LA TIERRA Y LOS GRUPOS Sección a cargo de Emiliano Mazzeo * En éste Número con la participación de Gustavo Tibaldi desde el Amazonas peruano En este, nuestro habitual espacio dedicado a los Grupos teatrales del Conurbano Bonaerense, hemos inclinado la balanza en esta entrega hacia el lado de la Tierra. Dado que en primer lugar está la Tierra y luego los Grupos, hemos querido ofrecer una experiencia terrena sobre los orígenes de la ficción dramática. Para esto es necesario remontarnos a los orígenes del Hombre y su vinculación con los Poderes del Más Allá, los que estaban representados para aquellos hombres, en la tierra misma, una tierra que continúa ofreciendo las mismas dotes; para hacer uso de ellas, es necesario realizar un ritual, toda una puesta en escena para que los eternos Seres de Intramundo, se hagan presente ante los mortales. Intentemos en primer lugar hacer una breve referencia a algunos tópicos propios de lo que algunos aventuran en llamar Teatro Primitivo pero que tal vez sería más apropiado señalar como "representaciones mágicas" o quizás habría que tomarse el trabajo de deslindar los elementos teatrales de los rituales primitivos. El mito es aquello que relatan los ancianos, transmitido a ellos a su vez por sus ancestros, que a su vez les fue contado por los Dioses. Este relato mítico que no posee una ubicación temporal y espacial, permite explicar, tanto a los hombres primitivos como a los contemporáneos, el origen de cada cosa que sucede o que existe en la tierra; así hemos podido encontrar explicación a aquello que no alcanzamos a comprender. El rito es la actualización del mito, es decir, es la ubicación temporal y espacial de ese relato mítico, en un tiempo y un espacio determinado que es el de la celebración del rito y consiste en repetir-reproducir, mimeticamente, el relato mítico, en una celebración mágica, para así propiciar que aquello que es relato, suceda nuevamente, en acto. Es así que, ante la inminencia de una cacería, los hombres se reunían, en un espacio ceremonial y representaban, en el rito, con danzas mímicas y cantos, y oraciones elevadas a los ancestros y dioses aquella primera cacería, mítica, realizada por algún Dios de la caza, para que esta pueda suceder, repetirse, desde un tiempo y un espacio mítico, en un tiempo y un espacio real (actualización) y de este modo anticipar lo que se desea en la cacería real. De aquí que se considera al rito como el origen del arte de la representación, con sólo una pequeña y fundamental diferencia: para los participantes de un ritual, aquello que sucede, aquella actualización, no sólo lo es del mito, sino de los dioses que intervenían, es decir, los dioses se hacían presentes en el ritual, aquel que portaba la máscara del dios, el chamán o el brujo de la tribu, no era un hombre que hacía del dios, sino que, en ese momento, él era el dios y los que lo presenciaban, no eran espectadores sino partícipes del relato que acontecía, que ya era acción y no palabra; el elemento que hace a esa diferencia fundamental es la ficción, en una representación, el actor que interpreta un papel sabe que él no es sino que hace de, del mismo modo que lo saben los espectadores, esa convención hace a la ficción, no se trata de una mentira, puesto que no hay engaño, el actor no está mintiendo ya que todos 1 conocen de antemano que interpretará a un otro, hay un acuerdo implícito y tácito que se establece cuando se ingresa a una sala teatral. No todo se ha perdido con la Modernidad y con aquello todavía indefinido que algunos llaman Posmodernidad, aún la tierra posee mitos en sus entrañas, que se actualizan en rituales donde el chamán, como primer actor, es el dios sobre la tierra, que aleja, con sus poderes, al mal. Decimos esto porque la mayoría de los ritos que podíamos encontrar hoy están relacionados con las curaciones o sanaciones de males, el bien y el mal son poderes, que pugnan en batalla en el cuerpo del enfermo. El mago, el brujo, actualiza esa batalla primigenia, mitológica, en el ritual, para alejar al mal hacia los confines del Universo o hacerlo regresar a las profundidades de la Tierra. Un ejemplo, actual, hemos encontrado, donde la Tierra nos enseña, el origen de nuestro arte, en la región central de América del Sur, que va desde el Amazonas al Orinoco, se practican aún curaciones mágicas donde el mago de la tribu invoca a sus dioses en la lucha contra la enfermedad. Estuvimos allí, y traemos esta experiencia (teatral) de la Tierra. AYAHUASCA (del Amazonas al Orinoco) Mito y rito, amanecer del arte teatral Nos encontramos: “… En la Amazonía peruana, anochecer sin luna, un joven agobiado por alguna dolencia, se encuentra en un claro de la espesa selva, con el maestro espiritual de la selva, el chamán, viejo nativo, con facultades extraordinarias, que tras beber un trago de purga de Ayahuasca, una planta sagrada de la zona, implora al gran espíritu, la protección espiritual para él y los participantes en la sesión, y comienza a entonar los “ICAROS”, cantos de los espíritus (llamados Gemios), de la planta sagrada (Tótem) y que tienen toda la fuerza y el conocimiento de éstos, y llegan al chamán, para, de esta manera logra la Visión, y poder determinar donde está el mal , su causa, su origen, y de este modo sanar al joven. Enciende un gran cigarro de tabaco, y comienza a sisear y danzar en rededor del mismo, convocando a otros espíritus auxiliares, que pueden ser su maestro (su maestro ancestral), o espíritus de otras plantas y poder surcar el origen del mal. Una vez detectado éste, el canto se torna distinto, como poseído, un canto personal (cuando su persona es otro, un Dios), que le sirve, al chamán, para ver y trabajar sobre el enfermo. Una vez descubierto el mal, un nuevo canto, de poder, con el que cura, limpia, desata, armoniza al joven, que también cargará al cigarro de tabaco con esta energía y quedará así ICARADO (cargado de bendiciones) para luego esparcir el humo sobre las partes del cuerpo del joven donde el chamán lo considere más adecuado” Esta descripción de un ritual, hoy podría ser leída como una didascalia de una obra de teatro, o el argumento de la misma, pero en realidad, no estamos en el mundo de la ficción sino en el mágico. El rito, génesis del teatro: un grupo de personas que se reúnen en un espacio sagrado para celebrar un acontecimiento, actualizar lo que realizaron los ancestros, participar en comunión de un momento mágico, donde todo lo que sucede es real, y puede sentirse, aún más allá de nuestros cinco sentidos. 2 Podríamos hallar algunos elementos comunes entre el rito y el teatro, vestigios de una época remota que dejan ver aún que nuestro teatro moderno es un resabio de un lenguaje sagrado, una forma de comunicarse con el mundo espiritual. En el teatro no podríamos adjudicarnos la Verdad sobre lo que sucede en la escena, sí sería válido hablar de verosimilitud: una apariencia de verdad. El actor realiza un acto de Fé al creer en la realidad escénica, aquí la cercanía al ritual, creen en lo que esta sucediendo dentro del mundo de la ficción; esa Fé, es la que se transmite al público para hacerlos participes activos, en esta Común Unión que es la convención escénica, generando un “Estado de Ceremonia”, lo cual nos aleja de la posibilidad de lograr una sanación pero sí, quizás aún hoy, un espectador pueda, a través de esta catarsis, expurgar sus males y alivianar el peso de su alma. * Actor y profesor de teatro. Integrante de la revista Meyerhold. 3