TEMA 16-Las categorías sintácticas

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NUEVO TEMARIO 2012
16. Las categorías sintácticas (I). Sustantivo y adjetivo. Estructura y
funciones del sintagma nominal y del sintagma adjetivo.
16.1 Sustantivo.
16.2 Adjetivo.
16.3 Estructura y funciones del sintagma nominal.
16.4 Estructura y funciones del sintagma adjetivo.
ESQUEMA
1. Clasificación del sintagma
2. Estructura del sintagma nominal
2.1. El núcleo
Estructura formal
Significación
2.2. Los adjuntos
El artículo
3. Funciones del SN
3.1. Sujeto
Realizaciones sintagmáticas
3.2. Objeto directo
3.3. Atributo
3.4. Complemento circunstancial
INTRODUCCIÓN
El estudio de los constituyentes de la oración puede llevarse a cabo desde dos
perspectivas diferentes. Una de ellas consiste en analizar las categorías
sintácticas que la componen e intentar recoger los principios que determinan su
disposición y estructura interna. Según esta opción, que podemos llamar
categorial, las unidades que han de ser objeto de estudio son el SN, el SV, y en
general, todas las categorías sintácticas. La otra posibilidad se centra, en cambio,
en el estudio de las funciones que los constituyentes desempeñan dentro de la
oración. En el análisis funcional el estudio parte de conceptos como los de sujeto,
objeto, etc. No se trata de dos enfoques excluyentes, sino que ambos se
complementan. Así, el primero atiende fundamentalmente a las características
formales internas de los constituyentes gramaticales, mientras que
el segundo trata de la relación existente entre ellos (sobre todo, de la que se da
entre el verbo y sus complementos). Por lo tanto, todo estudio sintáctico debe
tener presente ambos conceptos pero nunca confundirlos.
Una
categoría
es
un
constituyente
sintáctico
con
unas
propiedades
distribucionales. Llamamos distribución al conjunto de contextos sintácticos en que
puede aparecer una misma unidad. La función es el papel sintáctico que una
categoría desempeña dentro de una oración. De esta forma, una misma categoría
puede realizar funciones diferentes: el SN puede ser sujeto, objeto, circunstancial,
etc.
La gramática tradicional y sobre todo la estructuralista ha operado
fundamentalmente con el concepto de función (de ahí el nombre que algunos
modelos gramaticales han recibido (Gramática funcional); desde el punto de vista
de la Gramática generativa y transformacional es la categoría el concepto primitivo
básico de la sintaxis.
Con el objeto de que la exposición quede más clara y completa nosotros hemos
decidido valernos de ambas nociones (al igual que muchos lingüistas en la
actualidad), pero el lector no debe olvidar nunca que no son conceptos
equivalentes, error en el que se ha caído con frecuencia.
1.Clasificación del sintagma
César Hernández define el sintagma como “toda unidad de función dentro de una
estructura de nexus” (= proposición). El sintagma nace de la combinación de palabras; es
una unidad eminentemente del decurso, sintagmática, y de extensión variable.
De las combinaciones posibles de dos sintagmas diferentes (nominal y verbal) se origina
la oración. Todo sintagma consta de una función en abstracto, dentro de una estructura
superior, y unos elementos que la cubren. Dependiendo de dicha función y de las relaciones
entre las unidades que lo forman tendremos un tipo de sintagma u otro.
Como se ha dicho, hay dos clases de sintagmas, sintagma nominal (SN) y sintagma
verbal (SV), que son los componentes de la oración. El segundo incide sobre el primero y
lo desarrolla.
Los sintagmas nominales, atendiendo a su función , se clasifican en:
SN  Sujeto.
SN OD, Suplemento, Atributo.
SN  OI = Prep + SN.
SN  C.C.
Según sus componentes y su forma de organizarse, los sintagmas nominales pueden ser:
–
Monorrémicos: sólo núcleo.
–
Endocéntricos: concéntricos (uninucleares) y coordinativos (plurinucleares).
