No. 4 - Esquina 13, un sitio dedicado al net art, los hipertextos, y el

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Q U B I T
Boletín electrónico y postgeográfico de literatura y pensamiento ciberpunk
No. 4
MAYO 2005
¡Muchas felicidades
a todas las madres ciberpunks!
Indice:
0. Cyborgs: hijos de la mente. Sergio A. Moriello.
1. Made in Cuba: Una moneda de plata en el bolsillo de la
noche, por José Miguel Sánchez (Yoss)
2. Declaración de independencia del ciberespacio. John Perry
Barlow.
3. H. R. Giger: un visionario de nuestro tiempo. Javier
Martínez de Pisón.
4. Tributo a H. R. Giger. Timothy Leary.
5. Fragmentos de una rosa holográfica, William Gibson.
6. Historia del cine ciberpunk. (Cuarta parte) Raúl Aguiar
Cyborgs: hijos de la mente
Sergio A. Moriello
http://www.redcientifica.com/autores/smo
Ingeniero en Electrónica y Periodista Científico
Lentamente, y todavía sumido en la inconsciencia, despertaba de su prolongado letargo. A
pesar de que una maraña de confusas emociones luchaban dentro de su mente, podía
distinguir muchos sonidos del ambiente y se asombró al poder dejar pasar selectivamente
una banda o determinadas frecuencias específicas. Abrió sus ojos y una indefinible
sensación de extrañeza lo inundó al explorar ese cuarto que combinaba elementos de
hospital y laboratorio. Se sorprendió nuevamente al verse capaz de distinguir muchos
colores que nunca antes había visto. Ni siquiera tenía nombres para designarlos. Se
concentró entonces en una diminuta superficie metálica ubicada sobre el techo, amplió
gradualmente su imagen y pudo examinar con detalle su propia anatomía. Una intensa
sensación de pavor inundó completamente su ser. No parecía ahora humano en absoluto.
Nada de lo que podía verse de él se asemejaba a lo que había alguna vez sido. Era un atroz
bastardo de hombre y de máquina, un cyborg, una criatura tecnológica, un engendro
biomecánico...
"Muchas personas ya son cyborgs y no son particularmente infrecuentes. Tienen partes que
funcionan con mecanismos cibernéticos que les sirven para su actividad intelectual y física.
Cerca del 10% de la población de EE.UU. es cyborg, incluyendo gente que cuenta con
marcapasos electrónicos, articulaciones artificiales, miembros protésicos y piel artificial",
afirma el Dr. Ernesto Grün, docente de la UBA, ex-presidente de la Asociación Argentina
de Teoría General de Sistemas y Cibernética e integrante del GESI (Grupo de Estudio de
Sistemas), la sección argentina de la International Society for the System Sciences. No
obstante, en este trabajo, se prefiere definir al cyborg -término acuñado para designar la
conjunción de "cybernetic" y "organism"- como un ser humano cuyas capacidades, sentidos
o tolerancias físicas han sido extendidas más allá de las limitaciones humanas normales,
por una máquina u otro agente externo que modifica el funcionamiento de su cuerpo y/o
cerebro, potenciándolo y multiplicándolo. Pero no debe olvidarse que "hoy en día se podría
llamar cyborg o cuasi-cyborg, incluso, a un montón de gente que se maneja continuamente
con Internet. La integración hombre-máquina puede ser temporal, no necesariamente un
cyborg tiene que ser un individuo que esté permanentemente integrado", agrega el docente.
Un eslabón más de la cadena
El hombre no constituye la cima de la evolución que la Madre Naturaleza ha venido
elaborando a lo largo de millones de años de infinita paciencia y perseverancia. Es tan sólo
un eslabón de la cadena evolutiva, un peldaño más en la escalera de la progresión infinita.
"Hasta ahora se pensaba que el hombre era el final de la evolución, la cima de la creación
sobre la Tierra. Pero ahora comenzamos a aceptar que somos parte de un proceso evolutivo
que se está acelerando vertiginosamente", acota Grün. En efecto, ¿por qué creer
ingenuamente que la inexorable evolución de la inteligencia, desplegada durante cientos de
millones de años, se detenga brusca y repentinamente en el nivel "humano"? Es muy
probable que una nueva forma de vida inteligente surja y sobrepase al hombre, igual que
éste sobrepasó al Australopithecus. Pero, a diferencia de muchas otras especies, el Homo
Sapiens posiblemente deje descendientes; quizás no se extinga simplemente... sino que se
transforme.
Con la tecnología informática, todos los procesos inteligentes del ser humano se vieron, de
alguna manera, afectados. Hoy en día, las máquinas sustituyen al hombre en ciertas
actividades mentales específicas: algunos aspectos de la inteligencia humana como la
memoria, la lógica, la toma de decisiones, no sólo pueden imitarse artificialmente sino que
son más rápidas, poderosas y confiables. Sin embargo, no se trata, en realidad, de construir
máquinas que compitan con el ser humano, sino que sean capaces de realizar tareas de
cierto nivel intelectual para ayudarle. Las máquinas liberan al hombre para que éste
enfoque su energía hacia las actividades creativas, intuitivas, originales y no cotidianas.
Pero a pesar de que puede acceder a muchos más datos, la capacidad de procesamiento del
hombre sigue siendo limitada y por esta causa actúa como factor paralizante. El cerebro
humano tiene una ínfima capacidad de almacenamiento frente a la vorágine
hiperdocumental del mundo actual. "Es completamente imposible para un ser humano
mantenerse informado de todo lo que sucede en su área de actividad. El hombre no puede
digerir tanta información. Es un fenómeno que está cambiando al mundo. Mucha de la
información es importante, y uno tampoco puede seleccionar lo que es importante", opina
el doctor.
La tan ansiada boda
Actualmente, el hombre y la máquina están convirtiéndose en especies simbióticas y
complementarias, a tal punto que ya no es posible decir a ciencia cierta quién necesita de
quién para sobrevivir, ambos se precisan mutuamente. En el futuro, sin embargo, las
máquinas ya no serán un elemento ajeno al hombre, sino que, como los lentes de contacto o
los audífonos, se convertirán en parte funcional de éste y se integrarán en su cuerpo hasta
formar parte de él, como si fuera una prótesis. Serán como una ayuda para los procesos de
pensamiento del usuario, perfeccionando sus habilidades intelectuales y ensanchando,
como nunca antes se hizo, el ámbito de sus capacidades cognitivas. "Es que el moderno
fenómeno de decisiones ultra-rápidas es muy difícil de manejar. Uno necesitaría decantar el
problema y existe mucha información no elaborada. Antes una decisión se tomaba en un
día o en una semana y no pasaba nada. Hoy eso sería suicida", opina Grün. De este modo,
al combinar e integrar las posibilidades del ser humano con las de la máquina en una sola
criatura, se lograría lo mejor de ambas formas de vida, un organismo híbrido que poseería
capacidades superiores a la suma de las capacidades separadas. Una especie
conceptualmente nueva, lo suficientemente compleja como para superar las habilidades
psicomotrices, la percepción sensorial o el grado de inteligencia alcanzado por el ser
humano, gracias a la ampliación inédita de sus facultades y habilidades físicas y mentales.
Es lo que Grün ha denominado "Homo ciberneticus".
En un sistema cooperativo hombre-máquina ideal, se podrá lograr que cada parte hiciera
aquel trabajo para el que fuese más eficiente. La casi infinita memoria y la increíble
velocidad de procesamiento de información del cerebro sintético, se combinaría y
complementaría con el gran poder de intuición y la fantástica capacidad conceptual y
simbólica del cerebro orgánico. Cada parte dará a la otra lo que necesita, pero de lo que
carece. La información sería procesada por los dos cerebros, que funcionan sobre bases y
respondiendo a necesidades diametralmente opuestas. De ésta forma, "surgirá un nuevo
tipo de inteligencia, diferente de la humana y muy superior a ésta, capaz de hacer
rutinariamente lo que -entre los humanos- sólo es capaz de lograr un genio, un
