Ensayo sobre la ceguera Autor: José Saramago Tamara Gómez Gaitán Departamento de Humanidades Barcelona, Mayo de 2011 Índice Introducción …………………………………………………………………………….. 3 1.Argumento…………………………………………………………………………….. 5 2.Espacio ……………………………………………………………………………….. 5 3.Tiempo ……………………………………………………………………………....... 6 4.Narrador ………………………………………………………………………………. 6 5.Personajes……………………………………………………………....................... 7 6.Estilo, lenguaje, recursos literarios…………………………………………………. 12 7. Análisis antropológico y axiológico………………………………………………… 14 8. Modelo de amor presente en Ensayo sobre la ceguera……………….………… 15 Conclusión………………………………………………………………………………. 17 Bibliografía………………………………………………………………………………. 19 2 Introducción “Ensayo sobre la ceguera”, es sin duda, uno de los mejores escritos que se han publicado del escritor, periodista, dramaturgo y Premio Nobel Portugués José Saramago. Nació un 16 de noviembre de 1922 en una aldea Portuguesa de tan solo 1.800 habitantes llamada Azinhagay. Fue el segundo hijo de José de Sousa y María de Piedade, una familia campesina con pocos recursos económicos. “Saramago” (apodo familiar), no es su apellido paterno, sino un error de inscripción provocado por un funcionario del registro civil. José Saramago falleció a los 87 años, el día 18 de junio de 2010, en su residencia de la localidad de Tías (Lanzarote, Las Palmas) debido a una leucemia crónica que derivó en un fallo multiorgánico. Saramago, divorciado de Ilda Reis, madre de su única hija Violante, y casado en segundas nupcias con Pilar del Río, escritora Sevillana y su traductora oficial al castellano, escribió hasta el final de sus días, pues se dice que llevaba 30 páginas de una próxima novela. Este autor de tres autobiografías, destaca por su versatilidad, siendo uno de los mejores autores de novelas, poesías, relatos, crónicas y óperas de nuestros días. De sus obras más importantes cabe destacar Levantado do Chao (1980), Blimunda (Obra de teatro, 1982), Memorial del Convento (1982), A Jangada de Pedra (1986), El Evangélico según Jesucristo (1991) y Ensayo sobre la ceguera (1995). José Saramago pertenece a la línea de los autores Contemporáneos, periodo histórico comprendido entre la Revolución Francesa y la actualidad. Se aprecia la escritura contemporánea del libro entrelazada con el Barroco, el estilo predominante del siglo XVII caracterizado por adquirir una visión negativa del mundo, y el Romanticismo del siglo XIX, que como explica Jorge Martínez en Los antifaces de Dory: “Se trata de un movimiento cultural que tiene su origen en Alemania como un modo de reivindicar protagonismo, desde su retraso y provincianismo, frente a la luminaria dieciochesca del Paris de moda, clasicista, simétrico, elegante, universal y ejemplo de progreso”1. 1 Martínez, Jorge (2008) Los antifaces de Dory, Barcelona, Ediciones Scire, Páginas 55 y 56 3 Esta novela tiene una poética influencia del “Leviatán”2, de Thomas Hobbes, en la idea de que sin reglas, sin un artificio que regule al hombre, éste aparece bajo un estado de naturaleza guiado por el puro instinto de supervivencia, el egoísmo y la ley del más fuerte, o también, la ley de la selva tan popular entre los animales. Saramago introduce el precepto plasmando una guerra de todos contra todos que hace imposible el establecimiento de una sociedad organizada en la que reine la paz y la armonía. Se trata de un hombre cruel, despiadado y totalmente egoísta por naturaleza ante situaciones extremas que desembocan al auténtico caos y destrucción, una anarquía en la que el hombre es su propio enemigo. La obra adquiere esa visión negativa del mundo mezclándose con los sentimientos, la imaginación y los valores no dejando de ser una fábula moral con pinceladas psicológicas y futuristas. En el 2006 se anunció la adaptación al cine de la novela. La película fue dirigida por Fernando Meirelles, se titula Blindness y se estrenó en el 2008 en el Festival de Cannes. Ensayo sobre la Ceguera corresponde al género de ciencia ficción, con un poderoso trasfondo real, filosófico y moral, fusionando de forma magistral el relato de los acontecimientos con el constante análisis satírico de la situación. La gran carencia de “puntos y