–
Exocéntricos: predicativos (SN-SV) y prepositivos.
Los sintagmas endocéntricos son aquellas construcciones conmutables en su función
por algunos de los constituyentes del propio sintagma, es decir, que todo es conmutable por
alguna de sus partes. El elemento conmutable del conjunto suele recibir el nombre de
núcleo. En la oración La gran ciudad se extendía a lo lejos podemos conmutar el SN La
gran ciudad por la ciudad, que pertenece a la categoría nominal al igual que el sintagma
completo conmutado.
Entre los sintagmas endocéntricos, algunos tienen sólo un núcleo, los uninucleares, y se
denominan frecuentemente concéntricos. Están formados por un núcleo y unos adjuntos
(adyacentes y determinantes).
Cuando poseen varios núcleos se denominan plurinucleares o coordinativos. La
coordinación es una forma de expansión que da lugar a sintagmas de mayor extensión y
complejidad; se da entre elementos equifuncionales y cada uno de los núcleos puede tener a
su vez expansiones de carácter subordinado. De ahí nace la gran complejidad que puede
tener una oración. Por ejemplo:
El hijo de Marta y mi hermana se fugaron de casa.
Pablo examina y puntúa con justicia.
Se llaman sintagmas exocéntricos a las construcciones que pertenecen a distinta
categoría de aquella a la que pertenecen sus elementos componentes, es decir, que tienen
diferente función y en ella no son conmutables por sus constituyentes.
Existen dos clases de sintagmas exocéntricos: la primera es la que constituyen oraciones
y proposiciones (SN-SV), y la segunda es la de los sintagmas prepositivos (Fuimos de
excursión a la montaña). En estos casos, el sintagma corresponde a una categoría a la que
no pertenecen sus componentes, ni es conmutable por sus miembros. Su forma es
preposición + término. El término a su vez es un sintagma endocéntrico de cualquiera de
los tipos vistos.
2. Estructura del sintagma
nominal
El SN es una categoría sintáctica formada por un núcleo nominal y unos adjuntos
relacionados por las marcas de concordancia y de rección. Teniendo en cuenta la
clasificación anterior, puede ser monorrémico o endocéntrico.
El primero no presenta ningún tipo de dificultad porque es aquel que está constituido por
un único elemento, el núcleo (Adela salió por la mañana).
El segundo, sin embargo, puede adoptar diversas estructuras según sean concéntricos o
coordinativos. La estructura de SN más frecuente en la lengua es lo que hemos denominado
sintagma endocéntrico concéntrico, es decir, aquella formada por un núcleo nominal y
unos adjuntos (determinantes y adyacentes):
La base nominal es imprescindible, aunque puede aparecer sustituida por un infinitivo, un
pronombre, etc. Los componentes suelen aparecer en el orden citado.
Los determinantes son elementos adyacentes que suelen preceder al nombre. Dentro de
los determinantes, se distinguen dos subgrupos: actualizadores (artículos, demostrativos y
posesivos) y cuantificadores (numerales e indefinidos). Respecto a los actualizadores, los
artículos funcionan como morfemas facultativos del SN, mientras que demostrativos y
posesivos se caracterizan por el valor deíctico.
Los adyacentes del SN van generalmente pospuestos al núcleo, aunque también le
pueden preceder. Por sí solo el adyacente tiene autonomía y capacidad suficiente para
formar un sintagma. Estos elementos inciden sobre el núcleo y lo delimitan, precisan,
explican, modifican. La adyacencia sobre el núcleo es un proceso que aporta una
significación delimitadora o aclaradora para el sintagma.
La adyacencia de carácter adjetiva es la más importante y es aquella formada por un
adjetivo o elementos conmutables por ellos. No es imprescindible que exista en el léxico
español el adjetivo correspondiente a todo grupo adyacente, sino que es suficiente la
posibilidad de creación (aun forzada) de tal adjetivo o la conmutación en esa misma
función por uno cualquiera de diferente significado.
