¿Quién mide la tristeza de una madre que ha perdido a una

Anuncio
VI Congreso Internacional de Estadísticas de Género “De Beijing a las
Metas del Milenio”
INEGI, INMUJERES; UNIFEM
Aguascalientes, Ags., 27-29 de septiembre de 2005
Ponencia “La utilidad de los sistemas de información en el estudio de los
feminicidios”
María Guadalupe Morfín Otero
Comisionada para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres
en Ciudad Juárez. www.comisioncdjuarez.gob.mnx
El término violencia hacia la mujer, definido por la
Convención de Belem do Pará en 1994 indica que ésta es
cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause
muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a las
mujeres tanto en el ámbito público como en el privado.
Constituye una violación a su dignidad y a sus derechos y al
ejercicio en libertad de su existencia. Esta violencia puede
ser llevada a cabo en el ámbito familiar, en el comunitario, y
es tolerada por el Estado cuando no la previene, la sanciona
y erradica.
El término feminicidio fue acuñado por Diana E. H. Russell,
en 1976 y Marcela Lagarde es quien lo primero aplica en
México. Julia Monárrez lo ha definido como el asesinato de
mujeres por hombres en un continuo de acciones de
violencia, por el solo hecho de ser mujeres o no serlo de una
manera “adecuada".1 El elemento que lo caracteriza es su
tolerancia y minimización por parte del Estado. La tolerancia
Julia Monárrez Fragoso y César Fuentes, “Feminicidio y marginalildad urbana en Ciudad Juárez en la
década de los noventa”, en Violencia contra las mujeres en contextos urbanos y rurales, Marta Falcón Torres
(comp.), México, El Colegio de México, 2004, p.90.
1
e impunidad de los homicidas contiene un mensaje implícito
de permisividad social.
De 1993 al 10 de noviembre de 2004 la doctora Julia
Monárrez registra 382 homicidios de mujeres en Ciudad
Juárez, de los cuales reconoce 142 como seriales y/o
sexuales, o, como ella los denomina, “feminicidio sexual
sistémico”2. A esto se suman 34 reportes de desaparición
vigentes, según las Procuradurías federal y local. Desde 1999
en la ciudad de Chihuahua se reproduce el feminicidio.
A la fecha es posible sostener que, según estas cifras —que
no coinciden con las de la Fiscalía Especial para la
Investigación de Homicidios de Mujeres (Fiscalía Mixta) de
la Procuraduría General de Justicia del Estado de Chihuahua
(PGJE)— y sumando a ellas los datos actualizados, 411
mujeres probablemente han sido asesinadas en esta ciudad en
los últimos 12 años, y muchas lo han sido con enorme
crueldad.
No todos los homicidios de mujeres son seriales y/o de
carácter sexual; cerca de una tercera parte del total parecen
caber en este esquema y en ello coinciden en amplios
términos los distintos informes al respecto que, sin embargo,
siguen guardando discrepancias en cuanto a cifras absolutas.
Sin embargo, los crímenes ocurridos por violencia doméstica
no son menos preocupantes o menos graves. También hay
feminicidio íntimo; también hay crímenes de odio contra las
Julia Monárrez Fragoso “Violencia e (in)seguridad ciudadana en Ciudad Juárez”, en Diagnóstico Geosocioeconómico de Ciudad Juárez y su sociedad, coordinado por Luis Ernesto Rivera Gómez, de El Colegio
de la Frontera Norte, Instituto Nacional de las Mujeres, México 2005, p. 286.
2
2
mujeres, por el mero hecho de serlo, en sus relaciones de
pareja, sean estables u ocasionales; también en ese marco se
da la imitación de patrones para hacerlos parecer seriales;
también allí urgen políticas públicas preventivas, esquemas
de infraestructura urbana que den más seguridad a quienes
están en riesgo; también allí hay huérfanos, familias que se
quedan sin su único sostén económico, madres que siguen
buscando al responsable de la muerte de sus hijas.
