LA UNIDAD ALEMANA

Anuncio
LA UNIDAD ALEMANA
1. Antecedentes
a/ Situación antes de 1848.
-Económicamente comienza un lento crecimiento, especialmente en la zona
renana, cuya posición permite un mayor desarrollo comercial. La zona oriental opta
por una mayor especialización agrícola.
-Socialmente perdura la diferenciación entre la zona oriental, donde imperan
las relaciones señoriales y de dependencia (Gutsherrschaft), al frente de las cuales
se encuentra el poderoso grupo de los Junkers, y la zona occidental, donde se han
ido desarrollando las relaciones “contractuales en el campo” (Grundherrschaft) y los
sectores liberales juegan un papel más importante.
-Políticamente:
-Desarrollo, sobre todo en el oeste, de una burguesía liberalconstitucionalista, a la que se suman sectores de la aristocracia.
-Existencia de dos polos de poder en el ámbito alemán: Austria, cuyo
liderazgo es indiscutido hasta finales de la década de los 50, y Prusia,
potencia emergente, que aspira al liderazgo.
-Se desarrolla la conciencia, al compás del ejemplo británico (IND) y
del desarrollo económico, de la necesidad de la unificación de fronteras
y de tarifas aduaneras para conseguir (LIST) una economía viable. Dos
vías:
>Económica: desde 1828, se asiste, con la iniciativa prusiana y
las reticencias austriacas, a un proceso de creación de uniones
aduaneras entre los diferentes estados, que culmina en 1834 con
la creación de la Deutscher Zollverein (Unión Aduanera Alemana).
Paralelamente comienza a trazarse una red de FF.CC. (en 1850,
6000 Km de vías).
>Política: la conciencia de la necesidad de una “unificación
alemana” se enfrenta a la lucha de poderes e intereses que se da
en el seno de la Confederación:
-Los liberales plantean un movimiento “desde abajo”, en el
que los diferentes parlamentos estatales lideren el proceso
de unificación.
-Prusia pretende liderar el proceso de unificación,
entendiéndolo como el desarrollo de su hegemonía en el
ámbito alemán. Se enfrenta a los liberales y a Austria.
-Austria mantiene una política continuista: frenar las
ambiciones prusianas y mantener una Alemania
fragmentada y dividida políticamente era la mejor garantía
1
para continuar ejerciendo un papel hegemónico en el seno
de la Confederación.
b/ Los movimientos inviables. La Asamblea de Fráncfort.
La crisis económica de 1846/48 alcanzó el área germánica, como lo hizo la
marea revolucionaria que se desencadenó en París en el 48. El 5 de marzo de 1848
se reunió en Heidelberg una representación de las corrientes liberales alemanas,
que se propusieron tomar la iniciativa para la implantación de regímenes
constitucionales-parlamentarios en los diferentes estados y para la consecución de
la unidad alemana, mediante la creación de un parlamento alemán. Estrategia
típicamente liberal: la nación alemana se constituía a partir de concepto liberal de
nación.
Así, durante el mes de marzo se sucedieron en los diferentes estados
levantamientos que condujeron a la implantación de monarquías constitucionales y
parlamentarias, y, el 31 del mismo mes, se reunía en Fráncfort el Parlamento
alemán, que convocó elecciones para una Parlamento Constituyente (que se
constituirá el 18 de mayo 1848).
Mientras tanto, Prusia y Austria se vieron sometidas también a las
turbulencias liberales. En la primera, el movimiento insurreccional cobró cierta
importancia en Berlín y obligó a Federico Guillermo IV a adoptar formas de gobierno
constitucionales. En Austria, al movimiento liberal se sumó el levantamiento
nacionalista húngaro.
En esta coyuntura, al amparo del debilitamiento del poder autoritario de las
dos potencias germánicas, los liberales establecen una estrategia que pretende
construir la unidad alemana desde abajo, imponiéndola a las monarquías de Berlín y
Viena. No obstante, la falta de poder del Parlamento de Fráncfort pronto será
evidente: falto de apoyo popular, de poder militar y con la oposición de la
aristocracia conservadora, especialmente los junkers, la capacidad de acción de
estos liberales duró lo que duraron los movimientos insurreccionales. En octubre de
1848, el gobierno de Viena ponía fin al ensayo constitucional, en Diciembre era
reprimido el berlinés, en octubre del siguiente año, con apoyo de tropas rusas, era
sojuzgado el levantamiento húngaro. No obstante, el movimiento liberal, conforme
iba siendo consciente de su debilitamiento, adoptó una nueva estrategia: ofreció al
rey de Prusia liderar el movimiento nacional (de octubre del 48 a marzo del 49 le
ofreció la corona alemana), en un intento de salvar algo del naufragio. Pero Federico
Guillermo no aceptó: ni Prusia estaba preparada para poderse enfrentar a Austria, ni
estaba dispuesto (él y la lite que le apoyaba) a refrendar un movimiento “desde
abajo”. En junio de 1849, las tropas del rey de Württemberg disolvían los restos del
Parlamento. En mayo del 50, Austria, ya recuperada, restablecía la situación
convocando a la vieja Dieta Germánica. El intento había fracasado, aunque algo
había quedado: se había establecido la posibilidad real de la unificación, y la
inviabilidad de realizarla mediante la vía liberal.
Paralelamente, en Prusia se estaban estableciendo las bases de lo que más
tarde llamaremos la segunda vía de la revolución burguesa: se iba constituyendo
2
una lite compuesta por junkers y alta burguesía que, al compás del desarrollo
económico que acompañaba al comienzo de la industrialización, se planteaba la
revolución como un doble proceso:
>Revolución “desde arriba”, como medio de asegurar su poder. La
Constitución que Federico Guillermo IV otorgó a sus “súbditos”, tras el
fracaso insurreccional, se planteaba sobre la base de un pacto entre el
pueblo y el soberano, que dejara a este todo el ejercicio del poder
ejecutivo, pero a la vez garantizara la libertad básica de sus súbditos
frente a los actos ilegales del gobierno. El Parlamento, bicameral,
participaría en la elaboración de leyes y votaría el presupuesto, pero no
se inmiscuiría en las responsabilidades del ejecutivo. De hecho, la
historia política prusiana hasta 1865 será la narración de los conflictos
entre un Parlamento que exige para sí mayores competencias de
control sobre un gobierno y un ejecutivo que ignora y soslaya la labor
del legislativo.
