Equipos Para La Extinción De Incendios. La gama del equipo para la extinción de incendios va desde los cubos de agua o de arena hasta las instalaciones completas de rociadores. El equipo y la cantidad del equipo necesario depende del tamaño y construcción del edificio que ha de ser protegido y de los procesos que se efectúan en su interior. A veces unos extintores portátiles de incendio o aun unos baldes de arena seca o unos barriles llenos de agua son suficientes como equipos de lucha contra incendios. La mayoría de las fabricas de las zonas con agua corriente tienen bocas y contra incendios mangueras. A fin de que la elección del equipo de extinción de incendios y de las medidas de precaución a adoptar se haga de manera racional, en algunos países los incendios se clasifican en barios tipos. Incendios de clase A (de materiales sólidos en cuya composición entra el carbono, como madera, papel y desperdicios). El método usual para extinguir este tipo de incendios es mediante chorros de agua que apagan el fuego y enfrían el material por debajo de su temperatura de ignición. Es imprescindible dejar que transcurra un tiempo suficiente para que el agua penetre y enfrié la totalidad del material, pues de lo contrario el incendio puede recomenzar. Incendio de case B (de líquidos o sólidos licuables inflamables, como solventes, petróleo o pintura). Estos incendios plantean un problema menos sencillo, porque la elección del método para extinguirlos dependen en cada caso de las características del equipo que se haya inflamado. Si éste es insoluble en agua y menos denso que ella, lo único que se logrará utilizando chorros de agua es propagar el incendio a lugares próximos, pues el líquido que arde flotará sobre el agua, como el petróleo que arde flota en la superficie del mar. Si el líquido se inflama a una temperatura relativamente baja, sus vapores forman con el aire una mezcla explosiva que, si al expandirse hace contacto con una fuente de ignición, da origen a una cortina de llamas que se extiende desde dicha fuente hasta el líquido del que se desprendieron los vapores. Estos incendios se suelen combatir cubriendo la superficie del líquido, con una espuma especial por ejemplo, a fin de impedir su contacto con el oxigeno. Incendios de clase C (de gases, como los que producen cuando se rompen las tuberías de gas). La mejor manera de extinguir estos incendios es cortar el escape de gas, provenga de una tubería o de un cilindro. Incendios de clase D (de metales con el magnesio y sus aleaciones y el sodio y el potasio en contacto con el agua). Para combatir estos incendios se necesita un polvo seco, de un tipo que depende del metal que este ardiendo. Unos de los problemas más difíciles de esta clase de incendios es el que plantean los humos tóxicos que se desprenden del metal. Debe velarse por que los extintores portátiles no constituyan un riesgo por si mismos. Estos sucede a veces con extintores mal construidos y que contienen productos químicos capaces de obstruir la boquilla. Para servirse de esos extintores hay que romper un precinto para que se mezclen los productos químicos que contiene. La presión que se genera entonces dentro del cilindro hace salir un chorro, espuma o niebla de material extintor, pero si la boquilla esta obstruida el extintor explotará. Para impedir estos accidentes los extintores deben de estar bien construidos y su estado debe verificarse regularmente. También son peligrosos los extintores que contienen substancias tóxicas tales como el bromuro de metilo o el tetracloruro de carbono, ya que, si el extintor tiene un escape o es utilizado en sitios no ventilados, puede provocar intoxicaciones. Por lo tanto, ese tipo de extintor no debe de utilizarse dentro de locales. Donde sea posible, debería de haber mangueras de incendio provistas de lanzas, siendo importantes que sus roscas de conexión correspondan a las del equipo oficial de los bomberos, de modo que este pueda ser utilizado en la fábrica. 