FA 07 3-c public

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Lección 3
Para el 21 de julio de 2007
Isaac y Rebeca: criando rivales
✲ Sábado 14 de julio
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 26-28.
ISAAC Y REBECA REPITIERON muchas experiencias de la vida de Abraham y Sara. 1)
Isaac reclamó las promesas del pacto que Dios le había hecho a Abraham. 2) Tanto Sara
como Rebeca fueron estériles durante un tiempo relativamente largo. 3) Ambas familias
soportaron disputas acerca de la propiedad de pozos con los habitantes locales, entre los
cuales Dios les había ordenado vivir. 4) Tanto Abraham como Isaac llevaron a sus familias
a países extranjeros para soportar el hambre. 5) Abraham informó a la gente de Gerar que
Sara, su mujer, era su hermana. Isaac le dijo a la misma gente, una generación más tarde,
que Rebeca, su mujer, era su prima. 6) Ambas familias tuvieron que tratar con la rivalidad
entre hermanos.
Al mismo tiempo, además, Isaac y Rebeca tuvieron muchas ventajas en su
matrimonio y su hogar. Es muy triste que realizaran malas elecciones, elecciones que
trajeron consecuencias dolorosas para toda la familia.
Aprendamos lo que podamos de sus errores, con la esperanza de no cometer los
mismos nosotros.
UN VISTAZO A LA SEMANA: Por diferentes que sean las circunstancias de ellos con
respecto a las nuestras, podemos aprender algunas buenas lecciones espirituales de la
historia de esta familia disfuncional.
LECCIÓN 3 21
✲ Domingo 15 de julio
LOS ARREGLOS
Lee Génesis 24, y luego responde las siguientes preguntas:
1
¿Por qué estaría Abraham tan firme en su actitud de que su hijo no tomara una
esposa de entre los cananeos?
2
¿Cuál fue la clave del éxito del siervo para encontrar la esposa correcta para
Isaac?
3
¿Qué aprendemos de esta historia acerca del carácter y la fe de Rebeca? ¿De
qué modo pudieron estos atributos haber contribuido para hacer que ella fuera la
elección apropiada para Isaac?
Sara había fallecido tres años antes de que Abraham llamara a su siervo de confianza,
probablemente Eliezer de Damasco, a quien había pensado entregar sus bienes como
heredero (Gén. 15:2). Aunque Abraham todavía viviría 35 años más, ya era un anciano en
esta época. Isaac había llegado a tener 40 años, y necesitaba una esposa para seguir con la
línea del pacto. Un mensajero le había informado antes a Abraham que Nacor, su
hermano, y su esposa Milca habían sido bendecidos con ocho hijos (Gén. 22:20-24). Ahora,
Abraham dio instrucciones a su siervo a fin de que buscara una esposa para Isaac de entre
esos parientes.
Por supuesto, siempre estaba la posibilidad de que la niña no estuviera dispuesta a
acompañarlo a una tierra extraña, y Eliezer necesitaba instrucciones claras acerca de cómo
debía proceder si ese fuera el caso. Si fuera así, él quedaría liberado del juramento. En
ninguna circunstancia Isaac debía salir de la tierra que Dios, en el pacto, les había
prometido que les daría. Abraham escogió bien a su representante; el siervo estaba
decidido a hacer la voluntad de Dios en un asunto tan importante.
Una cosa es decir: Quiero dejar todo en las manos de Dios en asuntos importantes;
otra cosa es hacer realmente eso. La siguiente vez que te enfrentes con una decisión
importante, ¿qué pasos prácticos podrías dar para ponerte en una posición donde
puedas discernir la voluntad de Dios y entregarte a él, lo suficiente, para aceptarla?
22 LECCIÓN 3
✲ Lunes 16 de julio
JACOB Y ESAÚ
Rebeca, a diferencia de Sara, no tenía esposas rivales o concubinas con quienes tratar,
ni tampoco hijastros con quienes competir. El hogar de ellos podía ser un hogar feliz. No
obstante, aun en esta situación “ideal”, surgió la contienda.
