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TÍPICAS ALTERACIONES DEL HABLA
Su coordinación a las zonas de articulación y terapia
Dietrich von Bonin
La configuración terapéutica del habla articula las herramientas del habla dentro de tres
zonas principales: labios, dientes/lengua y paladar. Estas regiones pueden ser
contempladas según aspectos físicos, anímicos y espirituales. Aquí, colocaremos las
alteraciones del habla y demás enfermedades y problemas de las herramientas del habla
dentro del contexto del estudio del hombre de estos tres ámbitos principales.
Para una mejor orientación, comparamos la clasificación de las consonantes según
cualidad y modo formativo y el lugar de desarrollo, empleados en la configuración del
habla.
LUGAR DEL DESARROLLO
También la configuración del habla de divide en 5 (3) zonas de articulación, que empero
no coinciden plenamente con las usuales, dado, que se parte de una membración de las
herramientas del habla, como réplica del hombre en su conjunto.
MODO DE DESARROLLO:
En la formación del habla, la clasificación usual es complementada, a través de la
coordinación cualitativa de los consonantes hacia los elementos: tierra-sonidos de
empuje, agua-sonidos de onda, aire-sonidos de vibración, fuego-sonidos de soplido:
LABIOS
De una manera única, los labios en el cuerpo son puerta de entrada y salida de lo
interior. Formados por un músculo anular (orbicularis oris) e insertos en la musculatura
global orofacial, intervenida por la rama inferior del nervus facialis, son sensibles en
altísima medida para las temperaturas en sus diferencias. Con ello, ejercen una primera
función de vigilancia, rechazando los alimentos y las bebidas demasiado calientes o
frías. Se abren únicamente al cabo de haber realizado esa prueba. Por el otro lado se
abren, para dar paso a la respiración, o bien la respiración configurada, el habla. La
forma de los labios experimenta marcados cambios en el curso de la vida. Cuando los
lactantes y los niños pequeños aún tienen el típico labio superior en forma de M, que a
modo de una cortina abierta muestra el asombro frente al mundo, pero también el
completo desamparo, al cabo del 3er año de vida se va formando algo así como una
expresión de la personalidad del niño, que, en el caso ideal en la mitad de la vida halla
su cumbre en la forma equilibrada del labio superior son el inferior. Con el avance de la
edad, a menudo los labios quedan marcados con unilateralidades de la vida anímica.
Es así, que podemos encontrarnos con un labio inferior empujado hacia delante,
mientras que el labio superior retrocede generalmente. Según R. Steiner, en el labio
inferior se concentra una expresión del destino personal. Muy ilustrativo al respecto, el
por ejemplo la contemplación de algunos retratos (p. ej. Goethe, Beethoven).
En ellos queda de manifiesto aquello, que prevalecientemente lo que plasma la forma de
los labios durante la vida: el sentimiento del ser humano. Eso, el notorio sobre todo en
el bebé. Con los movimientos de la succión en el pecho materno ejerce la “práctica del
amor” hacia el mundo. Siendo, que su amor está constituido aún plenamente por el
deseo de alimento. Los movimientos de la succión establecen la base de la AUTOPERCEPCIÓN, que halla su expresión en el correcto cierre de los labios, al cabo del
primer año de vida.
Clasificación usual de las consonantes (con o sin voz) según lugar de origen, zona de
articulación y modelo de desarrollo:
Cualidad
Sonidos de soplido (fuego)
Sonidos de vibración (fuego)
Sonido de onda (agua)
Sonido de empuje (tierra)
Labios
MPB
Dientes superiores
Labio inferior
FW
Dientes /
Lengua
SZC
Lengua
R
L
NDT
Paladar
J H CH
R
G K NG H
En la terapia de las disfunciones orofaciales, que últimamente es tomada en cuenta en
mayor medida, en el caso de la frecuente postura de la boca abierta se está hablando de
“labios incompetentes”. Esta postura bucal fue hallada mayoritariamente en los niños
criados con mamadera.
Cuando los movimientos de la succión han promovido una suficiente maduración
cerebral, y, visto anímicamente, han saciado la primordial avidez fisiológica, se inicia
una época de creciente formación de los labios, que tiene su punto culminante alrededor
del décimo segundo año de vida. Luego, el deseo que ahora se genera y la necesaria
toma de posesión y configuración de estas fuerzas, se expresa nuevamente en los labios.
En el mayor abombarse de los labios en la pubertad se reflejan sentimientos tales como
el espíritu de contradicción, terquedad, rechazo, un anhelo enorme hacia fuera. En su
disposición básica, esta forma se encuentra aún fuertemente marcada por los padres y la
herencia. La entrada a la mayoría de edad, está caracterizada luego nuevamente por un
equilibrio mayor en toda la forma del rostro con los labios. Es así, que podemos
observar en los labios el ingreso de la personalidad a su encarnación, a través de
diferentes etapas de la capacidad del amor. En la segunda mitad de la vida, los labios se
convierten en expresión del trato de la personalidad con su vida anímica interior y el
debate de la misma con el entorno.
En el rojo de los labios, el color de la sangre se manifiesta en medida mayor en la parte
exterior del cuerpo. Su coloración brinda información clara acerca de la irrigación
sanguínea de la periferia. Los labios pálidos o azuláceos, indican una carencia del
suministro sanguíneo a la periferia, tal como podemos observarlo en el caso del susto, el
desvanecimiento, el frío, etc. En todos estos casos, el yo deja de sentirse “como en su
casa” en el mundo, y retrae la sangre al centro. Un ideal de belleza en el cuento nos
dice: “blanco como la nieve, rojo como la sangre y negro como la madera del ébano”.
Rojo es el color de los labios, cuando una persona está plenamente presente en su
cuerpo y con ello, a su vez es atractiva. En el beso, se posibilita el encuentro del yo con
el yo de otro.
Cuando inicialmente hemos hablado de la función guardiana de los labios entre lo
interior y lo exterior, esa función es valedera así mismo, delicadamente, para lo que al
habla se refiere: “No logró que esas palabras pasaran por sus labios” (aquello, que
pudiese herir al otro), o, “las palabras fluían fácilmente por los labios”. Mediante la
función de los labios hallan expresión, dos cualidades esenciales del sentir: simpatía, y
retracción a sí mismo, o bien, delimitación. Todos conocemos la gama de los impulsos
espontáneos del alma sobre los labios dentro de la mímica global. A su vez, los labios
forman una línea divisoria entre arriba y abajo, además de construir la unión entre
ambos. Al respecto, nuestro labio inferior es el más expresivo de nuestra personalidad.
EN LOS MÚSCULOS DEL LABIO INFERIOR SE CONCENTRA DE MODO
INTENSIVO TODO AQUELLO QUE MISTERIOSAMENTE EXISTE EN SU
KARMA”. Al contemplar las herramientas del habla según su clasificación en lo
perteneciente a lo rítmico-metabólico y al sistema nervioso, en el labio inferior se
expresa intensivamente el polo metabólico y de los miembros, mientras que la hilera
superior de los dientes representa al polo sensorio nervioso. De las tres funciones
metabólicas de las herramientas del habla (succionar-masticar y tragar) procede el ya
mencionado succionar con los labios y las mejillas, a modo elemental de simpatía.
Frente a ello, tenemos el escupir, como correspondiente gesto de antipatía. En el
lactante, el SUCCIONAR y el TRAGAR son funciones aún unidas, que recién en el
curso del primer año de vida se diferencian de manera tal, que cada una puede ser
llevada a cabo de manera independiente. Esta preparación se produce con la ingesta de
alimento sólido. Acorde a ello, se diferencia asimismo la boca para el empleo del habla.
En las dos fases del balbuceo, el niño reune las experiencias, que lo facultan para la
percepción diferenciada y la implementación de las tres zonas.
