ALIANZA - BREVE HISTORIA DEL ROCK

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A L I A NZA - BREVE HI STO RI A D EL
RO CK
Aquí tenéis una breve pero intensa visión de la historia del rock desde sus más
remotos inicios hasta nuestros días. Obra y producto del esfuerzo de investigación y
recopilación de Carlos Treviño. Seguramente no estén todos los que son, pero sí son
todos los que están. Disfrutarla.
1 - LOS COMIENZOS. BLUES
¿Breve historia del Rock?... Vale... Quien me mandará a mí a meterme en este
“fregao”. Y ¿Esto por donde se empieza? Quizá, teniendo en cuenta la
temática de nuestro “Fanzine Alianza”, debería remontarme hasta “Deep
Purple”... claro que antes ya estaban “Steppenwolf”... y qué pasa con “The
Moody blues”... bueno, empezaré por “The Beattles”, o mejor aún, me
remontaré hasta “Elvis”... Realmente la palabra Rock se ha convertido en un
vocablo que se utiliza para cualquier música, siempre que ello pueda suponer
la mejora en las ventas. Lo comercial, el interés por lucrarse antes que por
defender el arte ha hecho que las etiquetas surjan de modo que, casi, cada
nueva banda trae bajo el brazo una nueva denominación para su música.
Así pues, creo que lo más acertado sería buscar las raíces, los comienzos, de
este modo quizá acabemos teniendo una idea más clara de la evolución que
nos ha traído hasta hoy. Habría que remontarse hasta el siglo XIX. De este
modo comprobamos que son los antiguos negros, esclavizados en Africa para
trabajar en E.E.U.U., los que llevan consigo su folklore, llamado
genéricamente “música afroamericana”. Esta música evoluciona de acuerdo a
diversos aspectos como son la situación geográfica, la forma de vida y la
cultura autóctona. Se comienza a llamar blues a esos cantos que, a modo de
lamentos, gritos o versos espirituales, ayudaban a pasar las largas jornadas de
trabajo en las plantaciones de algodón, arroz, azúcar ó tabaco. La esclavitud
fue abolida en E.E.U.U. (país donde germina la semilla del Rock) en 1860.
Pero no así un racismo perenne en la sociedad americana, sobre todo la
sureña, que hacía de la vida de los americanos de piel negra, una constante
tortura que solo se veía aliviada por esos momentos de celebraciones en los
que, llevados por su necesidad de sentirse libres, no dejaban de cantar y
cantar. El sistema de “llamada del cantante, respuesta de la audiencia”, era
el más usado en las labores del campo, donde el trabajo era más estático. Sin
embargo, en otras labores de mayor movilidad (construcción de vías férreas,
etc.) el blues era más introspectivo, buscando más la espiritualidad personal.
(si entendemos la música como un medio instintivo de exteriorizar
sentimientos, podremos apreciar la estrecha relación existente entre el Blues
y el flamenco, “Cante Jondo” ó “Cante de las Minas”). Esto generó diferentes
formas de cantar blues, y a finales del s. XIX se extendió por todos los estados
del sur, por donde aparecieron cantantes que, acompañados de una guitarra ó
una harmónica, actuaban en locales ayudando, inconscientemente, a
extender su cultura.
Entre estos primeros “bluesman” podemos mencionar al legendario Blind
Lemond Jefferson ó a Huddie Ledbetter (Leadbelly) como los más populares
de la prehistoria musical. No fue hasta 1912 que el director de orquesta W. C.
Hardy grabó su “Memphis Blues” con lo que el blues entró en la historia de la
música grabada. En 1920 se produjo la primera grabación de un verdadero
cantante de blues. Se trataba de la mítica Mammy Smith que, con “Crazy
blues”, dio el disparo de salida para que multitud de cantantes hicieran lo
mismo. El blues es un estilo musical que en compás de 4 x 4, tiene12
compases, y se compone de 3 frases de 4 compases cada una. Pues a partir de
Mammy Smith, una larga lista de cantantes se lanza a la aventura de tocar y
cantar blues, siguiendo estos patrones concretos, como forma de vida. Hersal
Thomas, Elizabeth Johnson, Charlie Poole ó Washington Phillips son algunas
de las celebridades que grabaron en los años ’20. Debido a la I guerra
mundial, pero sobre todo a la mayor libertad para los “Afroamericanos” y la
necesidad de mano de obra, desde finales de los ’20 y principios de los ’30 en
adelante se produjo la migración de miles de personas de color hacia el norte,
lo que provocó que apareciera un importante centro neurálgico de blues en
Chicago, con un nuevo estilo local, más alegre y despreocupado. No fue hasta
los años ’40 que este movimiento cobró la suficiente fuerza como para salir
fuera de las fronteras de su
propia ciudad. Sus primeros protagonistas fueron, entre otros, Jimmy Rogers,
Muddy Waters, Big Bill Bronzy ó el mismísimo B. B. King.
Paralelamente al Blues, el Jazz aparece en 1900 como una evolución más de
la Música Afroamericana y, del mismo modo, se desarrolla el Gospel, que si
bien a mitad del s. XIX era predominantemente blanco, fue adoptado y
encauzado por la parte más religiosa del blues. En la década de los 40 se
producen dos hechos que revolucionaran el mundo de la música. Por una
parte, el músico e inventor Les Paul, le añade una pequeña pastilla
amplificadora a la tradicional guitarra acústica, para, de este modo ampliar el
volumen de la misma. Es el bluesman T. Bone Walker el primero en usarla, en
su necesidad de sonar sobre la banda rítmica que le acompañaba. Por otra
parte se consigue un soporte para la música que permite la grabación de un
largo minutaje por ambas caras (el primer “Long Play” se fabricó en 1947). El
“Rhythmn and Blues” surge a principios de los años ’40 como una simbiosis
entre el blues y el Swing para Big Band. Alegre y generalmente
rápido,
de ritmo sincopado, era interpretado por un líder, vocal o instrumentista,
acompañado de una sección rítmica de repetición. Hijo del Blues, pero con
notables influencias del Jazz y del Gospel, el R’n’B se convierte en un
fenómeno sociológico importante, gracias sobre todo a la revista
estadounidense “Billboard”, pero también a las radios, sobre todo locales,
que dan a conocer a cantantes como Sam Cooke o a grupos como The
Drifters. La aparición de los cantantes Chuck Berry y Little Richard continúa
aumentando la popularidad del estilo, hasta que Fats Domino, dando una
vuelta de tuerca más, introduce influencias del Country y crea el llamado
Boggie Woogie (“The fat man”, 1949, es considerado el primer Rock and Roll
de la historia).
Los primeros ’50 fueron dominados por los cinco “pioneros” del Rock and Roll,
esto es, Jerry Lee-Lewis, Carl Perkins, Johnny Cash, Roy Orbison y Chuck
Berry. El primer gran éxito del R’n’R fue “Rock around the clock” (1954) que
se hizo enormemente conocido gracias a la película “Semilla de Maldad”
(“Blackboard jungle”, 1955, trataba de la rebeldía y agresividad en la
juventud estudiantil). Pero la popularidad de estos fue arrasada por el primer
verdadero fenómeno musical de masas del mundo, Elvis
Presley.
Ya gozaba de cierta popularidad en Memphis, a donde se mudó desde su
pueblo natal, Tupelo (Tennessee), pero una serie de conciertos en la ciudad
de Nashville-Davidson, y el apoyo de una discográfica con su tema
“Heartbreak Hotel”, hizo que miles de quinceañeras se volvieran locas con él,
sorprendiendo a propios y extraños. Su música, que abarcaba múltiples
estilos, unida a su carisma (se llegaron a prohibir sus bailes por televisión),
hicieron de él un producto comercial, cuya marca era “El Rey del Rock”, lo
que ha hecho que millones de personas le atribuyan la invención del R’n’R. La
locura se extiende, y América es arrasada por los delirantes ritmos de Eddie
Cochran, Ritchie Valens y tantos otros. The Everly Brothers añaden más
nata al pastel, al incluir armonías vocales en sus “rocanroles”. Y de este modo
nos adentramos en la década de los sesenta. Por primera vez, y ya no
dejaremos de hacerlo, saltamos el “Gran Charco” para descubrir lo que se dio
en llamar la respuesta británica al R’n’R.
2 - U.S.A. Vs. INGLATERRA
En el primer capítulo de esta breve historia de nuestra música, comprobamos
como, ante la falta de atención por parte de la modesta industria musical
hacia el blues y estilos afines, así como las lógicas limitaciones que imponían
los escasos medios para la grabación y difusión del arte sonoro (a penas seis
años antes de Elvis, se lograba grabar el primer “long play”), hicieron que la
evolución musical se produjera de forma muy local, y en largos espacios de
tiempo. Tan solo a raíz de la aparición del Rock and Roll, surgen discográficas
dispuestas a invertir, visto el furor desatado por el estilo. La difusión de este
estilo fue tal, que pronto aparecieron fans del Rock and Roll en la vieja
Europa.
Fue en 1962 cuando The Beatles, desde Liverpool, se lanzan a la conquista
del mundo. Muy influenciados por The Everly Brothers (en privado se llamaban
a sí mismos The Foreverly brothers) el éxito es, como ya sucediera con Elvis,
inmediato y arrollador, y su “Love me do” se extiende como la pólvora. Si el
Rock and Roll fue tomado como símbolo de rebeldía juvenil, lo mismo sucedió
con The Beatles, sus largas melenas resultaban altamente irreverentes para
la sociedad de la época. Pero el mundo se movía deprisa, y las discográficas
estaban empecinadas en sorprender con cada nuevo lanzamiento. De este
modo, contra esa fiebre mundial llamada beatlemanía, aparecieron The
Rolling Stones (sacaron su nombre de una canción del bluesman Muddy
Waters). Con un sonido mucho mas rocanrolero, y una clara base de Rhythmn
and blues, se presentaron en el mítico Marquee londinense el 12 de Julio de
1962, aunque su primer gran éxito llegaría casi dos años después con una
canción cedida por Lennon-McArtney, “I wanna be your man”.
En 1964 la necesidad de romper las reglas, y algo más, está en todos los
ambientes, y la pregunta, ¿Qué nueva sorpresa nos deparará el Rock?, se ve
respondida con dos palabras... “The Who”. Roger Daltrey, Pete Townsend,
Keith Moon y John Entwhistle sorprenden a propios y a extraños cuando, al
finalizar sus conciertos, entre un torbellino de ruidos, destrozan todos sus
instrumentos. Esto, lógicamente, no podía pasar inadvertido y tanto el fondo
como las formas del Rock comenzaban a endurecerse. Ellos fueron los
primeros en grabar una “Opera Rock”, “Tommy”, de 1969. Pero hemos corrido
demasiado, ya que en el mismo 1964, otros ingleses sorprenderían con el
primer “riff” de rock duro de la historia. Se hacían llamar The Kinks, y
dejaron estupefactos a mucha gente con la dureza de su “You Really Got Me”,
aunque básicamente eran una banda de pop, surgida a la sombra de The
Beatles, pusieron la primera piedra de ese gran edificio llamado Heavy Metal.
Mientras de Inglaterra surgían todas estas bandas, en U.S.A. las cartas venían
dadas de otro modo. Como muy bien nos cuenta Jesús Ordovás en su libro “El
rock ácido de California”, fue a mediados de los ’60 cuando los movimientos
estudiantiles y el nacimiento de la era hippie, es caldo de cultivo para una
seria de bandas que dan al Rock un punto de vista diferente, muy
influenciados por el folk y el blue-grass (derivado del country”), bandas como
Gratefull Dead, Jefferson Airplain ó Country Joe practican una música muy
relacionada con los pensamientos y aspiraciones de la comunidad estudiantil.
A la par surgen en Los Angeles bandas como The Doors ó Turtles para las que
el desmadre y la falta de “ilusión”, el desarraigo, introducen a la juventud en
la cultura de las drogas, y como estrella, el L.S.D.
