ARQUITECTURA, EDUCACIÓN Y SOCIEDAD Jornadas Científicas

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Jornadas Científicas
ARQUITECTURA, EDUCACIÓN Y SOCIEDAD
CRONOTOPOS CREATIVOS, PAISAJES CULTURALES E IMAGINACIÓN
DIALÓGICA (HOMENAJE A MIJAIL BAJTIN)
Aspectos a considerar en el desarrollo de la relación del ambiente construido con el
comportamiento social
Resumen
El trabajo que estamos desarrollando se fundamenta en la hipótesis de que la
arquitectura y el urbanismo pueden ayudar a alterar la realidad de una sociedad. Sobre esa relación,
podemos decir que el ambiente construido interfiere y efectúa un coloquio con la sociedad y la
sociedad, por su parte, registra sus modificaciones a través de señales presentes en varios niveles
del ambiente construido.
Uno de los primeros registros de esa correspondencia fue el gran crecimiento
poblacional, que exigió una expansión de las funciones y dominios del gobierno, ése pasa a utilizar la
arquitectura y el urbanismo como instrumentos de poder interventivo. Es de ahí que partimos y nos
centraremos en este punto com el objectivo de comprender la estructura física que heredamos. A
través del abordaje de algunos de los momentos más destacables de la historia de la evolución de las
ciudades y de la tentativa de síntesis de los mismos, creamos un panorama general y llegamos a los
días actuales.
Mirar para la historia y recordar cuál es la base de esa conexión, nos hace creer que
habiendo pasado por incontables fases y fabricado un enmarañado de tentativas, acertos, errores y
utopías, aún podemos volver a crear ese relacionamiento, aprovechando el equipaje acumulado y con
los ojos puestos en el futuro.
En el ámbito de este artículo vamos hacia la búsqueda de una fundamentación
histórica que integre la aplicación de algunos de los temas que permitan la lectura de los espacios,
para comprobar que tiene sentido, aún dentro de una realidad política, económica y social permeada
por valores capitalistas que condicionan las formas urbanas, como la que vivimos hoy, reflejar y
proponer alternativas que puedan sustituir la insustentabilidad a la que llegamos, por medidas de
preservación y recuperación de los ecosistemas y mejoría de la calidad de vida.
Palabras clave: Revitalización, Ambiente Construido, Sociedad, Imagen del Lugar, Morfología y
Tipología.
Sociedad y Espacio Construido
Evolución histórica
Nos encontramos con una necesidad, necesidad ésa que llevó al constructor primitivo a
responder a sus propósitos prácticos de edificar un abrigo. Sin embargo, ese mismo constructor se
transformó en arquitecto cuando, además de responder a sus necesidades más urgentes, crea
símbolos que representan el poder y la creencia espiritual de un pueblo.
Se concluye que - el arte de la arquitectura tiene su inicio más allá de la construcción
de las habitaciones y de los pilares organizacionales de la ciudad - respuesta a las carencias más
básicas – y se desarrolla, tal vez más, cuando la necesidad habitacional “de abrigo” es saciada.
Como expresa Carlo Aymonino: - “cuando la necesidad es saciada, se le junta entonces la
comparación, la diversidad, la ambición y hasta el deseo de belleza; y aún, además de esto, la
acumulación como posibilidad de superfluo, de símbolo arquitectónico.” [1].
Esa representación arquitectónica de sí misma a través de monumentos, se traduce en
puntos de referencia / puntos de poder, identificables, por ejemplo, en los templos, en los palacios, en
la arquitectura industrial y los rascacielos - símbolos que se relacionan con la actividad primitiva del
habitar y señalan un determinado periodo político-cultural.
Las bases urbanísticas de las ciudades europeas fueron lanzadas, durante el periodo
medieval, por las fuerzas de la época – iglesia y nobleza - determinando la generación de los
elementos arquitectónicos y del ordenamiento. Ese panorama, sólo se altera, durante la
industrialización. La racionalización y sistematización son los nuevos conceptos que mueven todas
las dinámicas sociales y las intervenciones en el ambiente construido. Es la fase de transformación
del pensamiento y del lugar de la religión en la sociedad. La concepción y organización del territorio
pasan a responder a las lógicas capitalistas y la arquitectura y el urbanismo, son descubiertos como
instrumentos disciplinadores en los tratados políticos de la época. Y Foucault, enseguida citado,
refiere que en consonancia con la coyuntura, ciertas propuestas arquitectónicas, sirven como base de
estrategias políticas. “Me parece que, a finales del siglo XVII, la arquitectura comienza a
especializarse, al articularse con los problemas de la población, de la salud, del urbanismo. En otro
tiempo, el arte de construir respondía sobre todo a la necesidad de manifestar el poder, la divindad, la
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fuerza. El palacio y la iglesia constituían las grandes formas, a las cuales es preciso añadir las
fortalezas; se manifestaba la fuerza, se manifestaba el soberano, se manifestaba Dios. La
arquitectura durante mucho tiempo se desarrolló en torno a esas exigencias. Ora, a finales del siglo
XVIII, nuevos problemas aparecen: se trata de utilizar la organización del espacio para alcanzar
objetivos económico-políticos.” [2]
Tal como apunta, enseguida, Leonardo Benevolo, las familias que se transferían para
las ciudades, acababan en casas construidas en barrios nuevos (alojamientos para obreros),
comprimidos y situados alrededor de los núcleos primitivos o en los espacios disponibles de los
barrios antiguos. Ambas opciones eran carentes en condiciones sanitarias, en espacio interior
(divisiones interiores ínfimas) y en calidad constructiva.