apartes” en la novela, provoca que el autor nos obligue a seguir su ritmo, a vivirlo de otra forma. Esta novela narra la historia de un país donde comienza a extenderse una ceguera blanca que deja ciegos a todos sus habitantes, sumiéndolos en una deshumanización que produce escalofríos. De los personajes, se desconocen sus nombres y su pasado, los principales protagonistas son un oftalmólogo y su esposa, ésta última no afectada por el virus, convirtiéndose sin notificación previa en la guía y en “los ojos” de los que no ven. En esta obra parece que la ceguera también significa vivir en un mundo donde la esperanza tiene fin. 2 Fue una bestia marina del Antiguo Testamento, a menudo asociada con Satanás, creada por Dios. El término Leviatán ha sido reutilizado en numerosas ocasiones como sinónimo hoy en día de gran monstruo o criatura. El presente término también corresponde al título de la obra de Thomas Hobbes, Leviatán, 1651. 4 1. Argumento Esta pieza maestra de la literatura moderna, relata la terrible historia de un país azotado por una inexplicable afección que se extiende rápidamente causando una ceguera blanca, como un mar de leche, sin forma específica de transmisión y totalmente desconocida que acaba afectando por igual a todos sus habitantes convirtiéndose en una pandemia. Todo comienza en un día cualquiera y con un hombre cualquiera que espera tranquilamente en su coche a que la luz del semáforo se ponga en verde. Él es “el primer ciego”, uno de los personajes de la novela, y a partir de aquí la enfermedad se extiende descontroladamente entre la población. Todos se van quedando ciegos rápidamente; todos menos una mujer, que sin razón explícita por el autor, prevalece a lo largo de toda la historia con la vista intacta. “La mujer del médico” se echará un mundo de ciegos a sus espaldas, guiará a su pequeño grupo y presenciará como nadie la transformación humana y el horror. Las crecientes cegueras aumentan sin control y el pánico cala hasta lo más hondo de los infectados y, sobretodo, de los que aún no lo están. Sin un procedimiento claro acerca de cómo intervenir, los ciegos son enviados, unos tras otros, a un manicomio abandonado con función de retiro provisional y cuarentena, pero la repentina ceguera resulta imposible de contener y a medida que la incertidumbre, el miedo y la desolación crecen, los rincones se plagan de ciegos sumidos en un caos sin precedente que consigue destapar los instintos más primarios y animales del ser humano, sus facetas más oscuras y las bajezas que alcanzan a enfermar el alma. 2. Espacio El mundo de ciegos de Saramago es un mundo sin nombres ni tampoco lugares concretos. El ambiente que rodea las páginas de esta novela nos traslada a un lugar totalmente sumido en el caos y la suciedad, tanto psíquica como física. Sus palabras traspasan las hojas de papel salpicándonos con su real dramatismo de una forma que roza la violencia, y nos envuelven de tal manera que consiguen que nos preguntemos: “¿Cómo sería la vida si…?” y, “¿Entonces, cómo sería yo…?” 5 3. Tiempo En la obra, nada más comenzar a leer, aparece el uso de automóviles y a lo largo de la novela nos encontramos con referencias tecnológicas, como por ejemplo: la televisión, la radio, aparatos de equipo médico avanzado (el médico utiliza un equipo oftalmológico en su consulta), etc. Por lo que es de suponer que se trata del siglo XXI. Podríamos situar fácilmente los acontecimientos narrados en esta historia, en nuestra propia ciudad. 4. Narrador José Saramago utiliza narraciones en tercera persona, por lo que es un narrador omnisciente: “Empezaron pues a arrastrarse los cuatro voluntarios, las dos mujeres en el centro, un hombre a cada lado, no lo hicieron por cortesía masculina o por un instinto caballeresco de protección a las damas, sino porque la cosa salió así”.3 Alterna monólogos en primera persona con los personajes, de tal forma que, en ocasiones, es difícil diferenciar si lo que está escrito lo está pensando o bien hablando esa primera persona: “No sé qué interés tienes en recordar cosas desagradables que ya han pasado, rezongó el primer ciego, Si fueses mujer y hubieses estado donde nosotras estuvimos, pensarías de otra