De este mismo movimiento surgió el genial Frank Zappa con sus “Frank
Zappa and the mothers of invention” (“...of invention” fue una coletilla de
la compañía, sin el permiso del artista), practicando un tipo de música
inclasificable que, quizás por esto, cuajo en personas de muy diferente
condición. Su ruptura con cualquier forma establecida llega con “Freak out”,
que además de ser el primer L.P. doble de la historia, resultó tan
enormemente variado que cualquiera podía encontrar algo que le gustara de
él. Temas cortos y convencionales en su duración, en los que podías encontrar
R’n’B, Jazz, psicodelia, y temas largos que resultaron ideales para
experimentar sensaciones con el L.S.D (“Art-Rock” ó “Rock Progresivo”). En
1967 editan su primer trabajo “MC5”, ó “Motor city 5”, una de las piedras
angulares del Punk británico, a mediados de los ’70. El movimiento hippie fue
la respuesta estudiantil a los graves momentos bélicos que el mundo estaba
viviendo, y consistía en llevar a la práctica una “anarquía pacífica”, con un
gran respeto por la naturaleza y un rechazo sistemático al materialismo ó
culto al dinero. En este caldo de cultivo surgieron una serie de músicos de
diferente signo, que se convirtieron en estandartes del movimiento.
A principios de los ’60 James Marshall Hendrix ya trabajaba como músico de
“Rhythmn and blues” (tocó en diversos espectáculos con el mismísimo “Little
Richard”), pero no fue hasta que se mudó a Londres, cuando fundara “Jimmy
Hendrix Experience”. En 1967 vió la luz su primera obra, “Are you
experienced?”. Con temas como “Foxy lady”, “Hey Joe” ó “The wind cries
Mary”, tocó en clubs de toda Europa (bueno, toda no, aquí estábamos aún en
la edad de piedra). Su forma de tocar, con un sonido enormemente
amplificado, ritmos vertiginosos y melodías electrizantes, así como su
costumbre de destruir sus guitarras en los conciertos, le convierte en el
primer “Guitar Hero” del Rock. Janis Joplin ha sido la mejor cantante de
“blues” y “Rhythmn and Blues” blanca de la historia. En 1967 fue la cantante
de Big Brother and the Holding Company, pero su primer proyecto en solitario
fue la Kozmic Blues Band con el que editó “I got dem ol’ Kozmic Blues again
Mama” en 1969. Murió el 4 de octubre de 1970 por una sobredosis de heroína.
Pink Floyd son hijos de la música experimental de Zappa, y la psicodelia
hippy de The Doors ó Gratefull Dead. La banda británica fue fundada en 1965
por Roger Waters, Richard Wright y Nick Mason. Sus primeros discos, “Arnold
Layne” y “See Emily play”, del ’67 sorprendieron por sus extraños acordes,
cambios de ritmo y, en general, por su temática psicodélica. Fue en el ’68
cuando David Gilmour entró a la guitarra. A partir de aquí, se fueron
haciendo cada vez más populares, sobre todo, por sus impresionantes puestas
en escena, donde utilizaban todos los últimos adelantos en iluminación y
sonido, imprescindibles para transmitir sus difíciles composiciones.
A finales de los ’60, tras el macroconcierto de Woodstock (el momento más
álgido del movimiento hippie), la muerte de Hendrix, Joplin y Jim Morrison
(The Doors) entre otros, hizo que cundiera el desconcierto. Músicos
“estandarte” como Bob Dylan o Eric Clapton desaparecieron de la vida social.
The Beatles publican “Abbey Road” en medio de una fuerte crisis interior que
hace que en 1971 Paul McArtney, mediante los tribunales, disuelva el grupo.
Era necesario buscar nuevos caminos para exteriorizar la rebeldía juvenil. Y es
en este contexto donde surge el rock más brutal conocido hasta el
momento... El Heavy Metal surge como una necesidad de reivindicar el
auténtico “Rock”, frente a la decadencia general de las bandas que, a finales
de los ’60, se definían con esta etiqueta. La expresión “Heavy Metal” fue
extraída de un libro de 1961 titulado “La máquina blanda”, de William Seward
Burroughs (uno de los personajes se llamaba “Heavy Metal Boy”), y fue
utilizada por el crítico de la revista musical “Rolling Stone”, Barry Gifford,
para definir a todas las bandas que formaron parte del movimiento de
recuperación del Rock en su vertiente más dura. Steppenwolf son los
primeros en utilizar la etiqueta Heavy Metal para sí mismos...
3 - LOS PRIMEROS '70s
Poco a poco, casi sin darnos cuenta, los cantares que los esclavos africanos de
U.S.A. utilizaban para bien de su espíritu, en los pocos momentos de descanso
que tenían, ó como acompañamiento y hermanamiento en las jornadas de
duro trabajo, se ha convertido en un gran negocio, pero también en el mejor
medio para que la juventud, sobre todo occidental, exteriorice pensamientos
y sentimientos de todo signo. El Heavy Metal surge a finales de los ’60 como
protesta ante la degradación del Rock and Roll. En sus primeros años, en los
que aún no queda bien definida la identidad del estilo, aparecen bandas a
caballo entre los ’60 y los ’70, que aunque acabarían siendo incluidos dentro
del estilo, no lo eran en un principio. Los mencionados The Who,
Steppenwolf (los primeros en utilizar la etiqueta “Heavy Metal” para sí
mismos), Hawkwind, Iron Butterfly ó Ted Nugent. En 1968 hace su aparición
el primer L.P. de Deep Purple, titulado “The shapes of Deep Purple”. La
banda, fundada por Ritchie Blackmore, John Lord y Ian Paice, publicó un
trabajo compuesto, en su mayoría, de versiones, y en él se podía sentir el
caracter hippie de finales de los ‘70, pero con un sonido mucho más rudo y
amplificado.
Es en este mismo año cuando Jimmy Page (que venía de tocar en The
Yardbyrds, supliendo a Eric Clapton y Jeff Beck), John Paul Jones, John
Bonham y Robert Plant crean Led Zeppelin. Si “Purple” estaban más cerca
de la psicodelia, Led Zeppelin lo estaba del Blues y del R’n’B, dos estilos
hermanos en los que se basaban todas sus composiciones. Considerados como
los inventores del Heavy Metal (lo que resulta una difícil y valiente
afirmación) fueron apadrinados por Keith Moon (“The Who”) que les metió en
el sello “Atlantic”. Resultaron ser enormemente prolíficos, pues en 1969
publicaron sus dos primeros trabajos con una diferencia de 6 meses (“Led
Zeppelin” y “Led Zeppelin II”) a los que siguió en 1970 “Led Zeppelin
III”.
Black Sabbath surgen en las mismas fechas que Led Zeppelin. Provenientes de
Birminghan (tan británicos como “Purple” ó “Zeppelin”), Ozzy Osbourne,
Tony Iommi, Terry “Getzer” Butler y Bill Ward alcanzan su éxito en 1970,
con la publicación de “Paranoid”. Sus puestas en escena son oscuras,
misteriosas y evocadoras de relatos de terror, y sus primeras canciones, en las
que algunos creen ver influencias del “Glam Rock”, marcarían definitivamente
el camino a seguir para el Heavy Metal, y se convertirían en la mayor
influencia para multitud de bandas de los ’90 (de hecho, se les considera
padres del Doom, junto a Atomic Rooster).
En la época de la psicodelia hippie (mediados de los ’60) y muy influenciados
por el Rock ácido, surge una banda que inauguraría un camino nuevo nunca
transitado hasta entonces. Moody Blues eran una banda de música pop, pero
en el año ’67 editaron “Days of future passed” donde se incluiría el tema
“Night in white satin”, pero ante todo, donde la inclusión de teclados y
sintetizadores, daría pié al llamado “Rock sinfónico”. Pink Floyd,
provenientes del movimiento hippy, se apuntaron al carro, con sus grandes
espectáculos escénicos. Supertramp y Yes son las otras dos grandes bandas,
representativas de los inicios del estilo. Los británicos Yes publicaron su
primer trabajo, “Yes”, en 1969. John Anderson, Chris Squire y, apartir de
1971 Steve Howe y Rick Wakeman llevaron a la banda hasta lo más alto,
fusionando de una forma perfecta, sus influencias de los ’60 con la música
clásica, y con una gran capacidad creativa.
En 1970 el teclista Keith Emerson, el guitarrista-bajista Greg Lake y el
batería Carl Palmer (Atomic Rooster) unirán esfuerzos para sinfonizar aún más
si cabe el rock, creando “E.L.P. (Emerson, Lake and Palmer)”. Estos tres
virtuosos dejaron grabaciones, como su primer trabajo “Emerson, Lake and
Palmer” (1970), “Pictures at an exhibition” (1971) ó “Tarkus” (1972), que
son auténticas obras de arte, en las que cualquier músico puede aprender
todo lo que necesita.
Otra banda surgiría de la misma semilla para dar otra vuelta de tuerca al
“Freak” de Zappa y el Rock Sinfónico de Moody Blues. Hablamos de Genesis,
que formados en 1966 por Peter Gabriel y Phil Collins, alcanzaron el éxito
con su “Foxtrot” de 1972. No solo aportaban una enorme calidad musical, sino
que sus espectáculos eran visualmente los mejores nunca vistos. Peter
Gabriel cambiaba constantemente de vestuario, llegando a disfrazarse de
árbol, ó cualquier animal ó cosa, para representar visualmente lo que se
quería transmitir con la música. Tuvieron como periodo de máxima
creatividad hasta 1975, año en el que Peter Gabriel abandonó el grupo,
permitiendo así que Phil Collins comercializara su sonido, perdiendo en
creatividad pero ganando en ventas. Quizás su mejor trabajo sea “The lamb
lies down on Broadway” (1974) disco conceptual que supuso el máximo
impulso para la popularidad del art-rock (ó rock
progresivo).
El “Glam” (ó “Gay power”) es un movimiento que musicalmente tuvo diversas
interpretaciones, influyendo tanto en el Rock, como en el pop, e incluso
posteriormente, en el punk. Daba la mayor importancia a la imagen y el
espectáculo (de enorme plasticidad visual en las puestas en escena) en el que
los artistas se mostraban ambiguos, buscando la provocación. En 1971 David
Bowie (cuyo primer trabajo, “David Bowie”, vio la luz en el ’67) se convierte
en el “Rey del estilo” con la salida al mercado de “The man who sold the
world” y “Hunky Dory”. Alice Cooper, Gary Glitter, Elton John o el
mismísimo Lou Reed, serían algunos de los roqueros que se apuntarían al
estilo. Lou Reed provenía de los neoyorkinos The Velvet Underground (1965)
patrocinados por Andy Warhol, y junto a los chicos de Detroit MC 5 (1968) y
Iggy Pop and The Stooges (1969), generaron una corriente musical de sonidos
abrasivos y letras contestatarias, que sería el pilar fundamental para la
aparición del movimiento Punk, a finales de los setenta.
Vincent Damon Fournier, hijo de un predicador, nació en 1948 en Detroit, y
tras su paso por Earwigs, versioneando a Beatles, y Spiders, acabó formando
parte, en 1968, de Nazz. Tras publicar un single de cierto éxito se ven
obligados a cambiar el nombre y, Mr. Fournier tiene la genial de llamar a la
banda Alice Cooper, nombre que correspondía originalmente a una bruja del
siglo XVI. La creatividad, que siempre llevó y llevará dentro, le hizo adoptar
el rol de la bruja para acabar abandonando su verdadero nombre. Fue Frank
Zappa quien se fijó en él y con su discográfica, Straights STS publicó su primer
trabajo “Pretties for you” en 1969. En 1971, con su single “I’m eighteen”
logra su primer gran éxito, ayudado por sus conciertos, que estaban
dominados por una teatralidad sin parangón en su época (quizá Génesis,
aunque en otra onda musical). Estamos en el final de la era hippy, el Rock and
Roll, en su concepción más clásica, se ha pasado de moda en poco más de una
década, y el Rock, en su concepción más general, se ha convertido en un
árbol de incontables ramificaciones.
4 - COMIENZA LA AVENTURA
Como hemos podido comprobar, en menos de una década, el tiempo que
transcurre desde que aparecen The Beatles, hasta la aparición del Heavy
Metal, el Rock ha evolucionado de forma asombrosamente rápida, pariendo
estilos sin cesar, hijos de la constante inquietud de las nuevas generaciones
de músicos y, como no, de la presión de las discográficas, cuyo imperioso
deseo por ganar dinero, las hace buscar hasta debajo de las piedras para
encontrar la novedad. Sin que dejen de tener vigencia los viejos estilos como
el blues y el Rock and Roll, que son la base de toda creación posterior, la
aparición del movimiento hippy, el rock ácido, los “guitar heroes”, el pop, la
multiplicación de la distorsión en las guitarras, el rock sinfónico y sus
espectaculares puestas en escena, las rupturas con patrones establecidos de
Frank Zappa y el Art-Rock, la ambigüedad del Glam, y la agresiva
reivindicación del Heavy Metal, así como muchas bandas a caballo entre
estilos, abre el abanico de posibilidades hasta extremos nunca imaginados.
