Escuela Nacional de Música "Rafael Olmedo"

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VII Congreso Centroamericano de Historia
Tegucigalpa, Honduras
19-23 de julio, 2004
Mesa de Historia Cultural
Tema: Escuela Nacional de Música “Rafael Olmedo”, su Evolución
Histórica.
José Alfredo Ramírez Fuentes.
Col. La Floresta, Calle los Cipreses, casa #21-B. San Salvador, El Salvador
Teléfono 273-0540
Correo-e: [email protected]
Universidad de El Salvador.
INTRODUCCIÓN
El Salvador, país lleno de historias, pero en singular nos quedamos cortos, es
que resulta que desde hace varias generaciones nos quejamos ya que carecemos de
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memoria histórica, es decir, de una historia, académica, confiable e incluso, me arriesgo
a decir, científica.
Como ya es conocido, en El Salvador la investigación histórica ha sido dejada a
gente aficionada, o bien, a historiadores extranjeros.
Para el primero de los casos, no quiere decir que estos aficionados carezcan de
preparación en cuanto a la forma de investigar o de escribir, pero si es de resaltar que la
investigación carece de una metodología científica especializada en historia, y que las
interpretaciones de los procesos y hechos históricos adolecen de ese bagaje propio de la
disciplina. Estos trabajos, con todos sus bemoles, son los que arrojan luz sobre los
aspectos que interesan a nosotros como interesados en la investigación.
En el segundo de los casos, los historiadores ajenos a nuestra patria, son de reconocer en
su calidad pues estos si cuentan con una calidad académica muy grande, pero a veces, al
ser ajenos a El Salvador, estos trabajos, no llevan impreso aquella identificación o
“nacionalismo” – nacionalismo del bueno – que merecen ciertas investigaciones, además
muchos de estos trabajos son por encargo, quiero decir, patrocinados por personas o
instituciones con intereses específicos, historiadores a los cuales a veces se les indica por
donde investigar, o que se les cortan las alas a la libre investigación, lo que hace imposible
tender hacia la verdad.
Sin embargo, estas quejas sobre la historia han sido escuchadas, esta reflexión es de
vital importancia, ya que se dice que en territorio salvadoreño no hay historia y por
tanto la historiografía nacional, es pobre. No es tan cierto, pues se puede observar que
mucha gente ha estado interesada en escribir y dejar un legado a nosotros, los que desde
el presente vemos hacia atrás buscando el ¿por que? de algunas cosas. Pero aquellos
“aficionados” comparten con nosotros, los que estamos en preparación académica algo
muy importante, la Pasión por la Historia.
En este marco de reflexiones, donde se puede discutir una infinidad de opiniones, me
interesa resaltar el ¿por qué? de este trabajo.
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En la vida de este “pulgarcito” de América, donde tantas cosas emocionan a quienes
disfrutamos de su historia, hay hechos muy importantes y un interés particular me lleva
a fijarme en uno en especial, las artes, mas específicamente, la música.
Talvez por estar un poco aburrido de escuchar tanto sobre aspectos como la Economía o
la Política, o por una mera afición a esta bella expresión humana.
Pero hay que llamar la atención sobre algo muy importante de la disciplina histórica, y
esto es que, como todos sabemos, los aspectos que integran a las sociedades no se
pueden ver aislados, siempre están relacionados. Es por eso que las artes son, en mi
humilde opinión, un reflejo de las sociedades, debido a que los artistas son de las
personas mas sensibles a los sucesos sociales que se hacen presentes en una época.
Pero muchos dirán que la música no puede representar esa compleja red de relaciones
que se desarrollan en la sociedad. Pero si son un aspecto importante de la identidad, ese
termino complejo que nos lleva a plantearnos quienes somos, ¿somos capaces de
respondernos?, si bien es difícil responder a semejante pregunta resulta aun mas difícil
si no recordamos lo que hemos hecho en nuestra vida, pero si como país no recordamos
lo que se ha hecho, entones ¿cómo sabemos lo que somos? o ¿hacia adonde se va?,
preguntas difíciles, pero para eso esta el hecho histórico para jugar un papel importante
en cuanto a la memoria.
Esta relación de música e identidad, es una de las razones de este trabajo, ya que en El
Salvador, hay muchos músicos “de oído” y muy pocos que son profesionales. Se pude
ver que también, al igual que en la historia, muchos músicos salvadoreños son
aficionados.
Por el momento, mi pequeña contribución a la historia de mi país es el presente trabajo,
donde se tratará de exponer la evolución histórica de La Escuela Rafael Olmedo, una
institución que en la primera mitad del siglo XX ayudó al pueblo salvadoreño,
alimentando ese espíritu artista de las personas que demandaron sus servicios. Además
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de rescatar la memoria de un hombre, Rafael Olmedo, este personaje que es altamente
sobresaliente en la historia de la música salvadoreña.
