FUERZA AÉREA URUGUAYA

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CIEN AÑOS DEL
PRIMER VUELO SOLO
DE BERISSO
FUERZA AÉREA URUGUAYA
COMANDO GENERAL DE LA FUERZA AÉREA - DIRECCIÓN DE RELACIONES PÚBLICAS
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19 de junio de 2013
CELEBRACIÓN DE LOS CIEN AÑOS DEL PRIMER VUELO
SOLO DEL ALFÉREZ BERISSO
Dentro del marco de la celebración de los cien años del nacimiento de la
aeronáutica militar en nuestro país, la Fuerza Aérea Uruguaya informa que el próximo
sábado 22 de junio a las 11:30 horas, se realizará en la Rambla O’Higgins y Rimac (Playa
Malvín), la “Ceremonia de conmemoración de los 100 años del primer vuelo solo del
Alférez Cesáreo L. Berisso”.
La Dirección de Relaciones Públicas de la Fuerza Aérea Uruguaya, tiene el
agrado de invitar a ese prestigioso medio de comunicación, a acompañarnos en esta
fecha de tan hondo significado para nuestra Institución.
DESARROLLO DEL ACTO
-
Recepción de autoridades.
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Ejecución del Himno Nacional.
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Lectura de la Orden del Comando General.
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Palabras alusivas al hecho conmemorado.
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Descubrimiento de la placa conmemorativa.
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Sobrevuelo de aeronaves.
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Finalización del acto.
RESEÑA HISTÓRICA
El 17 de Marzo de 1913, por Orden General del Estado Mayor del Ejército, emanada del
entonces Ministerio de Guerra y Marina, se creaba la Escuela de Aviación Militar, en un
potrero de la Estancia Santo Domingo en la localidad de “Los Cerrillos” (Departamento de
Canelones), contratándose al aviador francés Marcel Paillette como su piloto instructor.
En ese entonces, diez intrépidos jóvenes Oficiales del Ejército se dieron cita en la
mencionada estancia convocados por la referida Orden, con el fin de “aprender a
volar”…ellos eran el Capitán José San Martín, el Teniente Primero Ramón Arambillete, los
Tenientes Primeros graduados Gregorio Alvarez Lezama, Pedro Mazzoni y Juan Manuel
Boiso Lanza, los Tenientes Segundos Braulio Duarte y Juan Bértiz, los Alféreces Enrique
Prado y Césareo Berisso y el Alférez graduado Santiago Guido.
La Escuela comenzó a funcionar inmediatamente, luego de que sus alumnos recibieran su
bautismo de vuelo.
Con el sueño de convertirse en los aviadores de nuestra Patria, comenzaron el curso de
adaptación y entrenamiento en un enorme y primitivo aparato biplano tipo “Farman”, con
un gran velamen de 50 metros cuadrados de superficie, fabricado en madera, tela y
alambres, de maniobrabilidad muy precaria y lenta, por lo que la turbulencia y los vientos
fuertes hacían de cada vuelo, un verdadero desafío. Este aeroplano había recibido el
pomposo denominativo de “El Águila”, pintado en su timón de profundidad, que para
confundirnos más, iba adelante.
Era la aventura misma, rodeada por ese halo místico de la pasión por el vuelo, que quién
sabe adónde los transportaba cada vez que les tocaba subir en aquel desmesurado
pájaro, sin siquiera un modesto parabrisas.
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Apenas iniciados los cursos, una serie de inconvenientes fueron retrasando los mismos;
primero un temporal de varios días hizo imposible las salidas; luego, durante una hora de
instrucción, un aterrizaje forzoso daña el motor del Farman; y finalmente, durante un
carreteo de entrenamiento sorpresivamente el biplano decola, embistiendo una máquina
de cortar pasto, quedando el aparato destrozado.
Ante esta eventualidad, Paillette viaja a Montevideo y mediante una entrevista con el
Ministro de Guerra y Marina, General Bernassa y Jerez, lo convence para que el Estado
adquiriese dos aparatos para la instrucción.
