La Serena, diez de enero de dos mil trece. VISTOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que, ha comparecido don Alfredo Joel Heredia, funcionario público, en su calidad de Inspector Provincial del Trabajo de Coquimbo, ambos con domicilio en calle Melgarejo N° 980, tercer piso, comuna de Coquimbo y deduce denuncia por prácticas antisindicales en contra del centro de Diálisis Obregón Subiabre y Morales Ltda., representado por Miguel Morales Cubillos, ambos domiciliados en Lincoyán N° 81, Coquimbo. Expresa el denunciante que el día 17 de mayo de 2012 la directiva del Sindicato de Empresa Centro de Diálisis Obregón, Subiabre y Morales denunció ante la Inspección del Trabajo conductas constitutivas de prácticas antisindicales consistentes en despidos y solicitudes de desafuero de trabajadores sindicalizados, hostigamientos, amenazas y entrega de beneficios a los trabajadores que no pertenecen al Sindicato. Que la fiscalización estuvo a cargo de don Jorge Valenzuela Galleguillos quien habría constatado que la organización sindical denunciante se constituyó con 21 socios el día 28 de noviembre de 2011 y que el 13 de enero de 2012 se presentó un proyecto de contrato colectivo que contemplaba una nómina de 27 socios. Añade que con anterioridad a la formación del Sindicato, durante los años 2011 y 2012, sólo aparece un trabajador desvinculado, pero luego de ello fueron separados 8 trabajadores, siete de ellos miembros del sindicato, de los cuales se registran 4 despidos por necesidades de la empresa, 3 renuncias y un mutuo acuerdo. Que con posterioridad al inicio de la negociación colectiva se interpusieron por la denunciada siete demandas de desafuero en contra de socios del sindicato y que además, durante el período 2011-2012, se registraron 16 anotaciones negativas para los trabajadores, 14 de ellas después de la constitución del sindicato y sólo una afectó a un trabajador no sindicalizado. Se hace presente que al momento de la fiscalización habían 11 trabajadores con licencia médica y siete de los afectados pertenecían al sindicato, con un 87.5 % de licencias por trastornos psiquiátricos. Se informa también en la denuncia que la demandada ha negado cualquier acto de hostigamiento, justificando las medidas en un proceso de ajuste a las normas que la Superintendencia de Salud Pública ha establecido para los centros de diálisis, agregando que los socios del sindicato han incurrido en diversos incumplimientos de funciones y protocolos de atención. Así las cosas, la instancia fiscalizadora hace presente que la denunciada ha contribuido a empequeñecer la organización sindical alterando su quórum en forma paulatina hasta llegar a 16 socios y estando pendientes las demandas de desafuero. Solicitan que se declare que la denunciada ha incurrido en prácticas lesivas a la libertad sindical y se le condene al pago de una multa de 150 UTM. SEGUNDO: Que, se hizo parte en la denuncia interpuesta por la Inspección del Trabajo, el Sindicato de la empresa Centro de Diálisis Obregón Subiabre y Morales Limitada compartiendo todos los argumentos de la denuncia de autos y haciendo presente que luego de la denuncia han continuada las prácticas atentatorias a la libertad sindical. TERCERO: Que, por su parte, la denunciada opuso excepción de caducidad y en subsidio ha negado ser partícipe o provocar acciones constitutivas de prácticas antisindicales, añadiendo que todas las decisiones de la empresa han sido racionales, moderadas y amparadas en las facultades de administración y dirección que posee el empresario, que precisaba elevar los estándares de gestión con posibilidades de participar en las licitaciones del Estado. CUARTO: Que, desechada la excepción de caducidad, se establecieron como hechos materia de la controversia, los siguientes: 1.- Causales invocadas para el despido de los siguientes trabajadores: Dagoberto Gallardo Cortés; Camila Figueroa Robledo; Ximena Dubó Alfaro: Melissa Ayala Farías; Paz Nicole Urbina Frigerio; Cesar Suarez; y Jeannette Martínez y la efectividad de que los trabajadores incurrieron en las causales invocadas. 2.- Causales para solicitar el desafuero de los siguientes trabajadores: Consuelo Rodríguez; Marcela Vera; Claudia Gallardo; Noemí Palacios; Joselyn Leiva, Sandra López y Daniela Díaz, y si esos trabajadores incurrieron en las conductas que se invocaron para la solicitud respectiva. 3.- Razones y procedimientos para aplicar las anotaciones negativas de los trabajadores Dagoberto Gallardo; Ximena Dubó; Paz Urbina; Melissa Ayala; Daniela Díaz; Alexis Vargas; Mauricio Marambio; Daniela Contreras, Consuelo González; Carmen Pizarro; Nicole Urra y Silvia González, en el período comprendido entre el 1 de enero del año 2009 y el 25 de junio del año 2012 4.- Término de contratos de Trabajos ocurridos en el período comprendido entre el 1 de enero del año 2009 y el 25 de junio del año 2012, causales de término, en su caso, y calidad de los trabajadores respecto al sindicato de la empresa. 5.- Número de trabajadores con licencia médica en el período antes indicado y cuántos de ellos corresponden a socios del sindicato. 6.- Nómina de socios del sindicato al momento de su constitución, al momento de la intervención de la Inspección del Trabajo y número total de trabajadores de la empresa en el mismo período. QUINTO: Que, a la luz de la interlocutoria de prueba, la denunciante se ha valido de los siguientes elementos de convicción: I.-Documental, consistente en: 1.- Copia de Ingreso de fiscalización Nº 0404.2012.564 de fecha 17 de mayo del 2012, incluyendo relación escrita de los hechos denunciados. 2.- Copia de Informe de fiscalización Nº 0404.2012.564 de fecha 14 de junio del año 2012 (30 hojas), que incluye carátula e informe de exposición, firmado por el fiscalizador Jorge Valenzuela Galleguillos. 3.- Copia de Actas de mediación de fechas 21 de junio del año 2012 y 28 de junio del año 2012 4.