Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& Arte Corporal y Tecnología Dra. Celia Balbina Fernández Consuegra – Universidad Rey Juan Carlos – [email protected] Resumen: Durante los últimos cuarenta años, el Performance Art se ha centrado en la acción corporal como una opción renovadora y alternativa a otras disciplinas artísticas tradicionales. Desde un principio, el arte del cuerpo incorporó medios y técnicas muy diversas que dieron a la acción artística una vitalidad y una ambigüedad no vistas. La presentación de las piezas en sitios alternativos no artísticos, la combinación ecléctica con la fotografía, primero, y el uso del video después, permitieron una movilidad al Arte de Acción más allá de los recintos tradicionales autorizados, museos y galerías; se utilizaron espacios que tenían connotaciones sociales y políticas, difícilmente alcanzables por otras disciplinas artísticas. En un principio, con el objeto de prolongar en el tiempo los performances, los artistas comenzaron a documentar sus acciones, primero a través de la fotografía y luego, a través del video. Más tarde, los artistas empezaron a incorporar determinadas imágenes a sus acciones, lo que planteó la posibilidad de realizar obras con el único objetivo de ser registradas; esto dio origen al fotoperformance y al videoperformance. En el primer caso, el resultado de la acción fue una secuencia de imágenes que rescata los momentos significativos de la acción, mostrando diferentes etapas del proceso, independientemente de su duración. En el videoperformance, por el contrario, lo que suele conservarse es el tiempo real de la acción. Los performers, tomando en consideración las posibilidades artísticas que brindaban la fotografía y el video, realizaron una serie de experimentos algunos de los cuales se analizan en este trabajo. Palabras clave: arte corporal; fotoperformance; videoperformance; espacio; identidad; simulacro ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&1& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& 1. Introducción El reconocimiento de la tecnologización del yo, sobre todo en las décadas de 1980 y 1990, unido a la producción del simulacro del yo, guarda relación con una larga lista de artistas que trabajan los efectos fragmentados de las tecnologías de la era industrial, en base a la experiencia con el propio cuerpo. Entre ellos Stelarc, el gran Cyborg del Body Art, y otras artistas vinculadas al movimiento feminista como Senga Nengudi, Kiki Smith, Lauren Lesko y Rona Pondick. El vídeo, en el desarrollo del hoy llamado Performance Art o Arte de Acción, y el teatro experimental de los años sesenta y setenta, modifica la acción artística y la escena para un nuevo planteamiento artístico y teatral que renueva sus estructuras, que cuestiona la mirada, el punto de vista y la posición del espectador en el acto creador, pues el arte es esencialmente una continua retroacción entre el emisor y el receptor. El teatro experimental, con el objetivo de traspasar límites recupera a Artaud, el jeroglífico corporal de Grotowski, evita la dramaturgia aristotélica y acumula artes anexas, en el sentido de teatro total de Wagner. Pero la verdadera novedad introducida por el vídeo y la fotografía en el Arte de Acción y en el teatro, sobrepasa los límites del dispositivo cinematográfico y tiene que ver con el desdoblamiento de las escenas en tiempo real, con su multiplicación en el espacio y con el protagonismo del espectador, involucrándolo de forma aún más activa; en Open Score, Rauschenberg utilizó cámaras infrarrojas de televisión para monitorizar el movimiento de un grupo de figurantes, en Two of Wather de Robert Whitman, y Alex Hay, y en Graa Field, emplearon proyectores de televisión en pantalla gigante para amplificar detalles de las acciones; en The Electronic Hammlet (1979), Wolf Vostell utilizó un total de 150 televisores en un circuito cerrado sobre el escenario colocando más de cien monitores sobre las butacas y en Intolleranza, de Luigi Nono, Josef Svóboda empleó cámaras de televisión y tres pantallas en el escenario sobre las que proyectaba en directo, las imágenes del público. (Baigorri, 1997: 74) ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&2& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& Después de los sesenta, un nuevo producto multimedia se consolidaría potenciando, no solo el carácter escenográfico de la obra, sino que concebía la tecnología como parte intrínseca. En este sentido, la vídeo instalación es una de las prácticas que más se ha aproximado al complejo concepto de ‘obra de arte total’: espacio y tiempo, imagen (fotografía/cine/video), sonido/música, objeto/escultura, iluminación, recorrido, participación, incluso poesía, pintura, texto, acción y representación. Debido a la flexibilidad del vídeo y la fotografía como medios, ofreció a un numeroso grupo de mujeres, entre ellas, Dara Birnbaum, Ana Mendieta, Adrian Piper, Ulrike Rosembach y Hannah Wilke, la posibilidad de desarrollar un lenguaje propio sobre su identidad y las condicionantes de género y sexismo. Artistas como Pipilotti Rist, Amy Jenkins, Alex Bag y Shirin Neshat, continuaron en este sentido, explorando los estereotipos, los temas de sexo y raza a través de lo hoy llamado fotoperformance y videoperformance. En otros sentidos y registros muy diferentes, Mattheuw Barney, Briton Steve Moqueen, William Wegman, Dan Graham, Gary Hill, Stan Douglas, Bill Viola y Tony Ousler, generaron grandes obras en los límites de la creación audiovisual. En los años ochenta, empezó a surgir una nueva generación de artistas especializados en vídeo, fotografía y nuevos medios, en la que el artista ya no estaba detrás de la cámara o como actor, sino como productor o editor. La muerte del vídeo analógico y el nacimiento del video digital, ha desplegado recursos y medios ilimitados para una creación sin fronteras. Por otro lado, la proliferación de nuevos instrumentos tecnológicos en la era cibernética y la aparición de redes informativas, además de la multiplicación de la presencia virtual del cuerpo en Internet, ha diluido, en parte, la fuerza del Performance Art. 2. Objetivos e hipótesis de partida de la investigación El objetivo de este trabajo, se centra en estudiar el Performance Art cuando utiliza como lenguaje de expresión el ‘cuerpo tecnológico’; esto significa, que haremos un análisis, a través de ejemplos concretos, piezas hechas por ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&3& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& determinados artistas que han utilizado diferentes tecnologías en el desarrollo y evolución de este género artístico. Fotografía, video y televisión son los medios tecnológicos que tenemos en cuenta en esta investigación, ya que los ejemplos que analizamos son performances que se han producido antes del surgimiento y desarrollo de otras tecnologías. Para realizar esta reflexión, se tienen en cuenta las piezas de performances realizados por los artistas que han utilizado estas tecnologías, aquellos que nos han mostrado, a través de su cuerpo, del Arte Corporal como Performance Art, la tecnologización y simulacro del yo, la fragmentación de la identidad, los condicionantes de género y sexismo, el paso del tiempo, las relaciones espaciales entre la gente y las cosas, entre uno mismo y el mundo, la exploración de los estados psicológicos, físicos y emocionales mas básicos y la interacción entre las personas, tomando en consideración esa características del género donde el público es también participante de la acción. Aunque la utilización de estas tecnologías tuvieron una gran importancia en el teatro experimental de los años sesenta y setenta, no contemplamos su análisis en esta investigación. Por tanto, la hipótesis de partida giraría en torno a la siguiente pregunta: ¿Es la utilización de la fotografía y el video tecnologías que sólo pueden ser utilizadas con el único propósito de registrar un acontecimiento artístico, o también pueden ser utilizadas para reformular y crear nuevas obras con discursos definidos dentro del género Performance Art? Para contestar esta pregunta, realizamos un análisis de las obras realizadas por determinados artistas, aquellos que fueron los pioneros en utilizar los nuevos medios. En las conclusiones de esta investigación se demostrará que, el uso de las tecnologías antes citadas en la realización de piezas de Performance Art, verdaderamente, fueron medios que originaron un nuevo tipo de performance, el Performance Art Tecnológico: videoperformance y fotoperformance. Las incursiones del Arte Corporal dentro de la televisión, no generaron un nuevo género como en el caso del video y la fotografía, pero tenemos en cuenta en ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&4& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& esta investigación las aportaciones de esta tecnología, aun cuando pudieran ser consideradas, por los lectores, no dignas de tenerse en cuenta. 