La importancia de la comunicación para la implementación de prácticas educativas innovadoras

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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social
– IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012
La Importancia de la Comunicación para la
Implementación de Prácticas Educativas
Innovadoras
Francisco Gerardo Valdez Rincón, Verónica Guajardo del Bosque. Universidad
Autónoma de Nuevo León. [email protected] [email protected]
Resumen: Las instituciones de educación superior en México viven casi
cotidianamente procesos de cambio, que inciden en la interacción con los
diferentes públicos de la sociedad. Estos cambios tienen distintas causas, fines y
orígenes. En ocasiones provienen del interior de la propia institución, impulsados a
su vez por los diferentes niveles de autoridad.
Muy probablemente estos cambios obedecen también, al diseño e implementación
de políticas públicas sobre planes y programas estandarizados local, regional o
nacionalmente.
Pero los cambios más significativos, en nuestra percepción, son los que se
originaron de la investigación científica y por consiguiente, del desarrollo de las
llamadas tecnologías de la información y comunicación incorporadas al proceso
enseñanza-aprendizaje, con ello se modificó estructuralmente el “viejo” modelo de
enseñanza, obligando a redefinir los roles que deberían de desempeñar los
profesores y alumnos en el marco de estas nuevas sociedades de interacción
académica.
Con el propósito de comprender adecuadamente estos procesos de cambio, es
necesario empezar a pensar, que las TIC son los iniciadores más representativos
de los conceptos de innovación educativa. Los procesos de mejora están
orientados a mejorar la práctica del profesor a través de la innovación y la
investigación. Los alumnos dejan de ser receptores pasivos para convertirse en
constructores activos de su propio aprendizaje; y la organización escolar, en todos
sus niveles, lucha incansablemente para transformarse y convertirse en un centro
educativo innovador. La incorporación eficaz de estos cambios y la comprensión
por parte de los actores involucrados, necesariamente deberá de contar con
canales efectivos de comunicación.
Palabras clave:
Comunicación, educación, generación de ideas, innovación, comunicación
organizacional, solución de problemas.
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1. Marco referencial
A lo largo de la historia del ser humano y su presencia en la tierra, siempre ha
estado presente el sentido analítico y creativo que la raza humana posee, mismos
que le han permitido crecer y desarrollar modelos, en primera instancia buscando
satisfacer sus necesidades básicas de supervivencia y más tarde incorporando
elementos e ideas nuevas, con las cuáles pudo transformar su entorno y asegurar
su liderazgo en el planeta, por encima del resto de la especies. De manera natural,
el ser humano tiene la necesidad de comunicarse, el hecho de relacionarse con
los demás es tan importante que significo la supervivencia misma de la especie.
Los estudios antropológicos y la evolución del hombre de la prehistoria, nos
muestran claramente la presencia de signos o elementos comunicacionales,
mismos que definen la capacidad de organización y crecimiento de estas
pequeñas sociedades, enmarcadas por los grandes esfuerzos de mantenerse
comunicados por códigos simples, pero lo suficientemente comprensibles para
tener objetivos y metas comunes. Esa incipiente comunicación representa un
importante factor de progreso social para la humanidad. Se instaura humanidad
cuando se instaura sociedad y se instaura sociedad cuando hay comunicación
entre los hablantes. (Eco, 1978).
La comunicación clara y precisa de esas ideas nuevas, es la que hace posible
entender que el hombre ha mantenido una búsqueda permanente para atender
sus necesidades y solucionar los problemas con los que se enfrenta día a día.
Estas dos premisas lo obligaron a desarrollar su creatividad e ingenio. La
aplicación práctica de esas ideas es lo que se conoce como innovación, otros le
llaman cambios o mejoras. Una innovación está relacionada con los términos
anteriores, pero hay que entender que no son sinónimos. Los cambios
comprenden a la innovación, esto quiere decir que la innovación es un cambio con
intención de mejora. Existen cambios accidentales o no intencionados que pueden
provocar resultados positivos, pero si no están contemplados dentro de un plan de
acción, sus alcances serán de corta duración. También hay cambios que en
primera instancia pueden considerarse como positivos, pero en realidad solo
generan el empeoramiento generalizado de un sistema.
