La prevenci n de riesgo en los corresponsales de guerra

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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación
Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012
La Prevención de Riesgos en los
Corresponsales de Guerra
Carmen Gallardo – Rey Juan Carlos – [email protected]
Alfonso de la Quintana – Rey Juan Carlos – [email protected]
Resumen: Los medios de Comunicación constantemente están informando
sobre accidentes laborales. Pero pocas veces nos preocupamos los periodistas
de los riesgos que tienen en el día a día, nuestros compañeros los reporteros.
Por ello en esta exposición enumeramos de forma esquemática los posibles
riesgos laborales de la profesión de reportero y sus posibles soluciones. Así
como intentamos que los periodistas seamos consientes de la importancia de
informar y formar de la prevención de riesgos en las empresas informativas.
Palabras clave: Periodismo, España, Industria de Comunicación, Prevención,
Riesgos, Reportero.
1. Introducción
Los medios de comunicación están informando continuamente sobre
accidentes laborales de todas las profesiones. Sin embargo, pocas veces,
informan que en la profesión periodística también se sufren graves accidentes,
y que los periodistas están expuestos a riesgos iguales o mayores que los
demás trabajadores. Por ello, es importante que en nuestra función social de
informar y formar, nos concienciemos de la importancia de implantar la cultura
de la Prevención en la opinión pública y en las empresas periodísticas.
Es muy importante el papel que los medios de comunicación tienen a la hora
de difundir mensajes sobre la salud. Simplemente se puede ver en la influencia
de determinados programas para que muchos pacientes vayan a la consulta
con determinada dolencia. Científicamente se puede demostrar con las
encuestas de población, que han demostrado que los medios, se consideran la
principal fuente de información acerca de cuestiones de salud importantes.
Un ejemplo en el campo de la salud sería el caso de la serie Urgencias
(Gehner,1999:15) en una editorial de Scoott Ratzan, en The Journal of Health
Communications indica que: la industria del entretenimiento es el principal
vehículo de información sobre salud en Estados Unidos. Así el 32% de los
telespectadores que ven habitualmente la serie Urgencias, en la cadena NBC,
manifestó que la información que reciben viendo la serie les ayuda a tomar
decisiones relativas a la atención sanitaria de su familia, y el 12% aseguró
haber acudido al médico por algo que vieron en algún capítulo.
Este dato nos indica que todo lo relacionado con la salud afecta a la opinión
pública y la fuerte influencia que tienen los medios de comunicación en la toma
de decisiones por parte de sus públicos.
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Por ello, el primer concepto que debemos aportar a la opinión pública es la
definición de SALUD, según la OMS: “Es el estado de bienestar físico, mental
y social completo y no meramente la ausencia de daño y enfermedad”. Este
concepto de salud es importante, no solo por ser más profundo que el
tradicional, sino por que nos habla del bienestar mental y social. Con lo que
podemos deducir que en la salud de las empresas está la salud de la sociedad
y viceversa.
Hay autores que profundizan en la definición, así para la profesora (Bocco,
1998: 2):
“Un derecho universal y fundamental de las personas. La considera
como un estado de relativo equilibrio bio-psico-social. Es entendida
como una unidad en la que los componentes mencionados, es decir,
lo biológicos, lo psicológico y lo social, otorgan a las personas o
grupos la capacidad de identificar y realizar sus aspiraciones, de
satisfacer sus necesidades y de cambiar o adaptarse al medio
ambiente”.
Por otro lado, añadir que la revolución sanitaria del siglo XX y la transición
demográfica han provocado un cambio significativo en las causas de muerte e
incapacidad, que antes eran enfermedades infecciosas y ahora son lesiones y
enfermedades no contagiosas. (Gehner, 1998: 2).
