INTRODUCCIÓN Las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) son instrumentos que nos permiten conseguir información, comunicarnos pero a su vez, pueden influir en el sujeto alterando su propia identidad, existiendo el riesgo de generar una adicción. De hecho, se considera una afición patológica que genera dependencia y resta libertad al ser humano al estrechar su campo de conciencia y restringir la amplitud de sus intereses (Echeburúa y Corral, 1994). Por esta razón, la adicción se caracteriza por la pérdida de control y la dependencia (Echeburúa y Corral, 2010). Además, la adicción a las TIC es un tema bastante interesante y a la vez novedoso en el contexto español, siéndolo aún más desde un punto de vista empírico, ya que aunque existen algunas investigaciones relacionadas, es necesario profundizar más sobre esta problemática. Hasta el momento la mayor parte de estos estudios se han centrado en la adicción a la televisión y a internet. No obstante, existen nuevas TIC que se prevé que tienen o tendrán un gran auge en los próximos años. El objetivo de este trabajo es determinar si existe o no adicción a las TIC. Para ello, en primer lugar es necesario establecer qué se entiende por adicción a las TIC. En la literatura se encuentran distintos términos para referirse al mismo concepto de adicción a Internet y al teléfono móvil. Carbonell et al. (2012) recopilan los principales términos que los investigadores han empleado hasta la fecha, encontrándose los siguientes: “intensive cell phone use” (Sánchez-Martínez y Otero, 2009), “Internet overusers” y “heavy Internet use” (Jenaro, Flores, Caballo, González & Gómez, 2007), “excessive Internet use” (Muñoz-Rivas, Fernández y Gámez-Guadix, 2010), “abuso de Internet” (García el al., 2008), “uso abusivo o patológico” (Muñoz-Rivas, Navarro y Ortega, 2003),“uso excesivo” (Viñas et al., 2002), “maladaptive use of Internet” (Beranuy, Oberst et al., 2009), “adicción a Internet y abuso de móvil” (Beranuy, Chamarro et al., 2009) y “usuarios de riesgo” y “usuarios problemáticos” (Estévez et al., 2009). Para llevar a cabo el análisis será necesario realizar un estudio detallado de la literatura existente. Esto nos facilitará la creación de uno o varios instrumentos que permitan medir la adicción a las TIC. Según Beranuy et al. (2009) aunque se han desarrollado múltiples instrumentos para valorar las alteraciones de conducta relacionadas con el uso de las TIC, la mayor parte se han desarrollado en países de lengua inglesa, siendo su interés menor en España, posiblemente por la escasez de instrumentos disponibles. Por este motivo, sería muy interesante elaborar instrumentos fiables y válidos para valorar la adicción a las TIC. Aunque la mayor parte de los estudios utiliza cuestionarios creados ad hoc o adaptaciones derivadas de otros trabajos, no existe un instrumento generalmente aceptado para medir la adicción a las TIC.