Lee la historia de Esaú y Jacob en Génesis 25:19 al 34. ¿De qué modo los padres
tuvieron la culpa por la contienda que surgió entre los hermanos?
Al nacer los muchachos, Dios le dio a Rebeca un mensaje acerca de su futuro. ¿Cuál
fue este mensaje y qué vemos en la historia acerca del carácter de estos varones, que
ayuda a explicar su destino?
En esta historia vemos que Dios no determina el futuro, sino que sencillamente lo
predice. Las elecciones de los muchachos los condujeron a su suerte, o destino; no fue una
predestinación de Dios para ese destino.
La venta de su primogenitura confirma que Esaú no estaba interesado en asuntos
espirituales; sus actos ciertamente revelaron que él no era adecuado para ser el líder
espiritual del clan.
Jacob, por otro lado, miraba al futuro. Él deseaba el liderazgo espiritual; era
suficientemente astuto para quitarle ese derecho, y aun consiguió que la transacción se
sellara con un juramento. Esaú comió y salió, sin molestarle en lo más mínimo aquello a lo
que había renunciado.
“A causa de su indiferencia hacia las bendiciones y los requerimientos divinos, la
Escritura llama a Esaú ‘profano’. Representa a aquellos que menosprecian la redención
comprada para ellos por Cristo, y que están dispuestos a sacrificar su herencia celestial a
cambio de las cosas perecederas de la tierra. Multitudes viven para el momento presente,
sin preocuparse por el futuro. Como Esaú exclaman: ‘Comamos y bebamos, que mañana
moriremos’ (1 Cor. 15:32)” (PP 180, 181).
¿Cuán seriamente tomas la redención que tienes en Cristo? ¿Cómo puedes ser
cuidadoso para no venderla por un plato de comida? ¿Por qué eso puede ser más fácil de
hacer de lo que uno podría pensar?
LECCIÓN 3 23
✲ Martes 17 de julio
LA PRIMOGENITURA: EL CONTENIDO Y EL CONTEXTO DE LA CONTIENDA
Los eventos de Génesis 26 ciertamente ocurrieron antes de los registrados en el
capítulo 25. Isaac no podía haber esperado presentar a Rebeca como su hermana si ya tenía
los mellizos. Las repeticiones del pacto Abrahámico a Isaac, en ese momento, nos sirven
para clarificar exactamente qué estaba tratando de conseguir Jacob de Esaú. Esas promesas
del pacto eran lo que Jacob esperaba heredar. Esa era una herencia espiritual; y venía con
una responsabilidad muy seria. Ese era el privilegio que Esaú despreció y que Jacob
deseaba.
¿Qué promesas del pacto con Abraham fueron confirmadas a Isaac? Gén. 26:4.
Esas promesas no eran fáciles de creer, por lo menos en ese momento. Isaac y Rebeca
no tenían hijos todavía, pero esos hijos ¿llegarían a ser tan numerosos como las estrellas? Ellos
eran nómades, que vagaban de lugar en lugar, pero ¿que Dios les daría a ellos “todas estas
tierras”(Gén. 26:4)? ¡Realmente se necesitaba fe para creer eso!
Nota las semejanzas entre la experiencia de Isaac y Rebeca, y Abraham y Sara, en
Génesis 20, 21 y 26.
Nombre del lugar (20:1; 26:1) _______________________________________ Nombre del rey
(20:2; 26:1) _________________________________________ Mintió acerca de... (20:2; 26:7)
_______________________________________ Explicación de la mentira (20:11; 26:9)
_______________________________ Reprensión por la mentira (21:9; 26:10)
______________________________
Disputa
acerca
de...
(20:25;
26:20)
____________________________________
Cada
uno
hizo
un...
