¿Quién soy yo - Ambasciata d`Italia a La Paz

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Ambasciata d’Italia
La Paz
TEXTO DE LA CONFERENCIA DE LA M. DANIELA DOLCI
“entre cortesanas y monjas“
compositoras barrocas
Pequeña introducción
La conferencia de esta noche pretende profundizar un repertorio que hasta el día de
hoy es, en general, poco conocido y de hecho, menos valorizado. Nos referimos a obras
musicales compuestas por mujeres. En algunos casos, extensas investigaciones se
realizaron sobre la obra realizada por esposos, padres y hermanos célebres. Extensas
carreras que continuaron y sostuvieron la línea de trabajo de los mismos, como en lo casos
de Anna Magdalena Bach, Clara Schumann, Fanny Mendellsohn, Alma Mahler y Elsa
Respighi. Sin embargo la valiosa obra de algunas mujeres músicas-compositoras es
desconocida hasta por los apasionados por la música como es el caso de Hildegard von
Bingen, Francesca Caccini, Sulpitia Celsis, Barbara Strozzi, Elisabeth-Claude Jacquet de la
Guerre, Isabella Leonarda, Camilla de Rossi, Anna Bon y muchas más.
Este viaje a través del arte musical de las compositoras se desarrolla en un recorrido
que parte desde el Medioevo hasta nuestros días. Una figura por ejemplo como la de
Hildegard von Bingen, visionaria, mística, santa, escritora, poeta y compositora docta,
amerita una mayor investigación histórica no solamente en el campo musical. Hildegard,
además de tener un cierto peso político en la Europa del siglo doce, participó activamente
en varios aspectos de la cultura de su época, como en la ciencia, la medicina, la
mineralogía, escribiendo importantes tratados sobre teología, ascética, medicina, poética e
historia natural.
La gran herencia espiritual de Hildegard sigue en la música de las monjas hasta el
período barroco.
No solamente la música sacra es parte del todavía inexplorado patrimonio de estas
“compositoras”. A partir del siglo diecisiete se vuelven siempre más numerosas las
mujeres músicas que se dedican a la música profana.
Un capitulo aparte ocupan las compositoras que se dedicaron a escribir obras para
instrumentos de teclado, desde la gran clavecinista Elisabeth-Claude Jacquet de la Guerre,
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compositora oficial del Rey Sol, hasta las pianistas de la época romántica como Fanny
Mendellshon y especialmente Clara Schumann, considerada una de las más grandes
virtuosas del teclado del siglo XIXFinalmente, llegamos a la música del siglo veinte partiendo ya desde figuras como
Elsa Respighi, Alma Mahler, hasta la contemporánea Sofia Gubaidulina y las mujeres
músicas de otros géneros como el Jazz, las bandas sonoras y la música étnica.
Esta noche deseo profundizar los casos mas importantes en este tema, durante el los
siglos XVII y XVIII- , es decir, el periodo conocido como “el barroco”.
Sulpitia Lodovica Cesis, monja del convento Agustiniano de S. Giminiano en Modena,
nació en el 1567. Era hija del conde Annibale Cesis y de su esposa Barbara. A través de un
acto de donación, el conde dio a su hija trescientos escudos de oro como dote cuando tomó
los votos en el convento en 1593. En sus crónicas de Modena, G. B. Spaccini, hace
referencia por lo menos dos veces a Sulpitia Cesis. La primera citación nos lleva a
documentación que data del 1596; específicamente, la descripción de una procesión
religiosa. En este documento él comenta que las monjas tocaban “…todo tipo de
instrumentos musicales: trompetilla, órgano… y también, el laúd, tocado excelentemente
por Sor Sulpizia, hija del ilustrísimo Señor Conde Cesi. Por tanto volviendo a nuestro
relato, realizaron en concierto, un motete compuesto por ella, que fue muy alabado por el
caballero de la trompettilla…”
Spaccini menciona nuevamente a Sor Cesis en un documento que data del año
siguiente con relación a una curiosa anécdota- “…En los días pasados las monjas de S.