El discurso feminista sobre la violencia hacia las mujeres no
sólo propone relaciones equitativas entre los sexos, sino que
apunta su mirada crítica hacia los factores estructurales que
apuntalan la desigualdad entre los hombres y las mujeres. De
este análisis depende la prevención y erradicación de la
violencia contra las mujeres en una sociedad y en un Estado
respetuoso de los derechos humanos y de la democracia.
Desde este enfoque, el problema se visualiza no sólo como
producto del sistema patriarcal que sustenta la
discriminación de las mujeres y que se debe atender como un
problema cultural y de derechos humanos, de salud y
seguridad pública, sino también con implicaciones
económicas, ampliamente vinculado a la pobreza y al
desarrollo de las sociedades. El problema de la violencia de
género es complejo y multidimensional.3
Los indicadores de género son resultado del movimiento
feminista y una demanda de las grandes convenciones
internacionales a favor de los derechos de las mujeres y de
las niñas: CEDAW y Belem do Pará, y de la Plataforma de
3
Almerás, Diane, et.al., Violencia contra la mujer en relación de pareja: América Latina y el Caribe. Una
propuesta para medir su magnitud y evolución, Serie Mujer y Desarrollo, núm. 40, Santiago de Chile,
CEPAL, Naciones Unidas, 2002.
3
Beijing, que promueven compromisos de los Estados en
torno a estos derechos. En esa corriente deben profundizar
Las Metas del Milenio.
Al desafío de contar con indicadores de género, se han
sumado el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI), el Instituto Nacional de las Mujeres y
el Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la
Mujer (UNIFEM). Esto permite conocer las condiciones de
vida de las mujeres, el uso de su tiempo, la feminización de
la pobreza, la seguridad ciudadana de que gozan y la
violencia a que están expuestas, y esto permite verificar
avances en el cumplimiento de recomendaciones de
organismos de derechos humanos y, a través de políticas
públicas dar respuesta a las diferentes circunstancias donde
la vida de las mujeres se somete a condiciones vulnerables.
Entre las luces que arrojan los datos estadísticos está la
estrecha relación entre violencia y pobreza. La pobreza
constituye un factor de riesgo para la aparición de la
violencia física en el hogar. Por otra parte, la pobreza es
también una consecuencia de la violencia, pues ésta
empobrece y frena el desarrollo económico.4
En Ciudad Juárez, la Comisión para Prevenir y Erradicar la
Violencia contra las Mujeres (o Comisión para Juárez),
órgano federal de coordinación y enlace, se ha propuesto
revertir un proceso de invisibilización del feminicidio. Es un
órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación. Una
4
CEPAL-UNIFEM-República de Italia, Entender la pobreza desde la perspectiva de género, Serie Mujer y
Desarrollo, núm. 52, 2004.
4
respuesta de Estado consiste en nombrar y reconocer el
problema desde la sede misma del Ejecutivo Federal. Esta
intención incluye la generación de políticas públicas a favor
de las mujeres como signo de un pacto del Estado mexicano
con ellas.5
México es una república federal. Con un espíritu federalista,
se impulsan desde esta Comisión todas las fórmulas que
llamen a fortalecer a todas las instituciones que deban ser
parte de la solución del problema.
La Comisión para Juárez no tiene autoridad ejecutiva; no
puede imponer sino convencer; opera a base de diálogo, es
decir, de interlocución respetuosa con otros actores sociales
y políticos y de entereza en decir por dónde debe ir el rumbo
de las políticas públicas, y en animar a otras instituciones a
que hagan lo que les corresponde para fortalecer el Estado de
derecho en la frontera norte. Este empeño se traduce en
acciones educativas, culturales, urbanas, laborales, de
cuidado psicológico y cuidado del medio ambiente, pero
sobre todo significa acciones de justicia, que procuran el
restablecimiento de un tejido social dañado por la
impunidad. Todo esto constituye fórmulas de reparación del
daño.
