EL SEXO EN LA EDAD AVANZADA

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SALUD EN LA TERCERA EDAD
3.- “El sexo en la edad avanzada”
Dr. José Luis Neyro.
Servicio de Ginecología.
Hospital de Cruces.
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INTRODUCCION:
De forma generalizada podemos casi asegurar que cada uno de nosotros quiere
y necesita la cercanía de las demás personas; deseamos compartir nuestras ideas,
nuestros sentimientos, nuestras ilusiones, nuestras decepciones con otras personas y
ansiamos tocar y ser tocados. El solo hecho de estar físicamente con alguien cerca,
próximo, es importante, pero muchos de nosotros deseamos continuar esa cercanía con
una vida sexual activa y satisfactoria a medida que vamos cumpliendo años y también
en la medida en que la madurez va dando paso al envejecimiento.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la mayoría de las personas descubren que
necesitan más tiempo para sentirse sexualmente excitados; las erecciones “ya no son lo
que eran” y también “vamos perdiendo el deseo”. Eso es parte del proceso normal del
envejecimiento de todas las personas.
Estos cambios son generalmente universales y afectan fundamentalmente a la
esfera física pero en cierta medida al menos, también a la esfera psíquica o psicológica.
No hay que alarmarse. Forman parte del devenir de la vida. Vivir, suele decirse por los
pesimistas, está condenado al fracaso porque siempre termina en la muerte y sin
embargo el envejecimiento debe ser aceptado como una señal de riqueza, de
experiencia, de hábito de vida, de hábito saludable de vida.
¿CUÁLES SON LOS CAMBIOS NORMALES QUE AFECTAN A LA
SEXUALIDAD EN ESTA ÉPOCA AVANZADA DE LA VIDA?
El envejecimiento normal trae aparejado toda una serie de cambios físicos que
se manifiestan de forma distinta pero de manera universal tanto en los hombres
como en las mujeres. Ocasionalmente estos cambios afectan nuestra capacidad para
funcionar sexualmente e incluso para disfrutar del sexo con otra persona. Algunos han
quedado tan solo apuntados arriba: el deseo sexual, la pulsión libidinal en lenguaje
psicoanalítico, puede ir disminuyendo conforme van pasando los años en la medida en
que las hormonas también van decayendo; las erecciones suelen ser cada vez más
infrecuentes y de más corta duración con una intensidad regularmente menor; la
sequedad de las mucosas puede favorecer la dificultad para el coito convencional en las
mujeres a partir de un determinado número de años…
Sin embargo, es bien constatado por muchos ginecólogos y médicos en general
que algunas mujeres relatan disfrutar más de su sexo a medida que se van haciendo
mayores; tras la menopausia o después de una extirpación del útero (histerectomía),
muchas mujeres se sienten liberadas del temor de un embarazo no deseado, de la
atadura de la fertilidad. Ésta es la primera parte de una ecuación que termina
permitiéndoles a todas ellas sentirse más libres para disfrutar del sexo. Algunas mujeres
no piensan que cosas como las canas, las arrugas, la pérdida de elasticidad de la piel, la
“caída” de algunos órganos las hagan menos atractivas par su pareja sexual. El “deseo”
se fabrica. Pero si una mujer cree que el verse joven o el tener la capacidad de dar a luz,
de generar vida, la hace más femenina y solo éso la hace más femenina, puede
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comenzar a preocuparle qué tan deseable es sin importar cuál sea su edad. Esto puede
condicionar que el sexo no resulte tan agradable para ella como sucedía hace
escasamente 5 ó 10 años antes.
Una mujer puede observar también cambios en su vagina; éstos suelen ser de
los primeros en ser notados. A medida que se envejece, la vagina suele ir acortándose y
estrechándose y la mucosa que la recubre se va haciendo cada vez más delgada, más
friable, más fácilmente sangrante con el roce y con menos capacidad para la
lubrificación normal en situaciones de excitación sexual. Este tornarse más delgadas las
paredes y un poco más rígidas no significan sin embargo que no pueda disfrutarse del
sexo. Sin embargo, la mayoría de ellas tendrán obligadamente, menos lubrificación
vaginal y ello si puede afectar el placer sexual.
En los hombres, a medida que avanza la edad la impotencia se hace más
común. Podemos definir la impotencia como la pérdida de la habilidad fisiológica
para lograr y mantener una erección suficientemente rígida como para mantener
relaciones sexuales convencionales que terminen en coito intravaginal. Hacia los 65
años de edad, poco más o menos, entre un 15 y un 25% de los varones tienen ya este
problema establecido al menos una de cada cuatro veces cuando intentan practicar el
acto sexual. Toda esta frecuencia de aparición de impotencia puede verse acrecentada
en hombres con problemas cardíacos, tensión arterial elevada, diabetes (bien sea debido
a la propia enfermedad, y a la degeneración vascular que supone, o bien a algunos de los
medicamentos que se usan para tratar dicha enfermedad), stress, empleo de fármacos de
diferentes tipos.....
