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MÁRMOL Y NACIÓN: MONUMENTOS URBANOS EN EL CENTENARIO
DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ 1921 (1921-1924) *
Marble and nation: urban monuments in the centenary
of the independence of Peru 1921 (1921-1924)
MARÍA FLORES LEDESMA 1
!
Resumen
!
El tema de este artículo está relacionado con los obsequios que fueron entregados
por las colonias extranjeras, que residieron en el Perú, a raíz de la conmemoración del
Centenario de la Independencia, los cuales serán estudiados desde un enfoque interdisciplinario. Ello nos permitirá encontrar el significado de estos espacios como cada uno de
los lugares de memoria en torno a la sociedad de aquella época. Siendo nuestro objetivo
explicar de qué manera los monumentos del Centenario se convirtieron en elementos que
contribuyeron a la construcción de la nación durante el contexto de las celebraciones.
Palabras clave: Celebraciones del Centenario de la Independencia del Perú, Monumentos del Centenario, Construcción de la Nación, Colonias Extranjeras y Lugares de memoria.
!
Abstract
!
The topic of this article is about the presents that were given, immediately after the
commemoration of Independence’s Centenary, by the foreign colonies, which settled in
Peru. This will be examined in detail from an interdisciplinary approach. It will allow us to
find the meaning of these spaces as each of the realms of memory concerning the nature
of society in that epoch. Being our aim to explain in which way those Centenary monu-
*
Este texto fue presentado en el apartado “Urbanismo, patrimonio y herencia cultural en las ciudades iberoamericanas”, dentro del Encuentro Bicentenario.
1 El presente título fue sugerido por el Dr. Francisco Quiroz Chueca, profesor y actual director de la Escuela
de Historia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos quien nos brindó su ayuda.
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ments turned into elements that contributed to the construction of the idea of nation during
the context of the celebrations.
Key words: Peru’s Independence Centenary celebrations, Centenary Monuments, Construction of the idea of Nation, Foreign colonies & Realms of Memory.
1. El proceso de embellecimiento de Lima en El Oncenio de Leguía
!
Durante el primer siglo de vida republicana, Lima fue sometida a una serie de pro-
cesos de embellecimiento, que fueron posibles a raíz de las bonanzas económicas que
fueron generadas por venta de materia prima al extranjero, la cual permitió dar un mayor
empuje al desarrollo urbanístico (Günther y Lohmann 1992: 239-240).
!
El mayor impulso en este sentido es el llevado a cabo durante el gobierno de Au-
gusto B. Leguía2 . Ni un gobierno anterior a Leguía se preocupó tanto –antes ni después–
por el aspecto ornamental de Lima que incluyera una serie de monumentos relacionados
al pasado peruano (Leguía 2007:183).
!
Transcurridos los siglos XVII y XVIII3, Lima no volvió a tener el realce ornamental
que tuvo frente a las otras ciudades latinoamericanas pues le faltaba acondicionar los
servicios básicos, la pavimentación de las calles, incluyendo el arreglo de las plazas. Por
ello, era necesario modernizar Lima; ya que esto haría verla como uno de los lugares
acordes con los gustos europeos. Parecerse a las pujantes urbes europeas del momento
era sinónimo de progreso.
!
En cierta medida, los procesos de ornamentación para antes del gobierno de Le-
guía pudieron haber servido más como un mecanismo de embellecimiento que como un
referente para la constitución de un colectivo en torno a la cohesión e identidad.
2
El gobierno de Augusto B. Leguía abarcó de 1919 hasta 1930 se le conoce como El Oncenio por haber
tenido un periodo de once años consecutivos.
3 Elio Martuccelli señala que para el siglo XIX Lima había perdido la preponderancia que tuvo durante el periodo colonial y con ello su superioridad frente al resto de las capitales americanas. En efecto, a inicios del
siglo XX Lima era una ciudad carente de casi todos los servicios básicos. MARTUCCELLI CASANOVA, E.,
“Lima, capital de la Patria Nueva: el doble Centenario de la Independencia en el Perú”, Apuntes, Vol. 19, No.
