Comentario al 11-M: la concesión de nacionalidad española por carta de naturaleza De: Rodrigo Lacueva Bertolacci Fecha: Abril 2004 Origen: Noticias Jurídicas 1. Introducción El Gobierno en funciones de España ante el desgraciado suceso acaecido el pasado 11 de marzo en la Comunidad de Madrid estimó conveniente conceder la nacionalidad española por carta de naturaleza a sus víctimas y familiares. Con tal fin procedió a publicar en el Boletín Oficial del Estado (BOE nº 70, de 22 de marzo de 2004) un Real Decreto 453/2004, de 18 de marzo, estableciendo los requisitos que deben cumplirse para beneficiarse con dicha medida. Se argumenta que "la gravedad de los atentados cometidos, la necesidad de ayuda a las víctimas extranjeras, así como el deseo de facilitar su arraigo, lleva a considerar (...)" la concurrencia de circunstancias excepcionales para conceder la nacionalidad española. 2. Beneficiarios La adquisición de nacionalidad española por carta de naturaleza viene establecida en el art. 21.1 del Código Civil (en adelante, CC). Cómo principales notas características de esta modalidad, el legislador reseña que constituye una "discrecionalidad" otorgada mediante Real Decreto, cuando en el interesado concurran "circunstancias excepcionales". Tanto la magnitud de damnificados por al atentado cometido, así como la variedad de nacionalidades y países que han perdido a sus seres queridos o han visto disminuidas, temporal o definitivamente, sus facultades físicas o psíquicas, justifica sobremanera dicha calificación como excepcional. El art. 1 determina como legitimados activos para iniciar el proceso de nacionalidad a quiénes tengan consideración de víctimas del atentado del 11-M. Dicho precepto determina quiénes tendrán dicha consideración. Así, establece que los serán tanto los heridos como el cónyuge, descendientes y ascendientes en primer grado de consanguinidad de los fallecidos. De la mera lectura cabe observar, pues, la distinción que establece el legislador a las víctimas en razón o no de su supervivencia. Aquellos sujetos que se encontraron en los fatídicos lugares en el momento del desastre y que han sobrevivido a la tragedia deben haber padecido algún tipo de lesión, bien física o psíquica, puesto que, del tenor literal del precepto, expresamente se hace la consideración que estén "heridos" o de lo contrario, pese a haber padecido el siniestro, no podrán beneficiarse de la concesión de nacionalidad por carta de naturaleza. Serán estos "heridos" (físicos y/o psíquicos) quiénes podrán obtener dicho beneficio; no sus cónyuges, ni ascendientes, ni descendientes. En cuanto a los fallecidos, sí podrán interesarlo estos últimos siempre y cuando se encuentren en primer grado de consanguinidad. El problema se plantea en el término "cónyuge". ¿Dicha expresión cabe entender que deja fuera del ámbito de legitimación a quiénes sin estar casados convivieran con afecto análogo al conyugal con el/la difunto/a? Una interpretación literal así lo aconseja. No obstante, cabe entender -siguiendo la línea interpretativa de los tribunales de justicia en materia de familia- que sí tendrían cabida las parejas de hecho, siempre y cuando acreditaran la convivencia en tal calidad. Una denegación de la solicitud interesada por la pareja de hecho del difunto emitida por el Ministerio de Justicia, denegando la legitimación activa, abriría la puerta de un interesante litigio judicial que, sin duda, inclinaría la balanza en aras al principio de igualdad ex art. 14 de la Constitución Española a favor de la pareja de hecho. 3. Plazo Dispone el art. 2 que "los interesados podrán hacer la solicitud (...) dentro de los seis meses siguientes a la fecha en que se ha producido el atentado"; por lo que el 11 de septiembre de 2004 será el último día que éstos tendrán para presentar la correspondiente petición, ya que de hacerlo con posterioridad no sería de aplicación el Real Decreto analizado. 4. Procedimiento Una vez determinados los sujetos activamente legitimados para interesar la adquisición de nacionalidad española por carta de naturaleza en base a los asesinatos del 11-M, éstos deberán formular la correspondiente petición conforme determina el art. 220 del Reglamento del Registro Civil (en adelante, RRC) en relación con el art. 348 de la Ley de Registro Civil (en adelante, LRC) al guardar silencio el Real Decreto de cuál debe ser su contenido. El art. 220 RRC establece que "(...) se indicará especialmente: 1. Menciones de identidad, lugar y fecha de nacimiento del solicitante, si tiene la capacidad exigida al efecto por la Ley española, y nacionalidad actual y anteriores de él y de sus padres. 2. Su estado civil; menciones de identidad y lugar y fecha de nacimiento del cónyuge y de los hijos sujetos a la patria potestad. Si hubiere contraído ulteriores nupcias se hará referencia a los matrimonios anteriores. 3. Si está procesado o tiene antecedentes penales. Si ha cumplido el servicio militar o prestación equivalente, exigidos por las leyes de su país, o situación al respecto. 