BREVE RESEÑA HISTORICA DE LA MÚSICA EN EL SALVADOR
Las música es la expresión que acompaña a todo ser humano sensible, alegre o
incluso triste.
Parece que la música tiene algo que no se ha podido descifrar por las ciencias, será
quizá esa inspiración que el artista deja plasmada en su obra, es ese “no se que” que va
mas allá del instrumento, mas allá del cuerpo humano e incluso, mas allá de las ondas
que propagan el sonido. Es ese “algo” yo llamo el espíritu de la obra, la intención de
dejar un sentimiento impregnado en una pieza o canción, en una melodía.
Es importante dejar planteado que la música siempre se ha utilizado como un
instrumento que identifica a una época, quiero decir, se usa como la identidad de cierto
grupo de personas, de un momento histórico. Así por ejemplo, a lo largo de la historia la
música se puede clasificar en 3 estratos básicos: el primero de ellos es la música
artística o clásica, que es la impartida por escuelas, conservatorios y centros
especializados, este tipo de música requiere de un estudio y preparación profesional; el
segundo sería la música folklórica, que es la transmitida por tradición oral, y que por lo
general carece de notación musical y se aprende de oído, una característica de este tipo
de música es que sus autores son anónimos; por último, estaría la música de tipo
popular, que es desarrollada por personas aficionadas a la música que tienen o no
preparación, este tipo de música es normalmente difundida por los medios de
comunicación, como ejemplo de estos tipos esta, en El Salvador, la Cumbia, el
Merengue, la Salsa, el Pop, el Rock, el Metal, Death Metal, etc.
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Hay que recordar que la historia de El Salvador nos lleva a afirmar que nuestra música
es la de origen autóctono, que la identidad salvadoreña se encuentra en bailes que
provienen de nuestro pasado indígena, es aquí donde yo discrepo pues me parece que al
revisar nuestro pasado no podemos dejar afuera el periodo colonial, ni el siglo XIX
salvadoreño, que son los periodos que conforman nuestra identidad moderna y que no se
pueden negar. Es en estos periodos donde dos mundos se unen, y las culturas
americanas surgen. Es hasta después de la independencias donde podemos observar los
primeros rasgos de identidad nacional, también podemos ver como el siglo decimonono
nos configura como países, y es este periodo el primero a tratar, Rafael Olmedo Artiga
es el nombre del personaje que nos interesa destacar, para lograr vislumbrar su herencia,
ya en el siglo XX, al bautizar a la Escuela Nacional de Música con su nombre.
Pero dando paso a la evolución histórica de la Escuela Nacional de Música “Rafael
Olmedo” conviene adentrarse en la pregunta de ¿como surge esta institución? Y ¿ cual
es su pasado?, esto nos llevará hasta el siglo XIX, donde los primeros indicios de
música Salvadoreña se hacen presentes.
Es importante detenernos un poco y decir que el tema que interesa es la Escuela “Rafael
Olmedo”, es imposible hablar de ella sin establecer que la música en el Salvador es
impulsada por pocos profesores y aun por menos instituciones dedicadas a semejante
labor pedagógica en materia del arte.
Como punto de partida en la historia musical salvadoreña, nos podemos remontar
específicamente a 1845, cuando el maestro guatemalteco Escolástico Andrino llega a El
Salvador procedente de Cuba y funda la primera escuela de música. Sobre la vida de
este importante personaje nos detendremos un poco, nació en Guatemala en el año de
1817, sus estudios los realizo con su hermano Máximo Andrino, quien era conocido
como el mejor violinista en Centro América. Llegó a nuestro país por iniciativa del
obispo Jorge Viteri y Ungo, para que le ayudara a fundar la primera escuela de música,
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la cual inicio actividades en el referido año de 1845 con 7 alumnos, a quienes se unieron
en 1847 Rafael Olmedo y Ponciano Cruz.
Al maestro Andrino se le atribuyen obras como “Sinfonía en D (Re mayor)”, la opera
“La mora Generosa”, además de ser el autor del tratado Nociones Filarmónicas,. Su
Sinfonía en RE mayor exhibe todas las características estructurales del clasicismo, y
consta de cuatro movimientos.
Esta escuela se encontraba ubicada en una casa privada, cerca dela iglesia de la Merced
en San Salvador, sobre la décima avenida Sur, en estas instalaciones, según señala la
historia nacional, fue donde se impartieron las primeras clases para el cultivo de este
difícil arte, sin lugar a dudas debió ser un enorme esfuerzo por parte de este maestro,
quien estaba interesado por dar a conocer los infinitos secretos que la música posee. Su
muerte se fecha el 14 de Junio de 1862 en San Salvador. Este se podría tomar como el
punto de despegue de la enseñanza profesional en el Salvador. A este profesor y a su
escuela, se debe la formación de los primeros músicos salvadoreños, que después en el
tiempo florecieron dentro del gremio de aquella época.