Dentro del otro grupo de SN endocéntricos, los coordinativos (plurinucleares), se
distinguen tres clases de construcciones: asociativas, reiterativas y explicativas.
Las construcciones asociativas están formadas por los elementos coordinados de igual clase
que configuran un solo sintagma:
Adela y Juan Carlos no son novios.
Las reiterativas son construcciones coordinativas en que un elemento aparece reiterado en la
misma función bajo distinta forma:
Yo, y sólo yo, solucioné el problema.
Le han dado a Juan el premio.
Por último, las explicativas son construcciones endocéntricas de forma yuxtapuesta, en las
que el segundo elemento tiene la misma extensión significativa que el primero y aporta unas
connotaciones al significado del término nuclear. Estos sintagmas se encuentran a medias
entre las coordinativas y las concéntricas o nucleares. Algunos lingüistas señalan que hay en
ellas dos núcleos mientras que para otros existe sólo uno y un modificador. Se trata de lo que
se conoce tradicionalmente bajo el nombre de aposiciones explicativas (Madrid, capital de
España), aposiciones prepositivas (La ciudad de Madrid) y las aposiciones explicativas de
carácter metalingüístico unidas por fórmulas de transición (La capital de España, esto es,
Madrid).
2.1. El núcleo
El núcleo de un SN es siempre un sustantivo o un elemento que esté incorporado a la
clase de los sustantivos, es decir, un segmento transpuesto categorialmente a sustantivo
(un adjetivo, un infinitivo, etc.; por ejemplo: El verde es mi color, Querer es poder).
Las definiciones que se han dado del nombre son muy diversas. Siguiendo un criterio
lógico se consideró que era la unidad que expresa sustancia, frente al adjetivo (cualidad) y al
verbo (acción). Sin embargo, son muchos los nombres que no indican sustancia sino acción,
efecto, cualidad, etc. Desde el punto de vista gramatical el sustantivo es el núcleo del sujeto
(criterio funcional) caracterizado por la presencia de un morfema de género y de número
(criterio formal). Sin embargo, coincide en estos aspectos con otras unidades de la lengua,
como pronombres y adjetivos.
Para C. Hernández, el sustantivo es “un signo lingüístico, núcleo de un SN, con morfemas
de género y número, que denota unidades semánticas referentes a entes, procesos,
acontecimientos..., independientes y autónomos, subsistente por sí solo”.
Estructura formal
La estructura formal del sustantivo es la siguiente:
En español existen dos géneros: masculino y femenino; lo que conocemos como género
común, epiceno y ambiguo no son sino variaciones, subgéneros. Hablamos de género común
en aquellos sustantivos de persona que indistintamente aluden a masculino o femenino:
artista, mártir, nómada. Cuando se trata de sustantivos de animal, se denomina género
epiceno: perdiz, águila, avestruz. Nos referimos al género ambiguo cuando un sustantivo
admite indistintamente determinación en masculino o en femenino sin que ello implique un
cambio semántico, aunque sí manifieste una distinta percepción de la realidad: el mar/la mar.
El masculino es la forma no marcada, el término extensivo, frente al femenino, que es la
forma marcada. No existe en nuestra lengua el neutro, sólo es posible en el discurso, es
decir, como hecho de habla (Lo bueno de...).
El género es una categoría gramatical básicamente arbitraria; salvo un pequeño grupo de
sustantivos que poseen género natural (realidades sexuadas), en la mayor parte de ellos el
género es convencional.
En cuanto a la formalización del género, los principales morfemas son los siguientes:
Masculino
Femenino
-o
-a
niño/a
-e
-a
presidente/a
-Ø
-a
doctor/a
-Ø
-ina
gallo/gallina
-Ø
-esa
abad/abadesa
-Ø
-triz
actor/actriz
En general se puede hablar de la existencia de una tendencia del español a marcar como
femenino los nombres acabados en -a y como masculinos los terminados en unidades
diferentes a -a. Pero existen muchas excepciones: pianista, patriarca, moto, mano, etc.
Insistimos en que se trata sólo de una tendencia.
