El oboe - TramixSakai ULP

Anuncio
El oboe
El oboe (francés: hautbois, «madera alta o aguda», ) es un instrumento musical de la
familia viento madera, de taladro cónico, cuyo sonido se emite mediante la vibración de
una lengüeta doble que hace de conducto para el soplo de aire. Su timbre se caracteriza por
una sonoridad penetrante, mordente y algo nasal, dulce y muy expresiva.
Conocido desde la Antigüedad, el instrumento ha evolucionado en el espacio y el tiempo con
una amplia diversidad fruto de la creatividad de las civilizaciones y culturas, que han permitido
que
siga
usándose
en
la
actualidad.
Los
oboes
tradicionales
(bombarda, cornamusa, duduk, gaita, hichirikiy zurna) y los oboes modernos (oboe pícolo,
oboe, oboe de amor, corno inglés y oboe barítono) forman una gran familia con múltiples
facetas.
Empleado en solo, música concertante, música de cámara, orquesta sinfónica o banda musical,
el oboe moderno representa en la orquesta al conjunto de la familia. Las obras para oboe
proceden esencialmente del repertorio barroco (Bach) y clásico (Mozart), y tras su
renacimiento, del Siglo XIX (Robert Schumann) hasta nuestros días (Berio).
La persona que toca el oboe se denomina oboísta.
Consta de un tubo de madera y de una lengüeta doble. El tubo es como el molde de la columna de aire.
Sobre él se hacen los orificios y se colocan las llaves. Su forma es cónica. La base del tubo, o sea
el pabellón, se ensancha y toma casi la forma de un embudo.
El oboe posee unas llaves que sirven para facilitar la ejecución de cualquier pasaje musical y
ampliar su registro. Su existencia se debe a que el ser humano tiene menos dedos
que agujeros tiene el oboe, limitación física que se soluciona con este ingenioso sistema que
permite, al pulsar una llave, tres cosas: cerrar un agujero, abrirlo o alcanzar agujeros situados
lejos de nuestros dedos.
A lo largo de la Historia, el oboe ha ido evolucionando y desarrollándose en el aspecto técnico
desde los oboes tradicionales que carecían de llaves. En el Barroco encontramos oboes
denominados de dos y tres llaves; posteriormente, a finales del periodo clásico, el oboe ya
contaba con siete llaves. En el Romanticismo, el oboe de Joseph Sellner tenía trece llaves. Y
así sucesivamente hasta la actualidad. Para hacerse una idea de la evolución sufrida, el oboe
actual cuenta con un complejo mecanismo de hasta cuarenta y cinco llaves (platos o anillos),
resortes y columnas de metal, dependiendo del sistema que se utilice.
Existen varios sistemas: el semi-automático, el automático, el sistema thumbplate y el sistema
de conservatorio; más una serie de llaves opcionales como la tercera llave de octava, la llave
doble del fa o el do 3 grave, facilitador del re 5, e incluso, recientemente, aunque no de forma
habitual, se puede hacer que el instrumento alcance el la 2 grave, superando así su límite
absoluto inferior. Existe otro sistema, hoy en desuso prácticamente, basado en anillos que
requieren que la yema del dedo tape por completo el agujero, como ocurre en los clarinetes.
El oboe está construido en tres partes: la cabeza o cuerpo superior del instrumento, donde va
colocada la mano izquierda y se introduce la caña por una pequeña abertura; la parte mediana
o cuerpo inferior del instrumento, donde se coloca la mano derecha; y el pabellón o campana,
que es la prolongación ensanchada de la parte o cuerpo inferior. Todas estas partes o cuerpos
del instrumento encajan unas con otras por medio de una especie de espigas recubiertas
de corcho (véase imagen supra).
