CARLOS ALBERTO JIMÉNEZ V. Magister Comunicación y Educación PHD Profesor Titular Universidad Libre Seccional Pereira LA RECREACIÓN Una ciencia en construcción La Recreación es un conjunto de saberes, actividades y procesos libertarios en los que los sujetos implicados en dicha experiencia cultural, se introducen en una zona lúdica de característica neutra, apta para fortalecer el desarrollo de la integralidad humana. En esta zona de distensión neutra no existe el espacio, el tiempo, tampoco las presiones externas; ni mucho menos, las presiones de la interioridad psíquica. Desde esta perspectiva puede decirse que es un estado transitorio, de contemplación y de felicidad entre la realidad psíquica interna y la externa, propicia para la libertad y la creatividad humana. Un proceso verdaderamente recreativo es un estado de relax, de distensión, de inocencia o en términos neuropsicológicos, una zona de descanso cerebral, porque las neuronas en dicho estado interactúan libremente, es decir sin ningún tipo de control. Lo anterior es similar a lo que ocurre con una orquesta sin director, en la que los músicos interpretan la música individualmente dando posibilidad a dos opciones: cada cual modula su propia música y es modulado por los demás, o puede existir una interpretación creativa colectiva, que en muchos casos puede ser caótica. El solo hecho de existir interactividad e interdependencia en dicho proceso, significa plasticidad cerebral, porque se produce un aumento de ramificaciones y de utilización de circuitos neuronales alternativos, originando de esta forma la creación de algo nuevo; es decir, existe un proceso de aprendizaje ligado a los conceptos de libertad, curiosidad, placer y pasión que son elementos claves para entender cómo un sujeto construye cultura y conocimiento. En las actividades libertarias de un proceso recreativo, no deben existir procesos autoritarios de dirección, recompensas, intereses didácticos, ni mucho menos finalidades e intencionalidades diferentes a la búsqueda de un desarrollo armónico a nivel humano en el que debe de ser prioritaria la búsqueda de la libertad y de la conciencia de sí mismo. Con respecto a los procesos de orientación o dirección de las prácticas recreativas fundamentadas en la libertad, es necesario abandonar las relaciones de poder e inclusive, de complicidad que se dan en el proceso comunicativo entre el recreador y el recreado, para poder gestar un proceso de empatía y de transferencia en términos psicoanalíticos que permitan en términos metafóricos “Prestarle el cuerpo al otro”. La Recreación para un desarrollo armónico de la integralidad, no debe de reducirse a procesos pragmáticos como el juego, que sólo fortalecen algunos procesos del desarrollo humano, sino que debe de ser utilizada como un proceso que fortalezca toda la existencia humana, desde la familia, la calle, la escuela, la sociedad. En este sentido es necesario plantear una Recreación para todo el tiempo de la cotidianidad y no como actividad contrafuncional o compensatoria de una sociedad caótica atravesada por el tedio y el aburrimiento de sus instituciones. Es necesario intentar construir una Recreación en el que el tiempo y el espacio se diluyan con lo lúdico, creando sus propias reglas y no como procesos sujetos al entretenimiento para un tiempo residual, impuesto por modelos políticos-económicos inadecuados, basados en el consumo, la competitividad y la calidad. Desde una concepción Neuropedagógica, es necesario precisar que la experiencia recreativa debe de estar modelada en todo el cerebro humano y no localizado en las geografías reductoras del cerebelo (Células de Purkinje), el cual básicamente coordina las actividades motrices del sistema muscular y regula los movimientos de las extremidades y el cuerpo. Las actividades neuronales de orden superior (Neo-cortex son muy poco utilizadas en los proceso recreativos, originando en cierta medida una preocupación marcada por el hacer y no por posibilitar procesos de desarrollo armónico humano en lo relacionado con la integralidad. De esta forma todas aquellas prácticas relacionadas con la motricidad, no son más que una serie de actividades realizadas por circuitos nerviosos de organizaciones situadas en los escalones filogenéticos más bajos del desarrollo cerebral (cerebro reptílico), similares a la contracción rítmica del velo de la medusa o los lentos y repetidos movimientos de una anémona marina. Los circuitos complejos neuronales de la especie humana no son utilizados convirtiéndose el Deporte y la Recreación en prácticas hedonistas, que contribuyen muy poco al desarrollo humano. CARLOS ALBERTO JIMENEZ V. www.ludicacolombia.com www.ludica.com.co www.youtube.com/conexionludica www.worldtv.com/conexionludica [email protected]