Los sonidos labiales M-P-B rara vez se ven afectados por trastornos y, a modo de
cualidad anímica: M: La suave unión de arriba y abajo, percepción intensiva con
simpatía (mmmh). B: la firme envoltura de una cosa (Bau=construcción; Burg=
fortaleza, castillo; Bett=cama; Bach=arroyo, ch=j). P: auto-afirmación y rechazo
(pah=bah; pfuí=¡qué asco!; putzen=limpiar; pero también Person=persona).
Del mismo modo como el cruce del eje visual no sólo transmite visión espacial, sino
que puede ser entendido como “contacto consigo mismo”, siendo una base de la
vivencia del yo en el cuerpo, también el contacto de los labios significa una contrastante
percepción del tacto en uno mismo, que transmite una intensificada percepción del yo.
Cuando alguien se muerde los labios, o los oprime, observamos una mayor
concentración, estar ocupado consigo mismo, vergüenza. Un gesto similar, es el
cubrirse la boca, al darse cuenta de una penosa o desagradable omisión. En este sentido,
una “supra-conciencia de los labios igualmente es desfavorable, siendo, que al afectado
lo remite en exceso a sí mismo.
TRASTORNOS DE LA FUNCIÓN LABIAL
Aquí podemos mencionar en especial particularidades de la SUCCIÓN y del CIERRE
DE LOS LABIOS. La succión deficiente e insuficiente puede llevar a que los niños
mantengan la boca abierta, hecho fisiológicamente extremadamente desfavorable.
Produce una sequedad de la mucosa, lo cual puede conducir a alteraciones del sentido
del gusto y frecuentemente va acompañado de una hipersalivación y babeo. Además el
aire inspirado no se purifica, entibia y humedece debidamente, tal como es el caso en la
respiración nasal-normal. Como consecuencia se genera una mayor disposición a la
bronquitis y las alergias. A causa de la mayor cantidad de aire rápidamente inhalada,
resulta a su vez una respiración menos profunda, que a su vez puede derivar en
trastornos de postura. La imagen típica de un trastorno de encarnación generalizada tal
son, en diversos casos de impedimentos espirituales, hombros caídos hacia delante,
espalda arqueada, hundimiento de pelvis, rodillas lánguidas, pie flexionado/plano.
También el MUTISMO psicógeno y sobre todo el ELECTIVO, en un sentido amplio
puede ser atribuido a los trastornos de la cualidad labial. Al respecto nos referimos no
solamente a los labios en el sentido propiamente dicho, sino a las facultades del yo de la
limitación y la apertura, ligadas a los mismos. Los CAMBIOS MORFOLÓGICOS
(fisura labias, de laringe y paladar) Y NEUROLÓGICOS (apoplejía) pueden conducir al
menos cabo de la forma y la función labial. A causa de la proximidad de los labios a la
personalidad, este hecho a menudo provoca una fuerte inseguridad en los afectados. Es
así, que personas con una paresis facil a menudo se sienten más angustiados por la
expresión cambiada del rostro, que del cambio registrado en la función. Un empleo
débil o deficiente de los SONIDOS LABIALES en el adulto se presenta así mismo en
ocasión de diversas enfermedades y es relevante diagnóstica y terapéuticamente para el
formador del habla. Existe además una relación de los labios con los órganos sexuales y
de la eliminación, que puede ser aprovechada en ocasión de trastornos de esas regiones.
Puede ser leída por ejemplo en las herramientas del habla en estructuras musculares que
guardan parentesco de las aperturas corporales de labios y ano (músculo de forma
circular), así como también en la reunión de principios masculinos.
(Es así, que la formación del habla terapéutica mostró ser muy efectiva en el caso de
colitis, por el hecho de que puede cobrar una influencia favorable no solamente sobre el
plano psico-somático (carencia de limitación), sino, a través del contexto referido,
también sobre el plano funcional).
Desde el ámbito de la kinesiología se sabe, que todo FLÁCIDO ABRIR de la boca
promueve un tono muscular debilitado general en el cuerpo, tal como se lo puede
comprobar mediante un simple test de los brazos.
Tal como ya lo hemos mencionado, los auténticos trastornos de articulación de los
sonidos labiales no son muy frecuentes. Una debilidad de los labios conduce empero
naturalmente, a la articulación débil de dichos sonidos.
TERAPIA Y PREVENCIÓN
Tal como de desprende de las reflexiones aquí realizadas, el niño quiere ingresar al
mundo “a través del amar”. Inicialmente, ese amor pasa íntegramente por la boca. En
ese ámbito por lo tanto la prevención significa, responder a ese amor SACIANDO Y
CUIDANDO al niño. Acerca del correcto momento del final de la lactancia materna se
ha discutido mucho. Con la recomendación de extender la lactancia materna todo el
tiempo posible, no se le hace un favor empero, ni a la madre, ni al niño. La maduración
natural con la mencionada separación de succionar/ masticar/ tragar aquí está indicando
un final natural, de modo tal, que generalmente al cabo de un año esa lactancia pudo
llegar a su final.
También después, el niño necesita PROXIMIDAD anímica y física, la que a su debido
tiempo se transformará en independencia interior.
En el caso de la respiración bucal, se tendrá que tomar en cuenta, sobre todo, el libre
paso del aire por la nariz, lo cual, en el caso de los niños con frecuentes resfríos, puede
ser un emprendimiento nada fácil. Como primer medida debe procederse a sonar la
nariz con frecuencia, primero, una ventana, luego la otra, tapando una y otra. A menudo
no se toma en cuenta esta simple regla higiénica básica y su aprendizaje. Buena ayuda
prestan los EJERCICIOS DEL OLFATO, así como el temporario cerrar de la boca,
sosteniendo entre los labios, un objeto liviano, plano entre los labios. Juegos referidos a
la SUCCIÓN y al SOPLIDO son indicados para el fortalecimiento de la musculatura
labial, como puede ser por ejemplo el tomar un líquido con una pajita.
De la TERAPIA FUNCIONAL OROFACIAL se conocen muchos ejercicios (p. ej.: W.
Bigenzahn “Disfunciones orofaciales en la edad infantil”). Por el lado del habla la
formación del habla terapéutica, trabaja con rimas y ejercicios, que preferentemente
contienen sonidos labiales (M B P – O U Ü) y cuyas palabras frecuentemente deberían
finalizar con un sonido labial. En los EJERCICIOS DEL HABLA de Rudolf Steiner
podemos encontrar material excelente para los niños mayores (algunos ejercicios a
partir de los 5 años) y para los adultos. Muchas rimas en dialecto para niños, contienen
preferentemente sonidos labiales. Por ejemplo, en suizo-alemán: Lasch du ou pfife/ und
dür es Löchli schlüüfe/ und ou säge: Pantöffeli/ und ou no Löffeli”. (puedes silbar y
pasar por el agujerito y puedes decir chinelitas y también cucharita.) (ch=j – ü=ue –
ö=oe – ä=ae)
Aquello, que en la mala postura por respiración bucal se ha descripto como deficiencia
postural, contrariamente puede ser implementado para el fomento del cierre bucal. Un
niño erguido, que dispara flechas hacia un disco, con mayor probabilidad mantendrá
cerrada la boca, que un alumno aplastado, ausente. Mediante ese contexto, se pueden
obtener resultados positivos en el caso de la respiración bucal, mediante la EURITMIA
CURATIVA. En el caso del desarrollo normal del niño, el cierre bucal es una conquista
realizada en el primer año de vida, pertenece por lo tanto, en un sentido más amplio, al
aprendizaje del pararse y caminarse. Con ello empero, no está concluida la capacidad de
aprendizaje y del desarrollo de nuestros labios. Durante toda una vida se desarrolla su
forma, como expresión de la presencia del yo en el alma, su función de puerta de ese yo
hacia el mundo, mediante el habla, se desarrolla durante toda la vida.
