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GONZÁLEZ ECHEGARAY y L. G. FREEMAN, Cueva Itiforín: Excavaciones de 1966 a 1968. Santander. MOURE ROMANILLO, J. A. (1970), Problemas generales del Magdaleniense Superior Cantábrico, en BSAA, XXXVI, pp. 353-382. — (1979), Le Magdalenien Supérieur de la grotte de Tito Bustillo (Asturias, Espagne), en Colloque 271 du CNRS «La fin des temps Glaciaires en Europe» (Talence 1977), 2, pp. 737-743. MOURE ROMANILLO, J. A. y CANO HERRERA, M. (1976), Excavaciones en la Cueva de Tito Bustillo (Asturias): trabajos de 1975. Instituto de Estudios Asturianos, Oviedo, 231 pp., 36 figs. y 1 lám. — (1979), Tito Bustillo Cave (Asturias, Spain) and the Magdalenian of Cantabria, en World Archaeology, 10, 3, pp. 280-289. ORTEGA MATEOS, L. (1981), Arpones Magdalenienses en la Península Ibérica. Universidad de Valladolid, Departamento de Prehistoria y Arqueología. Memoria de Licenciatura (inédita). Uratt.LA MIRANDA, P. 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Asimismo, a don Antonio Tovar sus valiosas orien- 200 VARIA DE ARQUEOLOGÍA actual del pueblo fue ya ocupado en la antigüedad, y no sólo en época romana, como ponen de manifiesto las lápidas recientemente publicadas por Jimeno 2, sino también, cuando menos, en el periodo celtibérico, como atestiguan los hallazgos objeto del presente trabajo. Materiales además que, por otra parte, nos aproximan en mayor medida al presunto origen del poblamiento sugerido por el topónimo. Se asienta Trébago sobre una zona ligeramente elevada, con 1.044 metros de altitud, en la cabecera del río Manzano, al Noreste de la provincia de Soria. Su localización topográfica, referida a la Hoja n.° 319, «Agreda», del M.T. N. E. escala 1:50.000, es de 41° 52' 25" de latitud Norte y 1° 35' 05" de longitud Este en relación con Madrid. Obviamente las transformaciones sufridas por el solar a lo largo del tiempo han disfrazado la estructura del asentamiento primitivo. Los materiales arqueológicos aparecen en toda la extensión del pueblo y han sido ocasiones propicias para su exhumación la construcción de las cimentaciones de nuevas viviendas y, en especial, la traida de aguas; asimismo, han proporcionado una buena parte de los mismos las labores hortícolas que se desarrollan en las huertas inmediatas al caserío. Destacaremos en primer lugar, por su importancia, dado lo poco frecuente de este tipo de piezas, una estela epigráfica celtibérica, rescatada al hacer la cimentación para una cochera al norte del pueblo. Está realizada en un bloque de arenisca de apariencia prismática cuyas dimensiones son: 23,5 cms. de alto; 29 de largo en su arista superior y 17,5 en la inferior, a causa de la rotura que presenta en su cara derecha; su anchura varía también de unas partes a otras debido a que su cara posterior está biselada, tomada ésta en las aristas superiores izquierda y derecha da, respectivamente, 15 y 5 cms. Se encuentra partida en dos horizontalmente y en diagonal, aproximadamente a su altura media. El texto, que, dadas las dificultades de composición, reproducimos en la figura 1 (véase también lám. 1-1), está distribuído en dos líneas y lo transcribimos: m.a.ti.ku. ...I é.i. Por lo que a los signos se refiere, el epigrafista ha empleado, como en la gran parte de los textos celtibéricos que conocemos, la escritura ibérica. Es de destacar la utilización del signo v para la nasal labial m, que encontramos asimismo, por ejemplo, en las monedas de la ceca de Uxama 3. Parece probable que falten renglones superiores y, desde luego, el texto taciones, en carta de 12 de octubre de 1979, sobre la inscripción celtibérica y a don Ricardo Martín Valls su ayuda en la clasificación del numerario. Los dibujos a lápiz se deben a don Carlos A. Pascual Arribas y en su versión definitiva a don Angel Rodríguez González. Las fotografías fueron realizadas por don Fernando Romero Sanz. 2 JIMENO MARTÍNEZ, A., Aportación a la epigrafía romana, votiva, de la provincia de Soria. Celtiberia, 58, 1979, pp. 291 y 292, lám. 11-3; IDEM, Epigrafía romana de Soria, Colección de Temas Sorianos, 2. Soria, 1980, n.