3. Metodología de la investigación Para llevar a cabo esta investigación, se ha tenido en consideración, como marco teórico, la Antropología Simbólica. La Antropología Simbólica que desarrolla Víctor Turner (1986), posee un enfoque que radica en el estudio de las diferentes formas que las personas entienden e interpretan su entorno, así como, en las acciones y expresiones de otros miembros de su sociedad. Estas interpretaciones forman un sistema cultural compartido de significados, que varía entre los miembros de una misma sociedad. El Análisis Simbólico Procesual, metodología de análisis de la Antropología Simbólica, estudia los símbolos y los procesos (el ritual) a través de los cuales, los seres humanos asignan un significado a esos símbolos, para abordar las cuestiones fundamentales de la vida social humana y del arte, como reflejo de las condiciones político-sociales de la estructura normativa. Por ejemplo, los performances creados por los artistas que analizamos en esta investigación, son acciones, que manejan símbolos que hablan de cómo es la sociedad, por lo que los símbolos son reflejo de la cultura y la propia sociedad. Todo el Arte Corporal como lenguaje del Performance Art, utiliza símbolos para mostrar temas diferentes dentro de las sociedades normativas: los derechos de la mujer, los derechos de los gays, las denuncias políticas, los desaparecidos en guerras o por dictaduras como ha ocurrido en Latinoamérica, la reivindicación de los enfermos de sida, etc. La Antropología Simbólica aplicada al Arte Corporal Tecnológico, que desarrollan determinados artistas, analiza los símbolos y las metáforas que crean esos artistas en sus acciones, muchas veces rituales, que son reflejo de las condiciones sociales, políticas e ideológicas de la sociedad a la que pertenecen y, que por supuesto, también refleja el arte. No podemos pasar por alto, que cada cultura y cada persona dentro de ella, utiliza todo el repertorio sensorial para comunicar mensajes: gesticulaciones manuales, expresiones faciales, posturas corporales, lágrimas y movimientos coordinados con los ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&5& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& demás. Así mismo, la evolución de la historia y del arte, se analiza bajo lo que Turner define como drama social. Un drama social no es una estructura atemporal, sino un proceso que se desenvuelve en el tiempo. Como tal, entonces, posee una estructura, pero no una estructura de elementos espacializados de alguna manera, sino de relaciones en el tiempo, una secuencia de fases. Teniendo esto en consideración, se pueden analizar las fases que articulan la historia y la evolución del arte en el siglo XX. Desde la perspectiva Turner, no hay que conceptualizar a los símbolos como objetos, sino como instrumentos para la acción, dentro de un contexto y en el marco de los procesos sociales. Los símbolos aparecen, entonces, como componentes de la acción social, vinculados a los intereses humanos, propósitos, fines, medios, aspiraciones e ideales, individuales y colectivos. Además, los símbolos no son estáticos, sino que se encuentran abiertos a las dinámicas de cambio social. Y por supuesto, muchos símbolos han sido creados a través de las tecnologías que se tienen en cuenta en esta investigación. 4. El Arte Corporal y el Video Dentro del espíritu de desmaterialización del arte que caracterizó los años sesenta, y el deseo de integrar la creación artística con la vida, muchos artistas llevaron a cabo acciones efímeras, performances, cuyo sentido primordial era explotar al máximo el flujo de experiencias que eran capaces de provocar en los espectadores, para intentar rebasar las tradicionales barreras arte-vida y artista-espectador. Este arte en vivo, más allá de perdurar en la conciencia del espectador mediante estrategias de enfoque terapéutico, tácticas de shock y conductas espontáneas, precisó de un documento que testimoniara el acontecimiento artístico y el vídeo fue uno de los medios instrumentados para este fin. Por otro lado, los últimos años de la década de 1960, marcaron el final de la primera etapa de estas formas artísticas, que trataban de irrumpir en la vida real a través de la provocación y el escándalo; el performance necesitó, para ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&6& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& alcanzar su total autonomía, reconducir sus estrategias hacia una reflexión en torno a las cuestiones inherentes al arte. En este contexto, el vídeo, que inicialmente solo constituyó un medio de registro y documentación, comienza a interactuar con las propuestas performáticas, articulando sus posibilidades intrínsecas con los requerimientos expresivos de estas prácticas. Frente a una comprensión de la imagen como documento de la acción, se establece un desplazamiento en el que la imagenvídeo se convierte en elemento portador y significativo de la acción en sí. De manera que la utilización del vídeo, permitió realizar performances sin tener en consideración el tiempo, el lugar o incluso el público. La concepción de acciones plásticas destinadas únicamente a la cámara, marcó el trabajo de ciertos artistas que como Bruce Nauman o Klaus Rinke, se dedicaron a explorar los procesos de tipo cuerpo-espacio. También las enigmáticas creaciones de Rebecca Horn con cuerpos-objetos, fueron concebidas exclusivamente para cine y cámara de vídeo. En el caso de Jochen Gerz, la cámara fue el único espectador de su acción Gritar Hasta el Agotamiento, de 1972, durante la cual Gerz gritó con todas sus fuerzas desde sesenta metros de distancia, hasta que su voz enronqueció y se hizo inaudible. Vito Acconci, también se sirvió de la cámara como medio y finalidad misma de su actividad artística, aunque, a diferencia de Gerz, este contaba con la presencia del público en sus acciones. Gritar Hasta el Agotamiento. Jochen Gerz. 1972 Con el objeto de llegar a un público más numeroso, algunos artistas comenzaron a registrar sus acciones, tanto en formatos cinematográficos no comerciales (super-8 y excepcionalmente 16 mm), como en el recientemente ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&7& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& disponible soporte electrónico del vídeo. Los primeros registros no tuvieron otro objetivo que documentar las obras. La imagen técnica, era la evidencia de la efectiva realización del evento, depositada en la mirada de un testigo inapelable, que observaba objetivamente desde un punto de vista privilegiado. En poco tiempo, los performers descubrieron las ventajas de este voyeur profesional. La posibilidad de desdoblarse en una imagen exterior, hizo que los artistas pudieran observar sus propias acciones tal como eran recibidas por el espectador y, en consecuencia, tener un mejor control sobre la recepción de sus obras. El vídeo tuvo una aceptación inmediata por la rapidez con que se podía acceder a su registro: los más importantes artistas que cultivaron el performance durante la década de 1970, lo utilizaron con frecuencia. Progresivamente, la traducción en imágenes del performance, supuso un nuevo desafío para los artistas, quienes debieron resolver la tensión entre la inmediatez del acto y la mediación del registro audiovisual. Las soluciones variaron entre la reformulación de la acción original en función del medio, y el diseño de obras con el único propósito de ser registradas, lo que dio origen al videoperformance. La importancia de la tecnología, adoptó una forma sofisticada en las numerosas piezas de vídeo creadas en la década de 1970, las cuales cuestionan el materialismo social del artista que mantiene un vínculo tecnológico con el espectador. Por ejemplo, en Command Performance (1974) de Vito Acconci, el artista crea un bucle de representación entre el público, el artista y la obra de arte, consistente en una serie de monitores que muestran representaciones constantemente cambiantes del artista y el público. Command Performance. Vito Acconci. 1974. MOMA. San Francisco ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&8& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& Una cámara filma al visitante sin que este se de cuenta, mientras observa a Acconci a través de la pantalla, e inmediatamente después, aparece en el monitor, convirtiéndose así en sujeto y objeto de la obra. Valie Export, en Alemania, también en la década de 1970, creó numerosos trabajos de cine y vídeo autorreflexivos. En Seeing and Hearing Space, de 1974, dos vídeo cámaras y un mezclador hacen posible la acción en un circuito cerrado, que demuestra no sólo las diferencias en que el público percibe la artista, físicamente presente en el espacio de la galería y simultáneamente reproducida en el monitor, sino también, cómo la imagen es manipulada en su transmisión electrónica. Los zoom de la cámara se acercan y se alejan, sometiendo la imagen de la artista que se ve en el monitor, a una constante alteración. Sonidos específicos se vinculan a la imagen: cuando la imagen se aleja, el sonido es bajo y tranquilo; cuando la imagen se acerca, el sonido es fuerte y el tono se repite rápidamente. (Mueller, 1994: 79) Seeing and Hearing Space. Valie Export Para algunos artistas, la prolongación de la obra a través de la imagen electrónica exigía reconfigurar los componentes básicos de la acción, dada la pérdida de la coexistencia física y temporal entre artista y espectador. Si la recepción mediada era esencialmente diferente a la co-presencia en el instante de la acción, esta nueva situación debía ser puesta de manifiesto, llamando la atención sobre el acto mismo de la recepción, sus condiciones y su distancia respecto del evento original. Pero en otros casos, esa distancia potenció el vínculo buscado para la relación del espectador con la obra, principalmente en aquellas propuestas diseñadas en función de espacios inaccesibles al público, o en situaciones donde se intentaba incursionar en ámbitos de gran intimidad. ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&9& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& En la temprana historia del vídeo, el coreano Nam June Paik y el alemán Wolf Vostell, lograrían reformular el discurso de la televisión tratando de romper con el torrente comercial de sus mensajes e imágenes banales, para definitivamente otorgarle a esta un lugar como legítimo medio artístico. Si bien por aquel entonces ya Vostell parecía haber consagrado su obra a la destrucción, mientras empleaba el concepto de décollage para llevar a cabo el borrado o desprendimiento de trozos de fotografías en revistas o carteles, con el único objetivo de dejar aparecer fragmentos de otras realidades y contrastar así diversos tipos de imágenes con un sentido altamente provocador frente a la visualidad comercial, en lo adelante, se arrojaría con violenta exaltación sobre el aparato o monitor de televisión, al punto de dispararle o, sepultarle simbólicamente con restos de carne de pavo y alambres de espino, como por ejemplo en su Funeral Televisivo (Festival Y.A.M. en New York, 1963), evento con el que radicaliza sus críticas a la televisión como institución. Con la misma estética destructiva con que sus fotografías son despegadas y deformadas, Vostell manipula, fragmenta y distorsiona las múltiples imágenes televisivas, pero sin desprenderse aún de lo que podríamos definir como cierto apego al carácter objetual del monitor. Es desde este punto de vista, de su potencial destructivo, que conviene enfocar su obra, planteada y experimentada toda desde una manifiesta táctica de shock, emprendida bajo formas que conducían directamente a la confrontación y a la provocación, más que a una participación efectiva del espectador en los eventos o acciones. Por su parte, Nam June Paik, también deseaba crear el desconcierto y el asombro. A través de la puesta en escena de composiciones y acciones acústicas para las que diseñó los más insólitos objetos e instrumentos, y de actos de carácter absurdo y agresivo que muy bien superaban las propuestas performáticas del legendario John Cage, al mismo tiempo se entregaba a la búsqueda de un lenguaje propio. Tal vez fue esta voluntad de originalidad, ruptura, provocación y afirmación la que dictó las características de su obra, en cuyas propuestas se advierte una gran variedad discursiva. En el caso Paik, a diferencia de Vostell, la decisión de trabajar con televisores no estuvo marcada por una tendencia destructiva. Los factores que influyeron ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&10& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& en esa elección estuvieron quizás determinados por su formación en materia de electrónica y, en particular, por los conocimientos adquiridos sobre los experimentos en torno a la producción de imágenes analógicas. Paik no trataba entonces, la caja del televisor como objeto, sino que su interés se centraba en la propia estética de las imágenes producidas y distorsionadas a lo largo de sus intervenciones, o sea, en el software televisivo. Living Sculpture. Nam June Paik y Charlotte Moorman. 1969. Colección privada Las colaboraciones de Nam June Paik y Charlotte Moorman, fusionaron la música, el arte y la tecnología con el cuerpo. TV Bra, es un objeto de Paik utilizado para el performance Living Sculpture, en 1969. La pieza consistía en un par de pantallas de televisión de tres pulgadas, montadas en cubos de plexiglás, los cuales son atados en los pechos de la chelista. Las televisiones muestran oscilaciones creadas a partir de las señales de un repunte del violonchelo, y se encendían de vez en cuando, tratando de transmitir algún canal. Por medio de un circuito cerrado de televisión, los espectadores veían reflejada su propia imagen, mientras que las notas del violonchelo se amplificaban, y se transformaban en señales ópticas que distorsionaban las imágenes de las pantallas. Con esta obra Paik, trató de humanizar la electrónica, y la tecnología. Mediante el uso de la televisión como sostén, íntima prenda de la mujer, provocaba a los espectadores estimulando su fantasía, buscando nuevas, imaginativas, y humanistas formas, de usar la tecnología. ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&11& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& Buddha TV. Nam June Paik. 1971 Una de las obras más representativas de Paik en los años setenta es Buddha TV (1974), compuesta por una escultura de Buda colocada frente a un televisor y una cámara que lo graba en circuito cerrado. El artista establece una doble confrontación: oriente - occidente y meditación - tecnología. También abre la posibilidad de leer elementos zen en el mundo contemporáneo, críticas a la banalización de la cultura mediática, el vacío del mensaje televisivo, y la desactualización del principio del no-hacer en el pensamiento oriental. Por otro lado, […] “la irrupción del vídeo en el mundo del arte vino determinada por tres factores directamente vinculados a las vanguardias históricas: el interés por las posibilidades creativas de los nuevos medios tecnológicos; la predisposición inter/multidisciplinar en el arte y el compromiso con la situación social y política de su tiempo”. (Baigorri, 1997: 7) Bajo esta perspectiva, podríamos conectar directamente los impulsos creadores de Lisitzky, László Moholy-Nagy, Fernad Leger y Man Ray, utilizando los avances tecnológicos de su época (fotografía, radio y cine), con los artistas de los años sesenta, a través del uso de la perspectiva múltiple y los puntos de vista simultáneos explorados por los cubistas; la noción de aleatoriedad, la incorporación de la experiencia cotidiana y las nuevas relaciones con la audiencia investigadas por los surrealistas; o la provocación, el azar y la destrucción de las formas que interesó a los dadaístas, entre otros. “Desde el vídeo activista de Raindance y Videofreex y las acciones de los colectivos T.R. Uthco y Ant Farrn; desde las posturas politizadas de Francesc Torres y Juan Downey, la ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&12& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& crítica massmediática de Antoni Muntadas, o la reivindicación feminista de Ulrike Rosebach, Dara Birnbaum y Joan Jonas; desde las propuestas interactivas de Dan Graham, Peter Campus, Frank Gillette e Ira Schneider; desde la provocación irónica de Paik y Vostell en Fluxus, o de Vito Acconci, John Baldessari, William Wegrnan, Bruce Nauman... siempre se estuvo pretendiendo un utópico cambio social a través del arte”. (Baigorri, 1997: 9) Reconocido desde principios de la década de 1970 como uno de los artistas estadounidenses contemporáneos más provocativos e innovadores, Bruce Nauman busca inspiración en las actividades, el habla y los materiales de la vida cotidiana para trabajar en medios tan diversos como escultura, vídeo, cine, grabado, performance, instalación, no preocupado por el desarrollo de un estilo característico sino por la manera en que un proceso o actividad pueden transformarse o devenir una obra de arte. Sus inquietantes obras hacen hincapié en la naturaleza conceptual del arte y del proceso de creación. Debido a la prioridad que otorga a la idea y al proceso creativo sobre el resultado final, su arte recurre a la utilización de una increíble variedad de materiales, y en especial a su propio cuerpo. En acuerdo con la danza, la música y el film experimentales y con aquello que ahora es denominado Mínimal, Nauman, como otros tantos de la década de 1960, expandió la práctica artística y su recepción introduciendo estrategias performáticas en su trabajo. Huyó de los objetos artísticos estáticos, para crear un arte de la experiencia real, caracterizando su propio cuerpo como material escultórico. Se dedicará entonces a repetir en su estudio y frente a la cámara acciones simples y a menudo bajo un guión, a las que llamaba ‘danzas’ Desde mediados de la década de 1960, crea un corpus de obras que incluye esculturas, films, hologramas, entornos interactivos, sonidos, relieves murales de neón, fotografías, grabados, vídeos y performances. Acude a la ironía y la palabra para abordar asuntos como la existencia, la alineación, provocando de ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&13& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& manera creciente la participación así como el espanto, el desaliento y la consternación del espectador. En el Norte de California y en el apogeo de la guerra de Vietnam, Bruce Nauman realizó un film de 16 milímetros y 10 minutos de duración, Art MakeUp, pensado para proyectarse en las cuatro paredes de su pequeño estudio en 1967. Los espectadores, situados en el centro del mismo, e iluminados por una luz blanca brillante como si fuera un escenario, se encontraba rodeado de las imágenes del artista que se proyectaban al unísono en las cuatro paredes de la habitación, al son de la música del ruido de los cuatro proyectores. El montaje de los films se realizó de manera que no pararan, sino que se repitieran infinitamente. Art Make-Up. Bruce Nauman. 