Discurso Divino dado por Bhagavan Sri Sathya Sai Baba

Anuncio
Aum Sri Sai Ram
Discurso Divino
de
BHAGAVAN SRI SATHYA SAI BABA
En el Salón Sai Kulwant, Prasanthi Nilayam,
el 11 de octubre de 2005
en ocasión de la festividad de Dasara
“VISIÓN DE LO DIVINO”
¡Amados Estudiantes!
Todos en el mundo desean tener la visión de Dios y, de hecho, ansían tener la oportunidad única de
fundirse en Su divina refulgencia. Este intenso anhelo por semejante gran privilegio no es un fenómeno
nuevo. Ha estado presente desde que los seres humanos aparecieron en el mundo. En consonancia con
este anhelo, los sabios y visionarios del pasado han ansiado tener la visión de Dios y la fusión última con
la Divinidad. Ésta es en verdad una antigua tradición. Así, el cantar a la divina gloria ha sido
transmitido de generación a generación en el país de Bharat. Desde el comienzo, Narada cantó
incesantemente las glorias del divino nombre. ¿De qué sirve cantar el divino nombre sólo para la propia
satisfacción? Por lo tanto, él abogaba por la senda de nueve pasos para la devoción, que son: el escuchar
(shravanam), el cantar (kîrtananam), la constante contemplación de Dios (Vishnu smaranam), el servicio
a Sus pies de loto (padasevanam), la salutación (vandanam), la adoración (archanam), el servicio
(dasyam), la amistad (sneham) y la rendición total (Âtma nivedanam).
Un día, Narada le oró al Señor Narayana: “¡Señor! Solamente estamos cantando el divino nombre,
pero la esencia del divino nombre está en Ti. Solamente cuando nos bendigas para que compartamos esa
divina esencia, nuestra vida será santificada.” Algunas personas malinterpretaron la oración del sabio
Narada y empezaron a dudar de la eficacia de la recordación del nombre para alcanzar los pies de loto de
Dios. Las opiniones diferían. Continuaban los argumentos y contra-argumentos en pro o en contra de
seguir una senda en particular. Estas diferencias de opinión han estado presentes desde tiempos antiguos.
Algunas personas trataron de argüir con Narada diciendo: “¡Señor, no hemos podido visualizar a Dios!”
Narada respondió: “La gracia que reciban estará en proporción a su anhelo”. Cada individuo en este
mundo sigue su propio camino escogido. Pero el Paramâtma es uno para todos.
En la Era de Dvapara, Radha, una gran devota del Señor Krishna, anhelaba incesantemente Su
darshan y constante proximidad. Ella tenía una hermana llamada Prabha. Prabha, sin embargo, estaba en
contra de tan intenso anhelo por Él. Un día, Radha se dirigía a Brindavan cantando la divina gloria del
Señor Krishna, Su hermana Prabha y el esposo de ésta la acompañaban. Prabha solía andar siempre en
compañía de su esposo. Ella no podía soportar la separación de él ni por un momento, lo mismo que
Radha no podía soportar la separación de Krishna. Sin embargo, Radha seguía orándole a Krishna para
que le cambiara la mente a Prabha y ésta desarrollara devoción por Krishna. Krishna, sin embargo, le
aconsejó tener paciencia, diciendo: “¿Por qué te preocupas? Vendrá un momento en que ella también
desarrollará intensa devoción y anhelo por Mí”. Krishna usaba una variedad de juegos para lograr una
transformación en los corazones de muchas personas. Él solía desplegar varios de sus lîlas para este fin.