EL ÁMBITO DE LOS DIENTES Y LA LENGUA
Detrás de los dientes, en el medio acuoso del espacio bucal, actúa la lengua. Es el
músculo que posee la mayor movilidad en el cuerpo y como tal está relacionado con
áreas de la corteza motriz del cerebro de igual envergadura como aquellas de las
piernas. (Algo similar cobra validez también para el rostro, sobre todo para los labios.)
Los dientes a su vez, son el único lugar en el cuerpo, en el cual una sustancia blanca,
similar al hueso, se encuentra desnuda en la superficie. Es así, que en la región de los
dientes y la lengua, el músculo de mayor movilidad, “el órgano-tacto del alma”, hace su
encuentro con la rigidez ósea; “la suma de los misterios del mundo llegados al reposo”,
para llevar una acción mancomunada.
Sigamos en primer lugar, el camino de alimento en esa región. Lo que llega a la boca, es
examinado por el sentido del gusto, con respecto a su cualidad, es analizado y
desmenuzado por los dientes. Tiene lugar una descomposición con respecto a los
componentes, en el sentido cuantitativo (los dientes), y cualitativo (sentido del gusto).
En el sistema nervioso consciente, el cuerpo astral se encuentra en vívida acción. Las
sustancias procedentes del mundo exterior se perciben intensamente, siendo preparados
para la interiorización.
Tal como ya lo hemos mencionado, en el lactante la SUCCIÓN y la DEGLUCIÓN se
encuentran unificados. Aún está ausente la fase intermedia, el MASTICAR. Comienza a
desarrollarse recién al cabo del primer año de vida, conjuntamente con la aparición de
los primeros dientes. Con referencia a la adquisición de las tres facultades, succionar,
masticar y deglutir, en el sentido de Karl König (“Los tres primeros años de niño”)
también podemos hablar de “motricidad heredada”, que, con el aprendizaje del modelo
de deglución adulta y la capacidad del masticar, es remplazada por una “motricidad
adquirida”.
El MASTICAR, como fase media independiente, como actividad de las herramientas
del habla, puede ser comparado con la facultad del hombre de desplazarse caminando.
Al masticar, el sistema de articulación de la mandíbula inferior “camina” sobre la figura
fija del cráneo superior. Recién al ejercer el masticar, es cuando de desarrollan
planamente las mandíbulas.
Después de haber reconocido a la facultad del masticar y del gustar de la región de los
dientes y de la lengua como facultad del desmembrar y del analizar, nos orientamos
hacia las tareas del habla de esa región. “Tengo algo en la punta de la lengua”, “cuida tu
lengua”, “el vino le soltó la lengua”, “los hombres hablaban en muchas lenguas”. Tales
ejemplos nos muestran la importancia central de la lengua para el habla para el
sentimiento popular, es más, la lengua y el habla aparecen como conceptos sinónimos.
Aquí, la actividad del organismo lengua –anímico- no se encuentra al servicio de la
DES-MEMBRACIÓN, sino a la unión, al ENSAMBLE de los sentidos en lenguaje. De
esta manera la región de dientes y lengua muestra tanto fuerzas destructivas como
también reproductivas, generadoras, evidenciando con ello también en lo funcional, su
relación con los órganos reproductivos del ser humano en su conjunto, y con la
sexualidad.
Mientras que los labios se arquean hacia fuera y son espejo de la vida anímica hacia
fuera, el encuentro de los dientes y la lengua tiene lugar dentro de la boca cerrada, en lo
oculto; los labios cerrados muestran concentración en su dueño, presencia del yo. Tan
pronto que se abre la cortina de los labios, la lengua y los dientes portan inconfundible
expresión anímica, se retrotrae la presencia del yo.
Ya sea una risa cordial con el contraste del rojo de los labios y la blancura de los
dientes, o la muestra agresiva de los dientes con los labios estrechos, o ya sea la lengua
misma, cuya aparición posee un matiz más bien de descaro, siempre y cuando no se
debe a una carencia de autocontrol o impedimento, -el contraste, parece ser tan craso,
que sólo en casos de excepción debería ser percibido “públicamente”. Esto evidencia el
por qué la región de los dientes y la lengua es coordinada al cuerpo astral de manera tal,
como los labios al yo. Su ser se desarrolla entre polaridades cuya mayor en el cuerpo tal
vez son la lengua y los dientes. Ambos elementos pueden adoptar unilateralidad, luego,
su carácter en el cuento se nos manifiesta como bruja y dragón. Los grandes dientes
incisivos de la bruja, expresan un sistema sobredimensionado de la cabeza, el ser
humano en su conjunto se convierte en diente, la inteligencia, maliciosa,
malintencionada, el conocimiento de los secretos contextos en la naturaleza es empleado
con finalidad del mal.
Típicamente, los dragones portan su lengua delante de la boca. A menudo, se trata de
una lengua fogosa. Así se ostenta su ser anímico de la avidez. Es así, que ese dragón
necesita el sacrificio de jóvenes vírgenes, para que a cambio de ello no lleve a cabo la
destrucción de todo el entorno. A veces hasta lleva siete lenguas en siete cabezas, a
modo de desenfrenado principio metabólico del fuego.
Dentro del hombre, estas polaridades se mantienen mutuamente en equilibrio. Recién
por ese hecho, la lengua y los dientes pueden convertirse en las cardinales herramientas
del habla que, como incremento de su accionar, posibilitan la formación de nuestros
sonidos. En el reino animal, esas fuerzas se especializan siempre en una determinada
dirección. Un ejemplo al respecto es el acento de los dientes incisivos en el caso de los
roedores, los colmillos en el caso de las fieras y los molares en el caso de los ungulados.
Por algunos autores, la lengua es clasificada como “órgano cardíaco del espacio bucal”
(Alfred Baur “Teoría del sonido y acción del logos”) y esa comparación con su cuatrimembración con cuatro cordones musculares por un lado y la cuatri-membración del
corazón en cuatro cámaras, es tomado como testimonio al respecto.
De todos modos la región de los dientes y la lengua puede ser comparada con el sistema
rítmico del hombre, puesto que allí tienen su encuentro, arquetípicos representantes de
un arriba (cabeza, sistema nervio-sensorio, quietud) y de un abajo (sistema metabólico y
de los miembros, movimiento).
TRASTORNOS
El trastorno más frecuente en esta región, es una deficiencia de la fuerza formativa del
hombre superior, que puede manifestarse en la estrechez de espacio para los dientes en
el paladar superior, la protrusión de los dientes frontales a causa de la presión de la
lengua, dentadura abierta por intrusión del pulgar, lengua o biberón, así como ceceo y
tragar en falso. Al cabo de la realización de múltiples observaciones en la práctica, se ha
constatado, que esta falencia formativa es más frecuente en niños rubios, que en
aquellos de cabello oscuro. Este fenómeno puede ser entendido por el predominio del
principio sulfuroso, disolvente en esos niños, frente al principio formativo de contenido
ferroso. (GA317, curso pedagógico curativo).
El así llamado “tragar en falso”, deglutir con empujón de lengua, es una perduración del
deglutir de la primera infancia, que persiste más allá del primer año de vida. Como ya lo
hemos dicho, en el lactante el succionar y el tragar aún no se encuentran separados. En
el momento del deglutir, la lengua realiza un movimiento hacia delante en la boquita.