Los deseos de escandalizar, tanto visualmente como con letras contestatarias
y agresivas, generan la constante fusión de estilos, sin apenas historia en esos
momentos. El glam se confunde con el pop y el pre-Punk. Los hippies se
identifican al mismo tiempo con el blues, con el folk ó con las guitarras
desafinadas. Resulta difícil apreciar donde está la línea que separa el rock
sinfónico con el resto de estilos, al ser este un compendio de todos. Así pues,
entramos en la década de los ’70 con el panorama musical enormemente
ramificado... entramos en la era moderna del Rock.
Con la aparición de las tres bandas pioneras del Heavy Metal, Led ZeppelIn,
Deep Purple y Black Sabbath, una oleada de bandas surgen tanto en Europa
como en América, siguiendo esta corriente. En América es de obligatoria
mención Aerosmith. La historia comienza en Sunapee (New Hampshire) donde
Anthony Joseph Perry y Steven Tallarico ponen en funcionamiento el
embrión de la banda que más sentido ha dado a la palabra escándalo. Para
empezar, antes de tan siquiera grabar su primer trabajo, expulsaron al bajista
Ray Tabano en medio de un concierto, a puñetazos. Con su primer single
“Dream On” de 1973, daría comienzo la carrera de este símbolo del Hard Rock
americano. Blue Oyster Cult comenzaron su andadura en 1972 con su
homónimo primer trabajo en la CBS, como Aerosmith, y su visita a nuestro
país en 1975 con su show de rayos láser y escenarios giratorios dejó
petrificados a roqueros y profanos. Mountain, de Leslie West y Felix
Pappalardi (posteriormente afamado productor) sería otro de los tres
primeros combos americanos en seguir la senda más metálica del Rock.
Mientras Alice Cooper continuaba en su afán de darle el toque Glam-teatral
al Rock, los chicos de KISS se preparaban para arrasar los escenarios. Serían el
israelí, nacido en Haifa, Chaim Witz (más conocido por Gene Simmons) quien
junto al neoyorkino Stanley Eissen (Paul Stanley) fecundaron el óvulo de
Kiss, una banda a la que llamaron Wicked Lester. Junto a Peter Criscoula
(Peter Criss) y Paul “Ace” Frehley grabaron su primer trabajo en 1973, y
mantuvieron un ritmo, en sus primeros años de dos discos al año.
Al mismo tiempo la escena británica se movía quizás aún con más vitalidad.
Bandas como Free, con los pies enraizados en el blues, buscaban ese sonido
duro setentero que les diera el éxito, pero fue en 1970 cuando Uriah Heep
iniciaron con su “Very ‘eavy, very ‘umble”, un largo camino de satisfacciones.
Sin pausa, pero sin prisa, resultó una influencia destacada para generaciones
posteriores. Con mucha más melodía que los americanos, y un gusto exquisito
por las letras poéticas, que encontraron detractores entre los críticos de su
tiempo, marcaron el camino a seguir, junto a Purple, de las bandas de Hard
Rock británico. De Ken Hensley, David Byron y Mick Box son composiciones
tan destacables como “Wake Up”, “Salisbury” ó la universal “Easy Livin’”, del
excepcional “Demonds and Wizards”.
Phil Mogg, Andy Parker y Pete Way son los fundadores de UFO. Al igual que
Uriah Heep, grabaron su ópera prima en 1970, titulada como la banda,
“UFO”. Tras sus tres primeros discos entraría en la banda el guitarrista con el
que cosecharon sus más grandes éxitos, el genial Michael Schenker,
proveniente de los alemanes Scorpions. Fue en esta época, del ’74 al ’80, el
momento álgido de su carrera, cuando crearon hits como “Doctor Doctor”,
“Rock Bottom” y un largo etcétera de clásicos que han quedado para la
historia.
Dentro de la ola de bandas de Hard Rock británicas hay que mencionar a
Queen. Si bien su sorprendente creatividad y facilidad de adaptación a los
tiempos les hizo acercarse a multiples estilos, títulos como “Queen” (1972) ó
“Sheer Heart Attack” (1974) son de auténtico Rock Duro. Posteriormente se
acercaron al pop, a la música de baile (si alguien se sorprende, que escuche el
“Destiny” de Kiss), e incluso llegaron a crear una nueva etiqueta propia, la
Opereta Pop. En 1971 iniciaba su andadura el bajista irlandés Phil Lynnot.
Junto a Eric Bell y Brian Downey dieron un toque de melodiosa agresividad al
Rock irlandés con su banda, Thin Lizzy. El aire de grupo provinciano que
siempre tuvieron, sin duda les ayudó a cuajar entre el público británico y
europeo. En Dublín un joven guitarrista amante del blues y del estilo Hendrix,
comenzaba a abrirse paso en el mundo de la música Gary Moore grabó su
primer trabajo en 1973, “Grinding Stone” era el título. Tan solo otro disco de
Gary Moore en la década de los setenta, “Corridors of Power”, y uno con
Thin Lizzy. Su época gloriosa llegaría en los ochenta. Mientras todo esto
sucedía en U.S.A. y la “pérfida Albión”, el resto del mundo tambien se movía.
En Alemania grababan su “Lonesome Crow” los psicodélicos Scorpions.
Creados en 1965 en su escuela de Hannover, tras la edición de su ópera prima
y el sorpresivo éxito de ventas, se vieron obligados a hacer una gira que les
llevó hasta Japón donde, literalmente, arrasaron. Los hermanos Schenker,
Michael y Rudolf, junto al vocalista Klaus Meine, editaron dos cd’s más, de
marcado carácter instrumental y progresivo, que no sinfónico, pero tras la
marcha de Michael a UFO, y la entrada de Matthias Jabbs, guitarra, Fracis
Buchholz, bajista y Herman Rarebell, baterista, el sonido se endureció
notablemente, acercándose más hacia los sonidos hard-rockeros británicos.
AC/DC... palabra clave para la historia del Heavy Metal. Ningún grupo de
nuestro estilo ha abierto más puertas, con el nivel sonoro de sus guitarras.
Aceptados por millones de fans, incluidos muchos alejados de las corrientes
rockeras, pero afines a los ritmos de la banda, AC/DC fueron capaces de
rescatar el Rock and Roll más clásico practicado en los ’50 y ’60 y metalizarlo
sin que perdiera un ápice de autenticidad. Fundados en la ciudad de Sydney
por los hermanos Young, Angus y Malcolm, junto con Mark Evans, Phil Rudd
y el carismático Bon Scott, grabaron su primer redondo en el año 1974,
titulado “High Voltage”. Tras “TNT” y “Dirty deeds done dirt cheap” regresan
al país natal de los hermanos Young, donde sus electrizantes shows, con la
sorprendente energía de Angus Young, disfrazado de colegial, y sin parar de
correr de un lado a otro todo el concierto, dieron popularidad y fama mundial
al grupo. “Powerage”, “Let There Be Rock” ó el increible directo “If You
Want Blood, You’ve Got It”, probablemente el mejor de la historia, ayudaron
a convertir al grupo en referencia indiscutible del Heavy
mundial.
En 1974 y con motivo de la salida al mercado del décimo trabajo oficial de
Deep Purple, se estrenaría en la formación una “joven promesa” de la voz,
dispuesto a hacer olvidar el trabajo de Ian Gillan. Su nombre era David
Coverdale y grabó grandes clásicos como su estreno, “Burn” ó el fantástico
directo “Made in Europe”. Serían cinco años de dura adquisición de
experiencia (si, si, dura; porque habría de enfrentarse a Blackmore,
personaje de dudosa simpatía) hasta el “Powerhouse” del ’77, momento en
que iniciaría su propia aventura.
5 - ESPAÑA, LAS SUPERBANDAS Y EL A.O.R.
Hablar en España de Hard Rock en los setenta, es hablar de represión,
censura, discriminación y calabozos. Tan solo por llevar el pelo largo podías
llegar a dormir en la cárcel, así que hacer Rock era para las autoridades poco
menos que comparable a robar un banco hoy en día. Así pues, no podemos
dejar de mencionar a esos pocos héroes que lograron hacerse un pequeño
nombre en el submundo musical que era el Rock en aquella época. Nos cuenta
J. L. Granado en su libro “Larga Vida al Rock and Roll. 1970-2002” (gracias
Sr. Granado por currártelo tan “de puta madre”) que Lone Star ya habían
grabado algunos discos en los años ’60, pero con la llegada en los ’70 de los
sonidos sinfónico-progresivos grabaron grandes joyas que quedan como
columnas fundamentales en las que se sustenta nuestro Rock Duro patrio. Uno
de ellos es “Adelante-Rock en vivo”, el primero de una serie de redondos que
nos dejaron joyas como “Pájaro de fuego”, “Máquina infernal” ó “Oveja
negra”. Tapiman grabaron entre 1971 y 1972 varios singles y un disco de
auténtico Hard Rock. En la banda estaba el guitarrista Max Sunyer, conocido
por todos por su elegante virtuosismo, que demostró con creces
posteriormente en una de las mejores bandas del Rock español (Jazz y
progresivo), Iceberg. Storm, Cerebro ó Vértice son otras bandas de la época
tan solo conocidas en su momento por cuatro privilegiados, y olvidadas hoy en
día (gracias a J. L. Granado no se las olvidará nunca más).
Hablábamos en el capítulo anterior de la entrada de Coverdale en Deep
Purple para sustituir a Ian Gillan. Si esto ocurría en el “Burn” (1974), el
siguiente disco de la formación, “Stormbringer” (1974) fue el último que
grabaría Ritchie Blackmore, justo antes de formar otra de las míticas bandas
del Hard Rock. Junto al vocalista Ronnie James Dio y la mayor parte de su
banda, Elf, con los que llevaba funcionando desde 1970, grabaron el vinilo
inaugural titulado “Ritchie Blackmore’s Rainbow” (1975), al que seguiría
“Rainbow Rising”, probablemente la primera vez que una auténtica orquesta
sinfónica grababa con un grupo de Rock. Nos encontramos ante el mejor
momento de la historia del Hard Rock. La década de las Superbandas nos
brindaba discos de Led Zeppelin, que sobrevivieron toda la década; Black
Sabbath, con el showman Ozzy Osbourne que no abandonaría la formación
hasta el ’80; Deep Purple, y sus hijos, Whitesnake y Rainbow; mientras que
Alice Cooper y Kiss llevaban a lo más alto el Glam y Genesis, Yes,
Supertramp, Emerson, Lake and Palmer y, posteriormente los canadienses
Rush, hacían lo propio con el sinfónico (más ó menos progresivo).
El Rock and Roll más corrosivo y anti-todo continuaba el camino iniciado por
MC 5, The Stooges ó Iggy Pop. New York Dolls, patrocinados por Malcolm
McLaren, dueño de una tienda de discos en Chelsea, comenzaron su andadura
en 1973, y se vieron secundados por The Ramones y Television, que la
iniciaron en el ’74. Sin duda muchos hubiéramos querido vivir aquella época
dorada, pero hubiéramos tenido que emigrar porque aquí, el tío Paco y sus
secuaces se empeñaban en mantener pura la “raza hispánica”.
Parecía que todo estaba inventado, las discográficas dejaron de buscar nuevas
bandas, en medio de una importante crisis mundial, económica y energética,
que las llevó a intentar sacar provecho de los filones que funcionaban, en
lugar de arriesgar por apuestas novedosas. En Inglaterra aparecen, ya en el
’76, Judas Priest, reafirmando el poder y la buena salud del Heavy Metal.
Aunque inicialmente su música, como le sucediera a Scorpions, era más
hardroquera, de composiciones elaboradas, cercanas a la psicodelia de finales
de los ’60, discos como “Sad Wings of Destiny” (1976) ó “Sin After Sin” (1977)
son buena prueba de su calidad.
Su gran época serían los ’80. Tampoco podemos dejar de mencionar la
aparición de otro gran genio de la guitarra, Mr. Eddie Van Halen. Nacieron los
hermanos Van Halen, Edward y Alex, en Nijmegan (Holanda), donde su
padre, músico de jazz, les inculcó el gusto por la música. Tras emigrar a USA
en los ’60, inicialmente Eddie tocaba la batería mientras que Alex se
encargaba de la guitarra. Cambiaron sus instrumentos para formar en 1970
Mammoth, formación en la que entró el vocalista David Lee Roth en 1973.