Es muy común, también, que en la medida en que aparecen por encima de los 50
años las primeras señales de una muy leve aunque incipiente impotencia, precisamente
la primera aparición del hecho haga que el varón se retraiga de futuras relaciones
sexuales consiguiendo espaciarlas todavía más lo que puede condicionar a la larga, una
mayor frecuencia de aparición de impotencia… y el problema se recicla. En otras
ocasiones, varones sexualmente activos, potentes de ordinario, pueden presentar
ocasionales crisis de impotencia (lo que vulgarmente se ha dado en llamar “gatillazo”),
que analizadas con frialdad y desde la tranquilidad y la confianza de una pareja
“cómplice” dejan de tener importancia en la siguiente relación consumadas con éxito.
En general, de todas formas, el hombre puede encontrar que se tarda más tiempo
en lograr una erección satisfactoria y suficiente; es posible que esta erección no sea tan
firme o tan grande como recordaba de hace escasamente 5 ó 10 años. Incluso, a veces,
la cantidad del eyaculado puede resultar menor o subjetivamente menor. La pérdida de
la erección después del orgasmo puede suceder más rápidamente y esta detumescencia
mantenerse durante más tiempo antes de que le sea posible obtener una nueva erección
que daría paso a una segunda relación sexual completa en la misma jornada. Algunos
hombres descubren también, que necesitan más estimulación erótica antes de iniciar el
acto sexual. El fracaso está servido.
Como siempre en medicina, la solución de los problemas, por serios que nos
puedan parecer, pasa por su inicial reconocimiento y su posterior análisis de cara al
planteamiento de la mejor solución.
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¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LOS PROBLEMAS SEXUALES DE ESTA
EDAD?
Son múltiples y, lo que es más importante, multifactoriales. Habrá que
empezar por todas aquellas que afectan directamente al envejecimiento y que lo
incrementan en la medida en que se provocan alteraciones de la fisiología normal de la
erección, de la lubrificación y de la actividad sexual en general y que pueden estar
condicionadas por enfermedades, incapacidades o incluso por los tratamientos
medicamentosos que precisan ser ingeridos para tratar un problema de salud. Todo ello
puede afectar a la habilidad de tener y disfrutar del sexo. Sin embargo, aún los
problemas más graves de salud, por lo regular, pueden no impedir convenientemente
tratados, tener una vida sexual plena y satisfactoria también en esta edad. Repasemos
algunos de esos problemas patológicos que más frecuentemente traban a las
personas de alrededor de más de 50 años:
1.- ARTRITIS.
El dolor de las articulaciones ocasionado por la artritis puede hacer que el
contacto sexual resulte incómodo. Puede ser incluso invalidante para aquella paciente
que ve que sus manos se deforman, sus articulaciones se anquilosan, y se dificultan los
movimientos necesarios para adoptar posiciones que hace escasamente unos años
resultaban perfectamente habituales para la práctica de la actividad sexual.
Ocasionalmente la cirugía de reemplazo de las articulaciones y los
medicamentos muy desarrollados en este campo de la medicina pueden aliviar el dolor
del movimiento articular. También puede ser de utilidad el ejercicio físico
convenientemente combinado con el descanso pautado, los baños calientes, los cambios
de posición o de horario para la actividad sexual. Recordemos que ya hemos comentado
al principio que el deseo sexual es algo que uno se fabrica y que no “llega” desde lo
alto en un momento concreto.
2.- DOLOR CRÓNICO.
Además de la artritis y cualquiera de su formas, un dolor que persiste durante
más de un mes o que aparece y desaparece frecuentemente puede ser ocasionado por
otros problemas óseos o musculares, un ataque por herpes zoster, un problema de mala
circulación arterial y/o venosa, diferentes problemas de los vasos sanguíneos,
fibromialgia y algunas otras formas más raras de producción de dolor crónico.
Este malestar puede a su vez ocasionar problemas que dificulten la conciliación
del sueño, originar depresión, provocar aislamiento e incluso dificultad para la
movilización activa de las personas. Todas estas circunstancias pueden interferir con la
intimidad entre las personas mayores a la hora de intentar relacionarse sexualmente. El
dolor crónico sin embargo, no tiene por qué ser parte del envejecer; con frecuencia
puede ser estudiado, tratado e incluso con mucha frecuencia vencido al cien por ciento.
Recuerde, un dolor que le despierta por la noche debe ser inmediatamente
consultado con su médico.
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3.- DIABETES MELLITUS.