manera, dijo la chica de las gafas oscuras mientras empezaba a desnudar al niño estrábico”.4 Es decir, en la obra existe un mundo del que nos hablan, descrito por esa tercera persona omnisciente, y otro mundo que nos habla en directo. La maestría de este manejo de narradores nos sumerge en la posibilidad de convertirnos en un ciego más que se deja guiar por las inesperadas circunstancias. Por momentos parece que el lector participa del desarrollo de la trama, como si nos encontráramos en ese manicomio, ciegos y enloquecidos por la blanca luz. 3 SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página 240 4 SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página 311 6 5. Personajes El autor crea a unos personajes de forma curiosa, poco habitual pero dotada de gran significado. En primer lugar, los despoja completamente de sus nombres, según Saramago, en un mundo de ciegos no se precisa de nombre, sólo de voz. “La mujer del médico”, el personaje principal así lo dice: “Tan lejos estamos del mundo que pronto empezaremos a no saber quiénes somos, ni siquiera se nos ha ocurrido preguntarnos nuestros nombres, y para qué, ningún perro reconoce a otro perro por el nombre que le pusieron, identifica por el olor y por él se da a identificar, nosotros aquí somos como otra raza de perros, nos conocemos por la manera de ladrar, por la manera de hablar, los demás rasgos de la cara, color de los ojos, de la piel, del pelo, no cuenta, es como si nada de eso existiera”.5 En “Ensayo sobre la ceguera” sólo la íntegra descripción que se hace de cada uno de los personajes permite al lector identificarlos claramente. De todos ellos no llegaremos a saber demasiado sobre sus vidas anteriores a la enfermedad, por lo que interpretamos que esta obra no pretende relatarnos la historia de una serie de individuos aislados, más bien nos hace una gran reflexión psicológica y moral sobre el hombre y la sociedad en contextos generales y comunes; hay desde el que pretende abusar de la desgracia ajena hasta aquélla que se solidariza con los demás, anteponiendo la supervivencia de todos como grupo a su propio bienestar. Los personajes de “Ensayo sobre la ceguera” son reales; ni son absolutamente buenos, ni son absolutamente malos: “aquí todos somos culpables e inocentes”.6 ¿Qué es sino nuestro comportamiento ante las guerras, las injusticias, la intolerancia y ante aquellas situaciones límite en las que nuestro voraz instinto de supervivencia aflora? Estos personajes “des-cubren” o destapan su humanidad, hacen que ésta desaparezca dejándonos sólo con la idea de que es aquél que tiene más poder, el más apto para sobrevivir. Su “des-cubrir” trata de comparar su estado de ceguera con el estado de ignorancia del individuo en la sociedad. 5 SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página 73 6 SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página 119 7 5.1 La mujer del médico Se trata de una mujer de unos cincuenta y tantos esposa de un oftalmólogo. Cuando la plaga de la ceguera blanca azota la ciudad, los enfermos comienzan a ser enviados en cuarentena a un manicomio abandonado. Después de que su marido se infecte, ella finge haberse quedado ciega para cuidar de él, y una vez en el manicomio sigue sin revelar su capacidad de ver por miedo a convertirse en esclava con la responsabilidad de cuidar de todos. A lo largo del relato observamos como este personaje está continuamente a la espera de quedarse ciega, aún así permanece hasta el final de la historia con la vista intacta. Las circunstancias la empujan a responsabilizarse de su marido y de todo un grupo de ciegos con los que entabla relación en el manicomio, convirtiéndose en sus “ojos” y en su guía. Es el único personaje que conserva la vista, por lo que se convierte en la única testigo del horror que los envuelve. Hasta tal punto llega, que en ocasiones desea quedarse ciega. La mujer del médico acaba asesinando a dos ciegos crueles y sádicos que tratan de gobernar el manicomio bajo una dictadura de miedo e injusticia, más tarde, en el incendio del edificio, guía a su grupo hacia la ciudad cuidando de ellos en todo momento. 