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El proceso de INNOVACIÓN incluye:
Actividades de
RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Actividades de
INVENCIÓN, que son:
Todo lo que ocasiona
Actividades de
GENERACIÓN DE IDEAS,
DISEÑO
que implica:
CREATIVIDAD
Figura 1. Cuadro Innovación y términos afines (Smith, 2003)
El concepto de innovación tiene muchos significados, diversos autores lo han
interpretado de diferentes maneras, Rogers (1995) entiende la innovación como
los pensamientos, ideas, o prácticas que se perciben como nuevas por la
audiencia en la que se introducen. Esta definición presupone que esos
pensamientos e ideas no son necesariamente nuevos en un contexto general,
pero si los son para la persona o sistema que lo desconoce.
La innovación es la introducción exitosa, en una situación aplicada, de medios y
fines que son nuevos a esa situación (Mohr, 2003). En la interpretación de este
autor vemos que la incorporación de cambios o mejoras al sistema trae consigo
resultados favorables.
Para Moreno (1995) la innovación es la introducción de algo nuevo que produce
mejora, una definición simple en la que se destaca la intencionalidad de mejorar lo
ya establecido.
Zaltman, Duncan y Holbek (1973) refieren a la “innovación como el proceso
inventivo a través del cual se crean nuevas cosas e ideas. Aquí destacamos la
generación de ideas nuevas, que a su vez generan cosas nuevas como resultado
de la capacidad de inventiva que posee el ser humano”.
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Para Rivas (2000) la innovación es la incorporación de algo nuevo dentro de una
realidad existente, en cuya virtud esta resulta modificada.
En suma, si analizamos a detalle cada una de las definiciones aquí vertidas,
podemos encontrar algunos elementos que se repiten continuamente, desde la
concepción de ideas, pasando por la necesidad de mejorar un sistema, hasta la
incorporación de cosas nuevas. La innovación, entendemos, no son hechos
aislados o inesperados, su incorporación exitosa es más bien la implementación
de un proceso, o una serie de procesos planificados, la implementación de ellos
produce efectos en el sistema, que pueden traducirse a la vista de todos como la
modificación, mejora o cambio de algo. En términos generales, la innovación es
una acción que implica el proceso de incorporación de algo nuevo en una realidad
existente, modificando su ser y su operar, de modo que sus efectos resulten
mejorados.
La comunicación es un proceso que cumple múltiples fines. A través de los
diferentes medios de comunicación no solamente se informa y se divierte a la
audiencia, sino que también se educa. Primero en forma oral y presencial, el saber
se transmitió de generación en generación mediante el contacto directo con el
maestro. Después, con la invención de la escritura, la imprenta, la radio, la
televisión y la llegada de la era digital, se generó una nueva forma de transmitir y
conservar el conocimiento.
El objeto de estudio de esta reflexión tiene que ver con el uso correcto del
lenguaje y la importancia que tiene como herramienta comunicativa para la
interacción del ser humano en el trabajo diario de una institución escolar, siendo
este el punto de partida para entender, asimilar e incorporar los cambios, que
propone la directiva, con la intención de mejorar, actualizar o modernizar la
estructura administrativa, por citar solo un ejemplo: facilitar las tareas de
enseñanza, utilizando los adelantos tecnológicos. La principal tarea consiste en
transformar las acciones de trabajo diario en prácticas innovadoras que renueven
el entusiasmo colectivo, profesores, alumnos y directivos, y por consecuencia,
mejoren las relaciones interpersonales. Por lo tanto:
“La innovación educativa es la acción consistente en el proceso de
incorporación de algo nuevo en el sistema de la institución escolar, cuyo
resultado es la modificación de su estructura y operaciones, de tal modo
que mejoren sus efectos en orden al logro de los objetivos educativos”.
(Rivas, 2000) .
Por su parte, Bonami (1998) nos dice que por “innovación pedagógica
entendemos el proceso de introducción voluntaria y duradera de una nueva
práctica en el seno de la institución escolar, con la intención de responder con más
eficacia a un problema del entorno”.
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Eckel y Kezar (2003) definen “innovación como un nuevo producto, proceso,
servicio o procedimiento, tangible y específico que ha sido introducido
intencionalmente y del que se espera obtener beneficios para la institución”.
Finalmente, Ross, Hannay y Brydges, (1998) se refieren a las innovaciones en la
educación afirmando que
“todos los reformadores comparten un fin común; el fin es mejorar la
extensión y profundidad de los logros del estudiante, desarrollando la
comprensión de conceptos, principios y hábitos”.
