TERCER ENCUENTRO DE DIRECTORES Y SEGUNDO DE DOCENTES DE LAS ESCUELAS DE BIBLIOTECOLOGÍA DEL MERCOSUR DE BIBLIOTECARIO A GESTOR DE INFORMACIÓN. ¿CAMBIO DE NOMBRE O NUEVAS COMPETENCIAS? VIRGINIA CANO Doctora CIS Queen Margaret University College Scotland UK INTRODUCCIÓN Everett ROGERS (1986) define a la sociedad de la información como una nación en que la gran fuerza laboral está compuesta de trabajadores de información. A su vez, la mayoría de las investigaciones dedicadas al crecimiento de la sociedad de información han resaltado movimientos en patrones de empleo que indican la transición de una sociedad de producción a una de consumo de información. Por ejemplo, las investigaciones de MACHLUP (1962) y PORAT (1967) demostraron en términos económicos y cuantitativos que para la mitad de la década de los 80 el 54% de la fuerza laboral en los Estados Unidos ya estaba compuesta de trabajadores de la información y que 63% de los días hombre de trabajo estaban dedicados a trabajos de información. MARTIN (1998) presenta una excelente revisión sobre el estado del arte en la investigación de patrones de empleo en la sociedad de información. El incremento de las actividades de información y la reducción de actividades encaminadas puramente a la producción de bienes de consumo se debe a que los procesos necesarios para el diseño, creación, producción, venta y distribución de bienes y servicios se perciben como procesos de alto consumo de información (CANO, 1994). En otras palabras, las organizaciones necesitan de una gestión adecuada de la información para mantener sus procesos productivos y comerciales. La información es, por tanto, un recurso corporativo, como los recursos finacieros, los recursos humanos, etcétera (HORTON 1992). Los recursos informativos deben ser gerenciados como cualquier otro recurso. La aceptación del concepto de “gestión de información” ha sido facilitada por dos factores: el incremento del uso de tecnologías de información que facilitan el almacenamiento y procesamiento de grandes cantidades de datos y un incremento en el nivel de alfabetización informativa de la fuerza laboral. La proliferación de computadores personales aunado a una fuerza laboral informatizada permite a cualquier persona acceder a grandes bases de datos desde sus computadores y sin necesidad de intermediarios. La combinación del acceso masivo a fuentes de información vía computadores personales y el incremento en el conocimiento de simples técnicas de búsqueda por grandes segmentos de la población ha tenido implicaciones para las profesiones que, tradicionalmente, han considerado el ordenamiento y acceso a fuentes de información como su área laboral, es decir, los bibliotecarios y documentalistas. Este impacto ya se percibe en la Comunidad Europea, por ejemplo, un reporte comisionado por la Comunidad Europea dentro de las serie Information Market Observatory (1992) recensó los hábitos de información de mil ejecutivos europeos. El reporte presenta una serie de datos que contrasta la posición de la biblioteca frente a los hábitos de información de los ejecutivos. La biblioteca se encuentra relativamente bien implantada, ya que el 50% de los ejecutivos tiene acceso a una biblioteca corporativa, y el 60% tiene una biblioteca o centro de documentación dentro de su propia organización, sin embargo, el 45% de ellos, reporta no haberla usado nunca. En contraste, la mayoría de los ejecutivos (85%) usa una computadora personal y el 87% reporta un incremento en las fuentes de información externas que necesitan consultar para poder tomar decisiones dentro de sus funciones. Es decir, la mayoría de los ejecutivos reporta un incremento en el número de fuentes de información que necesitan consultar en sus funciones. El 45% de ellos accede en forma directa a las bases de datos desde sus computadores y sin necesidad de intermediarios. En el 36% de los casos los ejecutivos delegan la búsqueda en una asistente persona (secretarias). Compañías consultoras, especializadas en servicio de información o de alerta son consultadas en el 13% de los casos, y en el 10% de los casos, el ejecutivo consulta la biblioteca. Es significativo que en medio de la sociedad de información, los conocimientos de los profesionales que tradicionalmente han almacenado, preservado, indizado y diseminado información no son considerados necesarios. Este ejemplo es indicativo de la necesidad de la profesión y del corpus de bibliotecarios y documentalistas de analizar los procesos, prácticas de servicio y