Geminiano enviaron un memorial al Papa sobre el siguiente tema. “…teniendo ahora un
capellán, el cual habiendo introducido perros en su Convento, manteniéndolos en su
poder, iba en contra de los cánones y concilios, siguiendo este desorden por mucho
tiempo, una monja, Sor Sulpitia Cesis, dejó morir a dos perros. Habiéndose sabido esto,
Sor Cesis fue disciplinada severísimamente junto con otras seis monjas, contra toda
razón…”
Las monjas de este convento, y en especial Sor Cesis, eran celebres por su música.
Paolo Quagliati (otro compositor contemporáneo) le dedicó la obra intitulada “afectos
amorosos espirituales”. No conocemos la fecha de la muerte de Sor Sulpitia, pero fue
seguramente luego a la publicación de sus motetes de 1619, momento en el cual contaba
con 42 años de edad.
No era raro que las niñas escogieran la vida religiosa para mantener la posibilidad
de desarrollar sus inclinaciones artísticas, las cuales irían en contra de su deber como
mujer. Principalmente nos referimos al matrimonio, disciplina obligada en las mujeres de
siglos pasados. Poetas, pero especialmente mujeres músicas y compositoras se encuentran
a menudo en los conventos del periodo barroco, como artistas autónomas, independientes
y veneradas por sus colegas (ejemplo musical – escuchado en la conferencia).
Camilla de Rossi llamada “la romana”
Una mujer que, a través de las fechas incluidas en cuatro Oratorios y una Pastoral
que en sus frontispicios llevan incluidas datos sobre la publicación, sabemos, llevó una
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vida activa profesional de aproximadamente 10 años y que desarrolló en Viena desde
1700 a 1710. Sabemos también que su música era apreciada por el regente Josef I y que era
ejecutada en la corte vienesa.
Nadie aun logró describir aún como Camilla de Rossi llegó al palacio real de la
capital austriaca. Tampoco la razón por la cual lo abandonó, luego de diez años que dieron
muy apreciados frutos. Esto es también un misterio. En aquellos tiempos la muerte caía
súbitamente sobre las personas, pero hasta ahora no apareció ningún certificado o archivo
de ello como para comprobarlo.
No aparecen sobre ella papeles, documentos, ni siquiera retratos. Dato totalmente
inexplicable ya que todas las cortes de Europa tenían bajo su servicio pintores que
retrataban a la familia real y, desde ya, a su entorno político-cultural. El único indicio que
la sustrae de este vació existencial es la indicación en la portada de sus composiciones.
Después del nombre, la música agregaba siempre la aposición de “Romana” (foto vista
durante la conferencia).
Como ya lo hemos mencionado, a pesar de no conocer detalles sobre la vida de
Camila de Rossi en la corte de Viena, se ha encontrado una gran cantidad de
documentación sobre las vidas y carreras de los intérpretes que se dedicaron a difundir las
obras que ella compuso. Artistas extremadamente famosos, solistas de aquella época y de
hecho, casi todos italianos, con excepción del austriaco Franz Hueffnagl; cantante y
excelente intérprete de la viola da gamba. Entre ellos se encuentra la soprano Cunigonde
Sutterin, el tenor Silvio Garghetti, también parte de la capilla real. Sin embargo el más
famoso era el castrado Salvatore Mellini, que recibía el sueldo más elevado de todos ellos.
Hay un ulterior particular, que podría hacernos suponer una posible historia de
características románticas. En aquel período se encontraba en la corte de Viena, un
virtuoso de tiorba, fecundo y apreciado compositor de gran fama, el florentino Francesco
Bartolomeo Conti.
En cada una de sus cuatro piezas sacras que llamamos “oratorios”-(específicamente,
oratorios de características teatrales) Camilla agregó un “aria” particularmente bella- para
canto, tiorba obligada (término musical que denota que la tiorba es necesaria y compuesta
específicamente para estas arias) y orquesta. En esta situación notamos un especial interés
de la compositora por relacionar su música, su arte y obvio sus sentimientos hacia el
instrumento… y en este caso, hacia el instrumentista de la corteTal vez se trató solo de lo que podríamos atribuir a un “silencio artístico” o como a
veces se describe como una “muerte profesional” (no física), a causa de su supuesto
matrimonio muy posiblemente con el Sr Conti.