En ocasión del deglutir “normal”, que es aprendido por el niño durante la transición
hacia el alimento sólido, la punta de la lengua realiza una breve presión sobre el punto
situado en el centro sobre los dientes incisivos, enviar luego, con un movimiento
ondulado, hacia el espacio bucal posterior. Desde allí, con un movimiento de reflejo de
faringe y esófago es llevado al estómago. Dado, que el hombre en el curso de 24 horas
degluta unas 2000 veces, (Daniel Garliner, Myofunktional Therapy, W. B. Saunders
Company 1981), podemos entender, que el falso movimiento al tragar, con presión
contra los dientes frontales, a menudo los empuja hacia delante. A pesar de todo, tales
anomalías de la dentadura a menudo se corrigen por sí mismas en el curso de los
primeros seis años, cuando se logran condiciones de deglución y respiratorias
saludables.
El deficiente cierre labial favorece de manera marcada el modelo de deglución infantil,
razón por la cual debería ser mejorado en primer lugar. Realmente asombrosa es la
posición normal de la lengua en el espacio bucal. No se encuentra apoyada en la base,
tal como podría suponerse dado a su peso, sino que se encuentra “colgada” arriba, en
contacto con el paladar. También aquí queda en evidencia su amor por el movimiento,
mediante esa expresión de liviandad.
Cada inspiración por la nariz va succionando también a la lengua levemente en
dirección al paladar, mediante la depresión que se genera en el espacio bucal trasero.
Mediante el constante movimiento de la lengua contra el paladar al masticar y la tragar,
el mismo se amplifica. Por tal razón es tan importante su normal funcionamiento, para
crear el espacio necesario a los segundos dientes en el maxilar superior.
Cuando las fuerzas que otorgan redondez abovedadoras de la cabeza se encuentran
afectadas aún en medida mayor, no pudiendo imponerse contra la fuerza sembradora –
que también otorgan su forma a los miembros- del hombre inferior se produce la fisura
de labios, maxilar y paladar durante la época embrional (normalmente, el paladar se
cierra hasta la décima segunda semana del embarazo).
De una manera más leve, nos encontramos con las mismas tendencias en el caso del
paladar GÓTICO, que acompaña muchos estados de estrechez del maxilar superior y de
las funciones de la lengua. (Un dentista nos ha informado acerca de un niño, que a los
cinco meses sufrió un daño cerebral, al cabo de lo cual, el paladar anteriormente normal,
se volvió gótico). En la actualidad la antes mencionada DEBILIDAD DE LAS
FUERZAS DEL HOMBRE SUPERIOR, registra un aumento alarmante. Es así, que en
oportunidad de un examen de 229 alumnos de segundo grado, resultó que el 68% de los
niños respiraba por la boca y un estudio realizado en 268 lactantes en Erlangen –y niños
de la primera infancia- arrojó el resultado de solamente 70 niños sin trastornos.
1. Lengua en posición de reposo. 2. Esquema de un proceso de deglución normal. 3.
Deglución equivocada: presión contra los incisivos inferiores del medio. 4. Deglución
equivocada: presión contra los incisivos superiores.
De las consonantes S, Z, SCH, L, N, D, T (labio inferior y fila dentaria superior F y W)
que pueden ser afectadas por dislalias, la S y la R rodada son las más difíciles, siendo
que a menudo se encuentran afectadas por trastornos.
En las diferentes formas del sigmatismo también nos encontramos frente a una
debilidad del organismo superior “CUANDO LA LENGUA SOBREPASA LAS
HILERAS DE LOS DIENTES SUCEDE ALGO ASÍ, COMO, SI EL ALMA SIN
CUERPO QUISIERA CONFIARSE DE MODO INMEDIATO A LA
NATURALEZA”, nos dice Steiner, que caracteriza la articulación normal de la S de la
siguiente manera: “allí, estamos frente a la organización inferior y superior del hombre,
la organización de la cabeza y de los miembros en equilibrio. Vemos al mundo inserto
en el hombre quien a su vez quiere enviar al mundo la particularidad propia de su ser”.
(GA 282 Formación del habla y arte dramático, conferencia 18) la S correcta se obtiene
únicamente mediante la suficiente fuerza formativa de la lengua (ni articulación
hipertónica ni hipotónica (sigmatismo stridens, o bien, sigmatismo ad- o interdentales).
La R rodante, que otorga a las vocales linderas una bella posición y un buen sonido, en
su articulación se encuentra en situación casi polar frente a la S. Aquí, la punta de la
lengua tiene que poder aletear libremente, mientras que en el caso de la S tiene que
prácticamente congelarse en la misma posición correcta. L, N, D, T, en menor medida
se encuentran afectadas por trastornos pero, frecuentemente también en el caso de los
adultos, son formadas ad-dentalmente. Estas consonantes deberían ser formadas en el
punto L, N, D, T con la punta de la lengua, punto que ya fuera referido con respecto al
correcto deglutir. Casi todos los sonidos lengua-diente se forman sin el contacto directo
de la lengua y los dientes. Una excepción es por ejemplo el “TH” inglés. En la creciente
diferenciación del idioma alemán, tal como llega la expresión en el desplazamiento de
los sonidos “en el sentido de este capítulo puede verse una aumentada diferenciación de
los elementos de arriba y abajo, de forma y de movimiento, tal como se corresponde a sí
mismo una creciente formación del cuerpo astral, razón por la cual, el idioma alemán
cobra un efecto de remarcación del yo. En el “TH” inglés y en el caso de la articulación
ad-dental de L N D T, aún se mezclan ambos principios.
La SCH (la c no suena, más o menos como decir “Crush”) se forma con la participación
de lengua y labios.
Los defectos pueden afectar por lo tanto la posición de la lengua como también la de los
labios. (formar hocico). En este contexto pueden ser mencionados de manera especial,
los sonidos F y W, que se forman con el labio inferior y la hilera dental superior. “Y
aquello, que ha sido captado por el hombre en el sentido de los misterios del mundo,
queriendo llegar a la expresión, se expresa en F, V, W, dentro de la acción conjunta del
labio inferior y los dientes superiores, cuando de correcta manera permitimos el correcto
accionar del labio inferior con la hilera dental superior”. (Daniel Garliner, “Myo
funktional Therapy” W. B. Saunders Company, 1981). (En la euritmia, la F expresa
“Sepas, que yo sé” y el sentido de la W se encuentra con especial frecuencia en la lírica
espiritual de Rudolf Steiner.)
Con ello nos encontramos a su vez con la coordinación del pensar, referida a la región a
dientes y lengua. Cuando lo hablado debe transmitir la expresión de un conocimiento
especial, se acentuarán, sobre todo, consonantes de ese ámbito. En la coordinación
apreciativa de trastornos del habla en el sentido de nuestra exposición, coordinamos la
construcción equivocada o gramaticalmente incompleta e incorrecta de la oración a una
deficiencia o a un trastorno de esa región de las herramientas del habla.
Con “región de las herramientas del habla”, aquí, naturalmente, no nos referimos
solamente a la región atómica, sino al contexto global-funcional de:
DIENTES/LENGUA  SISTEMA NERVIOSO CENTRAL  CUERPO ASTRAL 
PENSAR
Las diversas formas de la AFASIA también permanecen a este contexto funcional tal
como pueden generarse a través de las malformaciones que ocupan lugar o a través de
lesiones de toda índole.
EMPRENDIMIENTOS TERAPÉUTICOS
A partir de la consideración de esta región como contexto funcional, proceden las
iniciativas de la formación del habla terapéutica. Al respecto, tenemos que tomar en
cuenta, es efecto recíproco de todas las partes.
La clara articulación de los sonidos de ese ámbito, fomenta la maduración cerebral ya al
escuchar al habla correspondientemente articulado, ordena al cuerpo astral facilitando
de esta manera, la claridad del pensar. A su vez, la claridad del pensamiento brinda
formación al cuerpo astral, cobra un efecto favorable sobre el cerebro, y fomenta una
articulación nítida. En ambos casos, el efecto parte del yo, cuya acción puede ser
implementada en mayor medida en lo físico, o más bien en el polo espiritual.