5.2 El doctor Un oftalmólogo amigable se convierte en el segundo ciego de esta historia después de tratar al primero en su consulta. Rápidamente lo envían al manicomio en cuarentena junto a su mujer, que puede ver y que finge ceguera para estar junto a él. A lo largo de la trama vemos como en varias ocasiones, el médico resiente el hecho de depender de su esposa, aún así conserva sus rasgos de amabilidad por lo que pronto es elegido líder de grupo, convirtiéndose en jefe de sala. Hace lo posible por mantener el orden y la paz a través de estrategias diplomáticas pero descubre rápido que su compasión no le ayuda demasiado en el nuevo ambiente de locura y hostilidad en el que se encuentran. 8 5.3 La chica de las gafas oscuras Una joven preciosa, prostituta por propia elección y con porte frío. Se queda ciega mientras está entreteniéndose con uno de sus clientes y acto seguido es llevada al manicomio en cuarentena. Este personaje está descrito por unas gafas oscuras que esconden una conjuntivitis sencilla. Era una de las pacientes del médico que se encontraba en la sala de espera cuando llegó el primer ciego a visitarse de emergencia. Por varias referencias a lo largo del relato, se nos presenta como una persona fuerte por naturaleza, fría y de corazón duro. A medida que la historia avanza se observa en ella una transformación que comienza con el hecho de responsabilizarse de un niño estrábico y solitario separado de su madre. La chica de las gafas oscuras desarrolla la capacidad de cuidar y amar a este niño y para el final de la novela, es una persona diferente. 5.4 El niño estrábico Otro de los pacientes del médico. También se encontraba, con su madre, en la sala de espera del oftalmólogo cuando el primer ciego llegó. Por alguna razón que desconocemos, el niño llega solo a la cuarentena, queda sin especificar el por qué su madre no lo acompaña. Este personaje nos muestra la sencillez y la simplicidad de los niños; pregunta por su madre, pide de comer, de ir al baño y duerme. No acaba de entender lo que ocurre y poco a poco deja de preguntar por su progenitora. La chica de las gafas oscuras cuida de él hasta el final. 5.5 El hombre del parche negro en el ojo Un hombre bueno, amable y misterioso que reacciona con calma ante la ceguera que infecta la ciudad. Este personaje también se encuentra en la consulta del médico, junto a los demás personajes mencionados hasta ahora, porqué padece cataratas en el ojo que le queda. Es caracterizado con un parche negro que le tapa el ojo que le falta. 9 5.6 El primer ciego Es el hombre que conducía una mañana cualquiera y se quedó ciego delante de un semáforo. Es el primer caso de la llamada ceguera blanca y acude acompañado de su mujer a la consulta del médico para ser tratado de emergencia. No se hacen demasiadas referencias acerca de su persona pero sí podemos observar ciertas conductas autoritarias e intransigentes hacia su mujer. Ante situaciones extremas él decide por ella, por ejemplo, cuando los tiranos de la sala 3 del ala izquierda del manicomio piden a cambio de comida mujeres, él se niega rotundamente a que su esposa participe y le prohíbe que acuda. Con este comportamiento demuestra, por un lado, su amor y respeto hacia la mujer que quiere negándose por completo a permitir que le hagan daño, pero por otro, no le permite decidir por ella misma, y se trata de una decisión dura, personal y dolorosa; una decisión que en caso de negación absoluta por parte de todas las integrantes, condenaría a el grupo entero a morir de hambre. ¿Qué hacer entonces ante una situación tan delicada? Obviamente, entendemos su posición, pero resulta imposible no recriminarle cierta hipocresía por el hecho de no permitirle a su esposa acompañar a las demás mujeres para conseguir la comida, pero luego aceptar el alimento conseguido por las esposas de los demás. Es el primer ciego y el primero en recuperar la vista al final de la historia. 5.7 La mujer del primer ciego Se queda ciega poco tiempo después de su marido. Ambos son trasladados al manicomio y de ella observamos una conducta pasiva y sumisa para con su esposo. Aunque se aprecia una transformación hacia el final cuando, por ejemplo, se niega a obedecer la prohibición de su marido a entregar su cuerpo a cambio de comida. Al principio de la historia su matrimonio parece ser monótono y frío pero la horrible experiencia de la ceguera les lleva a unirse de nuevo. 