1967. Copyright 2006 Bruce Nauman/Artist Rights Society (ARS), New York Para realizar este film, Nauman se paró delante de la cámara fija, y procedió a pintarse el rostro y el torso desnudo, primero con pintura blanca, después rosa, verde y finalmente negra. Nauman utilizó su cuerpo como lienzo al aplicar los pigmentos de colores, transformándose a sí mismo, con cada cambio de color, en un nuevo personaje, como si interpretara un nuevo papel, en cada caso. Así, Nauman crea con este performance un juego circunstancial, para revelar las contradictorias necesidades humanas en el orden de la comunicación. Bruce Nauman realizó el conocido performance Autorretrato como Fuente, en 1966, de la cual tomó fotografías y escenas en vídeo, en las que aparecía el artista lanzando agua por la boca; con una evidente influencia de Duchamp, ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&14& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& Nauman parodia la escultura tradicional donde se representa el desnudo masculino heroico en poses que enfatizan su masculinidad y como una metáfora de la fuente de la sabiduría y la fertilidad. Autorretrato como Fuente. Bruce Nauman. 1966. ARS. New York Fuertemente influenciado por sus contemporáneos en danza, música y cine, Bruce Nauman está interesado en un arte que exprese el paso del tiempo. Trabajó con creadores como Meredith Monk, Steve Reich o Andy Warhol, sobre aspectos de duración y repetición. Nauman hace de su estudio una especie de laboratorio-teatro en el que se detiene en su propia rutina cotidiana. En sus vídeos presenta relatos sin principio ni fin, que capturan el absurdo continuum de la propia vida. Interesado en el lenguaje y el juego se mueve en la ambigüedad de significados duales, al explorar los estados psicológicos, físicos y emocionales mas básicos o lo que podríamos llamar ‘un teatro sin teatro’. El espacio entre la gente y las cosas, entre uno mismo y el mundo, es el concepto inicial de partida en la primera década de los sesenta a los setenta en la obra de Nauman: hacer de alguna manera tangible lo invisible, hacer evidente el límite entre sentido y representación, entre ficción y realidad, trazar por tanto los límites del discurso real y del proceso conceptual que actualiza el sentido. Tanto la exploración del propio cuerpo, como la del entorno experimental del mismo, queda reflejado, no solo en el tipo de esculturas huella, como en su obra From Hand to Mauth, sino también, en las diversas asociaciones de imagen que investiga, mediante los montajes fotográficos y las primeras vídeo grabaciones del propio autor en su estudio, la autoconciencia física a través de ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&15& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& la voz, y el lenguaje que se combina con los diversos materiales y objetos tanto creados a propósito como reciclados. En los trabajos realizados en los años setenta, Nauman centra su investigación en las experiencias espaciales y temporales del espectador, y en la capacidad del artista de crear situaciones mentales que puedan transformar o modificar la materia al punto de que ellos, física y psicológicamente, experimentan su proyección. Profundiza en las categorías históricas asociadas a la psicomotricidad del cuerpo, en cuanto al sitio que éste ocupa y cómo lo ocupa: las leyes físicas relacionadas con la posición, es decir la ley de gravedad y la de equilibrio, así como la ubicación de las obras en sitios no prioritarios dentro del espacio virtual desde el punto de vista histórico. En Walk With Contrapposto (1968), Nauman se grabó a sí mismo caminando de atrás para adelante por un pasillo estrecho, construido con dos paredes verticales cada una de dos metros y veinticuatro centímetros de alto y seis metros de largo. Al colocarlas con una separación de sólo medio metro y con los extremos lindando con el muro, las paredes forman un pasillo estrecho y cerrado. (Morgan, 2011: 6) Walk With Contrapposto. Bruce Nauman. 1968. LACMA Foundation El vídeo nos muestra al artista como si fuera un preso, sus manos trabadas y entrelazadas detrás de su cabeza, paseando monótonamente y de un modo un poco ridículo por el reducido y circunscrito espacio del pasillo, asumiendo una parodia a la figura clásica de la pose. Nauman colocó la cámara en un altillo, indicando que ya no se trataba de grabar su actividad diaria en el estudio, sino ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&16& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& que ahora hacía las veces de instrumento de vigilancia. El artista aprendió, que la dificultad física de movimientos controlados mejora su conocimiento de su propio cuerpo, cosa que observó en la coreografía de los movimientos habituales en la danza de Meredith Monk y Merce Cunningham. En Wall-Floor Positions, filmada en 1968, el autor comienza a experimentar diversos efectos de extrañamiento en la percepción de la imagen, mediante la alteración de los fundamentos elementales del medio técnico y de la relación con las categorías tradicionales de representación. En este sentido altera, en primer lugar, la noción de gravedad del cuerpo en relación con el desplazamiento dentro de un espacio, adoptando diferentes posiciones con un carácter ambiguo sobre el suelo y apoyado en la pared. (Morgan, 2011: 7) Wall-Floor Positions. Bruce Nauman.1968. LACMA Foundation El carácter ambiguo de la grabación radica, en primer lugar, en la referencia de las posturas, las cuales nos remiten a diversas posiciones de caída en todas las secuencias de la grabación, sin embargo, no manifiestan un orden sucesivo lógico a la manera de una narración visual que tenga un inicio, un desarrollo y un desenlace. Bouncing in the Corner. Bruce Nauman.1968. ARS. New York Revolving Upside Down Bruce Nauman.1968 ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&17& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& En otras filmaciones, trabaja con el punto de vista invertido y lateral, colocando la cámara fija en ambas posiciones e incluso desapareciendo del encuadre de la cámara en determinados momentos. En general, nos plantea acciones en el proceso de suceder, un desarrollo que se repite sin cesar situándonos ante una tensión que no se resuelve. Ejemplos son: Bouncing in the Corner y Revolving Upside Down, ambas de 1968 documentadas por Morgan, 2011: 7-8 En su obra, Playing a Note on the Violin While I Walk Around the Studio, de 1968, la combinación de extraños ángulos, inusuales encuadres y ruidos, produce una realidad que distorsiona la percepción del material grabado respecto de la acción originaria, al variar las condiciones que enmarcan aquello que vemos y oímos. Esta impresión repetitiva y tortuosa, es explotada por el autor mediante los recursos de ralentización de la imagen en unas ocasiones, y la de-sincronía, en otros. En realidad, Nauman realiza un ritual que no está anclado en el presente, sino que alude a algo que puede estar por llegar o quizás no llegue nunca; de manera, que el ritual es la propia espera, larga y desesperante: el artista alarga el ritual convirtiéndolo en una actividad sin fin. Playing a Note on the Violin While. Bruce Nauman. 1968. ARS. New York Walking in an Exaggerated Manner on the Perimeter of a Square. Bruce Nauman. 1967-68. ARS. New York En Walking in an Exaggerated Manner on the Perimeter of a Square, de 196768, siguiendo una línea de cinta adhesiva que traza un cuadrado sobre el piso ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&18& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& de su estudio, Nauman camina levantando exageradamente la cadera antes de dar el siguiente paso. Lo absurdo de la acción se contrapone a la seriedad con la que es ejecutada, presentando un ejercicio de concentración sostenido durante diez minutos. (Goldberg, 2002: 159) Pero lejos de crear una serie de gestos solipsistas, elimina cualquier asociación biográfica y se muestra como objeto, como una figura humana universal que representa los rituales de la existencia. Mediante la insistente repetición de una actividad - la cual exige una resistencia física y mental tanto del artista como del espectador - busca generar, una conciencia de uno mismo a partir de realizar u observar una acción física. “Bruce Nauman es uno de los artistas de mayor influencia de los últimos veinte años; un hecho que sin duda tiene mucho que ver con el carácter experimental y versátil de su trabajo. Es imposible etiquetarlo dentro de una tendencia determinada, es simultáneamente videoartista y escultor, performer y artista conceptual. Nauman practica la falta de estilo y la itinerancia entre técnicas y materiales, con la única voluntad manifiesta de enfrentar al espectador con una conciencia de realidad alejada de la historia y sus categorías. En su extensa producción hay películas, fotografías, hologramas, acciones, esculturas en todo tipo de materiales industriales e instalaciones”. (Martínez, 2000: 136) La instalación de la artista serbia