Muchos hombres que sufren de Diabetes Mellitus no tienen problemas sexuales
pero ésta es una de las pocas enfermedades que, en sí misma y dejada a su evolución
natural, puede ser la causa de una impotencia años más tarde del diagnóstico inicial de
la enfermedad.
La patología vascular de tipo arterial mediada por la evolución degenerativa de
la Diabetes Mellitus suele ser la causa de una impotencia que, en el momento actual, un
adecuado tratamiento médico puede vencer de forma extraordinariamente eficaz.
4.- CARDIOPATÍAS EN GENERAL.
La reducción del calibre interno y el endurecimiento de las arterias que
conocemos coloquialmente como arterioesclerosis, puede condicionar la aparición de
muy diferentes cambios en los vasos sanguíneos e impedir que la sangre fluya
libremente por ellos. Recuérdese en este punto que la erección es fundamentalmente la
inundación de los cuerpos cavernosos del pene (uno a cada lado), de una cantidad muy
variable de sangre que permite su entrada en el órgano viril pero no su salida con el
mantenimiento de la erección conseguida una vez llenados los lagos venosos de dichos
cuerpos cavernosos.
Los problemas cardíacos pueden condicionar problemas de erección en los
hombres y pueden incluso aumentar la presión sanguínea (hipertensión arterial), que
muchos médicos se ven obligados a tratar con medicaciones que pueden afectar también
directa o indirectamente la capacidad eréctil del sujeto tratado.
Algunas personas que han sufrido un ataque cardíaco, un infarto de miocardio
o en sus formas menores las famosas anginas de pecho, temen que el tener relaciones
sexuales pueda ocasionarles otro ataque cardíaco. Suele ser comúnmente una falsa idea.
La probabilidad de que esto suceda es, en general, muy baja. La mayoría de estas
personas pueden volver a tener relaciones sexuales entre 3 y 6 semanas después de
estabilizarse su ritmo cardíaco después de un infarto agudo de miocardio si el
cardiólogo lo aconseja en función de las pruebas de la evolución médica. En este punto,
como casi siempre, siga el consejo de su propio médico. Recuerde que, ya lo hemos
dicho en otras ocasiones, ni la mejor de las páginas Web que usted consulte en este
medio novedoso de información, suplirá jamás al consejo de su médico de
cabecera, de su ginecólogo, de su cardiólogo, del médico por usted elegido.
5.- INCONTINENCIA URINARIA.
La pérdida del control de la vejiga, el escape de orina involuntario, la
incontinencia urinaria de esfuerzo son problemas mucho más comunes a medida que
vamos envejeciendo pero de manera muy especial en el sexo femenino. Hay que
recordar que la pelvis femenina termina en un auténtico diafragma urogenital que con el
paso de los años va cediendo en cuanto que el tono de la musculatura se va haciendo
menor y, al tiempo que se van ganando kilos, los órganos genitales van descendiendo
progresivamente lo que puede ocasionar la aparición de la molesta y a veces invalidante
incontinencia urinaria de esfuerzo.
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Es muy común que esta pérdida involuntaria de orina suceda cuando se hace
ejercicio, cuando se inicia la tos, al estornudar o al levantar pequeños o medianos pesos.
Debido a la presión extra que sobre el abdomen se realiza durante el acto sexual en
posiciones digamos “convencionales”, la incontinencia urinaria puede conducir a que
las personas lo eviten para no pasar el “mal trago” de una pérdida involuntaria de orina
durante una relación sexual conseguida no sin esfuerzo. La buena noticia en este punto
es que, por lo general, la incontinencia urinaria de esfuerzo tiene tratamiento.
Abundaremos un poco más en este campo en la medida en que recientemente, ha
finalizado el proceso de investigación de un fármaco que va a convertir la incontinencia
de orina de esfuerzo en una patología tratable médicamente en por encima del 65% de
casos respecto de lo que sucedía hasta la introducción de este medicamento
(próximamente comercializado en nuestro País), en que tratábamos quirúrgicamente la
inmensa mayoría de incontinencias urinarias de esfuerzo que no mejoraban con la
medicación de la que disponíamos hasta hace muy poco. Aquí también los avances
médicos favorecen la desaparición de un problema consustancial a la pérdida de las
relaciones sexuales durante el envejecimiento.
6.- ACCIDENTES CEREBRO-VASCULARES.
Los neurólogos llaman accidentes cerebro-vasculares (ACVs) a todos los
eventos vasculares que suceden a nivel del sistema nervioso central y que suelen incluir
las hemorragias intraparenquimatosas cerebrales, las embolias vasculares a ese nivel, los
infartos cerebrales y algunos otros pequeños accidentes que pueden condicionar la
pérdida de diferentes capacidades incluso intelectuales del individuo. No obstante lo
anterior un ACV es muy raro que afecte la capacidad de mantener relaciones sexuales
aunque sí es posible tener problemas de erección una vez sucedido aquél.