(21:27;
26:28)____________________________________ Nombre que dieron al lugar (21:31; 26:33)
____________________________
¡Qué interesante! El Señor recién había aparecido a Isaac (el texto no dice de qué
modo) y le dio una promesa maravillosa. De esta manera, Isaac conoció ahora no solo la
realidad de Dios, sino también la de sus promesas. Seguramente, debió haber sido un
hombre de fe, que confiaba en la capacidad de Dios de cumplir esas promesas. (Después
de todo, ¿cuándo fue la última vez que Dios se apareció a alguno de nosotros y nos habló?)
No obstante, unos pocos versículos más adelante vemos a Isaac recurrir a mentiras.
Tal vez por causa de la promesa, de que él tendría una gran descendencia, Isaac
mintió para protegerse de la muerte. Cualquiera que haya sido su razón, ¿qué lección
podemos aprender de esta historia acerca de cuán fácil es mostrar falta de confianza en
Dios? ¿Cómo podemos protegernos de esta trampa espiritual?
24 LECCIÓN 3
✲ Miércoles 18 de julio
EL ROBO DE UNA BENDICIÓN
Lee la historia registrada en Génesis 27, y luego responde las siguientes preguntas:
1
¿Por qué Jacob mostró alguna vacilación antes de realizar este engaño a su
padre? ¿Qué nos dice esa razón acerca de su carácter?
2
¿Cuáles eran las ventajas materiales que acompañaban a esa bendición?
¿Cómo podría eso explicar el deseo que cada uno tenía por recibir esa bendición?
3
¿Qué hizo Isaac que mostró que él tenía alguna sospecha? ¿Qué razón podría
haber tenido para tener esa sospecha?
4
¿Qué razones tenía Rebeca para instigar la realización de este engaño?
En los primeros versículos de Génesis 27, Isaac muestra dos pensamientos: 1) se está
poniendo viejo, y necesita transferir esa bendición; y 2) su boca se hacía agua por alguna
comida sabrosa. Aquí encontramos un juego de palabras. Mientras Esaú vendió su bekorah
(primogenitura) por un plato de lentejas, Isaac daría su berakáh (bendición) a cambio de un
trozo de venado. Rebeca trataría de conseguir la berakáh para su hijo favorito.
En un sentido, podríamos defender a Rebeca: si no por sus actos, por lo menos por sus
motivos. Después de todo, ella estaba luchando contra la institución injusta de la
bendición que haría que un hijo tuviera todo y el otro nada (Gén. 27:37). Esto era
especialmente injusto en el caso de mellizos. Tal vez ella pensó que estaba cumpliendo la
voluntad de Dios, quien había predicho el dominio del menor. Tal vez, como madre, ella
sabía, e Isaac debió haberlo sabido, que Esaú era inadecuado para la primogenitura y la
bendición que venía con ella, pero que Jacob tenía las cualidades necesarias.
Al fin, todos sufrieron mucho por causa de este engaño. ¿Qué lecciones podemos
aprender de esta historia acerca de las consecuencias de nuestros actos? ¡Cuidado!
¡Velemos y oremos antes de actuar!
LECCIÓN 3 25
✲ Jueves 19 de julio
LAS ESPOSAS Y EL PACTO
Cuando Esaú llegó a los 40 años, se casó (Gén. 26:34, 35). El problema no era solo que
Esaú se casó con dos mujeres. La poligamia existía desde el tiempo de Lamec (Gén. 4:23).
Abraham mismo tuvo varias esposas, y Jacob mismo terminó en la poligamia. El problema
principal era que las esposas de Esaú eran hititas (heteas) y probablemente no adoraban a
Jehová.