En general, la significación del género establece una oposición sexual entre
macho/hembra (hombre/mujer). Sin embargo, en otras ocasiones el género tiene la
significación de oposición en función del tamaño (barco/barca), de institución/representante
de esta (la policía/el policía), de simple relación ((el trompeta/la trompeta), o bien de
distinta apreciación de la realidad ((el mar/la mar).
Por lo que respecta al
NÚMERO,
tradicionalmente se define como un morfema que en
singular significa un individuo y en plural, varios. Sin embargo, tal definición no está
exenta de problemas:
–
Unidades con forma plural que signifi-can unidad: tenazas (pluralia tantum).
–
Unidades que sólo existen en singular o sólo en plural: víveres, salud.
–
Unidades que cambian su significado con la variación numérica: grillo/grillos,
celo/celos.
–
Unidades que significan colectividad: en singular no indican un individuo sino un
conjunto de individuos.
–
Unidades no contables (agua, vino...) que se convierten en contables con la
transformación al plural.
Todo ello ha llevado a Pottier a definir el número como una cuantificación exter-na no
especificada. El plural supone pluralidad, pero el singular no implica singularidad, pues el
singular puede referirse a singular o plural en frases como El libro español está en alza.
Para Alarcos Llorach el número es un morfema que cuantifica al lexema con el que se
combina.
El número se formaliza en español siguiendo estas reglas:
–
Si el sustantivo acaba en vocal átona o -é, se añade el morfema -s: casa  casas.
–
Si el sustantivo acaba en consonante, se suma -es: dedal  dedales.
–
Si el sustantivo acaba en -s, el plural permanece igual. La pluralidad viene marcada
entonces mediante el artículo: la crisis  las crisis.
Significación
Desde el punto de vista del significado, Pottier caracteriza el sustantivo como una sustancia
semántica predicativa. A. Alonso y Henríquez Ureña insisten en que lo importante no es la
realidad en sí misma, sino la manera de percibir la realidad. Lo importante no es que los objetos
expresados por sustantivos sean independientes, sino que los pensemos con conceptos
independientes, que tengan independencia fenomenológica.
Por su significación, Marcos Marín clasifica los sustantivos en concretos y abstractos.
Los concretos se refieren a objetos independientes y los abstractos, a objetos que sólo
tienen independencia mental o que se piensan sólo con independencia mental. La división
de cada uno de ellos puede verse en el esquema siguiente:
2.2. Los adjuntos
Los elementos adjuntos que lleva un sustantivo pueden ser de dos clases: determinantes
y adyacentes (adjetivos calificativos). En este apartado nos detendremos en el estudio de los
determinantes y, dentro de ellos, dedicaremos una especial atención a los artículos.
El término determinante puede interpretarse en un sentido más general y abarcaría así a
cualquier modificación de un elemento nominal, o de manera más estricta, aludiendo con él a
unos elementos gramaticales que suelen preceder al nombre en el sintagma nominal y que lo
precisan, sitúan o cuantifican semánticamente, ya que dan al nombre, que tiene carácter virtual
en su contenido, un valor existencial actualizado.
La función determinante coincide en esencia con la de adyacencia, pues todo
determinante incide, a fin de cuentas, so-bre el núcleo del sintagma. Sin embargo, su
distribución, combinación, forma, relaciones y presencia le hacen algo diferente de los
adyacentes, y por ello conviene establecer esta distinción entre ambos.
Los
determinantes
se
distinguen
de
los
calificativos
por
su
contenido,
predominantemente deíctico y emparentado con el de los pronombres por su forma y
funciones semánticas.
Dentro del grupo de los determinantes se encuentran:
–
Artículos.
–
Demostrativos (este, ese, aquel...).
–
Posesivos (mi, tu, su...).
–
Cuantificadores: definidos (uno, dos, mil...) e indefinidos (pocos, mucho, algunos...).
–
Ordinales (primero, segundo...).
–
Identificadores (mismo, último, otro, tales...).