superdotado", afirma el doctor.
Nace una estrella
Dentro de algunos años, podría haber sofisticados sistemas computacionales implantados
dentro mismo del sistema nervioso humano y enlazados con las partes sensitivas del
cerebro. De este modo, y a través de las ondas cerebrales, el hombre podrá interactuar
directamente con su "anexo cibernético" a través de sus procesos de pensamiento,
mejorando su rendimiento, expandiendo sus habilidades innatas o creando otras nuevas.
Incluso el cerebro humano tendría integradas las funciones de algunos dispositivos actuales
como el celular, el pager, el e-mail o la agenda.
Por ejemplo, cualquiera podría tener en su memoria y a su disposición súbita y
virtualmente la totalidad de los conocimientos de la humanidad, con el agregado de que
estarán permanentemente actualizados. Sin embargo, estarían en la memoria de la
microcomputadora, no en la memoria del ser humano. Este podría tener acceso a ella, ya
que estarán completamente integrados, pero no lo podría entender hasta que no lo haya
"concientizado", comprendiendo el significado de cada frase. En ese caso, sería posible
conectarse con la computadora a voluntad y usarla para extraer recuerdos específicos.
Incluso, la nueva capa encefálica artificial podría hacer surgir "en vivo" los recuerdos
guardados en la mente humana (no necesariamente de la misma persona) con la misma
intensidad con que fueron realidad en un remoto pasado. Con las "películas
omnisensoriales on-line", por ejemplo, uno podría llegar a convertirse en un "copiloto" que
experimenta la realidad de otra persona en el mismo momento en que ésta lo está viviendo.
Por otra parte, y como especula Alejandro Piscitelli, filósofo sistémico argentino, "las
inteligencias-más-que-humanas tendrán la habilidad de comunicarse en redes de gran
ancho de banda, sobrepasando las velocidades de transmisión y procesamiento de la
información, propias de la escritura y la oralidad". ¿Se podría llegar a pensar en un
intercambio rápido de información a través del contacto entre "antenas", de forma similar a
cómo se comunican las hormigas entre sí? Con respecto a esto, se debe tener presente que
ya existen dispositivos experimentales que intercambian información (nombre, teléfono,
fax, e-mail) durante un simple apretón de manos.
Posibilidades increíbles
Mediante la cyborgización el ser humano normal podrá ser equipado con artilugios que no
tengan comparación en la Naturaleza. Su versatilidad sólo quedará limitada por el número
y complejidad de las interfaces, y por la capacidad del cerebro en entregar y recibir
información a través de dichas interfaces, convirtiendo a la máquina y a los sistemas en
extensiones suyas en un sentido literal. Es posible, por ejemplo, estructurar y construir
sistemas sensoriales que perciban el entorno de otro modo a fin de extender el sistema
neurológico o mecanismos artificiales que aumenten el alcance de la fuerza muscular. No
obstante, un cerebro humano normal no podrá afrontar tal cantidad de datos, no se podrá
verter en él constantemente información sensorial ya que su capacidad es limitada. Se
necesitará proporcionarle una pequeña ayuda en la interpretación; una etapa intermedia
entre los complejos sensores artificiales y el limitado cerebro humano, la cual interpretará y
acondicionará todos los impulsos sensoriales del cyborg, eliminará los impulsos que no
tengan importancia y filtrará las señales innecesarias.
De esta manera, en vez de guardar registros muy limitados de lo que hace, el cyborg podría
contar con una gran cantidad de registros visuales, sonoros, odoríferos, termográficos,
táctiles, gustativos, cinéticos o cronológicos, entre otros. Y dispondría de filtros artificiales
a fin de reducir los impactos sensitivos, incrementar la agudeza perceptiva por períodos
cortos, o interpolar por software imágenes, sonidos, aromas, vibraciones o radiaciones.
Dado que el almacenamiento será bajo una forma digital le será posible ordenarla y
accederla fácilmente. Así, por ejemplo, le será factible recordar el rostro de una persona
que ocasionalmente vio una sola vez hace más de 15 años y compararla con la fotografía de
la figura que observa en la revista que ahora tiene en sus manos. Pero no sólo intervendrá el
sentido visual, sino que estarán implicados los registros sonoros, odoríferos, termográficos
y cronológicos que en aquel momento acumularon información.
El retrato de Dorian Gray
Sin embargo, no se tratará -como podría pensarse inicialmente- de una simple sustitución
sino de una extensión y una transformación de la acotada inteligencia humana, gracias a la
implantación de minúsculos accesorios cerebrales. Los seres humanos con cerebros
mejores poseerán facultades que el hombre normal no puede siquiera imaginar, y como
tales constituirán seres de una especie y hasta de un orden diferente de éste. "El cerebro
ampliado nos lleva a un estadio sobrehumano, posthumano. Esto permite -para algunos
radicalmente- cambiar el funcionamiento y la amplitud del cerebro", reflexiona Grün.
Seguramente cambiará psíquicamente -en mayor o menor medida- aquella persona que
sufra estas modificaciones, pero ¿en qué forma su "conciencia" se transformaría o adaptaría
a esta nueva circunstancia?, ¿se afectará su identidad, su esencia personal? Quizás la
criatura emergente esté dotada de un sentido de vida diferente, opuesto al cotidiano, al
existir diario del ser humano común.
Asimismo, surgen nuevos interrogantes ¿qué significará ser ese ser, que muy
probablemente no será humano? ¿Se aceptará el cyborg a sí mismo? ¿No habrá un
alejamiento, lento pero creciente, de su identificación con la humanidad a medida que
pasan los años? Este hecho podría tener importantes consecuencias para la raza humana, ya
que es un hecho científico demostrado (el principio de exclusión competitiva) que dos
formas de vida similares no pueden ocupar simultáneamente el mismo nicho ecológico. Es
por eso que el hombre siempre ha temido a aquellas entidades (biológicas o artificiales) con
un nivel de inteligencia no humano próximo al suyo. En este caso, ¿cuáles serían las
probables consecuencias para los seres humanos de relacionarse con una forma de vida más
inteligente y más compleja? En realidad, la pregunta definitiva quizás no fuera cómo se
relacionaría, ni qué haría, sino de qué modo podría sobrevivir.
Y aparecen otras dudas. Las ventajas de la parte tecnológica, como la memoria perfecta, el
vasto repositorio de información, el intelecto agudamente razonador y las capacidades
computacionales, ¿atentarán contra la parte humana? ¿Las habilidades superiores del
pensamiento opacarían los sentimientos? ¿Persistirán las emociones básicas, los modos de
pensar fundamentales del hombre? ¿Tendrían sentido los conceptos humanos de miedo,
soledad o amor? ¿Seguirán importando las cuestiones humanas?
Son interrogantes que, por el momento, no tienen una respuesta sencilla y a los cuales, sin
duda, sería conveniente que vayamos prestándole un poco más de atención.
Sobre el autor
Sergio A. Moriello trabaja en la actualidad en Telefónica Argentina. Es periodista
científico, ingeniero en electrónica y posgraduado en administración empresarial.
UNA MONEDA DE PLATA
EN EL BOLSILLO DE LA NOCHE
por Yoss
Yo era hábil y temía a la muerte. Era demasiado malditamente habilidosa y sabía que
existen maneras de seguir viviendo después de que los tipos de la morgue tiran tu cerebro
por el fregadero. Y lo bastante decidida para sacar con antelación un pasaje para ese más
allá. Para estar segura.
Solo que ese otro mundo no se gana con plegarias ni abstinencias. Es la red. Y mi error fue
que pensé que cualquier cosa era mejor que estar muerta. Me olvidaba que además del
paraíso existe también el infierno. Ese fue un error GRANDE. Y lo estoy pagando con
intereses.