Fue bajo el nombre Rat Salade, que el bajista de Kiss, Gene Simmons, y tras
la grabación de una serie de demos en el estudio de las estrellas del Glam,
editaron su primer trabajo en el año 1978, ya bajo el nombre de Van Halen.
El éxito fue inmediato, con el single “You Really Got Me” (The Kinks)
alcanzaron el top 20 de USA, lo que les hizo poder viajar a Inglaterra para
telonear a los mismísimos Black Sabbath. De ahí en adelante, Eddie Van
Halen se ha convertido en una leyenda poco menos que inimitable, con un
estilo de tocar y un sonido que nadie ha logrado igualar (ni las más grandes
estrellas de la guitarra, en alguno de los homenajes que se les ha hecho, lo
han conseguido).
Es en esta época, segunda mitad de los ’70, cuando surgen dos nuevas
ramificaciones musicales que ya no son herederos directos del Rock and Roll,
sino la evolución de estos. Por un lado el autodestructivo y agresivo Punk, y
por el otro, el Heavy Rock más blando y melódico, el A.O.R. (Adult Oriented
Rock). El A.O.R. es la evolución lógica del Rock Sinfónico. No bastaba con
tocar y componer bien, tambien resultaba imprescindible vender discos, y
esta necesidad fue el detonante para la aparición de bandas que, bajo la
influencia del sinfónico, comercializaron su sonido, acercándose en sus
composiciones a las raíces más rocanroleras. En 1975 aparecen el pilar
fundamental del A.O.R., Journey, con Neal Schon a la guitarra, Ross Valory
al bajo, Greg Rolie a la voz y teclados y Aynsley Dunbar en la batería. En
“Infinity” (1978) entraría Steve Perry a la voz, con lo que Rolie se dedicó en
exclusividad a los teclados. Desde su opera prima, “Journey”, pasando por
grandes obras como “Look Into The Future”, “Evolution” o “Escape”, la lista
de discazos es interminable, y abarca toda su discografía.
La inclusión de teclados, en temas de formato rockero, era una novedad, pues
en el Rock Sinfónico se utilizaban para orquestar e introducir efectos, no
como instrumento solista. En 1976 se pondría en el mercado el primer
redondo de dos excepcionales compositores y músicos. Sus nombres eran Tom
Scholz y Brad Delp, y pertenecían a una nueva banda llamada Boston. Este
trabajo, homónimo del grupo, estaba compuesto por una increíble colección
de singles sin desperdicio. No exagero al decir que cualquier canción podría
haber sido lanzada como reclamo, con garantía segura de éxito. “More Than A
Feeling”, “Smokin’” ó “Rock and Roll Band” son algunas de las más
recordadas. Su continuación fue “Don’t Look Back”, obra maestra del A.O.R.
que se vendió como rosquillas, pues tenía al menos tanta calidad como su
predecesor. Por desgracia, no hubo continuidad y, tan solo a mediados de los
’80 y, más tarde, a mediados de los ’90, editarían otro par de discos. En 1977
graban su primer trabajo los norteamericanos Foreigner. El cantante Lou
Gramm, junto a Dennis Elliott (batería) y el guitarrista Mick Jones ponen en
marcha esta formación cercana en sus sonidos a las bandas de Rock Sinfónico,
pero con un marcado carácter comercial en sus composiciones, lo que les
hacía fácilmente accesibles para el gran público, abriendo el abanico de
posibles oyentes. Toto llegaron después, en 1978, sin embargo son
probablemente los verdaderos instigadores de la fiebre A.O.R. que sacudió los
’80 sobre todo en U.S.A. Más duros que sus dos co-fundadores del estilo (¿O
debería decir menos blandos?), arrastraron tras de ellos a un buen número de
fans del Rock sureño de Lynnyrd Skynnyrd, Kansas, etc., del Rock Sinfónico,
del Pop y a cualquier amante de la melodía optimista de sus composiciones.
Bobby Kimball, Steve Lukhater, Steve Porcaro, David Paich, David Hungate
y Jeffrey Porcaro, fueron la primera formación en su estreno de 1978 “Toto”.
”Hydra”, “Turn Back” o “IV” son algunos de los trabajos que nos dejaron en
sus comienzos.
Ya casi entrados en los ’80, el testigo fue recogido por bandas como Survivor,
y el A.O.R. se convirtió en un fenómeno de masas, hermano, pero
contrapuesto al Heavy Metal.
6 - PUNK Y N.W.O.B.H.M.
Estamos a finales de los ’70. Está en marcha el A.O.R., intento de comercializar y hacer
más accesible el Rock. Las superbandas del Heavy Metal han desaparecido (Deep
Purple, p.e.), ó están de capa caida (Zeppelin ó Sabbath). Por otra parte, el buen trabajo
realizado por bandas como MC 5, Velvet Underground ó The Stooges, y continuado por
Iggy Pop, New York Dolls y The Ramones acaba dando como fruto un movimiento que
iba más allá de la música, el Punk. Fue el dueño de una tienda de discos en Chelsea,
Malcolm McLaren, quién vio la gran oportunidad comercial. La decadencia
económica, con su correspondiente aumento de paro, que sufría Inglaterra, hizo crecer
el descontento social entre la juventud, que se convirtió en caldo de cultivo perfecto
para que bandas de rock rudo y desarraigado, destructivo y autodestructivo, tuvieran el
éxito garantizado. Para el Punk, el Rock había entrado en una etapa de decadencia y
falta de autenticidad, provocada por el éxito y las ganancias económicas, y ellos venían
a devolverle lo que nunca debió perder. Lo cierto es que el movimiento tuvo poco de
espontáneo, y mucho de negocio. Las constantes campañas propagandísticas que desde
su tienda, Mr. McLaren lanzaba a los cuatro vientos, marcó una moda en el vestir antes
de la gran explosión musical. Botas militares, imperdibles, correas de perro, ropa
destrozada, así como cabezas rapadas con altas crestas de colores eran su símbolo visual
de identidad.
Esto se unió a una actitud eminentemente violenta, notable en los conciertos de The
Damned, y que acabó derivando en el “pogo”, un estilo de baile que consiste en
empujones y patadas, y otros tipos de maltrato “amistoso”, que inventó Sid Vicious,
bajista desde 1977 de Sex Pistols. Ellos fueron el gran exponente del punk,
musicalmente hablando. Se considera como primera grabación de Punk el single “New
Rose”, de The Damned, realizada a finales de 1976. Sex Pistols funcionaban desde
principios de los ’70, y sorprendentemente, todos sus grandes éxitos fueron obra de su
primer bajista, Glen Matlock (“Anarchy in the U.K.”, “God Save The Queen” o
“Pretty Vacant” por ejemplo). Este se largó por desacuerdos con la banda y con
McLaren justo antes de que la banda lograra su mundial éxito. McLaren firmó varios
contratos millonarios en nombre de la banda, pero los temas se ponían en las tiendas, y
tan rápido se convertían en superventas como eran retirados por unas autoridades
escandalizadas. A pesar del éxito que cosechaba el grupo, las discográficas dejaron de
interesarse, dados los grandes problemas que tenían que solventar (Emi, Virgin ó A &
M records). El mejor momento publicitario del Punk, que le haría extenderse como la
pólvora por todo el mundo, fue cuando montaron un concierto navegando en la barcaza
Queen Elizabeth por el Tamesis (les habían prohibido actuar en suelo inglés), y tocaron
el “Anarchy...” mientras se encontraban a la altura del parlamento. El declive del grupo,
provocado por las drogas y los problemas entre los miembros, supuso el disparo de
salida para que otro importante número de bandas salieran a la luz.
The Clash, The Damned, Dead Kennedys, GBH, Exploited, entre otros,
escribieron las mejores páginas de un movimiento que se cortó las alas a sí mismo por
su exasperante capacidad autodestructiva.
El Heavy Metal había recibido un duro golpe con la aparición del punk, los fans se
adaptaron fácilmente a las canciones sencillas, que además incitaban a la protesta y
permitían una gran descarga de adrenalina. Las bandas heavies de los ’70 habían basado
su mundo, hablando en líneas generales, en el virtuosismo de sus interpretaciones,
composiciones muy elaboradas y, en definitiva, música que necesitaba de un esfuerzo
de atención por parte del oyente. Ante el empuje del Punk se hacía necesario un nuevo
golpe de mano. Las nuevas bandas de Heavy Metal deberían dejarse de florituras para
llamar la atención sobre ellas.
Y entonces ocurrió... La escena musical británica era dinamitada por la N.W.O.B.H.M.
“New Wave of British Heavy Metal”, fué la etiqueta que utilizó un DJ llamado
Neal Kay para englobar a las bandas de nuevo cuño metálico que surgían al norte de
Londres, aunque finalmente se utilizó para todas las bandas del territorio británico, que
eran muchas... y todas a la vez. Probablemente nunca lleguemos a ser conscientes de la
deuda que tenemos con el Sr. McLaren, por su intento de hundir el Heavy Metal, con
sus teorías sobre la autenticidad en el Rock and Roll. No creo que nunca se hubiera
producido algo como la NWOBHM, sin la patada en el culo que nos dio el punk. No
valían los cánones setenteros, las grandes bandas estaban de capa caída, y tan solo Van
Halen, en USA, y Motorhead en Inglaterra, habían intentado darle un soplo de aire
fresco. Si bien Motorhead estaban (musicalmente hablando, que no en actitud) más
cerca de gente como The Ramones que del Heavy Metal setentero, si fueron el
pistoletazo de salida para que los jóvenes seguidores del Heavy Metal, y potenciales
músicos pensaran: “...al carajo con los solos eternos, las sinfónicas y los sonidos
psicodélicos... ¡vamos a dar caña!”. De
repente aparecen en escena Iron Maiden, Saxon, Def Leppard, Samson, Venom,
Tygers of Pan Tang, Diamond Head, Girlschool, Praying Mantis, Raven, y un
largo etc. de bandas dispuestas a poner los locales patas arriba. A la par aparece un
nuevo modelo de fan. A los conciertos ya no se va a escuchar música de un modo más ó
menos pasivo, hay que participar porque las bandas lo exigen. Saltar e intentar cantar
por encima del grupo, que ahora son de estribillos fácilmente digeribles, es el trabajo de
los Headbangers ingleses, con actitudes cercanas al punk, pero que lógicamente irían
alejándose con el paso del tiempo. El 8 de Mayo de 1979 se celebra “The first Metal
Crusade Music Machine show” en Londres, con la participación de Samson,
Angelwitch y Iron Maiden. En este momento se inicia el renacimiento del Heavy
Metal. En la crónica de este show, el periodista Geoff Barton utiliza por primera vez
las palabras N.W.O.B.H.M., que en adelante el ya mencionado Neal Kay hará popular
desde su posición de DJ en “Bandwagon Soundhouse roadshow”, en Kingsbury Circle,
al norte de Londres. Aparece un disco recopilatorio titulado “Metal for Muthas” que,
aparte de contener la primera grabación oficial Iron Maiden, incluía a bandas como
Sledgehammer, E. F. Band , Nutz o Ethel The Frog. En el año ’79 graban sus
primeros trabajos Saxon y Def Leppard. En el ’80 lo harían Iron Maiden, Tygers of
Pan Tang y Girlschool.Lo más difícil ya estaba hecho, y muy pronto esta nueva forma
de hacer música Heavy encontró adeptos en todos los rincones del mundo. Bandas de
reconocido prestigio durante los ’70 como Judas Priest o Scorpions, se adaptaron a
los nuevos sonidos británicos. Los alemanes comenzaron su cambio con “Blackout”
(1982) y lo rematarían con uno de los mayores superventas de la historia de la música,
el reconocidísimo “Love at First Sting” (1984), introduciendo además el fenómeno de
las baladas, es decir, incluir temas románticos lentos en medio de discos de corte
poderosamente Heavy. Los Judas por su parte nos habían dejado durante los ’70
grandes obras como “Sin After Sin” (1977), “Sad Wings of Destiny” (1976) o el
directo “Unleashed in the East” (1979), pero su música sufriría un importante
cambio de adaptación a los nuevos tiempos con el legendario “British Steel” (1980),
obra fundamental para el Heavy Metal, que marcó unos modos de composición que
fueron imitados y repetidos hasta la saciedad por miles de bandas en el mundo entero, y
que, aún hoy, continúan teniendo vigencia.
Sin embargo, existe un trio de bandas que considero máximos exponentes de lo que
significó la N.W.O.B.H.M. Saxon, Def Leppard y Iron Maiden.