- Copia de acta de constitución del Sindicato de Empresa Centro de Diálisis Obregón Subiabre y Morales Ltda., de fecha 28 noviembre del año 2011, incluyendo nómina de socios constituyentes. 5.-Copia de proyecto de contrato colectivo de fecha 13 de enero del 2012 la cual incluye: nota de depósito ante la IPT La Serena, carta conductora a la empresa, proyecto de contrato colectivo propiamente tal el cual incluye anexo Nº 1 con la nómina de los trabajadores integrantes de la negociación. 6.- Nota de depósito de contrato colectivo de trabajo entre las partes presentado por la empresa ante la IPT La Serena con fecha 10 de abril del 2012 y copia de contrato colectivo de fecha 09 de abril del 2012. 7.- Copias de aviso de término de contrato de los siguientes trabajadores: A. Dagoberto Gallardo Cortés, de fecha 10 de mayo del .2012, causal necesidades de la empresa B. Camila Figueroa Robledo, de fecha 10 de mayo del 2012, causal necesidades de la empresa C. Ximena Dubó Alfaro, de fecha 30 de diciembre del 2011, causal necesidades de la empresa D. Melissa Ayala Farías, de fecha 22 de mayo del 2012, causal necesidades de la empresa E. Paz Nicole Urbina Frigerio, de fecha 06 de enero del 2012, causal necesidades de la empresa F. Paz Nicole Urbina Frigerio, de fecha 06 de enero del 2012, causal mutuo acuerdo de las partes. 8.- Copia de Carta de renuncia de Macarena Salazar Camus, de fecha 29 de junio del 2012. 9.- Cartas de renuncia al sindicato de los siguientes trabajadores A. Nélida Rojo Aguilera de fecha 27 de marzo del 2012 recepcionada el día 30 de marzo del 2012. B. Lilean General, sin fecha C. Mauricio Marambio Canto, de fecha 31 de enero del 2012 D. Alexis Vargas Castillo, de fecha 06 de enero del 2012 10.- Informe de evaluación psicológica de Sra. Claudia Gallardo Carvajal de fecha 11 de junio del 2012 emitido por Don Rodrigo Silva Zepeda, psicólogo. 11.- Informe médico de fecha 16 de agosto del 2012 referido a la Sra. Claudia Gallardo Carvajal emitido por el médico siquiatra, Dr. José González Urzúa. 12.- Informe médico de fecha 16 de agosto del 2012 referido a la Sra. Consuelo González Rodríguez emitido por el médico siquiatra, Dr. José González Urzúa. 13.- Formulario de constancia información al paciente GES referido a la Sra. Daniela Alejandra Contreras Cortés, de fecha 25 de mayo del 2012 firmado por don Robert Rojas Mery en representación de Integramédica Centros Médicos S.A. 14.- Informe médico de fecha 23 de septiembre del 2012 referido a la Sra. Daniela Díaz Díaz, emitido por el médico psiquiatra Dr. Pablo Ferrer Pefaur 15.- Informe médico de fecha 28 de septiembre de 2012 referido a la Sra. Noemí Palacios, emitido por el médico psiquiatra Dr. Pablo Ferrer Pefaur 16.- Informe médico de fecha 28 de septiembre de 2012 referido a la Sra. Marcela Vera Castillo, emitido por el médico psiquiatra Dr. Pablo Ferrer Pefaur 17.- Informe médico de fecha 28 de septiembre de 2012 referido a la Sra. Josimer Pacheco González, emitido por el médico psiquiatra Dr. Pablo Ferrer Pefaur 18.- Libro de socios del Sindicato de Empresa Centro de Diálisis Obregón Subiabre y Morales Ltda. II.-Confesional: Compareció el representante legal de la denunciada, don Miguel Morales Torres quien manifestó que no sabe cuántas desvinculaciones ha habido en los últimos doce meses, y que se han despedido trabajadores sindicalizados. Sabe que ha disminuido el número de los trabajadores del sindicato, está bastante alejado del sindicato porque está a cargo de la dirección técnica. Se han solicitado desafueros por acciones negligentes de las personas, descuidos e incluso premeditación y en ese grupo hay personas sindicalizadas. Sabe que se han llegado a acuerdos en varias de ellas. Y se les ha pagado lo que corresponde a las indemnizaciones. Que sabe que ha habido causales de despido por no ser compatibles con el cargo, también hay renuncias voluntarias y otros que se han ido por mutuo acuerdo. Que las anotaciones negativas están desde que partió la clínica pero ahora hay un cambio por la acreditación de calidad y eso implica cambios de procedimiento. Antes estaba el libro de reclamos y ahora hay buzones para los usuarios. Si ocurre un evento negativo es la enfermera jefa la que describe la situación y hay reuniones técnicas los martes donde se presenta el caso y puede haber una amonestación verbal o escrita. En esta comisión están los nefrólogos tratantes, enfermera coordinadora y enfermera jefe. Hay un promedio de 8 o 10 de anotaciones al año. En el último período las anotaciones han estado orientadas a trabajadores del sindicato porque han incurrido en situaciones complejas para los pacientes y requirieron amonestación. Se explica la baja en el número de trabajadores del sindicato porque hubo una concertación de los trabajadores para disminuir su trabajo, actitud cuestionable de hacer participar a los pacientes, ellos dijeron que era una medida de presión, dejaron de hacer montones de actividades con daño para los pacientes, por ejemplo dejaron de entregar la información al siguiente turno y esto ocurre desde el período de la negociación. Ellos querían que en la negociación fuera con los dueños y la hizo un abogado. Siguen con una actitud cuestionable. No están motivados. No hay acogida para los pacientes. Siempre hay licencias médicas pero no conoce el detalle y el número. Pero en el último tiempo hay un número impresionante de licencias psiquiátricas del personal sindicalizado. Hubo una especie de sicosis, cree que hubo un agotamiento por estar negociando y además en un trabajo exigente. Se imagina que se estresaron y no quiere pensar otra cosa. III.