96016111 - Superintendencia Financiera de Colombia

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COMPAÑÍAS DE SEGUROS, EFECTOS DE LA RESOLUCIÓN 200 DE 1995
SOBRE INVERSIONES NEGOCIABLES
Concepto Nº 96016111-0. Mayo 6 de 1996.
SÍNTESIS: Cupos o límites de inversión. Inversiones negociables y
no negociables en compañías aseguradoras y en sociedades
capitalizadoras. Efectos contables de los ajustes por inflación.
Requerimientos de patrimonio técnico. Generación de utilidades en
ejercicios futuros. Repercusiones en el mercado nacional de valores.
[§ 0072] EXTRACTOS.-«En el Decreto 2337 de 1995 se dispone, en su artículo
sexto, que lo regulado en los artículos 61 a 136 del Decreto 2649 de 1995 se aplicará en
forma subsidiaria respecto de las normas contables especiales que dicten las autoridades
distintas al Presidente de la República. En consecuencia, las normas particulares que
profiera la Superintendencia Bancaria, relacionadas con los ingresos de las compañías,
prevalecerán sobre las del Decreto 2649 de 1993.
Con relación a los ingresos generados por valoración de inversiones negociables de
renta variable, en el plan único de cuentas para el sector asegurador, Circular Externa
017 de 1995, y en la Resolución 200 de 1995 se dispone que constituye un ingreso la
variación y que se presente entre el valor de mercado y el último valor contabilizado.
Aunque estas normas, en virtud de lo dispuesto en el Decreto 2337 de 1995,
prevalecen sobre lo dispuesto en el Decreto 2649 de 1993, es conveniente resaltar que
esta reglamentación no se opone a lo que se reguló en este último decreto. Veamos:
De acuerdo con lo previsto en el artículo 97 del Decreto 2649 de 1993, los ingresos
realizados no necesariamente deben corresponder a aquellos que se hayan convertido en
efectivo. Es suficiente requisito para reconocer los que sean razonablemente
convertibles en efectivo. Estamos en el campo de lo posible y no de lo inminente. No es
necesario que el proceso interno del inversionista lo conduzca a la decisión de vender.
La redacción de la norma implica que se reconozca el ingreso cuando se den los
supuestos de razonabilidad respecto de la posibilidad de su convertibilidad en efectivo.
Los aumentos en el precio de las acciones inscritas en bolsa que no suponen
intención de control, se encuentran en tal circunstancia: No han sido convertidos en
efectivo pero son razonablemente convertibles en efectivo. Si se trata de acciones que
no suponen valor agregado por el control que den de la compañía, el precio transado en
bolsa debe reflejar el verdadero y las transacciones de inversiones de idénticas
características efectuada, con anterioridad a la fecha de la valoración revelan
razonablemente que la inversión sería convertible en efectivo por el valor en que fue
valorada.
En ausencia de ánimo de control la valoración de una inversión negociable no puede
depender de la intención que tenga el inversionista de retenerla por un plazo mayor o
menor. Esa mera tendencia subjetiva tampoco tiene el alcance de neutralizar los factores
que hacen que la inversión sea razonablemente convertible.
Asunto distinto es que la inversión se efectúe con ánimo de control, ya que en este
evento la utilidad del recurso no se deriva exclusivamente de las características de la
inversión sino que devienen de la particularidad de la empresa respecto del inversionista
y porque la manifestación hecha en este sentido evidencia una política empresarial de
permanecer en posesión del papel que tiende a ser inmutable.
Por otra parte, una vez reconocida la existencia de un ingreso que puede generar
utilidad, su permanencia o destinación debe ser sometida al escrutinio de los
accionistas, pues este es uno de sus derechos y la razón de participar en el contrato de la
sociedad1.
2. Cupos o límites de inversión.
Uno de los componentes fundamentales de la regulación financiera del sector
asegurador y de capitalización es el relativo a la diversificación de inversiones.
Tanto las compañías de seguros como las sociedades capitalizadoras cuentan dentro
de sus activos con portafolios de inversión que respaldan las reservas técnicas y el
patrimonio de la compañía. Estos rubros garantizan las obligaciones derivadas de sus
contratos de seguro o de las cédulas de capitalización, lo que significa que parte de la
seguridad de su operación está cifrada en la de su portafolio.