“(…) Y las transfirieron de las casas aisladas de los campos para los barrios compactos
construidos en las proximidades de los talleres; nacieron así, improvisadamente, nuevas ciudades, y
muchas de las ciudades antiguas crecieron desmedidamente.” [3]
La dinámica se resumía en, talleres a transformarse, crezcan y amplíen sus
instalaciones, conjuntos habitacionales a ser demolidos y reconstruidos y la ciudad a avanzar en
dirección al campo, sin que fuera prevista una integración harmoniosa entre ambos.
En ese ambiente de insatisfacción y descontento social, los poderes políticos,
ingenuamente, creyeron conseguir controlar y punir ese desequilibrio, como fue el ejemplo del edificio
panóptico de Bentham que, aunque haya contribuido en otros contextos, se mostró ineficaz en la
superación de los problemas establecidos por la industrialización de las ciudades.
Sumergidos en una nueva forma de pensar racional y sistemática, van en busca de
soluciones y sus acciones pasan a resultar de actos anteriormente pensados. Es en esa coyuntura
que el urbanismo y las cuestiones sociales estrechan relaciones, los poderes políticos perciben que
las intervenciones a los niveles: - urbanísticos y arquitectónicos (monumentos y forma urbana) ayudan a definir las nuevas relaciones sociales que estaban siendo creadas. De esa forma, los
profesionales que se ocupaban de ese asunto, interpretaban y creaban teorías para explicar las
ciudades y lo que ellas se habían transformado. Los utopistas y reformadores renuncian a la orden
existente, que creen ser irrecuperable y van en busca de lugares pertinentes para poner en práctica
sus nuevas relaciones socias, que exigirían ciudades y edificaciones adecuadas; ya los sanitaristas,
quieren transformar sus ciudades oscuras y sucias. “Se trata, ante todo, de dejar entrar aire y luz. Y
orden.” [4] Como refiere Carlos Nelson Santos.
Se percibe, en ese momento histórico, que hubo un desfase en la relación de los
programas políticos y las técnicas urbanísticas. Lo que se confirma hoy es que el urbanismo, en la
mayoría de las veces, apareció como un instrumento paliativo y de evaluaciones aisladas.
Inicialmente pensado por filósofos, sanitaristas, médicos-higienistas, reformadores y utopistas, que
querían, a través del control del espacio, encuadrar/fiscalizar el pensamiento social y poseían como
objetivo aumentar la productividad de la fuerza de trabajo y separar las clases más altas. En todos, el
factor común es el autoritarismo y el supuesto carácter definitivo de sus acciones. ¿Los resultados?Están visibles todavía hoy, en nuestras ciudades contemporáneas – exclusión social (motivo y
consecuencia de la fragmentación territorial), individualismo y antisociabilidad.
Examinamos en este artículo la relación entre la arquitectura y el urbanismo con la
sociedad, a través de análisis y reflexiones sobre lo que ya fue hecho y a la luz del trabajo que
estamos desarrollando - El Poder de la Arquitetura y del Urbanismo para Transformar la Realidad de
una Sociedad – Plan de Revitalização para Barca D’Alba, a través del cual, intentaremos materializar
el deseo de intervenir en una realidad determinada, un local con características únicas pero sin
conotación existencial y carente de estructuras de valorización del patrimonio construido y natural y
que, acaba por ser un ejemplo de lo que se pasa frecuentemente en casi todo el interior de Portugal.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
[1] Aymonino, Carlo – El significado de las Ciudades. Lisboa: Editorial Presencia, 1984.
[2] Foucault, Michel – Microfísica del Poder. São Paulo: Graal, 2006.
[3] Benevolo, Leonardo – Los orígenes de la urbanística moderna. Lisboa: Colección Dimensiones,
1981.
[4] Santos, Carlos Nelson F. de los – La ciudad como un juego de cartas. São Paulo: Proyecto
Editores, 1988.
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