>Unificación alemana, con la exclusión de Austria, a partir de la
hegemonía prusiana. Lo que significaba afirmar y desarrollar las bases
del poder de Prusia, tanto económicamente (el estado más
desarrollado de Alemania y una futura potencia europea) como política
y militarmente (ejercicio de dominación cara el interior y afirmación del
poder alemán frente al exterior)1.
1
Para Bismarck las instituciones son una pantalla “un engaño” para
asegurar el poder. Así, F. HEER señala “ni la tradición ni la decencia
importaban gran cosa a Bismarck. Con frecuencia habla en la intimidad
del “engaño legitimista”, del “engaño nacional”, del “engaño
colonialista” y hasta del “engaño del imperio...” en Europa madre de las
revoluciones, 1980. El mismo Bismarck declaró taxativamente: “la rama
sobre la que nos sustentamos es el ejército, y el que corte esta rama
es mi enemigo...” Así, LASSON, embebido por la exaltación posterior a
1871, señala: “un Estado poderoso es el mejor de los Estados; su
pueblo, el mejor de los pueblos, y su cultura, la más valiosa de las
culturas...” (Principio y porvenir del Drecho internacional, 1871). En
1886, aclara: “un estado considerado pequeño no es realmente un
estado, sino simplemente una comunidad tolerada, que pretende,
ridículamente, ser un Estado sin ser capaz de ejercitar las funciones
más esenciales de éste, cual es el poder rechazar con la violencia
cualquier imposición...” (El ideal de la cultura y de la guerra)
3
2. Situación internacional
Sostenemos que la unificación italiana y alemana se realizó porque se dieron,
entre otros factores, ciertas circunstancias internacionales que posibilitaron su éxito.
En primer lugar señalaremos que la guerra de Crimea (1853-56) supuso el
final de la etapa de “equilibrio” y el comienzo de otra, que culminará en la Primera
Guerra Mundial, en la que primará la política de fuerza y la tensión. Europa, que
había permanecido en paz desde 1815, comienza otra fase de conflictos armados.
Veamos la situación con más detalle:
a/ Francia. Napoleón III va a desarrollar una política tendente a romper el
statu quo creado en el Congreso de Viena, como medio de recuperar para
Francia el estatuto de gran potencia. Tres principios animan su política:
-No exponerse a conflictos con Gran Bretaña, gran potencia
indiscutible. Por el contrario, buscar su alianza.
-Romper el frente de las potencias conservadoras, especialmente
Austria, principal valedora del mapa europeo.
-Resucitar en el interior ideas “patrióticas”, como forma de
aglutinar a la población con el Imperio.
La idea de Napoleón era establecer una nueva organización general
de Europa. Tarea en la que Francia debía asumir la dirección moral (la
“misión europea de Francia”). Esta nueva organización debía partir de dos
postulados:
-Devolver a Francia su “grandeza”, con compensaciones por su
nuevo papel y por una política expansiva en ultramar que
resucitase las viejas ideas de “un imperio francés”, abandonado
tras el fracaso napoleónico.
-Satisfacer los deseos justos de las nacionalidades, como medio
de acabar con la agitación en las zonas “calientes” de Europa.
En Europa la “expansividad” francesa se orientará hacia la zona
renana (Bélgica, Luxemburgo y los principados alemanes del Rin) y hacia el
Mediterráneo (Niza, Saboya, Túnez, Argelia, intervención en Siria,
inversiones en Egipto-Suez...). En el marco extra europeo, que analizaremos
en el próximo tema, el planteamiento fue otro.
b/ Austria es una potencia declinante que lucha por mantener su
anterior status. Su situación era contradictoria: temerosa de Francia
(alentaba las pretensiones nacionalistas italiana y consentía las prusianas)
no puede acudir abiertamente a Rusia, su vieja aliada, porque siente su
amenaza en los Balcanes, donde el expansionismo ruso es obvio. Su
progresivo debilitamiento (conflictos con los nacionalismos) y su aislamiento
la sitúan en una posición secundaria.
4
c/ Rusia entiende su política exterior como un conflicto de intereses
con Gran Bretaña y su acólita Francia. Su respuesta va a ser expansiva en
cuatro frentes:
>El Imperio otomano declinante, en los Balcanes, el mar Negro y
Transcaucasia.
>El Báltico (medio de transporte de gran parte de su comercio de
granos), donde el control de los estrechos frente a Gran Bretaña y
Prusia son temas capitales, y donde el tema polaco (cuyas ansias
independistas son apoyadas por Francia) es capital.
>Asia, donde lleva adelante un política de búsqueda de “fronteras
defendibles” y de anexiones “preventivas” frente al avance
británico y europeo (apertura de puertos chinos, japoneses,
instalación en Indochina...). Así, el avance hacia las fronteras del
Turquestán chino, o hacia la actual Afganistán, o la adquisición de
zonas del Amur se entienden como respuestas a la “amenaza” de
una penetración extranjera.
>América, donde intenta aprovechar la debilidad USA para
avanzar en el dominio del Pacífico Norte.
Esta política necesitaba que las otras potencias continentales
europeas no se uniesen en un frente anti ruso.
d/ Gran Bretaña era la nación más poderosa de Europa, asentando su
poder en su gran desarrollo económico y en el control de su imperio
ultramarino. Va a llevar una doble política:
>En el continente Europeo practicará un no-intervencionismo directo,
optando por una política de mantenimiento de un equilibrio entre las
potencias, que impida que ninguna de ellas imponga una hegemonía que
suponga una amenaza a la primacía británica. Así se entienden sus
acciones en favor del mantenimiento del poder austriaco (freno a Francia y
Rusia) o tolerando la unidad alemana bajo la dirección prusiana (la nueva
Alemania sería un estado “tapón” para Francia y para Rusia) o evitando
apoyar la lucha polaca (una Polonia católica, bajo influencia francesa, en la
Europa del este situaría a Francia en una posición dominante). esta política
de no intervención “directa” y de equilibrio encontró dos apoyos importantes:
la progresiva liberalización arancelaria europea (hasta 1873) que supuso la
posibilidad de penetración económica en algunos estados, y la política de
“tensión” que permitió desarrollar una política de alianzas que garantizase
ese relativo equilibrio.