En síntesis, es pertinente señalar que los conceptos de innovación educativa
incorporan elementos como centro, institución o estudiantes, remarcando con ello
que se hace referencia a la incorporación de cambios en un centro escolar con la
intención de mejorar los resultados obtenidos por o en los actores principales: la
institución, el profesor y los alumnos.
Dentro de un sistema, cualquier innovación que se incorpora, genera novedades
que provocan cambios; esos cambios pueden ser drásticos (se deja de hacer las
cosas como se hacían antes para hacerlas de otra forma) o progresivos (se hacen
de forma parecida pero introduciendo alguna novedad); en cualquier caso el
cambio siempre mejora lo cambiado; es decir, la innovación sirve para mejorar
algo. La mejora puede ser para:
-
reducir el esfuerzo.
-
reducir los costos de operación
-
mejorar los tiempos de producción.
-
aumentar la calidad.
Para que estas innovaciones tengan éxito, los costos de implementación deberán
ser directamente proporcionales al tamaño o alcance de los cambios, se debe ser
muy preciso si se trata de un departamento, una división o la institución completa.
Cuando se pretende implementar un proceso de cambio planificado y
sistematizado en un centro escolar, cuyos propósitos podrían ser mejorar el
proceso formativo del estudiante o mejorar la calidad de la enseñanza en general,
hablamos de innovación educativa, estos cambios, necesariamente vendrán
acompañados de acciones concretas para mejorar los resultados preexistentes.
La incorporación de nuevas tecnologías al proceso enseñanza aprendizaje, por
parte de las universidades de todo el mundo, es una tendencia relativamente
reciente, estas tecnologías son también llamadas tecnologías de la información y
comunicación (TIC), el uso de ellas por parte de profesores y estudiantes,
constituye la innovación educativa más representativa y de mayor impacto, al
grado que cambiaron la forma en que se enseña y aprende (Carey, 1996). “Los
avances en la comunicación tecnológica, la reducción de costos y los nuevos
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paradigmas educativos, centrados en el concepto de universidad innovadora son
algunas de las razones que justifican esta tendencia” (Allende, 1994; Thach y
Murphy, 1995).
Cuando se habla de la tecnología en el salón de clase o el uso de las TIC en la
formación docente, nos referimos, indudablemente, a innovación educativa, estos
aspectos, más que ser una tendencia modernizadora, son microlíneas de cambios
mucho más profundos y complejos que involucran a culturas y sociedades de
diferentes países, transformando radicalmente la vida política, cultural y
económica de los individuos. Algunos analistas e historiadores llaman a estos
cambios globalización. Una economía global en donde todos los procesos trabajan
como una unidad en tiempo real, a lo largo y a lo ancho del planeta. Esto es, “una
economía en la que el flujo del capital, mercado de trabajo, proceso de
producción, la organización, la información y la tecnología operan
simultáneamente a nivel mundial” (Castells, 1994).
La globalización se caracteriza por la eliminación de fronteras; es decir el
mejoramiento de las relaciones de los países entre si y la apertura de los
mercados hacia el mundo exterior, esto incluye, entre muchos indicadores
económicos, a procesos de producción, productos, el uso de las TIC y la
prestación de servicios. La adaptación a estos factores trae por consecuencia, la
modificación radical, de las competencias laborales, obligando con ello a que las
universidades reorienten su papel y actualicen constantemente sus planes y
programas de estudio. La nueva estructura económica demanda habilidades
nuevas, el planteamiento filosófico que sustenta el quehacer de las universidades,
una vez más se ha modificado, en muy poco tiempo metas y fines ya son otros,
atrás quedo la sociedad de la información cuya principal virtud fue la de proveer
grandes cantidades de información, esto facilito su intercambio, casi inmediato, sin
barreras, los flujos de contenidos iban y venían saturando y confundiendo al
individuo, que no era capaz de identificar y clasificar la información. El acceso a la
información no es suficiente, se debe de avanzar hacia el conocimiento. La
información no es lo mismo que conocimiento, el conocimiento es la reflexión
sobre la información, es la capacidad para ordenar y jerarquizar la información.
Este análisis
nos permite comprender lo que representó transitar, casi
fugazmente, de la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento, en
esta era se valora el conocimiento acumulado, así como la capacidad para
clasificarlo y procesarlo, con el propósito de resolver problemas de los individuos o
de las organizaciones. “El conocimiento humano constituye el recurso más eficaz
para resolver de manera innovadora los problemas” (Diez, 2002).
“El desarrollo de las naciones dependerá de la capacidad de generación y
aplicación del conocimiento por parte de su sociedad” (ANUIES; 2000).
