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Enciclopedia Bovina
Diarrea de los becerros
Definición
Es una enfermedad del tracto gastrointestinal de
etiología diversa (generalmente infecciosa), caracterizada por diarrea profusa, deshidratación y eventualmente muerte de becerros, que afecta a los
animales de menos de un mes de edad.
Etiología
Son diversos los agentes etiológicos identificados,
entre ellos se ubican los siguientes: infecciosos, parasitarios y virales.
Los más significativos, por su alta incidencia
son los infecciosos, entre los cuales los más importantes son: Escherichia coli y Salmonella typhimurium.
Epidemiología
En el caso de la colibacilosis, hay dos formas definidas de la enfermedad: La primera se presenta en
los primeros días de vida, provocando diarrea acuosa severa. La segunda ocurre entre la segunda y la
séptima semana de edad.
Ambas, formas son responsables de una alta
mortalidad en becerros, así como de la merma productiva de los animales.
En el caso de la salmonelosis (germen del cual
hay cientos de serotipos), esta afecta a animales entre la primera y la séptima semana de edad, causando también una diarrea severa y afectando el
rendimiento inmediato y posterior de los animales.
En el caso de la colibacilosis, los factores
epidemiológicos son: bajos niveles de inmunoglobulinas séricas, que hacen muy susceptible al becerro
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para padecer ésta infección; dichos niveles de
inmunoglobulinas se deben a una deficiencia en la
ingestión de calostro en las primeras horas de vida,
por lo que el becerro no cuenta con suficiente protección pasiva.
El caso de la salmonelosis también puede atribuirse a deficiencias inmunológicas, especialmente
hijos de hembras primerizas que no le transfieren
suficientes cantidades de inmunoglobulinas.
La importancia de la inmunidad calostral está bien
apoyada en investigaciones, aunque en condiciones
de campo el veterinario no puede determinar el nivel
de inmunoglobulinas en el calostro consumido.
Patogenia
Al ingresar el agente etiológico y proliferar en cantidades exageradas, sus toxinas provocan una respuesta inmediata del organismo debido a la ruptura
de la homeostasis intestinal la cual, fisiológicamente
se caracteriza por la secreción y reabsorción continua de agua dentro del tracto intestinal, lo que propicia el proceso de absorción de nutrientes por las
paredes intestinales dejando salir heces sólidas convenientemente humectadas que facilitan su evacuación. Cuando se inicia un proceso diarreico, la
secreción de agua hacia el intestino es exagerada,
quedando anulada la reabsorción, de ahí que la
excresión sea acuosa o diarreica.
Signos clínicos
El primer signo evidente puede ser la excreción
diarreica que puede ser amarillenta o blanca debido
Capítulo 4. Enfermedades de los bovinos
a la dilución de los pigmentos biliares que dan coloración a las heces normales. La fiebre es otro signo
que suele acompañar a la diarrea. Los animales
muestran pérdida del apetito y postración.
Si la diarrea se prolonga, los síntomas de deshidratación se hacen evidentes de 10 a 12 horas después de iniciado el proceso de enteritis aguda, siendo
patente entra las 16 y 24 horas posteriores, llegando a ser tan grave que causa la muerte del animal.
En los últimos estadios de la enfermedad —no
tratada o sin respuesta al tratamiento—, la hipotermia es un signo que anuncia la muerte.
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Diagnóstico
Para establecer el diagnóstico se requiere tener en
cuenta los antecedentes epidemiológicos.
El aspecto macroscópico de las heces puede
orientar sobre la causa de la diarrea. Por lo general,
las diarreas producidas por lesiones del intestino
delgado son profusas y en ocasiones tan claras como
el agua.
Las diarreas asociadas con lesiones de intestino
grueso se caracterizan por ser de pequeño volumen,
heces blandas y mucoides. La toxemia y la fiebre
sugieren que la enteritis es bacteriana y posiblemente
septicémica (salmonelosis).
En las diarreas alimenticias, las heces suelen ser
voluminosas, blandas y malolientes. El animal se
encuentra alerta y no presenta efectos sistémicos.
Prevención y tratamiento
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Asegurarse que los becerros ingieran calostro
entre las primeras 6 a 12 horas de nacidos.
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Asegurar que todos los utensilios utilizados en
la alimentación del becerro sean lavados y desinfectados después de cada comida.
Asegurar que la efectiva separación de los animales afectados de los sanos.
Limpiar y desinfectar los alojamientos donde
han estado los animales afectados.
Es posible vacunar contra ciertos organismos
causales de diarrea.
Dependiendo del tipo de vacuna, lo más recomendable es inmunizar a la madre para que
transfiera inmunidad a su cría vía calostro, ya
que estas, hasta pasadas tres semanas adquieren capacidad inmunológica plena.
En cuanto al tratamiento, éste deberá estar
orientado a:
Š Restituir los líquidos perdidos, lo cual se
puede hacer con preparaciones comerciales específicamente preparadas (soluciones
de electrólitos) o, en su defecto, tener una
preparación propia que incluya sales y fuente de energía.
Š La rehidratación puede hacerse induciendo la toma en forma directa o administrando IV una preparación específica (una
deshidratación de 10% equivale a una pérdida de 4.5 litros de agua).
Š Es imperativo el tratamiento con
antibióticos específicos en dosis adecuadas
según el germen causal.
Š Está indicada la administración de protectores intestinales y absorbentes (caolín y
pectina) para revestir la mucosa intestinal
e inhibir secreciones.
*Información ampliada sobre diarrea de las becerras: Capitulo de Crianza de becerras
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia-UNAM
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