el efecto que las tecnologías de información están teniendo no sólo en nuestros usuarios, sino que también en el ejercicio de nuestras labores profesionales. El examen reflexivo de nuestras prácticas profesionales debe resultar en un mejor ajuste entre la preparación de futuros profesionales de la información y sus mercados de empleo. ORGANIZACIÓN DE ESTE TRABAJO Este trabajo propone examinar los factores que deben considerarse en la planeación de una carrera universitaria en gestión de información. En la segunda parte del trabajo se presentan algunos de los criterios de base para desarrollar la planificación curricular de una nueva carrera universitaria en gestión de información. En la tercera parte de este trabajo, se presenta el contraste entre la cultura 25 UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA METROPOLITANA OCTUBRE 1998 SANTIAGO CHILE profesional del bibliotecario y la emergente cultura profesional del gestor de información y se esbozan las áreas básicas de competencia que debe tener un gestor de información. En la cuarta parte del trabajo se presenta, a manera de ejemplo, el programa de la licenciatura en gestión de información del Queen Margaret University College. Planificación curricular en gestión de Información Una de las funciones primordiales de una carrera universitaria es la de proporcionar los conocimientos necesarios para poder acceder a un puesto de trabajo. Esta no es una función de cualquier departamento o facultad universitaria, es una de las justificaciones de la inversión del gasto público en mantener las universidades como centros de enseñanza. Es por tanto una obligación social de la universidad el preparar a sus estudiantes para acceder a fuentes de empleo. La planificación del desarrollo curricular debe establecerse en concertación con diversos elementos de la comunidad académica, la comunidad profesional y el sector industrial. La planificación debe incorporar los siguientes procesos: Estudios de mercado en los sectores que son susceptibles de emplear a los futuros graduados. Consulta a los cuerpos profesionales del campo, sean asociaciones de bibliotecarios, asociaciones de administradores, asociación de periodistas, etcétera. Consulta a profesionales reconocidos en el campo. Justificación de los estudios de mercado Cuando se piensa lanzar un producto al mercado siempre se procede a realizar un estudio de mercado que determine las necesidades de los futuros consumidores del producto. Es posible / deseable considerar una nueva carrera universitaria como un nuevo producto lanzado al mercado. La analogía a mantener vigente es la siguiente: los sectores económicos que pueden emplear a los graduados son considerados como consumidores de los productos del departamento o la facultad que propone la nueva carrera. Si se acepta la analogía, una de las primeras consideraciones en la planificación de una carrera universitaria en gestión de información es determinar la situación del mercado laboral en el o los campos seleccionados por medio de un estudio de mercado. El estudio puede ser realizado por medio de encuestas, grupos focales o una combinación de ambas técnicas para determinar las necesidades genéricas de gestión información del sector o sectores y determinar en base a éstas últimas, ciertos componentes del currículum del gestor de información. Existen muchos estudios realizados en Estados Unidos e Inglaterra sobre este campo, sin embargo, a modo de ejemplo de investigaciones en castellano, MOREIRO, MOSCOSO y ORTIZ-REPISO (1998) analizan el mercado de trabajo de diplomados españoles en biblioteconomía y documentación utilizando las encuestas como metodología principal. Se presenta a continuación una serie de preguntas que pueden conducir a la reflexión sobre la situación del mercado laboral y facilitar la elaboración de un estudio de mercado. ¿Quiénes van a emplear a los futuros graduados? ¿Cuáles sectores económicos necesitan los conocimientos de gestores de información? ¿Pueden profesionales de otros sectores realizar labores de gestión de información? ¿Representan estos profesionales una competencia real para los futuros graduados en gestión de información? ¿Existen factores externos (políticos, sociales, económicos) que alteran o que pueden alterar la situación laboral de los futuros graduados en gestión de información? ¿Pueden estos factores externos condicionar el tipo de entrenamiento que los graduados recibirán? Los sectores económicos al realizar estudios de mercado, concuerdan en que éstos