-Testimonial: Comparecieron a estrados Soledad Díaz Jorquera, Consuelo González Rodríguez, Nicole Urra Ángel y Josimer Pacheco González: a) Soledad Díaz Jorquera indica que es enfermera y trabaja para la demandada desde hace tres años. Pertenece al Sindicato desde que se formó, en el inicio eran 29 y no hubo ningún cambio en el trato pero a medida que pasó el tiempo el clima en la empresa se fue poniendo muy tenso con las jefaturas. Había miedo porque comenzaron los despidos. Los despidos comenzaron después de constituido el sindicato. Hubo socios que manifestaron que se retiraban del sindicato porque tenían miedo a ser despedidos y eso fue antes del proceso de negociación colectiva. Durante la negociación hubo mínimas medidas de presión que la empresa no vio de buena manera y todo se llevó por medio de mesa negociadora. Ellos, los trabajadores, decidieron no entrega de turnos de forma oral pero el resto estaba ok. También pusieron globos y cintas negras en la sala de diálisis lo que gatilló el cierre de las negociaciones. Los pacientes apoyaban al sindicato y así se lo manifestaban porque tienen muy buena relación con ellos porque los ven al menos tres veces a la semana. A los pacientes se les siguió entregando la misma calidad de tratamientos. Todavía hay problemas que no se solucionan y no les están dando los días administrativos y dicen que es por falta de personal. Por los juicios de desafuero siempre había temor a equivocarse porque los podían despedir. Ella, la testigo, está actualmente con licencia por estrés laboral por el clima que hay en la empresa. Hay colegas nuevos que son negligentes en su desempeño y entonces hay que asumir una sobrecarga en las labores. Actualmente hay cinco socios en el sindicato. En el caso de Sandra López se les llevó a juicio de desafuero por un cambio de capilar en un paciente, es decir, un ducto que forma parte del sistema para dializar a un paciente. En lugar de dializar al paciente con su ducto se hizo con otro, de otro paciente. Pero no puede afirmar que en el ducto haya habido residuos de sangre porque se limpian. Pero cada ducto es de uso individual de cada paciente porque el paciente puede hacer una reacción adversa del paciente. En el caso de Marcela Vera es básicamente lo mismo porque era la encargada de montar el capilar y la otra de usar el capilar pero no recuerda de qué paciente. Eso ya había ocurrido varias veces y a ella misma le pasó y sólo hubo una amonestación; b) Consuelo González Rodríguez señala ser enfermera y haber trabajado para la denunciada como enfermera clínica y era Presidenta del Sindicato desde que se constituyó el 28 de noviembre de 2011 y partieron con 21 socios y luego fueron 29. Luego hubo renuncias, cuatro. Y eso fue entre enero y febrero del 2012 y también despidos desde diciembre del 2012. Mientras ella fue Presidenta llegaron a ser siete socios. La variación tiene que ver con el miedo a pertenecer al sindicato y perder el trabajo y luego hubo despidos por necesidades de la empresa por no cumplir el perfil, luego vinieron desafueros y renuncias por mala calidad del ambiente laboral. Ella tuvo una licencia médica por depresión. No entendían las razones de los despidos si ellos eran un muy buen equipo de trabajo y la empresa los castigaba con un perfil que nunca conocieron y luego los desafueros los hizo sentir que se castigaba por errores que antes nunca habían motivado un despido y muchos otros trabajadores tuvieron licencia médica por depresión. Eran como seis personas con licencia y todos eran socios del sindicato; c) Nicol Urra Ángel manifiesta trabajar para denunciada pero está con licencia médica. Es socia del sindicato desde que constituyó. Eran 29 y luego de un par de meses cuatro renunciaron y escuchó que era por razones económicas en el caso de una y los otros por miedo o por no meterse en problemas porque habían escuchado que los sindicatos eran conflictivos. Ahora son sólo cinco socios. El resto fue despedido, hubo desafueros o renuncias. De los que quedan una está con postnatal, un auxiliar de servicios que se mantiene un tanto al margen y las otras tres están con licencia por estrés laboral. Están con pena porque todo lo que querían era obtener mejoras laborales y se tomaron mal y muchos se han ido y ellos tienen miedo por la inestabilidad. Hay rumores de que los despedirán a todos; y d) Josimer Pacheco González indica que trabaja para la demandada y está actualmente con licencia médica. Trabaja como enfermera desde hace más de cinco años. Es socia del sindicato. Comenzaron 27 socios y el número ha disminuido por despidos después de las negociaciones, también desafueros y ahora son cuatro, cree. Actualmente y desde mayo o abril, las relaciones con la empresa cambiaron desde el saludo. La gente no sindicalizada hace comentarios de que los van a despedir. Su licencia es por estrés laboral a raíz de la presión, son pocas las que quedan. Hay errores que si alguien no sindicalizado los cometen no pasa nada más que una amonestación. IV.-Otras pruebas: la denunciante solicitó tener a la vista las causas 0-81-12, 0-8212, 0-83-12, 0-119-12, 0-168-12, 0-171-12 y 0-183-12, todas de este Tribunal, y se accedió en cuanto a tener presente la fecha de presentación de la demanda, de notificación y forma de término. SEXTO: Que, por su parte, el tercero coadyuvante aportó las siguientes pruebas: I.-Testimonial: Comparecieron Daniela Contreras Cortés y Jazmín Arsiniegas Ortega: a) la primera testigo manifiesta ser enfermera y que trabajó para la demandada hasta 4 de diciembre de 2012, terminando la relación laboral por inasistencias. Ella era socia del Sindicato. Partieron con 29 socios. Hubo múltiples despidos desde que se formó el sindicato desde que se formó. También desafueros. Las relaciones del sindicato con la empresa eran malas. Los días administrativos se les tramitan a los socios del sindicato pero a los no sindicalizados les dan sus días libres. Todo el mal clima afectó la salud de los trabajadores y hubo muchas licencias médicas por depresión, y b)-Jazmine Arciniegas Ortega manifiesta que es enfermera y trabajó para la demandada hasta el 24 de septiembre de 2012. Era socia del sindicato y eran 29 personas y cuando ella se fue había como ocho personas. Hubo una cadena de despidos masivos por falta de perfil, por requerimiento de la empresa. Ella fue despedida por re adjudicación de costos pero el finiquito decía necesidades de la empresa. Sandra fue despedida por una falta a los protocolos pero después otra persona que no era del sindicato cometió el mismo error y no le pasó nada. Después del sindicato todo cambió. Estaban reprimidos y eso causó patologías que requirieron tratamiento, el ambiente era tenso en la empresa, hubo licencias por depresiones. II.