Modernismo y G.98

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+MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
0.- Introducción
1.- Situación política, social y cultural
2.- EL MODERNISMO
2.1.- El concepto
2.2.- Características
2.3.- Fuentes del Modernismo
2.4.- Temas
2.5.- Autores
2.6.- La lírica en el Modernismo:
- Temas
- Estética/Renovación del lenguaje
- Métrica
- Autores
3.- LA GENERACIÓN DEL 98
3.1.-El concepto y sus límites
3.2.- Estilo y temática
3.3.- La lírica: características y autores
3.4.- La novela: características y autores
3.5.- El teatro: características y autores
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0.- Introducción
La decadencia política y cultural española de finales del siglo XIX desemboca
en un impulso renovador que origina la aparición en nuestra literatura de dos
corrientes: el Modernismo y la Generación del 98.
Ambos movimientos comparten el ideario de ruptura con el Realismo y el
Naturalismo, y pretenden conseguir una renovación estética. Los rasgos
comunes son: el ansia innovadora, la preocupación patriótica y la búsqueda de
soluciones a los problemas del ser humano, así como la creación de un estilo
nuevo.
Pero la actitud que adoptan ambas corrientes es bien distinta:
-
-
El Modernismo centra sus esfuerzos en la renovación estética. El
rechazo de un mundo burgués y materialista los lleva a valorar el “arte
por el “arte”, en el que se refugian. El resultado es un lenguaje
preciosista y exótico, repleto de adjetivos sugerentes, figuras literarias
(metáforas, comparaciones, sinestesias…), cultismos y neologismos.
Los autores de la Generación del 98, en cambio, optan por una actitud
más crítica y radical, con la esperanza de cambiar España,
enormemente desorientada. Fruto de ello es una literatura más sobria
mediante la cual los autores canalizan sus inquietudes sociales,
históricas y culturales.
Estas corrientes abarcan desde 1888, fecha en que el poeta nicaragüense
Rubén Darío publica Azul, hasta 1914, cuando Azorín señala la aparición de
una nueva generación literaria: los novecentistas. (o de 1885 a 1945)
El período está marcado por el conocido Desastre del 98 que significará la
decadencia política y cultural de España a finales del siglo XIX.
1.- Situación política, social y cultural (alumnos)
2.- EL MODERNISMO
2.1.- El concepto
En su origen el mote “modernistas” era lanzado con matiz despectivo por los
enemigos de las novedades. Sin embargo, hacia 1890, Rubén Darío y otros
asumen con orgullo tal designación. Y a partir de entonces, la palabra
Modernista irá perdiendo su valor peyorativo y se convertirá en un concepto
fundamental de nuestra historia literaria.
El concepto de Modernismo es aún objeto de distintas interpretaciones sobre
su extensión y límites. Dos son sustancialmente las posturas:
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1. La más estricta considera al Modernismo como un movimiento literario
bien definido, que se desarrolla entre 1885 y 1915, y cuya cima es
Rubén Darío. Considerado como una tendencia esteticista y escapista
(esto es, que se evade de los problemas de la sociedad circundante).
2. A lo anterior se oponen quienes piensan que el Modernismo no es sólo
un movimiento literario, sino una época y una actitud. Tal interpretación
fue defendida por Juan Ramón Jiménez.
Intentando conciliar las 2 posturas, cabría definir el Modernismo literario
como un movimiento de ruptura con la estética vigente, que se inicia
en torno a 1880 y cuyo desarrollo fundamental alcanza hasta la
Primera Guerra Mundial.
2.2- Características
- Desprecio del mundo burgués y preferencia por ambientes alejados de
la realidad del momento.
- Búsqueda de lo exótico, lo precolombino y lo oriental, por lo que tienen
de misterioso y místico.
- Gusto por la armonía de la cultura grecolatina.
- Presentación de la belleza formal del texto como finalidad y de acuerdo
con la idea de ofrecer un arte refinado que se dirige, especialmente, a
los sentidos. Es colorista y deslumbrante.
- Proclamación de una estética liberada de todo código y modelo en aras
de una creación personal.
- Renovación de la sintaxis, el léxico, la métrica y el ritmo poéticos,
buscando una musicalidad en la expresión.
2.3.- Fuentes del Modernismo
-
-
-
Recoge influencias de dos movimientos franceses de la segunda mitad
del siglo (el Parnasianismo y el Simbolismo que lo encaminan a
considerar el arte por el arte y a usar la palabra evocadora y sugerente.
También siguen a autores hispánicos como Gustavo Adolfo Bécquer.
Y es que el autor de las Rimas era, entre nosotros, un precursor del
Simbolismo (recordad, entre tantos otros, el símbolo del “arpa olvidada”
en la famosa rima VII). De él arranca una veta intimista y sentimental
que reconocerán los poetas modernistas desde Rubén Darío a J.R.
Jiménez, pasando por Machado y tantos otros. En suma, Bécquer es un
puente entre el Romanticismo y la poesía contemporánea. Estos autores
hispánicos no serán solo románticos, sino también anteriores, como los
medievales.
También se fijan en autores de otras procedencias: los estadounidenses
Edgar Allan Poe y Walt Whitman; el británico Oscar Wilde, el italiano
Gabrielle D’Annunzio, etc.
2.4.- Temas
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La temática del Modernismo apunta en dos direcciones: una tiende a la
exterioridad sensible (imágenes legendarias, paganas, exóticas, etc.). la otra
línea apunta a la intimidad del poeta (unas veces vitalista, otras melancólica y
angustiada). A partir de este segundo aspecto es como mejor se explica el
sentido unitario de toda la temática modernista.
1.- Una desazón “romántica”. El Modernismo tiene notables afinidades
con el Romanticismo: semejante rechazo de una sociedad vulgar, parecida
sensación de desarraigo, de soledad… Una nueva crisis espiritual exalta otra
vez, por encima de la razón, las pasiones y lo irracional; y la literatura vuelve a
dar entrada al misterio, a lo fantástico, a los sueños…
Pero lo más importante son las manifestaciones de hastío y de profunda
tristeza. La melancolía y la angustia son sentimientos centrales.
2.- Evasión. El modernista huye a veces del mundo por los caminos del
ensueño (es una de las formas de mostrar su desacuerdo con la realidad).