DIENTE/LENGUA  SISTEMA NERVIOSO CENTRAL  CUERPO ASTRAL 
PENSAR
YO  PENSAR – CUERPO ASTRAL  SISTEMA NERVIOSO CENTRAL 
DIENTE/LENGUA
En la época reciente, la terapia funcional orofacial (terapia myofuncional) procedente
del ámbito no-antroposófico, ha suministrado una descripción detallada de la postura
armoniosa de diente y maxilar, como resultado de la combinación de forma y función en
el sistema orofacial. Sus diferentes representantes como D. Garliner, C. Morales, B.
Padovan, E. Thielle, y otros proponen múltiples posibilidades terapéuticas que hallan
una creciente adaptación en el ámbito global de la medicina dental. Estas posibilidades
terapéuticas se refieren a las funciones básicas de la musculatura orofacial de
SUCCIONAR, MASTICAR y DEGLUTIR; así como al tono corporal en su conjunto.
Detalles de estas formas terapéuticas pueden ser hallados en la literatura. No pueden ser
adoptados en todos los casos, sin embargo han amplificado considerablemente la
comprensión se las funciones básicas y su utilización: (W. Bigenzahn, “Disfunciones
orofaciales en la edad infantil”, 1995).
En ocasión de los TRASTORNOS DE ARTICULACIÓN Y ADQUISICIÓN DE
SONIDOS de este ámbito, en el caso del SIGMATISMO, la formación terapéutica del
habla trabaja de la siguiente manera: cuando el trastorno se encuentra más bien en el
terreno sensorio (oído, sentido de la palabra) puede ser realizado un trabajo previo ideal,
mediante métodos de la euritmia curativa. Una vez realizado este trabajo previo, o
cuando no existe una deficiencia sensoria, se trata de fortalecer la carencia de la fuerza
formativa, del hombre superior, mediante correspondientes vivencias de resistencia.
Esto significa: 1- Hacer tomar conciencia de la forma y la posición de la lengua
mediante ejercicios correspondientes y juegos. 2- Establecer y practicar la correcta
articulación de L N D T. 3- Cauteloso desarrollo de la S dorsal y la S apical. Cuando los
pasos preliminares se han llevado a cabo cuidadosamente, al niño le resultará correcta la
formulación de la S en este punto de la terapia. También la trasferencia al habla
espontánea se logra de esta manera, que posibilita un proceso de maduración, de un
modo mucho más fácil. A partir de reflexiones provenientes del estudio del hombre,
(Herman Koepke, “El noveno año de vida”) la edad ideal para tales correcciones, se
encuentra entre los nueve y los doce años de edad. A partir de allí, el niño se
experimenta más distanciado al mundo y su natural desarrollo viene al encuentro de la
meta terapéutica. También en el caso del Disgramatismo se produce un sentido más
amplio, con respecto a la lengua materna. También aquí tiene que producirse una
vivencia de impulso y de distanciamiento, en el caso de que la edad pre-escolar la
gramática no ha sido adquirida a modo de imitación y juego. A partir del décimo año de
vida, la gramática debe ser aprendida concientemente (Stock Meyer; “El plan didáctico
de Rudolf Steiner para la escuela Waldorf”). Muchos casos de dislalia y de
disgramatismo aparecen en el marco de retraso generalizado del desarrollo del habla,
frente al cual deberíamos consultar lo siguiente en dos direcciones:
¿El niño ha tenido la dedicación suficiente y los necesarios ejemplos del habla
en su lengua materna? Su sentido de las palabras ha sido desarrollado mediante el
incentivo de rimas infantiles, escuchar lecturas, el juego y la audición?
¿El niño ha tomado el camino necesario del CAMINAR a través del HABLAR
al PENSAR? Cada una de estas facultades es aprendida a través de una sucesión propia
de: actividad  Percepción de la actividad  maduración de los sentidos  actividad
propia (p. ej.: caminar o pensar)
Ambas direcciones del cuestionario brindarán un diagnóstico con respecto al mundo
circundante y al mundo propio del niño, que conducirá a la correspondiente
intervención terapéutica. En el caso de la afasia se daña el cerebro, herramienta del
cuerpo astral. Según la índole de la afasia (sensorial, motriz, etc.), los emprendimientos
terapéuticos pueden llegar desde el lado del habla, o bien, desde el lado de los
pensamientos. Una meta esencial de la terapia es, prestar ayuda al paciente en su
confusión y su desesperación, a causa de las posibilidades repentinamente reducidas,
con respecto a su “herramienta cerebral”, mostrarle caminos para edificar una
comunicación mediante las facultades que aún lo restan. A pesar de que esas personas
parecen caer en etapas tempranas de la evolución del habla, es importante tratarlos
como adultos, tanto en el modo en el cual nos dirigimos a ellos, como también en la
elección del material terapéutico para adultos. La cresta entre la necesaria exigencia y la
sobre-exigencia por parte del terapeuta, a menudo es muy estrecha.
LA REGIÓN DEL PALADAR
Bajo región del paladar aquí no solamente entendemos al lugar de la articulación de G,
K y NG, sino todo espacio bucal posterior bucal hasta la laringe, de modo tal, que se
encuentra incluida así mismo, la formación de la H (ver introducción). En esa zona se
encuentra la transición de actividad concientemente conducida hacia el acontecer
puramente realizado por reflejo. Aquí, tienen su asiento muchas funciones vitales, con
las cuales nuestra conciencia despierta se vería completamente sobre-exigida.
Empezando con el TRAGAR con el cierre de traquea por reflejo, a través de las
funciones del VELO hasta llegar al REFLEJO DE LA TOZ y de las BASCAS, aquí
estamos frente a la última instancia examinadora espontánea con respecto a las
sustancias recepcionadas, que solamente puede decidir ya, sí o no, tragar, o retener, o
bien, vomitar. Ya no tiene lugar un “examen de la cualidad”, en el sentido de las zonas
anteriores y las decisiones de esta zona se producen a modo de proceso guiado por
reflejo, que también puede sorprender a su portador. Todas estas funciones vitales
tienen un carácter activo, razón por la cual podemos comprender entonces, la
coordinación anímica de esta zona hacia la VOLUNTAD. Esta zona se encuentra
relacionada de manera especial con todo el cuerpo, con los miembros. Cuán
naturalmente puede ser acompañada la articulación de la K, por ejemplo, con un
patalear de talón y mediante ¡Ha!, ¡He!, o ¡Huh!, que proceden de la zona más recóndita
de la región de las articulaciones, damos expresión a sentimientos muy elementales.
EL MASTICAR se encuentra marcado plenamente por la voluntad y por esa razón
puede ser enmarcado en esta zona. Tal como lo hemos mencionado reiteradas veces, la
capacidad del masticar se adquiere recién con la aparición de los dientes y puede ser
considerado como el “caminar” de las herramientas del habla. Como se sabe, el
alimento bien masticado se digiere mejor y puede ser mejor degustado y tragado. En los
dichos tales como: “Algo se estaba masticando infinitamente”, o “Lo ha tragado”, se
evidencia la relación anímica con esa región. “Tragar”, aquí significa aceptar y también
en lo anímico por lo tanto solamente debería ser tragado únicamente lo que
anteriormente fuera masticado, vale decir, acerca de lo cual sea reflexionado. Después
del TRAGAR, luego tenemos que poder olvidar. No deberíamos seguir reflexionando
acerca de que si la decisión ha sido correcta. Lo indigestado y lo no olvidado fácilmente
puede conformarse en carga y llevar a la depresión.