En síntesis, los países que aspiren al liderazgo mundial, deberán entender que la
educación es el centro de la sociedad del conocimiento, y la universidad su
institución clave.
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El desarrollo de prácticas innovadoras inicia con un proceso de autorreflexión
diagnóstica que nos dé el perfil ideal de los tres elementos principales: La escuela,
el profesor y los alumnos.
2. El centro educativo innovador
La concepción original de universidad, adquiere un tono romántico, en sus inicios
fueron el espacio de encuentro de conciencias libres buscando permanentemente
la verdad. Años más tarde se dedicaron a adiestrar y capacitar al recurso humano
que el sector industrial demandaba. En la era de la sociedad de la información, su
papel se limitó a ser transmisora o repetidora de contenidos. Hoy día se requiere
de instituciones y personas capaces de generar, dominar y transmitir el
conocimiento.
Los cambios sociales descritos anteriormente, obligaron a que las universidades
intensificaran sus procesos de actualización y mejora, en nuestra opinión, por dos
razones fundamentales: constituirse en centros educativos más flexibles, con la
enorme posibilidad de formar capital humano, con libertad de pensamiento y de
acción social. “A la universidad del futuro tendrá que asignársele un papel creador,
flexibilizador y liberador” (Bonvalet, 1980).
La flexibilidad de una institución permite la creación de ambientes de aprendizaje
que son propicios para la concepción de ideas creativas e innovadoras.
En suma, se debe de privilegiar la generación de conocimientos, de profesores y
alumnos, con absoluta libertad. Las universidades están tratando de dejar atrás el
modelo de dirección uniforme y rígida, sustituyéndolo por una organización y
gestión más flexible. Para lograr esta transformación, Pérez, (2004) ha trazado
algunas estrategias generales de progreso basadas en el conocimiento:
- Formación. Preparar a más ciudadanos para asimilar nuevos conocimientos y
capacidades, desarrollar aptitudes para participar en un proceso de cambio
permanente, rápido y generalizado, superando las barreras del tiempo y el
espacio, cambiando sus paradigmas de enseñar y aprender.
- Investigación y vinculación. Reforzar la generación del conocimiento y su uso en
la innovación. Fortalecer la relación con el entorno socioeconómico.
- Participar en el cambio estructural de la economía. Fomentar la actitud
emprendedora y apoyar la creación de empresas.
- Cohesión social. Ampliar el acceso al conocimiento para evitar una nueva
desigualdad, entre ricos y pobres en conocimiento, y contribuir al desarrollo de
proyectos locales y regionales de uso de las TIC, en un ambiente democrático,
justo e incluyente.
En esencia, estas estrategias son innovaciones, ya que replantean los objetivos y
las metas de la organización, representan cambios desde el enfoque
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administrativo, pasando por aspectos cognitivos y de formación, hasta llegar a la
presencia y participación social de la universidad.
El centro educativo innovador provoca cambios en las formas de concebir el
aprendizaje, en la utilización de teorías y métodos de estudio, en el uso de la
tecnología en el salón de clase y sobre todo en la re-definición de los roles que
desempeñan los protagonistas de la educación superior: “los profesores deberán
de ser mucho más facilitadores del aprendizaje y tutores; los directivos escolares
más académicos, profesionales y comprometidos con los objetivos de la
institución; y los alumnos serán más activos y más responsables de su proceso
formativo” (ANUIES, 2000). Una visión que aún conserva actualidad, ya que ayuda
a las universidades a fijar acertadamente el rumbo que tomarán en los próximos
años.
La importancia de la innovación educativa se ve claramente delineada por parte de
la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior
(ANUIES) ya que desde hace algún tiempo ha venido resaltando la necesidad de
generar procesos integrales de formación en las diversas áreas de conocimiento y
disciplinas profesionales; favoreciendo la creación de programas en distintas
modalidades y formatos educativos, que propicien la ampliación de oportunidades
de formación y actualización en diversos grupos y sectores de la población. Para
ello creó la Dirección de Innovación Educativa (DIE), cuyo principal propósito es el
de impulsar la organización de grupos de trabajo inter e intrarregionales, que
desarrollen proyectos vinculados con los siguientes ejes temáticos:
- Modelos educativos
- Innovación educativa y curriculum
- Ambientes y modalidades
Sus principales funciones son:
•
Generar mecanismos de cooperación entre las IES a través de una
red nacional, para poner en marcha proyectos académicos comunes que
propicien la consolidación de la innovación de la educación superior.
