TRIUNFO DEL FRENTE POPULAR En enero de 1936, siguiendo el ejemplo de Francia, nació el “Frente Popular”. Estaba compuesto por partidos burgueses liberales (en el caso de España Izquierda Republicana y Unión Republicana), de centro-izquierda (Partido Sindicalista) junto a partidos de izquierda (PSOE y PCE). La CNT hizo campaña por la abstención hasta pocos días antes de las elecciones, momento en el que pidió el voto para el Frente Popular. El objetivo del Frente Popular era unir las fuerzas obreras y las burguesas reformistas bajo un programa mínimo de reformas sociales y una defensa del sistema democrático vigente, luchando de manera conjunta contra el ascenso del fascismo. En el caso específico del Frente Popular español llevaba en el programa la amnistía a los más de 30.000 detenidos por la revolución de 1934, la indemnización a los represaliados, acelerar todas las reformas paralizadas en 1933 (sobre todo la agraria y la educativa) y reestablecer el estatuto de autonomía de Cataluña. Resultado de las elecciones del 16 de febrero de 1936: Frente Popular: pese a vencer por estrecho margen (aunque sí en todas las ciudades de más de 150.000 habitantes), debido a la ley electoral, dominó con mayoría absoluta el nuevo Parlamento. Con los 4´65 millones de votos consiguió 278 diputados. La coalición de derecha, cuyo eje era CEDA, obtuvo 4´5 millones de votos y 163 diputados. Tras su derrota electoral los sectores conservadores españoles abandonarán definitivamente toda pretensión de legalidad; tras no poder “hacerse con la República”, había llegado la hora de destruirla. Inmediatamente comenzaron los preparativos entre diferentes altos mandos del ejército y sectores financiero-políticos El primer gobierno del Frente Popular fue sumamente moderado (ni un solo ministro socialista, comunista o anarquista), con el fin de no “asustar” a las clases medias. Durante los primeros meses tras las elecciones se aprobó una amnistía para los encarcelados en 1934, se reestableció el estatuto de Cataluña y se aceleró la reforma agraria (80.000 campesinos ocuparon en cinco meses 232.000 hectáreas –de 1931 a 1934 sólo se habían puesto en cultivo 117.000). Durante 1936 la situación de violencia en las calles era patente. Los grupos de derecha y extrema derecha, para tratar de desestabilizar al gobierno y justificar así una intervención militar, crean diferentes organizaciones paramilitares que crean el terror en múltiples ciudades; como respuesta, CNT y PCE hacen lo propio. El momento álgido de dicha ola de violencia fue el asesinato del líder del partido monárquico Renovación Española, José Calvo Sotelo. En abril de 1936 es destituido por el Parlamento el Presidente de la República Niceto Alcalá Zamora, siendo sustituido por Manuel Azaña. LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA En julio de 1936 una serie de militares deciden dar un golpe de Estado sublevando diferentes divisiones militares de toda España. Tras el pronunciamiento militar el gobierno reaccionó de manera titubeante: no atacó a las tropas sublevadas en África cuando podía haberlo hecho y se negó a entregar las armas a los sindicatos obreros que se las pedían para luchar contra los insurgentes. España quedó dividida en dos zonas (la “nacional” del general Franco y la republicana o ˝roja”). El golpe triunfó con facilidad en Aragón (general Cabanellas), Navarra (general Mola), en las ciudades conservadoras del valle del Duero y Galicia, y en Canarias y Marruecos (general Francisco Franco), desde donde se transportaron tropas a Andalucía y se inició la marcha hacia Madrid. Ese avance fue frenado en muchas ciudades (Madrid, Valencia, Bilbao, Barcelona) por las fuerzas sindicales. Sobre ambos bandos cabría señalar: 1.- La unidad interna del bando rebelde frente a las divisiones de los republicanos En la zona nacional hubo siempre un orden férreo gracias a la disciplina de los militares profesionales. El general Francisco Franco consiguió ser nombrado en octubre de 1936”Generalísimo de los Ejércitos y Jefe de Gobierno”. Pese a la existencias de diferentes tendencias dentro del bando sublevado (había monárquicos borbónicos, carlistas, fascistas e incluso republicanos conservadores), Franco logró imponer su autoridad sobre todos sin fisuras. En el bando republicano la dispersión e incluso los enfrentamientos fueron el rasgo dominante. Obreros y campesinos obedecían sólo a sus sindicatos o partidos respectivos. Nunca lograron tener unidad de acción. Los republicanos, socialistas y comunistas daban prioridad a defender un Estado fuerte que pudiera ganar la guerra, pero los anarquistas consideraban llegado el momento de la revolución social, el momento de ocupar tierras y fábricas, colectivizarlas y ensayar el ideal de sociedad sin clases y sin autoridad. 2.