Hay una evasión en el espacio y en el tiempo: hacia mundos exóticos como
China, Japón, India… y hacia la época clásica, Edad Media, Renacimiento… en
busca del ideal de belleza y nos presenta un universo idílico poblado de dioses,
princesas, musas, ninfas… que viven en jardines y palacios de ensueño.
EJEMPLO: En los siguientes versos de Azul, Rubén Darío plasma la evasión
hacia la época clásica
Ya de un corinto templo cincela una metopa,
ya de un morisco alcázar el capitel sutil;
ya, como Benvenuto, del oro de una copa
forma un joyel artístico, prodigio de buril.
Pinta las dulces Gracias, o la desnuda Europa,
en el pulido borde de un vaso de marfil,
o a Diana, diosa virgen de desceñida ropa, […]
Rubén Darío, Azul.
3.- Cosmopolitismo. Es algo ligado con lo anterior: un aspecto más de
la necesidad de evasión. El poeta se siente ciudadano del mundo y considera a
París como capital de ese mundo refinado que imagina y desea. Huye del
provincianismo y busca lo aristocrático y lo exquisito.
4.- El amor y el erotismo. De manera delicada e idealizada, se idealiza
a la amada, aunque suele ser un amor imposible. Los poetas modernistas son
los primeros en introducir referencias sensuales y eróticas en sus
composiciones, evocando la sensualidad y el goce físico del amor.
5.- Indigenismo o temas americanos. Paisajes y héroes
hispanoamericanos se incorporan a la estética modernista como una forma
más de evasión hacia la época precolombina, o como un intento de encontrar
sus propias señas de identidad y de rehusar las imposiciones norteamericanas.
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6.- Lo hispánico. Paisajes, tierras de España… Es una defensa de lo
español para acentuar las diferencias respecto a la influencia norteamericana.
7.- Angustia existencial. La amargura del presente, el hastío, la
melancolía por el pasado y la incertidumbre ante el futuro aparecen tratados
con un tono triste, nostálgico y melancólico.
2.5.- Autores
En España existieron precursores del Modernismo como Ricardo Gil, Manuel
Reina, Francisco Villaespesa y, sobre todo, Salvador Rueda. No obstante, la
amplia resonancia de esta tendencia en nuestro país no se produjo hasta que
el poeta Rubén Darío lo visita en 1892 y publica Prosas profanas (1896), obra
que significa el triunfo de la concepción modernista.
Como figuras características de nuestro Modernismo habría que destacar a
Manuel Machado, y en un nivel inferior a Marquina.(teatro)
Aunque el Modernismo se plasmará en la poesía, cabe destacar a tres grandes
autores que en sus principios se considerarán modernistas:
-
Valle-Inclán, máximo representante de la prosa modernista en su
primera época.
Antonio Machado, que arranca de un Modernismo intimista y
simbolista.
Juan Ramón Jiménez, que cultiva el Modernismo antes de su giro en
1916.
2.6.- La lírica en el Modernismo:
-
Temas (igual)
-
Estética/Renovación del lenguaje
La búsqueda de belleza, de exquisitez y de elegancia influyen en el lenguaje,
en cuanto al uso del léxico y los recursos estilísticos. Se persiguen la
musicalidad (iban frases vagas y tenues suspiros/entre los sollozos de los
violoncelos), la sonoridad (la voz robusta de las trompas de oro) y el colorismo
(son riquísimos los efectos plásticos que se consiguen: amor lleno de púrpuras
y oros (R. Darío) / diosa blanca, rosa y rubia hermana (R. Darío). Las
innovaciones estilísticas del Modernismo que se caracterizan por su valor
ornamental o por su poder sugeridor (o por ambas cosas) son:
-
se caracteriza por la riqueza y la belleza del léxico, el cual se enriquece
con cultismos o voces de exóticas resonancias, o con adjetivación
ornamental:
Ej.; unicornio, dromedarios, pavanas (Danza española, grave y seria y
de movimientos pausados), propileo sacro (vestíbulo de un templo
sagrado), ebúrneo cisne (cisne de marfil), sensual hiperestesia
(sensibilidad excesiva y dolorosa), bosque hiperbóreo (Se dice de las
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regiones muy septentrionales (del norte) y de los pueblos, animales y plantas
que viven en ellas), alma áptera (que carece de alas)…
Ej. de adjetivación:
En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufría.
En busca de quietud bajé al fresco y callado jardín.
En el oscuro cielo Venus bella temblando lucía,
como incrustado en ébano un dorado y divino jazmín.
Rubén Darío, Azul
-
-
se usa frecuentemente la sinestesia (atribuir a un sentido sensaciones
que corresponden a otro). Ej.: callado jardín, verso azul, esperanza
olorosa, sol sonoro…
se utilizan otros recursos como hipérbatos, aliteraciones, metáforas…
-
Métrica
Por influencia del Simbolismo, se prolongan las aportaciones de los
románticos, se incorporan formas procedentes de Francia, se resucitan
versos y estrofas antiguos…, pero introduciendo algunas innovaciones:
-
-
-
Estrofas y versos. Emplean sonetos, silvas, romances… pero con
versos atípicos en la literatura castellana por influencia francesa:
eneasílabos (apenas usados en nuestra poesía) y dodecasílabos (con
hemistiquio central 6 + 6: Era un aire suave de pausados giros). Cabe
destacar el alejandrino (14 sílabas con hemistiquio. Ej.: ¡Ay!, la pobre
princesa de la boca de rosa / quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
/ tener alas ligeras, bajo el cielo volar, […] Rubén Darío, Sonatina) como
verso preferido, utilizado ya por Gonzalo de Berceo en la época
medieval.
Ritmo. Da a los versos un efecto musical y sonoro que se consigue,
principalmente, por los acentos del verso (para mí: dactílicos: óoo
“ínclitas razas ubérrimas!,anfíbracos: oóo “¡Ya viene el cortejo!”,
anapestos: ooó)
Rima. Además de mantener las rimas alternantes (consonante,
asonante), usan también los versos monorrimos
En el nombre del Padre, que fizo toda cosa,
Et de don Ihesuchristo, fijo de la Gloriosa,
El del Spíritu Sancto, que egual dellos posa,
De un confesor sancto quiero fer una prosa.