A partir de ese momento, la Escuela tendría dos aviones para la instrucción de los
alumnos: un “Farman” y un “Blériot”.
Las jornadas de instrucción se tornaron más favorables, quedando prontos para su “vuelo
solo” siete de los nueve alumnos que aún continuaban en la carrera por sus
alas..…….pero los días fueron pasando y el contrato con el instructor de vuelo Marcel
Paillette expiraba, siendo el 19 de junio su último vuelo en el avión “Blériot” y el último
vuelo oficial para la Escuela…………..
Al no llegarse a un entendimiento entre el Ministerio de Guerra y Marina y el aviador
francés, los días de nuestra Aviación estaban contados……….
Pero en dos de los jóvenes Oficiales, en los cuales el ansia de volar y su vocación por el
vuelo estaba bien arraigados, esta decisión provocó un sentimiento de frustración que los
llevó a idear un gesto que conmocionara a la opinión pública y al gobierno: volar sin
autorización en los dos aviones de la Escuela sobre Montevideo, aterrizando en el
Regimiento de Caballería Nº1, lugar donde los esperarían sus compañeros, con el fin
de llevarlos ante el Ministro de Guerra y Marina para explicarle su disconformidad y
actitud.
Así, el día 22 de junio de 1913, en horas de una fría madrugada, Boiso Lanza y Berisso
mandaron sacar los aviones del hangar; primero el “Farman”, al que subió Berisso, dando
inmediatamente la orden de puesta en marcha, mientras que Boiso Lanza hacía lo mismo
en el “Blériot”, pero sin conseguir que éste arrancara.
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De esta manera, Berisso despegaba con las primeras luces del alba, …..solo. Por
primera vez un compatriota realizaba un vuelo sin instructor.
Sobrevuela primero “Los Cerrillos” y de ahí se dirige a la bahía de Montevideo, donde una
niebla opaca le obliga a ascender. Allí los primeros destellos del alba y la casi una hora de
vuelo, le hacen suponer que ya se encontraba sobre la ciudad de Montevideo.
Un claro entre las nubes le permite localizar un grupo de casas, sobre lo que logra
distinguir como la Facultad de Agronomía de Sayago, por lo que comienza un viraje, ya
que su objetivo era aterrizar en la zona de Carrasco. De pronto, con la certeza de que se
encontraba sobre el mar, desciende virando dentro de la niebla, pero la aeronave se
rasga…………..hacia un lado, el mar………y hacia el otro, la costa!!.
El aparato debía ser llevado a tierra de manera inminente; y en forma exitosa, luego de
una hora y cuarenta y cinco minutos de vuelo, lo consigue……..y el “Farman” aterriza en la
hoy conocida Playa Malvín.
Este gesto de rebeldía, que tenía como fin impresionar a la opinión pública y a las
autoridades, deseando evidenciar lo avanzado del adiestramiento, terminó marcando un
hecho histórico, que se transformaría en un hito fundamental de la historia de nuestra
Aviación Militar, demostrando con valentía que la corta vida de aquella Escuela de
Aviación Militar de “Los Cerrillos” no había sido en vano, sino el primer escalón de una
Aviación naciente para nuestro país.
Es por esta razón, que al conmemorarse cien años de aquel acto de audacia, intrepidez,
pasión por el vuelo y sueños en los que el único límite era el cielo, sentimos que el espíritu
aeronáutico de esos grandes pioneros se apodera de todos nosotros, quienes hemos
elegido esta noble profesión, por lo que, a partir del presente año, celebraremos cada 22
de junio como el “Día del Espíritu de Vuelo”, reconociendo en el mismo, la labor de
pilotos y profesionales, que desde sus distintas áreas han seguido el camino marcado por
quienes iniciaran nuestra Aviación
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EL DIRECTOR DE RELACIONES PÚBLICAS
CNEL. (AV.)
ALVARO LOUREIRO
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