Es poco probable no obstante, que el acto sexual pueda ocasionar otro ACV
una vez tenido el primero. Alguien con debilidad o parálisis causada por un ACV
puede tratar de usar diferentes posiciones o dispositivos médicos que le permitan
continuar practicando el sexo si éso es parte de su deseo; aquí también, la medicina ha
avanzado de manera extraordinaria como para facilitar la comunicación sexual con su
pareja en el caso de que usted haya sufrido un ACV como el que mencionamos más
arriba.
¿PUEDEN AFECTAR A LA SEXUALIDAD LOS TRATAMIENTOS MEDICOS
Y/O QUIRURGICOS?
Es muy común que para los 50-60 años, cada uno de nosotros haya recibido
algunos tratamientos médicos y no es infrecuente que al menos 1 ó 2 intervenciones
quirúrgicas de muy diferente índole. Hay que recordar en este punto que la
histerectomía (la extirpación del útero de la mujer), es la intervención quirúrgica más
frecuentemente realizada en los Estados Unidos de Norteamérica incluso por encima de
la vulgar amigdalectomía (extirpación de las amígdalas). Por tanto, no es excepcional
pensar que los tratamientos médicos y las diferentes intervenciones quirúrgicas puedan
afectar de alguna forma a la capacidad de mantener relaciones sexuales a partir de un
determinado número de años. Repasemos pues algunas de estas circunstancias:
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A.- CIRUGÍA.
A muchos de nosotros nos preocupa someternos a cualquier tipo de intervención
quirúrgica y este hecho es especialmente preocupante cuando ésta incluye la zona
perineal, el aparato genital o va a afectar siquiera limitadamente a nuestra capacidad de
mantener relaciones sexuales. Afortunadamente, la mayoría de las personas que salen
de un quirófano vuelven a tener el mismo tipo de vida sexual que disfrutaban antes
de la cirugía.
De hecho, ya lo anunciábamos al principio de este artículo, la histerectomía
(esto es, la extirpación del útero de la mujer, incluyendo o no los anejos uterinos –
ovarios y trompas), puede representar para muchas mujeres una fuente de liberación del
temido embarazo que les ha mantenido pendiente de la posibilidad de concebir durante
los últimos años de su vida reproductiva. Afortunadamente, por lo tanto, la extirpación
del útero puede representar para todas ellas una liberación de dicho temor y además, se
ha comprobado que no interfiere en absoluto con el funcionamiento sexual de una
mujer plenamente llena de deseo. En caso de que una histerectomía aparentemente
cause a la mujer la imposibilidad de disfrutar de las relaciones sexuales, debe ponerse
en contacto con su ginecólogo fundamentalmente por el beneficio que va a obtener de la
explicación de que ambas situaciones (histerectomía y dificultades para el sexo),
normalmente no tienen por qué estar relacionadas.
A los hombres que sienten que su pareja es “menos femenina” después de que le
hayan practicado una histerectomía, también les convendría ponerse en contacto con el
ginecólogo de su mujer o con su propio médico de cabecera porque necesitan la ayuda
psicológica que va a suponer la explicación de que el útero y el sexo normalmente, no
tienen nada que ver.
Una índole distinta tiene el caso de la mastectomía, de la extirpación de una
mama con ocasión de un tratamiento de un cáncer de mama. Aquí también las noticias
son buenas para los pacientes afectos de esta temible patología: en el momento actual, la
inmensa mayoría de las pacientes con cáncer de mama conservan su glándula mamaria
después de finalizado el tratamiento quirúrgico en la medida en que por encima del 7278% de las pacientes con cáncer de mama solo sufren cirugía de exéresis de la
tumoración conservando la mama prácticamente íntegra. Es menester insistir en que el
cuerpo sigue teniendo la misma capacidad de respuesta sexual de siempre aunque usted
haya podido perder incluso una mama completamente; sin embargo hay que reconocer
que si usted ha sido tratada de un cáncer de mama puede perder su deseo sexual o la
sensación de ser deseada en la medida en que se sienta acomplejada por la situación. En
ocasiones resulta conveniente hablar con otras mujeres que hayan sido sometidas a esta
cirugía y proliferan por todo nuestro País las Asociaciones de Mujeres Mastectomizadas
que pueden prestar una insustituible ayuda en el devenir psicológico de la recuperación
de las intervenciones por cáncer de mama.
Existen en todo el mundo programas como los relacionados con “alcanzar la
recuperación post-mastectomía” de la Sociedad Americana del Cáncer que pueden ser
muy útiles y ayudar tanto a las mujeres como a los hombres que les son próximos para
entender la psique de la nueva situación una vez completado el tratamiento quirúrgico.