son diversos y deben ajustarse a la realidad económica del país. En el caso de la Comunidad Europea los sectores que tradicionalmente han sido grandes consumidores de información son: el turismo, el sector financiero, el sector de telecomunicaciones, el sector de medios masivos de comunicación (televisión, radio, prensa noticiosa, cable), el sector salud, el sector de seguros, el sector legal, comercio internacional, consultorías internacionales, etcétera. Esta lista no es exhaustiva, pero representa algunos de los sectores que proporcionan en la actualidad fuentes de trabajo para gestores de información en la Comunidad Europea. Los sectores varían según el país o la región económica y nuevamente a manera de ejemplo de investigaciones, realizadas en castellano, MOREIRO y CARIDAD (1998) presentan una revisión de algunos de los estudios desarrollados en Estados Unidos, Francia y el Reino Unido en cuanto a la expectativa del mercado laboral y la modificación de competencias profesionales en bibliotecología y documentación. Este trabajo presenta también un análisis cuantitativo de la salida laboral de los egresados de la diplomatura en Bibliotecología y Documentación de la Universidad Carlos III en Madrid. Justificación de los procesos consultivos con cuerpos profesionales y profesionales reconocidos Una de las funciones de las asociaciones profesionales es la de regular el acceso a la profesión y garantizar la calidad de los profesionales dentro de la asociación. La regulación del acceso a la profesión se realiza mediante la certificación de la validez profesional y práctica de los conocimientos impartidos en universidades. Puede resultar sorprendente que un cuerpo profesional 26 TERCER ENCUENTRO DE DIRECTORES Y SEGUNDO DE DOCENTES DE LAS ESCUELAS DE BIBLIOTECOLOGÍA DEL MERCOSUR certifique un título universitario por encima de la universidad, pero es de suma validez tener la visión de aquellos que ejercen la profesión contrastada con la visión de los profesores (más interesados en investigación y teoría) para realizar un balance entre el componente teórico y el componente práctico dentro de una nueva carrera. La práctica de certificación por cuerpos profesionales está altamente establecida en los países anglosajones en el campo de la medicina, el derecho, la biblioteconomía y documentación, la ingeniería, etcétera. El balance entre la práctica y la teoría es también el argumento para justificar la consultación con profesionales reconocidos. Esta es una práctica altamente establecida en Inglaterra y Escocia donde profesionales del campo forman parte integral del comité académico que analiza periódicamente el desarrollo de la carrera y el ajuste entre los contenidos de la carrera y las necesidades laborales. Aun en el caso que este proceso de certificación no se ajuste a la realidad académica y profesional de un país en concreto, la consultación (aún a nivel informal) con profesionales del campo es necesaria para establecer el balance teórico-práctico y desarrollar futuros vínculos con posibles fuentes de empleo para futuros graduados. En el caso del Queen Margaret University College estos vínculos han sido formalizados por medio del establecimiento de un sistema de prácticas. DIVERGENCIA ENTRE CULTURAS PROFESIONALES O ¿DE DÓNDE VENIMOS Y HACIA DÓNDE VAMOS? La biblioteconomía se ha desarrollado basándose en tres principios de ética profesional: El bibliotecario es un guardián del acervo cultural y una de sus funciones primordiales es la de adquirir y preservar el patrimonio bibliográfico. El bibliotecario es un creador de sistemas de almacenaje y una de sus funciones primordiales es la de proponer sistemas de ordenamiento para el patrimonio bibliográfico bajo su custodia. El bibliotecario es un mediador entre los sistemas de ordenamiento y los usuarios finales del patrimonio bibliográfico. Una de las funciones principales del bibliotecario es facilitar el acceso a la información contenida en el acervo bibliotecario. Estos tres principios directivos han sido los rectores de desarrollos teóricos y prácticas profesionales concretas que van desde sistemas de preservación de manuscritos hasta la biblioteca electrónica; desde sistemas de clasificación y catalogación, pasando por bases de datos hasta el hypertexto y, desde modestas visitas guiadas a la biblioteca, hasta sofisticados videos y páginas web para la formación y orientación de usuarios. Estos tres principos, a su vez, se encuentran sustentados por una política de información que acepta que