5.8 El ladrón Este personaje aparece brevemente al inicio de la obra. Se ofrece a conducir el coche del primer ciego y llevarlo hasta su casa después de que éste pierda la vista delante del 10 semáforo; lo acompaña hasta su puerta y luego se ofrece a hacerle compañía mientras espera a su mujer. En ese momento la idea de robarle el coche a un pobre ciego le resulta inconcebible, pero cuando éste se niega a dejarlo entrar en su casa bajo una desconfianza máxima, el ladrón pierde ese atisbo de conciencia y hace lo que mejor sabe hacer, robar. No mucho más tarde, aparca el coche robado del primer ciego, y unos cuantos metros más allá pierde la vista. Se nos muestra mal educado y con poco respeto hacia las mujeres; una vez en el manicomio, la mujer del médico organiza una fila con ella como guía, hacia el baño. Él se coloca detrás de la chica de las gafas oscuras y aprovechando que se tienen que sujetar, la manosea. Ella se defiende y lo hiere profundamente en la pierna. Sin agua potable para limpiar la herida ni medicamentos, acaba muriendo en una cama compadeciéndose de sí mismo. 5.9 El jefe de la sala 3 del ala izquierda Un brutal y cruel tirano que mantiene al resto de ciegos del manicomio a su despiadada merced a punta de pistola. Los priva de comida y de provisiones. Sólo pueden hacerse con ellas a cambio de, primero, objetos de valor y más tarde, mujeres. Después de que una de esas mujeres es viciosamente asesinada, la mujer del médico quiebra definitivamente y lo asesina con unas tijeras. Su muerte desata una guerra que provoca el incendio y derrumbe del manicomio. 5.10 Los soldados Militares que aún no se han infectado con el mal blanco y que tienen el deber de vigilar el manicomio. Sus órdenes son claras y concisas: nadie se acerca, nadie sale. Cualquier muestra de desobediencia acaba en tragedia: “Sabían lo que había dicho en el cuartel aquella misma mañana el comandante del regimiento, que el problema de los ciegos podría resolverse a través de la liquidación física de todos ellos, los habidos y los por haber, sin contemplaciones falsamente humanitarias”.7 “Contemplaciones falsamente humanitarias”; ¡Qué frase tan estremecedora! 7 SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página 124 11 Los soldados nos muestran aquellos aspectos humanos que surgen en situaciones extremas, que nos llevan al pánico cuando nos sentirnos peligrosamente atacados y a las crueldades que somos capaces de cometer por salvarnos: “Vamos, dijo la mujer, no hay nada que hacer, los soldados no tienen la culpa, están llenos de miedo y obedecen órdenes, No quiero creer que esté ocurriendo esto, va contra toda regla de humanidad, Mejor es que lo creas, porque nunca te has encontrado ante una verdad tan evidente”.8 “Los soldados sentían ganas de apuntar las armas y descargarlas deliberadamente”.9 6. Estilo, lenguaje, recursos literarios “Ensayo sobre la ceguera” es una obra escrita con oraciones largas y poco puntuadas. Sus frases llegan a ser hasta de media página y en ocasiones de más. La falta de comillas marcando los diálogos nos dificulta el identificar al personaje que en ese momento está hablando o pensando. Como ya se ha mencionado en el apartado de los personajes, éstos son sólo mencionados por denominaciones descriptivas, como “la mujer del médico”, “el ladrón de coches”, o “la joven de las gafas oscuras”. Parece que Saramago utiliza el análisis satírico cuando en vista de la ceguera que sus personajes enfrentan, algunos de ellos son descritos como “el niño estrábico”. De la misma manera, es irónico el hecho de que el médico sea de entre todas las especialidades médicas, un oculista. La ciudad en la que los hechos ocurren, así como el país, no son nombrados. De todas formas, existen en la obra unos identificadores sociales y culturales definidos, como la presencia de tecnología que nos apunta, inconfundiblemente, a mirar a partir de la década de los 90. Por un lado, está el hecho de no saber a ciencia cierta ni el lugar ni la fecha en los que la narración transcurre. Por otro lado, nos encontramos con que los personajes pierden la noción del tiempo, de los días, semanas y meses, hecho que le da a la obra un aire de atemporalidad muy marcado. 