Magistrado Ponente Bogotá, D.C., dieciocho de octubre de dos mil seis.

Anuncio
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
SALA DE CASACIÓN CIVIL
Magistrado Ponente
EDGARDO VILLAMIL PORTILLA
Bogotá, D.C., dieciocho de octubre de dos mil seis.
Ref.: Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
Decide la Corte el recurso de casación interpuesto por la
parte demandada contra la sentencia emitida el 5 de noviembre
de 2004, por la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Bogotá en el proceso ordinario adelantado por
Rodolfo Eberhard Mieth Angarita, y Mariela Gilma Alviar
Machado, Klaus Willy, María Alexandra, Heinz y Roland Mieth
Alviar, estos últimos en calidad de cónyuge supérstite e hijos del
causante José Willy Mieth Angarita contra la Compañía de
Seguros Colmena S.A.
ANTECEDENTES
1.
Los
demandantes
reclamaron
que,
como
consecuencia del fallecimiento de José Willy Mieth Angarita, la
Compañía de Seguros Colmena S.A. está obligada a pagar el
seguro de vida grupo deudores, tomado por Rodolfo Eberhard
Mieth Angarita y el fallecido, amparados mediante la póliza
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
número 73-4600 expedida el 28 de septiembre de 1994, a la
que corresponde el certificado número 06622.
2.
Declarar que la sociedad demandada está obligada a
pagar el seguro de vida a favor de la Corporación Social de
Ahorro y Vivienda Colmena S.A., según el equivalente de la
deuda que con la entidad financiera tenía José Willy Mieth
Angarita. Las pretensiones se extienden al pago de todo
aumento de capital que haya podido tener la deuda, los daños y
perjuicios causados y las costas del proceso.
Como
antecedentes
de
hecho
los
demandantes
plantearon los que enseguida se compendian:
1.1. Rodolfo Eberhart y José Willy Mieth Angarita
tomaron con la demandada un contrato de seguro de vida,
grupo deudores, protección que cubre en caso de muerte e
incapacidad total y permanente, por un monto igual a la deuda
que ellos tuvieran a favor de la Corporación de Ahorro y
Vivienda Colmena S.A. para el día del siniestro.
1.2. La Corporación de Ahorro y Vivienda Colmena S.A.
es la beneficiaria del seguro.
1.3. Días antes de suscribir la póliza los tomadores
fueron
examinados
por
los
médicos
a
petición
de
la
aseguradora, estos verificaron que no padecían “enfermedades
cadiovasculares, hipertensión arterial, insuficiencia renal, sida,
enfermedad crónica grave que pudieran invalidar la póliza
acordada”.
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
2
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
1.4. El asegurado José Willy Mieth Angarita falleció el 1°
de noviembre de 1996; cuando la beneficiaria intentó la
reclamación, la aseguradora objetó con el argumento de que
hubo reticencia del tomador del seguro al no declarar
sinceramente el estado de riesgo.
1.5. El tomador sólo conoció de la enfermedad que
originó la objeción, gamapatía monocial, por la cual falleció, en
el año de 1996. En todo caso, dijo, entre la fecha de perfección
del contrato y el fallecimiento pasaron más de dos años.
2.
Una vez la demandada conoció de la existencia del
proceso propuso como argumentos de defensa la ausencia de
legitimación en la causa por activa, cobro de lo no debido y
nulidad del contrato por la reticencia en que incurrió el
asegurado.
3.
La primera instancia terminó mediante sentencia
absolutoria en favor de la demandada, decisión que fue
revocada por el Tribunal que accedió a las súplicas de la
demanda.
LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL
El Tribunal se ocupó primero de verificar la legitimación
en la causa por activa, la que halló cumplida siguiendo los
lineamientos puestos por la sentencia de la Corte de 24 de
mayo de 2000, que a espacio transcribió. No obstante, el ad
quem limitó la legitimación del asegurado para reclamar el pago
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
3
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
únicamente
con
destino
a
la
satisfacción
del
acreedor
asegurado.
