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Enciclopedia Bovina
Difteria del ternero
Definición
Patogenia
Enfermedad infecciosa de los terneros que afecta la
laringe (laringitis necrótica) o la cavidad oral (estomatitis necrótica), caracterizada por fiebre y
ulceración, así como tumefacción de las estructuras afectadas.
El Fusobacterium es comensal del tubo digestivo de
muchas especies animales y del hombre. Las infecciones en animales suelen ocurrir cuando viven en
lugares antihigiénicos, sobre todo cuando los pisos
están cubiertos de estiércol. Es poco probable que
el germen se multiplique fuera del organismo animal pero, sin duda, permanece vivo en el suelo por
breves periodos.
El microorganismo tiene poca o ninguna capacidad para invadir el epitelio normal, pero en los
tejidos dañados por traumatismo, infección viral y
maceración puede penetrar y multiplicarse con facilidad. La lesión típica producida por cualquiera de
las especies es la necrosis con formación de abscesos y olor fétido.
Etiología
El Fusobacterium necroforum ha sido considerado durante largo tiempo como la causa de esta enfermedad, sin embargo, existen factores predisponentes,
como es el consumo de alimento fibroso.
Signos
Generalmente se produce como estomatitis necrótica
en terneros de menos de 3 meses de edad y como
laringitis necrótica en terneros mayores. El ternero
con estomatitis necrótica tiene dificultad para mamar, su apetito está deprimido y la temperatura puede elevarse a 40 °C. En los terneros con laringitis
necrótica el signo más prominente en casos graves es
el jadeo sonoro. Los primeros signos pueden incluir
la elevación de la temperatura corporal a 41 °C, respiración rápida y salivación; más tarde puede notarse
pudrición de la lengua y producción de exudado nasal. Los terneros pueden desarrollar tanto estomatitis
necrótica como laringitis necrótica y además de tos
conforme van siendo afectados los pulmones. Son
también signos prominentes la deshidratación y la
emaciación. El curso de la enfermedad suele ser corto, sucumbiendo el paciente no tratado a la toxemia
y la neumonía en un plazo de 2 a 7 días.
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Lesiones
Las principales lesiones son úlceras necróticas de
profundidad variable en las membranas mucosas
oral o faríngea. Es común que se produzcan membranas crupales o diftéricas. Las partes afectadas con
mayor frecuencia son: lengua —particularmente en
sus bordes—, superficie interna de las mejillas y revestimiento de la faringe. En los casos más graves
las lesiones se extienden a la cavidad nasal, la laringe e incluso los pulmones.
Diagnóstico de laboratorio
Con frecuencia, el examen bacteriológico de las
muestras tomadas de las lesiones ayuda a confirmar el diagnóstico.
Capítulo 4. Enfermedades de los bovinos
Hallazgos de necropsia
La inflamación intensa, debida al edema y la tumefacción de los tejidos alrededor de la úlcera, se acompaña de grandes masas de material purulento de
aspecto caseoso. Pueden encontrarse lesiones análogas a las de hocico, faringe y laringe, en pulmones y abomaso.
Prevención y tratamiento
Es necesario separar a los animales afectados de los
sanos. La limpieza y desinfección de los establos y
cobertizos son pasos importantes para prevenir la
difusión de la enfermedad; se recomienda la exploración física diaria de los terneros jóvenes para darse cuenta pronto de los nuevos casos.
La administración de sulfamidas brinda respuesta
favorable, sea cual sea el aspecto de las lesiones.
Resulta eficaz la sulfadimidina sódica 2 g por cada
30 kg de peso corporal repetidos diariamente durante 2 o 3 días. La sulfametacina se aplica a dosis de
150 mg por kg de peso diariamente durante periodos de 3 a 5 días; inicialmente se recomienda su administración parenteral, seguida por vía oral. Cuando
el animal tiene dificultades para deglutir puede ser
necesaria la administración parenteral. Dado que en
muchos casos los animales no beben bien, debe tenerse cuidado de administrar líquidos adecuados
durante la terapia con sulfamidas. Son también eficaces penicilina, estreptomicina, tetraciclina y
cloranfenicol, aplicándose en dosis indicadas según
el animal que se trate. Con frecuencia se instituye
tratamiento local a base de antisépticos (incluyendo
tintura) de yodo, pero probablemente ejerce poco
efecto en el curso de la enfermedad a menos que
también se administren antibacterianos. En ocasiones puede ser necesaria la traqueotomía para aliviar
la disnea. El pronóstico es favorable cuando el tratamiento se inicia oportunamente, pero cuando la
ulceración es muy extensa o aparece neumonía secundaria o abomasitis, es más reservado.
Control
Es aconsejable la alimentación suplementaria con
leche, y papillas nutritivas. La enfermedad se puede prevenir implantando medidas higiénicas estrictas en establos y abrevaderos; así como evitando
suministrar alimentos que produzcan lesiones
bucales. Cuando la frecuencia es elevada quizá sea
útil administrar un antibiótico en los alimentos a
manera profiláctica.
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia-UNAM
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