Todos ellos participan en un grado u otro del carácter deíctico. Los demostrativos y
posesivos muestran unos rasgos deícticos secundarios, con referencia a la zona de los
interlocutores de la comunicación. Hay una clara relación entre esta clase de determinantes y
las personas de la comunicación. La deixis de los ordinales, cuantificadores e identificadores
es algo diferente a la de los demostrativos; la del artículo está particularmente desemantizada.
Las funciones semánticas que desempeñan estos elementos son las siguientes:
–
Actualización, mediante la cual el significado del nombre pasa de esencial o virtual a
existencial o actual.
–
Discriminación, por la que se ordenan los referentes de los nombres en grupos, clases o
tipos. Dentro de esta función podemos a su vez distinguir tres: cuantificadora,
seleccionadora y de situación.
–
Delimitación, por la que se precisa o perfila el significado del nombre al que se refieren. De
los que desempeñan esta función unos son explicativos, otros especificativos y otros
especializadores.
–
Identificación, por la cual se orienta la interpretación del interlocutor respecto a un
signo polivalente o polisemo.
La posición que ocupan los determinantes en el sintagma obedece a las siguientes
normas:
–
Los numerales con frecuencia van delante del nombre, pero se posponen los ordinales
que indican una jerarquía (Juan Carlos Primero) y los cardinales que expresan un valor
ordinal.
–
Los posesivos con forma apocopa-da (mi, tu, su) van siempre delante del sustantivo
como único de--terminante; la forma plena (mío, tuyo, suyo) se pospone y se hace
acompañar de otro determinante que preceda al nombre (Este hijo tu-yo...).
–
Los demostrativos siguen usos muy parecidos a los de los posesivos.
–
Los indefinidos suelen preceder al nombre al que modifican, pero alguno puede
posponerse y entonces adquiere un contenido negativo (Mujer alguna ha entrado).
–
Entre los cuantificadores encontra-mos algunos que van siempre de-lan-te del
nombre, como pocos, al-gunos, varios, bastantes, demasiados... Los cuantificadores
pue-den aparecer precedidos de un artículo y seguidos de un nom-bre- o adjetivo que
modifique el sustantivo (Los tres primeros días)-. Algunos ordinales aparecen
siem-pre pospuestos (anterior, posterior, inferior...).
En cuanto a la combinación de los determinantes con otros de su clase, se pueden
presentar los siguientes casos:
–
No pueden combinarse el artículo y el adjetivo determinante un, uno, en el mismo
sintagma.
–
El artículo no puede preceder a cuantificadores indefinidos (mucho, tanto, algún).
–
Las formas un, uno... no pueden combinarse con todo, mucho, algún, demás,
demasiado, otro, tanto.
–
Los posesivos apocopados no pueden ir precedidos de artículo en la lengua actual, ni de
las formas un, una, uno..., ni de numerales, ni de ordinales, ni de los identificadores. Es
decir, encabezan siempre el sintagma.
El artículo
El artículo es uno de los determinantes que más diversidad de opiniones ha provocado
entre los expertos, razón por la cual le dedicamos un apartado especial.
Tradicionalmente se han dividido en determinados (el, la, los, las) e indeterminados (un,
una, unos, unas). Muchos autores rechazan esta división. Sin embargo para Marcos Marín no
son convincentes las razones de lingüistas como Pottier, A. Alonso, Henríquez Ureña, y por ello
él mantiene las formas un, una... dentro de la categoría del artículo. No obstante, considera que
tanto el como un pueden ser determinados e indeterminados. Por tanto, afirma que lo importante
es la oposición presentador/reconocedor.
Otro de los problemas es si el artículo es un simple morfema, independiente, o si forma
una clase de palabras propias. Para Alarcos es un morfema que determina los signos léxicos a
los que se asocia. Son muchos los que han aceptado esta hipótesis.
Por el contrario, Lázaro Carreter cree que el artículo pertenece a una clase de palabras
“fronterizas” y que constituyen una categoría funcional junto con el pronombre personal de
tercera persona.