A
A
A
A
“Vida de Santo Domingo de Silos” Gonzalo de Berceo. (Siglos XII-XIII)
y la rima interna: pues como su nombre indica es la que rima vocablos
interiores del verso, sin dejar de rimar los finales, o rimando también con
ellos.
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Muy alto sseñor,
nin visto color
nin trobo discor
pues tanto dolor
non visto aduay,
de buen verdegay,
nin fago deslay,
yo veo que ay.
Anónimo. (Cancionero de Baena)
-
Autores
Rubén Darío
Su verdadero nombre era Félix Rubén García Sarmiento. Nació en una
aldea de Nicaragua en 1867. Se inició joven en el periodismo, tarea que
mantendría durante casi toda su vida, caracterizada por continuos viajes: va
a Chile en 1886; en 1890 vuelve a El Salvador (allí se casa por primera
vez); en 1892 pasa a Guatemala y de allí viene a España. Sigue por
Argentina, EE.UU, y París. En Managua conoce a su segunda esposa,
Rosario Murillo. En 1894 deja París y se instala en Argentina, donde
colabora con el periódico La Nación. Como corresponsal de este periódico
vuelve a España en 1898. De allí pasa a París, realiza un periplo por
Europa y vuelve a Madrid. En 1907 regresa a Nicaragua, donde lo nombran
cónsul de España, y viene a nuestro país después de visitar París. Regresa
a América en 1914, ya muy enfermo. En Guatemala se reúne con su mujer
y regresa a su país natal, donde muere en 1916 (aún hoy no se sabe la
enfermedad que padeció).
La obra de Rubén Darío.
Su primera obra poética de importancia es Azul (1888), en la cual aún no se
dan innovaciones métricas y estróficas, pero sí otros rasgos modernistas
como la sensualidad, la musicalidad, la melancolía, la preocupación por el
léxico, el cultismo y la adjetivación. Prosas profanas (1896) es el libro que
marca su magisterio poético en la literatura en lengua castellana a ambos
lados del Atlántico (el modernismo es el primer movimiento literario que
inicia el camino desde Hispanoamérica hacia España). En este libro, la
poesía de Darío llega a su culminación modernista. En él están presentes el
erotismo, el paganismo, la belleza, el colorido… Se recurre a imágenes
sugeridas por las distintas artes (música, pintura, escultura), la mitología
aparece una y otra vez, los símbolos religiosos se utilizan como recursos
estéticos y lo exótico se convierte en necesario.
Por otro lado, logra la tan buscada musicalidad: el ritmo sigue el clima
creado temáticamente en el poema; para ello se vale de los acentos
rítmicos, de medidas variadas de verso, aliteraciones, onomatopeyas,
polisíndeton, anáforas, paralelismos, repeticiones, bimembraciones… Con
Cantos de vida y esperanza (1905), Darío profundiza en aspectos
relacionados con el paso del tiempo y la crisis existencial del hombre.
Disminuye el vitalismo de Prosas profanas para dar lugar a una actitud
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reflexiva, de preocupación, de interrogación personal. La pérdida de la
juventud, etapa pletórica de la vida, significa además el fin de ilusiones y
esperanzas. Ésta es también la poesía del Darío que se compromete con la
realidad de su tiempo, el que observa el avance de EE.UU. como potencia y
el peligro que ello supone para las naciones hispanoamericanas.
Manuel Machado Sevilla - Madrid (1874-1947)
Buen conocedor de la obra de Rubén Darío, así como de los simbolistas y
parnasianos, sin embargo, su lírica no será tan grandilocuente. Sus libros
de poesía más importantes serán Alma (1900), Apolo (1911) y Cante hondo
(1912), en los que también influye el folclore andaluz.
En sus poemas ensalza el casticismo (por ejemplo su referencia a los
toros), la vida bohemia, los amoríos superficiales, el intimismo y los
personajes de la historia de España.
Juan Ramón Jiménez (Moguer 1881- Puerto Rico 1958)
La obra de Juan Ramón Jiménez se inicia dentro del Modernismo literario. Su
trayectoria poética ejemplifica la evolución de la lírica española desde el
Modernismo al Vanguardismo. En ella podemos distinguir tres etapas: la
sensitiva, la intelectual y la suficiente, según terminología del propio autor. En
cada una de ellas se reiteran los temas principales de su obra: la belleza, la
poesía, el amor, la naturaleza, la eternidad y Dios.
Etapa sensitiva (1900-1915). Sus primeras composiciones presentan un cariz
romántico e intimista, influido especialmente por la poesía de Bécquer; sin
embargo, y tras su encuentro con Rubén Darío, incorpora rasgos modernistas y
publica entre otros: Almas de violeta, Ninfeas, Arias tristes, Jardines lejanos,
Baladas de primavera y Pastorales. Métricamente, no obstante, predominan los
versos octosílabos y la rima asonante.
A partir de 1908, se aleja de la sonoridad y la ornamentación modernistas. Sus
obras reflejan ya la sencillez, al menos aparente, con la que el poeta intenta
componerlas. Para ello, utiliza versos endecasílabos y alejandrinos. Entre las
obras de estos años destacamos: Elejías, La soledad sonora, Poemas májicos
y dolientes, y Sonetos espirituales.
Etapa intelectual (1916-1936)
Etapa suficiente (1936-1958)
En su poesía se mantienen ciertos símbolos propios del modernismo, sobre
todo el del mar: un mar que atrae, que despierta la melancolía, pero también el
ansia de belleza y de tranquilidad. Es el movimiento y la quietud, la inmensidad,
el azul que invita a soñar, cambiante como la poesía misma, en constante ir y
venir.
Cabe destacar su obra Platero y yo (1907).
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… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostáljico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
Juan Ramón Jiménez
“Poemas agrestes”
- ¿Cuál es el tema del poema?
La muerte.
- Explica de qué elementos se vale el poeta para sugerir el tema.
Los verbos de movimiento en futuro (me iré), en contraste con la ausencia de
movimiento de se quedarán, se quedará, además de los complementos del
nombre con la preposición que tienen un valor d negación: sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido.
- ¿Qué figuras retóricas encuentras?