8 SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página 80 9 SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página 123 12 El lenguaje que utiliza José Saramago en “Ensayo sobre la ceguera” es muy rico en descripciones de los paisajes, de los objetos y del mundo que rodea la trama. Estas descripciones le dan un sentido más profundo a la trama, parece que con sus descriptivas narraciones traspasa las páginas y le ofrece al lector imágenes y sensaciones; llegas a oler la suciedad putrefacta en la que los ciegos viven diariamente: “los primeros ciegos traídos a esta cuarentena fueron capaces, con mayor o menor consciencia, de llevar con dignidad la cruz de la naturaleza eminentemente escatológica del ser humano. Pero ahora… ninguna imaginación, por fértil y creadora que sea en comparaciones, imágenes y metáforas, podría describir con propiedad el tendal de porquería que por aquí hay… la falta de respeto de unos o la súbita urgencia de otros que, en poquísimo tiempo, convirtieron los corredores y otros lugares de paso en retretes”.10 Incluso va más lejos; esa suciedad son los ciegos mismos que defecan en cualquier lugar sin poder limpiarse después, se llenan de suciedad al caminar, incluso hacen el amor entre aquella mierda. Nos da a entender que los personajes son esa suciedad; ellos la crean y viven en ella, son el producto expulsado que ha defecado la sociedad que ellos mismos han creado: “no creas que la ceguera nos ha hecho mejores, Tampoco nos ha hecho peores, Vamos camino de serlo”.11 El lenguaje de esta obra, más que comunicar, parece que grita en silencio la existencia de un trasfondo en nuestra sociedad igual de sucio. La estructura de su prosa es peculiar, inicialmente cuesta adaptarse a su estilo ya que casi no tiene párrafos y los diálogos son narrados todos seguidos, separados por comas y sólo distinguiéndose porque empieza con mayúsculas. Se trata de una obra de riquísima calidad literaria con una gran fuerza expresiva. 10 SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página 158 11 SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página 159 13 7. Análisis antropológico y axiológico Se dice que el hombre es hombre porque se ha dado cuenta de ello. Nadie le enseña su humanidad, él la descubre, la siente, la palpa, la experimenta y la razona. Por eso también se dice que el hombre es el único ser racional. Sí, racional, aunque haya a lo largo de la historia de esta humanidad racional, muchas pruebas que ponen en duda esa dicha racionalidad. El hombre no es hombre como tal sin los demás, por ello descubre su humanidad en la medida que puede verse reflejado en ellos. Se trata de una relación asociada y recíproca con aquéllos que al fin y al cabo son igual que él, aunque todos en distintos niveles de conciencia ya que muchos parecen vivir hasta el último de sus días sin haberse dado cuenta que han sido algo más que simples seres en movimiento. Ensayo sobre la ceguera plasma esta relación del hombre con sus semejantes desde una lente desgarrante. El hombre destapa su humanidad con la ceguera, comprende su animalidad activa, su bestialidad feroz. Se da cuenta de hasta qué punto es capaz de llegar. Descubre todo aquello que parecía no existir, algo que está oculto en todos nosotros, algo que reprimimos en sociedad. Nos dejamos llevar por nuestra cultura y lo que en ella se establece y a veces olvidamos nuestra individualidad adoptando una identidad casi amorfa. ¿Es la sociedad la que corrompe al hombre o es al contrario? José Saramago nos presenta un inquietante lienzo literario en el que los ciegos se reflejan entre sí y captan el abismo en el que han caído empujándose unos a otros. Esto los lleva, primero, a “mirar” sin ojos al de enfrente, aquél que es su propio reflejo, y “ver” sin vista el horror en él. Segundo, “mirarse” a sí mismos como si no se conocieran de la manera más profunda que existe, a través del alma, y finalmente compadecerse. Por lo tanto el que lee esta obra debe hacerlo de forma introspectiva porque no hay más ciego que el que