la información es un bien común y que cualquier persona tiene derecho a la información y acceder a un patrimonio bibliográfico / cultural. La información como bien común es la premisa que justifica el gasto público para bibliotecas nacionales, bibliotecas públicas, bibliotecas escolares, etcétera. Este mismo concepto se extiende dentro del ámbito de la biblioteca académica a estudiantes, profesores, investigadores, investigadores visitantes e incluso cualquier persona que pueda justificar su necesidad de consultar el acervo bibliográfico universitario. Sin embargo, el principio de acceso a la información como bien común está siendo suplantado por otro principio: la información como recurso institucional. Es importante denotar la modificación entre la información como bien común (como el aire o el agua), y la información como recurso institucional (como el dinero). La información como recurso institucional es la premisa que justifica el cobro por el acceso a la información. De ahí que se puedan ver prácticas bibliotecarias en Estados Unidos e Inglaterra y Escocia como el cobro a estudiantes por búsquedas de bases de datos en línea; el cobro a investigadores visitantes por el acceso a cualquier servico bibliotecario; el cobro en bibliotecas públicas por el acceso a servicios de préstamo interbibliotecario; el cobro por acceso al Internet, etcétera. Es evidente que el principio de base sobre el cual se ha fundamentado la mayoría de las prácticas profesionales dentro de la biblioteconomía, ya está modificando el quehacer diario de bibliotecas en otros países. Se pueden consular ejemplos en KALSETH, CANO y STANTON (1996). LA NUEVA CULTURA PROFESIONAL EMERGENTE Gran parte de las prácticas profesionales del gestor de información está basada en la premisa que la información es un recurso institucional. La práctica de la auditoría informacional (ORNA, 1990) está encaminada a determinar las necesidades de información de diversos sectores dentro de la corporación y determinar los recursos informativos generados interna y externamente que ayudan a la empresa a reducir costos, obtener ventaja sobre sus competidores y ser más eficiente en todos sus procesos. La información deja de ser un bien común y se vuelve en ingrediente necesario para la competitividad. Los conceptos básicos de almacenamiento, preservación, orden, permanecen vigentes dentro de la nueva cultura profesional con la modificación que la computadora remplaza al lápiz (máquina de escribir) y al papel y genera nuevas rutinas que permiten procesos de almacenamiento, orden y de recuperación. Dentro de las nuevas competencias profesionales, es imperativa la alfabetización computacional. No se trata de generar programadores, se trata de generar consumidores inteligentes de tecnologías de comunicación y cómputo. 27 UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA METROPOLITANA OCTUBRE 1998 SANTIAGO CHILE Un gestor de información debe ser competente en el uso de hardware básico de computadores personales y de redes de computadores. Debe conocer el software básico de computadores personales para desarrollar procesamiento de texto, desarrollo de bases de datos, hojas de cálculo y de presentaciones. Asimismo, debe conocer el software para establecer redes de ordenadores y para desarrollar servicios que permitan el aprovechamiento de la transferencia de documentos / información vías redes, es decir, Internet, correo electrónico, etcétera. Tomando de nuevo un ejemplo en castellano, MOREIRO y CARIDAD (1998) presentan datos generados en España sobre los conocimientos computacionales que empresas españolas requieren de los egresados de Biblioteconomía y Documentación. Dado que la información es un recurso corporativo, y los servicios que se desarrollan para administrar la información cuestan dinero, es normal esperar competencias administrativas y de gestión en el gestor de información. Por ejemplo, el gestor debe ser competente en técnicas de administración que le permitan administrar además de recursos informativos, recursos humanos, personal, recursos financieros, presupuestos, análisis de costos, recursos tecnológicos, computadores, redes, intranets, etcétera. También, el gestor debe ser visionario para poder predecir la demanda de futuros servicios y poder actuar de manera proactiva en el desarrollo de nuevos servicios dentro de marcos económicos y legales adecuados a las necesidades de su empresa y de su país en concreto. El desarrollo de nuevos servicios debe siempre enmarcarse dentro de un