Esta situación era extremadamente común en la época para la mayoría de las
mujeres -músicas-compositoras –como lo fue también la específica situación de Nannerel
Mozart, por ejemplo.
La tradición de compositoras en la corte vienesa sigue gracias a figuras como
Margarita Grimani y Catarina Benedetta Grazianini, quienes permanecieron luego de esta
época, por largos años aun en la corte, manteniendo viva esta tradición.
Elisabeth Claude Jacquet de la Guerre
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En la Francia del “Ancien Regime”, Elisabeth Claude Jacquet era la más celebre
compositora entre los reinos de Luis XIV y Luis XV. Hay una gran serie de razones que
explican el interés actual del mundo musical sobre esta compositora. Desde la perspectiva
del pensamiento contemporáneo, Elisabeth Jacquet de la Guerre representa el ideal de la
mujer moderna y emancipada. Supo imponerse en la elección del estilo de vida y del
método de trabajo. Dos componentes han sido fundamentales para su éxito: su talento
como intérprete y compositora por un lado y el privilegio de recibir una educación en la
Corte de Versailles por el otro, gracias a la benevolencia del Rey Sol, quien fue su defensor
y gran mecenas. Un ulterior factor que es necesario evidenciar era la particularidad de su
matrimonio. No quería en absoluto depender de su esposo desde un punto de vista
financiero ni tampoco desde el profesional.
Para nosotros, estas son cualidades musicales y personales de la compositora y de la
mujer que nos fascinan- clavecinista, organista, virtuosa, genio de la improvisación,
maestra y compositora, todo en una sola artista y de un nivel excepcional. Elisabeth
Jacquet de la Guerre es una de las personalidades musicales más extraordinarias en la
historia de la música. (ejemplo musical CD 2 trak 15, 17, 18,mención de el estilo francés con gran
cantidad de trinos-ornamentos y la foto del "prelude non mesure".)
Gracias a las numerosas cartas de la cuñada de Luis XIV, Liselotte Von der Pfalz,
tenemos documentación detallada sobre el ritmo de vida que se llevaba en Versailles en
aquella época.
“…Todos los lunes, miércoles y viernes hay un jour d’appartement. Todos
los gentilhombres de la corte se reúnen en el recibidor del Rey, y a las seis, todas las
damas en el cuarto de la reina. Después de esto, todos juntos, proceden al salón y
desde allí al gran “cabinet”, donde se encuentran los violinistas- momento
destinado a la danza. De allí vamos a un gran recibidor, donde se encuentran cuatro
mesas largas sobre las cuales es presentado el desayuno con diferentes manjares.
Tartas, mermeladas, jarras y vasos repletos con diferentes licores de vino. Luego
nos dirigimos hacia el cuarto del Rey, donde se encuentra el trono. Allá se escucha
música instrumental y vocal. Desde allí nos trasladamos a otro cuarto del Rey,
donde se encuentran tres mesas de juego: Landknecht, trictrac, piquet, 3 des, trou
madame, o sea, todos los juegos posibles e imaginables. Todo dura desde las seis a
las diez de la noche, luego vamos a cenar, y a todo esto lo llamamos “jour
d’appartement…”
Seguramente a uno de estos “jour d’appartement” Elisabeth-Claude Jacquet habrá
sido acompañada por primera vez por la mano paterna, atravesando todas las recamaras,
los recibidores, hasta llegar al gran salón, presentada al Rey como niña prodigio y trepada
sobre el taburete frente al clave para hacerla cantar, tocar e improvisar (como más tarde
ocurrirá con Wolfgang Amadeus Mozart en Viena).
En el 1670 Elisabeth tenía solo cinco años. Desde ese momento y por largos años -el
Rey y toda la corte estaban totalmente fascinados por su primera ejecución- la invitan a
vivir en la Corte, dándole la posibilidad de un estudio sistemático con los ilustres maestros
de música que se encontraban en ese momento bajo su servicio.