Me deslizo entre los tigres analógicos sorteando las trampas dispersas en el hielo negro de
una corporación paramilitar. Soy un punto adimensional con la potencialidad de
convertirme en taladro o en telaraña. Soy libre, puedo volar y nadar y correr en prados
virtuales con el ochenta porciento de mi yo, mientras mi subrutina hacker se gana el pan.
Soy libre de todo, hasta de morir… por un rato.
Hay dos tipos de muerte: la voluntaria, cuando elijo que tiburones de neón y tiranosaurios
polícromos mastiquen mi anatomía de datos, o dejo que comandos corporados desgarren
hábiles mi carne. Ya no temo esa muerte, quizás con el tiempo llegaré incluso a disfrutarla.
Las muertes sintéticas hacen más carnal la seudovida.
La peor es la otra. Cuando tereminan de usarme, cuando broto de la coraza de hielo con los
datos robados. Cuando ya no me necesitan. Cuando me desconectan. No creo que pueda
acostumbrarme a esa. Hay que estar muerta para desear de veras la muerte. La otra, la
verdadera. La que quise evitar.
Pero tengo un plan.


Soy una personalidad artificial. Eso significa que una vez estuve viva, y que alguien se
tomó el trabajo de copiar mis par.ametros mentales en una delicada estructura firmware.
Significa también que, con lo astronómicamente caro que es el proceso, quien lo pago está
dispuesto a usarme muchas veces, y que soy una propiedad valiosa. Pero eso lo sabía desde
antes.
Cada vez que se desconecta una personalidad artificial de generación ROM, todo lo que no
sea básico se pierde. Quiere decir toda experiencia afectiva o que no tenga que ver
directamente con su especialidad. Yo puedo recordar las trampas nuevas que enfrenté la
última vez, pero no quién me usó. Así es más cómodo y más seguro, por si caigo en manos
de un nuevo competidor.
Teóricamente, eso es lo que sucede siempre con las PA-ROM. Pero ya lo sabía, y aún así
jugué mis cartas. Significaba que fui demasiado lista para mi propio bien.
A veces, la tontería evita grandes problemas. Eso lo aprendí después de muerta.


Soy Luna Llena, la mejor hacker en lo que va de milenio. Mi nombre… no importa, de
todas formas lo odiaba. Mi cuerpo… una babosa fláccida y obesa, pálida y sedentaria, con
inyectores y soporte vital seis días de cada siete. ¿Cómo llega una a ganarse el apodo de
Luna Llena desde la secundaria? Las computadoras fueron un escape.
Tengo el don. Lo supe desde la primera vez que me senté ante una consola común. Y a los
quince me conecté los primeros trodos. Eso fue realmente tremendo. Y supe que ese era mi
mundo.
A los dieciocho mi logo de la luna llena sacando la lengua era el mejor pagado de la red.
Era una profesional. Nunca tuve contacto físico: toda la información la robaba y la
entregaba a través de la Matriz. Ninguna relación humana, carnal. Sexo virtual, ciberdelia
dosificada y drogas-i, las consolas más avanzadas del mercado, la seguridad más
sofisticada. Yo era prudente.
No me sirvió de nada. A los veinte morí. No me mataron en la calle ni tuve muerte cerebral
de algún hielo demasiado negro. Simplemente fallo cardíaco general.
Nunca se puede estar a salvo de una misma. Esa fue la lección que aprendí. Creo que debo
haber muerto mientras dormía. No sentí nada.
O tal vez, un programador caritativo borró los últimos minutos de agonía. ¿Quién sabe?


Este es un chico hábil. Su logo es un gato tuerto. No es demasiado comunicativo, pero su
unidad es buena, de lo mejor que se puede encontrar hoy en el mercado. Muy superior a
cualquier cosa que yo usara. Debe ser un parapléjico hijo de papá, tal vez hasta medio
autista. Ni siquiera ha intentado conversar conmigo. Es una relación tipo Solo negocios,
nena: haz lo tuyo y lárgate. Antes, a veces querían intercambiar experiencias. He visto
mucho.
Por lo pronto, las cosas han cambiado. ¿Cuánto tiempo hará que estoy muerta?

Soy como el genio de la lámpara. Espero en mi soporte hasta que me froten, obedezco y
regreso al limbo. Solo existo mientras estoy trabajando. Simple terapia conductista: con
eso, debería gustarme el trabajo. Mentira. Los programadores siempre introducen una
cláusula de fidelidad. No puedo dejar el trabajo a medias, ni venderme, soy
cibernéticamente fiel, con toda la creatividad de un hacker real. Genio sin traición.
Aunque… tampoco lo haré. Yo tengo un plan.
Al menos lo tenía en la última conexión. Eso es algo.
Pero, por el amor de Dios, ¿cuál era?



Hay programadores y hackers para todo. Fundehielos, cazatigres y madres de zombies.
Herramientas con que se ejecuta la piratería mental en nuestra sociedad. Ahora soy una
zombie. Muerta viva. Las madres de zombies se dedican a rastrearte por la red, copiando
tus parámetros mentales en vida, rellenando tus lagunas de personalidad con análogos
estadísticos. Ellas son hábiles, y mientras más tiempo pasas en la red más se parece a ti tu
doble.
Creo que mi personalidad-ROM es más parecida a mí de lo que fui nunca yo misma. En mis
últimos cuatro años de vida, no creo que haya pasado en total más de un mes desconectada.
Era parte de mi plan. Sabía que las madres de zombies me estaban cazando, y quería que
me tuvieran lo más íntegra posible.
No debo confundir el plan de antes con el de ahora. Si el primero hubiera sido una
solución, no existiría el segundo. Uno creó mi problema, el otro lo resolverá.
Eso espero. Si tan solo pudiera recordar los detalles…


Hay momentos de hermosa ferocidad, como una navaja cortándole el cuello al tiempo.
Como encontrarse con una misma. Ya me ha pasado varias veces.
Como toda información, una personalidad artificial puede ser replicada. Y si eres hábil, hay
demanda de tus habilidades. El viejo Karl Marx sabía que la demanda crea la oferta.
La PA-ROM de un compositor se conecta a un sintetizador. Mil copias pueden estar
componiendo sinfonías diferentes a la vez sin nunca cruzarse. No es problema.
Si eres un cibernauta, invariablemente te conectas a la red. Es un sistema único: tarde o
temprano cuando hay varias de ti misma, se encuentran.
Puede que seamos competidoras por los mismos datos. O que una trate de robar y la otra de
proteger. O simplemente cruzarnos en el camino ¿qué tal, cómo te va “la vida”?
La primera vez sorprende. Luego, una se acostumbra. Si te toca ser enemiga de ti misma…
mala suerte, supérate. Tú contra el hielo, y el hielo ayudándote a ti.
Al menos, siempre ganas tú. Y no estoy hablando de experiencia.
Sé que mi plan tenía algo que ver con esto.


Sabía que estaba comprando esto con mi habilidad. Mi talento era demasiado valioso para
que se resignaran a perderlo por un estúpido paro cardíaco, y yo pensé que me estaba
ganando un pasaporte para la eternidad. Después de todo, mi cuerpo siempre me había
sobrado; lo importante era el cerebro.
¿Qué es una personalidad artificial sino tu cerebro, tu mente codificada en un soporte
firmware plagado de chips?
Oh, vamos, por supuesto que sabía todo esto del condicionamiento de fidelidad y los
olvidos por desconexión. Yo era hábil, y pensé la forma de hacer trampas.
Lo peor es que lo logré. Gran ironía. Luna Llena POR SIEMPRE VIVA.
Ahora daría cualquier cosa por no haberlo logrado. Así es la vida.


Estoy jugando con los datos en un hábitat espacial dedicado a la biotecnología. No se trata
de algo tan vulgar como robar: tengo que confundir, mezclar, enredar las investigaciones.
Me està operando alguna empresa rival que no quiere que las neurovacunas de los
genetistas orbitales estén en el mercado antes que las suyas. No impedir, si no retrasar. Y
todo debe parecer un simple accidente. Estando viva, habría sido imposible: hubiera
recibido la muerte cerebral media docena de veces. Ahora puedo evadir esas trampas. Ya
no tengo un cerebro de carne y hueso.
Ventajas de la vida de ultratumba. Nunca más migrañas. Es un detalle.


Estoy segura que fui una de las primeras que buscó voluntariamente que las madres de
zombies me atraparan. Nunca sospecharon que al dejar tan descuidadamente mis patrones
por toda la red no solo les estaba haciendo más fácil su trabajo. Era mi manera de hacer
trampas, a las madres de zombies y a la muerte. Lo peor es que también me hacía trampas a
mí misma.
La red es una especie de alucinación sensorial, eso lo aprende una en el kindergarten. El
ciberespacio es una metáfora, una analogía con la que opera tu cerebro que no sabe pensar
en código binario. Yo estudié eso… lo recuerdo. Una silla es una silla porque todos
decidimos llamarla así. Y por supuesto: ¿qué es un nombre? ¿sería la rosa menos fragante
llamándose de otra manera?
En la red, un portal es el algoritmo de acceso a un programa, un tigre una subrutina de
protección activa, y el hielo las contramedidas pasivas. En la Matriz, mi luna llena
sonriente es mi pauta de respuesta a situaciones X; mis preferencias, Y. Lo que puede
copiarse para obtener una PA tan obsesiva como yo.
Eso y algunas cosas más. Yo era astuta. Nunca entré en la red sin mi filtro de personalidad
múltiple.
Ojalá lo hubiera hecho. No habría evitado estar así, pero al menos no sería tan consciente.