° 31, pp. 47 y 48, Mm. IX-1, núms. 115 y 116, pp. 135 y 136, láms. XXXVII-1 y 3; InEm, Nueva aportación a la epigrafía romana de Soria, Revista de Investigación, IV-2, 1980, pp. 92 y 93, Mm. 1-3. 3 VIVES Y ESCUDERO, A., La moneda hispánica, Madrid, 1924, I, p. 111; II, lám. XLVI-4; NAVASCUES, J. M. de, Las monedas hispánicas del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, I, Barcelona, 1969, p. 124, n.° 2.953, Mm. LXXXII; GUADÁN, A. M. de, La moneda ibérica. Catálogo de Numismática ibérica e ibero-romana, Madrid, 1980, p. 191, n.° 779; UNTERMANN, J., Monumenta Linguarum Hispanicarum. 1. Die Münzlegenden, Wiesbaden, 1975, pp. 131, 134, 290 y 291; A.72-2.3 y 4. VARIA DE ARQUEOLOGÍA 201 se encuentra incompleto en su parte derecha, lo que hace imposible su interpretación. El texto conservado en la primera línea ...matiku... podría ser parte de un nombre de gentilidad o de un étnico, como nomantikum 4, grafito, •escrito asimismo en alfabeto ibérico, que aparece sobre una tacita de barro gris de Numancia 5 . Quizá pudiera tratarse de Matikum, gentilicio relacionado con Mata que se constata en un texto de lectura insegura, desaparecido, de Fig. 1. Torrellas (Tarazona, Zaragoza), en el que se lee Mata ABILICO(n?) Mancus AVLEINCICVM 6 . Gentilicios acabados en -icum, celtibéricos, nos son conocidos merced a la reciente lectura de la cara B del bronce de Botorrita; así, Counesicum, Berganticum, Statulicum y Leticum 7 . Los ejemplos son numerosos dentro de la misma provincia de Soria, aunque ya en texto latino; sirvan a título ilustrativo CALNICVM, CRASTVNICVM, MEDVTTICVM o TRITALICVM 8 . Fuera del ámbito provincial, pero dentro del área celti4 GÓMEZ-MORENO, M., Suplemento de Epigrafía Ibérica, en Misceláneas. Historia, Arte-Arqueología, Madrid, 1949, p. 312, n." 89. 5 PAULSEN, R., Die Funde 1104 Numantia, en SOIULTEN, A., Numantia. Die Ergebnisse der Ausgrabungen 1905-1912, vol. II, München, 1931, p. 268, lám. 34-3; WATTENBERG, F., Las cerámicas indígenas de Numancia, Bibliotheca Praehistorica Hispana, vol. IV, Madrid, 1963, p. 197, n." 962, tab. XXXV-962. 6 ALBERTOS FIRMAT, M. L., Organizaciones suprafamiliares en la Hispania antigua, Studia Archaeologica, 37, Valladolid, 1975, p. 15, núms. 107 y 108, con la bibliografía anterior. 7 BELTRÁN, A., El bronce «ibérico» de Botorrita y su contexto arqueológico, Caesaraugusta, 51-52, 1980, pp. 108 y 109; figuran, respectivamente, en las líneas 1, 3, 6 y 8 del texto. 8 La lista podría alargarse considerablemente, aunque no todas las lecturas puedan darse por seguras, máxime la de aquellos textos que por haber desaparecido son imposibles de comprobar. Véase ALBERTOS FIRMAT, M. L., Organizaciones..., pp. 13-15; los 202 VARIA DE ARQUEOLOGÍA bérica y asimismo en textos romanos, tampoco faltan ejemplos; recordemos entre los seguros MORCICVM y VSSEITICV(m) (Clunia, Burgos), COTI. RIQVM (Peñalba de Villastar, Teruel), TIRTALIQ(um) (Segóbriga, Cuenca), MED[V]GENICVM (Huerte, Sigüenza, Guadalajara), NISSICV[M] (Almadrones, Guadalajara) y ABINICVM y BABICV(m) (Ventosilla y Tejadula, Segovia) 9 . Por último, ANNICVM y TINDILICVM figuran en el importantísimo documento de