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Encontramos este interesante pasaje en un artículo de aquel período “…Ella canta a
primera vista la música más difícil que uno se pueda imaginar. Se acompaña sola con el
clave cuando canta y acompaña a los demás que quieren cantar, de forma
INCOMPARABLE… imposible imitarla. Compone piezas musicales y las toca sabiéndolas
transportar a todas las tonalidades…”
En otro artículo leemos más tarde “…Elisabeth Jacquet es altamente recomendable no
solo por su sobresaliente capacidad interpretativa y por sus composiciones al clave, pero,
lo que es extraordinario por su joven edad, es que tiene una innata facilidad musical para
componer también música vocal. El Rey estaba tan satisfecho por la “Pastoral” que la
muchacha escribió hace unos años, que la hizo representar muchas veces en la corte…”
Sabemos por diferentes fuentes cuan sensible era Luis XIV sobre el mundo de la
cultura. Él mismo tocaba varios instrumentos y su más grande pasión era la danza. El Rey
Sol era un excelente bailarín y en las representaciones de “Ballet de court” tomaba parte
activa en las representaciones teatrales.
El carácter de Elisabet Jacquet era humilde y devota hacia el Rey, pero consciente de
su fama y segura de sí misma en cuanto a su dote musical. Leemos en una carta del mismo
regente “…No es insólito que mujeres escriban poemas, pero hasta el día de hoy ninguna
mujer había intentado escribir una obra completa, menos aún una ópera compuesta en
honor al mismísimo Rey de Francia”. (Foto nr.)
Elisabeth Jacquet se casó con un organista llamado de la Guerre.
Llegado a este punto en su vida, tres cosas son particularmente innovadoras para aquel
período:
1. Elisabeth decide vivir con su esposo en la ciudad -París- y no quedarse más en
Versailles con la corte.
2. decide mantener el nombre de la propia familia como primer apellido.
3. es la primera persona en organizar pequeños conciertos públicos -hasta ese entonces
inexistentes- para compartir la música también con los ciudadanos burgueses y no
exclusivamente con los nobles.
Dos aspectos importantes conciernen al género musical al que Elisabeth se acerca
como pionera:
1. durante aquel período existía mucha competencia entre Italia y Francia en el campo
tanto político como artístico/cultual.
Cada Estado tenía su Estilo, con el cual uno se definía e identificaba.
Los compositores franceses e italianos no se estimaban, eran tediosos entre sí y
extremadamente competitivos. Jacquet de la Guerre fue una de las primeras en interesarse
por el estilo italiano y lo integró en numerosas composiciones instrumentales.
2. compuso por primera vez en la historia, no solo una “ópera”, pero específicamente una
“ópera” de género extremadamente inusual; una “tragedie lyrique” (tragedia lírica). Esto
se traduce como una obra basada en un texto que termina su historia trágicamente, sin el
esperado “final feliz”. De hecho, era su libreto tan tremendamente trágico, como lo
expresa el título, que decepcionó las expectativas del público noble de la época,
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acostumbrado al género más “ligero”, quien expresó gran contrariedad durante la
primera y única representación de esta ópera.
Esta obra titulada “Cephale et Procris” la he representado con mi grupo MUSICA
FIORITA muchas veces, suscitando gran entusiasmo. Esto demuestra cuan adelantada en
el tiempo se encontraba nuestra Elisabeth (ejemplo musical track 9).
Antonia Padoani (1640-1720) Inicialmente siguió los pasos de Barbara Strozzi, hasta que
el padre tomó la decisión de hacerle estudiar canto con Cavalli. Nacida en Veneto, hija de
un médico y su esposa. Es dato interesante saber que Carlo II Gonzaga, duque de
Mantova, había intentado contratar para formar parte de la estructura musical de la corte
tanto a Antonia Padoani como a Barbara Strozzi.
Antonia obtuvo el título de “noble veneciana” a través del matrimonio con Lorenzo
Bembo, pero abandonó la carrera musical solo temporalmente. Las injustas adversidades
que ella tuvo que sufrir por los abusos físicos y verbales del esposo la llevaron a
abandonar a sus tres hijos -el más pequeño tenía once años- y escaparse a París en 1667.