Puesto que Radha anhelaba un cambio en el corazón de su hermana, Prabha, Krishna le dijo: “Tú quieres
que Yo cambiara la mente de tu hermana y desarrolle la devoción en ella. Deja que ella presencie la gloria
de Mis lîlas y desarrolle gradualmente fe en Mi divinidad. Una vez que tome conciencia de la naturaleza
de Mi divinidad, ella misma se volverá una encarnación de la Divinidad, de acuerdo con el dicho ‘Quien
realiza a Brahmán se vuelve verdaderamente Brahmán’ (Brahma vid Brahmaiva Bhavati). Algunas
personas Me adoran con devoción (bhakti), otras Me contemplan constantemente con odio (dvesha). Yo
soy indiferente a la injuria (dushana) o la alabanza (bhushana). Estoy más allá de ellas. Acepto todo con
1
igual actitud”. Prabha continuó con su hostil actitud hacia Krishna por algún tiempo. Con el correr del
tiempo, hubo un cambio perceptible en su actitud. Un día, ella acompañó a Radha al lugar donde Krishna
pasaba felizmente Su tiempo entre las pastoras (Gopikas), cantando y danzando. A partir de entonces,
Prabha continuó pasando su tiempo llena de bienaventuranza en la divina presencia de Krishna. Ambas,
Radha y Prabha, compartían esta divina experiencia a diario. Así, Krishna pudo lograr un cambio en el
corazón de Prabha con Sus divinos lîlas. Dios es inmaculado y puro. De hecho, Él corrige los errores
que están en los devotos y los recibe en su rebaño. Él no se distancia de nadie. El Señor Krishna asumió
la vestidura humana como parte de Su divino juego (Lilamanusha vigraha). Tanto Radha como Prabha
decidieron firmemente no alejarse de la compañía del Señor Krishna. De hecho, Krishna permitió que
Radha vislumbrara Su divinidad en una ocasión y le explicó: “¡Radha! Los seres humanos están
enredados en la ilusión (mâyâ). Se engañan pensando que Dios en forma humana es también un ser
humano como ellos. No pueden desarrollar amor hacia una persona sin desarrollar apego a ella. Esto es
cierto también en el caso de Dios en forma humana. Por eso, primero tienes que desarrollar apego a una
forma particular de Dios a fin de amar a Dios. Para que las personas desarrollen apego a la forma
escogida, Dios asume varias formas. Sin embargo, Dios es inmaculado y permanece como encarnación de
pureza”.
Nadie puede medir los divinos lîlas del Señor Krishna. A veces, Él manifestaba Su divina gloria en
plenitud. A veces, Él se comportaba como un ser humano ordinario. En otro momento, Él actuaba como
un simplón. ¡Pero Krishna era Krishna, es decir, Dios en forma humana! De hecho, ni siquiera los
gopalas y las gopikas, que se movían constantemente en la compañía de su amado Señor Gopala y
presenciaban sus diversos lîlas, lograron apreciar en plenitud Su naturaleza divina. Lo que desconcertaba
constantemente a la gente era por qué Krishna tenía que recurrir a tales divinos lîlas. Esto era solamente
para desarrollar en la mente de Sus devotos un intenso apego a Su forma y así desarrollar la devoción en
ellos. Él no tenía deseos excepto ese. La constante compañía de Radha desarrolló una intensa devoción en
su hermana Prabha. Finalmente, “así como es la compañía es la transformación”. “Dime cuál es tu
compañía y te diré quién eres”. En consecuencia, al final Radha y Prabha se volvieron una. De hecho, el
verdadero nombre de Prabha era Chandrika y su madre solía llamarla por ese nombre. Todos los demás la
llamaban Prabha.
Es muy difícil lograr una transformación en la mente humana. Sólo Dios puede lograr esta tarea.
Varias personas se acercan a Mí y Me ruegan: “¡Swami! Por favor, cambia la mente de mi hijo. Él ha
desarrollado odio hacia sus padres por alguna razón; no sabemos por qué. Normalmente él es un buen
muchacho. Nunca toma por malos caminos. ¡Por favor, Swami! Cambia su mente para que él se comporte
bien con sus padres”. ¡Una mente es una mente, después de todo! A veces, algunas personas están más
allá de toda redención. Por lo tanto, Yo expreso Mi incapacidad en tales casos. Se dice: “La mente es la
base de todo el mundo objetivo” (Manomûlam idam jagat).
“El tronco torcido y lleno de nudos de un árbol puede enderezarse como un poste.
Un trozo de roca sin forma puede ser tallado en una hermosa estatua divina.
¿Hay alguien que pueda aquietar la vacilante mente humana?