El taladro es estrecho y cónico y se expande de manera más o menos regular por cinco sextos
de su longitud, abriéndose luego más rápidamente para formar la campana. Esta expansión
tiene la forma de una curva suave o de una expansión de conos, dependiendo de la fórmula
adoptada por diversos fabricantes y llevada a cabo experimentalmente con el paso de la
historia. El diámetro de abertura en el cuerpo superior, donde se introduce la lengüeta mide
0,47 cm. y 1,58 cm. al comienzo del pabellón. La longitud del oboe, incluida la lengüeta, es de
64,77 cm., pudiendo variar esta longitud según los diferentes modelos de oboe. La lengüeta y
el tudel sobresalen de la abertura superior 6,35 cm.
El oboe está afinado en do, por tanto, no es un instrumento transpositor y tiene
un registro entre mezzo-soprano y soprano. Las orquestas suelen afinar escuchando al oboe
tocar el tono de concierto: un la3 a 440 hz (es el la que se encuentra por encima del do central
del piano, vibrando a unas 440 veces por segundo o, lo que es lo mismo, 440 hz). La razón
de afinar empleando al oboe, es que, de entre todos los instrumentos de la orquesta, sin contar
el piano, es el que posee un tono más estable, permaneciendo constante a pesar de los
cambios en la temperatura o la humedad. Además, en comparación con muchos otros
instrumentos, al dejar de tocarse durante mucho tiempo, es el que menos se desafina. 14 15 16 17
Tesitura (registro)
La tesitura del oboe está comprendida entre el si♭2 grave y el sol5 sobreagudo. El si♭ grave se
consigue mediante una llave especial utilizada con el dedo meñique de la mano izquierda.
El sol sobreagudo está situado dos octavas y una sexta mayor por encima de si♭ grave.
Pueden alcanzarse notas más agudas,
desde sol5 sobreagudo al do6sobreagudo.
llamadas
supersobreagudas,
que
van
Esta tesitura (véase imagen supra) comprende cuatro registros, según el sistema de notación
musical franco-belga: el «registro grave», que se extiende del si♭ grave al sol situado en la
segunda línea del pentagrama, es decir, un intervalo de 6ª (si♭2 - sol3); el «registro medio», que
va del sol de la segunda línea del pentagrama al sol inmediatamente superior, es decir, una 8ª
por encima (sol3 -sol4); el «registro agudo», que se encuentra entre el sol que está situado
encima de la quinta línea, y el re situado una 5ª por encima de dicho sol (sol4 - re5) y el
«registro sobreagudo», que va del reagudo al sol situado una 4ª por encima del re (re5 - sol5).
El si♭ grave es el límite absoluto. En el registro sobreagudo el sol puede ser sobrepasado en
algunos semitonos, pero estas notas resultan comprometidas para un oboísta de fuerza media.
Para tocar en este registro, al oboe se le ha añadido una tercera llave de octava, pero incluso
así resulta pesado y difícil. Los oboes más modernos, mejor construidos que los antiguos, dan
una emisión de sonido más sencilla en el extremo agudo debido a un alargamiento del
pabellón. Esto ha permitido ganar unos grados en el registro sobreagudo, aunque los maestros
clásicos evitaron escribir por encima del fa natural sobreagudo, como puede observarse en
el Cuarteto para oboe y cuerdas de Mozart. El mejor registro del oboe está comprendido entre
el la3 y el re5, registro en el cual el oboe es un instrumento de inestimable valor para la
interpretación de melodías, siendo un símbolo de pureza e ingenuidad cuando se trata de
describir caracteres humanos.
Sonido
El sonido del oboe se distingue del de los demás instrumentos por ser más gangoso y nasal;
también como acre, penetrante, áspero, cortante, ronco y aterciopelado. Éste, junto al fagot y
el corno inglés, forma un grupo muy homogéneo, que representa las cualidades más obvias de
la doble lengüeta que los distinguen de otros instrumentos. El oboe sería la voz soprano; el
fagot, el bajo, y el corno inglés, el tenor, y, aunque no se emplee mucho en las orquestas,
el oboe de amor, el contralto.
