TEMA 21. El Registro Civil. - Foro Registro Civil

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DERECHO CIVIL I. Segundo parcial. UNED.
PARTE GENERAL Y DERECHO DE LA PERSONA.
TEMA 21. EL REGISTRO CIVIL.
TEMA 21. EL REGISTRO CIVIL. El Registro Civil. Datos inscribibles. Organización y asientos del Registro Civil: la inscripción de nacimiento. La
publicidad registral.
1. EL REGISTRO CIVIL. NOCIONES FUNDAMENTALES.
1.1. Introducción.
Las relaciones sociales requieren frecuentemente acreditar de forma segura e indiscutible las condiciones de capacidad y el entorno familiar de la
persona: la edad, el hecho de estar soltero o casado, o de no haber sido sometido a incapacitación, etc.
Al mismo tiempo, los modernos Estados, han mostrado un enorme interés por contar con un “fichero” de sus ciudadanos. Semejante fichero viene r epresentado por el Registro Civil, un Registro que, parafraseando el Código Civil, está destinado al efecto de que consten en él “los actos concernientes al
estado civil de las personas”. Y son estados civiles cualesquiera cualidades o circunstancias estables de la misma que, de una forma u otra, afecten a su capacidad de obrar.
Ahora bien, el Registro Civil no sólo comprende circunstancias o situaciones integrables dentro del concepto de estado civil, sino que extiende sus
competencias propias a otras que indiscutiblemente no son estados civiles.
1.2. Datos inscribibles.
El párrafo segundo del artículo 1º de la Ley del Registro Civil indica que constituyen objeto del Registro Civil los siguientes datos relativos a las personas:
1) El nacimiento.
2) La filiación.
3) El nombre y los apellidos.
4) La emancipación y habilitación de edad.
5) Las modificaciones judiciales de la capacidad de las personas o que éstas hayan sido declaradas en concurso, quiebra o suspensión de pagos.
6) Las declaraciones de ausencia o fallecimiento.
7) La nacionalidad y vecindad civil.
8) La patria potestad, tutela y demás representaciones que señala la ley.
9) El matrimonio, y
10) La defunción.
La enumeración realizada por el artículo 1º de la Ley de Registro Civil constituye el soporte de lo que podríamos denominar “biografía jurídica” de la
persona: desde que ésta nace hasta que muere será obligatorio inscribir cualquier circunstancia que afecte a su capacidad de obrar o a su situación dentro
de la comunidad.
La enumeración del artículo 1 de la Ley de Registro Civil se califica técnicamente de numerus clausus, en cuanto los particulares no pueden pretender
la constancia en el Registro Civil de hechos o cualidades distintas de las preestablecidas legalmente.
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1.3. El nombre.
El nombre o “nombre de pila” es el dato identificador inicial y posiblemente el principal de toda persona.
En tiempos históricos el nombre era extraído directamente del santoral y, por lo general, observando la fecha del nacimiento. Por otra parte, hasta
la Ley del Registro Civil de 1957, era corriente ser portador de tres, cuatro o cinco nombres. Por su parte, las mujeres se e ncontraban condenadas a llevar
inicialmente el nombre de María seguido de una o varias advocaciones virginales, quisieran o no los padres.
Tras la aprobación de la Ley del Registro Civil de 8 de junio de 1957 “no podrá consignarse más de un nombre compuesto, ni más de dos simples”.
La Ley 40/99, en relación con el nombre, tiene especial importancia en cuanto permite sustituir el nombre que obre inscrito en el Registro Civil en
castellano pro su equivalente onomástico en cualquiera de las demás lenguas españolas.
1.4. Los apellidos.
La referencia a los apellidos debe comenzar por recordar que, desde antiguo, el sistema español se ha caracterizado por atribuir o imponer a toda
persona dos apellidos, anteponiendo el primero de los paternos y después el de los maternos. De otra parte, el ordenamiento español se ha caracterizado
siempre por mantener los apellidos propios de la mujer, casárase o no y tuviera mejor o pero cuna.
En tal sentido, el sistema normativo español ha sido siempre ejemplar, sobre todo frente a pautas normativas, en los que el apellido de la mujer resulta arrasado o laminado por el hecho del matrimonio, debiendo asumir aquélla, en adelante, exclusivamente el del marido.
En la actualidad, el tenor literal del artículo 53 de la Ley del Registro Civil sigue afirmando que “las personas son designadas por su nombre y apellidos, paterno y materno, que la ley ampara ante todos”. Sin embargo la Ley 40/99 ha introducido una modificación de suma importancia, permitiendo que
cuando la filiación se encuentre determinada por ambas líneas, el padre y la madre de común acuerdo podrán decidir el orden de transmisión de su respectivo
primer apellido antes de la inscripción registral.