(Poema en telugu)
Solamente cuando el hombre desarrolle fe en Dios, Él vendrá a rescatarlo. De hecho, la divinidad no está
confinada a ninguna forma. Es un poder y ese poder es infinito. Ese poder infinito puede realizar
cualquier tarea difícil. Dios puede asumir cualquier cantidad de formas, pero el poder divino es uno solo y
el mismo. El mismo principio del Âtma (Âtma tattva) que reside en este cuerpo como el morador interno
está presente en cada ser humano también. Por ejemplo, pueden referirse a la corriente eléctrica como
C.D. o C.A., pero la naturaleza básica de la corriente es la misma. Similarmente, el principio del Âtma es
el mismo en cada ser humano. Considerando el merecimiento (prapti) de los individuos en cuestión, Dios
interfiere para lograr una transformación en ellos.
2
Al hacerlo, Dios se ajusta a cierta forma de normas que Él mismo se impone. La transformación de
la mente humana no puede lograrla un ser humano ni la recitación de algún mantra. Sólo es posible
cuando Dios así lo dispone. Dios puede lograr cualquier cosa. Él puede estar presente en cualquier parte
y en todas partes a la vez. De conformidad con la declaración “Brahma es sólo uno sin segundo” (Ekam
eva advitîyam Brahma), Dios no cambia. Si Él cambiara, el universo entero cambiaría. Es una seria
equivocación pensar que Dios ha cambiado. Dios es verdad, es eterno e inmaculado. Nadie puede cambiar
a semejante Ser Supremo (Paramâtma). No es fácil comprender a la Divinidad.
¡Encarnaciones del amor!
El amor de ningún ser humano puede igualar al amor de Dios. El amor de Dios es inmutable. Él
puede asumir cualquier cantidad de formas, pero Su amor por los seres humanos permanece inmutable.
Dios carece de atributos, es puro, eterno, inmaculado, la morada final, iluminado, liberado y la
encarnación de la santidad. Pueden llamarlo por cualquier nombre: Venkateshvara, Rama, Krishna o Sai
Baba. Únicamente los nombres difieren, pero Dios es uno solo. Por esto se ha explicado a la divinidad
como: “Brahmán es uno solo, sin segundo” (Ekam eva advitîyam Brahma). Algunos pueden pensar que
Dios ha asumido una forma humana como Rama o Krishna y que, por ende, ahora no hay Dios. Lo que ha
sucedido realmente en este ejemplo es que Dios no ha cambiado, Él ha permanecido inmutable sin
importar la forma que Él haya asumido. Es sólo un cambio en la percepción que ustedes tienen de Dios.
La voluntad de Dios es inmutable.
¡Encarnaciones del Amor!
Cultiven amor puro, porque la pureza es unidad y esa unidad es divinidad. Dejen que su amor
individual sea transformado en amor puro por Dios. A veces, la gente duda si el amor de Dios hacia ellos
ha sufrido un cambio. Nunca. El amor de Dios nunca sufrirá cambio alguno. Por ejemplo, tienen un
tronco de madera. Con él pueden hacer cualquier clase de muebles, como una silla o un banco. Pero el
material básico, es decir, la madera, permanece igual. Similarmente, el amor de Dios siempre permanece
inmutable. Dios puede realizar cualquier tarea. A veces Él puede darles darshan a algunas personas,
mientras otras pueden no recibir este beneficio. Mucho depende de su actitud mental. Cultiven una fe
inquebrantable y una devoción centrada en Dios. Muchos yoguis y renunciantes anhelaron el darshan de
Dios, pero unos pocos pudieron obtener esa gracia con una fe inquebrantable y devoción centrada en Dios.
Hace algún tiempo, cuando visité Rishikesh, le di darshan a Swami Purushottamananda, que vivía
en la cueva de Vasishta, ubicada en el camino hacia Badrinath en los Himalayas. Él practicaba
austeridades y vivía solo en esa cueva. Solía tener una pequeña lámpara de aceite en la cueva. La misma
estaba algo alejada del camino. Él solía comprar leche y hacía algo de té con ella. Ese era su único
alimento. El resto del tiempo, él estaba inmerso en sus prácticas. Pasaron los días. Después de un tiempo,
él no tenía suficiente fuerza para ir hasta el camino a comprar la leche y regresar a su cueva. Por eso, sus
viajes para obtener leche se hicieron menos frecuentes, es decir, una vez a la semana. Un día, él se enteró
de que Bhagavan Baba se estaba quedando en el ashram de Sivananda por unos pocos días. Él ansiaba
tener el darshan de Swami. Por lo tanto, envió una carta a través de un mensajero rogando: ¡”Bhagavan!