Como la demandada propuso como excepción la nulidad
relativa del contrato con fuente en que hubo insinceridad en el
momento de celebrarlo, en tanto que el asegurado calló
aspectos relevantes de su estado de salud, el Tribunal se
propuso decidir este segmento de la controversia. A este
propósito tuvo el sentenciador de segunda instancia como cierto
que los tomadores al momento de celebrar el contrato
informaron que su estado de salud era normal. No obstante,
para el ad quem el seguro nació luego que hubo un examen
médico realizado por la demandada, que sólo halló hipertensión
arterial que era tratada con un fármaco y una disfunción
cardiaca, esta circunstancia – el examen – permitió al juzgador
concluir que si para los asegurados su salud era normal, para la
empresa aseguradora también, si no, cómo se explica que a
pesar de conocer algunas dolencias de salud, la empresa
hubiera prodigado el amparo. Dedujo el juzgador de segundo
grado entonces que no puede haber reticencia con fundamento
en la hipertensión, pues la empresa aseguradora sabía de esta
dolencia, y ello no le impidió celebrar el contrato.
En lo que atañe a la enfermedad de cáncer que causó la
muerte del asegurado, determinó el ad quem con vista en la
prueba que reposa en el expediente, en especial los testimonios
de los médicos tratantes, que tal patología era de difícil
diagnóstico, por lo cual no puede acusarse de reticencia al
asegurado. Proclamó el Tribunal que la presunción de buena fe
del asegurado quedaba enhiesta, pues no sabía de la
enfermedad y los médicos que hicieron el examen antes de la
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
4
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
expedición de la póliza no descubrieron la naturaleza de la
dolencia.
Juzgó entonces el Tribunal el fracaso de las excepciones
y la ventura de las pretensiones de la demanda. En
correspondencia con lo anteriormente resuelto, el ad quem
condenó a la demandada a satisfacer la deuda pendiente con la
entidad financiera acreedora, “Colmena S.A.”, y a restituir a los
demandantes cada una de las cuotas que pagaron a esta
después del 1° de noviembre de 1996, según acredite la misma
entidad financiera.
LA DEMANDA DE CASACIÓN
Cuatro cargos plantea la censura en contra de la
sentencia impugnada, los dos primeros con apoyo en la causal
segunda de casación, y los dos restantes por violación indirecta
de la ley sustancial, a causa de sendos errores de hecho ya en
la apreciación de todas las pruebas, el tercero, o de una en
particular, según se dice en la cuarta acusación. Únicamente se
resolverá el cargo tercero por estar destinado a prosperar. No
es necesario resolver los dos primeros cargos, que no obstante
que acusan la sentencia por ser incongruente, por exceso y por
defecto, de nada serviría reducir la pretensión reconocida o
añadir algo dejado de fallar, si es que la sentencia será casada
totalmente por virtud de la prosperidad del cargo tercero.
Tampoco es menester resolver el cuarto de los cargos, pues tal
acusación se hace a la forma de determinar la cuantía de la
condena
en
contra
de
la
demandada,
condena
que
desaparecerá con ocasión de la bienandanza del tercer cargo.
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
5
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
TERCER CARGO
El reproche que se hace en este cargo a la sentencia, se
fundamenta en que hubo violación de los artículos 1058 del C.
de Co., 1508 y 1741 del C.C., con causa en el error de hecho
cometido en la apreciación de las pruebas y de las excepciones
propuestas en la contestación de la demanda.
Al desarrollar el cargo el censor rememora que el
Tribunal, en síntesis, concluyó que el cáncer que llevó al
asegurado a la muerte era de difícil diagnóstico, que no fue
detectado tampoco por los médicos de la aseguradora, por lo
que mal puede atribuirse reticencia al asegurado por callar lo
que no sabía. En cuanto a la hipertensión, el asegurador supo
de la enfermedad, de su tratamiento y ello no le impidió
contratar.
Para el recurrente el Tribunal apreció mal la prueba, pues
dejó de lado la más importante de todas, la historia clínica del
asegurado. El yerro reside esencialmente en posar los ojos
sobre la enfermedad que causó la muerte al asegurado, sin
reparar que la objeción y la nulidad alegadas por la aseguradora
se fundan, no en esta enfermedad en concreto sino en el
ocultamiento sobre el mal estado de salud de aquel. Reclama el
censor porque el ad quem haya desplazado los fundamentos de
la excepción de nulidad por reticencia al cáncer que apareció
después y a la hipertensión oportunamente denunciada por el
asegurado, cuando ninguna de esas dos dolencias fue el
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
6
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
fundamento del alegato de nulidad planteado en la contestación
de la demanda.