-Otras pruebas: Solicitó que la denunciada exhibiera las cartas de despido y los finiquitos de César Suárez y Jeanette Martínez, además del registro de licencias médicas de los trabajadores durante el año 2012, diligencias que fueron cumplidas por la denunciada. SÉPTIMO: Que, finalmente, la denunciada incorporó al juicio las siguientes pruebas: I.-Documental, consistente en: 1.- Finiquito de 11 de marzo del año 2012 ratificado por el trabajador Dagoberto Gallardo ante el ministro de fe y carta de despido de 10 de mayo del año 2012. 2.- Finiquito de 10 de mayo del año 2012 ratificado por la trabajadora Camila Figueroa ante el ministro de fe y carta de despido de 10 de mayo del año 2012. 3.- Finiquito de trabajo de las siguientes personas: Gladys Rojas Alfaro; Cesar Suarez Moreno; Jeannette Martínez Romero; Luisa Rojas Leiva; Ximena Dubó Alfaro; Cecilia Castillo, prácticamente ilegible, María Angélica Rueda Matallana; Melissa Jeannette Villanueva Olivares; Isabel Cristina Corea Álvarez; Laura Catarina Rangel Rivera; Silvana Claudia Pizarro Segovia; Paola Elizabeth Vega Escobar; Yarela Alejandra Gaete Durán; Marcela Alejandra Miles Penquis; Nilda Estrella Contreras Rivera; Paola Jacqueline Barraza Antiquera; Dorka Faride González Camus; y Claudia Gallardo Carvajal. 4.- Copia de las constancias de amonestaciones vía mail a la Inspección del Trabajo de Gladys Rojas, Mauricio Marambio; Dagoberto Gallardo; Lorena Sierra; Angélica Cid; Ximena Dubó; Daniela Vega; Gladys Rojas; Wilda Contreras; Dagoberto Gallardo; Sandra López. 5.- Copia de las constancias de amonestaciones a la Inspección del Trabajo de Carmen Gloria Pizarro, Dorka González, Carolina Cortés, Mauricio Marambio de 6 de julio del año 2009, Mauricio Marambio de 16 de octubre del 2009, Lorena Sierra, Claudia Gallardo, Silvana Pizarro, Claudia Gallardo del 10 de noviembre del año 2009, Silvana Pizarro del 16 de octubre del 2009, Margarita Iglesias del 12 de octubre del año 2010, Roxana Henríquez del 3 de mayo del 2010, Nérida Rojos del 3 de mayo del 2010, Lilian General del 26 de abril de 2010 y Mauricio Marambio del 4 de octubre. 6.- Informe médico en relación a la paciente Doly Guerra Monroy suscrita por Dori Subiabre, médico nefrólogo. 7.- Ficha clínica de la paciente Doly Guerra. 8.- Informe manuscrito de la señora Consuelo González, sin fecha. 9.- Un segundo informe de investigación interna en relación a la paciente Fresia León, suscrito por la Dra., médico tratante Nefróloga del Hospital de Coquimbo. 10.- Un Informe médico de director técnico de Osmodial, sin fecha. 11.- La ficha clínica de la paciente Fresia León. 12. Un protocolo de identificación de pacientes del que sólo se incorpora la parte a la que se da lectura, 13.- Formulario de reclamos de fecha veinticuatro de febrero del 2012, sólo el formulario, no su contenido. 14.- Una nómina con asistencia del 11 de julio del año 2011, con su documentación anexa en cuanto a funcionarios y fecha de asistencia al curso. II.-Testimonial: Comparecieron Anegret Gómez Aguirre, Pamela Suazo Pacheco, María Victoria Torrejón y Nélida Rojo Aguilera: a) Annegrett Gómez Aguirre indica que es gerente administrativo de la denunciada desde febrero del 2008. Ha habido despidos pero no sabe cuántos y eso es normal. Hay cambios de personal ya sea por razones personales de los trabajadores o porque son despedidos. En el caso de Gallardo había reclamos por maltratos y mal vocabulario con los pacientes. Paz Urbina fue por mutuo acuerdo. Melissa también tuvo cosas relacionadas con reclamos de pacientes de una cachetada a un paciente. Hubo desafueros también. En el caso de Noemí Palacios por no presentarse a trabajar desde el 30 de abril. Marcela Vera fue por una negligencia en el cambio de un capilar, eran dos personas las involucradas. Se instaló a un paciente un capilar equivocado y se le hizo la diálisis con un capilar de otra persona. Claudia Gallardo también fue por una negligencia con una paciente. Consuelo González fue por una negligencia con una punción de una fístula. Hay una alta rotación de personal, en promedio unos 10 o 12 al año. Las anotaciones están reguladas en el Reglamento Interno y es la jefatura directa la que lo solicita. Hay reuniones administrativas y técnicas y cuando corresponde al área técnica se presenta el caso, hay una investigación y se decide la anotación o amonestación. Y desde mucho antes de ella llegara a la empresa. Si la amonestación es del área administrativa es ella quien la entrega. Calcula que habrá unas 15 o 20 anuales. Participó en la negociación colectiva. Cuando se inició el Sindicato se les dio la bienvenida y después presentaron su proyecto y vinieron las mesas negociadores que partieron muy bien pero hubo un quiebre cuando los trabajadores incluyeron a los pacientes y un día encontraron bolsas negras, los pacientes con cintillos negros, y los trabajadores con camisetas negras. Se le preguntó a la directiva por qué hacían esto y dijeron que era una medida de presión y se les dijo que no podían mezclar a los pacientes, dejaron de hacer sus funciones, de llenar las fichas, los turnos. Y entonces la empresa les dijo que así no podían seguir negociando y entre los abogados comenzaron a comunicarse. Ellos les decían a los pacientes que no se dejaran atender por los funcionarios nuevos. Les decían a los pacientes que no concurran porque no habría personal para atenderlos. Llegó personal de refuerzo, desde otros lugares, calificado para el evento de que hubiera una huelga. Se votó la huelga pero se pidió mediación y el personal de fuera estuvo igual como una semana para dar tranquilidad a los pacientes. Y entraron a la mediación en la Inspección