De hecho ya el Dr. De la Gala siendo Presidente de la Sociedad Española de
Medicina y Seguridad en el Trabajo, en su conferencia: “Productividad,
Seguridad y Salud en el Trabajo: Mitos y Realidades” señalaba como las
enfermedades de nuestro tiempo: la insatisfacción laboral, la fatiga laboral y el
envejecimiento precoz. El tiempo va dándole la razón.
En el caso de los reporteros muchos de los riesgos que tradicionalmente
padecía este colectivo han desaparecido con la aplicación de las nuevas
tecnologías. Así las cámaras y los equipos en general, hoy día, apenas tienen
peso comparándolos con los de hace 10 años. Citar como ejemplo que hace
pocos años una cámara analógica pesaba 11 Kg., y que en la actualidad las
digitales pesan menos de 7Kg. También habría que recordar el proceso de
revelado en los antiguos laboratorios fotográficos. En los que por contacto o
inhalación de distintos productos químicos se contraían muchas enfermedades
como: la dermatitis y las alergias.
Pero con la revolución de la fotografía digital todos estos riesgos y sus
consecuencias desaparecieron. Pero hay que señalar que los avances
tecnológicos no significan que los riesgos laborales desaparezcan. Es más,
siempre hay que analizar las consecuencias de las nuevas tecnologías. Por
que pueden implicar la aparición de nuevos riesgos, que como en casos
anteriores se tardaron en detectar. La prevención debe ir siempre paralela a las
nuevas tecnologías. Con todos los avances de la tecnología, todavía hoy, el
día a día, de un periodista supone una exposición a posibles riesgos y peligros
con sus correspondientes lesiones. Pero la figura de reportero de guerra los
multiplica exponencialmente. De ahí la importancia de su estudio.
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Todas estas circunstancias nos llevan a que la vigilancia de la salud en las
empresas periodísticas deben estudiarse, con una especial atención, a
determinados grupos de trabajadores especializados. Como son: el personal
de redacción, el de talleres, distribuidores, quiosqueros, y los reporteros.
Y es que la continua revolución sanitaria, consecuencia de la tecnológica
influye constantemente en la profesión periodística, no solo en el siglo XX, sino
en el XXI.
2. El reportero de guerra
Hay un concepto muy básico en el periodismo, es que: todo periodista es un
reportero. Esto supone un riesgo añadido al desarrollo de su profesión. No es
un oficinista, ni es un comercial. Es un trabajador que está viviendo lo que
sucede de forma directa. Esto le supone un riesgo que no solo se queda en los
accidentes in itinere, sino que va más allá de lo que es el desarrollo de la
profesión. No hace falta ser reportero en zonas de conflictos para estar
expuesto a estos graves riesgos y peligros. Aunque como es lógico es en estas
zonas donde el peligro se eleva a la enésima potencia.
Para algunos autores un reportero es:
“Un tipo de periodista que se presenta a la vez en las agencias de
noticias y diarios (…) trabaja para cualquiera de estas
organizaciones, de manera permanente, fuera de la sede central de
sus redacción, sea dentro o fuera de el país” (Borrat, 1989,65)
Sin embargo, hay autores como Emma Daly que entienden esta vocación,
argumentando:
“Hay tantas razones para dedicarse a este oficio como
corresponsales de guerra: urgencia por dar testimonio de la historias
de aquellos cuyas voces nunca se escuchan, gusto por la aventura o
por la brillante intensidad de una vida siempre al borde del abismo”.
(Emma Daly, 2002: 449)
Otra característica histórica, que tienen que padecer los reporteros de guerra
es el acoso continuo, en todo momento, por parte de los bandos en guerra.
Siendo un caso de acoso más fuerte que se pueden estudiar en el mundo
laboral. Así lo cuenta el reportero Manuel Leguineche:
“Los aliados, los alemanes nazis, los japoneses temerosos de una
verdad que les fuera contraria, se afanaron en dirigir, controlar e
intoxicar -como se dice en la jerga de la tribu- a la Prensa y a los
enviados especiales. El periodista debía sufrir constantes censuras
de su material, de una oficina a otra, hasta que la crónica quedaba
adelgazada, desnaturalizada por el lápiz del censor”.