contexto de política de información. El desarrollo de servicios de información requiere de conocimientos de mercadotecnia y de técnicas de investigación que permitan al gestor de información analizar la demanda y predecir nuevas modalidades de uso. Por tanto, el gestor de información debe conocer metodologías de investigación tanto cuantitativas como cualitativas para analizar el uso y la aceptación y penetración de sus servicios dentro de la corporación. Finalmente, dado que los servicios para administrar la información forman parte integral de los procesos de producción y comercialización la organización, el gestor de información de ser competente en técnicas de comunicación y relaciones públicas. El gestor de información debe convencer a altos ejecutivos empresariales de los beneficios reales de los servicios de información y debe justificar la razón de su continua existencia (KEISER, 1992). EL PROGRAMA DE GESTIÓN DE INFORMACIÓN DEL QUEEN MARGARET UNIVERSITY COLLEGE El programa se imparte a tiempo completo dentro del Departamento de Comunicación y Ciencias de la Información en dos modalidades, la licenciatura de 4 años y la diplomatura de tres años. El departamento imparte además de la licenciatura y diplomaturas antes mencionadas, licenciaturas y diplomaturas en medios y tecnológicas de comunicación, periodismo, TV y radio y relaciones públicas. La enseñanza de todas las licenciaturas es compartida por el cuerpo docente del departamento entre los cuales existen, además de bibliotecarios y gestores de información, profesores en computación, ciencias básicas, periodismo, antropología social, relaciones públicas y ciencias sociales. Concretamente dentro de la licenciatura de gestión de información, el currículum está desarrollado en cuatro áreas: Organización de la información / conocimiento. Tecnologías de información. Metodologías de investigación. Presentación de la información. La página web del Queen Margaret University College en http: //www.qmced.ac.uk. proporciona información más específica sobre el programa y sobre los cursos por cada área. Cabe hacer notar que los estudiantes deben presentar prácticas profesionales durante tres meses al final del tercer año. Estas prácticas son supervisadas y los estudiantes son calificados basándose en su primera experiencia profesional y en un reporte académico. La página web proporciona enlaces con otras páginas que describen las prácticas profesionales. La experiencia de una licenciatura de gestión de información en Escocia ha sido positiva. El análisis de empleo de 4 generaciones de graduados, así como el listado y resumen de las tesis de licenciatura del último año, el número de premios profesionales otorgados a los graduados del programa, se encuentran detallados en http: //jimmy.qmced.ac.uk/usr/baim/default.htm. CONCLUSIÓN Este trabajo propone un análisis reflexivo del quehacer bibliotecario. Se presentan las razones tecnológicas, económicas y laborales por las cuales por lo menos dentro de la Comunidad Europea es necesario re-modelar el perfil del bilbiotecario transformándolo en un gestor de información. Esta re-ingeniería de la profesión no se presenta como una anulación de las prácticas y cultura profesional que ha sustentado el desarrollo bibliotecario durante décadas, la re-ingeniería se presenta como una adaptación inteligente a un medio ambiente fluctuante. Tomando una analogía biológica, los dinosaurios no pudieron sobrevivir los cambios drásticos de su medio ambiente y perecieron. Es de esperar que el cuerpo bibliotecario reconozca la necesidad imperiosa de adaptación y genere las características necesarias para asegurar la supervivencia de futuros profesionales de la información. 28 TERCER ENCUENTRO DE DIRECTORES Y SEGUNDO DE DOCENTES DE LAS ESCUELAS DE BIBLIOTECOLOGÍA DEL MERCOSUR BIBLIOGRAFÍA Cano, V. (1996). Information technology and the future of professiónal Library Practice. En: Library networking in Europe. Editado por H. P. Geh y M. Walckiers. London, TFPL. Pgs. 51-65. Keiser, B. (1992). Employing a marketing approach to new information product development: a corporate perspective. FID / ET Pre congress Seminar. Training for Information Management, October 21-24. Madrid, España. Horton, F. W. (1992). The strategic Role of Information Management. FID/ET Pre congress Seminar. Training for Information Management, October 2124. Madrid, España. Information Market Observatory (1992). Summary results of 1991 Executive Panel. 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