Marina Abramovic, Imponderabilia, creada en 1970, en colaboración con su compañero Ulay, consistió en que ambos ocuparon la entrada principal de la Galería Communale d’Arte Moderna de Bolonia desnudos, uno frente a otro, de manera que el público visitante tenía que pasar entre ambos, eligiendo con qué cuerpo encararse, al pasar por el reducido espacio que separaba a ambos artistas. (Goldberg, 2002: 165) Esta arquitectura corporal, como puerta viviente de acceso a la galería, creada por los artistas, obligaba al público a enfrentarse a sus actitudes y sentimientos respecto al género y a la sexualidad. Cruzar la puerta, es un acto simbólico relacionado con cambios, cambios mentales que los artistas intentaban inducir ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&19& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& en los visitantes. La puerta es un símbolo femenino en el sentido de apertura, de invitación a penetrar en el misterio, lo opuesto al muro, que sería lo masculino. Existe una relación, entre la función simbólica de la puerta como posibilidad visible y externa que permite el paso hacia el interior, y el centro, lo más profundo e invisible que da sentido a todo el conjunto. La puerta simboliza la comunicación entre dos estados y, sobre todo, la posibilidad de acceso de uno al otro. Es la frontera que separa un ámbito interno de Luz, al que se aspira a acceder, de otro de tinieblas, de donde se viene. La puerta es la delimitación de dos mundos, el interior o sagrado y el mundo exterior o profano. A su vez el público, al cruzar el espacio, crea la obra: una cámara oculta los filmaba y los proyectaba en una serie de monitores cerca de la entrada; las personas que se encuentran dentro del recinto, son los que contemplan la obra a través de los monitores. En esta obra, Adán y Eva no se sienten avergonzados por su expulsión del paraíso, sino que guardan sus puertas. En todo caso, el público asistente que se pone en contacto con los cuerpos desnudos, es el que siente la vergüenza de este acto, de manera que los papeles se invierten. Imponderabilia. Marina Colección particular Abramovic y Ulay.1970. Joan Jonas trabajó en numerosas ocasiones con el efecto del circuito cerrado, proceso en el que la cámara se filma a sí misma, filmando. Creaba así, una ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&20& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& infinita secuencia de imágenes, con lo que exponía la producción de la imagen misma. Ese acto de la transcripción dentro del medio de comunicación en el que se aborda directamente la indexicalidad de los gestos de la autora, es específico de las performances de aquella época, como por ejemplo, la serie Organic Honey o Glass Puzzle, de 1974. Este proceso establece una relación psicológica en la que una esfera de acción está marcada por un impulso narcisista. El efecto del vídeo en circuito cerrado, es un eco que transforma el cuerpo de la protagonista del performance en un medio por el cual pasa la información. Joan Jonas, presentó una gama de escenas e imágenes que representaban un particular universo deconstructivo de la historia. Éste se encontraba repleto de imágenes infantiles, de referencias al doble y al espejo, a las máscaras y a las sombras. Debido al rápido desarrollo de las nuevas tecnologías en la sociedad del siglo XX, el cuerpo se distancia cada vez más de su auténtica naturaleza biológica en forma de imágenes, se considera un recurso y se vive como objeto. Desde la década de 1960, muchos artistas emplearon las nuevas tecnologías de la imagen para explorar este distanciamiento y devolverle al cuerpo carente de materialidad debido al abuso de esas tecnologías, su corporalidad y su peso, como ser biológico. Dan Graham, en 1977, realiza el performance Performance/Audience/Mirror; en esta acción el artista se para frente a la audiencia, pero detrás de él se encuentra un gran espejo que refleja la imagen de la audiencia y su espalda. Performance/Audience/Mirror. Dan Graham. 1977. Colección privada ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&21& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& En este momento, Graham describe las actitudes y los movimientos de cada uno de los miembros de la audiencia, que pueden observarse en el gran espejo que los refleja. Después, Graham da la espalda al público viéndose reflejado en el espejo él y los espectadores; de nuevo describe con todo lujo de detalles todo lo que hacen los espectadores, y los gestos que él mismo hace. Mientras esto ocurre, una cámara de vídeo graba toda la escena, en la que se confunden objetividad y subjetividad. La cámara entonces, se convierte en el observador, una especie de individuo que ve a Graham y al público en su encuadre. Los miembros del público se ven reflejados en el performance inicial a través del espejo como ‘imágenes’, y en la grabación del vídeo, al igual que el artista, como ‘objetos’ de nuestra mirada de espectador. Según Graham, “El espejo permite que la audiencia se perciba a sí misma (instantáneamente) como una masa de público (como una unidad), compensando su definición a través (del discurso) del intérprete”. (Graham en Wallis, 1993: 114-115) La teoría de Graham de las relaciones entre el artista y el intérprete, se basaban en la idea de Bertolt Brecht de imponer un estado inseguro e incómodo en el espectador con la intención de reducir la distancia entre los dos. Con la utilización del vídeo y del espejo, se creó una sensación de pasado, presente y futuro dentro del espacio construido, técnica que utilizó este artista en muchos performances. El performance de Ulrique Rosenbach Don't Believe I'm an Amazon, de 1975, refleja un enfrentamiento con la propia identidad como mujer. Más allá del autorretrato, la acción es una descripción de su estado mental, un producto retroactivo de las condiciones sociales. Es la revelación de su carácter personal, investigación de su propio potencial. Con esta pieza, la artista reflexiona sobre la imagen cultural de la mujer en la historia; la mujer como madre de familia, ama de casa, como prostituta del hombre, como santa, virgen o amazona. ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&22& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& Don't Believe I'm an Amazon. Ulrique Rosenbach. 1975. Kunstmuseum. Düsseldorf La obra es un videoperformance. La imagen de amazona se identifica con las estructuras de poder y comportamiento competitivo en la sociedad patriarcal. Los espectadores de esta pieza, ven a la artista disparando a cierta distancia quince flechas a la reproducción de la obra Madonna in Rosenhag de Stefan Lochner (1451), y simultáneamente, lo ven en el vídeo. Dos vídeo cámaras separadas, graban la reproducción del cuadro y la cara de Rosenbach, pero ambas imágenes, se muestran en un monitor superpuestas. La grabación muestra la reacción mental de la artista. La imagen de la virgen, representativa, remota, bella, tímida y gentil, un cliché tradicionalmente usado como la imagen femenina y, en realidad bastante insípida, es ahora parte de Rosenbach. 5. El Arte Corporal y la Fotografía Durante muchos años, también el registro fotográfico fue utilizado por los artistas conceptuales para documentar la ejecución de obras y eventos de carácter efímero. La fotografía, era la evidencia de una realización artística, su corroboración y verificación - en la medida en que postulaba su valor de verdad - para la posteridad, transformándose en prueba fehaciente de la intervención de su autor en la ejecución. Ana Mendieta, siguió un camino algo diferente para el registro de sus acciones sobre la naturaleza. Su trabajo se basó en la intervención sobre espacios naturales, en los que dejaba esbozada una silueta que luego registraba fotográficamente. Sin embargo, sus registros no dan pruebas de su presencia sino más bien de su ausencia: no muestran a Mendieta en el acto de señalizar el espacio sino que documentan el producto ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&23& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& posterior del mismo, el momento en que su autora ha quedado reducida a una huella en el paisaje. Silueta en pigmento rojo sobre arena. Ana Mendieta. México. 