LA CUERDA QUE NOS FALTA

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LA CUERDA QUE NOS FALTA
Por fin encontré tiempo para dedicárselo a mi esposa y al gran placer que me causa
tocarla, pensaba luego de mirar el reloj, y constatar que estaba llegando temprano de la
universidad, acomodado yo en el asiento vinotinto del transporte, luego de una ligera noche
de clases donde había tenido varias satisfacciones juntas entre las que les cuento que
después de casi un cuarto de jornada, tuve una necesidad fisiológica, lo que me hizo salir
corriendito del salón y subir de 2 en 2 las escaleras. Al llegar al recinto destinado para tal
uso en el primer piso, Sorpresa! estaba alumbrado, limpio y provisto de agua, cosa que me
alegró y me hizo recordar que en ocasiones anteriores al entrar al baño completamente a
oscuras, había entendido porque la mayoría de los urinarios, w .c., y lavamanos son de
color blanco, “para que se puedan notar en la oscuridad”; además había tenido la dicha
de venirme sentado en el transporte, porque estar de pie es lo peor, y si tienes esa mala
suerte, para sentirte mejor solo puedes hacer dos cosas: 1) resignarte, debido a que no
vas a tener donde sentarte por lo menos durante media hora y 2) ser buen actor, debido a
que tienes que expresar con tu cara la gran molestia que te causa el tener que llevar la
carpeta, y solo así habrá un alma caritativa que al final terminará ayudándote con la carga.
No aguantaba las ganas de ver a mi esposa, pero sobre todo de tocarla, la busqué por toda
la casa hasta que supe que estaba en el cuarto, la vi, estaba allí sobre mi cama, pero algo
andaba mal, a mi guitarra - esa a la que llamo mi esposa- se le había reventado una
cuerda, exactamente la cuarta, la que da la nota de RE, el mas delgado de los bordones,
en fin la que mas se revienta. Sin esta cuerda mi guitarra suena muy aguda, con mucho
brillo, debido a que ella es una guitarra de punteo, caracterizada por tener la caja acústica
delgada y por lo tanto la cuarta coloca esa nota grave de barítono que hace que se
escuche como una coral en perfecta armonía, su sonido ahora se asemejaba a un coro de
sopranos líricas y mezzosopranos, sin contraltos, barítonos o tenores que siguieran una
progresión musical grave y que le proporcionen la relación octava que se necesita para
lograr esa perfecta armonía. Al tocarla venían a mi mente muchas otras cosas, para un
guitarrista el hecho de que le falte una cuerda es algo simbólico y hasta sobrenatural, para
que tengan una idea si se me revienta una cuerda tocando en la iglesia una canción
cristiana, significa que puse todo de mí en esa canción, y la cuerda rota no es más que un
recuerdo de ese momento, si la guitarra era prestada, entonces la cuerda rota será mía y
yo estaré en la obligación de reponerla, en fin, pensaba en ¿por qué se reventó esa cuerda
sin yo haberla tocado? ,¿por qué precisamente hoy que tenía tantas ganas de escuchar y
tocar a mi guitarra completa con sus seis cuerdas?, y fue cuando de nuevo entró en mi
mente ese pensamiento que acostumbraba llegar cuando las cosas no salen como yo
quiero: “en la imperfección está lo perfecto, está el aprendizaje” comparaba yo a mi
instrumento favorito incompleto, con el ser humano, y pensaba así somos, aun grupo les
falta una cuerda y por eso tienen mucho brillo, y otros en cambio están muy opacos por la
ausencia de otra, y algunos se desafinan después de una dura jornada, incluso muchos
andan por la vida desafinados o desafinando a otros con su actitud. En mi caso personal se
podría decir que mis seis cuerdas son: mi trabajo, mi familia, mis estudios, mi pareja, la
iglesia y yo, y Dios representa la afinación de cada cuerda. Pensándolo así en este
momento me faltan 2 cuerdas y también he andado en estos días desafinado y
desafinando. Mi guitarra tiene una historia también muy parecida a la mía, mi madre se la
regaló a mi padre en uno de sus cumpleaños hace muchos años, por un tiempo mi padre
intentó aprender a tocarla, pero no lo logró y mas temprano que tarde yacía olvidada
guindada en el closet " hecho en casa" de mi cuarto despertando cada noche mi curiosidad.