Para el censor el “vicio alegado consiste entonces en que
el señor MIETH manifestó tener un estado de salud normal al
momento de celebrar el contrato de seguro, a pesar de que en
el año de 1994, antes de suscribir el contrato, fue atendido por
numerosos médicos e incluso estuvo hospitalizado durante
varios días, con la conclusión de que padecía de dolores
articulares y debilidad progresiva, que fueron diagnosticados
como procesos inflamatorios poliarticulares (polineuropatía
crónica inflamatoria), poliartritis reactiva secundaria, además de
padecer de gastritis aguda erosiva sangrante, duodenitis y una
serie de inhabilidades físicas como imposibilidad de caminar o
conducir vehículos, que se encuentran invocadas como
fundamento de la excepción propuesta por la aseguradora
(folios 103 a 106 del cuaderno número 1°)” (fl. 17, Cdno.
Corte). En suma, añade, jamás se invocó en la contestación de
la demanda la enfermedad de cáncer como soporte de la
reticencia, menos la hipertensión.
Y tal yerro cometió el ad quem por dejar de ver la
historia clínica levantada en el Hospital San Ignacio, visible
entre los folios 179 y 223 del cuaderno número uno. Ese
documento muestra la secuencia de consultas hechas por el
señor José Willy Mieth Angarita y la descripción del desarrollo y
deterioro progresivo de la salud del asegurado.
El testimonio del médico Andrés Forero fue cercenado
por el Tribunal, pues este galeno, aunque trató al paciente
después de la celebración del contrato de seguro, y por lo
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
7
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
mismo no podría testificar sobre la reticencia, sí da fe que aquel
venía siendo tratado desde mucho tiempo atrás por un
reumatólogo por la enfermedad de colágeno.
Lo propio aconteció con la declaración del médico Álvaro
Sánchez, que si bien trató al señor José Willy Mieth Angarita,
después de la aparición del cáncer, tuvo ocasión de conocer los
antecedentes relativos a una insuficiencia renal moderada por la
cual había consultado a varios médicos.
A juicio del recurrente, el Tribunal la declaración del
doctor Fernando Moisés Isaac Chalem Benattar, quien conoció
al asegurado desde 1994 y profesionalmente lo atendió tres
veces y le diagnosticó reumatismo de partes blandas, todo lo
cual demuestra la mala fe del asegurado al atribuirse un estado
de salud normal y negar que tenía enfermedades del sistema
músculo esquelético, y del aparato génito urinario.
CONSIDERACIONES DE LA CORTE
Sin más preámbulos es imperioso reconocer que
efectivamente el Tribunal se equivocó en la apreciación de las
pruebas, yerro grave y trascendente, en tanto que es de tal
intensidad que su existencia emerge con facilidad del simple
recuento de las probanzas y de tal influencia en el sentido del
fallo, que si no estuviera presente el desenlace del proceso en la
segunda instancia hubiera sido enteramente distinto.
Como quedó condensado en el recuento de los
antecedentes, la parte demandada propuso la excepción de
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
8
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
nulidad relativa con apoyo en que hubo reticencia del asegurado
en el momento en que se aprestaba a la celebración del
contrato de seguro.
Con tal propósito, la parte demandada argumentó en la
contestación, entre otras cosas, que “desde febrero de 1994 el
señor Willy Mieth presenta síntomas de debilidad, dolor en
muslo izquierdo y la pierna derecha, imposibilidad de manejar
por no poder levantar la pierna para oprimir el freno, dificultad
para conciliar el sueño debido al dolor en los hombros, pérdida
de fuerza en la mano hasta el punto de no poder casi tomar un
estilógrafo y proceso inflamatorio poliarticular” (fl. 104, Cdno.
No. 1). Añadió la demandada que el asegurado “sabía del
problema articular – sin duda delicado –” (ibídem), a lo cual
sumó que no hubo sinceridad en el asegurado, pues dijo “no
sufrir enfermedad en el sistema músculo esquelético y no sufrir
de tensión arterial alta” mientras que la “gamagrafía ósea que
se menciona en la historia clínica” muestra la existencia de
severos quebrantos en el sistema muscular.
El primer yerro evidente del Tribunal consiste en haber
cercenado severamente la contestación de la demanda, pues la
demandada jamás planteó en ese acto procesal que la
reticencia tuviera origen en el ocultamiento de la enfermedad
de cáncer, y si bien mencionó la hipertensión, lo hizo de manera
puramente marginal. A pesar de ello, el ad quem centró el
estudio de la reticencia en esas dos patologías, desplazando del
debate las demás enfermedades que la demandada señaló en la
contestación de la demanda como ocultadas por el asegurado.