Contrebia Belaisca, recientemente descubierto y dado a conocer por Fatás Por cuanto respecta a la sílaba ...ri..., conservada en la segunda línea del texto de Trébago, nada podemos aventurar, pues puede formar parte de cualquier tipo de nombre propio o común; por ejemplo, algunas de las gentilidades que acabamos de mencionar la contienen. El interés de la inscripción de Trébago se acentúa, por último, si tenemos en consideración, como señalábamos en un principio, el escaso número de hallazgos de inscripciones en piedra correspondientes al área celtibérica. Así, que recordemos, sólo disponíamos hasta la fecha de cuatro ejemplares. Una de ellas, realizada sobre un pequeño bloque calizo sin desbastar, fue hallada formando parte de la cerca de una majada en la Cuesta de los Moros de Langa de Duero, lugar donde se sitúan las ruinas de la ciudad celtibérica de Segontia Lanca. Taracena publicó un dibujo de la misma 11 , debiéndose su lectura -Retugeno e...to celtise- a Gómez Moreno 12 • Dos más provienen de Clunia; la primera de ellas, conocida desde antiguo y publicada por Hübner en sus Monumenta 13 , se lee nurucaaiau y se encuentra grabada en una estela que se decora con un guerrero y un toro afrontados "; la segunda, cuyo texto se transcribe ka.a.pa.a.r.i.n.o.s (Cabarinos), es una estela en la que figura un jinete 15 , decoración que vemos también en otras piezas de la misma ciudad 16 y, muy particularmente, en el importante conjunto, asimismo burgalés, de la zona de Lara de los Infantes 17 como en los sorianos de casos citados corresponden, respectivamente, a los núms. 82, 86-87-87 bis, 96-97 y 101102; una segunda relación en JIMENO MARTÍNEZ, A., Epigrafía romana..., p. 254; para los ejemplos expuestos y en correspondencia con la enumeración de Albertos véanse, respectivamente, además: n.° 96, pp. 114 y 115, lám. XXXIII-1; núms. 158, 68 y 168, pp. 191, 88-89 y 200-201; núms. 47 y 97, pp. 65-66 y 115-116, láms. XV-1 y XXXII-1; núms. 26 y 156, po. 42-43 y 189-190, Mm. VIII-1. 9 ALBERTOS FIRMAT, M. L., Organizaciones..., pp. 13, 15 y 16, núms. 65a, 71. 119, 125, 131, 132. 136-137-138 y 144, respectivamente, para los ejemplos citados. Véase además, para las correcciones e incorporaciones que correspondan, en este mismo volumen del BSAA, ALBERTOS FIRMAT, M. L., Organizaciones suprafamiliares de la Hispania antigua, II. Las gentilidades. Addenda et corrigenda. 10 FATAS, G., Noticia del nuevo bronce de Contrebia, BRAH, CLXXVI, 1979, p. 424, líneas 17 y 18, respectivamente; InEm, Contrebia Belaisca (Botorrita, Zaragoza). II. Tabula Contrebiensis, Monografías Arqueológicas, 23, Zaragoza, 1980, p. 12, líneas 17 y 18, y pp. 98, n.° 13, y 99, n.° 16, respectivamente. 11 TARACENA AGUIRRE, B., Excavaciones en las provincias de Soria y Logroño, MemJSEA, n.° 103, Madrid, 1929, p. 50, fig. 28. 12 GÓMEZ-MORENO, M., Suplemento..., p. 313, n.° 96. 13 ML/., XXXVI. 14 GÓMEZ-MORENO, M., La escritura ibérica y su lenguaje, en Misceláneas..., p. 277. 15 GÓMEZ-MORENO, M., Suplemento..., p. 313, n.° 95. 16 GARCÍA Y BELLIDO, A., Esculturas romanas de España y Portugal, Madrid, 1949, I, pp. 370-372; II, láms. 267 y 268. 