Polisíndeton
Metonimia: tocarán las campanas (alguien las toca), el pueblo se hará nuevo
(no es el pueblo sino los habitantes.
Derivación: las campanas del campanario
La canción de la carne
Para Francisco Villaespesa
Las moradas sombras de la tarde muerta
por el hondo valle lentas resbalaban…;
la selva sombría
se quedó en silencio, triste y solitaria…;
cortando con lumbre las siluetas largas,
largas y espectrales
de los negros árboles,
asomó la Luna por el alto monte su faz
tersa y pálida…
Un suspiro lúbrico
estremeció el bosque triste y solitario…;
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resonaron luego frescas carcajadas…;
y entre los ramajes de hojas cristalinas,
surgieron desnudad, radiantes y blancas,
hermosas bacantes
que al beso plateado de la Luna tersa, de
la Luna pálida,
parecían vivientes estaturas de nieve,
parecían estatuas
de marmóreos pechos, de muslos pentélicos,
de espaldas turgentes, ebúrneas y albas…
Juan Ramón Jiménez
“Ninfeas”
Antología poética
Señala los elementos modernistas de La canción de la carne.
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3.- LA GENERACIÓN DEL 98
3.1.- El concepto de “Generación del 98”
Fue Azorín quien propuso tal denominación en unos artículos de 1913.
Según él, integraban la “Generación del 98” autores como Unamuno, Baroja,
Maeztu, Valle-Inclán… (no cita a Antonio Machado). Esto sorprenderá a
quienes estén acostumbrados al repetido deslinde entre modernistas y
noventayochistas. Sin embargo, ha de advertirse que, según Azorín, los rasgos
que permiten agrupar a tales autores son, no sólo un “espíritu de protesta”, sino
también “un profundo amor al arte”; y entre las influencias, señala las de
parnasianos y simbolistas. Queda claro, pues, que tal “generación” no es, para
Azorín, algo deslindado del Modernismo ni opuesto a él.
Por lo tanto, podemos decir que el término Generación del 98 se ha
aplicado tradicionalmente a un grupo de escritores de finales de siglo,
coetáneos a los modernistas (Miguel de Unamuno, Pío Baroja, José
Martínez Ruiz “Azorín”, Ramiro de Maeztu y Antonio Machado. Mención
aparte merece Ramón María del Valle-Inclán, ya que aunque se le incluye
dentro de la Generación del 98, encontramos en su obra inexistencia de puntos
en común con los autores anteriores).
Pedro Salinas, en un ensayo de 1935, aplica al 98 el concepto de “generación
literaria”, que establece unos requisitos generacionales, tales como:
1. Nacimiento en años poco distantes. En efecto, once años separan al
más viejo y al más joven de los autores citados (Unamuno, 1864;
Antonio Machado, 1875).
2. Relaciones personales. A Baroja, Maeztu y Azorín, les unió una gran
amistad, y tuvieron contactos con Unamuno y Valle. Coincidieron en las
mismas tertulias, en las mismas revistas…
3. Participación en actos colectivos propios. En 1901, un viaje a Toledo
o un homenaje a Larra, en 1902, el homenaje a Baroja por la publicación
de Camino de perfección, etc.
4. El acontecimiento generacional que aúna sus voluntades fue el
“Desastre del 98”, fecha que les dio nombre.
5. Lenguaje generacional. Son evidentes las novedades estilísticas que
los distancian de la generación anterior.
Estos son algunos de los requisitos que propone Salinas para aplicar el
concepto de “Generación del 98”, pero cabe mencionar, que aún a día de hoy,
hay ciertos críticos que no ven una diferencia entre Modernismo y Generación
del 98.
No obstante, esta corriente literaria se forma a partir del “Grupo de los Tres”,
integrado por Ramiro de Maeztu, Pío Baroja y Azorín, quien dijo que “el grupo
no podía permanecer inerte ante la dolorosa realidad española. Había que
intervenir”, refiriéndose a la España de la época.
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3.2.- ESTILO Y TEMÁTICA
Los rasgos estilísticos comunes a los autores de la Generación del 98 son:
-
el uso de un lenguaje sencillo marcado por un claro antirretoricismo
el enriquecimiento de la lengua con la etimología y la expresión popular
(palabras tradicionales y terruñeras)
la abundancia de estructuras coordinadas en la sintaxis y de párrafos
breves
la renovación de la técnica de la novela, y la predilección por el ensayo
Respecto a la temática, los escritores del 98 manifiestan dos grandes
preocupaciones: el tema de España y el sentido de la vida. Demuestran un
entrañable amor hacia ella, denuncian su atraso y buscan soluciones distintas
ante los tópicos como antes hicieron otros autores (Quevedo, Gracián, Feijoo,
Cadalso, Jovellanos, Larra, Costa y Giner de los Ríos.
Su temática por lo tanto, tiene relación con los siguientes aspectos:
-
-
-
El paisaje. Descubren y valoran el austero y pobre paisaje castellano
como núcleo de España (aunque ninguno haya nacido en Castilla). No
reflejan el paisaje de forma realista y objetiva, tal como lo habían hecho
los autores del Realismo, sino subjetivamente, ya que proyectan su
espíritu sobre él. De este modo, desean captar su alma y por medio de
ella, la de Castilla y la de la verdadera España, sintiendo tristeza y amor.
La historia. al principio, consideran que la historia reciente de España
es la causa de los males que sufre el país, pero a partir de 1905 también
indagan en el pasado para encontrar los valores intrínsecos de Castilla
y España. Más que la historia externa (conflictos, conquistas,
sucesiones,…) les atrajo lo que Miguel de Unamuno califica como
intrahistoria, es decir, la vida callada de millones de personas sin
historia que son los verdaderos protagonistas.
El profundo amor por Castilla y por España les lleva a anhelar la
europeización del país. En muchas ocasiones buscan esa realidad
histórica en la literatura anterior, sobre todo, en la de carácter
tradicional.
Los problemas existenciales. Los escritores de la Generación del 98
entroncan con la filosofía de final de siglo y, como los modernistas,
sienten desazón como consecuencia del mundo que les ha tocado vivir.
Se preguntan sobre el sentido de la existencia del ser humano, el paso
del tiempo, la muerte… y, al no hallar respuestas, padecen una profunda
angustia vital. Aunque son agnósticos en su mayoría, la religión
también está presente en su producción literaria; en este sentido,
destaca Miguel de Unamuno.