•
Promover la participación de académicos, gestores y especialistas
en innovación, que interactúen en diversos grupos de trabajo en los ámbitos
regional y nacional.
•
Impulsar programas y proyectos conjuntos de innovación educativa,
mediante la colaboración y el intercambio, que contribuyan al desarrollo y
fortalecimiento de la educación superior.
•
Divulgar los resultados generados por los diversos grupos de trabajo
sobre la innovación en la Educación Superior.
•
Fomentar una cultura de innovación educativa en las instituciones de
Educación Superior afiliadas a la ANUIES.
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Para la ANUIES el diseño e implementación de políticas públicas en materia de
innovación, se traduce en acciones concretas, ya que a iniciativa suya nace el
Observatorio Mexicano de la Innovación en la Educación Superior (OMIES), cuya
misión es identificar, analizar, difundir y promover las innovaciones educativas que
se llevan a cabo en las Instituciones de Educación Superior en México.
En el modelo educativo de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) la
innovación académica constituye uno de los cinco ejes rectores en los que se
sustentan los modelos académicos para toda la institución, tiene como función
principal el de “promover un cambio favorable e intencional en el proceso
educativo, que involucre contenidos, métodos, prácticas y medios de
comunicación; transformando la gestión de la docencia, la formación docente y la
organización institucional, con el propósito de atender con calidad y pertinencia a
la población estudiantil” (visión UANL, 2012).
En el contexto educativo nacional, la Universidad Autónoma de Nuevo León, es
una de las instituciones de Educación Superior más dinámicas, la búsqueda de la
excelencia es una tarea constante, principios y fines son actualizados
periódicamente, una prueba de ello es la visión 2020 que promueve el Dr. Jesús
Ancer Rodríguez, actual rector:
“La Universidad Autónoma de Nuevo León es reconocida en el año 2020 como
una institución socialmente responsable y de clase mundial por su calidad,
relevancia y contribuciones al desarrollo científico y tecnológico, a la innovación,
la construcción de escuelas de pensamiento y al desarrollo humano de la
sociedad nuevoleonesa y del País”.
Con el propósito de darle cuerpo y forma a esta visión realista e innovadora, el Dr.
Ancer Rodríguez impulsa las tareas de la Dirección de Innovación, Investigación y
Desarrollo en Ingeniería y Tecnología, que pretende ser un referente en el noreste
de México en materia de innovación, investigación y desarrollo de tecnología.
En síntesis, podemos afirmar categóricamente, que el fundamento y las
recomendaciones para convertirse en un centro educativo innovador, depende de
la verdadera convicción que posea el centro de mando o la máxima autoridad de
una institución. El centro educativo innovador es el que le da más valor a los
contenidos que a las formas, tiene una gran capacidad de creación y cambio; es
decir, posee la habilidad para adelantarse al futuro. El centro educativo innovador
vive en un estado de transformación permanente, es creativo y flexible.
3. El Profesor innovador
Si los especialistas en educación consideran que el Centro Educativo Innovador
debe de tener ciertas características o de cumplir ciertas funciones, es pertinente
afirmar que también los otros dos protagonistas, profesores y alumnos, deberán
poseer cualidades y desarrollar habilidades específicas que les permitan
interactuar entre si de manera eficaz.
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El modelo tradicional que las universidades utilizaron durante muchos años,
consideraba que la calidad de la enseñanza se lograba a través de escuchar a un
profesor-expositor dictando su clase, en este proceso el alumno asumía un rol de
receptor pasivo, su mente era llenada de múltiples y variados contenidos. La única
habilidad que se desarrollaba era la de la memoria, al alumno sólo se le pedía que
guardara silencio y que escuchara. El profesor era dueño absoluto del proceso.
Con la llegada de la tecnología al salón de clase, viviendo los efectos de la
globalización y la transición de la sociedad de la información a la sociedad del
conocimiento, el rol del profesor sufrió una de sus transformaciones más grandes
en la historia de la educación, dejó de ser el centro del conocimiento, de ser un
transmisor de contenidos, para convertirse en un facilitador del aprendizaje
(Gisbert, 2000).
En ese mismo sentido, Gómez (1994), señala que la innovación tecnológica exige
modificar las funciones que hasta el momento desempeña el maestro en el salón
de clase.
Dunnet (1990) dice que los educadores deben aprender a usar eficientemente la
tecnología.