Años después, durante el periodo presidencial del Dr. Francisco Dueñas, precisamente
en 1864, se funda una institución muy importante en la historia nacional, la “Academia
de Bellas Artes” dicha institución además de apoyar el arte, también fue la responsable
de la creación de una sección musical, que se conoce como la primera Escuela Nacional
de Música y que fue dirigida por el maestro Eusebio Castillo.
Para 1879, llega al país un músico italiano conocido por todos los salvadoreños, pues es
el compositor del himno nacional, el maestro Juan Aberle, entre sus obras encontramos
“la marcha Morazán”, la ópera “Ivanhoe” y un “Tratado de Armonía, Contrapunto y
Fuga”; fue este personaje quien meses antes había fundado el conservatorio nacional en
Guatemala.
Cabe señalar que no solamente fue en San salvador donde se dieron estos esfuerzos por
impulsar el arte musical, pueblos y ciudades como Tonacatepeque, El Guayabal, san
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Martín, Huizúcar, Chalatenango, Suchitoto, Santa Ana, San Vicente también contaron, a
finales del siglo XIX, con sus propias escuelas y academias de música, dirigidas y
fundadas muchas de ellas por el maestro Mauricio Villacorta.
Ya para el año de 1928, siendo presidente Don Pío Romero Bosque, que a iniciativa del
Ministerio de Instrucción Pública, se le da un mayor apoyo a la Música Nacional, la
cual en los primeros años del siglo XX había estado, se podría decir, un tanto olvidada,
es de esta forma como surge el Conservatorio Nacional de Música, el cual dos años mas
tarde pasa a ser de nuevo Escuela de Música.
ESCUELA NACIONAL DE MÚSICA “RAFAEL OLMEDO”
Como se ha expuesto anteriormente el sucesor directo de esta escuela, fue una
institución surgida del conservatorio nacional de 1928, que pasa a ser escuela después
de muy pocos años de funcionamiento.
La escuela “Rafael Olmedo” ya estaba organizada, es decir que no surge de la nada,
sino que es una institución que se desarrolla como Escuela Nacional de Música y es
fundada en 1930, la decisión de nombrarla Rafael Olmedo fue por parte del gobierno,
este personaje era un gran músico y compositor salvadoreño, y este nombramiento se
hace oficial un 28 de enero de 1938.
Meses antes de su nombramiento, en el mes de diciembre de 1937, se emiten los planes
y programas de estudio de la Escuela Nacional de Música “Rafael Olmedo”, dejando
claro que su organización era muy similar a la de cualquier escuela pública de la época.
Dependía directamente del entonces Ministerio de Instrucción Pública, quien establecía
a este centro de estudios bajo la denominación de Organismos especiales, esta
institución tenia como cabeza a un director, quien para el año de 1938 era el maestro
Don Domingo Santos, famoso músico salvadoreño, nacido en San Esteban Catarina,
lugar conocido por ser cuna de artistas; es de hacer notar que para poder pertenecer a la
nómina de profesores de esta escuela había que demostrar las habilidades musicales y
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los estudios realizados por parte de los artistas, en este campo el señor Santos se había
preparado en Italia, y es el compositor de oberturas, valses y muchas otras obras entre
ellas, la patriótica marcha “Dios Unión y Libertad”.
Dentro de la organización de la escuela también se contaba con la ayuda de un
subdirector, quien era la segunda autoridad en la escuela, además de ser el encargado
inmediato de la disciplina y representaba al director en su ausencia, además de estas dos
autoridades se encontraba un secretario, que entre sus funciones debía llevar la
correspondencia, los libros de actas, las planillas y recibos, todo de acuerdo a la ley.
Aunque en los estatutos de la escuela no quedaba especificado, en la practica los
directores, subdirectores y secretarios, en su debido momento también impartían clases,
según fuera necesario, esto se podía deber a que los profesores para la escuela eran
pocos, o como se ha señalado, muchos músicos lo eran empíricos y por tanto carecían
de la preparación adecuada para impartir clases, es decir, que no tenían conocimientos
de teoría, solfeo o pedagogía.
Los profesores eran reconocidos por sus habilidades musicales y debían tener
comunicación constante con el director en cuanto a los asuntos de enseñanza, cada
profesor impartía con libertad su cátedra, y debía ser puntual, conservando siempre la
distancia con los alumnos, con quienes tenía un trato serio pero a la vez afable.