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3.3.- LA LÍRICA
Los autores de la Generación del 98 valoran la poesía de Gustavo Adolfo
Bécquer y Rosalía de Castro, dos románticos que se esforzaron por expresar el
auténtico yo poético. Admiran también la literatura medieval castellana y la de
los Siglos de Otro, revalorizando a poetas como Gonzalo de Berceo y Luis de
Góngora, de quien reivindican su faceta más popular representada por los
romances y las letrillas.
La lírica de la Generación del 98 presenta estas características:
-
-
La temática gira en torno a dos preocupaciones: España y el sentido de
la vida. De la primera deriva el interés por el paisaje castellano y la
actitud crítica ante el atraso de la nación española; en la segunda
podemos incluir el paso del tiempo, la muerte, los sentimientos y los
recuerdos, y la búsqueda de Dios.
El lenguaje poético está marcado, como en otros géneros literarios de
este grupo generacional, por la voluntad antirretórica. Esto significa
que rehuyen de la grandilocuencia y se decantan por la sencillez.
ANTONIO MACHADO (1875-1939)
1. El hombre
Nace en Sevilla y viene de niño a Madrid. Lleva una juventud de aire
bohemio. Sus estudios fueron irregulares y sus trabajos esporádicos. Viaja
varías veces a París.
En 1907 obtiene la cátedra de Francés y la ejerció en el Instituto de Soria. En
1909, se casa con Leonor Izquierdo, una muchachita de dieciséis años. Con
ella va a pasar un año en París, pero en 1911, Leonor sufre una violenta
tuberculosis y regresan a Soria, en donde ella morirá el 1 de agosto de 1912.
Antonio, desesperado, abandona la ciudad castellana y se traslada a Baeza,
pero su corazón queda en Soria, en el “alto Espino”, el cementerio donde
reposa Leonor.
Tras estos acontecimientos realiza recorridos por distintos lugares. Es elegido
miembro de la Real Academia Española en 1927. Conoce por entonces a Pilar
Valderrama, la Guiomar de sus últimos poemas amorosos. Y, en 1931, obtiene
la cátedra en el Instituto Calderón, de Madrid (más tarde pasará al Instituto
Cervantes). En Madrid le sorprende la guerra. Firme partidario de la República,
tiene que trasladarse a Valencia; en un pueblecito vecino, vive y escribe en
defensa de su España, hasta 1938, en que va a Barcelona, para refugiarse al
año siguiente en Francia con su madre. Ambos, muy enfermos, son acogidos
en un hotelito. Allí, el 22 de febrero de 1939, muere el poeta. Tres días después
fallece su madre.
Fue un hombre sencillo, bueno, de hondísima sensibilidad y muy metido en sí
mismo.
Ideológicamente se formó en el Instituto Libre de Enseñanza, lo que le sitúa en
la línea del liberalismo reformista de las clases medias. Pero sus ideas se
radicalizan con el tiempo, sobre todo al contacto con las desigualdades
sociales de Andalucía y ante el incremento de los movimientos obreros, con los
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que simpatizó pronto. Su ideal de fraternidad, le llevó en sus últimos años, a
proclamaciones revolucionarias. Mostró hasta el final de su vida una ejemplar
consecuencia con sus convicciones profundas. Estuvo, según sus palabras, “a
la altura de las circunstancias”.
2.- El poeta: su estética
Antonio Machado va a tener una doble fuente que procede:
-
del Romanticismo tardío representado por Rosalía y Bécquer.
se apoya en el Simbolismo, ese querer buscar la esencia de las cosas,
con palabras simbólicas que lo dijeran todo.
Esta doble fuente, hace que situemos a Antonio Machado en primer lugar en el
Modernismo, pero muy pronto se propuso seguir otros caminos y elaborar una
poesía muy personal.
Elabora unos versos que van más allá de lo superficial, que quieren expresar lo
que vive en el hondo el ser humano, es decir, hacer una poesía que recoja el
latido humano.
Más tarde va a definir su poesía como: “Palabra esencial en el tiempo”.
Esencial: quiere expresar la realidad más profunda del hombre y quiere hacerlo
no de forma abstracta, sino en el tiempo concreto del español de entonces. Le
preocupa el paso del tiempo, el tema de la muerte y el origen de Dios como
meta de la vida.
Su lenguaje poético cada vez se va depurando más, haciéndose más sobrio
(menos palabras para decir más ideas), más denso. Es una poesía más honda,
más entrañablemente humana.
3.- Su inicio: Soledades
-
-
-
-
Soledades es el primer libro que publica A. Machado. Lo compone en
1903 y en 1907 (suprimidas muchas composiciones y añadidas muchas
más), lo publica con el título Soledades, galerías y otros poemas.
Modernismo intimista: el Romanticismo tardío y el Simbolismo, son las
escuelas que lo forman en el Modernismo intimista. Él siempre querrá
mirar hacia dentro de sí mismo, contando sus sentimientos.
A A. Machado le interesan los sentimientos universales, es decir, los
sentimientos de todo el mundo. Éstos serán: el tiempo (fugacidad…), la
muerte que es la que marca trágicamente el tiempo, está ahí para que
el hombre tome conciencia, la muerte como enemiga de la vida, de las
esperanzas. La muerte entronca con el tema de Dios como principio de
todo ser, busca a Dios en su interior, en su más íntimo yo y entabla un
monólogo entre Dios y el ser humano.
Todo ésto, desemboca en querer apresar el destino del hombre, según
él, el hombre va a ser un pozo de soledad, de angustia y de melancolía
por la muerte.
Poesía simbolista: sintetiza las preocupaciones en símbolos y
repitiendo los símbolos aparecen la angustia, la melancolía…
- la tarde: es donde el hombre siente más la angustia. Es la vida
que se nos escapa. La noche tiene connotaciones con la muerte.
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- el agua: es un tema recurrente. Es símbolo de muchas cosas.
Cuando brota es vida, cuando emana de las fuentes va a ser la
fugacidad de la vida, cuando está quieta en un estaque o en un
mar va a ser la muerte.
- la noria: va a ser el paso del tiempo, la rutina, el sin sentido.