7 - SPAIN IS DIFFERENT
Cuando la onda expansiva de la “New Wave...” llegó a nuestro país, aquí
habían trabajado muy duro y con escasos resultados, todos aquellos músicos
que amaban el Rock y intentaban convertirlo en su forma de vida. En 1974
tres jovencísimos madrileños influenciados por Rolling Stones, Chuck Berry y
la escuela más clásica del Rock and Roll, forman Burning. José Casas Risi,
Antonio Martín y Jose Antonio Cifuentes “Johnny” ponen en marcha una
banda que se convertiría en uno de los pilares del llamado Rock Urbano. Si
bien en principio cantaban en inglés, se vieron obligados a cambiarlo por el
castellano, presionados por las compañías discográficas para, en 1978, grabar
su primer disco, “Madrid”. En 1972 una joven banda compuesta por Jose Luis
Jiménez (bajo), Pancho (batería) y Mario del Olmo (guitarra) se sacaba unos
duros tocando en guateques y fiestas populares bajo el nombre de Tickets.
A la hora de editar su primer sencillo, se ven obligados por
motivos comerciales a cambiar su nombre por el de Asfalto. En el ’74 se
queda solo J. L. Jiménez, por lo que entran en la banda dos exmiembros de
Handicap, Julio Castejón (guitarra) y Enrique Cajide (batería). En 1975
pasarían a ser cuarteto con la incorporación de Lele Laina. Para Asfalto,
según ellos mismos contaron en una emotiva entrevista realizada por el
equipo de “La Ciudad sin Nombre” (RadioVallekas), no fue una época dura
para el Rock, tocaban mucho y vivían de la música, aunque tocando sobre
todo versiones, a modo de “Orquesta de feria”. En 1977 aparece el sello
discográfico “Chapa”, relacionado con Zafiro, y Asfalto es su primera apuesta
comercial. La respuesta del público a este primer trabajo es inesperadamente
positiva, “Capitán Trueno” suena por doquier, llegando muy alto en las listas
de éxitos. La gran colección de himnos de este vinilo, “Rocinante” o “Días de
Escuela”, lo convierten en poco tiempo en un disco mítico, referencia
ineludible para cualquier músico nacional.
Paralelamente a Asfalto, Jose Carlos Molina se inventa a Ñu. Hasta 1974 con
el nombre de Fresa, y desde 1975 ya como Ñu, José Carlos Molina, Rosendo
Mercado y el bajista Juan Almarza intentan realizar actuaciones en las que
solo suene Rock, lo que no era posible con Fresa, influenciados por Jethro
Tull (Rosendo se los descubrió a Molina), Rory Gallagher, Uriah Heep, etc.
Parece ser que Pedro Cruz, batería de la banda, disponía de un local de
ensayo en Vallekas, por lo que fue fundamental para que Ñu salieran
adelante. Además fue iniciativa de Cruz, que la banda se apuntara al “Trofeo
Festivales Pop” organizado por el Ministerio de información y turismo, que
acabaron ganando. Fue el 16 de febrero de 1975 y la prensa se hizo amplio
eco de ello, debido sobre todo a la sorprendente actitud de Molina sobre el
escenario, y a que eran los únicos que cantaban en castellano. En cualquier
caso, el ambiente dentro de la banda no era bueno, las movidas Molina vs.
Rosendo eran habituales. Sus gustos musicales diferían sensiblemente,
mientras uno tiraba hacia el Folk-Rock, el otro lo hacía hacia Gallagher ó
Sabbath. Esta mutua intolerancia musical, que tan buenos frutos podría haber
dado a largo plazo, acabó con Rosendo fuera de la banda el 31 de diciembre
de 1977, tras una disputa sobre si actuar esa noche con el equipo que
pudieran (Rosendo) ó no tocar si no era con el sonido adecuado (Molina). La
noche acabó de mala manera, y Rosendo puso en marcha Leño.
El grupo que compartía cartel con ellos esa noche se llamaba Coz, banda que
contaba con los mismísimos hermanos De Castro, Armando y Carlos, así como
Tony Urbano (posteriormente en Leño). En 1978 edita su primer disco Ñu,
“Cuentos de Ayer y de Hoy”, con Molina, J. M. García “Sini” (guitarra), Jean
François André (violín), Jorge Calvo (bajo) y Enrique Ballesteros (batería),
bajo contrato con Chapa. Este mismo año, y tras el éxito del primer gran
vinilo de Asfalto, inexplicablemente el grupo se parte en dos, y de esta nueva
ruptura surge otra gran banda de referencia musical, Topo. La pusieron en
marcha Lele Laina y J. L. Jiménez, editando su primer trabajo en 1980
homónimo de la banda. Asfalto no se viene abajo y, tras la incorporación de
“Gunny” como bajista y Jorge G. Benegas al teclado se van a Inglaterra a
grabar su segundo trabajo “Al Otro Lado” y aprovechan la oportunidad para
hacer historia siendo la primera banda española que actúa en el Marquee de
Londres. Y mientras Asfalto se inclina hacia sonidos más sinfónicos, Topo
continúa el sonido más urbano del primero de Asfalto. Del mismo modo,
mientras Ñu se afianza en su sonido “Jethrotulliano”, Rosendo se entrega a
su Rock más crudo y directo tirando de sus Leño, donde ya figura el ex Coz
Tony Urbano. Y es que Coz no fue ajeno al momento de transición en el Rock
nacional. Las discográficas vieron un filón económico en este estilo musical, y
tras un excelente y roquero debut de la banda, fueron tentados con
comercializar su sonido, con venderse a las radio-fórmulas. Mientras Juan
Márquez (bajo y voz) se puso del lado de CBS para comercializar su sonido,
los hermanos De Castro, fieles a sus convicciones más heavies, decidieron no
dar su brazo a torcer, por lo que se produjo el cisma.
Inmediatamente pusieron en marcha Barón
Rojo, publicando en 1981 su extraordinario debut “Larga Vida al Rock and
Roll”. Con Sherpa al bajo, que ya llevaba tiempo como músico en solitario, y
Hermes Calabria en la batería, uruguayo proveniente de los míticos P-siglo,
grabaron un “redondo” en todos los sentidos. Fueron capaces de condensar en
diez temas, la dureza del Heavy Metal, los sonidos hardroqueros de los
setenta y letras de potente contenido social, así como de auto-afirmación y
orgullo por formar parte del Rock. Grandísimos himnos como “Larga Vida al
Rock and Roll”, “Con las Botas Sucias” (dedicada a CBS) ó “Anda Suelto
Satanás” compuesta a medias con Luis Eduardo Aute les pusieron en el camino
adecuado, que culminarían con su segundo disco “Volumen Brutal”. Muy
reciente la gran explosión del Heavy Metal británico, nuestro país se
encontraba en disposición de aportar su granito de arena en esa gran
corriente metálica que arrasaba en las listas de ventas. “Resistiré”, “Satánico
plan” o “Las Flores del Mal” les llevaron a tocar en algunos festivales de
Europa como el de Reading, o hacer una gira inglesa en la que estuvo, como
no, el mítico Marquee. Se hizo una copia en inglés, y todo parecía ir sobre
ruedas, pero una vez más el interés económico de elementos ajenos a los
artistas, tiró por tierra la carrera de los barones. La letra pequeña de un
contrato que se firmó cuando nadie esperaba el éxito arrasador de la banda,
les ató de forma irremediable a despreciables sujetos dispuestos a hundir al
grupo, antes de ver como otra gente, más preparada que ellos para ayudar al
vuelo del Barón, se llevaban los beneficios.
La transición, a todos los niveles, que vivió España a finales de los ’70,
provocó que muchos de los movimientos culturales más escandalosos se vieran
reflejados en nuestra sociedad más tarde que en otros paises. Es el caso del
punk. En su vertiente más básica y comercial, apareció Ramoncín. Junto a su
banda W.C., sus constantes escándalos, actitudes agresivas y algunas sonadas
apariciones televisivas le auparon en representante cultural de una parte de
la juventud más descontenta con la sociedad. Pero, aparte de su primer disco
(1979), su evolución hacia lo comercial fue rápida pasando de “Rey del pollo
frito”, dispuesto a quemar los libros ó mear sobre su público, a promocionar
bandas ganando dinero a su costa (p.e. Alaska ó Barricada). La corriente
vasco-navarra del punk, tuvo mayores tintes de autenticidad. La Polla
Records, Kortatu, Eskorbuto o Las Vulpes, aunque musicalmente humildes,
se hicieron eco de ciertos sentimientos independentistas, siendo mucho más
importantes como símbolos, o representantes del movimiento, que por la
calidad de sus canciones. A mitad de camino entre el punk de Madrid y el de
Euskadi se encontraban Siniestro Total.
Sin el afán exhibicionista de Ramoncín, ni el tono político de La Polla Records, sus
letras eran divertidas y transgresivas, aunque la música estaba más cerca del pop-rock
que del punk. Por supuesto, como siempre, los avispados empresarios de turno
(Ramoncín, etc.) se fabricaron sus propios punkies de “pastel”, aceptables para el
inexperto público mayoritario, de rápida rentabilidad.
8 - ESPAÑA EN LOS 80
Si en 1978 Rosendo se iba de Ñu, en 1979 puso en la calle su primer trabajo,
“Leño”, inaugurando un estilo musical absolutamente propio, influenciado por
los sonidos del Hard Rock de los ’70, pero con el castizo sabor que solo el de
Carabanchel sabía darle. En 1980, con “Más Madera”, se afianza entre los
seguidores de sus desgarradoras letras, con canciones como “Sí Señor, Sí
Señor”, “Maneras de Vivir”, “Cucarachas” ó “El Tren” (compuesta a medias
con Molina, en su etapa de Ñu), el Rock callejero daba sus primeros pasos,
que se consolidarían con la edición en 1981 de su disco en directo. En esta
ocasión Ramiro Penas, Tony Urbano y Rosendo se arroparon de gente como
Teddy Bautista o Luz Casal para construir otro de los míticos vinilos del Rock
español. Hemos entrado de lleno en los ochenta y el vendaval de grupos,
nuevos estilos y subestilos va a ser imparable. España se comporta como un
espejo de todo lo que aparece fuera, amen de dos estilos absolutamente
autóctonos, aunque hayan nacido de influencias externas.
El Rock Andaluz liderado por Smash y Triana, y el Rock Callejero, con Leño
como máximo exponente, que tuvo su evolución y su caldo de cultivo en la
juventud radical vasco-navarra. Smash fueron fundados a finales de los ’60 y
tuvieron una especial habilidad para fusionar el blues y el Rock and Roll con el
flamenco autóctono. Influenciados por bandas como King Crimson, Camel ó
Pink Floyd, pero tambien por los pioneros del R’nR’ de los ’50. Este estilo,
que se dio en llamar progresivo siguiendo las modas internacionales, tuvo su
continuación en Triana, la mejor banda de Rock Andaluz de todos los
tiempos. Comenzaron su andadura el 14 de abril de 1975, con la publicación
de “El Patio”, sin duda su mejor obra, aunque su repercusión a corto plazo
fuera igual a cero. Apenas si vendieron cien copias en el primer año, sin
soporte publicitario alguno, tan solo el boca a boca logró que su arte se fuera
extendiendo a fuerza de una indudable calidad. Pero, tras “Hijos del Agobio”
(1977), el éxito les llegó con “Sombra y Luz” (1979), momento en que fueron
reconocidos, tanto ellos como su estilo.
Con el éxito de “Sombra y Luz”, las discográficas se lanzan a la búsqueda de
clones de Triana, y en este mismo año publican sus primeros trabajos
Alameda, Mezquita y Medina Azahara. Si bien Alameda eran prácticamente
una copia de Triana, aunque de calidad, Mezquita tenía tintes ligeramente
más roqueros [“Recuerdos de mi Tierra” (1979) y “Califas del Rock” (1981)], y
Medina Azahara lo mismo. Aunque es innegable lo que las tres bandas le
deben a Triana, no es menos cierto que cada uno acabó evolucionando por
distintos caminos. Tras la muerte de Jesús de la Rosa, por accidente de
coche en la N-I, en octubre del 83, Triana se disgregan dejando el camino
libre para los demás, que, hasta ese momento, habían sido motivo de
constantes comparaciones.