La ventaja del “tragar anímico” es empero su capacidad de repetición del mismo modo
como solamente es provechoso el alimento bien masticado y definido su gusto, todas las
vivencias tienen que ser elaboradas concientemente, antes de entrar al olvido. Una
ayuda decisiva nos brinda la mirada retrospectiva antes del dormir, recomendada por
Steiner (GA10, ¿Cómo obtenemos conocimientos de los mundos superiores?). Tal como
ya lo hemos observado con respecto al cierre de los labios, en medida aún mucho
mayor, la capacidad de cierre de la laringe cobra una influencia aún mucho mayor sobre
nuestra fuerza física. Así es que sus pacientes a los que se les han extirpado la laringe,
apenas están en condiciones de levantar una silla. Falta la resistencia contra el escape
del aire en la región volitiva. La fuerza de articulación de la K, la G y la H depende del
grado de la fuerza de retención de la musculatura de la faringe y labios afinadores,
conjuntamente con el apoyo del diafragma. A partir de la mencionada proximidad hacia
diversas funciones vitales, puede comprenderse la principal coordinación de esta región
hacia el CUERPO ETÉRICO. Sus funciones para el cuerpo se encuentran sobre el plano
de la conciencia dormida y generalmente no son percibidas por el portador.
El accionar del cuerpo etérico se evidencia sobre todo, en la administración de los
líquidos y en la elaboración de los alimentos. Es así, que el cuerpo etérico promueve el
flujo de la saliva en constante reproducción renovada con el subsiguiente TRAGAR,
evidenciándose su accionar conjunto con otros miembros del ser (por ejemplo, sequedad
de la boca en oportunidad de una agitación): el excitado cuerpo astral (cuerpo del aire)
bloquea las funciones etéricas, produce sequedad.
De los sonidos J, G, K, NG, R-palatal y H, la G y la K, comprendidas en una etapa
posterior de la adquisición del habla, a menudo son confundidas por los niños con la D
y la T. El carácter volitivo de estos sonidos se expresa en muchas palabras, tales como:
gut=bueno; gerne=gustosamente; gewalt=poder, vehemencia, potencia, violencia, etc.;
gross=grande; Köning=rey; Kerl=sujeto, tipo; katastrophe=catástrofe. La H, el sonido
del soplo, visto desde lo lingüístico, en realidad conforma tan sólo un trampolín más
suave para las vocales.
TRASTORNOS
En el sentido de esta exposición, aquí se toman en cuenta en primer lugar trastornos de
la función del MASTICAR, del TRAGAR y del VELO; además, el TARTAMUDEO, el
JALEO, el GANGUEO, la NASALIZACIÓN y la ARTICULACIÓN DEFICIENTE de
los sonidos palatales. También el sonido de la voz, en cuanto es formada por el paladar
duro o el paladar blando, conforma una transición hacia esa región.
Ya hemos mencionado la importancia del MASTICAR. Un frecuente trastorno de esa
función es el CRUJIDO DE LOS DIENTES (bruxismo). Puede tener causas
psicogénicos y se presenta entonces, en el caso de tensiones subconscientes y
problemas, sobre todo, al estar dormida la persona. Se sigue “masticando” al problema.
Otro detonante del crujido de los dientes puede ser la oclusión (combinación) de las
mandíbulas a causa de la disparidad de las superficies del masticado, que debe ser
tratado odontológicamente.
En el capítulo anterior nos hemos referido a los TRASTORNOS FUNCIONALES DE
LA DEGLUCIÓN. Estos trastornos pueden empero a su vez ser síntoma de una
patología orgánica cerebral (p. ej. Parálisis bulbaria), no presentándose sin embargo
frecuentemente de manera aislada.
En muchas personas, la función del velo del paladar es poco consciente. Mediante el
mantener abierto controladamente, o, el cerrar, puede ser generado espontáneamente, un
GANGUEO CERRADO, o abierto, que aportará un sonido des-acostumbrado a la voz.
El gangueo cerrado (hiporinofonía) se presenta patológicamente, en el caso de
reducción del paso por la nariz a consecuencia de inflamaciones, o, en el caso de los
niños, a menudo por el aumento del tamaño de las amígdalas de la garganta. El
GANGUEO ABIERTO (hiperrinofonía) se genera sobre todo en el caso de una parálisis
del velo, de diferentes orígenes, o fisuras del paladar.
El FLUJO DEL HABLA puede ser descripto en su conjunto como conducción de la
corriente respiratoria configurada, yendo hacia afuera, como gesto volitivo en la
corriente respiratoria. Trastornos en el flujo del habla se presentan como
TARTAMUDEO o como JALEO (Poltern). De ello se desprende la coordinación de
este trastorno en un primer paso: el flujo del habla es un gesto de la voluntad. En el caso
del hablar con naturalidad, este gesto es articulado y frenado a través de la formulación
del habla y la articulación. Ambas son actividades conscientes.
El grito irrefrenado, como expresión volitiva emocional es el que en menor medida se
encuentra afectado por ese freno. Contextos pensativamente complicados, se expresan
membrados naturalmente, a través de pausas en el habla. Las palabras de difícil
articulación, así como las oraciones de esa índole, requieren de la destreza de quien está
hablando, y pueden provocar el tropezar con la articulación.
La contemplación del gesto volitivo del flujo del habla según su relación propiamente
dicha hacia el pensar y el querer, puede ser muy reveladora. El tartamudeo se debe a una
excesiva influencia ejercida sobre ese flujo por el sistema nervio-sensorio y el jaleo se
debe al dominio de la actividad volitiva en una dirección. En el caso del jaleo, el
impulso del habla ejerce su dominio sobre las facultades superiores de la articulación y
el pensar. -en parte. El tartamudo bloquea su impulso del habla por un exceso de
reflexiones (expectativa negativa, búsqueda de palabra de reemplazo) y articulaciones
equivocadas automatizadas (Kloni-Toni). En el sentido de la clasificación en dos formas
constitutivas, referidas en el capítulo acerca de neurastenia e histeria podríamos
coordinar la sintomática del jaleo más bien al cuadro de la histeria y el tartamudeo al
cuadro neurasténico.
El impulso del habla
El impulso del habla como espiración configurada, es menoscabado por todas las
influencias que inhiben a esta corriente de este deseo de comunicación desde afuera. La
hostilidad y sobrecorrección del entorno, temor procedente del propio interior, conducen
a una sobre-acentuación de la inspiración que llega hasta la retención del aire, tal como
lo experimentamos en ocasión de una típica vivencia de llevarse un susto.
En el tartamudo, ese tipo respiratorio se incrementa hasta llegar al habla inspiratorio, o,
el habla se exprime con el aire restante, al cabo de la espiración muda.
Desde el equilibrio entre vocales y consonantes, en el caso de los trastornos en el flujo
del habla, predominan las consonantes, sobre todo, los sonidos de empuje, que ya de por
sí frenan al aire. Los perjudicados son las vocales -portadoras de sentimiento- y la
respiración. Es un hecho, que la mayoría de los tartamudos pueden cantar sin problema,
siendo que allí las consonantes ocupan un segundo plano, frente a la voz y la
respiración.
A menudo, la tartamudez se describe como intento en vano de superar al trastorno en el
flujo del habla y a menudo está acompañado por otros síntomas convulsivos
secundarios (movimientos de la cabeza y los miembros, sacudidas musculares, tics
nerviosos, etc.). En la convulsión, se altera la relación armoniosa existente entre el
cuerpo etérico y el cuerpo astral que mantiene fluidos a nuestros movimientos, por un
excesivo accionar del cuerpo astral. De esta manera, en los músculos afectados por un
breve tiempo domina el cuerpo físico, hecho que se expresa en movimientos
convulsivos y endurecimientos. Al mismo tiempo la auto-percepción transmitida por la
organización del yo, se altera por el predominio del cuerpo astral, en forma de
sentimientos negativos.