(Leguineche, 2000:53)
Uno de los motivos por el interés de controlar a este tipo de informadores es
controlar, no solo la información, sino la propaganda.
“Un ejemplo cercano sería cuando durante el nazismo no se reparó
en medios para conseguir el efecto deseado, pues estaba en juego
todo un intento de dominación del mundo. Como dijo Hitler en
Nuremberg en 1936, “La Propaganda nos ha conducido hacia el
poder, la Propaganda nos ha permitido después conservar el poder,
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la propaganda nos dará la posibilidad de conquistar el mundo”.
(Barrera, 2000: 34)
La característica más importante del reportero es su vocación. Si el periodismo
es vocacional, la figura del Reportero de Guerra, lo es más. Y será esa
vocación, la que le hará superar todas las adversidades que se le presentarán
en el desarrollo de su trabajo.
Una de las adversidades mayores a las que tiene que enfrentarse el reportero
de guerra es superar el estrés elevado. Éste se produce al tener que cubrir el
reportero, con cierta frecuencia, situaciones de una crueldad enorme, como:
atentados terroristas, guerras, o muertes de niños. Muchas veces el reportero
logra superar estas situaciones, pero otras debido a la repetitividad de las
mismas y a su fuerte intensidad, le producen un fuerte trauma, difícil de
superar. Esta sensación la detalla (Sistiaga, 2003:110)
“La máxima monstruosidad de la guerra es el dolor de quienes
no pueden entender la razón por la que son victimas de
soledad, angustia, terror, mutilación o muerte”.
Son situaciones que si no se tiene una vocación profesional son insuperables.
Pues producen el
estrés traumático. Cuyos principales síntomas se
manifiestan cuando:
1) El reportero revive el “hecho traumático” de diversas maneras: revive las
imágenes traumáticas consciente o inconsciente.
2) Padece un embotamiento psíquico y emocional, en forma de sentimientos de
desapego, amnesia total o parcial del hecho traumático, evitando enfrentarse a
todas las situaciones similares.
3) Padece hiperactividad que en muchos casos lleva al insomnio.
El conjunto de las enfermedades psicosociales no se manifiestan
inmediatamente. Muchas veces pensamos que si estamos cansados o no
dormimos, es por una enfermedad común. Pero casi nunca se piensa que
podamos estar padeciendo un trastorno psicosocial. De hecho, puede pasar
mucho tiempo hasta que el médico nos lo diagnostiquen adecuadamente. Una
forma de evitar los diagnósticos erróneos es ayudar al médico a buscar las
causas de estos síntomas.
En estas patologías de nuestro tiempo, hay que recordar la famosa frase del
Doctor Marañón: “No hay enfermedades, sino enfermos”. Que se confirma
cuando estos síntomas favorecen o perjudican al enfermo según:
a) Las características personales del trabajador, cada uno tiene una resistencia
ante las enfermedades. Cada persona tiene una capacidad de resistencia, no
solo ante las enfermedades comunes sino también para las psicológicas.
b) La intensidad del trauma en la persona.
c) El tiempo de vivencia, a la que el trabajador estuvo expuesto al hecho
traumático. A más tiempo de exposición mayor riesgo de ser más afectado.
En este último punto, no hay que olvidar que el principal peligro que tiene el
Reportero es la pérdida de su propia vida. Y que mucho de los accidentes
proceden de las prisas con las que suceden las noticias.
3. Relación empresa-reportero: El caso español
En los últimos 30 años España se ha internacionalizado, estando presente en
casi todas las partes del mundo. Una de las facetas de esta
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internacionalización ha sido cooperando en distintas misiones militares e
informando en casi todas las partes donde hubiera conflictos.