>Fuera del continente europeo practicará una política activa de
consolidación y ampliación de su imperio. Los principales ejes serán:
*Económico: apertura y penetración en nuevos mercados; así
como, el afianzamiento del control de rutas navales.
*Mediterráneo: en dos frentes:
-Turco: mantenimiento del imperio frente a las pretensiones
rusas.
5
-Francés: contrarrestar el intento de hacer del mediterráneo
occidental un mar galo, para lo que era importante impedir la
creación de una Italia satélite de Francia (cuando el
movimiento unificador es irremediable, Gran Bretaña prefiere
una Italia fuerte a una débil bajo protección francesa) y
contrarrestar la penetración económica francesa en los
estados ribereños.
*Asiático: búsqueda de “fronteras defendibles” frente a la
amenaza rusa, afianzamiento del control de los principales ejes
navales (por ej., Singapur, Suez...) y establecimiento de áreas de
influencia reconocidas y reconocibles (delimitadas, defendidas,
etc.) en las colonias frente a la expansión de otras potencias
europeas.
El principal problema de esta política es que permitirá el crecimiento
del poder prusiano hasta el punto de que Alemania llegará a romper el
equilibrio continental y se erigirá en potencia hegemónica, punto a partir del
cual comenzará el curso de acontecimientos que llevará a la Primera Guerra
Mundial.
3. La unificación alemana
En 1862, Bismark es nombrado canciller por el rey de Prusia en un intento
por resolver un grave problema político: el Parlamento, en un intento por conseguir
ampliar sus atribuciones, se negaba a aprobar el presupuesto que el ejecutivo
presentaba para reformar el ejército (lo que permitiría a Prusia tener el poder militar
suficiente para llevar a cabo su “misión”), si no conseguía poderes para controlar el
gasto militar. Para Bismark y para los sectores sociales que apoyaban al estado
prusiano el problema militar era clave: si la unidad alemana se debía realizar sobre
la base del poder de Prusia (cara el interior, mediante el reconocimiento de esa
supremacía; y cara el exterior, mediante la asunción de lo inevitable), era
imprescindible dotar al Estado del medio de poder mas característico: un ejército
capaz de hacer frente a los problemas que se avecinaban.
Durante los años 60, Austria llevó a cabo las negociaciones que iban a poner
fin a la rivalidad austro-húngara y que conducirían al establecimiento de la Doble
Monarquía. Esta situación de cierta inestabilidad limitaba el poder austriaco y
permitía a Prusia ver con optimismo sus perspectivas unificadoras.
Pasos en la unificación:
a/ El problema de Schleswig-Holstein. El tratado de Londres de 1852
establecía que al rey danés, que no tenía hijos, le sucedería Cristian de
Glücksburg, como heredero de Dinamarca y de Sch-H. La situación se
complicaba porque Holstein pertenecía a la Confederación Germánica y
Schleswig no. En noviembre de 1863, Cristian subió al trono y otorgó una
constitución al reino danés, en el que se incluían Sch-H. Los estados
alemanes, en medio de una creciente agitación nacionalista, lo consideraron
6
una violación del tratado. En enero de 1864, Austria y Prusia firmaron un
tratado anti danés. Entre febrero y agosto del mismo año, tropas austroprusianas derrotaron a Dinamarca y conquistaron los ducados, pero, en vez
de “devolverles la libertad” en el seno de la familia alemana, Austria pasó a
administrar Holstein y Prusia Schleswig. Los problemas entre las dos
potencias alemanas comenzaron a crecer a propósito de rivalidades
fronterizas y de la forma de administrar esos territorios.
b/ Guerra austro prusiana. En 1866, Prusia firmó un tratado con el naciente
estado italiano (apoyado por Francia) por el que en caso de una guerra con
Austria, Italia se comprometía a abrir un segundo frente en el Véneto. En
caso de victoria aliada, Italia adquiriría esos territorios. Por su parte, Austria
firmaba poco después un tratado secreto con Francia por el que esta se
comprometía a ser neutral en caso de conflicto con Prusia, a cambio de lo
cual, si vencía Austria, el Véneto pasaría a manos francesas, que
posteriormente lo entregarían a manos piamontesas. Poco después
comienza la guerra: Prusia invadió Holstein y llamó a sus estados vecinos a
ser sus aliados, ante la negativa de estos, ocupó Hannover, el electorado de
Hesse y Sajonia. Los estados meridionales movilizaron sus ejércitos, pero
no los sacaron de sus fronteras. Austria fue derrotada. El 28 de agosto de
1866 se firmó la paz de Praga, por la que:
*Se mantenía la integridad territorial de Austria.
*Se disolvía la Confederación Germánica.
*Austria aceptaba su exclusión de la futura organización
alemana.
*Se creaba la Confederación Alemana del Norte, bajo
supremacía prusiana.
*Prusia se anexionaba Schleswig, Holstein, Hesse-Casel,
Hannover, Nassau y Fráncfort.
*Los estados del Sur formaban la Confederación Alemana
del Sur.
Posteriormente, ante la “amenaza prusiana”, la debilidad austriaca y
las “pretensiones francesas” (aireadas y manipuladas por Bismark), los
estados del Sur firmaban un acuerdo con Prusia por el que se comprometían
a poner sus ejércitos bajo el mando prusiano, si Prusia se veía atacada y
amenazada en su integridad territorial.
c/ La constitución de la Confederación Alemana del Norte (1867) es el más
claro ejemplo de como Prusia (la lite prusiana) concebía la unificación y las
reformas liberales:
-El Bund o Confederación se concebía como un conjunto de
estados asociados, con gobernantes propios (los gobernantes
que no se habían opuesto a la unificación conservaban sus
tronos), sus propias leyes y constituciones, así como el derecho a
la recaudación fiscal. La plasmación institucional del Bund era el
Bundesrat (Consejo Federal), donde se reunían los
representantes de los diferentes gobiernos estatales en número
7
proporcional al tamaño de cada estado (quedaba así asegurada
la primacía prusiana).
-El rey de Prusia era el presidente del Bund, jefe de su ejército y
tenía derecho exclusivo sobre el nombramiento del canciller, la
política exterior y para declarar la guerra o firmar tratados de paz.