En esta institución queda claro que era labor de las autoridades a cargo conservar el
orden y la disciplina. Además, esta escuela al ser nacional, tenía un carácter público, es
decir que la escuela estaba creada para personas de escasos recursos los cuales no podía
pagar por este tipo de enseñanza, se exigía a los alumnos saber leer y escribir y tener
nociones básicas de aritmética, geografía y otros estudios. Aunque esta fuera una
escuela pública, cabe indicar, que no tenía una gran demanda de alumnos, tampoco era
accesible para cualquier persona, hay que recordar que se debía tener aptitud para la
música, contar al menos con un nivel de escolaridad acorde a las exigencias de la
escuela, que en la practica se traduce en que muchas personas de las capas bajas de la
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sociedad no podían llegar a hacer uso de esta institución, no olvidemos que es El
Salvador de la década de los 40, al que estamos haciendo referencia y que, solo por citar
un ejemplo, los niveles de analfabetismo eran altos.
Para ingresar a esta escuela, además de los requisitos ya mencionados, los aspirantes
debían ser mayores de 8 años y menores de 18; los aspirantes menores de 20 años que
tenían conocimientos de algún instrumento, constituían una excepción, a estos se les
permitiría ingresar a la escuela previo examen de admisión.
Parte del reglamento ordenaba que los instrumentos no podían ser prestados a los
alumnos para llevarlos a casa, y que solo podían prestar libros, para hacer uso de estos
fuera de la escuela.. Todos los alumnos con talento para el canto debían pertenecer al
Orfeón o coro de voces, los alumnos pertenecientes a este debían asistir a los ensayos y
conciertos obligatoriamente.
Los estudios se hacían sobre los instrumentos que constituyen la orquesta sinfónica,
entre los principales instrumentos que se impartían al inicio estaban el piano, violín,
viola, violoncello, contrabajo, flauta, oboe, clarinete y otros (ver cuadro 1), queda
estipulado que en los siguientes años se establecerían otras materias, lo que se hizo en la
practica con la clase de guitarra; a lo largo de la educación musical de los alumnos era
obligatorio, que paralelamente realizarán los estudios de teoría, solfeo y dictado. Como
ya se menciono también se impartían clases de canto, donde los alumnos debían
pertenecer al coro de voces de la escuela.
Se exigía a los alumnos de la Escuela “Rafael Olmedo” que tuvieran “sólidos
conocimientos de Aritmética práctica, Gramática Castellana, Geografía e Historia de
El Salvador y C.A., Nociones de Instrucción Cívica, Higiene, Cultura Física, e Historia
de la Música”.1 Como se puede ver en esta cita, con estos requerimientos la institución
abogaba por tener alumnos respetables y cultos, aspiraciones muy naturales en esta
1
Esta cita textual es tomada del plan y Programas de estudios de la citada escuela, se pueden encontrar
en: Diario Oficial de la Republica de El Salvador, Tomo 124, Nº 16, enero 21 de 1938, pp. 144- 149.
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época de la historia nacional, donde los valores cívicos y morales eran inculcados tanto
en la casa como en todos los centros de estudios públicos y privados.
A los mejores alumnos y mas adelantados de la escuela en cuanto al manejo de su
instrumento, así como en disciplina, se les incentivaba por medio de una un certificado,
que funcionaba como licencia para impartir clases de dichos estudios en los que eran
sobresalientes, a estos alumnos se les conocía como “maestrinos” y ayudaban a los
profesores en la enseñanza, como parte de su capacitación.
Entre los estudios realizados, a los que se les daba principal importancia eran
aquellos de teoría musical, solfeo, división (cantada y leída) y dictado, en la que se
impartían clases basadas en textos especializados en el área, por ejemplo para estos
estudios se utilizaban: “Teoría de la música”, de Danhauser; “Método Completo de
Solfeo”, de Eslava y “Dictado musical” de Lavignac, traducido al español por Pedrell,
además se utilizaban otros textos ocasionalmente. Estos estudios eran esenciales, pues
constituyen las bases de todo músico profesional.
En la enseñanza de los instrumentos, era necesario haber cursado la materia de teoría,
solfeo, división y dictado para poder empezar con la correcta asimilación de la técnica
en el instrumento a ser estudiado, era requisito indispensable el haber aprobado el
primer año y cursar en los siguientes 3 años la referida materia.
Las clases de los diferentes instrumentos eran impartidos por los profesores, basados en
los textos señalados y en su criterio personal, las diferencias entre los distintos
instrumentos eran lógicos, pues para cada instrumento la técnica requerida era distinta,
pero además, habían otros criterios como la edad; cada materia, es decir instrumento,
tenía un rango de edad apropiado para el inicio del estudio y textos de enseñanza
distintos. (ver cuadro 2).