El hecho de tratarse de una serie cerrada y muy reducida, de ser componente no
obligatorio de un sintagma nominal, el aportar fundamentalmente un contenido actualizador
y el que no pueda aparecer él solo, sino que necesariamente haya de preceder al núcleo de
un sintagma nominal, induce a considerarlo morfema libre.
Las dos funciones básicas del artículo son:
–
Actualizador de sustantivos virtuales de lengua. Como sustantivador es un transpositor
de palabra a la categoría sustantiva: El fumar perjudica.
–
Sustantivador de discurso.
En cuanto a la significación, Amado Alonso establece una alternancia de la significación
sobre la base de dos conceptos filosóficos: esencia-existencia. La presencia del artículo sitúa
al nombre en la esfera de los objetos existenciales; la ausencia, en la esfera de los objetos
esenciales. La presencia del artículo remite a las cosas; la ausencia, a nuestras valoraciones
subjetivas y categoriales de las cosas.
Los valores semánticos que se le han asignado al artículo son los siguientes: reconocedor
y presentador.
Como reconocedor, implica que el nombre al que determina ya está determinado en la
mente del hablante y del oyente. Puede tener un valor:
–
Individual: cuando aísla al sustantivo (El vestido de mi tía).
–
Distributivo: cuando indica todos y cada uno de los individuos de una especie (El perro
es un animal maravilloso).
–
Genérico o sentencioso: presenta al sustantivo como representante de todos los de su
especie, indicando lo esencial o permanen-te- (El hombre es mortal).
Como presentador, implica que el nombre no está determinado en la mente del hablante
y oyente. Tiene valor clasificador (Juan es un ingeniero) o identificador (Esto es una
pitillera).
3. Funciones del SN
Cuando el SN funciona como sujeto, objeto directo, objeto indirecto (Prep. + SN) o
complemento agente (Prep. + SN) se dice que son funciones privativas del sustantivo.
Cuando las funciones pueden estar desempeñadas por sintagmas que no sean nominales
(predicado nominal, predicativo, atributo, complemento circunstancial, aposición,
modificador indirecto), se denominan funciones no privativas, aunque en este caso el
sustantivo también sea el núcleo de los sintagmas donde se halle.
3.1. Sujeto
El principal rasgo sintáctico -que distingue la función sujeto de las -otras funciones es la
concordancia en número y persona entre el sujeto y el verbo.
El sujeto es un segmento necesario dentro de la oración, en oposición a otras funciones
que no son necesarias sino facultativas. Es evidente que existen un gran número de casos en
que el sujeto está elidido; sin embargo, el morfema verbal de persona nos sirve, a nivel
formal, de referencia de la función sujeto.
Clasificación
El sujeto puede presentarse de modos muy diversos. Ello permite realizar varias
clasificaciones atendiendo a criterios diferentes:
• Atendiendo al significado:
–
Agente: Juan lava el coche.
–
Pseudoagente: La puerta se cerró.
–
Factitivo: El ayuntamiento asfalto las calles.
–
Paciente: El coche es lavado.
–
De estado: Juan yace.
• Atendiendo a su presencia: puede aparecer explícitamente (Adela salió de paseo esta
mañana) o implícitamente; en el segundo caso, puede ser desinencial (Vamos de paseo) o
tácito o contextual (Juan llegó tarde. No sabía nada).
• Atendiendo a la categoría de su núcleo: nominal o pronominal.
• Atendiendo a su composición:
–
Simple: Ana escribe la carta.
–
Compuesto: La hija de Enrique está enferma.
–
Oracional: El que vengas me agrada.
Realizaciones sintagmáticas
Dentro de la función sujeto encontramos varias realizaciones sintagmáticas:
• Sujeto SN:
–
Sujeto  SN homogéneo: los elementos que rodean al sustantivo no presentan ninguna
partícula funcional; se trata de un grupo nominal simple. La construcción homogénea
está compuesta por determinantes, sustantivos y adyacentes (atribuciones):
Las sillas grandes son demasiado caras.