2 (2006), pp. 259.
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Entre fines del siglo XIX y 1919, la llamada República Aristocrática4 fungió como un
proyecto sólido de un grupo social complejo que controló las riendas del Estado a través
de las inversiones en la banca, la minería, el comercio, la agricultura pero, sobre todo, a
través de su monopolio político (Ames 2009).
!
Sin embargo, la orientación que la oligarquía peruana (costeña, limeña, principal-
mente) daba a su inserción en el contexto internacional, la hacía despreciar los componentes subalternos de la nación peruana. Esta orientación ha de ser cuestionada por un
sector dirigido más hacia un modelo capitalista liderado por los Estados Unidos y que en
lo político se manifiesta en la denominada Patria Nueva que impulsa Leguía hacia fines
de la segunda década del XX. La Patria Nueva representó un cambio esperanzador para
muchos, sobre todo para los sectores excluidos por la República Aristocrática, pues se
planteó una serie de medidas que supuestamente resolverían la falta de cohesión, como
de reivindicación hacía la masa indígena mediante la Asociación Pro- Indígena –aunque
esto fuera más retórico que práctico para los indígenas–. Por ello, el gobierno de Leguía
fue apoyado por la clase media:
“[…] Estudiantes, empleados de comercio, empleados públicos, militares de mediana o baja graduación, artesanos y obreros contáronse entre los más entusiastas partidarios de Leguía. […]” 5.
!
En cuanto al siglo XIX, resaltamos que la elite intelectual tuvo como propósito la
confección de la nación a través de personajes remotos, los cuales fueron compartidos
por el colectivo; y si a este propósito le agregamos el proyecto de los historiadores de la
primera mitad del siglo XX, más los elementos que conllevaron a las celebraciones del
Centenario de la Independencia del Perú, observaremos que el aspecto coyuntural que se
desató en el Centenario, sirvió para que la imagen del Perú fuera retratada como una na-
4
Se suele llamar Republica Aristocrática a aquel periodo que comprendió los años 1895 a 1919, donde el
Perú estuvo dominado por la oligarquía civilista, la cual estuvo alimentada de capitales extranjeros. El hecho
de haber tenido un enlace directo con la cultura europea hizo que la élite peruana viera con desprecio a la
cultura nativa peruana tildándola de atrasada.
5 AMES ZEGARRA, Marty. El oncenio de Leguía a través de sus elementos básicos (1919-1930). (Tesis de
Licenciatura en Historia, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos),
Lima, 2009, pp. 79.
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ciente nación de carácter inclusiva tanto del elemento andino como foráneo (Dager
2009)6.
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Por ello, la imagen de peruanización que heredamos, fue confeccionada durante el
siglo XIX; y que esto, se llevó con mayor afán durante El Oncenio de Leguía, específicamente, durante el Centenario de la Independencia del Perú. A partir de ese momento es
donde se comienza a erigir monumentos, que no solo harían de Lima un lugar bello en el
plano estético. Más importante, tal vez, sea que a través de los monumentos, la población
debía recordar cómo y mediante quiénes se forjó lo que hoy llamamos Perú y que además
no sólo los que nacimos en este territorio somos peruanos sino también los que vinieron
de otros continentes y se asentaron en el Perú, tomándola como su segunda patria.
2. La celebración del Centenario (1921)
!
Tanto el Perú de la República Aristocrática como el de la Patria Nueva, ven en la
proximidad de los cien años de vida independiente un motivo especial para resaltar los
logros de la nación peruana. Sin embargo, las motivaciones y tareas difieren de manera
importante. Mientras que la oligarquía social, económica y política ve en el Centenario un
medio para resaltar la opulencia que generaba la venta de materia prima y el derroche del
dinero, los sectores más modernos que estaban detrás del proyecto de la Patria Nueva
leguiísta, ven un medio para empezar con la inserción.