Es obvio que los textos utilizados eran de autores europeos, y que la calidad de la
enseñanza se veía favorecida por este material didáctico, pero hay que hacer una breve
reflexión en cuanto a que los alumnos no contaban con lo necesario para una enseñanza
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de las mejores del área, solo por citar un ejemplo de los problemas que enfrentaban,
nunca se contó con un edificio adecuado para la practica de los ejercicios musicales y el
sonido no era favorecido con la acústica y el ambiente necesarios.
Ya en la practica de la escuela y en la forma de impartir las clases, se pueden mencionar
algunas diferencias y similitudes entre las distintas especialidades, en los instrumentos,
por ejemplo, la diferencia que existía entre la enseñanza del Contrabajo de concierto y
el de orquesta, radicaba en que el primero de ellos necesitaba una preparación de 7 años,
y el segundo necesitaba solo 5 años, debido a que la exigencia de un instrumento de
concierto es mayor, por ejemplo cuando se necesita que el ejecutante realice algún
“solo” durante una pieza.
Para el caso del violín y la viola, instrumentos muy similares, los primeros tres cursos
en la enseñanza de estos dos instrumentos respondían al mismo programa de enseñanza,
solo que los ejercicios eran transportados una quinta mas baja, es decir 5 tonos mas
graves, debido al sonido propio de la viola.
Por otra parte era obligación que durante el último año, o últimos dos años de estudio de
cada instrumento, llamados de perfeccionamiento, se realizaran estudios de piano y
armonía, transporte a diferentes claves y el estudio de los mejores autores para cada
instrumento donde no podían faltar autores de la talla de Bach, Mozart, Beethoven,
Haydn, Paganini y otros. Cabe destacar que en la enseñanza no se utilizaban obras de
autores salvadoreños y que esto era debido, probablemente, al poco conocimiento de las
obras nacionales o a la poca importancia en la enseñanza de la música. También se
realizaban conciertos al final de cada año, durante el mes de noviembre, donde se
interpretaban piezas según las habilidades desarrolladas por los distintos alumnos.
Como quedaba estipulado en el reglamento todos los alumnos al final de sus cursos
realizaban los mencionados conciertos donde se podían admirar los avances de los
futuros músicos, estos eran realizados en varios lugares como el teatro nacional y
también eran transmitidos en la radio nacional, prueba de ello es que el Ministerio de
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Instrucción Pública, bajo la rama de la radiodifusión escolar, informó para el año de
1939, que los conciertos eran transmitidos, como una nueva modalidad de manifestar la
necesaria existencia de la escuela “Rafael Olmedo”, estas emisoras eran la Y.S.P. “La
voz de Cuscatlán” y la Y.S.S., “Alma Cuscatleca”.
Volviendo a las actividades de enseñanza de la escuela, se debe llamar la atención en
cuanto a los alumnos de canto, quienes serian los próximos profesores tanto en la
escuela “Rafael Olmedo” como de las escuelas públicas del país, los requisitos para
estos últimos era estar entre las edades de 17 y 18 años y tener talento para el canto; el
programa de enseñanza se basaba de nuevo, en las materias básicas de teoría, solfeo,
dictado y división; las cuales se debían cursar por lo menos dos años, después un año de
vocalización y el respectivo cuarto y último año de perfeccionamiento, además de
realizar una practica de por lo menos seis meses en el lugar designado para ello. A
diferencia del profesor de canto para escuela el profesor de canto especializado, era
instruido según su tesitura, es decir se le enseñaba dentro de su rango de voz, para que
se formara como barítono, bajo, voces medias, etc.
Para el caso de director de orquesta, la enseñaza era mas compleja y amplia, debido a
que este debe conocer además de la teoría, la mayoría de los instrumentos que
componen la orquesta sinfónica. La edad para empezar este estudio era entre los 8 y los
12 años, el estudio completo se realizaba en 9 años o cursos.
Las materias eran impartidas en la escuela bajo la guía del profesor, pero la realidad de
la enseñanza llevaba a que los alumnos estudiaran en su casa, particularmente y sin
presencia del profesor, recomendando que los alumnos que mas se aplicarán al estudio
serian los de mas progreso (ver cuadro 3).
Como parte de las disposiciones generales, se establecía en el reglamento, que las clases
iniciarían en febrero de cada año y finalizarían en los primeros quince días del mes de
noviembre, los horarios de clases eran de 8:30 A.M. a las 12:30 M.; y por las tardes de
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2:30 P.M. a las 7:30 P.M.; los exámenes de final de año eran presenciados por los
jurados, estos de reconocida trayectoria y conocedores del arte.
En general esta era la forma de operar de la escuela, la cual tuvo una existencia de 13
años, durante este tiempo formó músicos muy importantes para la historia musical
salvadoreña y también, permitió que varios músicos ya formados impartieran sus
enseñanzas a las personas que lo solicitaran.