Ese desplazamiento hecho por el juzgador de segunda instancia
le permitió descartar la reticencia, pues ciertamente el cáncer se
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
9
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
diagnosticó tiempo después de haber tomado el seguro y de la
hipertensión fue consciente el asegurador porque ella se detectó
en el examen hecho con ocasión del otorgamiento del amparo.
Evidentemente, cuando José Willy Mieth Angarita solicitó
el 28 de septiembre de 1994 la inclusión en la póliza de seguro
de vida, grupo deudores, expresó al hacer la declaración de
asegurabilidad: “mi estado de salud actual es normal y que no
me
han
hipertensión
diagnosticado
arterial,
enfermedades
insuficiencia
renal,
cardiovasculares,
cáncer,
sida,
enfermedad crónica grave...” (fl. 86, Cdno. No. 1).
En contraste, la historia clínica que jamás fue objeto de
las cavilaciones del Tribunal, a pesar de que reposa en el
expediente, muestra que José Willy Mieth Angarita ingresó al
Hospital San Ignacio el 4 de abril de 1994 “por cuadro de dos
meses de evolución de artralgias en hombros y cintura pélvica.
Con sensación de debilidad muscular generalizada que ha ido
progresando hasta dificultar caminar y actividades cotidianas”
(fl. 189, Cdno. No. 1). En otro informe se dice que presentaba
entonces “astralgia, en hombros, cintura pélvica, debilidad en
caderas hasta dificultar la marcha... gastritis aguda y crónica
con duodenitis (fl. 191, Cdno. íbid.) y “... persistente debilidad
muscular” antes de tomar el seguro, lo que ocurrió el 28 de
septiembre de 1994 (fl. 95, ibídem).
Igualmente el 6 de abril de 1994 (fl. 199, Cdno. No. 1) se
halló que el paciente estaba aquejado de poliartritis y que
persistía la debilidad muscular. Luego se registra que asistió a
consulta el 6 de junio de 1994 (folio 94), en ella aportó “una
gamagrafia
ósea
que
demuestra
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
proceso
inflamatorio
10
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
poliarticular” y describió al galeno tratante la existencia de un
estudio neurofisiológico que sugiere un túnel del carpo. En esa
visita, el médico halló atrofia de los músculos intrínsecos de las
manos, especialmente de la mano derecha.
Con vista en el material que suministra la historia clínica
de José Willy Mieth Angarita, es evidente que el Tribunal no
podía limitarse a examinar la reticencia con vista exclusivamente
en el cáncer y la hipertensión, pues la contestación de la
demanda y el material probatorio aportado al efecto exigía un
escrutinio más amplio que determinara si el asegurado ocultó la
existencia de las otras patologías y de modo particular si
procedió de buena fe cuando afirmó en la declaración de
asegurabilidad que su salud era normal, pues en este campo fue
que la demandada planteó el debate, no con apoyo en que el
asegurado calló el padecimiento de cáncer, ni en que ocultó la
hipertensión.
De lo hasta aquí extractado emerge que el Tribunal no
sólo cercenó la contestación de la demanda, sino que excluyó
radicalmente la historia clínica del señor José Willy Mieth
Angarita, pues de haberlas visto habría concluido que no hubo
buena fe de éste al declarar que su estado de salud era normal.
De
la
misma
manera,
el
Tribunal
dispuso
convenientemente la declaración del médico Andrés Forero,
quien, nadie lo niega, conoció al paciente después de que este
hizo la declaración preámbulo de la expedición del seguro. No
obstante, la declaración de este galeno, nítidamente expone
que la patología finalmente diagnosticada como cáncer, venía
siendo tratada desde hacia “varios años” como enfermedad de
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
11
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
colágeno, lo que viene a corroborar la información que brinda la
historia clínica sobre los antecedentes negativos de la salud del
asegurado. No obstante, de esta declaración del médico
tratante, el ad quem sólo extrajo la parte que trata de la
dificultad de diagnóstico del cáncer, que puede aparecer
encubierto por la enfermedad de colágeno, pero omitió toda
referencia a las repetidas palabras del galeno sobre que la
misma enfermedad venía “siendo manejada por varios años”,
aun cuando como una entidad patológica diferente, según se
desprende del contexto de la declaración.