Hasta que un buen día luego de tanto aprendizaje por interés propio le hice saber a mi
guitarra quien en realidad era ella, para lo que servía, para lo que había sido hecha, ese día
ella supo cual era su verdadero sonido, su verdadera misión. En contraste yo también nací
por un gesto de amor hace muchos años, en mi infancia se preocuparon por darme lo que
me hiciera falta material o espiritualmente, pero mas temprano que tarde la sociedad me
golpeó y me sentí solo y aislado, " guindado", olvidado; la sociedad para un adolescente es
muy dura en la mayoría de Ios casos, aprender a ser hombre también es duro, y si te
equivocas puedes dañar a mucha gente que quieres. Tengo la certeza de que Dios cada
día me afina, y siempre llega a mi vida alguien que me dice cual es mi misión, para que
estoy en este mundo, alguien que me recuerda cual es mi verdadero sonido. Si por un
momento a mi guitarra se le diera la oportunidad de pensar: ¿Qué pasaría por su mente?,
¿se sentiría incompleta? ¿O quizás no le importaría porque tendría la certeza de que en su
esencia está grabado el sonar bien?, recuerdo claramente cuando veía a mi padre tocar el
cuatro, cuanta admiración sentía por él, para mi, un niño de 8 ó 9 años, tocaba como un
músico profesional aunque en muchas ocasiones dejaba en claro que lo hacia " por oído" lo
que daba por entendido que no sabía cual era el nombre de los acordes, solo confiaba en
su oído musical y acompañaba en el canto, ahora siento mucha más admiración al ver que
no puede tocar aunque suene contradictorio, ¿por qué? Mi apá carece de mielina en el
cerebro, ese es el líquido que sirve como dieléctrico, que recubre a las neuronas para que
no sufran daños durante la sinapsis, padeciendo de esclerosis múltiple, ha tenido varios
brotes, lo que ha hecho que ya no pueda escucharlo cantar con claridad y afinación, y que
no pueda escucharlo tocar, ¡tan sabroso que lo hacia!..., dicen que yo heredé la manera de
tocar de él, muchas veces en mi vida me ha tocado sentir alegría y tristeza al mismo
tiempo, y mi experiencia me ha llevado a deducir que esto ocurre por ser yo un empático
extremista, una de las ocasiones en las que se me unen estos dos sentimientos es cuando
mi apá me ve tocar, siento alegría por disfrutar de lo que hago, y por ver la cara de
satisfacción de él, pero siento tristeza por ponerme en su lugar y recordar desde sus
zapatos como tocaba, cayendo en la dura realidad de ya no poder hacerlo, lo admiro por
llevar su enfermedad sin sentirse enfermo, sin decaerse a pesar de casi no poder caminar,
por luchar a pesar de ser un golpe muy duro, por ser buen padre a pesar de estar a punto
de no valerse por sí mismo, por aconsejarme a pesar de casi no entenderle cuando me
habla, en fin nunca olvidaré la lección: “no te rindas, a pesar de cuan intrincado sea el
camino, pon tu corazón en el intento, hazlo con amor, y si fracasas lo importante fue
que lo diste todo para triunfar” que es la que me da día a día sin decírmela,
levantándose tempranito para hacer las arepitas, bañando a mi perro algunas veces,
sacando la basura, haciendo el almuerzo, con su lento caminar, con el camino intrincado
pero poniendo su corazón en el intento, haciéndolo con amor. Son muy pocos los
recuerdos que tengo de mi apá sano, casi toda mi vida ha estado así, le doy gracias a Dios
por habérmelo dado, ¿saben? él me enseñó una oración para que la dijera cuando de
pequeño tenía miedo en la noche, espero algún día cumplir mi sueño de formar una familia
y enseñársela a mis hijos, también él y yo compusimos una canción cristiana juntos, yo la
considero como sagrada y casi nunca la canto, después de mi apá venía esta vieja guitarra
que me había escuchado llorar solo en mi cuarto, y que me había escuchado reír delante
de todos, que me había hecho calmarme ante una preocupación, y a la que le confiaba mis
secretos mas íntimos. Mientras cantaba una canción que compuse titulada “Te adoro
señor” la cual salió para un festival, me trasladaba por completo a los momentos en que mi
musa está a flor de piel, y trataba de buscar la fuente, trataba de deducir de donde
provenía, pensando cual filósofo griego formulaba yo varias teorías acerca de la inspiración
y una de las que mas me gustaba creer era aquella que se centraba mas que todo en el
amor, la palabra mas antigua; esta teoría me decía que era tanto el amor que se sentía por
algo, que el ser humano inconscientemente creaba en su interior, y cuando ya algo estaba
hecho interiormente, eso creado inconscientemente pasaba al consciente con un aviso