En cuanto al Rock callejero, tras el pelotazo de Leño, surgiría otra banda que,
al amparo de los maestros, iba a marcar el camino a seguir por cientos de
bandas nacionales en las siguientes décadas... Barricada. Formados en 1982
por El Drogas, Boni, Sergio y Mikel graban su primer disco en 1983,
patrocinados por el ex punkie/empresario Ramoncín. Tras fallecer Mikel por
un derrame cerebral (según un rumor-leyenda, se electrocuto durante un
concierto bajo la lluvia) entran en la banda Fernando y Alfredo, con lo que
ya está completa la formación definitiva del grupo. A mitad de camino entre
el Heavy y el Punk, su Rock Callejero arrasa, al encontrar respuesta entre el
público de ambos estilos.
Todo lo que pasaba fuera se veía reflejado en nuestras bandas con un par de
años de retraso.
Obús, junto a Barón Rojo, son los reyes del Heavy Metal en castellano,
similar a lo que ocurría con Judas y Maiden a nivel internacional. Ganan el IV
Trofeo Villa de Madrid, por lo que consiguen grabar en 1981 su extraordinario
“Prepárate”, al que seguiría otra obra maestra al año siguiente, “Poderoso
como el Trueno”. Los terceros en el podium del Heavy nacional fueron
Panzer. Perseguidos por una absurda leyenda negra que les atribuía cierta
mala suerte, editaron su primer disco “Al Pie del Cañón” en 1982. Su tema
“Perro Viejo” les aupó a lo más alto, siendo además la primera banda de
Heavy Metal nacional en usar teclados. El siguiente disco “Sálvese Quien
Pueda” (1983) fue incluso distribuido en Europa, al igual que ya sucediera con
“Volumen Brutal” o “Metalmorfosis” (Barón Rojo) y “El Que Más” (Obús).
Sobredosis alcanzaron cierta popularidad en una época en la que nadie
miraba la calidad del producto. Los heavies éramos como un gran clan, allí
donde hubiera un concierto, estábamos todos. La afluencia era masiva incluso
para las bandas nacionales de menos nivel. Todos los pueblos organizaban el
obligado concierto de Rock en sus fiestas. En el Rockódromo de la casa de
campo se hablaba de cien mil personas el día de Shy, Barón Rojo y Gary
Moore, aunque el Palacio de los deportes lo llenaron multitud de bandas
internacionales y festivales. Los mismísimos Panzer llegaron a hacer durante
la gira veraniega de “Toca Madera” (1985) 35 conciertos en un mes...
(¡increíble pero cierto!) tocando en sesiones de tarde en un pueblo, y noche
en otro.
Por otra parte la televisión pública programaba actuaciones semanales de
Rock en sus espacios musicales, e incluso monográficos sobre algunas bandas.
Iron Maiden tocaron tres temas en “Tocata”, cuando vinieron a presentar
“The Number of the Beast” con su nuevo vocalista Bruce Dickinson (ex
Samson). Tambien disfrutaron de largas apariciones especiales Obús, Barón
Rojo, Sangre Azul, AC/DC o Kiss. Salvador Domínguez, legendario guitarrista
de Los Canarios o Miguel Rios formó Banzai, editando su primer disco
“Banzai” (1983) y el segundo “Duro y Potente” (1984). Para este último contó
con la voz del excantante de Tigres, J.A. Manzano, y Danny Peyronnel,
argentino que había estado con los británicos U.F.O. En 1985, Salvador y los
hermanos Peyronnel formarían Tarzen con idea de lanzamiento internacional
(incluso hicieron una gira norteamericana taloneando a Twisted Sister). El
mismo año apareció “No Hay Piedad Para los Condenados”, de Santa,
formación en la que se encontraban Jerónimo Ramiro, Miguel Angel Collado
y, sobre todo, la carismática Azucena que, con su potente voz de la escuela
Joplin, se erigió en símbolo para las féminas de nuestro país. En 1985 ganaron
el VIII Trofeo Rock Villa de Madrid los chicos de Sangre Azul. Carlos Raya y
J.A. Martín (guitarras), Luis Santurde (batería), José Castañosa “Lili” (voz)
y Julio Díaz (bajo y ex Santa) practicaban un Hard Rock de tintes americanos,
siguiendo los pasos de bandas como Dokken. Con su primer gran redondo,
“Obsesión” (1987), entra a la voz Tony, consiguiendo un rotundo éxito, sobre
todo gracias a la mítica canción “Todo Mi Mundo Eres Tú”, ó “Invadiendo Tu
Ciudad”. Su sonido, mezcla de dureza y romanticismo a partes iguales,
alcanzan los corazones de heavies y no heavies. “Cuerpo a Cuerpo” (1988) les
abre las puertas de las radios comerciales y con “El Silencio de la Noche”
(1989) se convierten en indiscutibles superventas. Pero algo sucede, en su
mejor momento, inexplicablemente no son capaces de responder a las
expectativas o, quizás, a las presiones de un entorno dispuesto a manipular el
sonido del grupo para “hacer caja”. El resultado de todo esto... la banda se
diluye.
Júpiter o Niágara intentaron lo mismo, pero con nulo éxito. Asfalto se había
convertido en una potente banda de Rock Sinfónico. Surgían unos efímeros
Alcaudón que, aunque respaldados por su gran calidad, no lograron que
sonara la flauta. Angeles Del Infierno si lo lograron con “Pacto con el Diablo”
(1984), colocándose durante unos añitos entre los más grandes.
9 - LOS 80 EN U.S.A. - I –
Allende nuestras fronteras, las bandas surgidas al amparo de la “New
Wave...” arrasan, y sirven de sólida base para que nuevos músicos busquen
una vuelta de tuerca más. Tomando como referencia el Heavy Metal británico
de nuevo cuño, iba a surgir una nueva banda, con un sonido nunca oído antes.
Se trata de Metallica, formados inicialmente por James Hetfield, Lars Ulrich
(cuya familia emigró a U.S.A. para que el nene se hiciera tenista), Dave
Mustaine y Cliff Burton. Con esta formación publicaron en 1983 “Kill’em All”,
sorprendiendo a todos con una distorsión de guitarra y una contundencia en la
base rítmica que supuso un cambio radical en el concepto de Heavy Metal. Las
melodías eran importantes, pero tanto como la velocidad o la contundencia
de la batería. Para su segundo trabajo “Ride the Lightning”, prescindieron de
Dave Mustiane, muy problemático a causa de las drogas, e incluyeron a Kirk
Hammet,
proveniente de Exodus. A la par que Metallica en San Francisco, surgía a
miles de kilómetros de distancia, aunque sin cambiar de país, otra banda
llamada Anthrax (New York). Es interesante constatar que, mientras Metallica
se sentían cerca de la “New Wave...”, Anthrax estaban influenciados por la
escena hardcore y punk neoyorkina, surgiendo de los ambientes underground
de la “Gran Manzana” como directos herederos de Ramones, Plasmatics o GBH
y Exploited. Sin embargo ambas bandas se convirtieron en pioneras de un
mismo estilo musical, el Thrash Metal. En el verano de 1981 Scott Ian y Dan
Lilker formaron el grupo, junto a Charlie Benante y Dan Spitz. Extrajeron el
nombre de una publicación titulada “Cow Disease” y en 1983 tenían listo su
primer trabajo “Soldiers of Metal”, en el que cantaba Neil Turbin. Para el
siguiente disco, su E.P. “Armed and Dangerous”, ya contaban con Joey
Belladona a la voz. Sin embargo y, a pesar de su inmediato éxito, a Scott Ian
le parecía que tocaban muy blando y continuó de forma paralela su gusto por
el Hardcore-punk formando Stormtroopers Of Death (S.O.D.). Dan Lilker
deja el grupo para formar Nuclear Assault. Dave Mustaine, expulsado de
Metallica, forma Megadeth (que se convirtió en pieza fundamental del
movimiento thrasher).
Igualmente debemos mencionar a Slayer como pieza clave de ese cuarteto de
visionarios radicales. De hecho, Slayer fue durante mucho tiempo lo más
salvajemente extremo que podías oír, y sus seguidores son los que acabaron
generando estilos como el Death Metal, del que hablaremos más adelante. Y
así comienza a rodar un estilo que iba a ser la base fundamental de todo el
metal extremo de hoy en día. La consolidación definitiva del estilo se daría
gracias a toda una legión de bandas entre las que destacan Testament, Metal
Church, Death Angel, Hirax o los mencionados Exodus
(la
exbanda de Kirk Hammet). Mientras, en Europa, se contagia el radicalismo
del movimiento, y, si bien en un principio quieren vendernos a los alemanes
Helloween como los reyes del Thrash Metal europeo, no es más que Heavy
Metal clásico acelerado (Speed Metal de altísima calidad), estilo que acabó
dando origen a las bandas de Power Metal, con base rítmica de doble bombo.
Sin embargo el Thrash Metal arraigo fuertemente en Europa, y, sobre todo en
Alemania, surgieron una ristra de bandas dispuestas a dar su propio sello de
identidad al Metal más radical. Entre estos pioneros encontramos a Kreator,
Rage, Destruction, Sodom o Grave Digger. Con el paso del tiempo, la
frontera que antaño separaba el Heavy Metal y el Thrash resulta cada vez más
difusa, probablemente debido a la sorprendente radicalización de estilos, y
hoy en día escuchamos los primeros trabajos de Grave Digger o Rage
entendiéndolo
como simple y puro Heavy Metal. El ambiente satánico que rodeó a algunas
bandas de los setenta, como Led Zeppelin, Black Sabbath ó Alice Cooper
tuvieron su continuación en Mercyful Fate, banda danesa que apoyándose en
una sólida base heavymetalera, creaba historias relacionadas con la muerte,
el infierno o Satán. “Melissa” (1983) y “Don’t Break the Oath” (1984) o King
Diamond (su vocalista de “doble voz”) en solitario con “Fatal Portrait” (1986)
y “Abigail” (1987), crearon el ambiente cultural perfecto para que, en los
noventa, los “adoradores” de lo oscuro crearan su propio estilo musical, el
Black Metal, de semejante temática, pero musicalmente muy alejada de los
sonidos maestros. Perdiendo casi totalmente la melodía, las voces que se
buscan no han de estar basadas en poderosas y limpias cuerdas vocales, sino
que han de representar los sonidos del diablo, para intentar transportar
al
oyente hasta el mismísimo infierno. Y es que, los británicos Venom,
originalmente bien considerados dentro de la hornada de bandas del nuevo
metal británico, iban a dejar atrás a las bandas de Thrash para alcanzar un
punto de radicalización sonora inimaginable tan solo un lustro antes. Con su
brutal “Black Metal” (1982) abrieron un camino que siguieron en el ’85 con
“At War With Satan”. Otro de los culpables de esta brutalidad musical son
Witchfynde (U.K.) que, al igual que Venom, comenzaron respetando cánones
más “civilizados” para acabar satanizando su música hasta extremos por
entonces inimaginables. Esta fiebre se extendió sobre todo por el norte de
Europa, donde podemos encontrar a Bathory entre los pioneros en las frias
tierras suecas [“Bathory” (1984), “The Return” (1985), “Under the Sign of the
Blackmark” (1986)]. Otro tanto se puede decir del Death Metal, estilo que no
es más que el endurecimiento del Thrash Metal, buscando extremar sonidos
aunque sin abandonar la contundencia rítmica y alguna pequeña línea
melódica. Napalm Death, Incantation, Morbid Angel, Carcass son algunas de
las bandas que hicieron de este estilo, la alternativa para los que veían el
Thrash Metal demasiado cerca del Heavy Metal tradicional, pero pasaban de la
parafernalia blackmetalera.
Sin embargo los ochenta fue la gran época del Rock con melodía. El A.O.R. encontraba
en Survivor un nuevo indiscutible pilar (tras Toto, Journey y Foreigner) sobre el
que sostenerse y el Rock Sinfónico lo encontraba en Asia. Si Jim Peterik y compañía
editaban su primer trabajo en 1980, “Survivor”, Asia lo hacía en el ’82, al que
seguirían “Alpha” en el ’83 y “Astra” en el ’85. Geoffrey Downes, Steve Howe,
Carl Palmer y John Wetton se convirtieron casi inmediatamente en una de las piezas
fundamentales del Rock Sinfónico, aunque en ocasiones muy cercanos al A.O.R. Las
bandas británicas (Maiden, Judas, Leppard, Saxon, etc.) arrasaban; los alemanes
Scorpions, tras su “Blackout” (1982) y, sobre todo, “Love at First Sting” (1984), se
convirtieron en los más grandes, pero la llegada de Motley Crue (Ca.) y Twisted
Sister (N.Y.) dieron un necesario empujón a la música americana, que se había
estancado en cánones setenteros.