2. LEGISLACIÓN REGULADORA.
La actual Ley del Registro Civil es de 8 de junio de 1957 y su Reglamento fue aprobado por Decreto de 14 de noviembre de 1958. Dicha Ley vino a
sustituir a la Ley “provisional” del Registro Civil dictada el 17 de junio de 1870. Hasta la promulgación de la Ley de 1870 no hubo Registro Civil propiamente
dicho, sino Registros parroquiales dependientes de la Iglesia Católica.
La omnipresencia en Europa de la Iglesia Católica hace que el poder civil o poder estatal sienta muy tardíamente la necesidad de estructura un Registro Civil y que, de hecho, las funciones propias de éste fueran desempeñadas por los libros parroquiales de bautismos, matrimonios y defunciones. Por tanto,
sólo cuando la Constitución de 1869 declara la “libertad de cultos” salta a la palestra el problema: el Estado no puede depender de los libros parroquiales,
sino que necesita de un propio, Registro Civil, estructurado con cierta urgencia (de ahí el calificativo de “provisional”)
La vigente Ley de 1957, ha sido generalmente alabada por su perfección técnica, no obstante, en la actualidad necesitaría ciertas reformas, pues sus
disposiciones han resultado profundamente afectadas pro las leyes postconstitucionales de modificación del Código Civil (de filiación, matrimonio, incapacitación y tutela, nacionalidad y vecindad civil). El legislador, sin embargo, ha preferido actuar por vía reglamentaria, modificando reiteradas veces el Reglamento del Registro Civil para adecuarlo a la regulación civil postconstitucional y, en particular, a la Ley Orgánica del Poder Judicial.
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3. ORGANIZACIÓN DEL REGISTRO CIVIL.
3.1. Secciones del Registro Civil.
Según indica el artículo 33 de la Ley del Registro Civil, España el Registro Civil se encuentra dividido en cuatro secciones, denominadas respectivamente:
1ª Nacimientos y general.
2ª Matrimonios.
3ª Defunciones.
4ª Tutelas y representaciones legales.
La sección 1ª, “De nacimientos y general” se encuentra regulada en los artículos 40 y siguientes. Obviamente, el principal objeto de las inscripciones
que han de anotarse en dicha sección viene representada por el nacimiento, que sin duda constituye el asiento principal, no sólo de esta sección, sino del Registro Civil considerado en su conjunto.
En efecto, la inscripción del nacimiento representa el punto medular de todo sistema registral, asumiendo el papel de inscripción central que proporciona información sobre las restantes inscripciones de la persona. A efectos prácticos, bastará, en principio, con saber dónde ha nacido una persona y co nsultar su inscripción de nacimiento, para poder rastrear el resto de los datos inscritos en los correspondientes registros.
La centralización desempeñada pro la inscripción del nacimiento se consigue mediante la práctica de unas notas de coordinación que, de oficio, d eben
llevar a cabo los Jueces encargados de los diversos Registros para que el Registro de destino (el de nacimiento) se lleve a c abo la correspondiente nota marginal o de referencia.
Más, junto a la inscripción de nacimiento, en la Sección 1ª del Registro Civil han de anotarse también todos aquellos hechos inscribibles para los que
la legislación no establece especialmente que sean inscritos en otra sección. Así pues, pueden ser objeto de inscripción al margen de la inscripción principal
de nacimiento:
 Modificaciones judiciales de capacidad.
 Declaraciones de concurso, quiebra o suspensión de pagos.
 Declaración de ausencia legal.
 Declaración de fallecimiento.
 Hechos relativos a la vecindad o nacionalidad.
Por otro lado, el artículo 39 de la Ley del Registro Civil prevé que, igualmente, al margen de la inscripción de nacimiento se pondrá nota de referencia
de las inscripciones de matrimonio, tutela, representación y defunción del marido.
La Sección 2ª denominada “De matrimonios” tiene evidentemente por objeto la inscripción “del acto de matrimonio y de la fecha, hora y lugar en que
se contrae”. Como anotaciones marginales a dicha inscripción principal de matrimonio, la Ley del Registro Civil considera las siguientes:
 Las sentencias y resoluciones sobre validez, nulidad o separación del matrimonio y cuántos actos pongan fin a éste.
 La existencia de pactos, resoluciones judiciales y demás hechos que modifiquen el régimen económico de la sociedad conyugal.