Es indispensable, además, reconocer y fortalecer el capital
social existente en Ciudad Juárez —sus liderazgos,
iniciativas y capacidades solidarias—, y abrir las puertas a la
percepción de una visión integral del problema de la
5
Es posible consultar nuestros dos Informes de gestión (noviembre 2003-abril 2004 y mayo 2005-abril.2005)
en nuestra página web www.comisioncdjuarez.gob.mx
5
violencia contra las mujeres, no sólo desde un enfoque penal,
dando su lugar a cada una y a cada uno de los que han
realizado aportes para su solución.
Pero ¿y las herramientas básicas para saber de qué tamaño es
el monstruo que se enfrenta, las múltiples aristas de la
violencia que afecta la vida de las mujeres?
Fui invitada a este Seminario como usuaria de los servicios
estadísticos y para compartirles las preguntas que nos
formulamos en nuestro diario desempeño.
Por casi dos años en Ciudad Juárez mi equipo y yo hemos
recogido las experiencias y las voces de las mujeres víctimas
de la violencia y de sus familiares. Hemos presentado ya dos
informes que dan cuenta de estas voces plurales. Desde esta
experiencia nos hemos hecho infinidad de preguntas. Por
ejemplo:
¿De qué color viene vestida la muerte? ¿Quién mide la
tristeza de una madre que ha perdido a una hija? Perdido, es
decir, no haber vuelto a saber de ella en muchos años,
perdido, es decir, también, cuando se la han asesinado y los
periódicos registraron con fotografías inhóspitas el territorio
mismo de su cuerpo, su cuerpo que fue objeto de la
hospitalidad de la madre y sujeto activo de amor de la hija?
Ahora que Alejandra Janeth amaneció degollada en su cama,
en la colonia Luis Olague de Ciudad Juárez, presuntamente
asesinada por un joven adicto al que su familia dejaba
acercarse con familiaridad a casa para encargarle trabajos y
6
darle alimento ¿quién nos dice cuántos adictos a las drogas
duras hay en su colonia, cuántos de ellos no tienen hogar,
cuántos duermen en las azoteas de los vecinos, en las calles,
cuántos picaderos o tienditas de drogas afectan la vida
comunitaria, cuántas de las personas que viven de ellos
desearían tener otro modo de vivir menos expuesto, otra
identidad laboral más allá de la que se funda en el miedo que
el narcomenudeo impone con la indolencia, la insuficiencia o
la complicidad de la policía?
De todas las guarderías que hay en Ciudad Juárez ¿cuántas
son las que realmente se aprovechan por las mamás que
salen de madrugada de las calles periféricas y polvorientas
rumbo a su trabajo en las maquiladoras? ¿cuántas de estas
guarderías brindan servicio vespertino y nocturno? ¿qué pasa
con las niñas y niños de más de cuatro años que no pueden
ser dejados en estos centros de cuidado?
¿Está preparado nuestro sistema de justicia, es decir, el que
abarca las instituciones que se ocupan de la procuración y de
la impartición de justicia para atender la violencia contra las
mujeres? ¿Habrá salones privados en sus instalaciones para
la hora de las denuncias que afectan la intimidad misma de
las mujeres, oídos atentos que hagan el discernimiento sabio
entre un tipo de delito y otro, un tipo de riesgo y otro, una
prueba pericial interpretada de un modo o de otro, de tal
manera que los agravios psíquicos tengan su registro y su
valoración, y los graves daños que no dejan huella en la piel
pero sí de forma muy difícil de reparar en el alma, reciban su
sentencia?
7
¿Cuánto tiempo dura el transporte público en llevar a las
mujeres obreras a sus centros de trabajo en esta ciudad?
¿Cuál es el promedio del tiempo que destina una trabajadora
en ello? ¿Y si el trayecto es de noche, de noche cerrada
como las noches del desierto en parajes semiurbanos mal
iluminados, quién mide el sudor del miedo de no poder
llegar a salvo a casa? ¿Trabajan más las mujeres de Ciudad
Juárez que las de otras ciudades de la república en sus
empleos que son su principal fuente de ingresos?