De otro lado, tomó el Tribunal la declaración del médico
Álvaro Sánchez y de su dicho enfatizó que apenas conoció al
asegurado en 1996, omitiendo aquella parte de la declaración
del galeno que refiere cómo el paciente venía siendo tratado
desde antes, inclusive de una deficiencia renal moderada. En la
misma diligencia el testigo reconoció el documento del folio 25
del expediente, en el cual se deja constancia que en mayo de
1996 trató una enfermedad con un cuadro de aproximadamente
un año y medio de evolución, lo que en buenas cuentas coloca
los albores del cuadro clínico, por lo menos en diciembre de
1994, todo lo cual resulta compatible con lo que muestra la
historia clínica sobre la antigüedad de las dolencias del
asegurado, es decir, muy anteriores a la época de contratación
del seguro.
El Tribunal también dislocó el testimonio del médico
Fernando Moisés Isaac Chalem Benattar, quien atendió por
primera vez al asegurado José Willy Mieth Angarita el 4 de abril
de 1994, y dijo haberse quedado finalmente con “el diagnóstico
de reumatismo de partes blandas”.
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
12
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
Finalmente, el Tribunal dejó de ver el alcance que tenían
las declaraciones de los amigos del asegurado, señor y señora
Álvaro Guillermo Orrantía y Rosa del Consuelo Franco, quienes a
pesar de resaltar el buen estado de salud del asegurado,
reconocen que se quejaba de dolores en las manos, asociados
según ellos al reumatismo.
En suma, el Tribunal no puso los ojos sobre la historia
clínica
del
paciente,
sobre
sus
copiosos
antecedentes
patológicos y además sacó de contexto las demás pruebas, para
tomar de ellas sólo aquello que conforta la idea de que la
reticencia venía de la aparición del cáncer, dolencia que se
manifestó con posterioridad al contrato de seguro, o de la
hipertensión, enfermedad ésta conocida por el asegurador.
Si el Tribunal no hubiera cometido estos desmedidos
errores, con seguridad hubiera concluido que efectivamente
hubo reticencia del asegurado, pues no podía este, sin grave
desmedro para el principio de buena fe, de tanta valía en el
contrato de seguro, fingir de tal modo sobre su estado de salud
para llevar a la celebración del contrato.
Todo lo dicho es bastante para casar la sentencia
impugnada y sustituirla del modo que sigue.
SENTENCIA SUSTITUTIVA
Todas las razones aducidas para fundamentar la ruptura
del fallo son suficientes para confirmar la sentencia del juzgado,
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
13
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
que al clausurar la primera instancia halló que el contrato era
nulo por la reticencia en que incurrió el asegurado.
DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,
Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la ley, CASA la sentencia emitida
el 5 de noviembre de 2004, por la Sala Civil del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá en el proceso ordinario
adelantado por Rodolfo Eberhard Mieth Angarita; y Mariela
Gilma Alviar Machado, Klaus Willy, María Alexandra, Heinz y
Roland Mieth Alviar, estos últimos en calidad de cónyuge
supérstite e hijos del causante José Willy Mieth Angarita contra
la Compañía de Seguros Colmena S.A., y en sede de instancia
resuelve:
PRIMERO:
CONFIRMAR la sentencia proferida por
el Juzgado Cuarenta Civil del Circuito de Bogotá el 6 de agosto
de 2001 por la cual fueron negadas las pretensiones de la
demanda.
SEGUNDO:
CONDENAR
en
costas
de
ambas
instancias a la parte demandante, las cuales se tasarán en su
oportunidad.
No hay lugar a costas en el recurso de casación dada su
prosperidad.
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
14
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
Notifíquese y devuélvase oportunamente al Tribunal de
origen.
JAIME ALBERTO ARRUBLA PAUCAR
MANUEL ISIDRO ARDILA VELÁSQUEZ
RUTH MARINA DÍAZ RUEDA
CARLOS IGNACIO JARAMILLO JARAMILLO
PEDRO OCTAVIO MUNAR CADENA
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
15
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Sala de Casación Civil
CÉSAR JULIO VALENCIA COPETE
EDGARDO VILLAMIL PORTILLA
E.V.P. Exp. No. 11001-31-03-040-1998-00129-01
16
Descargar