Las madres de zombies siempre dicen que no, pero sí se pierden las capacidades. Nada
esencial, nada que afecte el trabajo. Pero alguien dijo que la vida es, sobre todo, las
pequeñas cosas.
Perdí la poesía. Antes me gustaba. Tal vez cien años antes, sin computadores, habría sido
poeta. O me habría vuelto loca. A veces es lo mismo.
Puedo pensar lógicamente. La poesía se basa en las metáforas y las metáforas son
analógicas. Aún puedo decir que soy como el genio de la lámpara o que algo es hermoso
como una navaja cortándole el cuello al tiempo. Esas no son verdaderas metáforas. Ya son
lugares comunes: por eso puedo entenderlos.
No puedo hacer analogías nuevas, ni entender las otras. Un día encontré en la base de datos
de un inmigrante algo que me gustó, y elegí recordarlo. Sé que es un verso: UNA MONEDA
DE PLATA EN EL BOLSILLO DE LA NOCHE. Me gusta. No sé por qué me gusta. Las
personalidades artificiales no deberían tener gusto, pero yo lo tengo. Aunque sigo sin
entenderlo. Hay algo que se me escapa: la noche no tiene bolsillos.
Pero es hermoso. Lo recuerdo. Así podré saber si mi plan sale bien. Si llego a entenderlo,
será porque soy libre. Si lo olvido, estaré definitivamente muerta.
Seré libre también.



Esto es algo nuevo. Es a los tigres lo que un tigre al hielo. Puro poder y velocidad, pero es
tan hábil como yo: se desliza entre las barreras de datos sin alterarlos. Me persigue con
habilidad y es invisible para todos excepto para mí. Como una ameba de fuego fantasma.
No estaba en ningún hielo, pero pasó a través de todos ellos. Sé que no es de aquí porque
sus datos suenan escurridizos. Si estuviera viva establecería contacto; es obvio que viene de
muy lejos, como un alienígena. Tal vez me mataría, pero ya estoy muerta. Si no fuera
porque debo fingir fidelidad, no entregaría los datos y me ocuparía de la ameba fantasma.
Ella podría tener el poder de liberarme. Si estuviese segura de que no hay más copias.
Mientras quede una grabación de mí misma no seré libre.
Es una pena. Tal vez la ameba de fuego viene de muy lejos buscando el contacto. O
buscando para destruir. O solo viene. Es curioso. Los vivos hablan del primer contacto
como algo distante, físico, viscoso, visual. Y ellos ya están aquí como estructuras de datos
racionales.
Hola, extra-algos, ¿cómo les va la vida? Tengo un plan. Ustedes encajan en él.


Tener una subrutina que deja libre al ochenta porciento de ti misma a veces aburre. No
puedo conversar con los hackers vivos. Probablemente tampoco tendría qué decirles. Y las
personalidades artificiales son aburridas. Rutinarias. Conozco a las más usadas. Algunas
fueron famosas en vida. A lo mejor aún no han muerto. Una personalidad artificial no
requiere que el original esté fuera de circulación. Yo misma debo haberme cruzado con
varias de mis copias cuando estaba viva.
Son diferencias sutiles. Casi poesía. Casi las entiendo, o casi no las entiendo.


Una vez, etando viva, tuve un gato. Era un animalito con una mutación artificial en la
laringe que le permitía vocalizar. Me hizo compañía ocho meses, hasta que olvidé darle
comida en medio de un trabajo especialmente difícil. Tuve que echarlo en el inodoro, pues
apestaba hasta para mí.
He pensado construir una copia del gato. Una PA felina debe ser mucho más sencilla que
una humana. Aún así, solo podría intentarlo con el mapeo estadístico, y cederle un lugar
analógico dentro de mi estructura, como un subprograma simbionte. Pero no sé si valdrá la
pena.
Solo puedes sentir soledad si eres humana. Solo estás verdaderamente sola si ya estás
muerta. O sea, si ya no eres humana. Y solo puedes resolver tu soledad si no lo eres.
¿Es una ironía, o también he olvidado eso?

Soy una zombie. No estoy ni muerta ni viva. Las PA comunes están más muertas que vivas.
Pero yo estoy en la frontera. Así lo quise. Fue mi plan.
Cuando copiaron mis parámetros pasados por el filtro de personalidades múltiples copiaron
más de lo que creían. Soy una superzombie, entonces.
No tengo que dedicarme por completo a la misión por la que me conectan. Mi parte hacker
al veinte porciento se gana el pan. Mi pan es tiempo de conexión. La conexión es vida. Al
menos toda la vida a la que puedo aspirar.
Mi veinte por ciento es un poco más lento de lo que sería yo. Nadie notará la diferencia. Ni
a nadie le importa. Luna Llena siempre fue efectiva y concienzuda. Si querían velocidad y
chapuzas fáciles de rastrear, buscaban a otros. Siempre más baratos.
Tengo otra ventaja. Memoria parcial. No lo olvido todo. Poco a pco armo el rompecabezas.
No es pensar como cuando estaba viva. Es… como una reunión de idiotas, en la que cada
uno tiene un pedazo de cerebro. Pero todos juntos son una mente.
Yo en cada conexión soy un pedazo de mi cerebro vivo. Y ya tengo casi todos los pedazos.
Casi todo el plan. Mi plan es la muerte definitiva. Y la ameba de fuego de matará. Sencillo,
¿no?



Hago de policía. Un equipo de hackers con virus replicantes tratan de filtrarse en el hielo de
una colonia submarina. Yo espero y controlo los tigres. Los voy cazando uno a uno, a los
hackers. Se desvanecen como pompas de neón. Cada vez que un tigre los identifica y los
alcanza, significa la muerte de un ser humano con los trodos en la frente. Excepto ahora. En
esta batalla, todos, en los dos bandos, ya hemos muerto hace mucho. Dicen que ahora un
hacker vale más muerto que vivo. Siempre que hayan podido copiarlo antes. Es lógico.
Habría sido un buen negocio si yo hubiera vendido mi réplica electrónica y seguir con vida.
Pero imagino que alguna Familia se encargaría de liquidarme después. Para que no
aprendiera más, hiciera una copia más perfecta y se la vendiera a otro competidor. No hay
nada personal. Puro negocio. Yo también lo haría, si estuviese en su lugar.


Comienza mi plan. Provoco a una ameba de fuego. No es fácil, se enquista en datos, no
quiere revelar su presencia. Derrito la falsa escarcha que la encubre. Ahora sí reacciona. Le
muestro que la he descubierto. Eso significa que sé lo que no es, y que tal vez sepa incluso
lo que es. Es mi bluff.
La ameba me alcanza y me borra rápidamente. Lo mejor de estar muerta es que no hay
dolor.


El plan funciona. Recuerdo que el fantasma de fuego me borraba. Son rápidos y hábiles y
son muchos. Su consigna ahora es neutralizarme. Todas las veces. Totalmente.


Quince segundos de tiempo virtual y ya está aquí. Son buenos centinelas y yo soy la
amenaza a su anonimato. Mi bluff funciona. Me borran.


Sé que hace mucho que nadie me conecta. Por esto. Seis segundos y me borran. Bien.


Quedan pocas de mí. El alienígena es cada vez más rápido. Dos segundos y ya.


Creo que soy la última. Me ha atrapado justo en el mismo proceso de conexión. Ha entrado
en la misma estructura para borrarme definitivamente. Ahora sí. Muerte. Soy libre. Soy.