del Trabajo y se llegó a un acuerdo así que no hubo huelga. Sólo en la mediación supieron quiénes eran del sindicato, b) Pamela Suazo Pacheco señala ser enfermera con especialidad en nefrología. Es enfermera de diálisis y trabaja en la clínica Padre Hurtado en Cerrillos. Además trabaja en una empresa para la acreditación nacional en gestión de calidad y asesora empresas en esta materia. Conoce a la denunciada porque la demandada los contrató para asesoría en la clínica para acreditación. Participaron en los perfiles de los funcionarios. Hicieron un curso de inducción a todo el personal de diálisis y hubo reuniones mensuales con el estamento de enfermería. Se informaron los nuevos procedimientos. Se elaboraron perfiles con las competencias c) María Torrejón Arriagada afirma que es enfermera especialista en diálisis. Es enfermera jefa de un centro de diálisis de Santiago. Conoce a la denunciada porque la llamaron para cubrir turnos este año en abril y dijeron que había carencia de enfermeras y vino a cubrir un turno porque la mandaron desde su centro de diálisis. Cuando llegó se interiorizó del problema, que las enfermeras decidieron no hacer turnos por un problema con el sindicato. Decidieron dejar los turnos y no dializar. Conoció enfermeras pero no sabe si eran del sindicato. No tuvo inducción al sistema, tuvo que hacerlo sola. Se acuerda de Consuelo porque conversó con ella un par de veces. Algunas personas de la negociación las trataron en forma hostil pero no sabe los nombres. Una vez le dieron información errónea de un paciente y otra vez una auxiliar no cumplió una orden de un médico. Pero no sabe si las personas que incurrieron en estas conductas eran o no del sindicato, y d) Nélida Rojo Aguilera señala que es auxiliar paramédico y trabaja para la demandada desde hace doce años aproximadamente. Hay personas que ya no pertenecen a la empresa por faltas en que incurrieron. Ximena Dubó tenía malas relaciones con sus colegas y a veces no trataba bien a los pacientes. Marcela Saavedra igual tenía mal comportamiento y no trataba bien a los pacientes, era muy conflictiva. Hay un sistema de amonestaciones desde siempre y se sanciona la mala técnica por ejemplo en capilares. No se pueden cometer ciertos errores porque son sancionados. Una vez Melisa Ayala le pegó una cachetada a un paciente, ella no lo vio pero todo el mundo sabía. Ella estuvo en el sindicato pero pensó que se podían llegar a acuerdos mejores pero vio que no era así, y se involucró a los pacientes y eso a ella le desagradó y por eso renunció. III.-Otras pruebas: Solicitó tener a la vista las mismas causas ya mencionadas en el motivo quinto numeral IV.OCTAVO: Que, reseñadas las posiciones de los litigantes y expuestos sus medios de prueba, antes de entrar al fondo de la controversia, conviene recordar que las relaciones laborales son por esencia un terreno de intereses contrapuestos y ello es absolutamente normal. Por un lado, los trabajadores prestan servicios personales y pretenden legítimamente obtener el máximo de beneficios como contrapartida de esos servicios, siendo acreedores además a un trato digno y respetuoso de su condición de seres humanos. Y en el otro extremo, el empleador utiliza esos servicios personales, los remunera y persigue, también legítimamente, obtener la máxima utilidad para su empresa. No resulta necesario hacer análisis demasiado profundos para observar que a mayor beneficio de unos, menor es la ganancia de los otros, al menos desde un aspecto puramente económico. Y si a esto se le une el hecho indiscutible de que la propiedad de los medios de producción le pertenece a los empleadores, resulta claro que los trabajadores quedarán a merced de las fuerzas del mercado para transar el único capital del que disponen y que es justamente su fuerza de trabajo. Claramente la contienda entre ambos, empleadores y trabajadores, resulta entonces completamente desigual si frente a la organización productiva pretendemos situar, como si fueran iguales, al trabajador individualmente considerado y aislado de sus pares. No hay ninguna posibilidad de que aquel salga indemne de tal contraposición de intereses. Así las cosas, es la organización de los trabajadores en pos de objetivos comunes lo que mitigará el desequilibrio de fuerzas, disminuyendo los abusos y asegurando el respeto por la dignidad del trabajo como actividad creadora del ser humano en forma independiente de su solo su valor económico. Es en la organización colectiva donde, de forma más clara y sin temores, el trabajador se reconocerá a sí mismo como sujeto de derechos y legítimo acreedor de una estructura político social que garantice que los servicios personales que presta al empleador no sólo serán remunerados, sino que las condiciones en que esos servicios se materializan serán seguras y dignas. Por otra parte, la constitución de asociaciones de trabajadores, permitirá solucionar los conflictos que naturalmente surgen al interior de la empresa, de manera organizada, intentando equilibrar las expectativas de ambos colectivos: los que comprometen su fuerza laboral y los que la utilizan, contribuyendo así al desarrollo de una democracia fuerte que se sustente en la real participación de sus ciudadanos en la toma de decisiones, es decir, con un diálogo social firme y transparente. No hay posibilidad de alcanzar el pleno desarrollo si junto al incremento de riquezas no se aseguran también las condiciones para que esas riquezas tengan un reparto más justo e igualitario, y este objetivo sólo puede obtenerse en la medida que los trabajadores cuenten con el respaldo de asociaciones sólidas y responsables y el Estado provea instituciones y mecanismos que garanticen la libertad de estos colectivos de trabajadores. NOVENO: Que, justamente por la importancia que tienen las asociaciones de trabajadores en la conformación de democracias verdaderamente participativas donde el conflicto de intereses propio del contrato de trabajo se resuelva de buena manera, es