En 1978 se publicaba el primer vinilo de los norteamericanos Quiet Riot. Inicialmente
formados por el frontman Kevin Dubrow, el batería Drew Forsyth, Kelly Garni al
bajo y el guitarrista Randy Rhoads, que tras la grabación de “Quiet Riot II” recibe la
“llamada” de Ozzy y alza el vuelo. Debido a los cambios de formación y el
fallecimiento de Randy en accidente de aviación (1982), no se publica su exitoso
“Metal Health” hasta 1983, momento en el que Carlos Cavazo (guitarra), Rudy
Sarzo (bajo), que ya estaba en “QR II”, y Frankie Banalli (batería) dan estabilidad a
la banda. “Metal Health" se coloca nº 1 de ventas en U.S.A. convirtiéndoles por un
tiempo en los más grandes.
En 1981 se editaba en América el primer disco de Dokken titulado “Breaking the
Chains”, aunque no fue hasta tres años después que les llegó el éxito de la mano de su
segunda entrega “Tooth and Nail” (1984). Entre medias Don Dokken metió coros en
el “Blackout” de Scorpions, no en vano, Don Dokken vivía más en Alemania que en
U.S.A.. Incluso “Breaking the Chains” fue producido por Dieter Dierks. Mick
Brown (batería) y George Lynch (guitarra), formaban el primer line-up junto a Juan
Croucier (bajo), aunque este fue sustituido definitivamente por Jeff Pilson a partir de
“Tooth and Nail”.
Motley Crue echan mano del Glam, movimiento en auge en Los Angeles, del que
Frank Ferrano (Nikki Sixx) era ferviente seguidor. Tras montar la banda, a base de
chicos problemáticos, jóvenes con traumas diversos, publican en 1982 su “Too Fast
For Love”. Tommy Lee, Mick Mars y Vince Neil son el resto de los componentes de
una banda de calidad musical, al menos inicialmente, más que discutible, pero que
suponen un soplo de aire fresco que el público agradece. A partir de aquí serían
protagonistas de un escándalo tras otro. Vince Neil llegó a estar en la cárcel por ser el
responsable de un accidente de tráfico en el que murieron 3 personas.
10 - LOS 80 EN U.S.A. - II –
Twisted Sister lograron editar su primer single “I’ll Never Grow Up/Under the
Blade” en 1979, pero no es hasta la grabación de su E.P. “Ruff Cuts” en 1982
que llega la oportunidad de grabar su primer gran L.P. “Under the Blade”, en
el mismo año. Jay Jay French (guitarra-fundador de la banda) comenzó
tocando la guitarra en Wicked Lester, a comienzos de los ’70, junto a Paul
Stanley y Gene Simmons. Mark “The Animal” Mendoza tambien comenzó
por la misma época con su bajo en otra banda Glam, The Dictators. Los
Twisted comenzaron su andadura en diciembre del ’72 haciendo versiones de
Rolling Stones y David Bowie (uno de los grandes mitos del Glam). Dee Snider
llegó al grupo procedente de Heather. Ya por esta época los Twisted eran
una mezcla entre la imagen de New York Dolls y las teatrales puestas en
escena de Kiss. Finalmente A.J. Pero, batería de Cities, se incorpora a la
banda para grabar
“Under the Blade”. Ratt ponen su granito de arena para que el Rock melódico
de tendencia glam siga creciendo. Llamados en un principio Mickey Ratt
(1979-81), consiguen publicar su primer disco en 1983, “Ratt”, al que seguiría
en el ’84 “Out of the Cellar”. Steve Duren era un vocalista-cantante que bajo
el pseudónimo de Blackie Goozeman estuvo en bandas como Black Rabbit, en
la última época de New York Dolls, London (donde fue compañero de Nikki
Sixx) ó en Sister (1975), donde se encuentra con Randy Piper y el batería
Tony Richards. Tras un breve tiempo en que estuvo Chris Holmes en la
banda, entra Rik Fox al bajo, y poco después cambian su nombre por
W.A.S.P. (We Are Sexual Perverts). Rápidamente llamaron la atención en
base a sus directos, en los que descuartizaban chicas, tiraban trozos de carne
a la gente y, en general, se envolvían en ambientes de masoquismo, tortura y
violencia.
Ya con Chris Holmes de nuevo en la banda editan su primer disco “WASP”, en
1984 con el que inauguraron una larga guerra contra la censura en su propio
país. La lista de bandas que a lo largo de los ’80 nutrieron de buena música y
atractivos espectáculos a
los ávidos consumidores de Rock Americano fue muy amplia. Los pelos
alicatados con laca, la imagen ambigua de bandas como Poison, que parecían
más femeninos que masculinas, ó los terroríficos espectáculos teatrales,
subieron hasta lo más alto a más de uno. “Look What The Cat Dragged In”
(1986), llevaba a Poison al nº 3 en U.S.A., y “Open up and Say Aah!” (1988), o
“Flesh and Blood” (1990) al nº 2. Skid Row llegó al nº 2 con “Skid Row” (1989)
y al nº 1 con “Slave to the Grind” (1991). Warrant alcanzaron con su primer
disco “Dirty Rotten Filthy Stinking Rich” (1989) el nº 10, aunque el single
“Heaven” se colocó en el nº 2.
Así pues, el Rock americano, en su faceta Glam o con un sonido más
Hardrockero, daba dinero a espuertas. Pero, sin duda, la banda más grande
que dio el Rock Americano en los ochenta fue Bon Jovi. Desde su más tierna
juventud John Bongiovi fue absoluto fanático de Bruce Springsteen. De
hecho, en 1978 fue arrestado por vender posters “piratas” a las afueras del
Madison Square Garden, y así poder sacar lo que costaba la entrada. Comenzó
a tocar la guitarra con 14 años y en el ’78 entró a formar parte de Atlantic
City Expressway, banda de versiones con la que estuvo hasta que en 1980
fundó The Rest, con Jack Ponti a la guitarra. De orientación más
hardrockera, llegaron a tocar ante más de 20.000 personas, abriendo para
Hall And Oates. Con 17 años entra a trabajar en los Power Station Studios,
época en la que forma The Wild Ones, junto a su antiguo compañero de
escuela David Rashbaum. Por fin, en 1983 y ya como Bon Jovi, comienza a
formar una banda. Junto a David se van uniendo el bajista Alec John Such,
Héctor “Tico” Torres y, finalmente, Richie Sambora. Son los managers de
Motley Crue, Doug McGhee y Doug Thaler los que se interesan por la banda y
se publica su album debut “Bon Jovi”, aunque inicialmente se iba a llamar
“Tough Talk”. Una curiosidad, “She Don’t Know Me” fue grabada en 1981 con
Aldo Nova (teclista), Hugo McDonald (bajo) y Chuck Burgi de Balance
(batería). El éxito fue arrollador, por lo que al año siguiente editaron “7800º
Farenheit” y, ya en 1986, uno de los álbumes más vendidos de la historia,
“Slippery When Wet”, con el que llegaron al nº 1, igual que con el increíble
"New Jersey" (1988), quizás su disco más “Springsteen”. La otra gran banda de
los ochenta, y no menos importante que Bon Jovi, fue Guns & Roses. La
banda la fundan, en Lafayette, Jeffrey Isababelle (Izzy Stradlin) y su amigo
William Bruce Bailey (W. Axl Rose). Sus comienzos fueron dentro del rollo
Glam, pero en 1982 se van a Los Angeles a buscar fortuna. Allí reclutan a
Tracii Guns y al batería Robbie Gardner. Posteriormente se incorporará el
bajista Michael “Duff” McKagan. Sin embargo, tras negarse a participar en
una gira por toda la costa oeste que McKagan había conseguido, Tracii y
Gardner son sustituidos por Saul Hudson “Slash” y Steven Adler. Con la
ayuda de Allan Niven (manager de Great White), y gracias a su gran éxito en
directo, logran grabar un E.P. en directo titulado “Live ¿!@like a Suicide”. A
partir de aquí comienza una enloquecida carrera en la que los
éxitos de ventas y los escándalos pujan por levantar y hundir a la banda.
“Appetite for Destruction” (1987) es nº 1 en U.S.A., “Lies” (1989) llega al 2
pero “Use Your Illusion I” y “Use Your Illusion II” (dos dobles L.P.s editados a
la par) vuelven al 1. Míticos conciertos se alternan con fiascos como el del
Vicente Calderón, y esto mina la inestable relación entre los miembros de la
banda. La autodestructiva drogadicción de los músicos, pero sobre todo de
Axl, acaba con una banda que escaló demasiado deprisa a lo más alto, (así el
porrazo fue más gordo). Pero los ochenta se fueron apagando. Guns and
Roses y su reivindicación del auténtico Rock and Roll lograron que el Heavy
Metal ó el Glam se acabaran vistiendo de cowboys. Entrados los noventa las
bandas se alejan de su público, podridas de dinero ya nadie se cree su cuento
de autenticidad. Parece el momento apropiado para que surjan músicos más
alejados del Olimpo, más cercanos a los chavales que son, a fin de cuentas,
quienes hacen y deshacen mitos con la compra de discos.
11 - GRUNGE Y METAL EXTREMO
En el año 1991 se desencadenaría la gran hecatombe. Los estadounidenses
Nirvana iban a conseguir lo que las bandas de los ochenta habían perdido. Con
su segundo disco titulado “Nevermind”, lleno de simpleza a la par que de
energía, convencerían a los fans para dar un
paso adelante, que en realidad era un paso atrás. El fenómeno fue bautizado
como Grunge. Los aficionados al Hard Rock o el Heavy Metal, quizás saturados
del exceso de lujo, imágenes grandilocuentes y “estrellitas de pastel”,
fabricadas por discográficas ávidas de dinero rápido, verían en Nirvana una
banda más cercana a la realidad... Basta de poses, basta de querer parecer lo
que no se es... Basta de vender música para mirar... Con su aspecto mundano,
y actitud de desarraigado social, reventarían el mercado por sorpresa, cuando
nadie lo esperaba. Esta debacle, que también afectaría al pop, no solo tuvo su
base en los gustos de los fans. Las compañías retiraron todo su apoyo a gente
que hasta entonces habían generado millonadas de beneficio. No giras... no
discos... Si querías grabar debías olvidarte de los solos de guitarra, de las
distorsiones limpias, los virtuosos deberían simular no serlo. Las letras de
fiesta, alcohol y sexo no servían. Ahora había que hablar en negativo, todo es
una mierda y hay que estar triste y cabreado. Sobre todo cabreado. Porque,
sin duda, otra de las claves del éxito Nirvana la encontramos en la
sorprendente energía que destila su trabajo. Con una simplicidad técnica
asombrosa, sonando mal y tocando peor, eran capaces de generar una energía
que lograba unirles al público, creando una sensación de libertad (¿negativa...
destructiva?) que devolvía a los jóvenes de los noventa al lugar que más les ha
gustado desde siempre... el de rebeldes sin causa.
La dura ley de las modas tardaría a penas unos años en acabar con el Grunge,
pero el daño ya estaba hecho. Así pues, los noventa fueron campo de
experimentación. El que no desaparece, acaba
reciclándose. Mientras el Hard Rock y el Heavy Metal sobreviven en el rincón
del anonimato, comienzan a surgir luchadores dispuestos a defender su punto
de vista. Dream Theater surgen en 1989 con su “When Day And Dream
Unite”, aunque el espaldarazo definitivo lo obtendrían con “Images And
Words” (1992). Llevando a la práctica un concepto musical basado en el rock
progresivo y sinfónico de los setenta, pero con el poderoso sonido del Metal
contemporánea, iban a crear una escuela que años después llegaría a ser un
estilo, el “Metal Progresivo”. Fates Warning ya estaban haciendo algo
parecido al Metal Progresivo a finales de los ochenta pero, sin duda, la
aparición de DT fue imprescindible para que se expandiera un estilo
aparentemente tan aburrido. Si Fates Warning y Dream Theater fueron la
semilla de la que germinó el gran sustento de la música progresiva,
Pentagram y Candlemass lo
serían del Doom. Recogiendo los aspectos más pesados de los primeros Black
Sabbath, ó de los míticos Atomic Rooster (en cuyas filas encontramos a Carl
Palmer, que posteriormente tuvo mucho que ver con el Rock sinfónico y
progresivo), recuperaron a finales de los ochenta la música oscura, de ritmos
pesados. Los suecos Candlemass se estrenaron el 1985 con “Epicus Doomicus
Metallicus”, y abrieron en su país una puerta que les convertiría en líderes de
la música oscura. El testigo “Doomicus” fue recogido en 1990 por Paradise
Lost con su debut, homónimo de la banda, y, sobre todo con su segundo
trabajo del ’91 “Gothic”. Cathedral con su “Forests of Equilibrium” (1991) y
My Dying Bride con “As The Flower Withers” (1992) consolidarían el estilo,
amen de convertir a las islas británicas en el caldo de cultivo perfecto para
esta actualización del sonido setentero de Sabbath y A. Rooster, tambien hijos
de las islas. Pero la evolución sigue y, si bien el Doom Metal se consolidó como
estilo autónomo, originó dos nuevas corrientes. Por un lado, el Stoner,
tambien llamado RetroRock, que no es más que un retorno a los orígenes.