Este fenómeno fue consecuencia de la buena bonanza económica de los años
90. Por lo que se produjo una demanda de reporteros de guerra. Rara era la
empresa que no alardeaba del equipo de reporteros de guerra que tenía en el
exterior. Era un síntoma de calidad e independencia para las empresas
periodísticas.
Si analizamos la evolución el coste de una corresponsalía en los años 60, era
de 50.000$. Frente a los 200.000$ de hoy en día. Casos como el del diario The
New York Time, con sus más de 30 corresponsalías, deben gastar en este
concepto más de 7 millones de dólares. (Tunstall, 2004:102)
Pero con la fuerte crisis mundial esta tendencia se ha invertido. Los recortes
han llegado a los elevados costes de los corresponsales de guerra. Y las
empresas periodísticas prefieren por su precio, los servicios de agencias de
noticias. Por eso la primera medida ha sido quitar de la plantilla a los
reporteros de guerra. Lo que no ha evitado que muchos profesionales
asumieran el riesgo por su cuenta convirtiéndose en freelance. De hecho ser
autónomo en la profesión periodística es una fórmula para intentar trabajar que
se está explotando mucho en estos momentos de crisis. Pero si ya es caro ser
autónomo para un periodista, más difícil lo es para un reportero de guerra.
Pues son los reporteros los que asumen todas responsabilidades, desde la
personal a la económica. Siendo muy difícil igualar el respaldo que da una
empresa. Aún así, el número de freelance
ha aumentado. Porque
desgraciadamente, también han crecido el número de los conflictos y la
necesidad de estar informado. Pero no ha crecido la responsabilidad
empresarial de respaldar a este tipo de informadores.
La precariedad laboral está convirtiendo a los reporteros en plantilla de las
empresas, a que pasen a ser una contrata más. Lo que todavía supone una
mayor precariedad laboral.
Estos condicionantes laborales no son nuevos en la profesión periodística y
han originados casos significativos como:
José Couso es el más conocido por las circunstancias en las que se produjo su
muerte, que lo hacen todavía estar presente en los medios de comunicación.
Donde se puede analizar aspecto relacionados con la precariedad laboral como
la falta de formación en primeros auxilios, equipos de protección individual,
pero sobre todo la falta de apoyo institucional en las demandas de los
familiares. Aunque si ha tenido el apoyo de la opinión pública y de sus
compañeros.
Julio Anguita: era corresponsal del diario "El Mundo" en Irak que murió en un
centro de comunicaciones de EEUU alcanzado por un misil iraquí.
Se trata del segundo periodista del diario "El Mundo" muerto durante la
cobertura de un conflicto bélico, ya que en noviembre de 2001 murió en
Afganistán, el periodista Julio Fuentes.
Anguita Parrado era uno de los 600 periodistas que viajaron integrados con el
ejército estadounidense.
La relación laboral de Julio Anguita con "El Mundo" nace a mediados de los
noventa, donde pasó a formar parte de sección de Internacional. Tras cubrir
numerosos acontecimientos, a finales de los noventa fue enviado como
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corresponsal
a
Nueva
York.
Allí fue testigo, entre otros hechos, de los ataques terroristas contra las Torres
Gemelas, el 11 de septiembre de 2001.
En marzo de 2003 se traslada a Irak para informar sobre el conflicto bélico.
El caso de Anguita levantó en la opinión pública española críticas. Pues se
empieza a conocer las condiciones precarias de algunos corresponsales.