-El Reichstag era el parlamento alemán, elegido por sufragio
universal masculino, con competencias sobre las atribuciones
legislativas, pero no de control del ejecutivo.
-El canciller era el jefe de gobierno, responsable ante el rey y el
bundesrat.
d/ La guerra franco-prusiana. Siguiendo esta política de vencer las
resistencia exteriores a la unificación a la par que se utilizaba la guerra para
ampliar la unidad alemana, el siguiente obstáculo era Francia, con
pretensiones históricas sobre la zona renana y rival en el objetivo prusiano
de convertirse en la potencia hegemónica continental. Por su parte los
estados del Sur se mostraban reticentes a seguir los pasos prusianos y, ante
la ausencia del contrapeso austriaco, no les quedaba más remedio que
confiar en el papel “protector” de Francia. Para Prusia una guerra (y victoria)
con Francia supondría poner a estos estados del Sur en un difícil situación:
-Ante una situación de guerra deberían optar entre su
“germanidad” (apoyando a la Confederación del Norte e iniciando
el camino de una progresiva integración) o pasarse al bando
enemigo, con lo que podían pasar a ser inmediatamente
conquistados e integrados “a la fuerza”.
-Ante la eventualidad de la derrota francesa, estos estados se
quedaban sin posible protector, sin nadie que los pudiese
defender del poder prusiano.
Napoleón III, por su parte, se encontraba en una situación delicada:
necesitaba “éxitos” para poder justificar su política exterior: el fracaso en
Méjico, el fracaso en Alemania (no había obtenido compensaciones por su
“neutralidad”) y la dudosa situación italiana (no había conseguido hacer de
Italia su nítida esfera de influencia, por el contrario, las tropas francesas que
defendían Roma se encontraban enfrente de un estado italiano que reclama
completar su unidad). Junto a ello, y de fondo, la nueva Alemania se erigía
como el rival a la pretendida “grandeza” europea de Francia. Su posición
internacional no era mejor: enfrentada a Rusia (apoyo a los polacos y guerra
de Crimea) y a Austria (apoyo a la causa italiana), no le quedaban más
resortes que acudir a una alianza con Gran Bretaña (que se inicia con el
tratado comercial de 1866), pero esta no está interesada en una
participación directa en los conflictos continentales, ni ve con buenos ojos
las pretensiones territoriales francesas.
En esta situación, Francia optó por una política de “salvar la cara”
ante la opinión pública interna y de mantener “cierta” tensión con Alemania.
8
Así, intentó hacerse con Luxemburgo, pequeño estado que esperaba no
crease demasiados problemas internacionales. Para ello, presionó al rey de
los Países Bajos para que renunciase a Luxemburgo, a cambio de lo cual,
Napoleón se comprometía a defender sus fronteras frente al “peligro”
alemán. Pero Alemania quería la guerra: amenazó a los Países Bajos y
proclamó a Luxemburgo como territorio alemán. La tensión fue en aumento.
En 1869, estalló el casus belli. España, tras expulsar a Isabel II se
encontraba buscando un monarca para su trono. Francia consideraba a
nuestro país dentro de su área de influencia o, al menos, no la quería ver
dentro del área de influencia de sus enemigos. Por eso, interpretó la
candidatura de un Hohenzollern (rama dinástica católica del Sur,
emparentada con la casa prusiana) al trono español como un ataque a su
seguridad y pretendió presionar a Prusia para que desistiese. El 19 de julio
de 1870 se desató la guerra. El 1 de septiembre el ejército francés era
destrozado en Sedan. El 4 del mismo mes, una insurrección parisina
estableció la Comuna, que resistió hasta el 28 de enero de 1871, que se
produjo la capitulación francesa. Mientras tanto, el 18 de enero, en
Versalles, Guillermo I era proclamado káiser alemán. Los estados alemanes
se integraban en la unidad y la Confederación se transformaba en el II Reich
alemán.
La unidad alemana vino, así, acompañada con el afianzamiento del
poder europeo de la nueva nación, como se puso de manifiesto en la
cláusulas de la capitulación francesa: Alemania se anexionaba Alsacia y la
mitad oriental (la más próspera económicamente) de Lorena, mientras que
Francia se comprometía a pagar una indemnización de cinco billones de
francos.
4. La unificación italiana
El proceso italiano presenta ciertas similitudes “estructurales” con el alemán:
la existencia de una débil burguesía, dispersa en las ciudades, frente a un
predominio casi absoluto del campo, y concentrada en el Norte, frente a un Sur con
predominio de viejas tradiciones señoriales; la dispersión en pequeños estados de
nula viabilidad económica; el enfrentamiento a Austria; el uso de un “modelo” de
revolución “desde arriba” con tintes autoritarios...
Pero también presenta notables diferencias: Austria ejercía su poder sobre
Italia de una forma más directa: ocupaba el valle del Pó (exceptuando el reino del
Piamonte) y la zona del Véneto y los valles alpinos, y tenía a familiares en los tronos
de los pequeños ducados norteños; la unificación italiana no fue acompañada de un
proceso de crecimiento económico como el alemán, lo que le ocasionó una situación
de una cierta dependencia exterior: no pudo enfrentarse sola al poderío austriaco y
luego necesitará de la colaboración exterior para consolidar su estado y su papel en
Europa; los ideales “nacionalistas” italianos fueron mucho más limitados que los
alemanes, aquí la lucha contra la opresión austriaca y borbónica se unió a las ideas
liberales y a un difuso jacobinismo, que sólo cuajaron en un ideario nacionalista en
9
la mente de reducidos grupos sociales (burguesía de los negocios y sectores de
terratenientes que buscaban un “mercado suficiente” para sus granos), políticos e
intelectuales.
Las revoluciones de 1848 llevaron regímenes constitucionales a los
principales estados italianos (Nápoles, Toscana, Estados Pontificios y Piamonte) y
se encontraron con la oposición frontal de las tropas de ocupación austriacas en
Milán y Venecia. El reino del Piamonte asumió el liderazgo de la lucha anti austriaca
(envió tropas para apoyar el movimiento milanés), pero su derrota puso de
manifiesto la insuficiencia de sus fuerzas. La represión del movimiento
revolucionario por las tropas de Austria (y francesas en los Estados Pontificios), y
por los gobiernos locales, la falta de unidad entre los diferentes movimientos
(predominio de un “protonacionalismo” particularista sobre el concepto de unidad
italiana) y la ausencia de apoyo popular a los mismos pusieron de manifiesto la
inviabilidad de esta vía.