1976 La imagen fotográfica refuerza esa ausencia debido a su estatuto de pasado irremediable e inmodificable, que según Barthes, subyace en toda fotografía. “La fotografía sólo adquiere su valor pleno con la desaparición irreversible del referente, con la muerte del sujeto fotografiado, con el paso del tiempo”. (Barthes, 1995: 23) Pero a su vez, es la ocasión de la recepción estética de la obra, que sólo puede desplegarse para el espectador entre la autenticidad del registro y la ausencia del acto. Aunque documento de un sub-producto (la huella), el registro es parte integrante y vital del performance. Su lugar, claramente, no es complementario, ya que es imposible establecer un límite preciso entre performance y registro que pudiera caracterizar a uno y otro como prácticas separadas. Por otra parte, las fotografías son el único vínculo que Mendieta propone para el espectador, obligado a aproximarse a la inmediatez del acto original, desde la perspectiva mediada del registro fotográfico. El fotoperformance y el videoperformance - procedimientos basados en acciones pensadas especialmente para ser registradas - dieron lugar a un tipo de obras donde el acto aparece como inseparable de su traducción mediática. La secuenciación del registro fotográfico o la edición videográfica permitieron, ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&24& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& además, alterar los patrones temporales propios del acto performático o focalizar la recepción del mismo, con la posibilidad de generar un metadiscurso crítico en relación al proceso de ejecución de la obra. Como caso particular de este tipo de trabajos, puede señalarse los registros de los performances de Orlan. Los registros, son el resultado de una situación especialmente escenificada para la cámara, sobre la que Orlan también suele intervenir, posteriormente en la edición. Además del registro en sí, muchas veces las condiciones mismas de su presentación están contempladas en función del performance: en la última Bienal de Lyon, por ejemplo, Orlan dispuso televisores con las imágenes de sus operaciones en el techo del Museo de Arte Contemporáneo de esta ciudad, al lado de un dispositivo de luces similares a los que se utilizan en las salas de cirugía sobre las mesas de operación. De esta forma, el espectador estaba obligado a mirar hacia arriba y directamente a las lámparas, de la misma manera en que la artista lo había hecho durante la intervención quirúrgica. Esta tendencia crítica, se encuentra también en la obra de otros artistas, que generan situaciones donde el énfasis está puesto en una deconstrucción de los medios con los que trabajan, y que en la mayoría de los casos, han focalizado su atención sobre los sistemas de valores propagados por esos mismos medios, en el ámbito de la cultura contemporánea. Las obras de Cindy Sherman y Yasumasa Morimura son características de este tipo de trabajo. En sus personificaciones, Sherman ha tomado los estereotipos de mujer popularizados por el cine y las revistas de moda, para generar una crítica sobre la influencia de los medios en la conformación de dichos estereotipos y cuestionar al mismo tiempo al propio medio como productor de ese universo artificial. Pero al apropiarse del imaginario producido por los medios, su crítica se prolonga hacia cuestiones más radicales en relación a la originalidad y la creatividad de la práctica artística. Como expresa Rosalind Krauss: “Habiendo entendido a la fotografía como el Otro del arte, su uso de la fotografía no comporta un objeto para la crítica artística sino que se constituye como un acto crítico. Constituye ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&25& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& a la fotografía misma como un metalenguaje con el cual opera sobre el campo mitogramatical del arte, explorando a un tiempo los mitos de la creatividad y visión artísticas, y la inocencia, primacía y autonomía del ‘soporte’ de toda imagen estética”. (Krauss, 1990: 98) Yasumasa Morimura, mediante una práctica muy similar, no sólo cuestiona la supremacía de occidente en el dominio de la imagen mediada, sino que también relativiza la fijeza de los géneros producida por ese sistema, al personificarse preferentemente como representante del sexo opuesto. Morimura, realiza fotografías a gran escala disfrazándose de personajes tan variopintos como Scarlett O’Hara, Greta Garbo, Che Guevara, hasta los protagonistas de obras maestras de la Historia del Arte como Saturno Devorando sus Hijos, o Duchamp disfrazado de mujer en las imágenes de Rrose Sélavy en 1921. Un trabajo donde Morimura explora la percepción que tiene el mundo occidental del oriental es Retrato (Futago), donde se apropia de la Olimpia de Manet, uno de los símbolos principales de la tradición de la cultural occidental, representándose como la Olimpia y como la criada negra. El travestismo del artista y la contextualización como mujer, desafía la construcción colonial de ‘Asia como mujer’, y los hombres asiáticos como afeminados; el artista hace que el espectador occidental cuestione y reevalúe sus percepciones sobre la identidad cultural asiática. Retrato (Futago). Yasumasa Morimura. 1988. Fotografía ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&26& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& Retrato (Futago), también intenta desafiar las percepciones tradicionales sexuales de las culturas minoritarias. Como artista gay, Morimura utiliza el travestismo en su emplazamiento como Olimpia, para subrayar el estereotipo gay como afeminado. A través de este estereotipo, explora la forma en que su propia identidad cultural se construye, generalizando los convencionalismos sociales. Al mismo tiempo, es evidente que esta Olimpia es un hombre, por ello subraya la artificialidad de tales estereotipos y desafía su validez. Adicionalmente, su ubicación como mujer desestabiliza los fijos y binarios roles de género hombre-mujer que prevalece en la cultura existente, por lo que construye una nueva identidad de género, donde los estereotipos de hombre y mujer están subvertidos. Por otro lado, desarrollando una relación extraordinaria con su cámara, Cindy Sherman ha sido capaz de manipular drásticamente su edad y su peso, convirtiéndose en irreconocible ante el público. En sus trabajos, que se mueven entre lo alarmante y lo desagradable, lo divertido y lo conmovedor, la norteamericana actúa como actriz, directora, modelo y artista. Aunque su formación primera como artista fue en el campo de la pintura, la fotografía atrajo pronto su atención, convirtiéndose con el tiempo en una figura clave en este área por su particular manera de potenciar nuevas posibilidades. Pero el hecho de que Sherman utilice su propio cuerpo como vehículo para introducir diferentes personajes, inventar roles e interpretarlos, y de que combine su faceta de modelo con la de directora de cine, abre además un amplio abanico de opciones creativas que de cara al espectador se traducen en que los límites se desdibujan y se amplían: la idea de posar se confunde con la de mirar, el objeto con el sujeto. Además, Sherman se crea a sí misma incesantemente, sin embargo, no trata de revelar el verdadero yo artístico, sino evidenciar cómo la identidad es una construcción imaginaria y ambigua que se convierte en actriz y creadora de la propia narración que exhibe. Las fotografías que Sherman comenzó a realizar desde 1977, nos enseñan la agonía del estereotipo, la deconstrucción de la identidad y su plasmación en el caos, planteando, al mismo tiempo, las ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&27& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& consecuencias de la mujer simplificada culturalmente como una dualidad: sujeto/objeto. Con la multiplicación de su imagen, Cindy Sherman renuncia a tener la suya propia. Sus fotografías no pueden ser consideradas como autorretratos, dado que ninguna de ellas la refleja. Las mujeres que aparecen en sus fotografías no existen, no son retratos de nadie, pero, paradójicamente, representan de manera fehaciente la imagen estereotipada de la mujer en la sociedad occidental contemporánea. Sus múltiples rostros representan la deconstrucción de la imagen femenina, un producto de la representación caracterizado, desde un punto de vista falocéntrico, por la inestabilidad, la pérdida de identidad, la ausencia y la mascarada. En la sociedad occidental, la mujer se ha convertido en el objeto pasivo de la mirada del hombre, el cual proyecta sobre ella sus fantasías y sus deseos más o menos inconscientes, haciéndola vulnerable y frágil, poniéndola bajo su control. (Blessing, 1997: 81) Sin título Nº 15. Cindy Sherman. 1979 Serie Untitled Film Stills. Colección privada Entre sus fotografías, hay que destacar la presencia de series como Untitled AE (1975), buen ejemplo de sus primeros años, Bus Raider (1976-2005), Murder Mystery (1976-2000) y Untitled Film Stills (1977-1980), una serie que ofrece un variado repertorio de roles femeninos inspirados en fotogramas cinematográficos y donde es más evidente su trabajo de simulacro crítico de estereotipos. Entre los personajes de esta serie, destacan, una mujer en ropa interior con un vaso de Martini en la mano, una bibliotecaria de aspecto dulce, una secretaria, una mujer provocativa de la clase baja de una película neorrealista italiana y varias mujeres de clase media en sus cómodos apartamentos. (VV.AA., 1997: 171-196) ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&28& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& En la serie de sus ‘retratos históricos’, una idea derivada de un encargo de una fábrica de Limoges que producía prótesis de porcelana a partir de moldes originales del siglo XVIII, Cindy Sherman se autorretrató inspirándose en grandes obras clásicas, y jugó con disposiciones y símbolos pictóricos muy cercanos a los originales, para subvertir su mensaje al utilizarlos de forma inquietante y alterada. Uno de estos retratos, de 1989, sin título, demuestra el conocimiento de obras célebres del arte medieval tardío, al tiempo que subvierte su significado. Al colocar sobre un rico fondo de cortinajes de encajes su propia imagen con la larga cabellera rubia suelta y con un niño en brazos, evoca, sin lugar a dudas, la primorosa minuciosidad descriptiva de los valores táctiles de la pintura flamenca. Pero es una evocación transgresora. La provocación consiste en presentar un pecho artificial sobrepuesto, de porcelana, una prótesis, de la que difícilmente puede manar leche. De este modo la imagen se convierte en una reflexión sobre la maternidad, la lactancia, y, en términos generales, se presenta como un reto contra el papel nutridor adjudicado a las mujeres en la cultura occidental. Retrato histórico. Cindy Sherman. 