!
Esto puede apreciarse en los propósitos que llevan a crear en 1921 la Comisión
Municipal del Centenario con miras a empezar los preparativos para los arreglos que demandase la capital peruana. Lima era el centro de las actuaciones conmemorativas y debía estar a la altura de las circunstancias. La comisión estaba encabezada por el alcalde
de Lima Pedro Mujica y los señores Emilio Romanet como inspector de ornato; Raymond
Stockman, inspector de pavimentos; Oddone Razzeto, inspector de alamedas y paseos;
Wagner, inspector de alumbrado; Schumway, inspector de obras, Andrés Darso, síndico
de rentas; Roberto Tode, síndico de gastos; Martín Pro y Mariátegui, inspector de espectáculos y Víctor Arboleda, inspector de rodaje 7.
6
La nación peruana no siempre fue de carácter inclusiva pues se miró con receló a los descendientes de
los incas mas no al pasado incaico, retratándolos como personajes subalternos.
7 Variedades, “La Comisión Municipal del Centenario”, Lima, 18 de junio de 1921.
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Al iniciarse las inspecciones de ornato en Lima, el 3 de julio de 1921, alrededor de
las tres de la tarde y a pocos minutos de haber salido el presidente Leguía rumbo a sus
frecuentes visitas al hipódromo de Santa Beatriz, estalló una alarmante noticia. Un pavoroso incendio en el Palacio de Gobierno se declaró en el despacho presidencial y terminó
arrasando con documentación valiosísima así como importantes obras de arte y, por si
fuera poco, quedaron destruidos también la secretaría y los salones principales que precisamente iban a servir para las actividades de las celebraciones del centenario (Basadre
2005: 66-67). Sin lugar a dudas, la forma en que Palacio de Gobierno quedó fue deplorable:
“[…] Era materialmente imposible dar un paso sobre los escombros sin estar en peligro de
caer en la especie de sótanos que sostiene el sobrepiso que da acceso a las oficinas presidenciales. Y en parte superior los techos, a medio caer, constituían una amenaza constante y seria […]”8.
!
Por ello fue necesario demoler los escombros bajo la supervisión del señor Enrique
Mogrovejo. En las obras de reconstrucción participaron alrededor de cien hombres empleados, trabajando con tal ahínco que hacia las dos de la mañana del día siguiente ya no
había escombros que remover. Gracias a esto,
“[…] Con esta verdadera hazaña renació la confianza del público y se pensó que el gobierno podrá con todo decoro recibir en nombre de la patria a los embajadores de las naciones
amigas”9.
!
Destruido el Palacio de Gobierno, fue necesario requerir lugares adecuados que
sirvieran de hospedaje para los representantes de las naciones invitadas. Para ello, el
presidente Leguía ofreció su residencia particular ubicada en la calle Pando para las recepciones diplomáticas, como de los ministros de Francia, señor Mauricio de Jean de la
Bartié y de México, el licenciado don Manuel Méndez Palacio. Asimismo, se hizo presente
la solidaridad de algunas familias limeñas que prestaron sus casas para hospedar a los
visitantes ilustres.
8
El Mundial, “La obra de reconstrucción del Palacio de Gobierno. Se encarga de ella el señor ingeniero Enrique Mogrovejo”, Lima, 08 de julio de 1921.
9 Variedades, “Recepciones Diplomáticas”, Lima, 9 de julio de 1921.
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Una de las primeras embajadas que vinieron al Perú fue la del Sumo Pontífice Benedicto
XV encargándosele a Monseñor Carlos Pietropaoli, el príncipe Lelio Orsipo de Trevente,
monseñor Pedro Borgia y el profesor Antonio di Giovanni de la Universidad de Roma,
quienes se instalaron en Palacio du Bois perteneciente a la familia de la señora González
Orbegozo de Du Bois10.