Será el reino del Piamonte, el más próspero y poderoso del ámbito italiano, el
que asuma la hegemonía del movimiento unificador, pero para realizar esta tarea
necesitaba enfrentarse a Austria y para ello necesitaba aliados que le diesen un
mayor potencial militar. En 1859, Cavour encontraba ese aliado en Napoleón III. que
veía, de esa manera, la posibilidad de plasmar su política de liderazgo moral y de
adquirir una posición preminente en los asuntos italianos, a la vez que obtenía,
como compensación, Niza y Saboya. Pero, para llevar a cabo esta estrategia,
Francia quería una Italia débil, una confederación de estados que necesitase de la
“protección” francesa para su supervivencia, y en el que los Estados Pontificios
conservasen su status y la protección de las tropas francesas. La Historia iba a
desmentir estas intenciones.
En 1859, Austria declaró la guerra al Piamonte y Francia, a su vez, respondió
declarando la guerra a Austria. La victoria fue francoitaliana, pero no fue total, la
resistencia austriaca y las presiones de Gran Bretaña llevaron a la paz de
compromiso de Zurich (10.11.1859), por la que el reino del Piamonte se anexionaba
la Lombardía. Los acontecimientos se iban a precipitar. La propaganda y la acción
piamontesas consiguieron que, desde finales del 59 a principios del año siguiente,
los principados del Norte de Italia (Toscana, Bolonia y otros pequeños ducados)
pidiesen la anexión al Piamonte. Entre tanto, Garibaldi partía de Génova con sus
1.090 “camisas rojas” y rápidamente se hacía con Sicilia y Nápoles, que lo
proclamaron dictador. El terror recorrió las cancillerías europeas: el fantasma de un
nuevo movimiento revolucionario jacobino se cernía sobre Italia. El Piamonte recibió
el apoyo de las principales potencias para que atravesase y ocupase Italia (excepto
los Estados Pontificios, a salvo por la permanencia de tropas francesas) con sus
tropas y frenase el movimiento garibaldino. El 26 de octubre de 1860, Victor Manuel
recibía de Garibaldi el trono de Nápoles. A continuación se realizaron plebiscitos en
los territorios ocupados por las tropas piamontesas y de Garibaldi para legitimar la
anexión.
En 1866, tras la derrota austriaca ante Prusia, se produjo la anexión del
Véneto. En 1870, aprovechando la retirada de las tropas francesas, llamadas a
metrópoli para combatir en la guerra con Prusia, las tropas del nuevo reino de Italia
10
ocuparon los Estados Pontificios. La unidad italiana estaba prácticamente resuelta,
sólo quedaban los pequeños valles alpinos, que se añadirían posteriormente.
EL PENSAMIENTO POLÍTICO NACIONALISTA
Comenzaremos por una cuestión terminológica:
>Nación: conjunto de habitantes regidos por un mismo gobierno”. Su
expresión geográfica es el país, y el estado su plasmación política.
>Nacionalidad: “conjunto de caracteres peculiares que identifican a una
nación y son su razón de ser”2.
>Nacionalismo: “corriente política que busca que se produzca la
situación óptima en la que nación, nacionalidad, país y Estado
coincidan”, sin determinar una forma concreta de Estado.
2“A
la pregunta «¿qué es un pueblo?», contestaban: un montón de
seres efímeros con cabeza, manos y pies que en este momento
desdichado campan por sus respetos, con todos los síntomas
exteriores de la vida, en este trozo de tierra que se llama Francia; en
lugar de contestar: “un pueblo es la comunidad sublime de toda una
larga serie de generaciones pasadas, en vida y venideras, unidas
todas a vida y muerte en un sólo vínculo íntimo y grandioso y en cada
generación, a su vez, cada individuo garantiza la unión común... ¡cuán
bella e inmortal comunidad no se hace patente a los ojos y a los
sentimientos generales, en el idioma común, en las costumbres y leyes
comunes...!” A MÜLLER, Elementos de Política, 1808-1809
11
También es conveniente aclarar que dentro del concepto de nacionalismo
podemos encontrar tres interpretaciones distintas:
-Nacionalismo
patriótico,
que
pretende
disponer
a
los
individuos/ciudadanos para que sacrifiquen parte de su individualidad
(pagando impuestos, cumpliendo el servicio militar, obedeciendo las
leyes...) en favor del Estado y/o para conseguir un consenso con la
forma y acción del Estado. Es una forma de nacionalismo común a casi
todas las ideologías y su más extrema expresión se produce cuando
esta exaltación de la patria llega al punto en el que se considera que la
propia es la mejor y superior3 a las demás, de tal forma que la
pertenencia a ella otorga el derecho a actuar sobre las otras naciones.
-Nacionalismo liberador o disgregador que pretende la liberación de
una nacionalidad que se siente oprimida/desnaturalizada por otra
nacionalidad que la oprime al impedir que se realice plenamente en un
Estado propio.
-Nacionalismo unificador que pretende la unidad de una nacionalidad
en un estado propio, que hasta ese momento le ha sido negado por
otras naciuones o nacionalidades. Es el nacionalismo que tiene
importancia en el período aquí estudiado de 1848 a 1875.
3
A propósito del sentido de la unidad alemana, señalaba, en 1810, H.