1989. Foto tomada de VV.AA., 2008: 171 Bruce McLean, en Pose Work for Plinths, posó para una cámara fotográfica en distintas posiciones utilizando unos cubos blancos. Luego, las fotografías se montaron como obras independientes y se expusieron un año después como una versión de la acción original. Esta obra se presentó por primera vez en 1970 para la organización Situation, dedicada al arte conceptual británico. ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&29& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& Pose Work for Plinths. Bruce McLean. 1970 Bruce McLean archives Con este performance, McLean reinterpreta la retórica de la escultura tradicional empleando su cuerpo en lugar del habitual objeto artístico, y realiza una parodia de las figuras maternales yacentes de Henry Moore. La pieza también ridiculiza la seriedad de la actitud autorreflexiva del Arte Conceptual, además de aludir a la utilización de la fotografía por sí misma como medio escultórico. Carving: A Traditional Sculpture. Eleanor Antin. 1972. 144 fotos. Colección Art Institute of Chicago Eleanor Antin, en su pieza Carving: A Traditional Sculpture (1972), hizo fotografiar su cuerpo todas las mañanas de frente, de espaldas, perfil derecho y perfil izquierdo, entre el 15 de julio y el 21 de agosto, con objeto de describir el proceso de ‘talla’ que sufre el cuerpo, durante un régimen alimenticio de adelgazamiento. (Jones and Warr, 2000a: 87) Pero en este caso, la talla no se realizaba a la manera de los griegos o de Giacometti, donde el escultor trabajaba los contornos de la figura extrayendo capa tras capa por todos los lados, ahora, la talla se realiza de adentro hacia fuera. ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&30& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& La fotografía, fue abrazada durante la década de 1970 como el medio transgresivo por excelencia. Su reproductibilidad mecánica, su denigrado estatus cultural y sus capacidades miméticas, ofrecieron a los artistas un vehículo perfecto a través del cual podían transmitir sus inquietudes sin la necesidad de crear objetos estéticos. Muchos autores se apropiaron del estilo propio del fotoperiodismo para sus esfuerzos de análisis. La documentación fotográfica, fue adoptada por aquellos artistas que deseaban evitar ciertas convenciones estéticas, pero sobre todo, por quienes querían documentar episodios o performances en la privacidad del estudio. De este modo, la acción fotográfica se convirtió en una interesante posibilidad de acceder al otro. Posibilidad, a través de la cual, el artista introduce el medio fotográfico como una documentación susceptible de ser alterada, como un espejismo de quien observa la obra, en una imagen manipulada por el autor en una explosiva estrategia basada en la reflexión sobre el mundo visible. Muchos artistas utilizaron la multiplicidad de la imagen fotográfica como arte secuencial, lo que permitió expresar y preservar la noción de tiempo. Por ello, la serie fotográfica se convirtió en uno de los modos de expresión más utilizados, con la finalidad de registrar los procesos de reflexión sobre el género. Este seriación, sugiere el intento de fijar una identidad transitoria y fugaz, un intento por captar la imagen del espejo adoptando la identidad que se quiere ser. Por otro lado, la idea de repetición entendida como la redundancia de una misma imagen, implica directamente la noción de frecuencia informativa. Esta frecuencia de repetición de la imagen, de alguna manera pretende anular la contundencia de la primera lectura que ofrecería una imagen única y aislada. La repetición infinita, o un número de veces suficientemente amplio de un cliché, de una toma fotográfica instantánea del objeto, elimina la eventual magia que podía nacer del valor carismático del símbolo, siendo este aspecto una característica que acontece dentro de una sociedad marcada por la producción en masa. ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&31& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& Tanto los individuos de Urs Lüthi, como los de Hannah Wilke, se enfrentan al espectador fingiendo proyectarse hacia el exterior. La serie de Lüthi, The Numbergirl (1973) y Un’isola nell’aria (1975), así como la de Wilke, S.O.S., Starification Object Series (1974), representan series repetitivas de imágenes, reproducidas en forma de cuadrícula. Urs Lüthi, posaba travestido para la cámara fotográfica en un acto de autocontemplación de su relación íntima con la mujer. Con la destrucción de los estereotipos de género, Lüthi señala que la conexión que siente con lo femenino se encuentra en un lugar profundo de la psique, alejado de la apariencia y el comportamiento sociales. Esperaba que al comunicar lo íntimo en él, el espectador reflexionara sobre sus aspectos personales y contradictorios. Con esta forma de mostrarse, sexualmente ambigua y travestida fingía ser muchos otros, siendo él mismo. Autorretrato. Urs Lüthi. 1973. Colección privada En la serie The Numbergirl, Lüthi posa de forma erótica y sugerente, sosteniendo fotos de él mismo y de espacios arquitectónicos; con cada postura y expresión facial, en un especial repertorio de lenguaje corporal, Lüthi se representa como un fetiche desesperado. Al multiplicar su imagen en un único marco, el artista refuerza el efecto simulado de todo el grupo de imágenes, negando a su vez, la existencia real de su cuerpo-yo. ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&32& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& The Numbergirl. Urs Lüthi. 1973. Colección privada En la serie Un’isola nell’aria, el espacio arquitectónico muestra a Lüthi como un objeto de deseo del coleccionista y donde su condición sexual se multiplica hasta ser irreconocible. Como afirma Lea Vergine: “Lüthi invierte las características somáticas, grotescamente acentuando la apariencia de bisexualidad, e inventando personalidades ficticias, creando entonces, una crisis de cristalización de los roles sexuales […] logra crear una especie de contaminación emocional en el espectador quien induce a convertirse en un socio o colaborador voluntario o involuntario capaz de cerrar el circuito y devolver la misma percepción intercambiable”. (Vergine, 2000: 23) Lüthi, pone en escena un juego simultáneo de ocultación y divulgación del destino individual y social del yo. Con sus fotografías intenta tanto captarse, como perderse, en un intento de querer reconocerse e identificarse, pero dicho acto deviene banal al comprobar su imposibilidad. Al observar su trabajo, quedamos sorprendidos por una dramaturgia dirigida al juego narcisista de alteraciones físicas, afectivas y sociales que son simulacros de la identidad. Hannah Wilke, fue una de las autoras más representativas de aquel grupo que configuró la primera generación de mujeres que militaron en distinto frente, por primera vez, en la Historia del Arte dominada por la acción y la visión de los hombres, las políticas conservadoras, los prejuicios sociales y las discriminaciones sexistas, y que finalmente, crearon las condiciones para la aparición, no sólo de unas circunstancias igualitarias entre los hombres y las mujeres, sino además, un modo inédito de hacer y entender el arte, por surgir ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&33& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& de las manos, de los cuerpos y de las mentes de mujeres. Todo ello condujo a Hannah Wilke a una identificación total entre su arte y su vida. Los primeros trabajos de Wilke, guardan una enorme coherencia con las reflexiones del incipiente feminismo artístico, del que ella es hoy día referente indispensable. Sus obras iniciales giran en torno a la iconografía vaginal, de la que Wilke fue pionera. Aquellas artistas de los setenta centraron la temática de su arte en sus propios cuerpos, una suerte de autorreferencialidad que terminó por instaurar la vagina como icono fundamental. Pensaban que su vagina era aquello que las convertía en mujeres, y deciden elevarla a los altares por considerar que su representación había sido siempre un tabú dentro de la cultura occidental. Látex, cerámica, chicle o goma de borrar, son algunos de los materiales con los que Wilke modeló una multiplicidad de formas vulvares a lo largo de toda su trayectoria artística. Vaginas diferentes unas de otras en formas y tamaños, que aluden a las diferencias entre las mujeres. Algunas las coloca en el suelo de la sala, en clara alusión al Arte Mínimal, otras las pega sobre postales antiguas de edificios y calles emblemáticas de la ciudad de New York. Son pequeñas vaginas modeladas en goma de borrar que invaden la Biblioteca Pública de New York o la tumba del expresidente Franklin en Philadelphia, y