La reacción de la empresa a su muerte, fue que el director de El Mundo, Pedro
J. Ramírez afirmara en EFE Televisión que las crónicas de Anguita: "eran las
de un novato en un conflicto, pero de un maestro a la hora de describir de lo
que era testigo”
También señaló P.J. Ramírez que esta era la segunda baja de reporteros en su
periódico: "en la redacción reina la desolación y la tristeza infinita y tenemos la
sensación de estar reviviendo la pesadilla que se vivió hace 15 meses con
ocasión de la muerte de Julio Fuentes". Siguió haciendo declaraciones como:
“Ha muerto por una decisión prudente, ya que decidió quedarse en la
retaguardia y no ir con los compañeros en una incursión en Bagdad” y que
“Que tanto julio Fuentes como Julio Anguita Parrado están muertos por cumplir
con una función social de servir de testigos a lo que ocurre en el peor lugar del
mundo”.
La empresa Unidad Editorial tuvo que sacar un comunicado ante la opinión
pública en la que aseguraba que: su reportero estaba asegurado y dotado de
elementos de protección Idénticos a los del resto de enviados especiales del
periódico. Y que: “se encontraba en situación de excedencia voluntaria,
manteniendo una relación de colaboración estable con EL MUNDO desde
Nueva
York".
Dicha colaboración, añade la nota, "incluía una remuneración fija, seguro
médico, el pago del alquiler de la vivienda y todos los gastos que originaba el
desarrollo
de
su
corresponsalía".
Anguita Parrado había solicitado reincorporarse a la nómina el próximo 1 de
mayo, al concluir su excedencia, "petición a la que se había accedido, según se
le comunicó a él personalmente”
Las condiciones en que el periodista fallecido trabajaba en Irak, continúa el
periódico, eran las mismas que las de sus compañeros: "antes de comenzar su
labor como enviado especial, Unidad Editorial suscribió una póliza de seguros
con la compañía Willis Correduría de Seguros y Reaseguros SA, que a su vez
trabaja con Swiss Life, pagando una cuota semanal de 6.508 euros.”
Se le suministró "lo mismo que al resto de sus periodistas que cubren
información en zonas de conflicto, del chaleco de protección SI IIIA,
homologado por el Ejército israelí, diseñado con placas antibalas flexibles.”
El diario lamenta, por último, "que en estas trágicas circunstancias haya
quienes traten de manipular la imagen de nuestro compañero y nuestro
periódico divulgando informaciones falsas". (EFEDATA).
Ricardo Ortega
El fallecimiento de Ricardo Ortega, corresponsal de Antena 3, en el año 2004,
muerto en Haití tras recibir dos impactos de bala. También provocó en la
opinión pública interés por saber cual eran sus relaciones con su empresa.
Inmediatamente la empresa comunicó que: estaba con todas las garantías
legales. Ya que el Presidente del Comité de Empresa de Antena 3, había
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asegurado, que estaba en Haití en situación irregular y exigía que la empresa
asumiera su responsabilidad.
Posteriormente la directora de Informativos de Antena 3 explicó que Ortega
había solicitado una licencia especial por razones personales de seis meses,
pero, al desplazarse a Haití, el pasado 28 de febrero por su cuenta, ofreció sus
servicios de nuevo a la cadena, y esa misma noche se tramitó su
reincorporación con todos los derechos.
Jordi Pujol: era un fotógrafo del diario Avui, fallecido en Saravejo por la
explosión de un mortero cuando cubría la guerra.
Juantxo Rodríguez: Fallecido en Panamá el 21 de diciembre de 1989 como
consecuencia de los disparos de los "marines" estadounidenses, cuando se
encontraba informando de la invasión americana para el periódico “El País”
desde el Parlamento Europeo se exigieron explicaciones a Estados Unidos.
Siendo la segunda vez en que el Parlamento Europeo solicitaba a las
autoridades de la UE que actuasen sobre una petición a Estados Unidos, ya
que se trataba del fallecimiento de un ciudadano comunitario. (EFEDATA).
4. Posibles soluciones
4.1 La organización y la formación
Las prisas, la falta de tiempo u organización originan un problema de la falta de
exactitud con las que se realizan los reconocimientos médicos previos al viaje.
Donde está el conflicto, debido a la urgencia de llegar cuanto antes al punto de
conflicto.