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La Sección 3ª, rubricada “De las defunciones” tiene por objeto inscribir la muerte de la persona, con indicación de la fecha, hora y lugar en que acontece. La inscripción del óbito se practica en virtud de declaración de quien tenga conocimiento de ella y, particularmente, de los parientes del difunto o habitantes de la misma casa. En esta sección se inscribe exclusivamente el hecho físico y real de la muerte y no así la declaración de fallecimiento que es una
circunstancia inscribible mediante anotación marginal en la inscripción en la inscripción de nacimiento.
La Sección 4ª, denominada “De tutelas y representaciones legales”. La representación legal por antonomasia es la ostentada por los padres respecto
de los hijos menores que se encuentran sometidos a la patria potestad. Sin embargo, la patria potestad y sus modificaciones no queda sujeta a inscripción.
Por tanto, las “tutelas y representaciones legales” a que se restringe la sección 4ª del Registro Civil quedan circunscritas a la anotación de los cargos tutelares y demás representaciones legales de personas naturales y sus modificaciones.
3.2. La organización territorial.
Institucionalmente considerado, el Registro Civil es único, en el sentido de que todos los distintos registros se consideran integrados como un todo.
En tal sentido, el Registro Civil depende del Ministerio de Justicia y dentro de dicho Ministerio, todos los asuntos a él referente, están encomendados a la
Dirección General del Registro y del Notariado.
Conforme al artículo 149.1.8ª de la Constitución Española, la ordenación de los Registros es una materia que corresponde en exclusiva a la competencia estatal. Por tanto, la diversificación territorial a la que está sujeta el Registro Civil no afecta para nada a su consideración institución única.
Naturalmente, no existe un único Registro Civil en el sentido de oficina u organización administrativa, sino que, por el contrario, de acuerdo con el artículo 10 de la Ley, el Registro Civil está integrado por los Registros Municipales, los Registros Consulares y el Registro Central:
1) Los Registros Municipales. Según el Reglamento del Registro Civil, en todo municipio debe existir un Registro, en el que atendiendo a un criterio
territorial se inscribirán aquellos hechos que en él acaezcan. Ahora bien, la existencia o no en el municipio de Jueces de Primera Instancia, obliga a distinguir en los Registros Municipales entre:
a) Registros Principales, encomendados directamente al Juez de Primera Instancia allí donde lo haya y con todas las competencias.
b) Registros subordinados o delegados; son los existentes en aquellos municipios en que únicamente exista Juez de Paz, quien actuará por delegación
del encargado y con iguales facultades, si bien con numerosas restricciones:
 Los Jueces de Paz encargados de Registros Municipales subordinados carecen prácticamente de competencia en materia de expedientes.
 No existen en los Registros subordinados la Sección 4ª “De las tutelas y representaciones legales”.
 Las certificaciones deben llevar siempre la firma conjunta del Juez de Paz y del Secretario.
2) Los Registros Consulares. El Reglamento del Registro Civil dispone que para cada demarcación consular habrá un Registro Civil, que se encontrará
a cargo de los cónsules de España, o en su caso, de los funcionarios diplomáticos encargados de las secciones consulares de la misión diplomática. La finalidad
de estos Registros es que los residentes fuera del territorio español puedan inscribir los datos y circunstancias exigidos por el artículo 1 de la Ley del Registro Civil. Éstos, posteriormente, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, darán cuenta al Ministerio de Justicia de tales hechos o circunstancias.
Por esta razón, una de las características principales de las inscripciones realizadas en los Registros Consulares es que se extenderán por duplicado,
con el objeto de que uno de los ejemplares se ermita al Registro Central, mientras que el otro ejemplar queda depositado en el propio protocolo del Registro
Consular. El Reglamento del Registro Civil ha suprimido la necesidad de remitir los duplicados a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, permitiendo la
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comunicación directa entre los Registros Consulares y el Registro Central, admitiendo al mismo tiempo que los duplicados de las inscripciones puedan ser
extendidos por medio de fotografía o procedimiento análogo, debiendo cuidar el remitente que la impresión sea indeleble y la letra claramente legible, al
mismo tiempo que su tamaño coincida con el de los folios de los libros de inscripciones.
3) El Registro Central. Se encuentra a cargo de la Dirección General del Registro y del Notariado del Ministerio de Justicia y por tanto es un r egistro único para todo el territorio natural, estando dedicado en Madrid.
Una de las funciones principales radica en concentrar o centralizar todas las inscripciones relativas a las circunstancias personales de los españoles
que hayan sido objeto de inscripción en los Registros Consulares. Además, acogen todos aquellos hechos para cuya inscripción no resulte competente ningún
otro Registro, así como aquellos que no puedan inscribirse por concurrir circunstancias excepcionales de guerra y cualesquier a otras que impidan el funcionamiento del Registro territorialmente competente.