VON GAGERN, “¿Es que nosotros, teniendo presentes los intereses
nacionales, podemos abandonar en el futuro las provincias
extraalemanas de Austria a sí mismas o al azar? Yo he concebido la
misión del pueblo alemán como una misión grande y universal. ¿A qué
unidad debemos aspirar? como quiera que nosotros hemos de vivir
conforme a la la misión que nos ha sido asignada en el Este, debemos
incorporar, como satélites, dentro de nuestro sistema planetario, a
aquellos pueblos situados a lo largo del Danubio que no tienen ni
vocación ni derecho a la independencia...” Claro que Bismarck se
manifiesta más expeditivo en una carata a su hemana, en 1861, “hay
que golpear a los polacos hasta que renuncien a vivir. Siento gran
compasión por su situación, pero si queremos perdurar no tenemos
más remedio que exterminarlos...” citados en F HEER, Europa madre
de las revoluciones, Madrid, 1980
12
1. Orígenes del nacionalismo
El pensamiento nacionalista es hijo del liberalismo, de la pretensión de formar
estados que se identifiquen con el conjunto de la sociedad, con el concepto de
nación:
“La soberanía es una, indivisible e imprescindible. Pertenece a la
nación y ninguna parte del pueblo, ni ningún individuo pueden
atribuirse el ejercicio de la misma” (Constitución francesa de 1791, tít.
III, a.1)
Ahora bien, el nacimiento del nacionalismo obedece al interés de estos
estados, reales o imaginarios (por conseguir), por arrastrar a las masas en pos de
ellos. En este sentido, nacionalismo y liberalismo presentan las primeras diferencias:
mientras el primero piensa obtener el “consenso” a través de la “bondad” (utilidad,
dirán otros) general de la libertad, la igualdad de oportunidades y la participación, el
nacionalismo lo hace mediante la identificación del Estado con los caracteres
propios de esa nacionalidad, con la “naturaleza” de su pueblo. Pero analizaremos
esto más detenidamente.
Analizaremos las cuatro grandes raíces del pensamiento nacionalista:
1. La idea de soberanía nacional, que implicaba la voluntad de un pueblo
de constituirse en nación. La consecuencia que el liberalismo deducía de este
axioma era la constitución de estados democráticos y representativos. Pero para
el nacionalismo el problema será otro: ¿por qué ese conjunto de individuos
deciden constituirse en nación?. La respuesta es la existencia de nacionalidades,
de caracteres propios de los diferentes grupos humanos, que los conducen a
formar comunidades.
Dos problemas se plantean a continuación:
<!º) El papel del individuo frente a ese sentimiento de
“colectividad”/nacionalidad: ¿hasta que punto el individuo es ahora libre frente a
esa obligación o deber de seguir esos comportamientos que se supone que son
los propios de la nacionalidad?. La respuesta nacionalista es que el hombre es un
animal social y no se realiza plenamente si no es en el seno del grupo al que
pertenece4 “La Providencia misma, el plan divino que presidió la creación del
género humano y que no existe más que para ser pensado por los hombres y
realizado por ellos, os conjuran a que les conservéis el honor y la existencia (la de
4
La nacionalidad “es la parte que Dios confiere a cada pueblo en el trabajo de la
Humanidad; su misión, la tarea a cumplir sobre la Tierra para que el pensamiento
de Dios pueda realizarse; es la obra que le da derecho de ciudadanía en la
Humanidad, el bautismo que le confiere su carácter y le asigna un puesto entre
los pueblos, sus hermanos...” MAZZINI.
13
los héroes de la nación alemana)” FICHTE, Decimocuarto discurso a la nación
alemana, 1807-1808. Fijémonos que hablamos del grupo al que pertenece,
situando algo por encima del individuo, que limita la infinita capacidad que los
liberales le otorgaban. Esta idea es la que HERDER aborda al definir VOLK 5
“Puesto que un hombre nace de una raza y dentro de ella, su cultura,
educación y mentalidad tienen carácter genético. De ahí esos caracteres
nacionales tan peculiares y tan profundamente impresos en los pueblos más
antiguos que se perfilan tan inequívocamente en toda su actuación sobre la
tierra...” HERDER, Ideas para una Filosofía de la Historia de la Humanidad, 178491 como comunidad inconsciente de raza, lengua o costumbre. Esta
obligatoriedad del individuo frente al grupo adopta dos grados:
5"He
aquí lo que es un pueblo en el sentido elevado de la palabra, desde el punto
de vista de un mundo suprasensible: un conjunto de hombres que viven en
sociedad y se forman unos a otros espiritual y naturalmente, obedeciendo a una
ley de desarrollo, especial y cierta, de la divinidad. La unidad de esta ley especial
es lo que, tanto en el mundo eterno como en el temporal, convierte a las
multitudes en un todo compacto y natural...” FICHTE, Discursos a la nación
alemana, 1807
14
-Para aquellos que creen que el origen de las nacionalidades es el
resultado de la Historia6 Esa natural dependencia del derecho de la
costumbre y del carácter del pueblo, se conserva también en el
progreso del tiempo, no deotro modo que en el lenguaje...”, De la
vocación de nuestro siglo para la legislación y la jurisprudencia, 1814,
de un largo pasado común, se trata de un deber humano, “positivo”,
que se da en la conciencia de los individuos por las ventajas que
encuentran en él.
-Para aquellos que dan un origen “natural”, anterior a la Historia,
buscando sus raíces en causas lingüísticas o étnicas, el deber del
individuo con respecto a la nacionalidad es “casi sobrenatural”, desde
luego anterior a él mismo y muy por encima de él7 y de su capacidad
decisoria.
6
Por ejemplo FC SAVIGNY: “Preguntaremos ante todo a la historia
cómo se ha desenvuelto realmente el derecho entre los pueblos
primitivos, con el fin de procurar ver y juzgar qué es lo que hay en ese
desenvolvimiento de necesario, de útil y de censurable.
En todas las nacione, cuya historia no ofrece duda, vemos al
derecho civil revestir un carácter determinado, peculiar de aquel
pueblo...
7
“El carácter de los pueblos antiguos se originó de los rasgos raciales,
la región en que habitaban, el sistema de vida adptado y la educación,
como también de las ocupaciones preferidas y las hazañas de su
temprana historia. Las costumbres de los mayores penetraban
profundamente y servían al pueblo de sublime modelo...” JG HERDER,
Ideas...