!
Seguida de ella, se hicieron presentes los miembros de la misión mexicana: el doc-
tor José Vasconcelos, rector de la Universidad de México; Miguel Alesio Robles, ministro
de México en España y el licenciado don Antonio Caso, jefe de la embajada11 . También
estuvo, tempranamente, presente la misión japonesa. Posteriormente se sumaron otras
misiones contabilizándose un total de veintinueve. Exceptuándose la presencia de Venezuela, a raíz de un malentendido, pues al parecer se dijo que en esa fecha iba a rendirse
homenaje solamente a San Martín obviándose a Simón Bolívar. Tampoco estuvo presente
Chile, por los conflictos desatados en la Guerra del Pacífico y por el constante hostigamiento llamado chilenización que venía sufriendo la población peruana en los territorios
arrebatados.
!
Asimismo tuvimos la presencia de connotados personajes extranjeros, entre otros,
Antonio Gómez de Restrepo por Colombia; el conde de la Veñaza por España; el general
Charles Mangin por Francia; el teniente general conde de Duadonald, nieto de Lord
Cochrane por Gran Bretaña; monseñor Luis Duprat, arzobispo interino de Buenos Aires
por la Argentina; José Espalter por Uruguay. (Basadre 2005: 67).
Los monumentos del Centenario (1921)
!
Las misiones invitadas a nuestro Primer Centenario se hicieron presentes a través
de hermosos regalos, unos más sobresalientes que otros pero de la misma afectuosidad.
Entre los regalos, caracterizados por su monumentalidad, encontramos El Arco Morisco
donado por la colonia12 española; La Torre del Reloj, por la colonia alemana; Estibador,
por la colonia belga; el monumento Tres Figuras, por la colonia estadounidense; la Fuen-
10
Op. Cit., “Llegada de la embajada pontificia”, Op. Cit.
Op. Cit., “La embajada mexicana al Perú”, Op. Cit.
12 Si bien, el uso del término de colonia puede generar cierta discordancia, es usado en este ensayo en la
acepción de un conjunto de residentes de un país extranjero asentados en el Perú y que lo reconocen como
su segunda patria, entablando así una serie de relaciones económicas, políticas, sociales y culturales con el
resto de la sociedad.
11
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te Monumental, por la colonia china; la estatua de Manco Cápac, por la colonia japonesa;
El estadio inglés, por la colonia británica; el Museo de Arte Italiano, por la colonia italiana
y la Plaza Francia o Plaza de la Recoleta, donde se resalta la Estatua de la Libertad, donada por la colonia francesa.
A la izquierda, Las Tres Figuras. Monumento donado por la colonia estadounidense, el cual es una copia que se
encuentra en Estados Unidos.
A la derecha, Monumento del Estibador. Donado por la colonia belga, realizado por Constantino Meunier
!
Este artículo tratará de esbozar tres de los regalos que fueron, en cierta medida,
sobresalientes. Siendo el primero, el monumento a Manco Cápac, la fuente Monumental
China y el Arco Morisco. Luego nos basaremos en tres aspectos que consideramos claves
para ver el entramado de cada uno de estos monumentos.
!
Manco Cápac, el legendario fundador del Tahuantinsuyo, carecía de un monumento
en la capital del Perú. Tampoco había uno en el Cusco, la sede de ese fabuloso imperio
que dominara los Andes durante siglos hasta que los españoles lo sometieron en el siglo
XVI. Las élites peruanas en Lima estaban más interesadas en refirmar su pertenencia al
mundo occidental y cristiano cuando la colonia japonesa decide colaborar con el país que
les había dado cabida rindiendo homenaje al fundador del Imperio Cusqueño. Los japoTRIM, 3 (2011), pp. 133-147
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neses habían llegado hacía tres décadas al Perú en búsqueda de nuevos horizontes pero hasta ese momento seguían en labores secundarias y, en realidad, maltratados por
los anfitriones. Necesitaban demostrar su pertenencia al país y vieron
que un homenaje a Manco Cápac
podía remarcar la idea una nación
peruana inclusiva, conformada por
diferentes segmentos étnico-sociales
y culturales.