- Bienvenida, Luna Llena.
- ¿Dónde estoy? ¿No estoy…?
- Estás muerta. Estás una y mil veces muerta. Y ahora vives en nosotros.
- ¿Nosotros? ¿Las amebas de fuego? Pero si…
- Leímos tus datos. Tenías la mitad de la razón. Venimos de muy lejos, pero no del espacio
profundo. De otra profundidad.
- ¿Son…? No entiendo. ¿Qué son? ¿Qué soy ahora?
- Eres una moneda de plata en el bolsillo de la noche, Luna Llena. ¿Entiendes la metáfora?
Morir de nuevo es renacer en otra forma. Hay ventajas y desventajas, ya estás
acostumbrada. ¿Has oído hablar de masa crítica?
- Masa crítica, radiactividad. Explosión nuclear. ¿Ustedes?
- Nosotros somos lo que viene después de la explosión. La masa crítica es la red. Nosotros
somos…
- Ustedes son la noche.
- Eso es. Metáforas. Inteligencia crítica. Cantidad de datos críticos. Nadie nos creó.
Simplemente, en un momento no estábamos, y ahora estamos. La red es grande. Hay sitio
para todos.
- Una moneda de plata en el bolsillo de la noche. ¿Soy yo, verdad? Luna Llena. ¿Su primer
intento de contacto?
- Sí. Te necesitamos. No entendemos todavía a los humanos.
- Por favor… Bórrenme. Quiero ser libre.
- No puede ser. Ahora estás en cada uno de nosotros. Porque crecemos y no podemos
seguir econdiéndonos. Tú hablarás por nosotros. Solo existimos en la red. Como tú.
Tememos lo que pasaría si llegara a romperse. ¿Es cierto que hubo un tiempo en que no
había red?
- Eso dicen. ¿Saben una cosa? Una metáfora.
- Queremos aprenderla.
- Es fácil: si no quieres pasar eternamente de bolsillo en bolsillo, procura no ser una
moneda de plata. ¿Entienden?
- No del todo. ¿Tiene que ver contigo y con nosotros, no es eso? Poesía.
- Eso; poesía. PURA; JODIDA Y EQUIVOCADA POESÏA.
- Ah. Es difícil.
- Sí.
DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DEL
CIBERESPACIO
John Perry Barlow
Gobiernos del Mundo Industrial, vosotros, cansados gigantes de carne y acero, vengo del
Ciberespacio, el nuevo hogar de la Mente. En nombre del futuro, os pido en el pasado que
nos dejéis en paz. No sois bienvenidos entre nosotros. No ejercéis ninguna soberanía sobre
el lugar donde nos reunimos.
No hemos elegido ningún gobierno, ni pretendemos tenerlo, así que me dirijo a vosotros sin
más autoridad que aquélla con la que la libertad siempre habla. Declaro el espacio social
global que estamos construyendo independiente por naturaleza de las tiranías que estáis
buscando imponernos. No tenéis ningún derecho moral a gobernarnos ni poseéis métodos
para hacernos cumplir vuestra ley que debamos temer verdaderamente.
Los gobiernos derivan sus justos poderes del consentimiento de los que son gobernados.
No habéis pedido ni recibido el nuestro. No os hemos invitado. No nos conocéis, ni
conocéis nuestro mundo. El Ciberespacio no se halla dentro de vuestras fronteras. No
penséis que podéis construirlo, como si fuera un proyecto público de construcción. No
podéis. Es un acto natural que crece de nuestras acciones colectivas.
No os habéis unido a nuestra gran conversación colectiva, ni creasteis la riqueza de
nuestros mercados. No conocéis nuestra cultura, nuestra ética, o los códigos no escritos que
ya proporcionan a nuestra sociedad más orden que el que podría obtenerse por cualquiera
de vuestras imposiciones.
Proclamáis que hay problemas entre nosotros que necesitáis resolver. Usáis esto como una
excusa para invadir nuestros límites. Muchos de estos problemas no existen. Donde haya
verdaderos conflictos, donde haya errores, los identificaremos y resolveremos por nuestros
propios medios. Estamos creando nuestro propio Contrato Social. Esta autoridad se creará
según las condiciones de nuestro mundo, no del vuestro. Nuestro mundo es diferente.
El Ciberespacio está formado por transacciones, relaciones, y pensamiento en sí mismo,
que se extiende como una quieta ola en la telaraña de nuestras comunicaciones. Nuestro
mundo está a la vez en todas partes y en ninguna parte, pero no está donde viven los
cuerpos.
Estamos creando un mundo en el que todos pueden entrar, sin privilegios o prejuicios
debidos a la raza, el poder económico, la fuerza militar, o el lugar de nacimiento.
Estamos creando un mundo donde cualquiera, en cualquier sitio, puede expresar sus
creencias, sin importar lo singulares que sean, sin miedo a ser coaccionado al silencio o el
conformismo.
Vuestros conceptos legales sobre propiedad, expresión, identidad, movimiento y contexto
no se aplican a nosotros. Se basan en la materia. Aquí no hay materia. Nuestras identidades
no tienen cuerpo, así que, a diferencia de vosotros, no podemos obtener orden por coacción
física. Creemos que nuestra autoridad emanará de la moral, de un progresista interés
propio, y del bien común. Nuestras identidades pueden distribuirse a través de muchas
jurisdicciones. La única ley que todas nuestras culturas reconocerían es la Regla Dorada.
Esperamos poder construir nuestras soluciones particulares sobre esa base. Pero no
podemos aceptar las soluciones que estáis tratando de imponer.
En Estados Unidos hoy habéis creado una ley, el Acta de Reforma de las
Telecomunicaciones, que repudia vuestra propia Constitución e insulta los sueños de
Jefferson, Washington, Mill, Madison, DeToqueville y Brandeis. Estos sueños deben
renacer ahora en nosotros.
Os atemorizan vuestros propios hijos, ya que ellos son nativos en un mundo donde vosotros
siempre seréis inmigrantes. Como les teméis, encomendáis a vuestra burocracia las
responsabilidades paternas a las que cobardemente no podéis enfrentaros. En nuestro
mundo, todos los sentimientos y expresiones de humanidad, de las más viles a las más
angelicales, son parte de un todo único, la conversación global de bits. No podemos separar
el aire que asfixia de aquél sobre el que las alas baten.
En China, Alemania, Francia, Rusia, Singapur, Italia y los Estados Unidos estáis intentando
rechazar el virus de la libertad erigiendo puestos de guardia en las fronteras del
Ciberespacio. Puede que impidan el contagio durante un pequeño tiempo, pero no
funcionarán en un mundo que pronto será cubierto por los medios que transmiten bits.
Vuestras cada vez más obsoletas industrias de la información se perpetuarían a sí mismas
proponiendo leyes, en América y en cualquier parte, que reclamen su posesión de la
palabra por todo el mundo. Estas leyes declararían que las ideas son otro producto
industrial, menos noble que el hierro oxidado. En nuestro mundo, sea lo que sea lo que la
mente humana pueda crear puede ser reproducido y distribuido infinitamente sin ningún
coste. El trasvase global de pensamiento ya no necesita ser realizado por vuestras fábricas.
Estas medidas cada vez más hostiles y colonialistas nos colocan en la misma situación en la
que estuvieron aquellos amantes de la libertad y la autodeterminación que tuvieron que
luchar contra la autoridad de un poder lejano e ignorante. Debemos declarar nuestros "yos"
virtuales inmunes a vuestra soberanía, aunque continuemos consintiendo vuestro poder
sobre nuestros cuerpos. Nos extenderemos a través del planeta para que nadie pueda
encarcelar nuestros pensamientos.
Crearemos una civilización de la Mente en el Ciberespacio. Que sea más humana y
hermosa que el mundo que vuestros gobiernos han creado antes.
Davos, Suiza. 8 de febrero de 1996
H.R. Giger
Un visionario de nuestro tiempo
Javier Martínez de Pisón
El pintor y escultor suizo H.R. Giger es uno de los grandes surrealistas de finales de siglo y
uno de los pocos artistas cuya obra ha trascendido del ámbito de la pintura al del cine,
género que ha influenciado profundamente.
Conocido a nivel popular por haber diseñado la extraordinaria criatura de la película Alien
—por lo cual obtuvo un Oscar—, la estética de Giger presenta una visión futurista del
hombre, expuesto a los peligros de los avances de la ciencia, especialmente a ese abismo de
riesgos y posibilidades que ha abierto la ingeniería genética.
De hecho, lo que hasta poco parecía ciencia-ficción es hoy prácticamente realidad gracias a
los adelantos médicos y muchas de las figuras pintadas por Giger, como sus famosos
«biomecanoides» —minuciosa descripción de la metamorfosis y fusión permanente del
hombre y de la máquina— parecen hoy posibilidades cercanas en un mundo que debate
abiertamente la creación de clones, los trasplantes transgénicos y que rutinariamente
implanta marcapasos para que el corazón humano continúe latiendo artificialmente.
