“HA NACIDO UN SALVADOR” “Natividad del Señor” CICLO A - Misa de Nochebuena – -2, l En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. -v.2 Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. -v.3 Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. -v.4 José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David. -v.5 para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. -v.6 Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; -v.7 y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. -v.8 En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. -v.9 De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, -v.10 pero el ángel les dijo: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: -v.11 Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un salvador, que es el Mesías, el Señor. -v.12 Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. -v.13 Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: -v.14 “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!”. Lc 2, 1-14 Introducción: Cumplido el ciclo preparatorio del Adviento, la Iglesia celebra hoy la fiesta de la Natividad del Señor. El texto evangélico que se proclama en la misa de la noche de Navidad, tiene las siguientes partes: 1) La presentación del emperador Augusto como instrumento de Dios haciendo posible que Jesús nazca en la ciudad de Belén como lo habían anunciado los profetas. 2) La sobria descripción del nacimiento de Jesús en la humildad y sencillez de un establo de Belén. 3) La aparición del Ángel del Señor a los pastores, anunciando la Buena Noticia de que en Belén había nacido un Salvador. 4) La alabanza final por el nacimiento de Jesús que une al mundo de Dios y al de los hombres. Aportes para la Lectura: -v.1 Lucas comienza su relato sobre el nacimiento de Jesús haciendo mención a la aparición de un decreto ordenado por el emperador Augusto para que se realizara un censo en todos los países que componían el imperio romano. Augusto gobernó entre los años 27 a.C. y el 14 d.C., siendo un administrador muy capaz, que incrementó los ingresos fiscales e impulsó un período de paz y prosperidad en todo el imperio (la llamada “pax augusta”). En la antigüedad se solían realizar los censos para conocer la cantidad de hombres con los que se podía disponer en caso de un conflicto bélico y además para controlar los bienes con los que se contaba para establecer los impuestos. -v.2 El autor del evangelio hace alusión que el censo se efectuó cuando el procurador Quirino era gobernador de Siria. Dato bastante discutible, pues según datos históricos, Quirino fue nombrado para ese cargo bastante más tarde, unos diez o doce años después de que había tenido lugar el censo. Pero se debe tener en cuenta que San Lucas escribió su Evangelio casi ochenta años después del nacimiento de Jesús y por lo tanto puede haber incurrido en un error de información. En realidad en el año que se habría realizado el censo, la Siria estaba gobernada por el gobernador Cirenio. -v.3 Según el derecho romano, el empadronamiento se debía hacer en el lugar de procedencia de cada familia. -v.4 José, que pertenecía a la familia de David (Lc 3, 23. 31-32) emprendió el camino hacia Belén para cumplir con el edicto romano. En el Antiguo Testamento, la ciudad de Belén, cuyo significado deriva del hebreo “Bet Lehm”, que quiere decir “casa del pan”, está estrechamente relacionada con David. Allí nació y fue elegido rey de los hebreos. Dios promete a David que le construirá una “casa”, es decir una dinastía, que será eterna (2 Sam 7, 11-13) y que un descendiente suyo se sentaría en su trono (Hch 2, 30). El viaje emprendido, no debió ser nada placentero. La distancia entre Nazaret, en Galilea y Belén, en Judea, es de 128 kms., por el camino más corto, cruzando Samaria, la mayoría de los cuales eran tramos de suelo rocoso y resbaladizo. -v.5 José viajó acompañado por su esposa María que estaba en un avanzado estado de gestación. María, meses antes, ya había transitado prácticamente el mismo camino cuando viajó a Air Karim a visitar a su prima Isabel que se encontraba embarazada (Lc 1, 39) -v.6 Aquí se aprecia la providencia de Dios, ya que nada se dice de las molestias y riesgos del viaje. Lo importante es que María esté en Belén en el momento que se produzca el nacimiento. Así se cumplirá la profecía de Miqueas: “Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel”. -v.7 Lucas menciona brevemente el nacimiento de Jesús. Resalta más las circunstancias que lo rodearon que el nacimiento en sí. En primer lugar menciona a Jesús como hijo “primogénito”, refiriéndose a su posición privilegiada ante Dios. El primogénito (primer hijo) tenía privilegios y deberes especiales (Gn 25, 29-34; Ex 13, 2. 12. 15). Lucas aplica este título a Jesús para expresar su supremacía universal (Rm 8, 29; Col 1,15; Heb 1, 6), aunque no exprese necesariamente la existencia de hermanos menores, como lo aseguran algunas religiones protestantes. El relato continúa haciendo mención que María envolvió al niño en pañales (costumbre familiar de “fajar” a los niños pequeños, que se usó por siglos) y luego lo acostó en un “pesebre” (Is 1, 3), que consistía en una especie de cajón donde se daba de comer a los animales. La mayoría de las Biblias traducen por posada o albergue el vocablo griego “Katályma”, que bíblicamente tiene otro significado y es el de habitación o cuarto de servicio, es decir una parte especial de la casa apartada o reservada. Esta habitación servía de despensa o depósito de herramientas de trabajo y era usada esporádicamente cuando en la casa había una parturienta. Porque en Israel, cuando una mujer daba a luz, quedaba impura por la pérdida de sangre que