Allí cantó para el Rey Sol, quien le aseguró una renta vitalicia gracias a la cual vivió en
una comunidad femenina en semi-clausura en las cercanías de París. En honor a la
susodicha protección real sabemos de su famosa interpretación de una las Arias de la
colección “Producciones armónicas” en homenaje a la familia real.
Finalmente el Papa Inocencio XI reprocha a la corte y a la nobleza este hecho,
recordando que “…la música no debe apartar el interés de las mujeres de las ocupaciones
habituales para las que han sido elegidas por Dios…”
Barbara Strozzi: virtuosísima en sus en-cantos-”
Una figura especialmente interesante y absolutamente fuera de lo común es la de Barbara
Strozzi. Una mujer extraordinaria no solamente para su tiempo, sino también desde un
punto de vista actual y contemporáneo.
Barabara Strozzi nació en Venecia en 1719. Su madre, Isabella Griega, llamada “la
Greghetta” -una “Greghetta” aparece justamente en los Epitafios del “Garzón de las
putas”- Además de esto se lee en el certificado de bautizo “Padre incierto”; situación que
es extremadamente probable. De cualquier manera se sabe que su padre era Giulio Strozzi,
puesto que la madre estaba a su servicio, y que más tarde Barbara sería nombrada por el
mismo “hija electiva”. Siendo Giulio Strozzi uno de los literatos más eminentes de Venecia
y además libretista de Claudio Monteverdi, se preocupa no solamente por la educación de
Barbara pero además la introduce cuando todavía era joven, dentro de los principales
círculos literarios e intelectuales de su ciudad.
Un admirador escribe de la niña de dieciséis años que cantaba “…con tanto arte que
podría considerarse una de las Musas del Parnasso…” A los dieciocho años llega el
escándalo. Circulan dos sátiras que la tratan con poco respeto llamándola “…una nueva
Penélope, que se distingue de la antigua por lo siguiente: aquella tuvo pocos amantes sin
complacerlos, esta al contrario tiene muchos y hace que sean todos felices…”
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Debemos considerar como dato importante que dentro de la Academia de los
“Unisoni”, Barbara Strozzi es centro vital y maestra de ceremonias. De allí parten
publicaciones de algunos de los socios de la academia. Escritos en donde se comenta la
calidad y cualidad de sus composiciones de las que se dice que tiene las “…bellezas de
una Venus y la melodía de un ángel”.
A los veinticinco años Barbara Strozzi publica “El Primer libro de Madrigales”,
composiciones que por su estilo y alta calidad recuerdan el octavo libro de Monteverdi.
(ejemplo en la conferencia-CD, track 1). En el mismo año, 1644 nace su primera hija. Siguen
otros tres hijos más y vale notar aquí que Barbara Strozzi los criará a todos ella sola. El
padre, o los padres, permanecen desconocidos, y aunque esté rodeada por varios hombres,
sabemos muy poco de ellos. Siete años más tarde, entre 1651 y 1674 se imprimen por lo
menos otros seis libros de cantatas – cabe destacar que esto significa una producción
mayor que la de cualquier otro compositor de su época.
Se deduce también desde la documentación encontrada que Barbara Strozzi tuvo
éxito también en el campo financiero, puesto que recibe préstamos del estado y presta por
su parte dinero a los ricos venecianos (foto –cortesanas-).
La vida de esta mujer inusual se puede ilustrar bajo diferentes ángulos.
Antes que nada está su música. En sus obras, Barbara Strozzi se revela como una de las
grandes compositoras de su tiempo, y tanto sus primeros madrigales como sus cantatas
son de una belleza y de una expresividad extraordinaria. Además era una excelente
cantante, capaz de acompañarse sola con diferentes instrumentos. Escuchamos ahora una
de sus piezas, llena de sensualidad, dolor y decepción.