!
El monumento a Manco Cápac
es uno de los símbolos que el mármol perennizará en las calles de una
ciudad que se estaba recuperando
de los saqueos del conflicto con Chile a fines del siglo anterior y que debía representar la modernización de
Monumento a Manco Cápac. Donado por la colonia japonesa
para resaltar el origen oriental de los Incas.
un país que se proyectaba como parte
de un mundo occidental en crecimiento. ¿Cómo es recibido un monumento que simboliza
todo lo contrario a la modernización occidental en un país que reniega de su pasado indígena? ¿Cómo es recibido un obsequio de una colonia extranjera tenida como inferior en
el contexto racista de las primeras décadas del siglo XX? Estas y otras interrogantes han
de ser abordadas en este ensayo.
!
El monumento a Manco Cápac tenía como objetivo que la población viera al mítico
inca como el héroe que dio inicio al nacimiento, de lo que en ese tiempo, se llamó el Perú
y decir que pertenecemos a una civilización ancestral y revalorar al indígena, que tanto se
había vilipendiado y que –en cierta medida– se trató de revalorar su imagen a través de la
creación de una serie de mecanismos pero que no siempre fueron tomados en cuenta por
la élite política.
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La Fuente Monumental o China. Donado por la colonia China, obra del arquitecto Gaetano Moretti fue
hecha de mármol italiano.
!
La Fuente Monumental, obsequio de la colonia china del año 1924 13, refleja la con-
vergencia de la unión de los elementos andino y asiático que reflejaron para las generaciones posteriores, sobre todo para los descendientes asiáticos que sus antepasados vieron a nuestro país como un segundo hogar y, por ello, decidieron quedarse y apostar por
un país que desde sus inicios vivió una etapa caótica producto del caudillismo.
!
También es necesario resaltar que estos obsequios simbolizaron un apego hacia la
historia patria, hacia la formación –por parte de los peruanos– de la nación mediante el
aleccionamiento que indirectamente puede manifestar un monumento colocado en un lugar clave como son en las plazas. A su vez esto demostró que nosotros e incluso nuestro
pasado se encontró inserto en la mentalidad de las colonias extranjeras residentes en el
país y que algunas de ellas hayan dado monumentos en donde nuestras naciones se
unen mediante elementos significativos, demostraría que las colonias se sentían identificadas con lo peruano.
13
Ciudad y Campo, “La fuente monumental obsequiada por la colonia china”, Lima, 01 de agosto y septiembre de 1924, pp. 17.
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En cuanto a la construcción del Arco Morisco por parte de la colonia española po-
demos resaltar que el presente se hizo para fomentar la amistad que sentía la colonia española en vista de que fuimos sumidos por el poder español, cinco siglos y en los diferentes aspectos. Por ello, mencionamos que un Arco Morisco, de carácter moro, fue entregado a nuestro país para resaltar que al igual que nosotros los españoles mezclaron su cultura con la árabe a pesar que renegaron de ella, pues que mejor opción que una sociedad
pluricultural.
El Arco Morisco. Donado por la colonia española. Fue derruido durante el gobierno de Oscar Benavides en vista que el aspecto monumental obstruía el paso de los automóviles. Hoy contamos con una
réplica, aunque no se encuentra en el sitio original.
!