Estas circunstancias, anímicamente se expresan a través del miedo. Miedo con respecto
al habla, temor frente a aquello que puede suceder, se evita el empleo de palabras
complicadas y situaciones difíciles, existencia de una mala concepción de sí mismo y
mala auto-percepción conducen a las mencionadas inhibiciones de la expresión volitiva
del habla. Como en el tartamudo de encuentra afectado de tal manera el trasfondo
emocional, y se ha grabado en el cuerpo etérico como mala costumbre de larga data, aún
al cabo de prolongadas épocas de mejoría puede producirse una recaída.
Aprender a tolerar tales recaídas con tranquilidad de ánimo, es la base de toda terapia
que promete éxito.
EMPRENDIMIENTOS TERAPÉUTICOS
El aporte de la formación terapéutica a la TERAPIA DE LA TARTAMUDEZ está dado
sobre todo, en la inclusión de elementos artísticos a partir de la comprensión del
trastorno, tal como aquí se ha referido. Dado, que el tartamudeo –como lo hemos dichose graba en el cuerpo etérico, y en el flujo del habla en su conjunto es un proceso
mayormente inconsciente, todas las intervenciones terapéuticas tienen que tomar en
cuenta cambios que podrán producirse a largo plazo. Los siguientes, son algunos
elementos del concepto global:
- Vivencias del habla positivas, exentas de tartamudeo
Bajo guía, todos los tartamudos pueden hablar fluentemente. Esta experiencia es
esencial al comenzar una terapia. Es así, que la mayoría de los tartamudos repiten muy
bien poesías u otros textos rítmicos, aprendiendo así el armonioso equilibrio entre la
inspiración y la respiración hablada. Mediante la elección apropiada del largo de la línea
y el ritmo y la correspondiente ejercitación, se toma posible, una influencia de profundo
alcance sobre la respiración. Largos de líneas/renglones de más de tres pies, se
encuentran dominados por la respiración y muestran ser especialmente favorables. De
las versificaciones griegas son apropiados en medida mayor, el anapesto y el dactilus,
este último, sobre todo, en el metro del hexámetro. En la relación de la respiración, la
voz y la articulación, se podrá estimular beneficiosamente o tranquilizar
armoniosamente. También el verso trocaico o ritmos especiales, tales como el coriambo
son apropiados. Para el alargue respiratorio, tales ritmos pueden ser llevados a formas
especiales de versos, tal como se puede observar en los siguientes ejemplos, procedentes
del trabajo con niños:
Im mer ruhig geht das Denken,
Denken fliesset ohne Absatz nur dahin.
Hin so fliesset auch mein Sprechen wie ein Strom
Strom, der über keines Felsens scharfe Kante bricht
ie=i
ch=j
ü=e
Wenn ich spreche, kann ich fühlen
wie ein Fluss aus meinen Worten
strömend zu den Menschen fliesst
ö=e
z=ts
Will ein Stein den Strom durchstossen
will ein Stock die Welle knicken,
denk ich stärker an den Strom.
Keine Zeit, so scheint es manchmal
bleibt, um alles zu erzählen
unbedingt, so schnell es geht.
Hasten, Stocken ist die Folge,
denn der Wortstrom will nicht eilen
und braucht seine eigne Zeit.
Wenn ich spreche, kann ich fühlen,
wie ein Strom aus meinen Worten
strömend zu den Menschen fliesst.
Siempre sereno, se mueve el pensar,
sin pausa, en calma se desliza
ll=l
ä=ae
sch=sh
a semejanza del río, fluya así también mi hablar,
corriente que no se rompe,
en filoso canto de roca al andar.
Al hablar,
puedo sentir como de mis palabras,
un fluir se desprende y a los humanos va.
Cuando a la corriente,
una piedra la frena en su camino,
cuando la ola,
un tronco a su paso se opone
con ímpetu mayor, en el río pienso.
Y entonces pareciera,
que el tiempo se acaba y me impide contar,
relatar todo lo que yo quiera dar.
Como consecuencia me apuro, me detengo,
dado, que la corriente de mi hablar
no se debe apurar,
su propio ritmo quiere guardar.
Al hablar,
puedo sentir como de mis palabras
un fluir se desprende, y a los humanos va.
Facultades así practicadas, pueden ser empleadas en dramatizaciones e interpretaciones
en diversos juegos.
- Cambios a llevar a cabo en el modo de hablar
Al haber reconocido al hablar del tartamudo en términos generales como relativa a la
entidad de la cabeza, influenciada por la dinámica del sistema nervio-sensorio, nos
encontramos con la posibilidad de modificar al emprendimiento del habla, en dirección
al “vientre” (sistema metabólico y de los miembros). Ya la inspiración profunda, en
posición cómoda, con las manos sobre el abdomen, conduce, en combinación con
ejercicios respiratorios del habla, hacia una dirección del habla, “del más íntimo tono
del convencimiento”. Ese tono casi siempre le es ajeno al tartamudo. Otros cambios en
la dirección mencionada serían: Hablar más lento, acento sobre las vocales, hablar con
animación, hablar con articulación escueta, etc.
- Modificaciones del modelo de tartamudez
En el caso de la fijación del tartamudeo, no podemos renunciar a las mismas. Al cabo de
experiencias positivas, los tartamudos a menudo suponen poder evitar esa tarea
trabajosa. Justamente a causa de las recaídas, se torna necesario un trabajo manejado
con seriedad en esa dirección, en los jóvenes y en los adultos. Con ello, al tartamudo se
le entrega una herramienta que lo facultará a cobrar influencia sobre la vivencia
atemorizante, el bloqueo del flujo del habla y no hallarse abúlicamente entregado al
padecimiento. Al respecto, el bloqueo es reproducido conscientemente, es resuelto con
suavidad, para pasar luego a un implemento lingüístico realizado con blandura. Más
adelante, el mismo puede ser empleado a modo de “tirabuzón” de un bloqueo.
Esta técnica ha sido desarrollada sobre todo por Charles van Riper a partir de sus
propias experiencias como tartamudo (Charles van Riper, “The treatment of Stuttering,
Prentice Hall, 1973).
- Combate del temor al habla
Tiene importancia fundamental durante toda la duración de la terapia. Entre otras cosas,
Steiner describe al tartamudeo como “miedo que se volvió orgánico”. Se trata de que la
auto-confianza y el coraje en la mayor medida posible igualmente se tornen orgánicos
de que pasen a ser “carne y hueso”. En ese sentido está trabajando el emprendimiento
“Non-avoidance” según von Riper, con el lema: No evitar, mostrar el tartamudeo. Ese
emprendimiento se ha seguido desarrollando por ejemplo por Wendlandt con sus
exposiciones basadas en la práctica, con un trabajo in-vivo. El miedo se produce
siempre frente a lo desconocido y jamás puede ser combatido con la huída. En la
terapia, el tartamudeo vivencia –debidamente acompañado- una des-mistificación del
tartamudeo. Aprende a manejarse con el mismo, “como con un viejo conocido”. De esta
manera, baja de la cabeza, al piso de los hechos, en el cual la tartamudez muestra no ser
más terrible que otros impedimentos funcionales. Esa manera de ver las cosas, en el
caso de muchos tartamudos se complica por la ilusión de una cura de la noche a la
mañana.
- El trabajo con los padres y otras personas de referencia, en el caso de los niños
tartamudos
Como especialmente fecundo, muestra ser la inclusión de los padres en un trabajo
grupal. Allí, se pueden intercambiar experiencias, pudiéndose contemplar el
comportamiento propio en el espejo de otros padres. Un niño tartamudo, siempre trae
consigo dudas e inseguridad, con respecto al rol propio, como persona de referencia.