Aunque para practicar este este estilo resulta imprescindible tener más
calidad que para el Grunge. Bien podríamos decir que el Stoner es al Grunge
(a excepción de Pearl Jam) lo que en los setenta el Heavy Metal fue al Punk.
Por otro lado surgió el movimiento gótico. Del gótico ya hemos hablado, pues
no es un movimiento musical en sí mismo, se trata de un comportamiento,
una forma de pensar y una estética, que encontramos igualmente en el pop e,
incluso, en la música electrónica.
Fueron Sister of Mercy y Depeche Mode los máximos exponentes del
comienzo de un movimiento que ha ido más allá de la música, influenciando
estéticamente a seguidores de otros estilos. El comienzo oficial del
movimiento musical gótico, en su concepción de s. XXI, lo encontramos en el
“Gothic” de Paradise Lost, aunque My Dying Bride fueron los que supieron
dar el giro adecuado a su música en el año ’93 con “Turn Loose the Swans”,
convirtiéndose en una de las bandas pioneras del estilo. Moonspell, en
Portugal, provenientes del Black, lo hicieron igualmente en el ’96 con
“Irreligious”, y The Gathering con “Mandylion” en 1995. Una vez iniciada la
marcha, solo quedaba comercializarla. Si bien bandas como Graveworm
(Italia) continuaron, a la par que los anteriormente mencionados, en la senda
trazada, una nueva hornada de bandas iba a darle el punto melódico
necesario para hacer el género más accesible. Nightwish son considerados
los
grandes precursores, al incluir una voz femenina, de corte operístico (no en
vano Tarja es soprano), que consigue darle ese aire melancólico, tan del
agrado de los góticos. Sin embargo su opera prima, “Angels Fall First” de
1998, es contemporánea del primer disco de los italianos Lacuna Coil
(“Lacuna Coil”) que, además, ya estaban moviendo su primera demo en 1996.
La música, de connotaciones épicas a finales de los 90, vuelve a los orígenes
roqueros (sin perder el fundamental sello de identidad de voz dulce femenina
vs. voz gutural masculina) con After Forever (“Prison of Desire”, 2000), y en
el mismo sentido evolucionan Nightwish y Lacuna Coil, cuyos últimos trabajos
ya en pleno siglo XXI, suenan muy ochenteros, alejándose del sonido original
por el que el Gothic Metal era reconocido.
12 - ENTRAMOS EN EL S. XXI
Como comentamos hace un par de capítulos, el Thrash Metal evolucionó hacia
un punto de vista más agresivo llamado Death Metal. Esta evolución tiene dos
localizaciones geográficas bien definidas. Por un lado Florida y, por otro,
Suecia. En Inglaterra aparecen un par de bandas reseñables a mitad de
camino entre el Thrash y el Death. Napalm Death, cuya primera obra, “Scum”
es del ’87, y Carcass en 1989 con “Reek of Puthrefaction”. En USA hay tres
nombres claves. Morbid Angel con “Altar of Madness” (1989), Incantation con
“Onward to Gólgota” (1992) y Death, cuyo trabajo más destacable es
“Spiritual Healing”, y que prestaron su nombre, involuntariamente, para la
ocasión. En Estocolmo (que no “Sto’s’l’colmo”), surgen Carnage en el 90
(“Dark Recollections”), At The Gates en 1992 con “The Red Is
The Sky Is Ours” y, como máximo exponente de la vertiente sueca, In Flames
lo harán en 1994 con “Lunar Strain”. Igualmente reseñable es la gente de
Entombed, quizás más cerca del Black Metal que del Death. Como estamos
comprobando, en pocos años se produce el gran estallido del Metal más
radical. Nos queda por hablar del Black Metal, y es que, igualmente a
comienzos de los noventa, se produce un fenómeno en Noruega sorprendente.
El satanismo más enfermizo atrapa a miles de fans, tomando como nexo de
unión el Black Metal. Ya hablamos, cuando a principios de los ochenta
hablábamos de la NWOBHM, de la existencia de Venom y su obra maestra
“Black Metal” (1982). Si bien este es un notable trabajo de Thrash Metal,
aunque de lo más radical en el género, sirvió de punto de partida para un
buen puñado de adoradores del diablo que eligieron este camino como forma
de vida. Inmortal marcan la pauta en 1992 con “Diabolical Fullmoon
Mysticism”. Burzum y Emperor se estrenan en 1993 con sus discos
homónimos. Mayhem, provenientes del Death con “Deathcrush”(1987)
publican “De Mysteriis Dom Shatanas” en 1994. Darkthrone, que se habían
estrenado con el deathmetalero “Soulside Journey” (1991), se dejan llevar
por la corriente girando hacia el Black en 1994 con “Transylvanian Hunger”.
Lo que comienza siendo un espectáculo más ó menos teatral, que comienza y
termina sobre el escenario, resulta manipulado por oscuros personajes que,
mezclando el satanismo con la ideología nazi, contaminan el ambiente.
Cuentan por ahí que algunos miembro de las bandas y gente afín realizaban
reuniones secretas en las pretendían entrar en contacto con el ángel caido,
para lo que llegaron a cometer rituales de sangre
y
asesinatos. Lo cierto es que alguno acabó y continúa entre rejas. Tras unos
años de confusión ideológica y algún que otro disgusto policial, logran
reconducir el espectáculo, reorientándolo hacia la autoafirmación
nacionalista. Comienzan a hablar de mitología vikinga, y la figura de Satán es
reconducida a donde nunca debió salir, al espectáculo teatral sobre el
escenario. Cradle of Filth y Dimmu Borgir son los grandes beneficiados de
esta suavización de contenidos y actitudes, llegando a las máximas cotas
alcanzadas por cualquier banda de Black en toda su historia. A finales de los
noventa se produce una descontrolada explosión de subestilos extremos.
Viking Metal, Noiscore, Grindcore son algunos de los nombres dados,
dependiendo de la cantidad de sangre, muerte y destrucción que contengan
sus letras, amén del nivel de ruido que se pueda hacer con los instrumentos.
Mención especial merece el Christian Black Metal, enfrentado al satanismo
noruego, y que tiene en los australianos Mortification (desde 1991) su máximo
exponente. Más audibles resultan las bandas de Dark Metal, ubicadas en algún
punto intermedio entre el Black y el Doom. Basadas en la melancolía y la
melodía de las bandas góticas, pero con cierto toque blackmetalero, tienen
como máximo exponente a los más que interesantes Dark Tranquility,
aparecidos en el 93 (“Skydancer”) como parte del radicalismo de la época,
pero marcando poco a poco su propio camino.
13 - EPILOGO
El inicio del nuevo siglo nos sorprende con una aparente y progresiva
revitalización del Heavy Metal, en todas sus facetas. Las bandas de Power
Metal, herederas de Helloween y el metal alemán de los ochenta obtiene
cierta repercusión. Gamma Ray, la consecución lógica de Helloween (no en
vano Kai Hansen, exHelloween, es el líder), obtiene cierto éxito de ventas.
Igual se puede decir de Blind Guardian o Rhapsody, estos últimos con una
mezcla más que interesante de Heavy Metal, música clásica y Folk. Bruce
Dickinson vuelve a la doncella de hierro, logrando con ello alcanzar cotas de
popularidad excepcionales para una banda de Heavy Metal.
Halford vuelve a ponerse al frente de Judas Priest, con lo que la banda
consigue rememorar viejos tiempos llenando locales de miles de personas que
aplauden sus nuevas canciones. Lo gótico y lo épico se confunde en el norte
de europa, y no dejan de aparecer bandas de buena calidad. Mención aparte
merecen Apocalyptica que sorprenden con “Inquisition Symphony” (1998) y
su... ¿gothic?¿black?¿thrash?... metal extremo realizado con cuatro
violoncelos. Festivales de Metal germinan por doquier, dando la sensación de
que el Rock más rudo vuelve a enganchar a la juventud del nuevo siglo. Pero
lo cierto es que las ventas rara vez acompañan, y que todas esas bandas a las
que aplauden cinco, diez ó treinta mil personas no ven reflejado en las listas
de ventas ese aparente éxito.
Parece estar produciéndose un resurgimiento generalizado, y no hay un estilo
que haya surgido en los últimos treinta años que no tenga un puñado de
bandas defendiéndolo. En España la escena roquera está absolutamente
saturada. La facilidad actual para grabar CDs, así como la extraordinaria
calidad y preparación de los músicos actuales, hace que no haya espacio
potencial suficiente para todos y, unos por otros, nadie consigue salir
adelante. Sin embargo debemos mencionar algunas notables excepciones.
Por una parte Saratoga, sin duda una de las mejores bandas de Heavy Metal
de este país. En marcha desde 1995, de la mano de dos mitos del rock español
como son el bajista Niko Del Hierro y el hacha Jerónimo Ramiro, ha sido con
la inclusión de dos jóvenes piezas cuando han alcanzado el éxito. Por una
parte Dani a la batería, sin duda de lo mejorcito en España y, probablemente,
fuera de ella. Y Leo... No creo que haya habido nunca en nuestro país nadie
que haya cantado tan bien como él Heavy Metal. Cuatro supermúsicos que
conforman lo que se podría comparar con unos Mr. Big españoles. Por otra
parte están Mago de Oz,
que comenzaron su andadura a comienzos de los noventa pero sin alcanzar el
éxito hasta comercializar su sonido lo suficiente para resultar accesibles a
cualquier fan no roquero. Practicando un Folk Rock sencillo y directo han
enganchado a una legión de fans, en las zonas planetarias de habla hispana,
donde mejor funciona su truco comercial... estribillos facilitos y ritmos que
incitan al bote. Tienen una segunda cara, de bastante más calidad, de
canciones elaboradas y instrumentaciones interesantes, pero no es comercial,
lo hacen con cuentagotas y queda escondida en algunos de sus discos en
estudio. Y por último tenemos un buen puñado de verdaderos grupazos, pero
incapaces de abrirse hueco en un mercado que, por otra parte, nunca ha
estado abierto al Rock con mayúsculas. Dark Moor (Power Symphonic Metal),
Easy Rider (Heavy Metal), Nexx (A.O.R.) o Jorge Salán (guitarrista) son
cuatro ejemplos que podrían resultar representativos de como se puede ser un
gran músico, grabar grandes discos, y que el sistema te arrincone mientras
ofertas musicales de menor calidad son ensalzadas a medias por negocio y
público que, siendo soberano absoluto para decidir lo que le gusta y lo que
no, difícilmente escapa a la manipulación del sistema. Y es que negocio y
cultura son conceptos antagónicos, el ánimo de lucro ha destruído
sistemáticamente el arte a lo largo de la historia.
Más de uno dirá que qué coño tendrá que ver el blues de principios del siglo
XX con Venom... sin embargo de ese blues surgió el Rock and Roll, de este el
Rock progresivo... el Hard Rock... después el Heavy Metal... Thrash Metal,
Death Metal, Metal Gótico, Metal progresivo, etc.
Tan solo espero que, al llegar a este punto, hayas disfrutado tanto leyendo
como yo escribiéndolo. No resulta sencillo para un aficionado a la música (ni
más, ni menos), ponerse a recabar información para poder ofrecer un texto lo
más completo posible. Seguro que cada persona que lea esta “Breve
historia...” echará en falta bandas, o considerará que sobra alguna, o no
estará de acuerdo con algunas de las opiniones que se vierten en el texto. ¡De
eso se trata!... La vida que pueda tener cualquier movimiento cultural se
puede medir en gran parte comprobando la cantidad de información y opinión
que genera. Así pues...
¡MUÉVETE!
CARLOS TREVIÑO COBO
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