17 ABÁSOLO, J. A., Epigrafía romana de la región de Lara de los Infantes, Burgos, 1974, láms. XLIX y ss.; IDEM, Las estelas decoradas de la región de Lara de los Infantes. Estudio iconográfico, BSAA, XLIII, 1977, pp. 64 y 86-88, lám. V. VARIA DE ARQUEOLOGÍA 203 o Fig. 2. Borobia 18 y Alcubilla de Avellaneda 19 , evidentemente influenciados por aquéllos, como demuestran sus rehciones artísticas y morfológicas 20 • La cuarta y última, corresponde a un celtíbero del área de Contrebia Belaisca, 18 GARCÍA MERINO, C., Estelas funerarias hispanorromanas procedentes de Borobia (Soria), Durius, 1-2, 1973, pp. 353-359, fig. 1-3; Tom SARNAGO, S., Nota sobre un resto arqueológico en Borobia (Soria), Miscelánea Arqueológica, Homenaje al profesor Antonio Beltrán, Zaragoza, 1975, pp. 151-158, figs. 2 y 3; ORTEGO, T., Nuevas estelas hispanoromanas con jinetes en Borobia (Soria), Boletín Informativo de la Sociedad Española de Amigos de la Arqueología, 2, 1974, pp. 22-25, figs. 2-5; IDEM, Caballos, ritos y ultratumba en los pueblos celtibéricos, Revista de Soria, 25, 1975, s.p.; JimENo MARTÍNEZ, A., Epigrafía romana..., pp. 67-69, núms. 48 y 49, láms. XVII-1 y XVI-1; p. 214, n.° 3, lám. XVI-2 y 3. 19 ORTEGO, T., Escena hispano-romana del banquete funerario en tres estelas sorianas, Celtiberia, 19, 1960, pp. 72-78, fig. 1; InEm, Vestigios arqueológicos notables en Alcubilla de Avellaneda, Miscelánea Arqueológica XXV Aniversario de los Cursos Internacionales de Prehistoria y Arqueología en Ampurias (1947-1971), II, Barzzlona, 1974, pp. 101-103, fig. 1; IDEM, Caballos, ritos y ultratumba..., fig. 6; JimENO MARTIÍNEZ, A., Epigrafía romana..., p. 213, n.° 1, lám. XIV-1. 20 Véanse además de los trabajos citados en las dos notas precedentes: JIMENO MARTÍNEZ, A., La decoración funeraria hispano-romana de la provincia de Soria, Estudios, III, 1977, pp. 165-167 y 171-172, lám. III-1; IDEm, Epigrafía romana..., pp. 230 y 233-234. Uno de nosotros, por otra parte, tratamos el tema en relación con las decoraciones pintadas en cerámica y los tipos de las acuñaciones monetarias il y ricas: ROMERO CARNICERO, F., Notas de cronología cerámica numantina, BSAA, XLII, 1976, pp. 381-385. 204 VARIA DE ARQUEOLOGÍA fue hallada en Ibiza 21 y su texto dice Beligios 22. Tirtanos Abulocum Letontunos ge Por desgracia, las características formales y estructurales de la estela de Trébago no permiten precisiones de mayor alcance; con todo y tal y como señalábamos en un principio, otros materiales, hallados igualmente en el solar del pueblo, posibilitan un acercamiento mejor al ambiente arqueológico del mismo. Son estos: tres puntas de lanza de hierro, algunas cerámicas celtibéricas y un pequeño lote de monedas. Las tres puntas de lanza (fig. 2 y lám. 1-2), dos de las cuales fueron halladas en la calle Ancha al hacer las obras de conducción de aguas, res- o 5 cm Fig. 3. ponden a los tipos habituales del mundo celtibérico, pudiendo encontrarse ejemplares análogos, por ejemplo, entre los materiales proporcionados por las necrópolis de las provincias de Soria y Guadalajara. De amplia cronología, su vida podría remontarse, en opinión de Schüle 23 , a la sexta centuria. Por lo que a las cerámicas se refiere, aunque relativamente abundantes, no siempre resultan suficientemente expresivas; de entre ellas hemos de destacar las que recogemos en la fig. 3. El vasito de cuerpo cóncavo-convexo y borde redondeado cabría relacionarlo con las urnas de la forma IV.2 de la necrópolis de Luzaga (Guadalajara), cuya cronología, al igual que la del resto de los materiales del yacimiento, queda centrada en los siglos antes de C. 24 ; asimismo, cabe pensar en la forma 2 de Amparo Castiella, 21 Suplemento..., p. 330, n." 120. Beligiom véase FATAS, G., Contrebia Belaisca..., pp. 51 y ss Die Meseta-Kulturen der Iberischen Halbinsel, Madrider Forschungen, 3, Berlín, 1969, I, tabla cronológica final; II, passim. 24 DÍAZ DfAZ, A., La cerámica de la necrópolis celtibérica de Luzaga (Guadalajara) conservada en el Museo Arqueológico Nacional, RABM, LXXIX-2, 1976, pp. 426, 476GÓMEZ-MORENO, M., 22 Sobre la ubicación de 23 SO-10LE, W., 477 y 482-489, fig. 9-5. 