que tanto en el Derecho Internacional como en la normativa interna, encontramos consagrado el derecho de asociación y la libertad sindical como garantías fundamentales. Y desde la misma Constitución de la OIT y la Declaración de Filadelfia se reconoce la libertad sindical como garantía de paz y justicia social. Y más específicamente el Convenio N° 87 sobre libertad sindical y protección del derecho de sindicación y el Convenio N° 98 relativo a la aplicación del derecho de sindicalización y negociación colectiva, ambos ratificados por Chile. Esta normativa se ve complementada por el Convenio N° 135 sobre protección y facilidades que han de otorgarse a los representantes de los trabajadores, Convenio 151 sobre protección del derecho de sindicación y procedimientos para determinar las condiciones de empleo en la Administración Pública, Convenio N° 141 sobre organizaciones rurales y N° 154 sobre promoción de la negociación colectiva. Como corolario agregamos la extensa jurisprudencia emanada del Comité de Libertad Sindical del Consejo y del Comité de Expertos en aplicación de Convenios y Recomendaciones de la OIT. De la misma manera, especial mención nos merece la Declaración relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo, de 1998, que destaca “… el crecimiento económico es esencial, pero no suficiente, para asegurar la equidad, el progreso social y la erradicación de la pobreza, lo que confirma la necesidad de que la OIT promueva políticas sociales sólidas, la justicia e instituciones democráticas”. Recordando a continuación el compromiso de todos los miembros, aun cuando no hayan ratificado los convenios, de buena fe y de conformidad a la Organización, de respetar, promover y hacer realidad, entre otros, el derecho a la libertad de asociación y libertad sindical.Y no sólo en instrumentos internacionales emanados de organismos especializados en la materia encontraremos diversas menciones y reconocimientos a la libertad de asociación y sindical sino que en muchos otros como La Declaración Universal de los Derecho del Hombre, el Pacto Internacional de Derecho Económicos, Sociales y Culturales, el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Derechos Humanos del Comité Europeo, por mencionar algunos. Finalmente, nuestra propia Carta Fundamental consagra, en el artículo 19 N° 19 el derecho a sindicarse en los casos y forma que señale la Ley, añadiendo luego que dicha Ley contemplará los mecanismos que aseguren la autonomía de estas organizaciones. DÉCIMO: Que, ahora bien, hechas estas precisiones básicas y en lo que nos convoca en la litis, recordaremos que la Inspección Provincial del Trabajo le imputa a la denunciada la comisión de hechos constitutivos de prácticas antisindicales, consistentes en despidos, solicitudes de desafuero, hostigamientos y presiones sobre los trabajadores sindicalizados. Que, al respecto cabe señalar que no hay discusión alguna sobre el hecho suficientemente establecido y según el cual el Sindicato de la empresa demandada se constituyó en noviembre de 2011 con 21 socios (según nómina de asamblea constituyente); que al momento de la presentación del contrato colectivo tenía 27 socios según documento incorporado en juicio y quedó finalmente reducido a 5 socios el día de la última audiencia de juicio, según testimonial de Soledad Díaz y Nicol Urra. Este es el dato duro de la Litis. En menos de un año el sindicato disminuyó en un 81.5 %. Y tal como le fue indicado al apoderado de la denunciada en audiencia preparatoria, esta dramática reducción de los miembros del Sindicato, en un corto período de tiempo y en general como consecuencia de despidos o derivado de procedimientos de desafuero según se verá a continuación, resulta de por sí un indicio muy fuerte de que efectivamente la denunciada incurrió en las prácticas antisindicales que se le reprochan y por ello, a la luz de lo dispuesto en el artículo 493 del Código del Trabajo, aplicable por expresa remisión del artículo 292 del mismo cuerpo legal citado, será la denunciada quien deba explicar los fundamentos de las medidas adoptadas (despidos y solicitudes de desafuero) y su proporcionalidad. UNDÉCIMO: Que, respecto a las desvinculaciones, despidos y solicitudes de desafuero que sirven de sustento a la denuncia, se puede establecer lo siguiente: 1.- Entre noviembre de 2011 (constitución del sindicato) y mayo del 2012 (denuncia por prácticas antisindicales) la denunciada despidió a 5 trabajadores, TODOS miembros del sindicato, según el siguiente detalle: a) Dagoberto Gallardo Cortes, socio, fue despedido por necesidades de la empresa el día 10 de mayo de 2012, sustentándose la causal de despido en el hecho de no cumplir con perfil para la función (carta de 10 de mayo y finiquito de 11 de mayo); b) Camila Figueroa Robledo, socia, fue despedida el 10 de mayo de 2012 por necesidades de la empresa basadas en no cumplir perfil, ser persona negativa, sin iniciativa, y falta de compromiso con el trabajo (carta de 10 de mayo de 2012 y finiquito de la misma fecha); c) Ximena Debó Alfaro, socia, fue despedida el 30 de diciembre de 2011 por necesidades de la empresa d) Melissa Ayala Farías, socia, fue despedida el 22 de mayo de 2012 por necesidades de la empresa al no cumplir perfil de la función (carta de 22 de mayo de 2012); e) Paz Urbina Frigerio, socia, fue despedida por necesidades de la empresa al no cumplir perfil de la función (carta de 06 de enero de 2012) y aun cuando se incorporó carta por mutuo acuerdo, de la misma fecha citada, ésta no puede ser tomada en cuenta ya que no cumple los requisitos de ratificación. 2.- En el mismo período antes investigado, podemos encontrar las siguientes situaciones que dieron término a la relación laboral: a) César Suárez, socio, renunció a sus labores el día 30 de diciembre de 2011 según finiquito de 26 de enero de 2012; b) Yannett Martínez Romero, socia, renunció el día 29 de diciembre de 2011 según finiquito de 26 de enero de 2012; c) Renunciaron a sus labores los siguientes trabajadores no sindicalizados: Luisa Rojas (24.2.2012) y Gladys Rojas (30.04.12). 