y portuguesas del resto del continente. Establecer su impacto en la organización de las naciones que se instituyeron después del siglo XIX. 11. Mencione dos causas de la Revolución Francesa. 12. ¿Quiénes integraban los Estados Generales? 13. Mencione tres resultados de la Asamblea Constituyente. 14. ¿Cuál es el periodo más crítico y violento de la Revolución Francesa y por qué? B) Busque en el diccionario el significado de las siguientes palabras - soberanía - legislativo - asamblea - fuelle - perfectible - democracia - superstición - directorio C) Complete el siguiente cuadro, anotando en la columna de la derecha el punto central de los siguientes movimientos, acuerdos, decretos y actas: La paz de Augsburgo Edicto de Nantes Acta de Supremacía Tratado de Westfalia Concilio de Trento La Fronda La Paz de los Pirineos Acta de Navegación Declaración de Derechos Actas de Comercio Actas de Industria Declaración de Independencia Declaración de los derechos del hombre