que se convierten en metáfora del acceso de las mujeres al ámbito de lo público, como aquel espacio que les había sido sistemáticamente negado. Wilke equipara estas pequeñas vaginas invasoras al movimiento feminista, cuya presencia en las calles de la ciudad era cada vez más evidente. Lo más destacable de su obra, es que la artista se convierte en objeto de su propio arte, exhibe su cuerpo desnudo, lo expone, permitiéndose incluso el lujo de objetificarlo bajo su atenta mirada, que rompe y subvierte las leyes de la mirada tradicional del patriarcado. Las referencias a la historia del arte se observan tras cada vídeo, tras cada fotografía, demostrando que la artista conocía en profundidad la imaginería occidental. En S.O.S., Starification Object Series, Wilke asume el papel de esas modelos anónimas que pueblan las campañas publicitarias, imita sus poses artificiales, demostrándonos que son tan sólo gestos estereotipados de ‘lo femenino’, que, ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&34& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& repetidos hasta la saciedad, han terminado por convertirse en norma de feminidad. Mostrando el torso, semi o completamente desnudo, el cuerpo aparece cubierto de vaginas de chicle. Sus poses variadas, teatrales y simuladas participan de la paradoja del marketing de masas de los cuerpos de famosos para deleite de los consumidores. S.O.S., Starification Object Series. Hannah Wilke.1974. Ronald Feldman Fine Arts. New York Este yo con vaginas externas, representa la auténtica simulación del yo que Lüthi deseó obtener en Numbergirl. La exteriorización del interior del cuerpo (las vaginas), señala que es un cuerpo que se encuentra en un flujo permanente de deseos-productos. En los primeros años de la década de 1980, Andy Warhol, realizó una serie de autorretratos con una cámara Polaroid. El autor sentía una gran fascinación por los poderes metamorfoseantes de la fotografía. Una foto era para él, mucho más que un simple recuerdo: era una herramienta de transformación, una metáfora del consumismo fácil y un objeto de contemplación voyeurista. Todas las fotografías de esta serie son muy parecidas: de frente o de perfil, Warhol posa con una peluca y los labios pintados de un intenso rojo. La actitud en todas ellas es seria, un tanto distante. El fondo blanco, la pose hierática, el rostro anodino y el pequeño tamaño de las obras, nos recuerda las fotografías que se realizan para los carnets de identidad o pasaportes. ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&35& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& Self Portrait in Drag. Andy Warhol. 1981. Foundation for the Visual Arts, Inc./Atlas Gallery. Londres 6. El Arte Corporal y la Televisión Desde finales de los años sesenta, muchos artistas, especialmente aquellos que trabajaban en el contexto norteamericano, tuvieron la ocasión de realizar trabajos para diferentes cadenas de televisión. Hasta entonces la televisión había sido utilizada solamente para la emisión de programas de contenido comercial o de entretenimiento, y muchos artistas se resistían a la idea que en ella no tuviesen cabida propuestas e intervenciones artísticas. Veían en la televisión, un medio dominante de alienación capaz de influir en la sociedad y, recurrieron a su misma tecnología, para realizar una crítica de sus contenidos empleando distintas estrategias. Los deseos de muchos artistas de intervenir en la televisión comercial, se vieron satisfechos cuando algunas emisoras les ofrecieron espacios para la creación. En Estados Unidos, destacan los talleres de cadenas como la WGBH de Boston, que puso en manos de artistas la creación de un programa televisivo que fue emitido en marzo de 1969. A los artistas que participaron, entre los que se encontraba Paik, se les brindó la oportunidad de explorar el potencial creativo del medio. Esto supuso para ellos, la oportunidad de llegar a los hogares de los espectadores sin necesidad de pasar por las estructuras institucionales establecidas: el museo o la galería. En Europa, en esta misma línea, cabe destacar iniciativas como la que en 1971 desarrolló el británico David Hall para la televisión escocesa. Durante los meses de agosto y septiembre de aquel año, diez obras creadas exprofeso por el artista para la emisora, fueron retransmitidas sin previo aviso y sin títulos de crédito. En mitad de un programa de entretenimiento, una serie o un concurso irrumpía, para el asombro de los telespectadores, una de estas obras: de ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&36& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& repente aparecía en pantalla un hombre apuntando al espectador con el objetivo de una cámara, la imagen de un televisor incendiándose en el campo, o un grifo abierto comenzaba a inundar la pantalla de agua. (Elwes, 2005: 96101) Son intervenciones televisivas, encaminadas a llamar la atención del público acerca de la monotonía, la falta de imaginación y la intrascendencia imperantes en la televisión. Pero son algo más que eso, ya que además de desvelar la artificiosidad del lenguaje usado por la televisión y sus propuestas comerciales, comenzaron a investigar el uso del tiempo y la imagen que sería desarrollado en años sucesivos por artistas como Bill Viola o Gary Hill. Ofrecía un horizonte nuevo, el de otra televisión posible, más imaginativa y sobre todo más sorprendente y viva. 7. Conclusiones El vídeo, que inicialmente solo constituyó un medio de registro y documentación, en su interacción con las propuestas performáticas, articuló las posibilidades intrínsecas del Performance Art, con los requerimientos expresivos de estas prácticas. Frente a una comprensión de la imagen como documento de la acción, se establece un desplazamiento en el que la imagenvídeo se convierte en elemento portador y significativo de la acción en sí. Surge el videoperformance. La utilización del vídeo, permitió realizar performances, muchas veces considerados rituales, sin tener en consideración el tiempo, el lugar o incluso el público. La concepción de acciones plásticas destinadas únicamente a la cámara, marcó el trabajo de ciertos artistas que se dedicaron a explorar los procesos de tipo cuerpo-espacio, creando un nuevo sistema de símbolos. El registro fotográfico, deja de ser utilizado por los artistas para documentar la ejecución de obras y eventos de carácter efímero. En muchos performances, las fotografías se convierten en el único vínculo que el artista propone para el espectador, obligado a aproximarse a la inmediatez del acto original, desde la perspectiva mediada del registro fotográfico. Surge entonces el fotoperformance. ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&37& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& A través de la fotografía, se crean identidades incesantemente, sin embargo, no trata de revelar el verdadero yo artístico, sino evidenciar cómo la identidad es una construcción imaginaria y ambigua que se convierte en actriz y creadora de la propia narración que exhibe. Muchos artistas utilizaron la multiplicidad de la imagen fotográfica como arte secuencial, lo que permitió expresar y preservar la noción de tiempo. Por ello, la serie fotográfica, como Performance Art, se convirtió en uno de los modos de expresión más utilizados, con la finalidad de registrar los procesos de reflexión sobre el género y sobre la deconstrucción de la identidad. El fotoperformance y el videoperformance, son procedimientos basados en acciones pensadas especialmente para ser registradas, por lo que podemos afirmar que, dieron lugar a un tipo de obras donde el acto aparece como inseparable de su traducción mediática. La secuenciación del registro fotográfico o la edición videográfica, permitieron, además, alterar los patrones temporales propios del acto performático o focalizar la recepción del mismo, con la posibilidad de generar un metadiscurso crítico en relación al proceso de ejecución de la obra. La inclusión de la fotografía y el video como medios representacionales del Performance Art, verdaderamente originaron un nuevo tipo de performance, el Performance Art Tecnológico, comúnmente conocido como videoperformance y fotoperformance. El uso de la televisión como medio representacional en el Performance Art, no generó un nuevo tipo de Performance Art Tecnológico, sólo contribuyó al desarrollo, evolución y divulgación de este género artístico. 7. Referencias Bibliográficas Abramovic, M. (1998) Marina Abramovic: Artist Body. New York: Charta Agúndez García, J. A. (1999). 10 Happenings de Wolf Vostell. Mérida: Editora Regional de Extremadura. Colección Artes Plásticas ISBN%13:)978%84%15698%74%6)/)D.L.:)TF%589%2014) Actas&onBline:&http://www.revistalatinacs.org/14SLCS/2014_actas.html&& Página&38& Actas&–&VI&Congreso&Internacional&Latina&de&Comunicación& Social&–&VI&CILCS&–&Universidad&de&La&Laguna,&diciembre&2014& Auslander, P. (2005). Liveness. Performance in a Mediatized Culture. New York: Routledge Aznar Almazán, S. (2000). El Arte de Acción. 2ª ed., San Sebastián: Nerea Baigorri Ballarín, L. (1997). El Vídeo y las Vanguardias Históricas. Barcelona: Universitat de Barcelona Baigorri Ballarín, L. (2005). 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