3.-Respecto a las solicitudes de desafuero y según causas tenidas a la vista: a) El 22 de marzo de 2012 la denunciada solicitó en este Tribunal autorización para despedir a doña Marcela Vera Castillo (socia del sindicato) por incumplimiento grave de las obligaciones del contrato, terminando el juicio por avenimiento de 14 de junio de 2012, según autos Rit O-81-2012; b) El 22 de marzo de 2012 la denunciada solicitó en este Tribunal autorización para despedir a doña Daniela Díaz Díaz (socia del sindicato) por vencimiento del plazo convenido, terminando el juicio por avenimiento de 12 de junio de 2012, según autos Rit O-82-2012; c) El 22 de marzo de 2012 la denunciada solicitó en este Tribunal autorización para despedir a doña Sandra López Aravena (socia del sindicato) por incumplimiento grave de las obligaciones del contrato, terminando el juicio por avenimiento de 12 de junio de 2012, según autos Rit O-83-2012; d) El 18 de abril de 2012 la denunciada solicitó en este Tribunal autorización para despedir a doña Jocelyn Leiva Pozo (socia del sindicato) por vencimiento del plazo convenido, terminando el juicio por avenimiento de 07 de agosto de 2012, según autos Rit O-119-2012; e) El 28 de mayo de 2012 la denunciada solicitó en este Tribunal autorización para despedir a doña Claudia Gallardo Carvajal (Secretaria del sindicato) por incumplimiento grave de las obligaciones del contrato, archivándose los autos a solicitud de la denunciada que dio cuenta de una cuerdo extrajudicial el día 25 de junio de 2012, según los autos Rit O-168-2012; f) El 29 de mayo de 2012 la denunciada solicitó en este Tribunal autorización para despedir a doña Noemí Palacios Márquez (Tesorera del sindicato) por ausencias injustificadas, dictándose sentencia definitiva que acogió la petición el día 30 de octubre de 2012, sentencia con recurso de nulidad pendiente, según autos Rit N° O-171-2012; g) El 06 de junio de 2012 la denunciada solicitó en este Tribunal autorización para despedir a doña Consuelo González Rodríguez (Presidenta del sindicato) por incumplimiento grave de las obligaciones del contrato, terminando el juicio por conciliación de 20 de noviembre de 2012, según los autos Rit O-183-2012. DUODÉCIMO: Que, así las cosas, desde la constitución del sindicato la denunciada desvinculó (despidos) o manifestó su decisión de desvincular (desafueros) a 12 trabajadores (Gallardo Cortés, Figueroa, Dubó, Ayala, Vera, Díaz, López, Leiva, Gallardo Carvajal, Palacios, González y Urbina. TODOS sin excepción eran miembros del sindicato y entre estos trabajadores estaba además el 100% de la Directiva Sindical. NINGÚN TRABAJADOR NO SINDICALIZADO FUE DESPEDIDO NI SOLICITADO SU DESAFUERO. DÉCIMO TERCERO: Ahora bien, la denunciada pretende hacer creer al Tribunal que el hecho de que todos los trabajadores que en definitiva fueron alejados de la empresa por decisión del empleador, ya sea porque derechamente los despidió o porque solicitó el desafuero y luego llegó a un acuerdo económico que evitó la sentencia como mecanismo de solución del conflicto (salvo el caso de doña Noemí Palacios) hayan sido miembros del sindicato es meramente circunstancial. Sin perjuicio de lo insostenible de dicha teoría, cabe recordar que el peso de la prueba le correspondía al empleador por la existencia de indicios de vulneración a la libertad sindical según ya se dijo y no ha podido explicar la racionalidad de estas desvinculaciones. Muy por el contrario, de los antecedentes probatorios ya analizados aparece que los cinco trabajadores despedidos por necesidades de la empresa lo fueron con una carta de despido que invoca hechos que nada tienen que ver con la causal aplicada (la no adaptación al perfil del cargo) y sin cumplir con los requisitos de descripción fáctica que exige el artículo 162 del Código del Trabajo. Aparece entonces como una decisión, en los cinco casos, no sólo injustificada sino que peor aún, dirigida a deshacerse de trabajadores sindicalizados. Y en el caso de las siete solicitudes de desafuero, el panorama es el mismo. En todos los juicios, salvo uno, la denunciada llegó a acuerdos económicos que hacen entonces imposible analizar la eventual justificación de esas demandas, lo que en el caso de marras y por el peso de la prueba, implica que la denunciada no ha podido acreditar la racionalidad de esas solicitudes de desafuero y nuevamente aparecen entonces como una medida destinada a eliminar sólo trabajadores sindicalizados. No puede pretender que lo que no quiso probar en los juicios de desafuero, prefiriendo pagarle a los trabajadores determinadas prestaciones económicas para evitar la sentencia, lo subsane a hora con una prueba testimonial y documental que ni siquiera sirve para tales efectos, según se dirá más adelante. En un solo caso de doce (Noemí Palacios) la denunciada puede contar con una decisión judicial, de primera instancia y recurrida de nulidad, que le otorga plausibilidad a la decisión de despido y esto, obviamente, es insuficiente para acoger la tesis de la demandada. DÉCIMO CUARTO: Que, así las cosas, con un sindicato disminuido en un 40.7 % por acción directa de la denunciada sin justificación alguna y en un 81.5% en total, sumando a las acciones del empleador las renuncias a la empresa o al sindicato, las que si bien no se ha podido establecer que hayan sido motivadas por actos de la denunciada no resulta extraño suponer fundamente que algunas de ellas han tenido como origen el temor a quedarse sin trabajo (y así lo señala la testimonial de la denunciante) o el hastío frente a una empresa que claramente desprecia la actividad sindical. En todo caso y para evitar cualquier confusión al respeto, basta la primera conclusión (reducción del sindicato en un 40.7 % por actos directos del empleador no justificados) para estimar que la denuncia debe ser acogida y por ello esta jueza no analizará el tema de las amonestaciones