acompañado de la esencia de lo creado, y este aviso era a lo que llamamos musa, a partir
de allí, de ese aviso, conscientemente ahora se creaba, utilizando nuestras habilidades,
guiándonos por esa esencia que lo acompañaba. Ahora la 3ra cuerda, la que da la nota de
SOL estaba desafinada, sentía ese ruido, desarmonizando aún mas el sonido de mi
guitarra de 5 cuerdas, me detuve a media canción y comencé a afinarla; sin la cuarta era
mas difícil porque para afinar la 3ra debía buscar la nota de SOL pisando la 4ta en el 5to
traste y la cuarta ya les conté que no la tenía, para buscar un SOL ahora debía pisar la 5ta
cuerda la que da la nota de LA en el 10mo traste, lo que ameritaba agudizar el oído, esto si
no quería buscar mi teclado y pisar la blanca de SOL; relacionaba esto con Dios,
representando Él mi afinación: ¿Le costaría mas trabajo afinarme cuando me faltan
cuerdas?, ¿Cuando no tengo trabajo o cuando no estaba estudiando?, he aprendido a
confiar mas en Dios a medida que he sufrido en mi vida, mi historia ha tenido sus altibajos y
estoy seguro de que hay historias peores pero, sí he sufrido bastante, sobre todo por estar
solo, aunque no le temo a la soledad no me gusta mucho y casualmente en los momentos
en que más necesito a alguien a mi lado, ¡PUF! todos se esfuman, se alejan, en fin algo
pasa que hace que me quede solo, y esto no se limita a mis momentos de tristeza, sino
también a los de alegría o distracción, cuantas veces no he tenido que sentarme en una
heladería, pedir un helado y comer solo, o ir al cine solo sin que nadie lo sepa, me ha
tocado aprender a disfrutar de mi compañía y a confiar en Dios, ustedes pensarán que
confío en alguien a quien no veo, no siento, y no escucho, pensarán que es mi amigo
imaginario y yo les digo que quizás algunas veces no crea en mí mismo, quizás por un
instante dude de las personas mas importantes para mi, pero en lo que sí creo es en el
amor, cuando una persona me refleja amor con su mano, esa es la mano de Dios, cuando
alguien me expresa amor con su boca, Dios me esta hablando, cuando alguien me ve con
amor, Dios me está mirando, para mi Dios es la fuente del amor, por eso es que el está en
mi historia, por eso es que confío en EI, en su afinación. Deseo que mis seis cuerdas estén
afinadas con notas de amor, amor a mi familia, amor a mi trabajo, amor a mi carrera, amor
a mi pareja, amor a la iglesia, y amor a mi mismo, cuando le falta amor a mi cuerda es
cuando desafina, y algunas veces en casos extremos de tanto desafinar se revienta,
cantando la guitarra de mi esencia la canción del amor con mucho brillo o muy opaca por
ausencia de esa cuerda. Mi guitarra es casi perfecta, tiene cuerpo de mujer, me escucha
sin aburrirse, me calma cuando me siento molesto, me ayuda a dormirme cuando no
puedo, me alegra cuando me siento triste y me acompaña cuando espero, siempre está ahí
cuando la busco, y a pesar de faltarle cuerdas o estar desafinada está dispuesta a
acompañarme en alguna canción, es fiel y ha estado conmigo en momentos de incalculable
valor, así quisiera que fuera la mujer que sea mi esposa, la madre de ese sueño de familia
que tengo, con la que comparta mi vida hasta el final de mis días. Richard Bach escribió:
“cuando se sabe lo que hace el mago, deja de ser magia”, refiriéndose a la admiración
que siente el principiante cuando ve realizar la tarea al que ya está avanzado, yo sentía
gran admiración cuando siendo principiante veía a alguien mas avanzado tocar la guitarra,
ahora que estoy en otro nivel, eso no ha dejado de ser magia para mí, la música siempre
será mágica, y esa admiración de principiante fue la que convirtiéndose en interés,
mágicamente me ha llevado al nivel en donde estoy. Ahora mi guitarra está incompleta
pero dentro de poco ya tendrá sus seis cuerdas y entonces estará perfecta lo que hará que
me pierda de nuevo en lo visible, sin profundizar en lo invisible, sin pensar en lo que hoy
pensé, sin escribir en lo que hoy escribí, y aquí es donde toma mayor fuerza mi frase: “en
lo imperfecto está lo perfecto, está el aprendizaje”
“Hoy quise que esto estuviera en tus manos porque de alguna manera has sido una
de esas personas que me indicaron mi verdadero sonido, eso ha significado mucho para
mi, y por eso te obsequio lo que tengo de mas valor para darte, mi inspiración…, cuando te
sientas muy triste recuerda que por ti alguien se levantó de una caída, que alguien
recuperó el camino y se animó a seguir caminando…”
Le doy Gracias a Dios porque TÚ estuviste en el camino de mi vida
Que Dios te bendiga
Augusto Henríquez
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