4. La residencia en territorio español, con precisión de fechas y lugares y las circunstancias excepcionales que invoca para la obtención de la carta o de la habilitación. 5. Las circunstancias que reducen el tiempo exigido; si habla castellano u otra lengua española; cualquier circunstancia de adaptación a la cultura y estilo de vida españoles, como estudios, actividades benéficas o sociales, y las demás que estime conveniente. 6. Si se propone residir permanentemente en España y medios de vida con que cuenta. 7. En su caso, el compromiso de renunciar a la nacionalidad anterior y de prestar juramento o promesa de fidelidad al Rey y de obediencia a laConstitución y a las Leyes." La circunstancia núm. 5 del citado precepto reglamentario, como puede observarse, carece de sentido puesto que la concesión de nacionalidad no es por tiempo de residencia (legal, continuada e inmediatamente anterior a la petición, ex art. 22.3 CC), sino por su consideración de víctima del atentado, con independencia del tiempo de residencia en España, así cómo la calificación que ésta ostente, legal o ilegal. Además, como documental anexa a dicha solicitud, ex art. 221 RRC deberá aportar certificado de nacimiento (acreditativo de su existencia e identidad), de estado civil, los antecedentes penales (expedidos tanto por el Ministerio de Justicia como por el órgano competente en su país de origen, traducido y legalizado) y el certificado de empadronamiento expedido por el Ayuntamiento de su domicilio. En caso que fuera cónyuge del fallecido será necesario, además, aportar certificado de matrimonio expedido bien por el país donde contrajeron matrimonio, bien -si fue en España-por el Registro civil del lugar dónde el enlace tuvo lugar y, cómo no, el correspondiente certificado de defunción del fallecido en el brutal atentado. En cuanto a los parientes (ascendientes y descendientes) también deben acreditar dicha circunstancia, ex art. 3.1 in fine RD 453/2004, en el momento de la solicitud. Bastará el libro de familia o certificado de nacimiento del difunto, caso de ascendientes; o, en su caso, certificado de nacimiento del solicitante, caso de descendientes. Tal documentación, amén de la acreditativa como medio de prueba en el caso de los "heridos" de dicha circunstancia, junto con la solicitud, debe presentarse, bien: a.En el Registro Civil de su domicilio; b.En el Ministerio de Justicia; o, c.En los registros civiles consulares: este caso, obviamente, está pensado para el supuesto que la "víctima" sea el cónyuge, ascendiente o descendiente del fallecido en los atentados y que la misma esté residiendo fuera del territorio nacional, en su país de origen o bien en otro lugar. En este supuesto será el Consulado de España en el país que fuere el competente para la tramitación del proceso de nacionalidad. Si no se acreditan todos estos extremos en el momento de la solicitud, la misma será desestimada. La carga de la prueba, pues, radica única y exclusivamente en el actor del proceso, quién debe acreditar todos y cada uno de las circunstancias concurrentes en aras a obtener la nacionalidad por carta de naturaleza. Y, como siempre, "hecha la ley, hecha la trampa". Ya se escuchan ecos que individuos en situación administrativa irregular en España formulan la petición de nacionalidad en base a esta concesión gubernamental. Sujetos que no sufrieron el atentado en sus propias carnes, pero que disponiendo de algún certificado de atención médica ese día por el padecimiento de alguna lesión, puede convertirse en "llave" de su obtención. La picaresca, pues, está servida. No obstante, la Dirección General de los Registros y del Notariado tiene la facultad de recabar aquellos informes que estime oportuno, previa a su calificación, en virtud de lo establecido en el art. 3.2 RD 453/2004, por lo que ésta habrá de "hilar fino". Aún y todo, entiendo, la generosidad debe ser nota característica al resolver las peticiones. Una vez estimada, la resolución servirá de título bastante para la inscripción en el Registro Civil Central de Madrid, una vez se jure o prometa a la Constitución y al Rey fidelidad y se renuncie a la nacionalidad ostentada con anterioridad, con la excepción descrita en el art. 24.1 CC, tal como determina el art. 3.2 in fine RD 453/2004 en relación con el 23 CC. 5. Conclusión Estamos ante una desgracia que puede servir de modelo en cómo el ordenamiento jurídico debe servir de instrumento de solución de los problemas que adolecen en nuestra sociedad. Los fallecidos en los atentados, de hasta 12 nacionalidades, han sido parte importante de sufrimiento. La respuesta del Gobierno en funciones ha sido rápida y generosa, sin que en la redacción del Real Decreto se observen defectos de redacción importantes y sí un espíritu de protección y acogimiento que debe servir de ejemplo a los países de nuestro entorno. Rodrigo Lacueva Bertolacci. Gestor procesal y administrativo.