ni las licencias médicas que también fueron incluidos en aquella. DÉCIMO QUINTO: Que, cabe recordar que la descripción que hace el artículo 289 del Código del Trabajo en cuanto a las conductas que constituyen un atentado a la libertad sindical es meramente referencial y en todo caso, las acciones de la denunciada en orden a despedir a un 44 % del sindicato si se incluye a la señora Palacios (desembocándose en definitiva en la desaparición del mismo antes de completado su primer año de existencia, desde que a la fecha de la audiencia de juicio ya no se reunía el quórum de ocho trabajadores) si bien puede ser considerada una conducta que altera el funcionamiento del sindicato a la luz de la letra a) de la norma citada, en realidad es mucho más grave, ya que lo que hizo el empleador fue destruirlo y no únicamente alterar su funcionamiento. DÉCIMO SEXTO: Que, aclarado que sí hubo prácticas antisindicales, en un primer análisis y a modo de conclusión, bien podría decirse que en este caso el Derecho ha llegado tarde. Por más que la denunciada sea sancionada, y de hecho lo será, con el mayor rigor que nuestro sistema permite, se trata en este caso sólo de sanciones pecuniarias. Multas que la denunciada probablemente pagará gustosa desde que ha conseguido un objetivo mucho más trascendente para sus intereses, claramente manifestados en esta causa. Ya no tendrá que lidiar con sindicato alguno. No habrá asociación de trabajadores que cuestione, que critique, que exija, que busque mejores condiciones laborales, más dignas y justas. El sindicato ha muerto y sólo falta la extensión del certificado de defunción. Y el Derecho no pudo hacer nada. Pero si hacemos un examen un poco más profundo observaremos que el Derecho no llegó tarde. En realidad el Derecho no tenía nada que hacer en un caso como este desde sus comienzos. En efecto, estas prácticas abusivas por parte de un empleador no han de ser contenidas desde la judicatura. No hay acción procesal que pueda poner a salvo la libertad sindical en una situación como la de marras. La respuesta al problema de fondo es política. El sindicato pequeño en un sistema como el chileno está destinado al fracaso. Con una negociación colectiva limitada y excesivamente reglamentada, con un derecho de huelga prácticamente inexistente, la oferta de participación democrática que se les hace a los trabajadores de un sindicato como el que ha sido desarticulado por la denunciada, y con excesiva facilidad, es un canto de sirenas que se recibe con entusiasmo cuando se formula pero que sólo puede llevar al naufragio de las esperanzas que estos trabajadores tenían en orden a ser considerados como partes legítimas del diálogo social que tanto nos gusta como sociedad sacar a colación, pero que lamentablemente estamos lejos de hacer realidad. Así las cosas, un caso como el que analizamos demuestra palmariamente la necesidad de reformular nuestro sistema de relaciones laborales, tanto individuales como colectivas, ajustándonos a los parámetros del Derecho Internacional y partiendo por cumplir los principios que la OIT y el Comité de Libertad Sindical han reiterado en numerosas oportunidades, en orden a que la determinación del nivel de la negociación colectiva debe ser establecido libremente por las voluntad de las partes. En un sindicato tan pequeño como lo era el de la denunciada, no había ninguna posibilidad de que su proceso de negociación colectiva, anclado al nivel de empresa, prosperara, y los hechos que se han aquí establecido lo demuestran. No sólo no tuvieron éxito al enfrentar su primera negociación sino que al poco tiempo han sido simplemente eliminados. En un caso como éste, el objetivo de igualdad que se pretende al relacionar al empleador con un grupo de trabajadores, que supuestamente debieran encontrar en lo colectivo la fuerza que les falta en lo individual, fracasa estrepitosamente. Y los sindicatos debieran buscar el equilibrio de fuerzas y el pleno respeto a la libertad sindical instando a los poderes políticos a reformular nuestro sistema de relaciones colectivas del trabajo y no insistir en acciones procesales que demuestran ser completamente inoperantes en situaciones como las analizadas. El sindicato ha obtenido un triunfo de papel que llega además luego de su extinción. Los responsables de esta lamentable realidad, que no son solamente los dueños de la empresa denunciada y sancionada, debieran hacerse cargo de este fracaso. DÉCIMO SÉPTIMO: Que, finalmente cabe hacer presente que no se analiza la documental de la denunciada respecto a amonestaciones desde que no se incluyó este acápite en la configuración de las prácticas antisindicales por sobreabundante, su testimonial no sirve para justificar los despidos y solicitudes de desafuero ya que es vaya y genérica y el resto de la prueba tiende a establecer incumplimientos contractuales que sirvieron de base a solicitudes de desafuero que hubieran requerido, para su prueba, un peritaje médico que no fue incorporado. Y respecto a la obligación del juez de la causa en orden a establecer medidas reparativas, tal como ya se indicó, no hay en este caso reparación posible. La denunciada ha destruido un sindicato y sólo tiene que pagar una multa por tal conducta, manifestación clara de que la solución a estos conflictos no está en los Tribunales. Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en los artículos 289, 292, 450, 453, 454, 456, 485, 493 y 495 del Código del Trabajo SE RESUELVE: Que el Centro de Diálisis Osmodial Obregón, Subiabre y Morales ha incurrido en conductas constitutivas de prácticas antisindicales al afectar el funcionamiento del Sindicato y por ello se acoge, con costas, la denuncia y se le condena a una multa de 150 UTM. Ejecutoriada que sea esta resolución cúmplase con el artículo 294 bis del Código del Trabajo. Regístrese y notifíquese. RIT T-20-2012 RUC 12- 4-0023715-6 Dictada por doña NANCY AURORA BLUCK BAHAMONDES, Juez Titular del Juzgado de Letras del Trabajo de La Serena.