En el oboe los sonidos armónicos se obtienen a partir de las llaves de octava y empleando las
digitaciones de las notas situadas a la doceava inferior. A diferencia del clarinete o la flauta,
que son de taladro cilíndrico, los armónicos suenan ligeramente velados debido al
ensanchamiento cónico del tubo, y esto es una ventaja, pues, por otra parte, se pueden
conseguir efectos de extrema dulzura. A diferencia de otros instrumentos de viento-madera, el
oboe tiene un sonido claro y penetrante. Ello se debe al taladro cónico, que hace que el oboe
sea rico en armónicos, tanto los pares como impares, y tenga un espectro tonal tan amplio.
Gracias a esa característica, los oboes se escuchan fácilmente por encima de otros
instrumentos en conjuntos musicales amplios. Los matemáticos pueden explicar esto mediante
fórmulas derivadas del hecho de que el frente de onda no es plano, sino el segmento de la
superficie de una esfera.
La belleza y pureza que emiten los sonidos del oboe dependen del sentimiento y el buen gusto
que posea el artista, aunque esto no quiere decir que se descuiden las cualidades del sonido
como tal. Por el contrario, es preciso poner la mayor atención en este punto, pues se corre el
riesgo de adoptar sonidos que luego sean difíciles de corregir. Debe tenerse un gran cuidado al
colocar la lengüeta entre los labios, pues de su posición depende la calidad del sonido emitido.
La búsqueda de una buena sonoridad es el principal objetivo del oboísta durante toda su
carrera.
El cuidado de la embocadura en el oboe merece mayor atención que en los demás
instrumentos. El sonido del oboe, si es mal tocado, puede ser muy desagradable, agrio e
ingrato, como ocurre con los estudiantes al principio, razón de peso que puede inducir al
abandono del estudio del mismo. Pero un oboísta avanzado puede producir un timbre rico,
cálido y hermoso. En contraposición a lo anterior, Gustav Mahler, para obtener una sonoridad
más estridente, disponía los oboes y clarinetes de tal manera que sus campanas apuntasen
directamente hacia el público. Este efecto es indicado en la partitura de su Sinfonía n.º
8 en alemán Schalltrichter auf. Por otro lado, el llamado efectosordina, que consigue un sonido
más apagado, se logra introduciendo un pañuelo en el pabellón del instrumento. 24
Para hacer sonar el oboe, primero debe humedecerse la caña, bien sea en la boca o en un
pequeño bote de agua que se suele colocar en el atril. Luego se empuja ésta a través del
hueco del cuerpo superior todo lo que se pueda, teniendo cuidado de que el instrumento no se
quede alto de tono. Todo el peso del oboe recae sobre el pulgar derecho, que se sitúa en el
apoyadero del cuerpo medio. La parte raspada de la lengüeta se sitúa en el labio inferior; el
labio superior se cierra sobre ella, y ambos labios se doblan hacia dentro cubriendo los dientes
mientras que las comisuras de la boca se cierran sobre la lengüeta para impedir que el aire se
escape. La lengua se mueve rápidamente sobre la caña para hacer el picado. Para realizar
todo correctamente, los músculos labiales deben entrenarse gradualmente mediante la
práctica. Al principio puede provocar cansancio, y la tendencia es la de introducir demasiada
caña en la boca, produciendo un sonido alto y ruidoso. 25
Al oboe se le suele usar en todo tipo de formaciones. En las orquestas, se le confía la melodía,
dialogando sobre todo con la flauta. Posee, especialmente en los soli, las cualidades más
valiosas; a su delicadeza y fuerza se unen la dulzura y flexibilidad de los sonidos, lo que
permite expresar con un acento de encantadora pureza los más delicados sentimientos del
alma, y por ello el oboe es imprescindible en la orquesta. También es empleado en la orquesta
en los tutti, unido a otros instrumentos de madera o a las trompas, en armonías. Su más
próximo afín es el fagot, con el cual armoniza perfectamente su timbre; en el caso de
simultanearse con la flauta o el clarinete se le da al oboe la melodía dominante, aunque cuando
esta melodía está en octava se le da al clarinete o la flauta, aunque el oboe llevará
un contrapunto muy importante; en los tutti se nota al oboe más bajo que la flauta y más alto
que el clarinete. Su timbre exclusivo, que se complementa tanto con los instrumentos de
cuerda como los de viento, hace que se distinga de los demás instrumentos; el timbre
característico del oboe es, en el registro grave, áspero, serio y muy intenso, pero, a medida que
se sube en el registro, se va haciendo más fino y delicado, con una sonoridad nasal.