Existe también la posibilidad, otra buena noticia, de iniciar un proceso de
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reconstrucción mamaria que hay que debatir con el cirujano o el ginecólogo que
interviene a la paciente tan pronto pueda ser realizada hasta el extremo de que, en
ocasiones, la reconstrucción mamaria puede hacerse de forma inmediata durante el
mismo acto quirúrgico en el que se trata la neoplasia mamaria.
Normalmente consideramos que el cáncer de mama es exclusivo de las mujeres
y sin embargo es menester recordar que cada año, al menos en Estados Unidos, con una
población de más de 250 millones de personas, unos 1.500 hombres pueden desarrollar
cáncer de mama, en ellos la enfermedad puede hacer que su organismo produzca un
exceso de hormonas femeninas de tal manera que ellas pueden incluso reducir
considerablemente el deseo sexual. Esta es una circunstancia que también puede afectar
de manera por lo menos parcial a las relaciones sexuales del varón afecto por cáncer de
mama.
Capítulo aparte en la cirugía hay que dedicar a la prostatectomía; la extirpación
total o parcial de la próstata a un hombre de una determinada edad puede ocasionar que
durante el procedimiento se lleve a cabo la pérdida total o parcial de la capacidad de
erección que el paciente tenía de forma preoperatoria. El agrandamiento de la próstata
muchas veces no puede ser tratado médicamente y cuando se inicia la sintomatología
típica del síndrome prostático (con múltiples micciones a lo largo del día, con múltiples
micciones también durante la noche…, con la sensación imperiosa continuada de
necesitar seguir orinado, con la emisión muy escasa de unas gotas de orina…), el
tratamiento quirúrgico puede ser requerido. Lo diabólico del asunto es que dicho
tratamiento quirúrgico puede ocasionar incontinencia urinaria e incluso impotencia.
Si se requiere la extirpación de la glándula prostática en forma de prostatectomía
radical, por lo regular los cirujanos urológicos pueden salvar los nervios que van hasta
el pene facilitando así el mantenimiento de las erecciones posteriores. Si está usted en
esta situación, debe hablar previamente con su médico antes de la cirugía para
asegurarse de si después volverá a tener una vida sexual completamente satisfactoria o
si debe acostumbrase a otras formas de relación sexual que no incluyan la erección al
ser imposible después de la cirugía ablativa radical.
B.- MEDICAMENTOS Y TRATAMIENTOS MÉDICOS.
Algunas drogas de las administradas como consecuencia de muy diferentes
enfermedades pueden originar múltiples problemas sexuales. Entre todas ellas se
incluyen algunos medicamentos que se utilizan comúnmente para el tratamiento de la
hipertensión arterial, antihistamínicos para la resolución de problemas alérgicos,
medicinas supresoras o moduladoras del apetito, drogas diferentes para la diabetes o
para la úlcera péptica… Algunos medicamentos pueden producir impotencia de forma
directa o dificultarle al hombre la capacidad de eyaculación seminal. Algunos
medicamentos incluso, pueden disminuir el deseo sexual en las mujeres.
Consulte a su médico también por estos motivos. Frecuentemente se podrá
intentar utilizar un medicamento diferente que no tenga estos efectos colaterales o bien
que sean minimizados con ocasión de una diferente dosificación o de una diferente
pauta posológica.
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C.- ALCOHOL.
Capítulo aparte merece esta cuestión del alcohol porque no es de ninguna
forma una medicación que pueda tratar ningún problema médico establecido; de
hecho, es falsa esa creencia popular de que “tomar una copita cada día puede ayudar a
mantener la tensión”. La ingesta excesiva de alcohol, lamentablemente muy frecuente
en nuestro País, puede ocasionar problemas de erección en los hombres e incluso
retardar el orgasmo en las mujeres.
Es menester recordar aquí que la primera fase de la intoxicación etílica no
estimula, más bien desinhibe, con lo cual puede provocar un incremento del deseo
sexual al que sin embargo después no sigue de manera universal ni una buena erección
ni una adecuada capacidad de orgasmo en el caso de la mujer. Por tanto, podríamos
concluir que la función del alcohol durante la actividad sexual es diabólicamente
contradictoria: puede inicialmente desinhibir con lo que uno “se atreve a más” para
finalizar jugándonos la mala pasada de no conseguirse la erección o disminuir la
capacidad de orgasmo que es uno de los fines de cualquier grado de actividad sexual.
SEXUALIDAD SIN RIESGOS ADICIONALES
Hemos comentado en otro artículo de esta misma serie que la capacidad de
infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y por otros tipos de
gérmenes causantes de enfermedades de transmisión sexual, pueden darse también
¿cómo no? después de los 50 años. El sexo sin riesgos es importante para cualquier
persona en cualquiera edad que consideremos. Pero aquí tendríamos que hablar de un
riesgo adicional del que muchas mujeres se liberan después de la menopausia. A medida
que se acerca esta última regla, los períodos menstruales pueden ser más irregulares.