no quiere ver. La ceguera blanca nos llama a reflexionar sobre estos ciegos que son nuestro propio reflejo metafórico, porqué nosotros también estamos ciegos en cierta manera; ¿Estamos ciegos por tantas cosas que hemos visto y vemos que hemos perdido la razón. O nunca la hemos poseído?: “El miedo ciega, dijo 14 la chica de las gafas oscuras, Son palabras ciertas, ya éramos ciegos en el momento en que perdimos la vista, el miedo nos cegó, el miedo nos mantendrá ciegos”.12 El presente relato nos acompaña a través de un mundo hipotético pero con aspectos muy reales que sacan a relucir lo peor del hombre, un ser descrito en muchas ocasiones como un animal indigente de carencias. Esta indigencia lleva a descender a lo más profundo de la conciencia humana para descubrirla en su máximo esplendor, llena de contradicciones y recovecos. Se trata de un peregrinaje a las profundidades del propio yo como necesidad para encontrarse a uno mismo ya que es dentro de uno mismo donde encontramos el origen de todos nuestros bienes y de todos nuestros males. Somos conscientes de las atrocidades de las que es capaz el hombre, pero también somos conscientes de su benevolencia y altruismo, por lo que no debemos olvidar que: “Yo soy el que quiero y el que no quiero, el que busco, el que consiento. Mi corazón es el centro de la controversia y disputa que hay en mí… En lo más hondo e íntimo de mí mismo está Dios, trascendimiento hacia la realidad suprema en la que se encuentra la verdad, el amor y la belleza… Pero resulta también que ese yo interior está impedido y atraído por la realidad que le rodea y que anhela poseer… Este desdoblamiento del yo interior hace aflorar al hombre concupiscente o libidinoso. Son las tres concupiscencias de dominar, de ver y de sentir”.13 8. Modelo de amor presente en Ensayo Sobre la Ceguera Esta novela es dramática, terrorífica, frenética, realista, ficticia y surrealista pero no es romántica. En muy pocas ocasiones se hace referencia de forma explícita al amor. En una ocasión presenciamos en la obra el acto sexual a ciegas entre dos enamorados, y en un par de ocasiones el acto sexual frío, casi animal. Pero vale la pena trascender al horror y estremecimiento de sus páginas y descubrir que hay personajes que muestran la capacidad tan hermosa y trascendente del amor. No vamos a detenernos en pequeñas señales que entre tanto caos y dolor pueden confundirse por amor, por lo 12 SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página 156 13 SAN AGUSTÍN (2009) Confesiones, Madrid, Alianza Editorial, S.A. Páginas 12 y 13 15 que el amor del que aquí hablamos no se tratará de un amor hedonista “en el que el valor más importante en la vida del hombre es el placer y, por consiguiente, su aspiración fundamental es acumular a lo largo de su vida el máximo de éste posible, al mismo tiempo que se evita a toda costa el dolor.”14 Tampoco se tratará del tipo de amor romántico, “relación basada exclusivamente en la dimensión afectiva que, por consiguiente, no valora suficientemente la importancia de la razón, indispensable para construir una relación duradera”.15 Por lo tanto, ninguno de ambos nos sirven como referencia de peso en este relato; El amor que deja huella en esta historia es de tipo oblativo o de entrega: “consiste en considerar el bien del otro tan real y tan importante como el suyo propio. Es un amor incondicional, que busca el bien de la otra persona de una manera desinteresada.”16 Este amor de entrega es representado por “la mujer del médico”. Hablamos aquí de una mujer que finge su propia ceguera por estar junto a la persona que ama y cuidar de ella. Una mujer que a pesar de las atrocidades y de saber que el hecho de estar en contacto directo con los infectados acabará por cegarla, nunca lo abandona. Una mujer que presencia en directo la infidelidad de su esposo con “la chica de las gafas oscuras” en su reclusión en el manicomio y, a pesar del dolor, nunca les guarda rencor sino todo lo contrario, los perdona y los protege. Una mujer cuyo sacrificio va más allá de su esposo y se sacrifica por el bien de todos los demás incluso rozando el límite de la desesperación. Hablamos aquí de una mujer ejemplar. En cierto modo, algunos de los personajes dan muestra de este tipo de amor profundo y elevado, es el caso de “la chica de las gafas oscuras” y “el niño estrábico”. Ésta, sin ser su madre y sin que nadie se lo pida, casi instintivamente, cuida del niño como si fuera suyo propio. Al final de la obra, después del horror vivido, después del peregrinaje errante y de conocer sus almas lo peor del hombre, se da en el grupo de personajes una metánoia irrevocable y hermosa que los lleva a todos a amarse entre ellos y a sí mismos de forma trascendente. 