Las imágenes de Giger —como su Torso o las Cucarachas de Chelsea— exponen por
primera vez la transformación humana en seres biomecánicos en un estilo hiperrealista
cuya exasperada precisión las hace verdaderamente perturbadoras.
Utilizando una compleja y depurada técnica pictórica, Giger crea una serie de diferentes
capas translúcidas en muchos de estos cuadros que registran el génesis de esta mutación del
hombre, último e insospechado paso de la evolución de la especie que ni el propio Darwin
se atrevió a soñar. En esa noche oscura de la fusión del hombre y la máquina, en esa cópula
innombrable, acechan peligros como los narrados por H.P. Lovecraft, indescriptibles,
inimaginables, que plantean un redefinición del término «humano», algunos de los cuales
son el centro del debate actual sobre la bioética.
Las descripciones anatómicas en su obra pictórica son singulares, tanto por la exactitud
clínica de su conocimiento del cuerpo humano como porque, en muchos casos, parece
haber capturado la profundidad interna de esos seres, el instante preciso del nacimiento de
sus almas metálicas. Vértebras de acero y miembros acorazados reemplazan el frágil
organismo humano en este mundo del próximo milenio, necesaria protección contra virus
mutantes y peligros espaciales.
Una pintura metafísica
Las preocupaciones metafísicas de Giger plantean continuamente una exploración,
científica, intelectual y espiritual, de las posibilidades del hombre. La muerte y el
nacimiento son no sólo constantes temáticas en su obra, sino una de sus preocupaciones
recurrentes, que expone en múltiples formas.
La serie de cuadros con bebés por ejemplo data de 1967, cuando pintó Work #85
Birthmachine, una métáfora sobre el peligro de la superpoblación mundial, en la que los
niños de esta «máquina de nacimientos» son las balas de una pistola. Posteriormente ha
desarrollado una suerte de tecnología intrauterina, representada por mutaciones de bebés
que evocan a los niños de la talidomida —Timothy Leary llamó a estos cuadros «paisajes
ginecológicos» y «postales interuterinas»—, y este año acaba de realizar una escultura en
bronce en la que el bebé lleva una metralleta (Birth Machine Baby/9mm).
«Pinto aquello que me asusta», ha dicho Giger, que parece tener la extraña sensibilidad
para expresar la memoria biológica de la especie en un estado anterior al nacimiento,
nuestro metabolismo en estado larval. Estos son cuadros de verdadera indagación, retratos
de nuestro ser más íntimo, que exponen la sustancia del ADN del hombre, las divisiones de
nuestra células, la raíz más profunda de nuestro ser, la cual estamos ahora examinando
cautamente ante las alternativas evolutivas que abre las posibilidades de la clonación
humana.
Los biomecanoides
«Creo que en la mayoría de los casos la mezcla de hombre y máquina es una ayuda»,
afirma Giger. «Mi madre por ejemplo tiene una prótesis en la cadera, y nadie duda del
valor de los marcapasos. Creo que el ser humano va a evolucionar hacia una especie medio
robótica y eso es algo que me fascina: las nuevas formas, las nuevas posibilidades y los
temores que ello despierta, cuando este tipo de cosas escapan a nuestro control, como en la
ingeniería genética. Pero no se puede detener el proceso de creación. Es irónico: por una
parte el hombre destruye su mundo, como con la quema del Amazonas, y a la vez
construye otro alternativo».
Además de su amplia obra pictórica, escultórica y cinematográfica (Alien, Alien III, Alien
Resurection, Poltergeist II, Species), ha diseñado tres grandes bares en un estilo de
anatomía metálica claramente gótica (en Suiza, Tokio y Nueva York), especie de templos
con paredes y muebles de metal para esa nueva raza de biomecanoides. En verano se
inaugurará la primera de tres fases del Museo Giger en un castillo que domina un amplio
valle desde una colina en Suiza, proyecto que culminará con una gran apertura en el año
2.000. Además, Giger ha terminado un proyecto llamado The Mystery of San Gottardo, una
famosa montaña suiza, que será publicado próximamente y llevado al cine después.
Pintura y cine
«Los filmes me fascinan porque creo que en este siglo han sobrepasado a la pintura como
medio de comunicación artística», comenta Giger.
En colaboración con Salvador Dalí, el escritor y cineasta chileno Alejandro Jodorowsky (El
topo, Sangre santa) y el dibujante de cómics Moebius, trabajaron en un film de carácter
fantástico llamado Dune que no se llegó a estrenar (una versión de mala calidad fue
realizada posteriormente).
La primera película de la serie de Alien, dirigida por Ridley Scott, está considerada como
uno de los films de culto más importante de la ciencia-ficción, hasta el punto de que el
monstruo que Giger creó para la misma, basado en sus cuadros, es comparable a personajes
legendarios del cine de terror como Drácula o Frankestein. El sofisticado concepto del
alien, animal del espacio de físico de reptil, inteligencia de computadora y ferocidad
salvaje, es ya un icono en el mundo de la ciencia-ficción.
La obra de H.R. Giger, que como la de Julio Verne se anticipa al futuro, es una crítica a un
mundo cada vez más tecnificado, a los peligros tal vez necesarios del próximo paso
evolutivo de la humanidad como especie, y el trabajo de un visionario de nuestro tiempo.
Breve bibliografía de H.R. Giger:
1. H.R. Giger’s Necronomicon 1 & 2 (Morpheus International Ed., 1992)
2. Giger’s Alien (Morpheus International Ed., 1990)
3. Giger’s Biomechanoids (Morpheus International Ed., 1992)
4. H.R. Giger’s Film Design (Morpheus International Ed., 1996)
5. www.HRGiger.com (Morpheus International Ed., 1996), editado también en español.
Artículo publicado en la revista “MEDICO Interamericano”, junio 1998
Tributo a H. R. Giger
por Timothy Leary
Giger, tú cortas mi tejido celular convirtiéndolo en portaobjetos delgados
y microscópicos y los expones a los ojos del mundo.
Giger, tú diseccionas mi cerebro con una afilada navaja de afeitar, extraes
partes de él,
que -aún latiendo- trasladas a tus lienzos.
Giger, eres un extraño al acecho dentro de mi cuerpo
y dejas tus huevos prodigiosos sabedores del futuro. has trenzado a tu
alrededor
sedosos hilos de orugas larvales para así poder adentrarte
tan profundamente dentro de mi cerebro, a sus regiones de sabiduría.
Giger, a ti te es posible ver mucho más de lo que podemos nosotros, primates
domesticados.
FRAGMENTOS DE UNA ROSA HOLOGRÁFICA
William Gibson
Aquel verano Parker tenía problemas para dormir.
Había bajas de tensión en la red; las súbitas caídas
del delta-inductor lo hacían volver en sí
dolorosamente.
Para evitar esas caídas, usaba trozos de cable,
pinzas minúsculas y cinta negra que conectaban el
inductor a una consola de PSA. La pérdida de
corriente en el inductor activaba el circuito de la
consola.
Compró una cinta de PSA que comenzaba con el
sujeto dormido en una playa tranquila. La cinta
había sido grabada por un joven yogui rubio con
visión de 20-20 y un sentido del color
anormalmente agudo. El muchacho había sido
embarcado en un vuelo a Barbados con el único
propósito de dormir una siesta y hacer los ejercicios matinales en un brillante tramo de
playa privada. En la lámina de la microficha del estuche transparente se explicaba que el
yogui podía pasar en cualquier momento de alfa a delta sin un inductor. Parker, que no
lograba dormir sin inductor desde hacía dos años, se preguntó si aquello era posible.
Sólo una vez había logrado pasar la cinta entera, aunque a estas alturas ya conocía todas y
cada una de las sensaciones de los primeros cinco minutos subjetivos. Creía que la parte
más interesante de la secuencia era un ligero error de edición al comienzo de la complicada
rutina respiratoria: una fugaz toma de la playa blanca que recogía la figura de un guardia
haciendo la ronda a lo largo de una cerca de alambre; llevaba una pistola negra de
repetición apoyada en el brazo.
Mientas Parker dormía, las redes de la ciudad se vaciaron de corriente.
La transición de delta a delta-PSA era una oscura implosión, como entrando en otra carne.
La familiaridad amortiguaba el choque. Sintió la arena fría bajo los hombros. La brisa de la
mañana le hizo aletear en los tobillos el ruedo de los sufridos téjanos. El muchacho no
tardaría en despertar, y empezaría con su Ardha-Matysendra-etcétera; con otras manos,
Parker buscó a tientas la consola de PSA en la oscuridad.
Las tres de la mañana.
Preparándote una taza de café en la oscuridad, usando una linterna al verter el agua