- la fuente: va a ser nostalgia, tiempo que pasa, etc.
- las galerías del alma: son los caminos del alma, los entresijos
del alma.
-
-
Huye de los abstracto y decorativo, siempre va buscando las palabras
limpias, las frases cortas, con el objetivo de eternizar lo momentáneo,
retratando, por ejemplo, la risa de un niño en la noria. Él quiere con
palabras expresar lo que está sucediendo en este momento.
La versificación en A. Machado. Suele utilizar los versos octosílabos y
endecasílabos, con los últimos da preferencia a los temas más graves,
más serios, dándoles más lentitud.
4.- Campos de Castilla
La sensibilidad de Machado conectó profundísimamente con Castilla. Él mismo
pronunció: “Me habéis llegado al alma”, refiriéndose a las tierras castellanas. El
alma de Machado va a estar siempre teñida del alma castellana. Vuelta a la
poesía intimista.
Lo publica en 1912 e incluye paisajes, gentes, tierras de Castilla, sobre todo de
Soria, que es donde él vive; y meditaciones sobre la realidad, meditaciones
ácidas.
El paisaje: a veces recoge el paisaje castellano de una manera objetiva (pocas
veces), pero muy pronto se produce la sintonía entre alma y paisaje. Si el alma
de Machado se mancha de nostalgia, el paisaje también.
Machado va a elegir del paisaje aquello que sugiere soledad, melancolía,
muerte, fugacidad de la vida…, seleccionando lo gris, lo árido, lo duro… (Ej.:
Orillas del Duero, poema XC).
Actitud crítica: también ve las gente de Castilla (son el alma de España). Hay
testimonios de la pobreza de Castilla y una denuncia de los males de España.
Proximidad temática con los del 98. Cuando deja Soria y se marcha a Baeza
viendo la pobreza, Machado se vuelve más progresista.
Leonor: hondos poemas inspirados por la enfermedad y la muerte de Leonor.
Cuando Leonor muere, él era joven pero, empieza a sentirse viejo. (Poema A
José María Palacio).
Proverbios y cantares: composiciones breves que encierran juegos de
palabras o una idea más o menos inteligente o un concepto filosófico.
La tierra de Alvargonzález: con este largo romance el poeta consigue
revitalizar la vieja versificación. Se trata de un estremecedor poema narrativo,
que cuenta la leyenda triste que se cantaba en Soria. Se lo dedicó a Juan
Ramón Jiménez.
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5.- Nuevas canciones
Es su tercer libro publicado, y lo hace en 1924. Es un libro breve y
heterogéneo. Ya está lejos de Soria cuando lo escribe, aunque sigue viendo
paisajes y poemas de circunstancias variadas. Lo más importante son los
nuevos proverbios y cantares: brevísimos poemas que encierran un
pensamiento o una paradoja y exigen un esfuerzo del lector para captar la idea.
Las preocupaciones filosóficas pasa a un primer plano y se hacen más
patentes, éstas anegan la belleza poética de sus composiciones.
Posteriormente a Nuevas canciones su producción es muy escasa:
-
Canciones a Guiomar (amor tardío)
Poesías de guerra: aquí encontramos poemas como por ejemplo El
crimen fue en Granada (elegía bellísima dedicada a García Lorca).
3.4. LA NOVELA
Los novelistas de la Generación del 98 optan por un despego del Realismo y
del Naturalismo, y la nueva Generación quiere hacer una literatura que sea
“arte en sí misma”, centrándose básicamente en la exposición de las ideas y
ambientes desde un punto de vista subjetivo. Así, las características generales
de la novela noventayochista serán:
-
-
-
-
Temática: reflejan los problemas existenciales que torturan a los
personajes: la angustia ante la muerte, la fugacidad de la vida, la
soledad…
Estructura: no suele seguirse la estructura tradicional de la novela. Así,
algunas de ellas son una serie de episodios, anécdotas y digresiones
(efecto de romper el hilo del discurso y de hablar en él de cosas que no
tengan conexión con lo que se está tratando) en las que aparecen y
desparecen los personajes (Baroja), o bien narraciones planteadas a
partir de supuestos filosóficos (Unamuno).
Personajes: los protagonistas son antihéroes, marginados sociales que
luchan por sobrevivir (Baroja); o personajes frustrados que caen en el
más hondo pesimismo ante lo absurdo de la propia existencia
(Unamuno).
Estilo: es, en general, sobrio y antirretórico a la vez que cuidado; en
definitiva, priman la sencillez y la agilidad narrativas. Se acentúa el
subjetivismo.
AUTORES
Pío Baroja (1872-1956)
Vida y personalidad
Nació en San Sebastián. En Madrid estudió Medicina y se doctoró con una
tesis sobre El dolor, pero ejerció poco tiempo como médico fuera de Madrid.
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Vuelve a Madrid para regentar la panadería de una tía suya, pero sus contactos
con escritores como Azorín o Maeztu, le llevan a entregarse de lleno a su
vocación literaria, publicando sus primeros libros en 1900.
Baroja es considerado el gran novelista de la Generación del 98 por su
copiosísima producción.
De 1900 a 1911 publica 17 obras, culminando con la que sin duda sería su
gran obra maestra El árbol de la ciencia, la cual tiene mucho de autobiográfico.
Su fama se ha consolidado. En 1935, ingresa en la Real Academia. La Guerra
Civil le sorprenderá en el País Vasco, desde donde pasa a Francia. En 1940,
se instala de nuevo en Madrid y recupera su vida sosegada. Pero su capacidad
creadora va agotándose. Muere en Madrid.
Fue un hombre solitario y amargado. Él mismo se incluye entre quienes están
enfermos por tener más sensibilidad de la necesaria. Sentía un gran pesimismo
por el hombre y el mundo, pero a la vez es capaz de sentir una inmensa
ternura por seres marginados o desvalidos.
Es un escéptico tanto en lo político como en lo religioso, no cree en la bondad
de las ideologías, de las religiones, de los partidos políticos. El escepticismo
marca su evolución ideológica. De joven había sido anarquista y ahora pide
una “dictadura inteligente”. Este espíritu atormentado va a hacer que sus
personajes estén teñidos de estas características y que lo que les defina sea su
inconformismo.