14 KAZMIERCZACK, MARCIN (2009) El amor en la literatura, Barcelona, Universitat Abat Oliba CEU, Página 13 15 KAZMIERCZACK, MARCIN (2009) El amor en la literatura, Barcelona, Universitat Abat Oliba CEU, Página 19 16 KAZMIERCZACK, MARCIN (2009) El amor en la literatura, Barcelona, Universitat Abat Oliba CEU, Página 29 16 Conclusión Ensayo sobre la ceguera habla de una historia sencilla: una inexplicable ceguera ataca a una ciudad por un tiempo determinado y luego desaparece con la misma sorpresa con la que llegó. La exquisitez de su relato se basa en el desarrollo de las situaciones humanas y de las magistrales escenas visuales plasmadas al detalle por este novelista al que personalmente considero un maestro literario. Pone a prueba a la humanidad y a nuestras conciencias; el primitivo y en ocasiones destructivo instinto de supervivencia que aflora en nuestro interior; la maldad y el egoísmo nos dibujan de forma perfecta a ese pequeño egocéntrico narcisista que todos, unos más y otros menos, llevamos dentro, y que en ocasiones lidera nuestras vidas. Las páginas de esta novela nos ponen en conflicto con nosotros mismos, con nuestros principios y nuestros valores: “de esa manera estamos hechos, mitad indiferencia y mitad ruindad.” 17 Muchos pueden llegar a catalogar esta obra como morbosa, grotesca o sucia por todas sus descripciones y detalles, pero en mi opinión, lo que hace es sencillamente describir una realidad metafórica, que se puede descubrir con más o menos estilo, y que contiene aspectos ciertos y reales de la naturaleza humana. Saramago nos introduce de pleno en la situación haciendo muestra de la condición del hombre en su más cruda expresión, pero siempre de la mano de ese amor benevolente, de esa mujer sacrificada que nos recuerda que, realmente, nuestra naturaleza está dirigida al bien, a la verdad y al amor, pero, indigentes de nosotros, perdemos el camino a menudo. José Saramago nos lanza una alegoría escrita que en los tiempos que corren induce a preguntarse hasta qué punto estamos todos ciegos, y aún peor: ¿nos hemos acostumbrado a nuestra ceguera? Catastrófica y realista, negativa y consciente, pesimista, apocalíptica y terriblemente descriptiva. Una obra que interpreto como una búsqueda de sentido en un futuro siempre incierto empujado por nosotros, los seres racionales, más inciertos aún si cabe 17 SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L, Página 46 17 que el propio futuro. Me ha conmocionado, impactado, horrorizado, preocupado y emocionado. Ensayo sobre la ceguera me ha obligado a parar, cerrar los ojos y ver. 18 Bibliografía 1. FUENTES PRIMARIAS SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L, 2. FUENTES SECUNDARIAS 2.1 LIBROS KAZMIERCZACK, MARCIN (2009) El amor en la literatura, Barcelona, Universitat Abat Oliba CEU, MARTÍNEZ, JORGE (2008) Los antifaces de Dory, Barcelona, Ediciones Scire SAN AGUSTÍN (2009) Confesiones, Madrid, Alianza Editorial, S.A. 2.2 PÁGINAS WEB Artehistoria El Barroco http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/1849.htm José Saramago http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Saramago Movimientos literarios http://espaciolibros.com/movimientos-literarios/ El Romanticismo http://www.sispain.org/spanish/language/romantic.html Thomas Hobbes, Leviatán http://www.dialogica.com.ar/unr/epicom/2009/10/thomas-hobbes- leviatan.html Ensayo sobre la ceguera http://es.shvoong.com/books/novel/1870168-ensayo-sobre-la-ceguera/ Ensayo sobre la ceguera http://www.fisterra.com/human/1libros/ficcion/ensayo_ceguera.asp Ensayo sobre la ceguera, Perspectiva abstracta http://es.shvoong.com/books/501377-ensayosobre-la-ceguera-la/ 19