Aún así y aunque la probabilidad de embarazo es progresivamente más pequeña, usted
puede quedar también ocasionalmente embarazada. De hecho, el embarazo continúa
siendo una posibilidad real hasta que su ginecólogo confirme que ya pasó su
menopausia y ésto, ya lo sabemos, no acontecerá hasta haber pasado 12 meses sin la
regla después de ocurrida aquella última menstruación. Recuerde por tanto aquí
también, que la menopausia no es un status, una forma de ser o de estar en la vida,
sino tan solo el nombre de una regla, la última, después de la cual han de
transcurrir 12 meses para que consideremos que aquélla fue realmente la
menopausia.
La edad no protege contra enfermedades de transmisión sexual, ya lo decíamos;
los jóvenes están en general más expuestos al riesgo de estas enfermedades como sífilis,
gonococia, clamydiasis, herpes genital, hepatitis B, verrugas genitales,
trychomoniasis… y muchas otras. Sin embargo, todas estas enfermedades y algunas
otras más pueden presentarse y de hecho sucede, en personas mayores que sean
sexualmente activas.
Casi todas las personas que siguen manteniendo una vida sexualmente activa
corren el riesgo de ser infectadas con la enfermedad de transmisión sexual más grave de
todas cual es el ataque del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) – (Ver artículo
en esta misma web, www.neyro.com/articulos/saludyterceraedad referido al tema de
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SIDA Y TERCERA EDAD). El número de personas mayores con VIH / SIDA va en
aumento de forma progresiva hasta el extremo de que una de cada 10 personas a
quien se ha diagnosticado SIDA en los Estados Unidos de Norteamérica en los últimos
5 años tenía más de 50 años en el momento del diagnóstico. Por eso, sin alarmarle, nos
vemos obligados a considerar que usted puede correr riesgo de contraer VIH si tiene
más de una pareja sexual, o si se divorció o enviudó recientemente y ha comenzado a
salir y tener relaciones sexuales con nuevas parejas sin protección adecuada. Utilice
SIEMPRE un preservativo de látex en el caso de los masculinos o de poliuretano en el
caso de los femeninos durante el acto sexual y consulte con su ginecólogo sobre otras
formas de protección más íntimas contra todas las enfermedades de transmisión sexual.
Nunca como en este epígrafe es más importante prevenir que curar y nunca
se es demasiado mayor para evitar exponerse a un riesgo no deseado de enfermedades
consecutivas a una mala práctica sexual.
LAS EMOCIONES DE LOS MAYORES
La sexualidad con frecuencia implica un equilibrio delicado entre los aspectos
emocionales, físicos y libidinales. Nos gusta decir que la sexualidad es seguramente,
una forma mejor y más perfecta de relación entre adultos que incluye el juego; de
hecho el juego habitual durante la práctica sexual es una de las pocas circunstancias en
que los adultos jugamos con nuestros cuerpos a comunicar emociones mediante el
contacto físico establecido.
La forma en que usted se siente puede afectar a lo que es capaz de hacer… a
cualquier edad. Por ejemplo, los hombres pueden temer que la impotencia se convierta
en un problema más común a medida que se va envejeciendo y cumpliendo años; sin
embargo, la excesiva preocupación por esa posibilidad (ya lo apuntábamos más arriba)
puede causar un stress suficiente como para ocasionar un nuevo ataque de impotencia
en el siguiente intento de relaciones sexuales. Podríamos decir que un episodio de
impotencia puede generar nuevos episodios de impotencia. La mujer que se preocupa
por sus cambios de apariencia física y que va viendo que en la medida en que va
cumpliendo años se redistribuye su grasa, y va ganando ocasionalmente algún kilo de
más, puede pensar que su compañero ya no la encuentra atractiva o, lo que es peor,
sexualmente deseable. Concentrarse en la belleza física, juvenil, pasajera, puede
interferir de forma definitiva con su forma de disfrutar su relación sexual.
Las parejas mayores se enfrentan habitualmente a las mismas tensiones diarias
que afectan a las personas de cualquier edad; ocasionalmente más, si cabe, en la medida
en que con los años se va incrementando también la responsabilidad y la dependencia
que otras personas, negocios o actividades tienen respecto de uno. Pueden además, tener
las preocupaciones adicionales relacionadas con su edad, con sus enfermedades, con la
jubilación e incluso con otros tipos de cambios que van a modificar su estilo de vida en
común; estas preocupaciones pueden causar de forma sobreañadida dificultades
sexuales. Hable abiertamente con su pareja, consulte relajadamente con su
ginecólogo, solicite consejo, no se aísle, el sexo no tiene edad. Con frecuencia, los
profesionales de la ginecología y de la salud en general pueden ayudarle también a
modular este tipo de presión que dificulta su actividad sexual.