206 VARIA DE ARQUEOLOGÍA de amplia difusión en Navarra y Rioja y dilatada vida, ya que su fabricación se constata desde fines del siglo IV o comienzos del In hasta el i a. de C. 25. Por último, Trébago ha proporcionado asimismo un considerable número de monedas; al margen de las medievales y modernas, cuyo estudio escapa a nuestras consideraciones, habremos de hacer mención de las siguientes: un denario republicano, tres ases y un semis de la ceca de Arecoratas y un semis y un as, de la de Caesaraugusta, pertenecientes a los reinados de Augusto y Tiberio, respectivamente. 1. 2. Denario. A.: Busto de Minerva, a la izquierda; detrás, RVLLI. R.: Victoria en biga, a la derecha; en el campo, a la derecha, P; en el exergo, P.SERVI LI.M.F. Ceca: Norte de Italia (?) o Roma, 100-95 a. de C. Posición de los cuños: 2. Módulo: 19 mm. Peso: 2,70 grs. Conservación: Regular. Observaciones: Forrado. Bibliografía.—CRR, p. 84, n.° 601; RRC, 328/1. As. A.: Cabeza masculina, a la derecha, con collar. Delante, detrás, un punto. Gráfila de puntos. R.: Jinete lancero, a la derecha; encima, un punto; debajo, en arco, akikorlatikos: Gráfila de puntos. Ceca: Arecoratas. Posición de los cuños: 8. Módulo: 29 mm. Peso: 14,35 grs. Conservación: Buena. Bibliografía.—VrvEs, XL-2; UNTERMANN, MLH.I, A.52-3.2 (Grupo I). 3. As, semejante al anterior. Posición de los cuños: 8. Módulo: 29 mm. Peso: 16,60 grs. Conservación: Mala. 4. As, semejante a los anteriores. Posición de los cuños: 8. Módulo: 28 mm. Peso: 13,71 grs. Conservación: Mala. 5. Semis. A.: Cabeza masculina, a la derecha; detrás, delfín. Gráfila de puntos. R.: Gallo parado, a la derecha; delante, akkotata. Gráfila de puntos. Ceca: Arecoratas. 25 CASTIELLA RODRÍGUEZ, A., La Edad del Hierro en Navarra y Rioja, Excavaciones en Navarra, VIII, Pamplona, 1977, pp. 315 y 318, figs. 257, 258 y 260. VARIA DE ARQUEOLOGíA 207 Posición de los cuños: 1. Módulo: 19 mm. Peso: 3,99 grs. Conservación: Buena. Bibliografía.—VIVES, XL-14; UNTERMANN, MLH.I, A.52-7 (Grupo III). 6. Semis. A.: Cabeza laureada de Augusto, a la derecha. Delante, AVGVSTVS; detrás, D1V1 F. Gráfila. R.: CAESARAVGVSTA.M.PORCI CN.FAD. Vexilo sobre pedestal, a los lados II-VIR. Gráfila continua. Ceca: Caesaraugusta. Posición de los cuños: 2. Módulo: 21,5 mm. Peso: 5 grs. Conservación: Regular. Bibliografía.—VivEs, CXLVIII-8. 7. As. A.: Cabeza laureada de Tiberio, a la derecha. TI.CAESAR DIVI AVG.F.AVGVSTVS. R.: FVLVIANO PRAEF. LVPO II VIR. Yunta, encima C.C.A. Ceca: Caesaraugusta. Posición de los cuños: 3. Módulo: 30 mm. Peso: 14,50 grs. Conservación: Muy mala. Bibliografía.—VivEs, CLI-5. Finalmente, y en el sentido de lo expuesto al comienzo de este trabajo, merece alguna consideración el topónimo Trébago, de evidente estructura céltica. Su etimología, en primer lugar, es indudablemente celta, cf. galés, treb «vivienda»; irlandés medieval, treb «casa»; étnico galo, Atrebates. Encontramos el mismo elemento treb- en el topónimo, varias veces repetido en la región celtibérica, Contrebia; en el étnico galaico Arrotrebae 26 y las divinidades lusitanas Trebo pala y Trebarune 27 • En cuanto al sufijo, de acuerdo con la acentuación que presenta en la actualidad debe ser -co-, átono, que encontramos en nombres como murciélago, ciénaga, vástago, etc. Sin embargo,‘ es posible que la forma primitiva de nuestro topónimo tuviera el sufijo -aco-, que aparece en otros como Luzaga, Buitrago, Sarna go, Sayago, Martiago, etc. y que, como bien se ha indicado ya en otras ocasiones, supone una forma original *Trebijcumzs. 26 Estrabón, III, 3, 5; Plinio, Hist. Nat., IV, 111, 114 y 119. 