4. LOS DIVERSOS ASIENTOS DEL REGISTRO CIVIL.
En términos generales, la incorporación al Registro de cualesquiera datos y circunstancias se califica de asiento, en el sentido coloquial de apunte o
anotación extendida por escrita.
4.1. Inscripciones.
Las inscripciones propiamente dichas constituyen el tipo de asiento fundamental en nuestro sistema registral y se caracterizan, básicamente, por ser
asientos de naturaleza permanente y sustantiva, en el sentido de que no dependen de ningún otro asiento, ni constituyen añadidos o datos complementarios
del mismo. El artículo 130 del Reglamento del Registro Civil considera inscripciones principales las de nacimiento, matrimonio, defunción y la primera de cada
tutela o representación legal.
El carácter principal de tales inscripciones radica en que cada una de ellas “abre folio registral”, mientras que las restantes se califican legalmente
de “marginales” en atención al espacio que ocupan en el folio registral principal.
La distinción, pues, entre inscripciones principales o marginales se basa en criterios formales y por tanto, una inscripción, aunque se realice marginalmente, tendrá siempre los mismos efectos que las denominadas principales y que básicamente es, su fuerza probatoria privilegiada.
4.2. Anotaciones.
Las anotaciones registrales representan una serie de asientos caracterizadas, en general, por la nota de provisionalidad. La Ley del Registro Civil establece de forma paladina que las anotaciones tienen “valor simplemente informativo” y que, en ningún caso, constituirán la prueba que proporciona la inscripción.
4.3. Notas marginales.
Consisten en asientos breves y concisos anotados en el margen de los folios registrales que cumplen una función meramente instrumental: relacionar
las inscripciones entre sí, de tal forma que la consulta del Registro se vea facilitada. Cumplen, pues, una función de coordinación o enlace entre asientos registrales y están destinadas a hacer constar el cumplimiento de determinadas formalidades.
Dada su función, claramente instrumental, se las denomina también notas de referencia.
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4.4. Indicaciones.
Otra novedad incorporada a la vigente ley es la constancia en el Registro Civil del régimen de bienes matrimonial (gananciales, separación, comunidad
absoluta, participación, etc.) a través de un asiento de carácter especial legalmente denominado indicación.
4.5. Cancelaciones.
En técnica registral, cancelar significa privar de eficacia a una inscripción o cualquier otro asiento que con anterioridad publicaba un hecho o circunstancia susceptible de registración. Por ende, las cancelaciones son asientos de carácter negativo que conllevan la anulación de un asiento anterior “por ineficacia del acto, inexactitud del contenido u otra causa”.
La cancelación puede constar marginalmente, o abrir folio independiente, con la consiguiente nota de referencia, y, por su parte, el asiento totalmente cancelado será cruzado (esto es, tachado) con tinta de distinto color en el libro registral; por otra parte, si se cancela parcialmente, se subrayará la parte cancelada cerrándose entre paréntesis con llamada marginal al asiento cancelatorio.
5. LAS INSCRIPCIONES MARGINALES, EN PARTICULAR.
Los únicos asientos que gozan de un régimen jurídico destacable son las inscripciones, en cuanto tienen un valor probatorio especialmente cualificado.
Frente a ellas, los restantes asientos desempeñan un papel claramente secundario, en general, informativo e instrumental.
5. Inscripciones declarativas y constitutivas.
Las circunstancias personales que se configuran como inscribibles acaecen fuera del Registro Civil y sólo después de haberse producido ingresan a él
a los efectos de la oportuna publicidad. Por consiguiente, las inscripciones registrales son, en todo caso, un posterius del acaecimiento de los hechos. De ahí
que comúnmente se afirme que las inscripciones registrales son declarativas.
En efecto, la mayor parte de las inscripciones del Registro Civil, aunque sean obligatorias, tienen carácter declarativo, siendo excepcionales en nuestro sistema las denominadas constitutivas. En éstas, la inscripción en el Registro Civil se considera legalmente como un requisito más del acto jurídico que
conlleva una modificación de las circunstancias personales, de tal forma que sin dicha inscripción, dicho acto no produce efectos.
Son inscripciones de carácter constitutivo:
 El cambio de nombre y apellidos, cuyo plazo de inscripción caduca a los 180 días de la notificación de la autorización.
 La adquisición derivativa de la nacionalidad española.
 Las declaraciones de conservación y recuperación de la nacionalidad y vecindad civil.