15
>2º) El desarrollo/búsqueda de las nacionalidades puede llevar a un
“excesivo” particularismo. Por ello, se hace imprescindible señalar un límite o
umbral que diferencie localismo y nacionalidad. Claro que el establecimiento de
este límite puede ser objeto de muy diversos intereses: conseguir mercados o
grupos étnicos “inferiores”, argumentar una política expansionista, justificar la
opresión sobre otros pueblos o políticas “homogeneizadoras”, etc. De esta forma,
veremos como se observan diferentes apreciaciones sobre el concepto según los
intereses de los grupos sociales en juego. No obstante, a nivel teórico fue LIST
quien señaló la línea que podía servir de umbral, al afirmar que las naciones
debían ser viables, refiriéndose a que se adecuasen en tamaño a los nuevos
conceptos territoriales que trajo la Revolución Industrial: mercado suficiente y
región como territorio en el que se da una red de flujos y una jerarquía que
muestran un cierta suficiencia.
2. Los propios ideales liberales:
>Libertad:
*La idea de liberación frente a la opresión (ahora de otra nación).
*La afirmación de la capacidad del hombre para cambiar la
Historia, lo que siempre había sido.
*La idea de opresión por parte del Estado, que ahora se asigna a
otra nación.
>Soberanía.
>Derechos positivos:
*La Historia aparece como la base del Derecho, ahora de las
nacionalidades y del comportamiento de los diferentes grupos.
*Desarrollo de “mitos” nacionalistas:
.La afirmación de una “Edad de Oro”, generalmente en la
Edad Media (producto del Romanticismo) en la que la
nacionalidad vivía próspera, con una sociedad perfecta y
armoniosa. Estado idílico que acabó cuando el “invasor”
desnaturalizó la convivencia.
.La afirmación de una Naturaleza idílica y armoniosa en la
que se desarrollaba la nacionalidad, pero que fue/está
siendo alterada por el opresor.
3. La filosofía alemana, que es el soporte intelectual del nacionalismo. Hegel
había realizado tres afrimaciones trascendentales:
-La primacía del Estado8 “El Estado es... el objeto inmediato de
la historia universal... El espíritu, en la historia, es un individuo de
8“La
unidad de la voluntad subjetiva y de lo universal, es el orde
moral y, en su forma concreta, el Estado. Este es la realidad, en
la cual el individuo tiene y goza su libertad; pero por cuanto sabe,
cree y quiere lo universal... Sólo en el estado tiene el hombre
existencia racional... Todo el valor que el hombre tiene, toda su
realidad espiritual, la tiene mediante el Estado...”
16
naturaleza universal, pero a la vez determinada, esto es: un
pueblo en general. Y el espíritu del que hemos de ocuparnos es el
espíritu del pueblo... Ningún individuo puede transcender de esta
sustancia; puede, sí, distinguirse de otros individuos, pero no del
espíritu del pueblo... Cuando el pueblo ha hecho de sí mismo su
propia obra, desaparece la dualidad entre lo que es en sí, en su
esencia, y lo que es en la realidad. El pueblo se ha satisfecho; ha
desenvuelto como su mundo propio lo que en sí mismo es...”
HEGEL, Filosofía de la Historia Universal, 1822-1831., como el
lugar en el que se concilia lo individual y lo universal (intereses
particulares y generales) a través del concepto de libertad real, la
que otorga la ley.
-La Historia era un desenvolvimiento dialéctico, en el que cada
fase era la afirmación/realización de un grupo social sobre otros.
-La contradicción existente entre la libertad individual y el
deber/ley se superaba en el “espíriru del pueblo”, que se
materializa en la forma de un Estado, de la Ley.
17
De estos postulados el nacionalismo obtendrá dos aspectos
importantes de sus planteamientosd políticos:
1. Su estatalismo9 “...El estado no es una manufactura, granja,
sociedad de seguro o mercantil; es la conexión íntima de todas las
necesidades fíisicas y espirituales, de todas las riquezas físicas y
espirituales, de toda vida interior y exterior de una nación para
constituir un gran todo enérgico e infinitamente movido y vivaz”, A
MÜLLER, Elementos de Política, 1808-1809. La construcción nacional
se entiende:
-Guiada por el Estado y como afirmación del poder de ese
Estado.
-Como superación del individualismo “disgregador”, dando lugar
a tendencias unificadoras y autoritarias.
-Enfrentamiento con otros Estados, que se interpretan bajo la
óptica de la dialéctica opresor-oprimido.
2. La idea de necesidad de la construcción nacional, como deber de
todos los miembros de la nacionalidad, como justificación de uniones y
anexiones y como razón de estado10 Los estados no nacionales, “no
poseen vida auténtica y a los que viven dentro de ellos, unidos por la
fuerza, sólo una maldición del destino podría cpndenar a la
imortalización de su desgracia. Precisamente la política que produjo
semejante aborto es tanbién la que juega con los pueblos y hombres
como con cuerpos inertes; pero la historia demuestra a las claras que
estos instrumentos de la soberbia humana son de arcilla y se quiebran
o deshacen como toda la arcilla en esta tierra...” JG HERDER, Ideas....
9“El
corazón de los súbditos tiene que latir por el Estado, cada
ciudadano debe estar dispuesto a ofrecer y sacrificar todo a otro todo...
10“...El
estado más natural sea también un pueblo con carácter
nacional. Este se conserva por miles de años y puede desarrollarse
con mayor naturalidad si el príncipe respectivo se empeña en ello... Por
consiguiente, nada se opone tanto al fin de los gobiernos como esa
extensión antinatural de las naciones, la mezcla incontrolada de
estirpes y razas bajo un solo cetro...” JG HERDER, Ideas...
18
4. Los acontecimientos históricos:
-La revolución francesa había:
*Confirmado la fuerza de la “voluntad” de la nación.
*Demostrado la posibilidad de destruir estados “de siempre”.
*Dado lugar a la imagen del luchador político: sacrificado, guiado
por el deber...
*Puesto en práctica los primero ideales patrióticos con muy buen
resultado, y había generado la primera imagineria nacional:
himnos, banderas, fiestas patrióticas, héroes...
*Dado lugar a que los gobiernos AR que se enfrentaron a élla
desarrollasen un cierto nacionalismo antifrancés como medio de
evitar el contagio ideológico.
-La guerras “revolucionarias” habían planteado:
*Fundamentalmente de parte francesa, la guerra como un asunto
nacional y patriótico.
*La unión de política y guerra, bien al utilizar la guerra como arma
política (para extender la revolución), bien al utilizar la política
para asuntos bélicos (para crear aliados y debilitar la resistencia
del enemigo).
-El imperio napoleónico había desarrollado dos ideas capitales:
*La de país “viable”, con su recomposición del mapa europeo.