La solución que han aplicado algunas empresas ha sido crear “equipos de
guardia” de reporteros. Son grupos de reporteros que están operativos las 24
horas del día, de los 365 días del año, para llegar a cualquier punto del mundo.
Con todas sus vacunas incluidas, dependiendo la zona a la que se les
destinos.
Hacía unos años, en la mayoría de los casos bastaba, por parte de las
empresas informativas dar un botiquín y teléfonos de interés en caso de
urgencias. Así como ofrecerles la posibilidad de un reconocimiento médico a la
vuelta de su trabajo. Estas medidas son insuficientes del todo. Ya que el
botiquín no basta para los casos de gravedad que pueden suceder y los
reconocimientos a la vuelta del destino, no previenen si el reportero se fue ya
con una dolencia grave o la adquirió durante su trabajo. Un dato básico en
caso de tener que pedir responsabilidades tanto a la empresa, como al
trabajador.
Como consecuencia de la guerra de Irak, la más mortífera desde la II Guerra
Mundial, se han produjeron reacciones _no solo en las empresas informativassino también en muchas asociaciones. Un ejemplo es Reporteros Sin
Fronteras. Esta ONG ofrece a sus socios, servicios que van desde un teléfono
de ayuda las 24 horas del día: SOS PRESSE: 33 1 47 77 74 14, a Guías
Practicas en las que se cuenta cómo se deben desenvolver en los conflictos
armados, con nociones tan básicas como: atender a un herido, tipos de
hemorragias, que tipo de protección jurídica tienen los reporteros o cursillos de
formación organizados por la Cruz Roja francesa en Modane. Donde el temario
se centra principalmente en la seguridad y gestión de estrés, el Derecho
Internacional Humanitario, enfermedades, e incluso clases sobre minas
personales y explosivos.
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Por tanto la Formación; es un derecho de los reporteros gráficos que tienen
que exigir y las empresas han de dar. Es tan importante formar a los
reporteros de guerra, que si analizamos la muerte de Couso, nos damos
cuenta la importancia de estar bien preparados ante situaciones como esa.
Quizá la desgraciada muerte de José Couso y otros compañeros de la
profesión periodística sea además de una lección de Periodismo, una lección
de prevención que podrá salvar muchas vidas de muchos reporteros.
La formación ha llegado a ser tan importante en algunas empresas, que en
Telecinco se seleccionaron a un grupo de profesionales para que estudiasen
en Gran Bretaña un “Cursos de Reporteros de Guerra”. El temario iba desde
primeros auxilios a tratamiento de rehenes. Esta formación la realizan también
otras empresas informativas como Antena 3 y algunas agencias de noticias.
Además debe darse junto con la formación, la información para preparar el
viaje y para cuidar la higiene en el país de destino.
4.2 Los epis (Equipos de Protección Individual) especiales
La otra medida importante es dotar a los corresponsales de guerra de equipos
de protección individual especiales. Los llamados EPIS especiales. Todas las
profesionales tienen epis. Desde el obrero de la construcción al médico.
Dependiendo de los riesgos y peligros del ejercicio de sus profesiones. En el
caso de los reporteros de guerra debería consistir en mochilas con camillas
plegables, chalecos antibalas y antifragmentación (evitan la metralla), además
de un botiquín de emergencias adecuado a las situaciones de riesgo elevado.
Tan grande es el riesgo que corren los reporteros se ofrecen seguros para
ocasiones especiales de riesgo. Aunque debido al auge de los freelance, con la
crisis, son los propios reporteros quienes tienen que contratarlo.
La situación es tan caótica para los reporteros freelance, que Reporteros Sin
Fronteras facilita material de seguridad como chalecos antibalas e incluso un
seguro para los reporteros freelance, a través de un convenio con el grupo
Audien, en colaboración con ACE Europa, con un coste desde 3 euros al día.