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Sea como fuere, no se culpe en cualquier caso de las mínimas dificultades
sexuales que puedan tener usted y su pareja. Si sus emociones están encontradas y
caminan por senderos comunes, si su comunicación es la adecuada, la sexualidad
puede variar pero no se verá entorpecida por el envejecimiento. Si en la pareja el
hombre tiene problemas de impotencia o la mujer puede estar menos interesada en el
sexo a partir de un determinado número de años, ni él ni ella deben suponer que su
respectiva pareja ya no tiene atractivo sexual; puede haber muchas causas físicas de sus
problemas y, casi todas ellas, ser solucionables.
En este punto, conviene recordar por ejemplo, que algunos estudios científicos
catalogan a los varones seniles en dos grandes grupos: los que mantienen la ilusión
por vivir, los que tienen pulsión libidinal, los que mantienen deseo sexual con la
frecuencia que les permiten sus escasas erecciones a partir de la 7ª, 8ª ó incluso 9ª
década de la vida y todos aquellos que por unas circunstancias o por otras dejaron de
tener relaciones sexuales a partir a de los 50 ó 60 años por viudedad, separación o por
un problema sexual relacionado con el envejecimiento. Los primeros siguen
manteniendo relaciones sexuales con sus parejas con la frecuencia que sus erecciones
les permiten. Los segundos serán impotentes de por vida. No lo olvide, el sexo es algo
para lo que estamos entrenados y el entrenamiento no se relaciona con la edad, se
relaciona con la intensidad. La actividad sexual es una forma de relacionarse también
entre los mayores. No existe la jubilación sexual.
TRATAMIENTO
A.- Planteamiento general de actividad:
Existen muy diferentes cosas que usted puede hacer por sí mismo para mantener
una vida sexual activa por encima de los 50 ó 60 años; recuerde que el sexo no tiene por
qué implicar necesariamente el coito, el acto sexual tradicionalmente concebido; haga
de su pareja la prioridad fundamental. Póngale atención a sus necesidades, a sus
deseos, a sus confidencias, a sus cuitas… Tómese el tiempo necesario para entender los
cambios que ambos están experimentando: ambos envejecen; ambos pierden elasticidad
en sus pieles; ambos tienen que sufrir la ley de la gravedad.
Ensayen diferentes posiciones, nuevos horarios, encuentros diferentes por la
mañana que posiblemente, después del sueño, sea el momento del día en el que los dos
tienen más energía… No se afanen porque puede ser que usted o su pareja necesiten
dedicarle más tiempo a tocarse para lograr excitarse totalmente en conseguir una rápida
erección; a veces el tiempo es una bonita forma de enfrentar una sexualidad que va
cambiando con el paso de los años. Recuerde que la masturbación en solitario o
compartida, es una actividad sexual que puede ser perfectamente satisfactoria para
algunas personas de edad, especialmente mujeres y hombres solteros o viudos o
divorciados o cuyas parejas están lejos o están enfermas…
Algunas personas de estas edades, especialmente mujeres, pueden tener
problemas para encontrar incluso una pareja con quien puedan compartir cualquier clase
de intimidad; las mujeres en general viven más tiempo que los hombres y
particularmente eso es una realidad en nuestro país que alberga en este momento la
esperanza de vida media más longeva de toda la Europa Occidental; sobremanera ésto
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es así entre las mujeres del País Vasco donde la esperanza de vida al nacer se cifra en
alrededor de 84,3 años para las mujeres que nacen mientras usted lee este artículo. En el
año 2.000 el número de mujeres mayores de 65 años superó ampliamente al de los
hombres mayores en una relación de 100 a 70. Ésto no son opiniones, son hechos
estadísticamente incontrovertibles. Realizar actividades que otras personas mayores
disfrutan o asistir a lugares donde se reúnen otras personas mayores también son formas
de relación y de conocimiento de nuevas personalidades.
Algunas ideas novedosas pueden incluir pasear por centros comerciales, asistir
a centros para la Tercera Edad, matricularse en la Universidad de la Tercera Edad,
tomar clases para adultos en una escuela relacionada con su Comunidad, participar en
paseos de un día patrocinados por su ciudad o por el Departamento de Ocio de su
Provincia o Comunidad Autónoma. Manténgase activo. Manténgase activa.
Manténganse activos en común. La sexualidad formará parte de esa actividad.