La gama de recursos expresivos del oboe es muy extensa, siendo algunas de sus principales
características la ingenuidad, la gracia y la elegancia, aunque lo patético no le es extraño; el
oboe es el principal instrumento para interpretar obras con sentimientos «rústicos», por
ejemplo,
la Sinfonía
n.º
6
«Pastoral» de Beethoven,
o
toda
la
música
delnacionalismo folclórico valenciano. También expresa el duelo, como en la «Marcha fúnebre»
de la Sinfonía n.º 3 «Heroica» de Beethoven, el espanto y la desesperación, como en la
«Carrera al abismo» de la Condenación de Fausto de Hector Berlioz, así como sabe cantar las
más delicadas frases de amor, como en Romeo y Julieta de Berlioz, en elConcierto
para violín de Brahms, en el solo del movimiento lento de Pélleas et Mélisande de Debussy;
en Pedro y el lobo de Prokofiev, donde el oboe interpreta la voz del torpepato o en la Sinfonía
fantástica de Berlioz en la escena de los campos.
Lengüeta
Lengüeta de oboe. Se emplean dos palas de caña, tudel (rodeado de corcho), hilo de nailon y alambre fino.
La lengüeta, también denominada caña, está formada por dos palas y un tudel, que se unen
con hilo de nailon, para luego ser raspada con una navaja de un filo. El nombre científico de la
caña que se emplea para la fabricación de las palas es Arundo donax. Aunque las cañas
pueden crecer espontáneamente desde el sudoeste de Inglaterra hasta el centro de África,
parece ser que las que reúnen las mejores condiciones, bien sea por el clima o por la calidad
de la tierra, son las del sur de Francia. La caña española puede, en algunas ocasiones, suplir a
la francesa, pero no por mucho tiempo, dado que su duración es algo menor. Por otro lado,
algunos han proclamado la calidad de las palas de California, México, o Australia, no obstante,
en conjunto, los oboístas prefieren las palas de las regiones francesas de Fréjus yCogolin.
Según los expertos, las mejores palas proceden del departamento francés del Var. Pese a que
en la estructura celular de esta caña están presentes ciertos metales y fibras plásticas, es
posible que la superioridad de la pala mediterránea sea debida a los métodos tradicionales
de cosecha y germinación, ésta última durante las fases lunares.26
La elaboración de la lengüeta es un proceso bastante laborioso que requiere paciencia y
tiempo. En primer lugar, se procede a la plantación de la caña, que suele brotar hacia
la primavera, y se cosecha con la luna menguante de enero. Una vez cortada, se le quitan las
hojas y se seleccionan las que pueden ser buenas. La caña se almacena en los graneros para
su secado. Una vez seco, se crean tubos a partir de la caña para ser partidos en tres trozos
con la ayuda de un hendidor o divisor de cañas. Tras elegir aquellas que tengan
la epidermis con el color más luminoso y homogéneo, se procederá a cortarlas a una longitud
de 7,5 cm. El siguiente proceso, el gubiado, requiere que las cañas estén húmedas y una
máquina de gubiar cañas –eléctrica o manual– para darles una forma ligeramente curva. Luego
se emplea una máquina de modelar palas que consta de un molde y un prensa, accionada
mediante un resorte que apretará la caña con el molde y la cortará de la forma idónea. La pala,
a su vez, saldrá doblada por la mitad sin llegar a partirse gracias a que la máquina incorpora
una cuchilla que corta el esmalte de la caña. Los pasos anteriormente mencionados suelen
realizarlos empresas especializadas debido a la complejidad del proceso y a la necesidad de
material especializado, aunque existen oboístas que prefieren realizar dicha labor ellos
mismos.27