Esas y otras preguntas han cruzado casi todas las
madrugadas de casi dos años por mi mente, han afectado los
ciclos de sueño y el rendimiento de mi equipo de trabajo, nos
han llevado a trazar una y otra vez rutas cálidas entre
nosotros y con nuestros seres queridos para sostenernos, una
y otra vez en el cumplimiento de nuestra tarea.
Pero también nos formulamos otro tipo de preguntas. ¿Por
qué Ciudad Juárez ha sido una sociedad injustamente
estigmatizada? ¿Es cierto que produce más riqueza que
veinte estados de la república mexicana y que cinco países
de Centroamérica? ¿De veras se asesina más mujeres en ella
que en otras ciudades? ¿Nos sirve de consuelo señalar a
Quintana Roo, al Estado de México, a algunas ciudades de la
frontera de Coahuila, Sonora o Baja California como sitios
donde también aparece el fenómeno que apenas nos
atrevemos a nombrar que es el feminicidio, ese crimen que
ocurre entreverado en las estructuras de ineficiencia o
complicidad del Estado mismo y de sus agentes?
8
¿Qué no se trata de una ciudad industriosa, que oferta trabajo
a personas de otras partes de la república que llegaron para
quedarse, gracias al boom de la industria de cupones en las
plantas ensambladoras, primero, y luego en muchas otras
plantas más que han proliferado y siguen optando por las
condiciones favorables en esta ciudad y no en otras para su
instalación? ¿Hay mejor mano de obra que en otros lugares,
incluso China? ¿Es cierto que por veinte años de ofertó mano
de obra predominantemente a las mujeres y que los varones
se vieron obligados de golpe a un cambio de rol para el que
no estaban preparados ni en sus familias ni en sus barrios?
Las mujeres obreras de Ciudad Juárez son de clase mundial,
me ha contado una fuerte empresaria de la localidad. ¿Qué
las hace únicas? ¿Hay suficiente retribución a esa forma de
ser únicas, de ayudar a producir riqueza de un modo notorio?
¿De qué manera las empresas maquiladoras ayudan a
cultivar los servicios que les hagan más llevaderas sus
jornadas? ¿Han instalado comedores comunitarios, cocinas
económicas, lavanderías públicas, bibliotecas? ¿Ha sido
corresponsable el gobierno en instalar y ofrecer, con las
cuotas obrero patronales del sistema de seguridad social, más
y mejores servicios hospitalarios? ¿Es buena la atención a la
salud materno infantil? ¿Alguien está midiendo los efectos
de la exposición a materiales o las consecuencias de repetir
durante horas, días, semanas años, los mismos gestos para
introducir microcomponentes en la misma línea de
ensamblaje? ¿Saben estas mujeres la importancia de lo que
ayudan a producir? ¿Alguien se toma el cuidado de
explicarles cuál es el fruto final de su trabajo y por lo que se
deban sentir orgullosas?
9
¿Son de mejor calidad las universidades y centros de
educación superior en Ciudad Juárez? La convivencia
intensa con El Paso, ha hecho a las y los juarenses más
eficientes, más proclives a la asimilación intercultural, más
veloces en procesos de aprendizaje? ¿Qué no hay un ingenio
específico en la gente de la frontera, un especial carácter
para enfrentar adversidades climáticas, para mostrar
solidaridad, para ofrecer hospitalidad a las y los migrantes
que año con año bajan del avión o del camión y se quedan a
hacer de esta ciudad su casa definitiva, su hogar público?
¿Cuántos años tarda la familia emigrada en condiciones de
pobreza en contar con una vivienda que la proteja del crudo
invierno, del crudísimo verano, y con servicios mínimos?
¿De qué tamaño es la angustia de un alcalde de una ciudad
de este tamaño porque no puede resolver necesidades
indispensables con el presupuesto oficial? ¿A qué le destina
más, al gasto en patrullas y contratación de policías o al
mejor trazado de calles transitables, iluminadas? ¿A los
parques o a las cárceles? ¿A los centros comunitarios o a los
separos de policía? ¿A los educadores o a los antimotines?