Su concepción de la novela
La novela para él es “un género multiforme, proteico”; “lo abarca todo: el
libro filosófico, el psicológico, la aventura, lo épico…”. Estamos, pues, ante la
típica novela abierta o, como él decía, “permeable”.
Lo que más valora es la invención, la imaginación y la observación.
Su estilo
Ha sido frecuente afirmar que “escribe mal”, frecuentes incorrecciones
gramaticales que él mismo reconoce, aún así, Azorín dijo que el de Baroja era
“un gran estilo”.
Su estilo, es perfectamente coherente, con ese ideal suyo de narrar libremente,
espontáneamente…
Características:
- Antirretoricismo: que se traduce en un lenguaje claro, preciso…
- Prosa rápida dando la sensación de estar viva, de escaparse.
- Tono agrio, propio de su personalidad amargada y muchas veces con
expresiones duras.
- Frase corta y párrafo breve, es lo que se llama la “técnica impresionista”.
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-
Sensación de viveza, de amenidad, sensación de estar ante lo vivido,
ante la realidad, tal cual sucede. Sus diálogos muestran una autenticidad
conversacional.
Sus novelas
Su producción es extensísima, hay más de 60 novelas, 34 de éstas aparecen
en las famosas “Trilogías”.
La primera trilogía se titula “Tierra vasca”, de la cual cabe destacar Zalacaín el
aventurero, es según Baroja “la más pulcra y bonita” de sus novelas. Zalacaín
es el hombre que le hubiese gustado ser a Baroja, un típico hombre de acción.
Otra de sus trilogías será “La vida fantástica”, de carácter psicológico, donde
expresa sus inquietudes espirituales y un amargo pesimismo. Destaca Camino
de perfección, donde su protagonista Fernando Osorio, encarna la angustia
existencial y el anhelo de hallar un sentido a la vida.
En la trilogía “La lucha por la vida” cabe destacar La busca, ya que, es para
muchos la obra más intensa y significativa del autor. La más intensa por el
realismo que muestran los barrios de Madrid; Manuel, su protagonista, es una
figura conmovedora, zarandeada por la sociedad.
A “La raza” pertenece El árbol de la ciencia, de la que el mismo dijo “es, entre
las novelas de carácter filosófico, la mejor que yo he escrito”. Tiene mucho de
autobiográfica, y, además, es toda una radiografía de una sensibilidad y de
unos conflictos espirituales que se hallan en la médula de la época.
En “Las ciudades” destacar César o nada. César es un hombre valiente que se
enfrenta con el ambiente degradado de una ciudad provinciana.
“El mar” se compone excepcionalmente de cuatro novelas, destacando Las
inquietudes de Shanti Andía, marinero vasco, recio, con una personalidad
fortísima, rodeado de un ambiente marinero.
Escribe también Memorias de un hombre de acción, son 22 novelas de carácter
histórico, protagonizadas siempre por el mismo personaje, Eugenio de
Aviraneta, antepasado de Baroja.
Baroja escribió, además, numerosos cuentos y novelas cortas, varios tomos
de ensayos, libros de viaje, biografías, e incluso varias obras dialogadas.
Miguel de Unamuno (1864-1936)
Vida y personalidad
Nace en Bilbao en 1864 y muere en Salamanca en 1936. Siempre hizo gala de
su tierra y de su raza. Estudió Filosofía y Letras en Madrid. Obtuvo la Cátedra
de Griego en la Universidad de Salamanca, de la que también fue rector.
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Fueron frecuentes sus viajes por España, pero residió en Salamanca sin más
paréntesis que el destierro de 1924 a 1930, en Fuerteventura y Francia, como
consecuencia de su oposición a la Dictadura de Primo de Rivera.
Su evolución ideológica y espiritual, podría dividirse en dos grandes etapas:
1. Antes de 1897. Es estudiante, docente, colabora en revistas y periódicos
socialistas y va a decir de esta etapa que es la lucha pero también la
muerte espiritual. Es el momento donde su ideología se entronca con las
ideologías progresistas. Es un luchador que cree que el mundo puede
cambiar y ser mejor. En 1897, entra en una gran crisis que viene de su
obsesión por la inmortalidad y la confrontación de esta idea con la nada.
Es una época de tortura interna.
2. Después de 1897. Esta lucha no se ha solucionado, y vemos a
Unamuno angustiado con los temas existenciales, preocupado por los
temas religiosos, preguntándose si alguien le dará una respuesta,
apareciendo cada vez más desilusionado y desesperanzado. Se vuelve
totalmente conservador.
Fue un hombre con una personalidad fortísima y desgarrada, lo que le condujo
a una vida solitaria y a morir solo.
Fue un pensador brillante y fecundo, y eso se refleja en sus innumerables
ensayos. Su filosofía vitalista (siempre en torno a problemas existenciales), le
llevará a ser el máximo representante de las preocupaciones existenciales en
España.
Su obra estrictamente literaria está plagada de sus ideas filosóficas. En su obra
encontramos sus propios conflictos y sus propias angustias, de tal manera que,
leyendo su obra uno conoce el alma de Unamuno. Su carácter siempre
marcado por la contradicción se refleja también en su lenguaje: antítesis,
paradojas…, y todo ello en un estilo sencillo, lleno de vigor, con palabras
escogidas.
Temas
Cultivó Unamuno todos los géneros. Y todos ellos están recorridos por sus dos
grandes ejes temáticos: el problema de España y el sentido de la vida
humana o preocupación existencial (el ser humano, la muerte y Dios).
Del primer tema, le preocupa el tema de la europeización de España, la idea de
la “intrahistoria”, los problemas del país…
Del segundo, la obsesión por la inmortalidad. Su postura es racional: las
personas sólo pueden conocer por medio de la razón y ésta no puede darnos
certeza de la existencia de Dios, pues a Dios sólo se puede llegar mediante el
sentimiento y no la razón. Esta contradicción provoca una lucha entre razón y
fe, que lleva a un sentimiento trágico de la vida o angustia existencial.
Novelas
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Las novelas de Unamuno son, por lo general, una proyección de sus problemas
vitales, de su lucha interna. Él mismo dice que no son novelas y prefirió
llamarlas nivolas: relatos cortos en los que el autor, para profundizar en el
drama de la existencia humana, prescinde de lugares concretos y evita las
descripciones.