A lo largo de su desarrollo como institución, fue dirigido por gran variedad de maestros
en música, Don Domingo Santos fue el director de esta escuela en los años de 1938 y
1939, como ya se había mencionado, para 1940, su director paso a ser el profesor Raúl
Paniagua, Bajo la guía de él la escuela había tenido un desarrollo normal, pero para este
año la clase de guitarra clásica fue inaugurada, debido a que el guitarrista paraguayo
Agustín Barrios “Mangore”, se había establecido en El Salvador, este virtuoso
guitarrista se queda en el país e imparte clases hasta 1944, año de su muerte. Para este
año la asistencia al plantel fue de 413 alumnos, de los cuales al final del año se
extendieron 267 certificados. Para este año de 1940 la asistencia de alumnos de la
Escuela Nacional de Música fue en número similar a la cantidad de alumnos que
asistieron a la Universidad de El Salvador, en la cual los alumnos matriculados fue de
422 personas.
Para los años siguientes las actividades de la escuela se desarrollaron normalmente, y en
1941 se compraron varios instrumentos, necesarios para el correcto funcionamiento de
la institución, entre estos un piano marca “Lester” y un violín, estas adquisiciones
llegaron a la cantidad de ¢ 6,370.00, inversión que era realizada por parte del estado
para mantener una buena enseñanza de este arte. Los instrumentos que mas demanda
tenían eran violín, Clarinete y Guitarra a pesar de solo tener 1 año de haber sido creada
como clase.
Para 1944, Esteban Servellón, músico salvadoreño quien fue formado en esta escuela y
que luego realizaría estudios en Italia, aparece como profesor impartiendo clases de
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Teoría y solfeo, devolviendo de esta forma parte de la enseñanza que le había sido dada
a él, este artista cuenta entre sus obras mas famosas “Rhina”, “Faetón” y “Suite
Retrospectiva”. Para este mismo año la escuela sufre dificultades en cuanto a su
organización y su director es cambiado, toma el cargo Don Rubén Aráuz, salvadoreño
nacido en Ahuachapan y formado en el conservatorio de Paris, donde realizó estudios de
violín, que era su instrumento principal, y piano. Con esta nueva reorganización en el
año 44, se emite un nuevo reglamento, los métodos de enseñanza fueron reformados
totalmente, esto se impuso contra el choque de la rutina, que a la vez acortaba el tiempo
necesario para la practica en el aprendizaje. Además de estos cambios se acordó
comenzar actividades el 2 de enero de cada año, iniciando las clases el 1 de febrero para
terminar en los primeros días del mes de noviembre. Una de las mas importantes
innovaciones fue que se introdujeron las materias de instrumentación y declamación,
también se propuso que la escuela debía cumplir con los objetivos de impartir clases que
iban desde nociones básicas, adorno, esparcimiento hasta la formación de profesionales.
Como parte de los requisitos de ingreso se fijó que los alumnos debían estar entre los 8
y los 20 años, aprobar, todos los aspirantes examen vocacional, de visión, oído y ritmo;
también se debía presentar una solicitud, el boleto de sanidad, partida de nacimiento o
cedula de vecindad y certificados de buena conducta de al menos dos personas. Como
lema y propósito de este centro de estudios, en este reglamento dice literalmente: “La
Escuela Nacional de Música Rafael Olmedo será el centro orientador de la cultura
musical en el país con el apoyo decidido y a través del Ministerio de Instrucción
Pública.”2
Para mediados de la década del 40, las labores de la escuela se desarrollaban de la mejor
manera, habiéndose resuelto los problemas de años anteriores, aunque la cátedra de
2
Este reglamento esta publicado en: Alvarado, Hermogenes y Méndez, Andrés I. Reglamento de la
Escuela “Rafael Olmedo”. Diario Oficial de la República de El Salvador, tomo 137, Nº 180, agosto 17 de
1944 p. 2486-2489.
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guitarra ya no era impartida a causa de la muerte de Agustín Barrios, las demás clases se
siguieron impartiendo de forma normal.(ver cuadro 4)
En los años siguientes las actividades de la escuela no tuvieron mayor sobresalto, se
introdujeron mas materias entre las que se pueden mencionar, composición, armonía, e
historia de la música que para 1946 fue introducida y siendo de las mas concurridas; una
nueva clase de piano se le designo a Natalia Ramos, siendo interesante resaltar que en
El Salvador una buena parte de las artistas sobresalientes en este instrumento son
mujeres y que en esta escuela se incluían para 1947 al menos tres profesoras en la
enseñanza.
La escuela termina su recorrido en la historia nacional, con el nombramiento de esta
como conservatorio de Música en 1951, llegando hasta ese año su legado bajo el
nombre de aquel gran violinista y compositor Rafael Olmedo.
Rafael Olmedo Artiga, el Hombre.