El antiguo Arco Morisco fue construido en la primera cuadra de la Av. Leguía (hoy
Arequipa), siendo destruida en el gobierno de Oscar Benavides por considerarla una obra
que obstaculizara el tránsito de los automóviles. Aunque esta acción fue considerada como un insulto por la colonia española. En el año 2001 fue construida una réplica, la cual
se encuentra en el parque de La Amistad ubicada en el distrito de Santiago de Surco,
donde se hicieron presentes los actuales reyes de España. Respecto a la imagen del héroe, el lugar de memoria y los monumentos, podemos mencionar lo siguiente:
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!
3.1 Héroe
!
Hugo Achugar menciona que América Latina estaba sujetándose al marco de la
construcción de la nación hacia finales del siglo XIX. Ello implicaba que la realización de
una serie de monumentos, tendría que estar ligada a los próceres de la independencia
pues ellos eran personajes compartidos por el colectivo y su sola monumentalización generaría una memoria única y nacional (Achugar 2002: 208- 209). De su lado, Carlota Casalino señala que los héroes fueron erigidos por la sociedad debido a que la misma sociedad los vinculó con una serie aciertos, los cuales permitieron su veneración.
“[…] El recuerdo del héroe por lo tanto está asociado a aquella persona que condujo a ese
pueblo por el camino adecuado. Estamos ante un proceso en el cual el héroe es investido
de poderes que lo despojan de su carácter privado para ser el receptor de los aspectos
generales y trascendentes”14.
!
En el caso peruano, el personaje mítico, fundador y civilizador estaría relacionado
con Manco Cápac –monumento-. Pero cabe preguntarnos, qué tanto puede y qué tanto la
sociedad de 1921 se sintió reflejada en este personaje como en sus descendientes.
!
3.2 Lugar de Memoria
!
Desde su génesis, el término de Lugar de Memoria ha suscitado una serie de de-
sacuerdos en cuanto a los fines que busca y a lo que quiere abarcar. Pierre Nora –quien
acuñó este término– lo define como:
“Son lugares, efectivamente, en los tres sentidos de la palabra, material, simbólica y funcional, pero simultáneamente en grados diversos. Incluso un lugar de apariencia puramente material como un depósito de archivos, solo es lugar de memoria si la imaginación le
confiere un aura simbólica. Un lugar puramente funcional, como un manual de clase, un
testamento, una asociación de excombatientes, solo entra en la categoría si es objeto de
un ritual. Un minuto de silencio, que parece el ejemplo extremo de una significación simbólica, es a la vez el recorte material de una unidad material y sirve, periódicamente, para
una convocatoria concentrada del recuerdo. Los tres aspectos siempre coexisten […]” 15.
14
CASALINO SEN, C., Los héroes patrios y la construcción del Estado-Nación en el Perú (siglos XIX y XX),
(Tesis para optar el grado de Doctor en Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos), Lima, 2008, pp. 32.
15 Nora 2008: 37 (traducción de la autora).
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Así, para Nora el término Lugar de Memoria estaría basado en aquel elemento que
nos quiere decir algo del pasado, pero que a su vez no debe ser considerado como un
elemento netamente concreto sino más bien abstracto. Por ello, Nora toma como lugares
de memoria a canciones, obras literarias, personajes sobresalientes, etc.; por insertarse
en ellos los elementos funcional, simbólico y material.
!
Para Hugo Achugar, el lugar de memoria que propone Pierre Nora necesita de una
conceptualización clara, pues el concepto que propone es considerar a cualquier objeto –
sea abstracto o no– como lugar de memoria. De esta manera, cada persona asigna a todo lo que le parece simbólico como memoria -particular-, y ello implica que este tipo de
memoria desplace a la memoria oficial como aquella que es compartida por el colectivo
(Achugar 2002: 211).
!
Paul Ricœur también comparte la postura de Achugar, en cuanto a la crítica del
término de lugar de memoria, pues considera que denominar lugares a objetos cuya naturaleza son distintas, permite un desajuste en la población, ya que se generaría la memoria
de las minorías que supliría a la memoria oficial (Ricœur 2008: 529).
!
3.3 Monumentos
!
