Los músicos viajeros

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LOS MÚSICOS VIAJEROS
Había una vez una chica que se llamaba Paqui, vivía en Egipto. Paqui era alta,
flaca, alegre y tenía los ojos marrones.
Le gustaba tocar el piano y la flauta.
El piano le gustaba porque cada vez que lo tocaba se relajaba.
Su hermano se llamaba Manuel. Manuel era gordo, bajo, tímido y tenía los ojos
marrones.
A Manuel le gustaba tocar el bombo, el güiro y las claves.
Un día a Paqui y a Manuel los llamaron para un concierto. Pero era en España y
tuvieron que pasar por Libia, Argelia, Marruecos y por el Estrecho de Gibraltar, el
viaje era muy largo. Faltaban quince días para el concierto.
En Libia hicieron una parada, los encontraron unos libios. En casa de los libios
descansaron, les dieron de comer, se asearon y después se pusieron de nuevo en
camino.
Había pasado un día desde Egipto hasta Libia.
En el camino de Libia a Argelia se divirtieron y se hicieron una amiga nueva. Se
llamaba Yajitka, era morena y tenía los ojos verdes. Yajitka les servía de guía,
pues se sabía todo el camino, pasaba siempre por ahí porque no tenía dinero y
era huérfana. Sólo ganaba dinero tocando el tambor (pues lo tocaba muy bien). A
Paqui y a Manuel al oírla tocar se les ocurrió que podía tocar con ellos. A Yajitka
le pareció muy bien, pues se habían hecho muy amigos y no se querían separar.
Siguieron caminando, pasando por muchas casas preguntando para ver si se
podían quedar, hasta que uno les dijo:
- Pasad, pasad. Podéis quedaros el tiempo que queráis.
Paqui, Manuel y Yajitka se lo agradecieron y se alegraron porque estaban muy
cansados. Cenaron y se acostaron en una habitación que le sobraba al hombre,
llamado Rajit. Rajit era bondadoso, honrado y alto.
Al día siguiente al despertarse desayunaron y le dijeron a Rajit:
- Adiós, muchas gracias, hasta pronto, adiós.
Pero Yajitka fue y le dijo a Rajit:
- Que Alá te bendiga y muchísimas gracias.
Entonces Rajit les dio un bocadillo para cada uno.
Se fueron muy contentos y descansados, anduvieron mucho rato jugando,
comiendo…
Más tarde se encontraron a un niño que tocaba el violín y se llamaba Mohamed;
Mohamed era bajo, moreno, tenía los ojos morenos y hay veces que se enfada
mucho.
Probaron la combinación de todos los instrumentos y…
¡Salió muy bien! Se hicieron muy amigos de Mohamed muy pronto y todos
siguieron el camino muy contentos. Llegaron a Marruecos y tocaron un poco para
ganar algo de dinero, ¡y ganaron bastante! Suficiente como para poder comprar
comida y una sábana para la noche. Llegó la hora de acostarse, cogieron la
sábana y se acostaron. Se durmieron en seguida, pues estaban muy cansados,
habían hecho muchas cosas ese día y tenían que andar mucho. Cuando Manuel,
Paqui y Mohamed se habían dormido, Yajitka aún estaba despierta y vió a un niño
que estaba por esa calle y no paraba de mirarlos. Yajitka le preguntó que por
qué les miraba de esa forma. El niños le respondió:
- Me ha gustado como habéis tocado, y quiero saber cómo es que estáis en la
calle y no tocáis en ningún sitio.
Yajitka le contó todo lo que había pasado y lo del concierto en España. Entonces
el niño que se llamaba Isragit le dijo que tenían mucha suerte, pues él tocaba la
trompeta y no tocaba en ningún sitio. Yajitka le dijo que a lo mejor podría tocar
con ellos. Cuando los demás se despertaron Yajitka se lo dijo y al oírle dijeron
que sí podía. El niño les dijo que pasaran a su casa a comer y luego seguirían el
camino. Cuando terminaron se pusieron a tocar los cinco para ganar dinero para
los billetes del barco y no pararon hasta que tuvieron suficiente dinero.
Tardaron mucho pues costaba 25.000 €.
Cuando subieron al barco hicieron de todo ¡hasta un concierto! Durmieron,
jugaron… Hasta que llegaron a Gibraltar. Allí conocieron a mucha gente y
actuaron varias veces. ¡Estaba siendo un éxito! La persona que mejor les cayó
era una chica llamada Rachel. Tenía los ojos azules y era rubia, no tocaba ningún
instrumento pero siguió el viaje con ellos porque eran muy amigos. Siguieron por
Málaga y una cosa que impresionó mucho fue que en España era Navidad y
estaban todas las calles adornadas, con luces…
Les pareció muy bonito. Entonces Rachel les dijo que eso era porque era 20 de
diciembre y pronto sería Navidad. Siguieron caminando. Pasaron Andalucía y
estaban todos maravillados, pues era muy bonito. Pasaron por Cuenca y en el
camino de Cuenca a Zaragoza (que era allí el concierto) se hicieron un amigo que
se llamaba Gregorio. Cantaba en un coro e iba muy bien con su música. Ya en
Zaragoza era 24 de diciembre, Nochebuena. Se fueron al hotel que tenían
reservado los siete (aunque al principio sólo era para Manuel y Paqui) y se lo
pasaron genial. Al final quedaron que Rachel les iba a presentar ante el público.
Yyyy… sale Rachel:
- Señoras y señores, en este día de Navidad os presento a… Los músicos viajeros.
Salieron los siete a cantar y a tocar. Después del concierto celebraron la Navidad
como se debe celebrar y se quedaron en España con su familias y fueron felices
tocando y cantando.
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