Tantas veces mencionado en este trabajo pero todavía no nos hemos acercado a este
personaje, fue honrado casi 40 años después de su muerte denominado a la escuela
Nacional de Música con su nombre.
Nacido en San José Guayabal, que para el siglo XIX no era mas que un pueblo bajo la
jurisdicción de Tonacatepeque, en la recién formada República de El Salvador, dicho
pueblo es el lugar donde hoy Rafael Olmedo es considerado uno de sus “hijos notables”,
un 12 de marzo de 1837 fue el día de su nacimiento, a la corta edad de diez años el
joven Olmedo, mostraba grandes dotes artísticos y fue matriculado en la primera
escuela de música del país, en San Salvador, la cual estaba al mando del maestro
Escolástico Andrino, es aquí donde su formación como músico y violinista empezó.
Fue músico destacado en música pagana y música sacra, muestra de ello es que este
artista fue músico de la catedral hasta 1859, también era un excelente guitarrista; Se
dice que él es el único violinista del siglo XIX salvadoreño que puede considerarse un
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violín concertino propiamente dicho, sus composiciones y ejecuciones poseen un gran
merito melódico, que llego a ser para su tempo una gran gloria nacional.
Entre sus obras podemos mencionar, debido a su importancia social en materia
religiosa, 12 misas compuestas, probablemente, durante los años que estuvo al servicio
de la catedral, algunas de ellas: Misa del Carmen, Misa de San José, Misa de San
Antonio, Misa del Corazón de Jesús y Misa del Divino Salvador.
Sin embrago sus obras mas conocidas son algunas de tipo pagano, entre estas podemos
mencionar, “Quejas al Viento”, “Capricho”, Las Hadas”, “Una Corona”, y otras mas
como “un Juguete Melódico”, “Soconusco” y “Viejo Verde”. Algunas de sus obras
sacras han sido tan sobresalientes que han sido interpretadas en la catedral de San Pedro
en Roma.
Sobre su vida y su formación artística no se sabe mucho, y estas obras no son tan
recordadas, mucho menos por la juventud salvadoreña, pero sin lugar a dudas es parte
de nuestro pasado, de la historia de la música salvadoreña, Rafael Olmedo Artiga deja
su legado y muere un 14 de Junio de 1899, a la edad de 62 años. Como parte de su
legado se puede mencionar que entre sus descendientes están Rafael Olmedo hijo, quien
fue también un gran músico salvadoreño, el cual sobresalió en el Violoncello; y su hija,
Joaquina Olmedo de Álvarez, quien se graduó en el año de 1891 como maestra.
ANEXOS
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19-23 de julio, 2004
Mesa de Historia Cultural
CUADRO 1
Materias impartidas en 1938, con sus respectivos años de preparación.
Materia
Años o Cursos
Teoría, solfeo, división y dictado
4
Piano Principal
5
Piano Complementario
2
Violín
8
Viola
6
Violoncello
7
Contrabajo de orquesta
5
Contrabajo de Concierto
7
Flauta
5
Oboe
5
Clarinete
5
Fagote
5
Corno (Trompa)
5
Armonium
5
Profesor de cantos escolares en las escuelas oficiales de
4
la Republica
Profesor de canto propiamente dicho
4
Director de orquesta
9
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CUADRO 2
Materia
Años
o Edades para iniciar el Textos (solo se citan los
Cursos
estudio
principales autores)
Teoría, solfeo,
4
De 7 u 8 años en
Danhauser, Eslava y Lavignac
división y
adelante
dictado
Piano
5
A partir de los 8 años
Czerny, B. Cesi y Lebert.
Violín
8
De 9 a 14 años
O. Sevcik, D. Alard y Han Sitt
Viola
6
De 14 a 17 años
E. Polo, B. Bruni y Cavallini
Violoncello
7
De 12 a 15 años
C. Liegeois, O. Sevcik y S. Lee
Contrabajo de
5
De 14 a 18 años
I. Billé
orquesta
Contrabajo de
7
De 14 a 18 años
I. Billé
Concierto
Flauta
5
De 12 a 15 años
Tulou, Devienne (se usaba el
método Boehm)
Oboe
5
De 12 a 15 años
Salviani y E. Marzo
Clarinete
5
De 12 a 15 años
H. Klosé y Krakamp
Fagote
5
De 14 a 16 años
Krakamp
Corno
5
De 12 a 16 años
Ceccarelli y Fontana
Armonium
5
De 12 a 16 años
Bottazo-Ravanello y Braun
Canto
4
De 17 a18 años
Concone, Guercia y Nava
CUADRO 3
Programa de Tiempo
Practica particular en casa, sin presencia del profesor
Instrumento
Teoría, Solfeo y División
Piano Principal
Violín
Viola
Violoncello
Contrabajo
Horas de practica diarias
1 hora
5 horas
5 horas
3 horas
4 horas
4 horas
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Flauta
Oboe
Clarinete
Fagote
Corno
Armonium y Piano Complementario
3 horas
3 horas
3 horas
3 horas
3 horas
3 horas
CUADRO 4
Alumnos Matriculados en las distintas materias para 1945
Materia
Teoría y Solfeo
Violín
Piano
Violoncello
Flauta
Clarinete
Fagote
Oboe
Armonía
Cobres
Canto
Declamación
Total
Alumnos Matriculados
75
14
16
3
1
6
2
3
8
6
8
8
150
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Rafael Olmedo Artiga, violinista y guitarrista salvadoreño
BIBLIOGRAFÍA
Libros
González Sol, Rafael, Dr. Historia del arte de la música en El Salvador. San Salvador,
Imprenta Mercurio, 1940, 74 p.