Los chalecos antibalas son prestados gratuitamente a los reporteros y son una
donación del Ministerio de Defensa francés, pesan 14 kilogramos y se les exige
una fianza de 900 euros, tanto por delante como por detrás aparece bien
grande la palabra Press. Los cascos pesan 1,510 kilogramos y llevan inscritos
la palabra TV.
Esta organización facilita a sus socios balizas de salvamento personal y GPS
para que la localización del reportero sea muy fácil en cualquier momento.
4.3 La vacunación
Los reporteros deben estar operativos para ir a cualquier parte del mundo en
cualquier momento. Por ello no debemos pensar que la única vacunación que
existe en las empresas informativas son las comunes. La experiencia del
Servicio de Prevención de Telecinco ante el constante ir y venir con toda
urgencia de reporteros y personal de un país a otro, en pocas horas. Ha hecho
que se optará por tener un equipo de profesionales constantemente operativos.
Para ello se realizó un estudio de las vacunas que se debería de poner a los
profesionales, para que en pocas horas pudieran estar en el lugar de la noticia.
El resultado fue utilizar las vacunas más comunes como son: tétanos, hepatitis
A y B, Tifus.
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Se encontraron que la vacuna de la Malaria es la que tiene unos efectos
secundarios muy fuertes y más rechazo al inyectarse en algunos trabajadores.
Produciendo efectos secundarios como que no se vean bien los colores,
mareos, y vómitos.
Finalmente se trabaja muy estrechamente con los Centros de Vacunación
Internacional para estar al día de vacunas que puedan favorecer a sus
trabajadores a la hora de ser enviados a los distintos lugares.
4.4 La vigilancia de la salud
Finalmente la Vigilancia de la Salud, no solo se debe limitar a reconocimientos
médicos generales, sino específicos que tienen más en cuenta la naturaleza de
su trabajo, cómo y qué les afecta, cuáles son los factores psicológicos, los
trastornos osteomusculares, auditivos y neurológicos.
Es interesante aportar la experiencia del Doctor Valero de Telecinco. Que
consiste en seleccionar a un grupo de reporteros para estudiar sus posibles
enfermedades, antes y después del destino. De forma que se investigan
posibles enfermedades que se puedan tener por el propio desarrollo de la
profesión en lugares lejanos o en la misma empresa. Este estudio aporta una
ventaja enorme para el trabajador, ya que le permite asegurar sin ningún
margen de error, si la enfermedad la adquirió en el desarrollo de su profesión,
con lo que estaríamos hablando de Enfermedad Profesional, con todos los
derechos que conlleva para el trabajador afectado.
Hay que señalar que muchas de las consecuencias de la guerra de nuestros
días, no son inmediatas. Sino que se desarrollan en los individuos al cabo de
los años. Casos como el del uranio de los proyectiles y los productos químicos.
Conclusiones.
Hay que proteger la figura del reportero de guerra. Si deja de existir puede que
deje de existir la independencia en los medios de comunicación. Y que la
libertad de prensa sea controlada por los que compran y venden la información,
no por quienes la trabajan.
La segunda conclusión, más material y más urgente a la que deberíamos llegar
es que hay que inculcar la Cultural Preventiva en las empresas periodísticas.
Ya que pueden influir en la opinión pública ayudando a concienciar a la
sociedad de la importancia de Prevención en todas las empresas y sus
trabajadores.
No basta con hacer una declaración de principios o una serie de compromisos
si éstos no se hacen públicos a través de los convenios o códigos de
conductas.
Es curioso señalar, como la mayoría de los Reporteros ven el peligro como
algo inherente a su profesión, lo que les hace no controlar lo que es el riesgo. Y
por ello se ven expuestos a situaciones en las que es muy difícil distinguir entre
conseguir la exclusiva y el sentido común. Esta actitud puede ser una
consecuencia del componente vocacional del reportero.