5.2. El valor probatorio de las inscripciones.
Según establece el artículo 2 de la Ley del Registro Civil, el Registro Civil constituye la prueba de los hechos inscritos. Sólo en los casos de falta de
inscripción o en los que no fuere posible certificar el asiento, se admitirán otros medios de prueba. Conforme a ello, las inscripcio nes registrales constituyen
un medio de prueba privilegiado o cualificado, y excluyente, salvo que los asientos hayan sido impugnados ante la autoridad judicial.
De ahí, que en los casos en que decae el monopolio probatorio del Registro Civil por falta de inscripción o por impugnación de las inscripciones existente, la Ley del Registro Civil procure la inmediata restauración de la exactitud de los hechos inscritos.
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El fundamento de esta restauración radica en la presunción de la exactitud de los hechos inscritos (la fe pública registral) en cuya virtud debe concluirse que los asientos registrales dan fe de las circunstancias fundamentales de la inscripción correspondiente: existencia y eficacia del hecho inscrito,
sujetos intervinientes y tiempo y lugar en que se produjo.
Por consiguiente, las “inscripciones constituyen la verdad oficial de los hechos y circunstancias que cada inscripción hace fe”.
6. LA PUBLICIDAD FORMAL.
Al hablar de publicidad formal se pretende hacer referencia a todos los aspectos relacionados con el conocimiento de los asientos del Registro y con
los medios a través de los cuales se consigue dicho reconocimiento.
6.1. Los medios de publicidad: la gratuidad de las certificaciones.
Medios de publicidad:
 Consulta directa o exhibición al interesado de los libros registrales, pudiendo incluso tomar nota de los mismos, aunque tales notas, evidentemente, carecen de valor probatorio alguno.
 Las notas simples informativas. Son un medio de publicidad formal, que sin encontrarse contempladas en la Ley del Registro Civil, aparecen tangencialmente referidas en el Reglamento del Registro Civil. Estas notas simples carecen de valor probatorio alguno.
 Las certificaciones, por el contrario, son “documentos públicos” con pleno valor probatorio. La Ley Enjuiciamiento Civil habla indistintamente d e
partidas o certificaciones.
Aunque el Reglamento del Registro Civil no ha sido formalmente derogado, actualmente casi todas las disposiciones relativas al régimen económico
del Registro Civil contenidas en la Ley del Registro Civil y en el Reglamento del Registro Civil han quedado sin contenido, tras las diversas medidas legislativas impulsadas por los Gobiernos presididos por F. González, que han declarado la completa gratuidad de todas las actuaciones del Registro Civil.
La gratuidad de las certificaciones, unida a su particular valor probatorio como documentos públicos, comporta su generalizada utilización en la práctica, siendo por tanto el medio habitual de acreditación del contenido de los asientos.
Atendiendo al conjunto de datos que proporcionan, las certificaciones pueden ser literales o en extracto.
Aunque el Reglamento del Registro Civil califica de ordinarias a las inscripciones en extracto, lo cierto es que hoy en día las certificaciones suelen
ser comúnmente literales, pues la autorización de fotocopias de los libros registrales hace que sea más fácil proporcionar el contenido íntegro del folio correspondiente. Dichas fotocopias se realizan en papel oficial y con una diligencia de compulsa autenticada con la firma del Secretario del Juzgado.
6.2. El carácter público del Registro Civil.
El Registro Civil, como regla general, tiene carácter público, presumiéndose que quien solicita una certificación tiene un interés en conocer los asientos y, por consiguiente, derecho a obtener la oportuna certificación. Sin embargo, esta regla general se ve mitigada por dos razones de diversa índole:
 De una parte, por que las cuestiones relacionadas con la intimidad personar y familiar no deben ser objeto de divulgación indiscriminada y son
consideradas como casos de publicidad restringida. En consecuencia, las certificaciones que contengan algunos de los datos reservados, sólo pueden ser expedidas a favor de los propios inscritos o de sus familiares cercanos o herederos.
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
En segundo lugar, para paliar los abusos que podría provocar la gratuidad de las certificaciones.
6.3. Referencia al Libro de Familia.
El llamado libro de familia es un instrumento más de determinados datos relativos a las personas.
El objeto fundamental del libro de familia consiste en anotar en el mismo los datos relativos al matrimonio, filiación (matrimonial y extramatrimonial),
separación, nulidad y divorcio, hechos que afecten a la patria potestad y la defunción de los hijos ocurrida antes de la emancipación.
Los asientos del libro de familia tienen valor de certificaciones y son medio de prueba.
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