Lang, Paul Henry. Música en la Civilización Occidental. Buenos Aires, Argentina,
Editorial universitaria de Buenos Aires, 1969, 825 p. (Titulo original:
“Music in Western Civilization”, 1941).
Martínez Cuellar, Wilfredo. Conservatorio Nacional de Música. Universidad de El
Salvador, Tesis profesional para optar al titulo de Arquitecto, 1968.
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Ortega Prieto, Jesús. Cultura Musical, desarrollo del programa vigente, 1er curso. San
Salvador, Germinal, 1968, 81 p.
Ortega Prieto, Jesús. Cultura Musical, desarrollo del programa vigente, 2do curso. San
Salvador, Germinal, 1968, 77 p.
S.A. Maestros Músicos, Pintores y Escritores. S. C., S. E., S. F.
Vides Morán, Raúl. Estética e Historia general del Arte. San Salvador, Dirección de
Publicaciones, 1979, 358 p. (1ra edición 1975).
Ward, L. A. Libro Azul de el Salvador. San Salvador, Bureau de publicaciones de
América Latina, Imprenta Nacional, 1916, 352 p.
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Música y Declamación “Rafael Olmedo”. Julio 27 de 1944 En: D. O. Tmo
137, Nº 180 Agosto 17 de 1944 p 2486 – 1489.
Castro, Arnulfo. Informe de las labores desarrolladas por el poder ejecutivo en los
ramos de Cultura y Asistencia Social en 1945. D.O. Tomo 140, Nº 103,
mayo 13 de 1946 p. 1687
Castro, Arnulfo. Informe de las labores desarrolladas por el poder ejecutivo en los
ramos de Cultura y Asistencia Social en 1946. D.O. Tomo 142, Nº 135, 21
de Junio de 1947 p. 2094
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Castro, Arnulfo. Informe de las labores desarrolladas por el poder ejecutivo en los
ramos de Cultura en 1947. D.O. Tomo 144, Nº 111, mayo 19 de 1948 p.
1886
Rosales h. Reglamento Interior de la Escuela Nacional de Música. Enero 3 de 1938 En:
D.O. tomo 124, Nº 1, enero 3 de 1938 p 2-3.
Rosales h. Se nombra a
la Escuela Nacional de Música Rafael Olmedo, por el
compositor salvadoreño de dicho nombre. Enero 25 de 1938 En: D.O. tomo
124, Nº 22, enero 28 de 1938 p. 203
Rosales h. Plan de Estudios y Programas para la Escuela Nacional de Música.
Diciembre 28 de 1937 En: D. O. Tomo 124, Nº 16, enero 21 de 1938 p. 144
– 149
Orantes, José A.. Memoria de los actos del Poder Ejecutivo en el ramo de Instrucción
Pública, año de 1938. D.O. Tomo 126, No. 74, 1 de abril de 1939, p. 929935
Orantes, José A.. Memoria de Instrucción Pública del año 1940. D.O. Tomo 130, No.
78. 5 de abril de 1941, p.1093-1113
Orantes, José A.. Memoria de los actos realizados en el ramo de Instrucción Pública,
en 1939. D.O. D.O. Tomo 128, No. 62. 14 marzo de 1940, p.1005-1010
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Orantes, José A. Informe de las labores desarrolladas por el Poder Ejecutivo en el
ramo de Instrucción Pública, durante 1941. D.O. Tomo 132, No. 79, 16 de
abril de 1942, p. 1089-1121.
Orantes, José A. Informe de las labores desarrolladas por el Poder Ejecutivo en el
ramo de Instrucción Pública para 1942. D.O. Tomo 134, No. 86, 13 de
abril de 1943, p. 1105-1135
Pérez Menéndez, Adolfo. Informe de las labores desarrolladas por el poder ejecutivo
en el ramo de Instrucción Pública en 1944. D.O. Tomo 138, Nº 106, mayo
18 de 1945 p. 1617
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