Por favor ven a mi cueva y otórgame Tu darshan”. Yo era consciente de su intensa devoción por Swami.
Ví su carta e inmediatamente Me apresuré a ir a la cueva de Vasishta para darle darshan. La entrada a la
cueva tenía una puerta. A Purushottamananda no le quedaba energía para levantarse y abrir la puerta.
Kasturi Me acompañaba en ese viaje. En aquel entonces él era muy fuerte. Ambos, Kasturi y Yo,
tratamos de abrir la puerta. Finalmente pudimos abrirla. Purushottamananda estaba muy feliz de vernos.
Él quería pasar algunos minutos solo, en la Divina Presencia de Swami. Por lo tanto, le pidió a Kasturi
que entrara a la cueva y mirara alrededor.
Kasturi, con su curiosidad periodística, entró.
Purushottamananda fijo su mirara en Mí y quedó perdido en bienaventuranza. Después de unos
momentos, volvió a la normalidad. Le dije que Yo volvería a visita su cueva una vez más. Al día
3
siguiente mismo visité a Purushottamananda y pasé algún tiempo con él. Después de Mi regreso al
ashram de Sivananda, Swami Sivananda estaba algo decepcionado de que Yo hubiera visitado la cueva de
Purushottamananda dos veces y no hubiera pasado más tiempo en el ashram de Sivananda.
En mi segunda visita a la cueva de Vasishta, le pedí un papel a Kasturi y escribí una fecha particular
para Mi siguiente visita al ashram de Purushottamananda. En la fecha programada, Purushottamananda
tomó su sagrado baño en el Ganges y esperó ansiosamente Mi darshan. Perdido en la contemplación de
Mi Forma Divina, él tuvo una visión divina. Algunos minutos después, dejó su cuerpo mortal en ese
profundo estado de samadhi. La noticia Me fue transmitida cuando Yo estaba en Delhi. Se Me informó
por telegrama que Purushottamananda se había fundido en Swami. Yo confirmé la noticia diciendo: “Sí,
sí”. Curiosamente, su cumpleaños y la fecha en la que alcanzó el samadhi eran iguales. Posteriormente,
cuando la puerta de la cueva de Vasishta fue abierta, la cueva entera estaba cubierta de vibhuti (ceniza
sagrada). El cuerpo de Purushottamananda fue luego llevado al río Ganges por los discípulos de
Sivananda. A partir de entonces, el nombre y la fama de Purushottamananda se difundieron por doquier.
Los discípulos de Purushottamananda posteriormente visitaron Prashanti Nilayam para tener Mi darshan.
Se quedaron en el ashram durante diez días completos. Yo les proporcioné un buen alojamiento y todas
las comodidades. Disfrutaron de la visión (darshan), del contacto (sparshan) y de la conversación
(sambhashan) de Swami en plenitud y finalmente partieron hacia su lugar, llevando consigo el amor y las
bendiciones de Swami. Purushottamananda fue un alma noble. Él era un verdadero Purushottama (el
mejor entre los hombres). Ésta es la historia de Purushottamananda.
Todo el mundo estaba feliz de leer en los periódicos que Bhagavan Shri Sathya Sai Baba había
visitado en dos días consecutivos el ashram de Swami Purushottamanda. La felicidad de ustedes es Mi
felicidad. La cueva de Vasishta se ve todavía tal cual era cuando Purushottamanda vivía allí. Está
perfectamente limpia y es un lugar sagrado, que satura de atmósfera divina el ashram entero. Los
discípulos de Purushottamanda Me dijeron: “¡Swami! Toda la atmósfera del ashram está saturada de
vibraciones divinas. Sentimos como si Swami Purushottamanda estuviera todavía con nosotros”. Yo les
dije: “¡Muy bien! Continúen sintiendo su presencia allí y disfruten de la bienaventuranza”. Durante Mi
última visita a Delhi, hice arreglos para llevar a cabo una sesión de bhajans en el día de nacimiento de
Purushottamananda, colocando una foto de Purushottamanda allí.
Así, muchos santos y visionarios demuestran un intenso amor y devoción por Mí y anhelan Mi
divino darshan.
Traducción: Arlette Meyer
Revisión: Mercedes Wesley
4
Descargar