¿Cómo dejar huellas de su paso si aquí todo parece borrarlo
todo? ¿qué es mejor: crear una escuela o intentar reforestar
los parques? Y una vez reforestados ¿cómo hacer para que la
comunidad los disfrute y se apropie de ellos; la comunidad, y
no las mafias del barrio, no los represores de los vecinos, no
quienes imponen su ley de forma paralela a toda otra ley?
¿Cómo decir en voz alta que hay un anhelo de cultura de
legalidad? ¿Se puede medir eso en la mente de una
10
estudiante de secundaria, de un papá que no tiene empleo y
que ha visto cambiar su rol masculino por el de amo de casa?
¿De veras el narco es tan mal visto en la frontera? ¿No es
garantía de dinero fresco para negocios que derraman sus
beneficios en la comunidad, una nueva forma de solidaridad
clientelar que resuelve problemas de manera expedita?
¿Quién cuida a las sexoservidoras? ¿Quién ve por ellas? ¿las
tratan bien los soldados de Fort Bliss, del otro lado, cuando
acuden por sus servicios en sus días francos? ¿cuál es el
rostro de la policía que ellas conocen? ¿Con quién cuentan
en los momentos de peligro, de crisis en la salud, de
sobreexposición a un mundo donde la droga circula, las
infecciones, los riesgos?
Con esas y otras preguntas hemos convivido.
Para fortuna nuestra nos hemos topado con personas
concretas en el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI), en El Colegio de la Frontera Norte
(COLEF), en el Instituto Municipal de Investigación y
Planeación (IMIP). Gilberto Calvillo, Marcela Eternod,
Mario Reyes, Makena Gómez Luna, Pedro Díaz de la Vega,
Clara María Mantilla, Socorro Tabuenca, Julia Monárrez,
Luis Cervera, César Fuentes, Rodolfo Rubio, Luis Felipe
Siqueiros, Rosario Díaz Arellano y sus equipos, son los
nombres de algunas de las personas que nos ayudan a ir
despejando muchas de estas preguntas. Nos ayudarán a
ofrecer un sistema útil para la toma de conciencia y para la
toma de decisiones.
11
Con el INEGI, el COLEF y el IMIP hemos impulsado un
proyecto para la elaboración de un Sistema de Información
Geográfica de Prevención de la Violencia contra las
Mujeres en Ciudad Juárez (SIGFEM), que permita contar
con las cifras exactas de los asesinatos de mujeres, ofrecer
pistas para ulteriores investigaciones acerca de la violencia,
agrupar los trabajos académicos y las recomendaciones de
derechos humanos formuladas al respecto, así como elaborar
diagnósticos a partir de datos macroeconómicos y de una
encuesta específica, que arrojen luces sobre las causas
estructurales de este tipo de violencia.
El proyecto retoma parte del análisis de la violencia de
género llevada a cabo por la academia desde los años 90,
recupera los informes realizados por organismos
internacionales y nacionales de derechos humanos y los
diagnósticos previos sobre los problemas sociales de esta
ciudad fronteriza, y analiza las características estructurales
como los flujos económicos de capital, los procesos de
industrialización, las corrientes migratorias y los problemas
de urbanización, las enormes desigualdades sociales, las
tasas de asesinatos contra mujeres y la violencia
intrafamiliar; todas estas aportaciones serán sistematizadas,
analizadas y puestas en el SIGFEM.
Esto permitirá al Estado mexicano en todos sus ámbitos
contar con mejores herramientas para el diseño de las
políticas públicas para abatir el feminicidio. Ayudará a
despertar conciencias a la hora de preguntarnos cómo es el
dolor de una madre que ha perdido a una hija y que ha visto
en las fotografías del periódico, expuesto a la muerte, el
12
mismo cuerpo que dio a luz y que trajo a la vida para que la
sobreviviera.
Muchas gracias.
13
Descargar