Alfonso Castrillón menciona que el monumento es una creación cultural hecha por
el hombre y que goza de relevancia sin importar la majestuosidad. Para él, lo que interesa
es que trabaje como una advertencia ante una memoria frágil. No muchas veces se cumple esto, pues en ciertos casos el monumento llega a suplir el trabajo de la memoria.
(Castrillón 1991: 36).
!
Por otro lado, Hugo Achugar señala que “el monumento es como un signo que
permite la comunicación entre el pasado y el futuro, donde el monumento se encarga de
vencer el tiempo cumpliendo con la función de decir a los que vienen detrás qué es lo que
sucedió. Asimismo, el monumento también juega como una suerte de identificación”
(Achugar 2002: 198- 199).
!
Valdenia Brito en un artículo titulado “El monumento para no olvidar: tortura nunca
mais en Recife”, resalta que cuando se habla de monumentos se suele connotar a aquello
que es un mecanismo que permite conmemorar el pasado a través de imágenes, pero lo
fundamental es que esto actúa con su pasado. (Brito 2003: 113).
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4. A modo de conclusión
!
Al terminar las luchas por la Independencia, las nacientes naciones latinoamerica-
nas buscaron construir su imagen de nación a través de un pasado remoto, donde las
imágenes tomaron un papel importante para este propósito. Ello indicaba que la construcción de los elementos nacionales se basara en la unión de los elementos andino e hispánico –incluyendo elementos europeos como los colores franceses o la imagen de Marianne– que caracterizaron a las primeras naciones. (José Burucúa y Fabián Campagne en
Antonio Annino y François Guerra 2003).
!
Asimismo, es menester resaltar que el tema del Centenario de la Independencia
del Perú es un aspecto poco trabajado por la historiografía peruana. Mayor atención ha
merecido de parte de los estudiosos del arte y de la arquitectura, pero no nos brindan las
perspectivas que queremos mostrar durante el desarrollo de este trabajo. Los estudios de
historia del arte y la arquitectura no han tomado en cuenta el factor simbólico que puede
representar cada monumento frente a la sociedad para la construcción de la idea de la
nación peruana, que es lo que en este trabajo pretendemos mostrar. Es decir, dar a conocer de qué manera la sociedad de esa época se relacionó y a su vez interiorizó los monumentos del Centenario en sus pensamientos y en sus actos para luego analizar su contribución en aquel constructo cultural llamado nación peruana.
!
Cabe preguntarnos –enlazando con nuestro tema– que la mayoría de la población
limeña actual, entre ellos los escolares, desconoce la mayoría de los monumentos e incluso hasta el Panteón de los Próceres, como también los personajes que se encuentran
allí. Entonces, ¿cómo podemos fomentar el amor patrio? Si estos individuos no conocen a
los personajes que contribuyeron a la independencia de su país; siendo así ¿cómo vamos
a pedir que reconozcan y que se sientan identificados con lugares –en este caso monumentos– donados por colonias extranjeras?
!
Por ello, ad portas de cumplir cien años más de independencia vemos que la ma-
yoría de la población peruana no está enterada de este evento trascendental y que incluso no se hace la suficiente propaganda para que el sector, que no es netamente historiador se adecue a este tema.
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5. Bibliografía
Fuentes primarias editadas:
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agosto y septiembre de 1924, pp. 17.
- El Mundial, “La obra de reconstrucción del Palacio de Gobierno. Se encarga de ella el
señor ingeniero Enrique Mogrovejo”, Lima, 08 de julio de 1921.
- Variedades, “Recepciones Diplomáticas”, Lima, 9 de julio de 1921.
- Variedades, “Llegada de la embajada pontificia”, Lima, 9 de julio de 1921.
- Variedades, “La embajada mexicana al Perú”, Lima, 9 de julio de 1921.
- Variedades, “La Comisión Municipal del Centenario”, Lima, 18 de junio de 1921.
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