El Texto:
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L’Eraclito amroso
El Eraclito amoroso
Udite amanti la cagione, oh Dio,
ch’a lagrimar mi porta;
nell’adorato e bello idol mio,
che si’ fido credei, la fede è morta.
Vaghezza ho sol di piangere,
mi pasco sol di lagrime,
il duolo è mia delizia
e son mie gioie i gemiti.
Oh Dios, escuchen amantes la razón
por la cual las lágrimas me llevan
hacia mi amor idolatrado, adorado y bello,
que si fiel a mí lo creí, muerta fue la
fidelidad.
El llorar es mi deseo,
solo mis lágrimas me sacian,
el dolor es mi deleite
y son mis alegrías los gemidos.
Ogni martire aggradami,
ogni dolor dilettami,
I singulti mi sanano,
I sospiri mi consolano.
Oh Dio Nell’adorato e bel’ idolo mio
Che si’ fido credei, la fede è morta.
Ma se la fede negami
Quell’incostante e perfido,
almen fede serbatemi
sino alla morte, oh lagrime !
Ogni tristezza assalgami,
ogni cordoglio eternisi,
tanto ogni male affliggami;
che m’uccida e sotterrimi. (CD, trak 1?)
Cada martirio agradezco,
Cada dolor me deleita,
Los sollozos me sanan,
Los suspiros me consuelan.
Oh Dios, en ese idolatrado, adorado
Y bello amor mío, que fiel lo creí hacia mi,
Muerta fue la fidelidad.
Pero si esa fidelidad se me niega
Por aquel inconstante y pérfido,
Al menos que la fidelidad me sirva, oh
làgrimas! hasta la misma muerte.
Que me ataquen todas las tristezas,
Que sea eterno todo el suplicio,
Y que cada mal tanto me aflija
que me mate y me entierre. (CD, trak 1?)
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Tan importante era su cualidad como mujer como la de profesional y artista que su
figura asombra a cualquier estudioso de la historia que llega a pasar por su biografía, su
carrera y su obra. Ilegítima, no solamente cría a cuatro hijos por sí sola pero se convierte
en una artista extremadamente exitosa.
Considerando que esto sucede en la Venecia del siglo XVII, donde las mujeres eran
reprimidas sistemáticamente; recluidas en sus casas o en conventos y muchas veces les era
hasta negada una educación; el caso de Barbara Strozzi es digno de ser profundamente
estudiado.
Sin embargo existen excepciones, y es precisamente en la Venecia de aquellos
tiempos que se manifiesta un primer movimiento feminista, documentado por los escritos
de diferentes autoras.
En relación a esto, aparece también el tema a considerar de B. Strozzi y su rol como
cortesana. Podríamos establecer varias teorías o tal vez hasta posibles verdades acerca de
la relación entre las satíricas reacciones que ella misma deseaba obtener desde el
pensamiento de la sociedad y sus acciones como pensadora- compositora- gran música y
apasionada cortesana.
Un retrato de la época – probablemente suyo – la representa con todas los atributos
de una cortesana (foto-ejemplo durante la conferencia). Estas mujeres no por ser prostitutas
eran automáticamente despreciadas por la sociedad. De hecho entre ellas se encontraban
mujeres muy estimadas, eruditas y a menudo ricas, ejerciendo su profesión pública y
libremente, viviendo así en forma totalmente diferente que las mujeres casadas.
No sabemos por cierto hasta que punto Barbara Strozzi llevó una vida plena de
cortesana sin embargo se encuentran numerosos indicios sobre este tema.
Ella misma habla en defensa de sus “afectos honestos, virtuosos más bien dignos” y
de sus “acciones dignas solo de merito y elogios”.
Venecia era en esa época, una de las más importantes capitales del mundo desde el
arte y en especial la música, por la “nueva música” o sea, entre esos nuevos estilos, la
naciente y floreciente “ópera”, y también por tradición, una capital de la prostitución.
En los informes semioficiales de viajeros y de ricos mercantes –especialmente
algunos documentos de mercantes ingleses- la ciudad de Venecia es mencionada con
frecuencia como “…la ciudad por la cual, gracias a su música y a su prostitución son
necesarios muchos viajes para profundizar en las numerosas relaciones...” (foto de Veneziacuadro de Castillo y cortesanas).