27 TOVAR, A., L'inscription du Cabeco das Fraguas et la langue des Lusitaniens, Etudes Celtiques, 11, 1966-67, pp. 237-268; POKORNY, J., Indogermanisches Etymologisches Wórterbuch, Bern, 1959, p. 1.090. 28 MENÉNDEZ PIDAL , R., Manual de Gramática histórica española, Madrid, 1980 (16 ed.), n." 83, pp. 228 y 229; InEm, Toponimia prerrománica hispana, Madrid, 1952, pp. 60 y ss., 217 y ss. y 259; LLORENTE MALDONADO, A., Esquema toponímico de la provincia de Salamanca: Topónimos prerromanos, Strenae, Estudios de Filología e Historia dedicados al profesor Manuel García Blanco, Acta Salmanticensia, XVI, Salamanca, 1962, pp. 325 y 327; COROMINAS, j., Topica Hesperica, t. II, Madrid, 1972, p. 267. 208 VARIA DE ARQUEOLOGÍA Si la ligüística avalaba el origen céltico del topónimo, la presencia de una estela con texto celtibérico y las leyendas monetales con idéntica lengua, junto con los hallazgos más estrictamente arqueológicos, como cerámicas y armas, vienen a confirmarlo plenamente. Por desgracia, la larga vida que cabe atribuir a buena parte de estos materiales, o la escasa entidad de otros, impiden precisiones cronológicas; únicamente las monedas de Arecoratas apuntan hacia los dos siglos anteriores a nuestra era, aunque no por ello debe desecharse una fecha anterior para la ocupación del lugar, y en este sentido pudieran hablar los abundantes molinos barquiformes, que, junto a otros circulares, encontramos en el pueblo. Por otra parte, no hay que olvidar que la vida del poblado continúa en época romana, como indican no sólo las monedas de Caesaraugusta mencionadas o las cerámicas asimismo romanas, que se conservan igualmente en la colección de los Hnos. Lázaro, sino también las tres lápidas romanas hasta ahora conocidas—MARÍA LOURDES ALBERTOS FIRMAT y FERNANDO ROMERO CARNICERO. ORGANIZACIONES SUPRAFAMILIARES EN LA HISPANIA ANTIGUA (II) LAS GENTILIDADES ADDENDA ET CORRIGENDA En 1975 en Studia Archaeologica 37 y simultáneamente en BSAA 40-41, publiqué una relación de gentilidades que actualizaba, corrigiendo y aumentando, la publicada por A. Tovar en BSAA, 13, 1946, revisada y completada al ser incluida posteriormente en Estudios sobre las primitivas lenguas hispánicas, Buenos Aires, 1949. Remito al lector a la introducción de mi trabajo de 1975, para mayores detalles. En este periodo de más de seis arios, no sólo se han producido algunas novedades en la corrección de algunas inscripciones mal leídas en las qucl aparecían gentilidades, sino que se han conocido bastantes gentilidades nuevas que justifican este trabajo actual. No pretendo aportar ninguna novedad en el aspecto teórico. Mientras algún texto en lengua latina o indígena —que se pueda interpretar—, no nos descubra el contenido intrínseco de las gentilidades, seguiremos ignorando su estructura interna. Seguimos sabiendo que aparecen entre los Cántabros y menos entre los Astures, que se encuentran entre los Celtíberos y pueblos más o menos afines a ellos, y entre los Carpetanos y los Vetones. Los nuevos hallazgos siguen apareciendo en las áreas ya conocidas, y las fórmulas en que aparecen tampoco han cambiado. En el II Coloquio sobre lenguas y culturas prerromanas de la Península Ibérica, celebrado en Tübingen en junio de 1976 (vid. Actas, Salamanca, 1979, pp. 435-452), Manfred Faust en su comunicación Tradición lingüística y estructura social: el caso de las gentilidades, clasificó las gentilidades según las fórmulas epigráficas en las que aparecen. Observó que en unas zonas pre- " dominan las que aparecen mencionadas entre el nombre del individuo y el nombre paterno (tipo 6) y otras veces aparecen después del nombre paterno