B.- Ayuda de profesionales-fármacos específicos:
Si usted parece tener un problema que le está afectando su vida sexual no deje de
hablar con su ginecólogo o con su médico de cabecera, comente con aquél de los
especialistas que inició el tratamiento que usted cree le está perjudicando en el momento
actual. Cualquiera de estos profesionales de la salud puede sugerirle una diferente
dosificación, modificar la posología o incluso sustituir el medicamento problemático
por otro que tenga menos dificultades a la hora de la actividad sexual. Por ejemplo, la
dificultad sexual más frecuente en las mujeres mayores es la dispareunia, el dolor
relacionado con el coito normalmente ocasionado por una deficiente lubrificación
vaginal durante la actividad sexual y por una estrechez continuada y creciente de la
vagina. Es muy sencillo revertir esta sintomatología con una adecuada estrogenización
local que, se ha demostrado ampliamente, no tiene ningún efecto secundario a nivel
sistémico en la medida en que los estrógenos actúan localmente sin prácticamente
repercusión general en otros lugares del organismo. Además, existen multitud de
lubrificantes de muy diferente composición que pueden ayudar también en el momento
clave de iniciar la penetración.
Si el problema está causado por la impotencia en el caso del varón, con
frecuencia puede manejarse y en muchísimos casos, revertirse completamente. En este
momento, disponemos en el mercado nacional producto de innumerables
investigaciones, suficiente número de fármacos incluso con diferentes mecanismos de
acción como para que la impotencia masculina asociada al envejecimiento, a la
patología vascular degenerativa, sea un problema menor perfectamente solucionable en
el día a día. Básicamente estamos hablando de los derivados del fármaco que inició la
nueva era de la impotencia en el siglo XXI: Sildenafil (comercializado en nuestro país
con el nombre de Viagra®) y fundamentalmente algunos derivados más activos que
aquél como el Tadalafilo (comercializado con el nombre de Cialis®). Bien es verdad
que ninguno de estos dos fármacos debe ser administrado a ningún hombre que tome
medicamentos que contengan nitritos como por ejemplo la Nitroglicerina para el
tratamiento de los espasmos coronarios, la angina de pecho o la época posterior al
infarto agudo de miocardio. En estos casos, aunque puede no estar contraindicado el
tratamiento de manera absoluta, es absolutamente imprescindible consultar con el
cardiólogo de referencia antes de iniciar un tratamiento médico para la impotencia con
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estos fármacos. De hecho, estas píldoras pueden tener muchos efectos colaterales en
este tipo de pacientes. Sin embargo, considerando que la tasa de impotencia por encima
de los 50 años no es nada despreciable y que sin embargo la cardiopatía no es universal
a partir de esta edad, todo un enorme abanico de posibilidades se abre para el varón
impotente al comienzo de las últimas décadas de su vida.
Existen no obstante lo anterior otros tratamientos para la impotencia que
incluyen los antiguos dispositivos de vacío, la autoinyección en los cuerpos cavernosos
de determinadas drogas (sea la Papaverina o derivados de las Prostaglandinas E, e
incluso en versión quirúrgica más avanzada y complicada los implantes de pene. Se
trata de prótesis de muy diferentes tipos y con diferentes mecanismos de actuación que
son insertados de manera definitiva por el urólogo en quirófano, para sustituir la
deteriorada maquinaria de los cuerpos cavernosos del pene del varón afecto de
impotencia.
C.- Abordaje integral del problema:
Por lo tanto es mucho lo que usted puede hacer para continuar con una vida
sexual activa; seguramente lo fundamental es considerar que nuestra sexualidad no
radica en los órganos genitales sino fundamentalmente en nuestra imaginación.
Recuerde lo que se decía más arriba: el deseo se fabrica; el sexo....para el que lo trabaja.
Continúe con un estilo de vida saludable; haga ejercicio físico regular,
mantenga una buena alimentación; beba suficiente cantidad de líquidos como agua o
zumos de fruta natural; no fume en ninguna circunstancia; evite el abuso de alcohol. Si
además procura usted reducir el stress a lo largo de su vida y visita regularmente a su
médico o a su ginecólogo probablemente es que tenga ya una visión positiva de la vida.
Recuerde, como en anteriores ocasiones, que una vez conseguido haberle dado años a
la vida se trata, entre todos, de darle vida a esos años.
¿DÓNDE SABER MÁS?
Seguramente el presente artículo se le ha quedado corto en el nivel de
información que usted buscaba. Es nuestra intención tan solo abrir un muy amplio
abanico de posibilidades para iniciar la curiosidad y el conocimiento sobre los temas de
la sexualidad en edades superiores a los 50 años. A continuación le sugerimos algunas
direcciones de Internet en las que puede obtener más información:
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Http://www.cancer.org
http://www.impotenceworld.org
http://www.nih.gov/nia
Http://www.levitra-es.com
Http://www.cialis.con/index.jsp
Http://www.36horas.com
http://www.afud.org
Http://www.nibpk.nih.gov
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