Hay que concienciar y ser concienciado y lo mas difícil consciente de que la
Prevención salva vidas, accidentes y también ayuda a una calidad de vida en
profesiones de muy alto riesgo como la del Reportero de Guerra.
Pero también las empresas periodísticas han de dar mayor estabilidad a sus
trabajadores, para que no se arriesguen tanto por miedo a perder su puesto de
trabajo. Esta medida aumentaría el sentido común de muchos reporteros.
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Simplemente se solucionaría con contratos dignos para la responsabilidad que
acometen. Petición difícil tal como se van desarrollando las perspectivas
económicas. Y por que la tendencia de la mayoría de los medios es recurrir a
las subcontratación, a los freelance, para ahorrar costes. Pero los free lances
no tienen la capacidad de las empresas para poder disponer de los equipos y
medidas de protección.
No se debe olvidar el problema de la Prevención de Riesgos Laborales para el
personal subcontratado. Como son las productoras, empresas de alquiler de
vehículos, o empresas de retransmisiones. Muchas veces entre estas
empresas hay una descoordinación muy grande, lo que produce un riesgo que
en muchas ocasiones termina en accidente. Debido a que hay casos en los
que las relaciones de los reporteros con las empresas no son buenas, habrá
que investigar si existen canales de comunicación adecuados y si los
reporteros son informados del resultado de su trabajo y si tienen la posibilidad
de hacer sugerencias en sus empresas. Si mejoramos estos aspectos de la
comunicación tendríamos mayor satisfacción laboral y más eficiencia del
trabajo. No se debería olvidar que la falta de comunicación es el conflicto.
Por tanto hay que fomentar el reconocimiento laboral de los reporteros en las
empresas periodísticas, porque la mayoría piensa que su tarea es poco
recompensada. Esta situación origina que los reporteros se quejen de falta de
reconocimiento profesional y económico. Como el reconocimiento económico
es “mucho pedir”, bastaría que se reconociera profesionalmente con medidas,
como: poner en el rotulo de cada noticia además de los nombres de los
periodistas, los nombres de los reporteros y sus ayudantes ya que también han
contribuido a su producción. Igualmente establecer un sistema de
“Procedimiento de Sugerencias” en que sea fácil no solo comunicarnos e
informarnos, sino que conozcan las reivindicaciones de los reporteros.
Otra conclusión sería poder tener constancia de los accidentes e incidentes
implantar un “Registro de Investigación de Accidentes” en el que se registren
los accidentes e incidentes en las empresas periodísticas de sus reporteros.
Hay que concienciar a los trabajadores de las empresas periodísticas de la
importancia de los reconocimientos médicos, como medida preventiva de las
patologías propias del desarrollo de su profesión y de la vida.
Intentar la “Planificación adecuada de la jornada laboral”. Si el ritmo de la
noticia es algo imprevisible, se debe facilitar a los reporteros descansos a
cambio de estar perfectamente localizable. Siempre hay que intentar
compensar los momentos de sobrecarga con los de relajo. También sería
aconsejable medidas de esparcimiento para los tiempos muertos de los
reporteros, que pueden ser cursos de formación en materias como: Internet,
formación on-line, gimnasios, piscinas.
Todas estas conclusiones nos llevan a pesar en la importancia de nuestra
responsabilidad de Periodistas de formar e informar de la Prevención de
Riesgos a la opinión pública.
Fomentando la importancia del médico de empresa en los medios de
comunicación. Ya que los médicos de las empresas periodísticas se quejan de
la pasividad de los trabajadores.
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación
Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012
Y colaborando con campañas de sensibilización en Prevención de Riesgos
Laborales. Por que la prevención además de salvar vidas, debe dar calidad de
vida.
Finalmente insistir que los reconocimientos médicos deben ser antes, durante y
después de los destinos. Por la salud del reportero y por sus derechos como
trabajador. Así como por la rentabilidad de la propia empresa.
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