Componer para ella fue seguramente una válvula para descargar emociones, pero
también frustraciones hacia sus críticos. Escuchamos una de sus piezas, especialmente
sarcástica.
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„Costumbre de los grandes, o sea: gozar y
dejar“
„Costumbre de los grandes, o sea: gozar y
dejar“
Godere e lasciare
costuman gl’amanti
bugiardi, incostanti,
le cose piu’ care.
Onde chi mente piu’, spera piu’ lode
s’inganna e si gode.
Gozar y dejar,
Es costumbre de los amantes
mentirosos, inconstantes,
hacia las cosas más queridas.
Por tanto quien más miente, más espera
honores
engaña y goza.
Con ladri comandi
si ruba il piacer.
Sprezzare e goder
costume è de grandi.
Onde chi ruba piu’, spera piu’ lode
s’inganna e si gode.
Al grande e saputo
non mai si conviene
goder e dir bene
del ben ch’ha goduto.
Onde chi biasma piu’, spera piu’ lode,
s’inganna e si gode.
Con órdenes viles
se roba el placer.
Desdeñar y gozar
Es costumbre de los grandes.
Por tanto quien más roba, más espera
honores engaña y goza.
Es sabido que al grande
nunca le conviene
gozar y hablar bien
del bien que ha gozado.
Por tanto quien más se aprovecha,
más espera honores
engaña y goza.
(ejemplo musical escuchad durante la
conferencia)
En Venecia la vida intelectual en el período de la contrarreforma tuvo como
característica el alejamiento de los cánones cercanos al Papa y la fe católica. De hecho al
principio del siglo la Serenísima República fue excomulgada durante algunos años. El
pensamiento libertino era especialmente bienvenido en las academias, donde desarrollan
sus actividades los primeros intelectuales. La Academia de los Incógnitos lleva como
emblema al conocido “Ignoto deo” (dios/a desconocido/a), representada como la estatua
de una mujer vendada.
En la dedicatoria de la tercer colección de obras, Barbara Strozzi hace mención
sobre el emblema de la academia, y de las diosas ciegas y desconocidas (“Ignotae deae”).
De hecho las dedicatorias en las colecciones de sus obras musicales era una sutil manera
de sublimar una comunicación masiva. Entre los temas tratados en estas dedicatorias
encontramos por ejemplo, una petición a la Superintendencia de Finanzas para subsidios
fiscales durante la guerra contra los turcos (1651).
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En el lamento “Lagrimas mías” se puede percibir como Venecia era un puente entre
la cultura oriental y la occidental. El texto es desgarrador, incluyo aquí solo el comienzo.
Lamento
Lagrime mie, a che vi trattenente?
Perche’ non isfogate il fier dolore,
che mi toglie’l respiro e opprime il core ?
etc…..
Lamento
Lagrimas mías, porque se reprimen?
Porque no desahogan el tremendo dolor
que me quita el aliento y oprime el corazón ?
etc….. (ejemplo musical durante la
conferencia
Barbara Strozzi era un personaje que vivía su creatividad de artista y su erotismo de
mujer así también como su vida cotidiana con una fuerza impresionante basada en
sentimientos claros y extremos de libertad y pasión. Desde sus escasas cartas y
dedicatorias – pero especialmente desde su música – se puede deducir una secuencia de
imágenes, textos y música que demostraban lo que era la vida de esa increíble mujer en
aquella época en la república veneciana. (foto mostrada en la conferencia del libro de las
cortesanas).
Después de 1664 se pierde su rastro para aparecer una última vez en Padua, donde
Barbara Strozzi muere el 11 de noviembre de 1677.
Deseo concluir estas palabras haciendo mención de una frase extraída del libro “El merito
de las Mujeres” de la poeta Moderata Fonte (1555-1592), que bien se podría atribuir a los
pensamientos de B. Strozzi
“…Un corazón libre vive en mi pecho;
no soy sirvienta de nadie y pertenezco solo a mi misma”.
Gracias
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