había sufrido. Y los objetos que ella tocaba, la cama donde reposaba e incluso cualquier objeto donde se hubiera sentado, quedaban igualmente impuros. Y si alguno tocaba a una parturienta o había estado en contacto con algún utensilio usado por ella, caía automáticamente en la impureza (Lv 15, 19-24). Y para los judíos una persona impura quedaba aislada socialmente, no podía acudir al Templo, ni relacionarse con nadie, hasta tanto terminaran los ritos de purificación que además de ser complicados llevaban su tiempo. Cuando Lucas escribió que no había lugar en la “Katályma”, no estaba haciendo referencia a un albergue o posada (Pandojeion – Lc 10, 34), sino a la habitación de servicio de una casa particular que estaba ocupada. -v.8-9 El primer anuncio o manifestación del nacimiento del Mesías no va dirigido a las autoridades religiosas o políticas, sino a unos pastores que acampaban en la región, representantes de los pobres y sencillos, que serán también los primeros en recibir la Palabra de Jesús (Lc 4, 18). A los pastores se les apareció el “Ángel del Señor”. Los ángeles son los mensajeros de Dios. Ellos anuncian sus decisiones al hombre e interpretan los sueños con el enfoque de la verdad divina. El Ángel del Señor encuentra a Agar en el desierto y le anuncia el nacimiento de un hijo (Gn 16, 7-11). También el nacimiento del juez Sansón es comunicado por un ángel (Jue 13, 3). Un ángel se aparece a Gedeón y le comunica que es elegido para liberar al Pueblo (Jue 6, 11-24). Con la aparición del Ángel, la “Gloria del Señor” envolvió a los pastores con su luz. La expresión “Gloria del Señor”, revela la majestad de Dios, su poder, el resplandor de su santidad y el dinamismo de su ser. Dios manifiesta su gloria por sus deslumbrantes intervenciones (Ex 14, 18; 16,17; Is 35, 1-4; 40, 5). La gloria de Dios llena toda la tierra (Nm 14, 21). El resplandor de la luz es el signo visible de la santidad y el poder de Dios (Ez 1, 28) Los pastores que no estaban habituados a esta clase de mensajes, sintieron temor por las escenas majestuosas que rodeaban el anuncio. -v.10 Inmediatamente los pastores escuchan la palabra tranquilizadora: “No teman”. El Ángel les trae una Buena Noticia, un “evangelio”, lo que les debe provocar una gran alegría. -v.11 La Buena Noticia anunciada por el Ángel es que en Belén la ciudad de David ha nacido el “Salvador”, el “Mesías” y “Señor”. Salvador: Es un título de Jesús que se encuentra sólo en este Evangelio. Quiere decir que la obra que Jesús va a realizar tiene como resultado la “salvación”. “Dios quiere la salvación de todos los hombres” (1 Tim 2, 4), por eso envió a su Hijo como salvador del mundo (1 Jn 4, 14). Mesías o Cristo: Quiere decir que Jesús es el “ungido” que se dedica al servicio, la protección y liberación de su pueblo. Como tal es el “esperado”. Pero en aquel tiempo los distintos partidos religiosos lo imaginaban de manera distinta: unos lo esperaban como “rey”, semejante a David; otros como un sacerdote; otros en los dos roles al mismo tiempo. Por eso este título era ambiguo y en el caso de Jesús, solo después de su muerte, se va a clarificar lo que este título significaba exactamente en Él. Señor: El nombre más común de Dios en el Antiguo Testamento, Yahvé, fue traducido al griego como “Kyrios”, que en español significa “Señor”. Por eso llamar a Jesús Señor, como lo hizo el Ángel, es equipararlo con Dios. -v.12 “Encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre”, esta es la “señal” identificatoria dada por el Ángel de que su anuncio del nacimiento del Salvador se va a cumplir. Igual que a Zacarías (Lc 1, 18-20) y a María (Lc 1, 36), también a los pastores se les ofrece una garantía de la Buena Noticia anunciada. -v.13 De pronto, junto al Ángel, se hizo presente una multitud celestial, formada por seres angelicales llamados en las Sagradas Escrituras “ejercito celestial” o “hijos de Dios”, proclamando un himno de alabanza. -v.14 El contenido del himno proclama el significado de este nacimiento, tanto para Dios como para la humanidad. Glorificar a Dios es reconocer públicamente que determinado acontecimiento es el resultado de su obra. Por lo tanto, con la “Gloria” que recibe Dios en este momento por el nacimiento de Jesús, se reconoce cuanto Él se ha empeñado en la salvación del Pueblo. Además, el nacimiento de Jesús trae una era de “paz a los hombres”. Ya Zacarías en su canto profético había anunciado al Mesías como el que conduce a la humanidad por el camino de la paz (Lc 1, 79). A través de Jesús, Dios concede su paz a todos los hombres. Se trata de una paz que se fundamenta en el amor misericordioso por sus criaturas. Aportes para la Meditación: Reunidos en torno a un pesebre y contemplando la imagen del NIÑO JESUS podemos meditar. ¿Qué nos dice el nacimiento de Jesús, hoy? ¿Quién es Jesús para nosotros? ¿Con qué términos podríamos expresarlo mejor? ¿Qué sugerencias nos da este texto para anunciar a Jesús en el mundo de hoy, sobre todo en el ambiente donde vivimos? ¿Qué diríamos? ¿Con quienes comenzaríamos? En el mundo de hoy ¿Hay lugar para Jesús? ¿Cómo y cuando es acogido? ¿Cuándo y de que manera es desplazado? Modelo de Oración: Padre: Abre nuestros ojos para contemplar con serena alegría el misterio de la noche de Belén, y comprender el espectáculo admirable del Dios infinito hecho hombre, del poderoso hecho frágil, del que es inmensamente rico y glorioso hecho pobre y escondido en el pesebre. Contemplación/Compromiso: En el último paso de la Lectura Orante nos parece bueno recomendar que dejemos unos cuantos minutos para contemplar todo lo que el Señor nos ha dicho con su Palabra, lo que le hemos dicho a través de la oración, y comprometernos.