Acerca de ello puede hablarse con facilidad mayor, en el círculo de otros afectados y
puede ser entendido así mismo, el comportamiento que fomenta la tartamudez,
proveniente, eventualmente, de la incertidumbre propia. El cambio de apertura y
dedicación sin trabas frente al niño, tal vez pueda aparecer así, como expectativa
aprensible o complemento del comportamiento observado hasta ese entonces.
Por tal razón, también aquí es tan importante el trabajo mancomunado con otros
profesionales de las correspondientes especialidades. La pedagogía de Rudolf Steiner
busca fortalecer la auto-confianza y la independencia del niño, sin provocar desde el
concepto de su plan didáctico, una exigencia prematura del sistema nervio-sensorio.
Alcanza esa meta, por ejemplo mediante una enseñanza marcadamente artística e
incentiva de la fantasía. Con ello, ya desde el concepto cobra un efecto preventivo. Un
breve resumen de aspectos esenciales para los padres de niños tartamudos, lo
encontramos en Wendlandt (1998) en el capítulo “Lo que los padres deberían saber
acerca de la tartamudez”. Esa exposición no ha sido redactada a partir de la visión
antroposófica, es muy recomendable empero, por su carácter fundamental. (W.
Wendlandt, “Trastornos del habla en la edad infantil”). Desde la visión antroposófica,
Alfred Baur publicó un libro interesante referido al tema de la tartamudez (“Hablar con
fluidez”).
VOZ Y RESPIRACIÓN
A la región del paladar, en dirección descendente, se adhiere la LARINGE. Conforma el
último plano de cierre con anterioridad al pulmón y a los bronquios. Los LABIOS DE
AFINACIÓN (Stimmlippen), a diferencia de los labios comunes, están orientados hacia
adentro y no son rojos, sino blancuzcos, vale decir, apenas transpuestos por sangre. La
generación tonal comienza con sus vibraciones, que son preparados por el tubo de unión
(Ansatzrohr) y las herramientas delanteras del habla. Esa preparación de la posibilidad
del HABLA ya anatómicamente se torna imposible únicamente en el hombre, ya que
solamente en él, el espacio bucal-faringe-garganta, ofrecen el espacio necesario para tal
finalidad. En todos los mamíferos (incluso los primates) la laringe se encuentra elevada,
tal como sucede en el caso del lactante humano. Recién la posición baja de la laringe
permite las vocalizaciones de la voz mediante el correspondiente acoplado de la laringe
a la cavidad bucal.
Tal como se ha referido en los capítulos anteriores, en la región del paladar se encuentra
el límite entre las funciones manejadas conscientemente y el acontecer inconsciente. En
el sano curso del habla y del canto, las funciones de la laringe no deberían llegar a la
consciencia. Recién en el espacio bucal, comienza la consciente posibilidad
configuradora, que mediante la lengua y los labios, se sigue diferenciando hacia delante.
TRASTORNOS DE LA VOZ
Una gran cantidad de TRASTORNOS FUNCIONALES DE LA VOZ se genera por el
requerimiento no fisiológico y acrecentada toma de conciencia de ka la laringe (disfonía
hiperfuncional). Motivado por diferentes causas, se debilita la capacidad de articulación
de labios, lengua y paladar, hecho que de modo inmediato conduce a una sobreexigencia de la voz. Tales causas son frecuentes: CANSANCIO, o AGOTAMIENTO
GENERAL, constante sobre-carga por atención orientada hacia fuera (maestro). De esta
manera el hombre superior entra en des-centración y se debilita. LA DEBILIDAD DEL
HOMBRE SUPERIOR EN ESTADO DE NEURASTENIA, provoca respiración alta,
que a su vez es anti-fisiológica para la afinación de la voz (falta el apoyo del aire).
En el caso de la sintomática hipofuncional, el estado frecuentemente se vuelca a la
hiperfuncionalidad.
1- Articulación y afinación normal de la voz: conciencia de articulación y apoyo vocal
2- Disfonía hiperfuncional: conciencia errónea en la región de la laringe (tono)
3- Disfonía hipofuncional: la conciencia (tono) oscila de manera débil y sin rumbo fijo
de un lado al otro.
Del mismo modo, en el caso de la hiperfunción puede presentarse un agotamiento
hipofuncional. Esta actividad, casi “sin rumbo” del cuerpo astral, que ya no puede
edificar una saludable tensión entre las polaridades del diafragma y las herramientas del
habla bucales-delanteras, y que por tal razón oscila entre la intervención carente y el
exceso de intervención, es característica para los estados de agotamiento.
TRASTORNOS RESPIRATORIOS
La respiración espontánea, vegetativa, inconsciente, se diferencia claramente de la
consciente respiración del habla y del canto. Una diferencia principal está dada en la
espiración más prolongada en ocasión del hablar y cantar. Al lado de LIMITACIONES
ORGÁNICAS, la respiración espontánea podrá experimentar un trastorno
FUNCIONAL, sobre todo a causa de accidentes o enfermedades. Muy pocas personas
en la actualidad civilizatoria, poseen una respiración espontánea plenamente sana. Aquí,
nos referimos únicamente a la RESPIRACIÓN ALTA, LA RESPIRACIÓN
MARCADAMENTE LENTA y la HIPERVENTILACIÓN. Estas dos últimas conducen
al desplazamiento de la respiración normal del pulso y la respiración, siendo, tanto
causa, como expresión de trastornos funcionales.
EMPRENDIMIENTOS TERAPÉUTICOS
La formación terapéutica del habla toma el camino de los ejercicios de la
ARTICULACIÓN y de la RESPIRACIÓN, para llegar finalmente al tratamiento de la
voz misma, correspondiente al trastorno existente, con EJERCICIOS DE
VOCALIZACIÓN. De esta manera, en términos generales se obtienen buenos
resultados, puesto, que justamente en el caso de la voz, nada puede obtenerse, sin
sensibilidad artística.
Según la ubicación del trastorno, ya sea más bien en la región de la faringe o la laringe y
el tratamiento tiene que ser realizado en ese lugar, o bien si el problema se ha generado
por una actividad equivocada de la articulación, se implementarán principalmente las
vocales A E I, o bien, O U Ü. Con el así llamado EJERCICIO Aele, se dispone de un
instrumento para el tratamiento universal a largo plazo y una optimización de las
funciones vocales, cuyos principios de acción pueden ser adaptados a cada caso.
En la terapia vocal a menudo de trata de un desplazamiento de la atención y de la
actividad del paciente, hacia delante, hacia los ÓRGANOS DE LA ARTICULACIÓN y
hacia abajo, para el apoyo del diafragma, de modo tal, que en el ámbito de la voz y en el
ámbito del pecho se genere un espacio libre, sin una conciencia despierta que ocasiona
trastorno.
En la medicina antroposófica, la TERAPIA RESPIRATORIA es posible con TODAS
las artes. La saludable respiración espontánea se logra siempre, como consecuencia de
otra actividad consciente. En la formación del habla terapéutica, se trata de sonidos y de
ritmos, que se implementan puntualmente. Cuando p. ej. se trata de lograr una mayor
respiración profunda, se logra conciencia para la respiración del diafragma, a través de
las consonantes K, F, H, incentivándose la inspiración a través de imágenes y de
sentimientos, mientras que la espiración alcanza su largo correspondiente mediante la
recitación de correspondientes versos rítmicos. Tales ejercicios pueden ser practicados
mudos imaginativamente, sanándose así la respiración. Como principio básico del habla
saludable vale: nunca inspirar mientras que se está hablando, antes de que se gaste todo
el aire.
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