Traer a la familia sangre de “afuera” era arriesgado. Pero Abraham también había
traído a Agar, una egipcia, y pensó en hacer que ese hijo fuera el heredero. El problema
peor, sin embargo, era que las nueras he-teas de Isaac y Rebeca ponían en peligro la
adoración a Jehová entre sus descendientes, insistiendo, posiblemente, en adorar a sus
propios dioses. Siendo que eran dos, podría ser más fácil lograr su propósito. Esta
amenaza debió haber causado dolor a Isaac y a Rebeca. Mantener los casamientos de sus
hijos dentro de la familia habría servido para proteger el pacto hecho con Abraham.
¿De qué modo Rebeca usó este problema como una excusa para que Jacob se alejara
del alcance airado de Esaú? Gén. 27:46-28:5.
Isaac aceptó fácilmente el plan, y él mismo le dio instrucciones a Jacob de que se fuera
con toda prontitud. La bendición que Jacob había robado de Esaú no decía nada acerca de
las bendiciones del pacto. Ahora, cuando Jacob se preparó para partir, Isaac le dio la
bendición que siempre había esperado.
¿Cuáles fueron las bendiciones que recibió Jacob? Gén. 28:3, 4. ¿De qué manera
diferían de las bendiciones dadas a Esaú?
Antes de que Isaac le diera a Jacob las bendiciones del pacto, él le encargó
específicamente que no tomara esposa de entre los cananeos sino una que fuera de su
propio clan. Después de eso, le dio la bendición prometida. ¿Podría haber habido un
vínculo entre su amonestación y la bendición? Si fuera así, ¿cuál era ese vínculo?
¿Qué promesas de Dios son especialmente importantes para ti? Al mismo tiempo,
hazte la pregunta: ¿Qué clase de elecciones puedo hacer que permitirán que las
promesas de Dios se cumplan en mi vida?
26 LECCIÓN 3
✲ Viernes 20 de julio
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “Un frente unido”, en El hogar adventista, pp.
281-285.
“¡Qué contraste entre la conducta de Isaac y la de la juventud de nuestro tiempo, aun
entre los que se dicen cristianos! Los jóvenes creen con demasiada frecuencia que la
entrega de sus afectos es un asunto en el cual tienen que consultarse únicamente a sí
mismos, un asunto en el cual no deben intervenir ni Dios ni los padres. Mucho antes de
llegar a la edad madura, se creen competentes para hacer su propia elección sin la ayuda
de sus padres. Suelen bastarles unos años de matrimonio para convencerlos de su error;
pero muchas veces es demasiado tarde para evitar las consecuencias perniciosas. La falta
de sabiduría y dominio propio que los indujo a hacer una elección apresurada agrava el
mal, hasta que el matrimonio llega a ser un amargo yugo. Así han arruinado muchos su
felicidad en esta vida y su esperanza de una vida venidera” (HAd 67, 68).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1
Piensa en las contiendas y el sufrimiento que podrían haberse evitado si Rebeca e
Isaac hubieran hecho elecciones más sabias. ¿Qué principios violaron, y qué podemos
aprender de sus errores, que nos ayudaría a proteger nuestros hogares de sufrimientos
innecesarios?
2
Hay cierta ironía en las actitudes y los actos de Rebeca. Ella estaba molesta
porque Esaú había tomado mujeres extranjeras, porque eso podría apartarlo del verdadero
Dios. Y ella misma fue la que empujó a Jacob a ese horrible engaño. ¿Qué clase de
inconsistencia vemos aquí? ¿De qué maneras podemos estar en peligro de hacer algo
similar? Ver también Mateo 23:23.
3
¿Conoces a alguien que está afrontando una decisión importante? Si es así, ¿qué
pueden hacer ustedes, como clase, para dar a esa persona la mejor ayuda posible? ¿Qué
pueden hacer para ayudarle a esa persona a discernir la voluntad de Dios al hacer esa
elección?
RESUMEN: Isaac y Rebeca podrían haber evitado muchas dificultades en su hogar si
hubieran seguido los principios de la verdad y la honestidad. Dios había hablado, y ellos
debían haber confiado en él y cooperado con él.
LECCIÓN 3 27
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