El profesor que pretenda ser innovador, está obligado a comprender, pero sobre
todo, a implementar en su trabajo diario, estos cambios; de lo contrario se verá
ampliamente rebasado, su esfuerzo no le será de utilidad a los estudiantes, no
estará cumpliendo con las metas institucionales ni con los objetivos del programa
de la asignatura.
Para que el cambio suceda, es fundamental abandonar actitudes que retardan la
aceptación de la tecnología, pues esta no se detiene. “Ser líder es renunciar a
posturas obsoletas y aceptar el compromiso de ser aprendiz por toda la vida”.
( Longworth, 2003).
Algunas características del profesor innovador:
- No teme a los cambios, sino que se adapta a ellos.
- Le atrae la tecnología, la incorpora poco a poco
- Posee una imagen positiva de sí mismo
- Busca la calidad en lo que hace
- Acepta positivamente que sus colegas y alumnos tengan puntos de vista
diferentes
- Acepta y valora la capacidad de sus alumnos
- Se enfrenta a los nuevos retos con autodeterminación y seguridad
- Desarrolla un espíritu de colaboración y trabajo en equipo
- Intercambia conocimientos y experiencias con compañeros
- Posee una actitud para reconocer y aprender de sus errores
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4. El estudiante innovador
La característica principal de los alumnos del siglo XXI es la convivencia extrema
que tienen con las nuevas tecnologías, ellos, prácticamente, nacieron
“conectados” a las redes de comunicación. En este sentido aventajan a sus
maestros, en el salón de clase se crea una brecha digital, invisible, pero que ahí
esta y que los ubica en dimensiones, de tiempo y espacio, diferentes.
Los alumnos que pretendan ser innovadores, también tendrán que modificar su rol
y adaptarse, no sólo en el manejo y uso de la tecnología, sino en convertirse en:
“gestores de su propio aprendizaje, participando responsablemente en la
construcción de su proyecto educativo, desarrollando capacidades de reflexión
crítica y de análisis de la realidad, generalizando sus conocimientos a otros
contextos e interactuando en ambientes multidisciplinarios” (Visión UANL, 2012).
Por su parte, Descalzo (2004) describe algunas características específicas del
nuevo rol del estudiante:
- Autodirigir su proceso de aprendizaje
- Buscar y analizar la información a través de diferentes tecnologías
- Desarrollar el pensamiento crítico y la creatividad
- Ser sensible a las propuestas de sus compañeros
- Ser proactivo y automotivarse
De acuerdo con estas características, el alumno se convierte en parte activa del
proceso enseñanza-aprendizaje. Establece nuevas relaciones, con la forma de
construir el conocimiento, con sus compañeros, con sus profesores y con el centro
escolar que lo está formando. Adquiere nuevos hábitos de aprendizaje, desarrolla
el sentido de la cooperación, aprende a trabajar de manera individual y colectiva,
en fin, aprende a vivir situaciones educativas en permanente cambio.
Conclusiones
La comunicación es una habilidad aprendida, inherente al ser humano, presente
desde la prehistoria y herramienta esencial para el desarrollo del hombre en
sociedad.
El uso correcto del lenguaje, facilita la interacción de los miembros de una
comunidad académica.
La transformación de las acciones cotidianas de una organización en prácticas
educativas innovadoras, inicia con una comunicación clara y precisa, que logre
transmitir los alcances de los cambios.
La innovación es un cambio con propósito; es decir, cambios para mejorar.
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Todos los sistemas son perfectibles, en todos los sistemas se pueden mejorar el
desempeño y los resultados obtenidos, a través de procesos, conceptos y teorías
que nos ofrece la innovación educativa.
El centro educativo que pretenda ser innovador deberá someterse a revisiones
periódicas de sus procesos, deberá asumir una actitud analítica y reflexiva para
actualizar, mejorar y corregir planes y acciones educativas.
Los profesores debemos de mantener una actitud positiva y proactiva para aceptar
las propuestas de cambio que el centro educativo considere pertinentes para
mejorar el rendimiento escolar y la formación general de los estudiantes.
La incorporación de la tecnología en los centros educativos y en el salón de clase,
no representan lo más importante de una innovación. El uso psicopedagógico que
le permita a los profesores facilitar y construir el aprendizaje es el centro de la
innovación.
Los estudiantes son los constructores de su propio aprendizaje.
Todos los centros educativos deben de tener un plan de desarrollo institucional,
basado en sistemas, modelos o teorías de la educación.
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