Comenzó por una novela histórica sobre la última guerra carlista: Paz en la
guerra. Es una obra espléndida, de amplias dimensiones, que requirió más de
doce años de preparación. Por ello decía Unamuno que era tarea de “novelista
ovíparo” (el que incuba largamente su creación).
Pero pronto pasó a ser un “novelista vivíparo”, es decir, de parto rápido, que
escribe a lo que salga, cuyas novelas se van haciendo al escribirlas, aunque
partiendo de una idea central. Su primera novela de esta línea será Amor y
pedagogía.
Las novedades formales de la obra hicieron decir a ciertos críticos que aquello
no era propiamente una novela. Por ello, con actitud desafiante, Unamuno
subtitularía nivola a su siguiente obra narrativa: Niebla, sin duda su obra
maestra.
Desde entonces, los protagonistas unamunianos son “agonistas”, esto es,
hombres que luchan, que se debaten contra la muerte y la disolución de su
personalidad. Junto a ello, habrá otros dramas, otros conflictos. Así, Abel
Sánchez habla de la envidia, del odio, del “cainismo”. La tía Tula gira en torno
al sentimiento de maternidad, uno de los anhelos esenciales para el autor.
Escribió, además, cuentos y novelas cortas.
En otro plano, cabe citar la novela San Manuel Bueno, mártir, en la que un
pobre párroco que, pese a haberla perdido, contagia de fe a los feligreses, que
lo consideran santo y mártir, ajenos a la íntima contradicción del sacerdote.
3.5. EL TEATRO: RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN
1.- El hombre.
Nació en Villanueva de Arosa, Pontevedra, en 1866. Comenzó la carrera de
Derecho, pero, antes de acabar sus estudios, su inquietud aventurera le
impulsa a marcharse a México (1892-1893). Tras su estancia en México,
regresa a Madrid donde lleva una vida bohemia. En una disputa con un amigo
periodista, en 1899, recibe un bastonazo que le hunde un gemelo en la
muñeca: la herida se infecta y ha de amputársele el brazo izquierdo.
En 1907, se casa con la actriz Josefina Blanco. Se crea para él una cátedra de
Estética en la Escuela de Bellas Artes de Madrid, pero Valle se aburre y la deja,
dedicándose por entero a la literatura. En 1933, se separa de su mujer. La
República lo nombra director de la Academia Española de Roma. En 1935,
aquejado de un cáncer, regresa a Santiago de Compostela, donde muere en
enero de 1936.
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Fue Valle-Inclán, en palabras de Ramón Gómez de la Serna “la mejor máscara
a pie que cruzaba la calle de Alcalá”. Su figura humana es inconfundible:
manco, con melenas y largas barbas de chivo, con capa… El general Primo de
Rivera le llamó “eximio escritor y extravagante ciudadano”. Extravagante sí,
pero rigurosísimo escritor.
Políticamente, pasó del tradicionalismo a posturas anarquistas (al contrario que
los del 98).
2.- La obra. Su evolución.
Su producción es considerable y variada: novelas, cuentos, teatro, poesía…
Pasa de un Modernismo elegante y nostálgico a posturas críticas cercanas a
los del 98, basadas sobre todo en una feroz distorsión de la realidad.
Sus etapas:
1.- Etapa modernista.
La producción cumbre de esta etapa serán las Sonatas, cuatro novelas
publicadas por este orden: Sonata de Otoño (1902), Sonata de Estío (1903),
Sonata de Primavera (1904) y Sonata de Invierno (1905). Son las supuestas
memorias del Marqués de Bradomín, un “don Juan feo, católico y sentimental”.
Se suceden aventuras y amores. Es la exaltación de un mundo decadente, con
escenas de exquisita elegancia y otras inmorales. Por su estilo, suponen en
prosa lo que la obra de Rubén Darío supuso para la poesía: es una prosa
rítmica, refinada, rica en efectos sensoriales, bellísima.
A esta etapa corresponde también Las Comedias Bárbaras, trilogía formada
por: Águila de Blasón (1907), Romance de lobos (1908) y Cara de Plata (1922).
Aparece un ambiente rural gallego, personajes tarados, extraños, violentos, con
fuertes pasiones. El estilo es brillante y musical (modernista), aunque ya
aparece un lenguaje desgarrado y áspero (se aleja del Modernismo).
2.- La época de los esperpentos.
Valle se consolida como autor teatral en 1920 con Luces de Bohemia, es la
primera obra a la que Valle le da el nombre de esperpento y que, además,
contiene en la famosa escena XII, una teoría del nuevo “género”.
Esperpento significa “persona extravagante, cosa absurda”, para Valle será una
obra dramática que quiere superar la tragedia y la comedia, el dolor y la risa.
En esta obra, aparecen figuras marginales, grotescas, conmovedoras por su
carácter de seres extravagantes…
En cuanto al lenguaje, destaca su riqueza y la variedad de registros
empleados, será principalmente, un lenguaje crudo, soez, popular…
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Hay una degradación general que provoca una carcajada, pero que en realidad
oculta el llanto.
Divinas palabras será su segundo esperpento. Aparece un mundo sórdido,
lleno de seres deformes, inmorales, desajustados socialmente; este mundo se
corresponde con el lenguaje desgarrado y con frecuencia brutal.
Tras estos primero esperpentos, escribió Los cuernos de don Friolera, Las
galas del difunto y La hija del capitán, recogidos con el tiempo bajo el título de
Martes de carnaval. En ellos aparecen figuras marginales, grotescas. Todo ello
revela una visión ácida y violentamente disconforme con la realidad. El autor la
degrada y la agrede con una carcajada que en el fondo esconde el llanto.
En esta época también escribió novelas que según el autor son “esperpentos
trabajados con elementos que no podían darse en la forma dramática”. Así
tenemos, Tirano Banderas (sobre un supuesto dictador americano) y El ruedo
ibérico (violenta sátira política sobre el reinado de Isabel II) compuesto por tres
novelas: La corte de los milagros, Viva mi dueño y Baza de espadas.
Será, por tanto, Valle una de las máximas figuras del teatro español de los
últimos siglos. Muchas de sus obras han sido llevadas a escena con gran éxito.
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