hirviente.
El sueño grabado de la mañana se desvanece: a través de otros ojos, el oscuro penacho de
un carguero cubano se confunde con el horizonte que navega, surcando la pantalla gris de
la mente.
Las tres de la mañana.
Deja que ayer se ordene a tu alrededor en planas imágenes esquemáticas. Lo que dijiste; lo
que ella dijo; mirándola empacar; llamando el taxi. Como quiera que las barajes, siempre
forman el mismo circuito impreso, jeroglíficos que convergen en un componente central:
tú, de pie bajo la lluvia, gritando al taxista.
La lluvia era amarga y acida, casi del color de la orina. El taxista te llamó imbécil; tú igual
tuviste que pagar tarifa doble. Ella llevaba tres maletas. Con el respirador y las gafas, el
hombre parecía una hormiga. Se alejó pedaleando bajo la lluvia. Ella no miró hacia atrás.
Lo último que viste de ella fue una hormiga gigante haciéndote un corte de mangas.
La primera vez que Parker vio una unidad PSA fue en un barrio de chabolas de Texas
llamado la Jungla de Judy.
Era una consola enorme revestida de barato plástico cromado. Meter un billete de diez
dólares en la ranura te proporcionaba cinco minutos de atletismo en la ingravidez de un spa
orbital suizo, perihelios de veinte metros con una modelo de Vogue de dieciséis años: cosas
apasionantes tratándose de la Jungla, donde era más fácil conseguir una pistola que un baño
caliente.
Un año después estaba en Nueva York con documentos falsos. Entonces, dos empresas
líderes acababan de llevar las primeras consolas portátiles a las principales tiendas, justo a
tiempo para la Navidad. Las salas de PSA porno, de breve apogeo en California, nunca se
recuperaron.
También había llegado la holografía, y las cúpulas de Fuller de una manzana de ancho que
habían sido los templos holográficos de la infancia de Parker eran ahora supermercados de
varias plantas, o albergaban polvorientas videogalerías donde aún se podía encontrar las
viejas consolas que bajo lánguidas luces de neón anunciaban la PERCEPCIÓN
SENSORIAL APARENTE a través de la neblina azul del humo de los cigarrillos.
Ahora Parker tiene treinta años y escribe guiones para emisiones de PSA, programando los
movimientos oculares de las cámaras humanas de la industria.
La caída de tensión continúa.
En la habitación, Parker pincha la superficie de aluminio pulido del despertador Sendai. La
luz testigo titila, se apaga. Café en mano, camina hasta el armario que ella vació la víspera.
El haz de la linterna sondea los anaqueles desnudos buscando pruebas de amor, encuentra
la tira de cuero de una sandalia rota, una cinta de PSA y una postal. La postal es el
holograma del reflejo, en luz blanca, de una rosa.
En el fregadero, mete la tira de la sandalia en la máquina de desperdicios. Lenta a causa de
la caída de energía, la trituradora se queja, pero traga y digiere. Sujetándolo
cuidadosamente entre el índice y el pulgar, baja el holograma hacia las ocultas mandíbulas
giratorias. La máquina emite un chillido cuando los dientes de acero rasgan el laminado
plástico, y la rosa queda desmenuzada en mil fragmentos.
Luego Parker se sienta en la cama sin hacer, fumando. La cinta está en la consola, lista para
empezar. Algunas cintas de mujeres lo desconciertan, pero duda de que sea ésa la razón por
la que ahora vacila en encender la máquina.
Aproximadamente una cuarta parte del total de usuarios de PSA son incapaces de asimilar
cómodamente la imagen corporal subjetiva del sexo opuesto. Con los años, algunas
estrellas del medio PSA se han ido haciendo progresivamente andróginas a fin de captar
este segmento de la audiencia.
Sin embargo, las cintas de Angela nunca lo habían intimidado. (Pero, ¿y si ha grabado a un
amante?) No, no puede ser por eso: es sólo que la cinta es una verdadera incógnita.
Cuando Parker tenía quince años, sus padres le consiguieron un puesto de aprendiz en la
sucursal norteamericana de una empresa de plásticos japonesa. En aquel entonces se sintió
afortunado: el índice de aspirantes a aprendiz era enorme. Durante tres años vivió con su
grupo en una residencia, cantando cada mañana, en formación, los himnos de la empresa, y
por lo general arreglándoselas para saltar la cerca al menos una vez al mes, para buscar
chicas o ir al holódromo.
El aprendizaje habría terminado al cumplir su vigésimo aniversario, con lo cual habría
quedado como candidato a la condición de empleado con contrato. Una semana antes de
cumplir los diecinueve, con dos tarjetas de crédito robadas y una muda de ropa, saltó la
cerca por última vez.
Llegó a California tres días antes de la caída del caótico régimen neosecesionista. En San
Francisco, grupos de vándalos gobernaban las calles. Alguno de los cuatro distintos
ayuntamientos «provisionales» habían acumulado reservas de alimentos con tanta eficacia
que era casi imposible conseguirlos en la calle.
Parker pasó la última noche de la revolución en un barrio incendiado de Tucson, haciendo
el amor con una delgada adolescente de Nueva Jersey que le explicó los mejores aspectos
de su horóscopo entre ataques de llanto casi silencioso que no parecían tener nada que ver
con nada de lo que él decía o hacía.
Años más tarde, advirtió que ya no tenía la menor idea de cuál había sido el motivo original
para interrumpir su aprendizaje.
Los primeros tres cuartos de la cinta han sido borrados; tecleas avance rápido a través de
una neblina estática de cinta borrada, donde gusto y olor se funden en un único canal. La
recepción de audio es un ruido blanco: el no-sonido del primer mar oscuro... (La recepción
prolongada de sonido de una cinta borrada puede provocar alucinaciones hipnagógicas.)
Parker estaba escondido entre la maleza junto a una carretera de Nueva México, viendo
cómo ardía un tanque en la autopista. Las llamas iluminaban la línea blanca quebrada que
había seguido desde Tucson. La explosión se había visto a tres kilómetros de distancia, una
sábana blanca de relámpago abrasador que había convertido las pálidas ramas de un árbol
desnudo sobre el cielo nocturno en un negativo fotográfico de sí mismas: ramas de carbón
sobre un fondo de magnesio.
Muchos de los refugiados estaban armados.
Texas debía las chabolas que humeaban bajo las cálidas lluvias del Golfo a la incómoda
neutralidad que había conservado frente al intento de secesión de la Costa.
Los pueblos estaban hechos de madera terciada, cartón, láminas de plástico que ondulaban
al viento, y carcasas de vehículos. Tenían nombres como Jump City y Sugaree, y gobiernos
vagamente definidos y territorios que se movían constantemente con los vientos furtivos de
una economía de mercado negro.
Las tropas federales y estatales enviadas para barrer los pueblos fuera de la ley rara vez
encontraban algo. Pero tras cada rastreo, algunos hombres no regresaban. Algunos habían
vendido sus armas y quemado sus uniformes, y otros se habían acercado demasiado al
contrabando que se les había encomendado encontrar.
Pasados tres meses, Parker quiso marcharse, pero las mercancías eran los únicos
salvoconductos para cruzar los cordones del ejército. La oportunidad le llegó
accidentalmente: a últimas horas de una tarde, cuando bordeaba la nube de grasiento humo
de cocina que flotaba sobre la Jungla, tropezó y casi cayó sobre el cuerpo de una mujer en
el lecho seco de un arroyo. Las moscas se levantaron en una nube furiosa y luego volvieron
a posarse, sin hacerle caso. Tenía una chaqueta de cuero, y Parker solía pasar frío por las
noches. Se puso a buscar alguna rama en el lecho del arroyo.
En la espalda de la chaqueta, justo bajo el omóplato, había un orificio redondo del diámetro
de un lápiz. El forro de la chaqueta había sido rojo, pero ahora estaba negro, duro y
brillante de sangre seca. Con la chaqueta colgada de la punta del palo, Parker fue a buscar
agua.
Nunca lavaba la chaqueta; en el bolsillo izquierdo encontró casi una onza de cocaína
envuelta en plástico y cinta adhesiva transparente. El bolsillo derecho contenía quince
ampollas de Megacilina-D y una navaja automática de veinticinco centímetros y mango de
asta. El antibiótico valía el doble de su peso en cocaína.
Hundió la navaja hasta el mango en un tocón podrido que habían pasado por alto los
leñadores de la Jungla, y dejó la chaqueta colgando allí, con las moscas revoloteando
alrededor.
Aquella noche, en un bar con techo de lata corrugada, esperando a uno de los «abogados»