- Ayuda internacional Franco recibió desde el principio el apoyo incondicional de los Estados fascistas. Mussolini envió a lo largo de la guerra 120.000 soldados y abundantes aviones y tanques. Alemania colaboró con la Legión Cóndor, que tenía el material más moderno de la época: aviones, artillería y sistemas de comunicaciones. Hitler consideraba la guerra española como un campo de entrenamiento para una posible Segunda Guerra Mundial. El bombardeo de Guernica en 1937, llevado a cabo por la Legión Cóndor, fue el primer ensayo de guerra total. El objetivo era arrasar la retaguardia del enemigo para destruir las fábricas, las vías de comunicación y desmoralizar a la sociedad civil impotente e indefensa. Durante la guerra el general Franco contó con créditos a largo plazo de Alemania y de Italia, de empresas petroleras como TEXACO de EE.UU. y con contribuciones privadas de la burguesía y de la banca (Juan March). Las democracias europeas, Inglaterra y Francia, crearon en 1936 un Comité de No Intervención, cuyo objetivo era “ser neutral” en la contienda española. La constitución de este Comité de No-Intervención supuso para el gobierno legítimo republicano un desastre; el bando rebelde recibió ayuda en gran número y desde el primer momento mientras que el bando leal sufría un ahogo cada vez mayor. El principal motivo por el que Gran Bretaña se negó a ayudar al gobierno leal español fue su oposición ideológica (en Gran Bretaña gobernaban los conservadores) y la creencia en la propaganda desarrollada allí por los agentes de Franco en los medios de comunicación británicos. Por parte francesa, con un gobierno socialista, se creía que sería un riesgo excesivo el de enfrentarse a Hitler por una cuestión menor como era España. La única ayuda que recibió el bando republicano fue de la URSS –aunque el material enviado era pagado a un enorme precio- y los 35.000 voluntarios de las Brigadas Internacionales, jóvenes milicianos de varios países europeos y de Estados Unidos, muchos de ellos inexpertos que, muchas veces, vivieron la guerra civil como una aventura personal más que como un conflicto bélico. 3.- Fases de la guerra Analizando las zonas ocupadas, se observa que el bando nacional consiguió dominar desde el comienzo las regiones agrícolas y ganaderas más importantes (Galicia o Castilla y León). No tuvieron problemas de avituallamiento, ni tampoco tuvieron que ocuparse de alimentar a la población de grandes ciudades o zonas industriales. Los republicanos mantuvieron el control de las zonas industriales (Cataluña, País Vasco, Asturias) y de regiones de agricultura de exportación (Levante y Andalucía). Pronto surgieron problemas para alimentar a la población de las grandes ciudades y también para conseguir suministros para las industrias, porque muchas empresas extranjeras retiraron su capital cuando los anarquistas iniciaron las colectivizaciones. La guerra tuvo varias etapas: en 1937 se centró en la defensa de Madrid frente a los ataques franquistas, con las batallas del Jarama y de Guadalajara. Luego los rebeldes atacan y ocupan Bilbao, Santander y Asturias. A comienzos de 1938 los nacionales penetran en Levante para cortar en dos la zona republicana. En abril de 1938 llegan al Mediterráneo y aíslan Cataluña. La última gran batalla de la guerra fue la del Ebro, de julio de 1938 a abril de 1939, en que las fuerzas republicanas hicieron un esfuerzo desesperado por unificar su territorio. En esta batalla fracasó la estrategia republicana y las fuerzas franquistas ocuparon Cataluña. El 1 de abril de 1939 concluía la guerra. Consecuencias dolorosas de la Guerra Civil fueron las pérdidas humanas y el exilio de muchos vencidos. Hacia el final de la guerra, familias, huérfanos y soldados en retirada atravesaron Cataluña para cruzar la frontera y entrar en Francia. Otros huyeron desde el puerto de Alicante. En total, casi medio millón de españoles salieron del país para ser conducidos, a menudo, a campos de concentración improvisados en las playas de Argelés y Saint Cyprien (Francia). De toda esa sangría humana, en pocos meses regresó aproximadamente la mitad; el resto inició un largo y penoso exilio. Se calcula que unos 30.000 se enrolaron en el ejército francés y al estallar la Segunda Guerra Mundial participaron de forma activa en la lucha contra el nazismo. Un buen número de combatientes españoles fueron confinados en los campos de exterminio de Treblinka, Dachau o Mauthausen, donde murieron unos 16.000. Los destinos principales de los exiliados fueron Hispanoamérica (México, Chile, Cuba, Argentina, Venezuela) y la URSS. A la Unión Soviética fueron enviados muchos niños, los llamados “niños de la guerra”, la mayoría de los cuales se integraron en la sociedad de acogida y renunciaron a regresar a España. El grupo de exiliados en América englobaba a muchas personalidades políticas e intelectuales que, años más tarde, constituyeron el gobierno republicano en el exilio.