*La de opresión: los estados conquistados impulsaron el
desarrollo de ideas nacionalistas como medio de levantar a las
masas contra Napoleón.
2. La formulación de las nacionalidades
Seguiremos en este punto el análisis de Hobsbawn sobre los “sentimientos
de pertenencia a una nacionalidad”, que son la base de las
formulaciones/reivindicaciones nacionalistas. Para nuestro autor la pregunta clave
es: ¿existían ciertos sentimientos de pertenencia colectiva a un grupo nacional
antes de la difusión de la propaganda nacionalista?. Para responder a la cuestión se
plantea una diferencia entre:
>Sentimientos populares, que afirma que no existieron (en la sociedad
del AR los sectores “populares” vivían apegados al terruño, sin más
noción de grupo que la de su localidad y a lo sumo la comarcal, siendo
las únicas nociones que percibía de entidades superiores los símbolos
del estado que suponían el señor, el cura o el reclutador) y que la
afirmación de su existencia obedece a una mixtificación nacionalista
con la que pretende justificar su acción política, bien bajo un disfraz
19
victimista, como el buen pueblo oprimido, bien bajo la máscara del
heroísmo11, como las hazañas de un pueblo en lucha por su liberación.
>Sentimientos de una élite, que señala que se existieron, y que fueron
los que luego los estados nacionales difundieron. Ahora bien,
Hobsbawn señala que estos sentimientos “elitistas” surgieron como
producto de la ideología del AR, como defensa del privilegio (derecho a
autoadministrarse de un territorio, por ej.) frente a la monarquía, y no
como ideales democráticos/revolucionarios.
11
En 1868, declaraba W MENZEL que el pueblo alemán no era un
pueblo de poetas y de pensadores sino que “lo cierto es que
irrumpimos en la historia universal como un pueblo de héroes, y esto
es lo que somos y seguiremos siendo pese a todos los maestros de
escuela”, Nuestras fronteras
20
A continuación, nuestro autor pasa a analizar las raíces que los
nacionalismos utilizan más comúnmente para justificar las
nacionalidades:
-La existencia de una lengua común. Según afirma, la época
protonacionalista se caracterizó por la coexistencia de un sifín de
hablas y lenguas populares en los territorios que luego pasarán a ser
país de las naciones. Será la imposición12 de la lengua nacional la que
enviará estas hablas e idiomas populares al capítulo del folclore o a lo
que Hobsbawn denomina “museos” lingüísticos. Pero esta lengua
impuesta será la de la élite que lleve a cabo la obra nacionalista, bien a
través del estado que realice las anexiones-unión bien a través de la
realización del proceso de establecimiento del estado nacional.
-La existencia de unos caracteres raciales. También negada. La
realidad previa europea era la de una gran heterogeneidad étnica. Los
únicos rasgos de identificación étnica se encuentran en los
argumentops ideológicos que las clases privilegiadas del AR utilizaban
para justificar su posición (la aristocracia francesa tenía su origen en
los francos, la alemana en los germanos, por ej.). Estos argumentos
erán retomados por el nacionalismo para justificar ideológicamente su
actividad política y, lo que es peor, su opresión sobre otras naciones.
-La existencia de una conciencia de haber pertenecido a una
comunidad con instituciones y autonomía política. Hobsbawn señala
como esta conciencia correpondía exclusivamente a la élite del AR,
dado que las “masas” vivían ajenas a este tipo de formulaciones, de las
que además estaban por completo excluidas (ver el tema del AR). Es
más, incluso las crónicas y textos históricos que podían ser el soporte
de esa conciencia son obra o encargo de esa élite y raramente estaban
al alcance de la enorme masa de analfabetos. Lo que sucedió fue que
la élite utilizó este argumento para justificar el proceso nacionalista y su
propia preminencia en el.
12
En Francia, sólo la mitad de los franceses hablaban francés antes de
su adopción como idioma oficial y su implantación en los planes
educativos (la implantación real de las lenguas nacionales corre
paralela a la implantación de los sistemas educativos generalistas y
universalistas). En Italia, sólo un 2,5 % utilizaban el italiano de forma
cotidiana, mientras en el territorio alemán, no llegaba a medio millón el
número de personas capaces de leer en ese idioma.
21
ELEMENTOS PARA UNA
NACIONALISTAS 1848-75
INTERPRETACIÓN
DE
LOS
PROCESOS
Nuestra interpretación es que el nacionalismo fue la segunda vía para la
realización de las revoluciones burguesas, cuando se daban cinco condiciones:
1. Un cierto retraso en el tiempo (a partir de 1848). Pues los movimientos
griego (1821) y belga (1830) debieron su éxito a intervenciones extranjeras.
2. Eran lugares donde las actividades burguesas eran débiles, con un fuerte
predominio agrario, una fuerte diferenciación social y el mantenimiento de
relaciones personales en el campo.
3. Eran lugares en los que la élite innovadora está compuesta por una
mayoría de sectores del AR, que toma la iniciativa para adaptarse a los
tiempos. En ese sentido, sus revoluciones son “desde arriba”, sin y,
generalmente, contra el apoyo de las masas, a las que se aglutina “detrás”
con la divulgación de los mitos nacionalistas. El resultado son estados poco
liberales, con una fuerte carga autoritaria, que mantienen durante largo
tiempo instituciones del AR, aunque las reforman para que puedan cumplir
las nuevas misiones que el nacionalismo les encomienda. La revolución
industrial será el proceso por el que la burguesía se irá integrando en esa
élite y por el que esa élite irá adoptando actitudes y mentalidades
burguesas.
4. Una situación de apremio económico, de una cierta urgencia por llevar a
cabo reformas para poder competir en el nuevo mercado capitalista. Así, la
construcción nacional se entiende como una forma de aumentar el poder
económico-político, dentro de una visión geoestratégica que ve el mundo
como una lucha por la supremacía. Así se entiende la unión de los procesos
de unificación política y los de industrialización.
5. Las nacionalidades que se pretende convertir en naciones se encuentran
dominadas o en áreas de dominación de potencias que mostraban un cierto
atraso económico (Austria) y no podían ofrecer garantías de alcanzar el nivel
de desarrollo necesario.
22
Descargar