–
Sujeto  SN heterogéneo: el grupo nominal está alargado mediante partículas
demarcadoras. Las principales formas de construcción heterogénea son: coordinación,
determinación y complementación:
Carlos y yo salimos pronto
El hijo de Carlos salió pronto
Carlos, que salió pronto...
• Sujeto SN sustituido: Ellos no vendrán a la fiesta.
• Sujeto Oración de infinitivo: Tener miedo es lo peor.
3.2. Objeto directo
La noción de complemento directo es definida en las gramáticas tradicionales con un
criterio totalmente semántico y no gramatical. A. Alon-so y Henríquez Ureña lo definen
como “el objeto de la acción del verbo”, y añaden “otra explicación igualmente usual es: se
llama complemento directo a la persona o cosa en que se cumple la acción del verbo”.
Luz Gutiérrez, siguiendo criterios estrictamente gramaticales, lo define de la siguiente
forma: “Todo sintagma nominal o una oración transformada, adyacente al verbo, que puede
ser sustituido por uno de los pronombres: lo, la, los, las (le, les), que responde a la
transformación interrogativa con qué, y que en una transformación pasiva pasa a ser
sujeto”.
Alarcos Llorach llama implemento a lo que nosotros llamamos objeto directo (OD) o
complemento directo (CD), en contraste con lo que él llama complemento, que nosotros
llamamos objeto indirecto (OI) o complemento indirecto (CI).
Las realizaciones sintagmáticas del CD son las siguientes:
–
CD  SN: SN homogéneo y SN heterogéneo.
–
CD  SN-sustituido.
–
CD  Oración: oración de infinitivo, oración introducida por conjunción u oración en
estilo directo.
3.3. Atributo
El atributo queda enmarcado como función específica de las oraciones atributivas. Esta
función sintáctica tiene una serie de rasgos o caracteres que la diferencian fácilmente:
–
Es un segmento que está en relación sintáctica con el sujeto, pues concuerda con él en
género y número.
–
Aparece junto a uno de los verbos llamados copulativos o atributivos (ser, estar,
parecer).
–
Puede ser sustituido por el pronombre lo.
Las realizaciones sintagmáticas del atributo son las siguientes:
–
A SN: A  SN o A  SN-sustituido.
–
A SAdj.
–
A  Oración.
–
A  SPrep.
3.4. Complemento circunstancial
La Gramática de la Real Academia habla de los complementos circunstanciales como
aquellos que indican el modo y demás circunstancia-s en que se ha verificado la
significación- del verbo, especificando que pueden estar realizados por un adverbio, un
grupo preposicional, una oración o un acusativo sin preposición.
Los rasgos sintácticos más característicos del complemento circunstancial son los
siguientes:
–
Es un elemento facultativo de la oración, no indispensable en la estructura.
–
Pueden aparecer tantos como se desee.
–
Goza de gran autonomía y movilidad.
–
No puede ser sustituido por ningún índice pronominal.
Alarcos utiliza el término de aditamento como equivalente de lo que hemos
denominado complemento circunstancial. Los define como segmentos de una oración cuya
presencia o ausencia no afecta a la estructura esencial de aquélla y que además poseen gran
movilidad. Son elementos relativamente marginales que añaden algo al contenido global,
sin perturbar la estructura de la oración ni la de sus elementos esenciales, o sea, el sujeto y
el predicado.
Las realizaciones sintagmáticas son:
–
CC  SPrep.
SPrep Prep + SN.
SPrep  Prep + SV.
SPrep Prep + SAdv.
–
CC  SAdv.
SAdv  Adverbio.
SAdv Adv + Adv.
SAdv  Adv + SPre.
SAdv  Adv + SN.
SAdv  Locución adverbial.
–
CC  SN.
–
CC Oración introducida por elemento funcional.
Oración de gerundio.
Oración de participio.
La función de CC de un SN es la me-nos frecuente; existen sólo algunos- casos del tipo:
Sebas llegará esta tar-de.
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