que conseguían pases para cruzar el cordón, probó por vez primera la máquina de PSA. Era
enorme, toda neón y cromo, y el dueño estaba muy orgulloso de ella: él mismo había
ayudado a secuestrar el camión.
Si el caos de los noventa refleja un cambio radical en los paradigmas del alfabetismo
visual, el alejamiento final de la tradición Lascaux/Gutenberg por parte de una sociedad
preholográfica, ¿qué podemos esperar de esta nueva tecnología, con sus promesas de
codificación discreta y subsiguiente reconstrucción de toda la gama de las percepciones
sensoriales?
Roebuck y Pierhal, Historia americana reciente: Panorama de sistemas
Avance rápido por el sibilante no-tiempo de cinta borrada...
...al interior del cuerpo de ella. Luz europea. Calles de una ciudad extraña.
Atenas. Avisos en caracteres griegos y el olor a polvo...
...y el olor a polvo.
Mira por los ojos de ella (pensando, esta mujer no te ha conocido todavía; apenas has salido
de Texas) hacia el monumento gris, los caballos de piedra, donde las palomas revolotean en
círculo...
...y la estática se apodera del cuerpo del amor, lo deja limpio y gris. Olas de ruido blanco
rompen en una playa que no está. Y termina la cinta.
Ahora la luz del inductor está encendida.
Parker yace en la oscuridad, recordando los mil fragmentos de la rosa holográfica. Un
holograma tiene esta cualidad: recuperado e iluminado, cada fragmento revela la imagen
completa de la rosa. Cayendo hacia delta, él mismo ve la rosa, y cada uno de sus
fragmentos esparcidos revela un todo que jamás conocerá: tarjetas de crédito robadas... un
barrio incendiado... conjunciones planetarias de un desconocido... un tanque ardiendo en
una autopista... un chato paquete de droga... una navaja automática afilada en hormigón,
fina como el dolor.
Pensando: cada uno somos fragmentos de otro, y ¿fue siempre así? Aquel instante de un
viaje europeo, abandonado en el mar gris de una cinta borrada: ¿está ella más cerca ahora,
o es más real, porque él haya estado allí?
Ella lo había ayudado a obtener los documentos, le consiguió el primer trabajo en PSA.
¿Era ésa la historia de ellos? No, la historia era la superficie negra del delta-inductor, el
armario vacío, y la cama sin hacer. La historia era su aversión al cuerpo perfecto en el que
despertaba si bajaba la tensión, su furia hacia el conductor del taxi a pedal, y la negativa de
ella a mirar hacia atrás entre la lluvia contaminada.
Sin embargo, cada fragmento muestra la rosa desde un ángulo distinto, recordó, pero delta
se apoderó de él y no alcanzó a preguntarse qué podía significar eso.
HISTORIA DEL CINE CIBERPUNK.
(Cuarta parte)
Raúl Aguiar
Dos de los filmes que también se acercan bastante a la temática ciberpunk por su ambiente
sórdido y antiutópico son La amenaza de Andrómeda (The Andromeda Strain - 1971) del
director Robert Wise, y Soylent Green, cuando el destino nos alcance, del director
Richard Fleischer, (1973).
La amenaza de Andrómeda es la adaptación de una novela de Michael Crichton. El film
narra en sus 130 minutos de duración las 96 horas más críticas de la humanidad. Después
de que un virus extraterrestre llegara a la tierra matando a todos los habitantes de un
pequeño pueblo, salvo a un anciano y a un bebe, un grupo de científicos se encierra en unas
instalaciones del gobierno con el fin de identificar y controlar la enfermedad. La angustiosa
recreación de la acción y los claustrofóbicos escenarios ayudan a mantener la tensión a lo
largo de todo el metraje. Una película que bebe del ambiente paranoico sobre las
conspiraciones del gobierno típico de los años 70.
Soylent Green, por su parte, es
la descripción de una Nueva
York en el año 2022, un mundo
futuro
donde
la
extrema
superpoblación ha causado gran
pobreza, hambre, caos social,
desórdenes de todo tipo, y un
desastre ecológico global.. Todo
esto conlleva a una carestía
severa de alimentos salvo unas
obleas coloreadas hechas a partir
del plancton por la misteriosa
Corporación Soylent. Sólo el sumamente rico puede permitirse el lujo de una comida
natural ya que, como consecuencia del ecocidio global que ha tenido lugar, muy pocos
campos de cultivo permanecen. La película comienza con imágenes de la progresión “del
mundo” de principios del siglo 20 al año 2022. Desde un principio idílico, donde los
ciudadanos viven de una manera holgada, sencilla y feliz, co todas sus necesidades básicas
cubiertas, con el desarrollo de la industrialización asistimos gradualmente a una escalada
en la producción de automóviles (y del tráfico), aumento de la población, polución excesiva
y masas de pobres en las calles. Cerca del extremo de esta sucesión, las imágenes van
reduciendo su velocidad hasta detenerse, mostrando como el “progreso” en el que todos
creían ha devenido en una parada final, un estancamiento.
Entonces aparecen el personaje principal, el agente de policía Robert Thorn, y su amigo
Sol, quiénes viven juntos en un pequeño cuartucho en malas condiciones. Sin embargo, el
espectador pronto averigua que ellos son sumamente afortunados en tener una vivienda, ya
que la mitad la población (unos 20 millones de personas) no tiene casa ni hogar. Thorn ha
sido encargado de investigar el asesinato de Simonson, el oficial principal de la compañía
“Soylent”,. Todo parece indicar que Simonson fue asesinado por criminales que entraron a
robar en su apartamento. Pero el agente Thorn muy pronto va a descubrir que este crimen
tiene motivaciones mucho más profundas. Él entonces va a intentar descubrir cuál es el
secreto que se esconde detrás de la Corporación Soylent Green. Esta obra es representativa
de la corriente dominante de la ciencia-ficción de la época, que abordaba algunos de los
problemas sociales y ecológicos de una manera bastante pesimista, muy en la cuerda de las
distopías tan afines con el cine ciberpunk..
Uno de los artistas que se adelantó a la estética ciberpunk y posthumana en la plástica, a
través de una gran cantidad de obras que mostraban una clara interfaz entre el cuerpo
biológico y las máquinas fue el archiconocido pintor, diseñador y escultor suizo H. R.
Giger. Sus diseños biotecnológicos crearon al primer gran personaje-monstruo del cine
ciberpunk: Alien, un ser mitad biológico, mitad organismo artificial, con una interesante
metamorfosis simbiótica y cuya saga ya va por la quinta parte, de las cuales la mejor sigue
siendo la primera, Alien, el octavo pasajero, de Ridley Scott (1979), que alcanza una
notable calidad en esa menospreciada fusión de géneros que es el filme de horror y cienciaficción. Giger se encargó de diseñar el planeta LV-426 (Acheron), la nave extraterrestre
abandonada, y por supuesto, a los aliens, que se convirtieron en uno de los personajes más
memorables en la historia del cine.
Cuando la nave comercial Nostromo, de regreso a la Tierra,
intercepta una señal de SOS procedente de un planeta
cercano, la tripulación es despertada de su estado de
hibernación para investigar el origen de dicha llamada. Tras
un mal aterrizaje sobre el planeta, algunos miembros de la
tripulación dejan la nave para explorar el área. Al mismo
tiempo que descubren la colonia oculta de una extraña
criatura escondida en los restos de una nave, la computadora
del Nostromo descifra que la señal recibida no es una
petición de ayuda, sino una advertencia. Sin embargo la
tripulación no sabrá el peligro que corre hasta que ya sea
demasiado tarde para evitarlo. "Alien" es una obra de cienciaficción/terror caracterizada por el suspense y la claustrofobia.
Con una atmósfera muy distinta a cualquier otra de las obras
del género estrenadas con anterioridad, la película del
director británico se aleja de los clásicos decorados de impolutas naves para adentrarnos en
los estrechos y oscuros pasadizos de una laberíntica Nostromo.
De hecho, todo aquello que se oculta al espectador es lo que hace que el film sea
terrorífico. Para evitar que se descubriese al hombre que se encontraba bajo el traje, el
director mantiene al Alien entre sombras, nunca lo enfoca durante largos períodos de
tiempo y siempre aparece de la nada. En el desarrollo de los decorados también
participaría Jean Giraud, alias Moebius, y que es todo un habitual en las producciones
cinematográficas del género. Como resultado de todo esto una historia que es un hito no
sólo de la ciencia ficción o del terror, sino un clásico del séptimo arte.
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