El siguiente paso es el atado de la caña, para el que se emplean hilo de nailon especial para
dicho cometido, tudeles, tubitos pequeños de metal rodeados de corcho por uno de los dos
extremos, en donde se atará la caña, y un «tudelero», mango de madera con un palo metálico
donde se inserta el tudel, que sirve de sujeción durante el raspado. Una vez atada la caña al
tudel, y apoyándola en un taco de madera, se partirá en dos con una navaja para dar lugar a
dos lengüetas, o bien se usará una guillotina de precisión milimétrica para tal efecto. Por último,
se procederá al pulido o «raspado», proceso altamente delicado que requiere una gran
experiencia y habilidad. Para ello se emplea una navaja muy afilada para ir rebajando cada
pala y dándole la forma, y una espátula (pieza pequeña de metal o madera), que se insertará
entre ambas palas. La forma general se consigue comenzando con raspados cercanos a la
punta y alargándolos uno por uno para ir buscando la forma de «U». El raspado tendrá una
longitud de 11 mm y el rebajamiento se desarrollará de forma regular. Se podrá añadir hilo
de alambre enrollado en la parte inferior de la lengüeta a unos 3 mm del final del tudel. Éste
tiene la función de mantener la abertura constante en la lengüeta. El atado y raspado suele
realizarlo el propio oboísta dado que la lengüeta va estrechamente ligada a la producción de un
sonido de uno u otro tipo, característica muy personal del intérprete. En cualquier caso, algunas
empresas venden cañas atadas y pre-raspadas que requieren sólo unos retoques para
funcionar.
Materiales
Los primeros oboes se hacían de gramíneas (caña, bambú) usando el hueco natural del tubo,
como el hichiriki empleado en la música gagakujaponesa. Aunque tales instrumentos
tradicionales aún se fabrican actualmente con estos materiales efímeros, se evidenció la
necesidad de un material más resistente y duradero. Los constructores buscaron maderas más
duras, de gran densidad y con fibras finas y regulares como el boj, pero también el cerezo
salvaje, el palisandro (palo violeta) o el peral común. Algunos oboes barrocos estaban
recubiertos de marfil.
En el siglo XIX, la adición de las llaves y la multiplicidad de agujeros hizo que se impusiera la
madera más resistente: el ébano (Diospyros ebenum), más precisamente conocido
como granadillo negro (Dalbergia melanoxylon), madera dura y densa que crece en África
Central y Madagascar, que es marrón cuando se corta, pero luego adquiere una tonalidad
negra tras pulirla o dejarla secar al sol. En la actualidad predomina el ébano todavía, pero se
utilizan además maderas exóticas como el cocotero (Cocos nucifera), el palisandro (Dalbergia
cearensis), elpalo rosa (Tipuana tipu) o el cocobolo (Dalbergia retusa), que aportan nuevas
sonoridades y sensaciones a los oboístas. Algunos fabricantes, como Marigaux, han realizado
oboes en resina fenólica, ABS (acrilonitrilo butadieno estireno) o metacrilato.
Posteriormente, la evolución tecnológica ha dado lugar a que incluso algunos oboes
profesionales estén hechos de un 95% de madera de granadilla granulada con fibra de
carbono y resina epoxi (gama «Green Line» de Buffet Crampon). Esto hace que sean más
resistentes a variaciones atmosféricas tales como las de humedad o temperatura, y así evitar
roturas y mejorar la duración del instrumento, conservando las propiedades acústicas que
posee la madera natural.
El oboe moderno cuenta con un complejo mecanismo de llaves hechas
de alpaca, aleación ternaria compuesta por zinc, cobre y níquel, y bañadas en plata u
ocasionalmente en oro.
Documentos relacionados
Descargar