PRÁCTICA, TITULACIÓN, COMPETENCIA Y EDUCACIÓN DEL ARQUITECTO EN BRASIL.

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PRÁCTICA, TITULACIÓN, COMPETENCIA Y EDUCACIÓN
DEL ARQUITECTO EN BRASIL.
Gogliardo Vieira Maragno. Dr. Arquitecto –- [email protected]
Universidade Federal de Mato Grosso do Sul
ABEA – Asociación Brasileña de Enseñanza de Arquitectura y Urbanismo
La enseñanza y la titulación pertenecen a mundos distintos pero íntimamente
relacionados: el académico y el profesional. Mientras uno proporciona las
condiciones para atingir las competencias, el otro trata de la autorización legal
que de alguna manera pueda garantizar conocimientos y habilidades para no
poner en riesgo la integridad física, bienes individuales o colectivos y el
patrimonio natural. El cuidado de la sociedad con la arquitectura ya estaba
presente en el Código de Hammurabi (siglo XVIII a.C.), que dedicaba cinco
artículos respecto la práctica adecuada de la arquitectura, según el precepto
entonces corriente del ojo por ojo diente por diente. El más directo de eses
artículos establecía que “si un arquitecto construye para alguien y no lo hace de
manera sólida y la casa que construyó caya y hiere de muerte el propietario, el
arquitecto debe ser muerto”. Lo que permite aclarar que la regulación de los
arquitectos interesa antes a la sociedad que a ellos mismos.
En Brasil el universo de la arquitectura hace en gran parte eco de su
transformación política, social y económica. Por un lado, la sociedad exige
cada vez más la participación del arquitecto en la solución de los problemas de
espacio para la vida cotidiana, por otro la propia sociedad y los arquitectos aún
no han encontrado una manera hacer con que el trabajo del arquitecto esté
disponible a todas las camadas de la población. El crecimiento desordenado de
las ciudades está deteriorando las condiciones de vida, sanidad, transporte,
etc. Hay también un creciente reconocimiento por la sociedad del trabajo del
arquitecto, incrementando la procura por la carrera generando debate sobre
una posible saturación del mercado, que se puede argumentar en contra bajo
algunos argumentos. ¿Cómo es posible hablar de saturación de mercado en un
país donde todavía hay enorme déficit de viviendas, escuelas, hospitales,
edificios culturales, etc.? ¿Qué solo es capaz de atender los estratos de
mayores ingresos, dejando fuera la parcela mayoritaria de la población? ¿Qué
todavía no es capaz de atender las necesidades espaciales de los
aglomerados urbanos?
Así que, respecto la regulación profesional, la Constitución Federal libera el
ejercicio de cualquier trabajo, oficio o profesión, desde que si atienda las
condiciones de la ley. Y se, en el pasado reciente había una ley que regulaba la
práctica de la arquitectura mezclándola con la ingeniería agronomía otras
profesiones tecnológicas, desde 2010 hay una ley específica de la arquitectura
y urbanismo. Esta ley determina que solo pueden recibir el título de arquitecto
los diplomados en las carreras de arquitectura acreditadas por lo Ministerio de
Educación. Estas, por su turno, deben seguir las determinaciones curriculares
específicas que contemplan competencias, instrumentos y prácticas necesarias
a la buena enseñanza y, posteriormente, a la buena práctica. Pues lo que se
discute hoy es exactamente que competencias y habilidades son necesarias
para antes de todo hacer una arquitectura correcta, satisfactoria a todos, pero
más, hacer y difundir la buena arquitectura que debería se distinguir de las
meras construcciones por valores antes de todo culturales.
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