1 Las fábricas con grandes riesgos de incendio, tales como las textiles, deben de contar con sistema de rociado. Estos consisten en cañerías portadoras de agua bajo presión dispuesta debajo de la techumbre de los talleres. Estas cañerías tienen perforaciones tapadas por láminas metálicas. Si se declara un incendio, el calor funde la lamina más próxima y el agua rocía el taller. Reglas De Construcción Y Salidas La primera defensa contra los incendios es la forma en que está construido el edificio. Los edificios industriales deberían de ser resistentes al fuego en la medida en que los riesgos de incendio que entrañan los procesos realizados en su interior lo requieran. Naturalmente, esta cuestión incumbe más que nada a los ingenieros, arquitectos y proyectistas, pero en algunos aspectos de este problema los propios trabajadores pueden proporcionar una ayuda valiosa (véanse, por ejemplo los puntos 4 y 5 de la lista de recomendaciones que cierra esta sección). Mediante una construcción resistente al fuego se procura que la estructura del edificio no prenda fuego fácilmente y que los incendios no puedan propagarse por dentro, sea horizontal o verticalmente, a través de paredes, pisos, puertas, huecos de ascensor, cajas de escalera o conductos de ventilación. Las salidas de escape revisten primordial importancia. A continuación se indican algunas reglas generales al respecto: Ninguna parte del edificio deberá de esta alejada de una salida al exterior y su distancia deberá de ser función de grado de riesgo existente. Cada piso deberá de tener al menos dos salidas, suficientemente grandes, protegidas contra las llamas y el humo y bien separadas entre sí. Las escaleras de madera, las escaleras de caracol, los ascensores y las escaleras de mano no deberán de ser considerados como salidas de emergencia. Las salidas deberán estar marcadas y bien iluminadas. El acceso a la salida deberá mantenerse siempre sin obstrucciones. Las escaleras exteriores y de escape para caso de incendio no deberán dar a patios internos o pasajes sin salidas. Sistemas De Alarma Todo lugar de trabajo debe disponerse de un sistema de alarma para alertar a todos los presentes si se declara un incendio. El sistema puede ser automático, o bien puede instalarse campanas, sirenas u otros medios análogos en diferentes sitios del establecimiento y botones o manijas en todos los lugares de trabajo para accionar la alarma. Esta debe poder oírse claramente en todas partes, incluidos los talleres, almacenes, pasadizos, vestuarios, lavabos y retretes. Organización De La Prevención De Incendios La protección de incendios no consiste únicamente en construir edificios resistentes al fuego y en proveerlos de equipo extintor adecuado. Los propios trabajadores tienen un papel destacado que desempeñar en la organización e instrucción de brigadas contra incendios, en los simulacros de incendio y en la inspección y conservación del quipo de lucha contra incendios. En toda empresa debería de haber, en cada turno de trabajo personala adiestrado en combatir los incendios. En las grandes empresas puede haber brigadas completas y, si el riesgo lo justifica, una persona encargada exclusivamente en la prevención de incendios. El personal de la 2 lucha contra incendios debería de mantenerse adiestrado mediante ejercicios periódicos. También es esencial ejecutar inspecciones periódicas en las empresas para descubrir los riesgos de incendio y cerciorarse que todo el equipo de lucha contra incendios se encuentre en buen estado. En algunas empresas hay un vigilante con ese único objeto. Así mismo es conveniente organizar periódicamente simulacros de incendio para asegurarse de que todos los trabajadores sepan cómo utilizar el equipo extintor, donde se encuentra la salida mas cercana y como abandonar el edificio en orden. Durante los simulacros deben de comprobarse si el número de salidas es suficiente para que el establecimiento pueda ser rápidamente evacuado por todo su personal sin embargo, no debe de olvidarse que los simulacros de incendios son caros, pues interrumpen la producción repentinamente y puede necesitarse cierto tiempo para recuperar el ritmo. Por consiguiente, este método debe de utilizarse en forma juiciosa. Por último, también es menester mantener una estrecha cooperación con la brigada de bomberos del lugar. Algunas fabricas indican el número de teléfono de la brigada de bomberos cerca de cada aparato, de modo que cualquiera puede requerir su intervención en caso necesario. Sin embargo, otra preferencia que los trabajadores a la central telefónica de la fabrica, la cual a su ves llama a los bomberos. La practica conforme a la cual la operadora telefónica de la fabrica esta autorizada a llamar a la brigada de bomberos sólo si ciertos miembros del personal se lo ordenan no es aconsejable, pues ha ocasionado dilaciones que han resultado sumamente costosas. 3