La diversificación del portafolio es un elemento primordial de control del riesgo
financiero, pues reduce la incertidumbre sobre el rendimiento de las inversiones y, por
consiguiente, acota el efecto adverso que pueda tener una clase de inversión o título
sobre las finanzas de la compañía'2.
La importancia que el legislador reconoce en esta herramienta de control es evidente,
al haberse consignado en el Estatuto Orgánico del Sistema Financiero los rubros en los
cuales las compañías de seguros y las sociedades de capitalización pueden representar
sus inversiones admisibles. Este es el verdadero origen de la limitación en la destinación
de recursos.
Por otra parte, como es reconocido en su comunicación, la valoración de las
inversiones a precios de mercado implica que la realidad económica de estos activos se
presente en los estados financieros.
En el anterior orden, si los cupos de inversión resultan excedidos por efecto de cambiar
a un método de valoración más adecuado, no puede concluirse que el método sea
impertinente. La conclusión, por el contrario, es que ha existido una situación de riesgo
en el portafolio de inversión que, por efecto del uso de una metodología inadecuada en
la valoración de inversiones, había pasado inadvertida.
Ver artículos 98 y 379 del Código de Comercio y Gabino Pinzón, “Sociedades Comerciales, Teoría
General”, Volumen 1, 5° Edición, Editorial Temis, Bogotá, 1988, págs. 65 y 151.
2
Ver J. Fred Weston Thomas E. Copeland, "Finanzas en administración", Volumen 1, 8ª edición, pág.
433. Mc Graw-Hill. 1990.
1
De todas maneras, es necesario ilustrar que los excesos por efecto de la valoración de
las inversiones no se han generado universalmente. Veamos:
a) Inversiones no negociables. Los cupos de las inversiones no negociables no se
afectan por efecto de la Resolución 200 ni en las entidades aseguradora, ni en las
capitalizadoras.
Las inversiones no negociables están registradas por el valor correspondiente a su
costo ajustado. El mayor valor de la inversión con relación al costo ajustado se
contabiliza como una valorización, en un rubro separado al del valor de la inversión.
Desde este punto de vista no debe generarse un exceso de inversión por efecto de la
metodología de valoración dispuesta en la Resolución 200 de 1995, pues el valor por el
cual se tiene en cuenta la inversión permanece inalterado.
b) Inversiones negociables de entidades aseguradoras. En el caso de las
inversiones negociables el valor de la valorización está incluido en el valor de la
inversión y, por lo tanto, existe la posibilidad de que se excedan los cupos si la base
para determinarlos no crece al mismo ritmo que el valor de la inversión.
La base para calcular los cupos globales de las inversiones admisibles aumenta en el
mismo valor que aumentan las inversiones, pues todos los rubros que se aumentan en el
activo tienen su contraparte en el estado de resultados. No obstante, es posible que las
inversiones excedan los cupos porque la proporción del incremento puede ser diferente.
Adicionalmente, aun siendo la proporción global la misma, en cada tipo de inversión
podría ser diferente.
La base para calcular el cupo de la inversión de las reservas es el 400% del valor de
éstas. Los cupos por lo tanto pueden superarse porque la inversión aumentaría en valor
al tiempo que la base permanece estática. El exceso de inversión debería ser
reclasificado como inversión admisible y, por lo tanto, podría presentarse exceso en las
inversiones admisibles dependiendo de la magnitud de los recursos en general con que
se incrementa el denominador de la ecuación.
c) Inversiones negociables en capitalizadoras. El efecto del método de valoración
sobre la base de cálculo para los cupos de las inversiones admisibles de las sociedades
de capitalización es el mismo que para las entidades aseguradoras y, por lo tanto, resulta
pertinente lo mencionado en los literales a) y b) anteriores.
No obstante, en algunas inversiones tales como las contempladas en los literales a),
b), f), k) y m) del artículo 182 del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, la base de
cálculo para el cupo de las inversiones es el capital pagado más las reservas
patrimoniales, las reservas técnicas del último trimestre o los boceas según el caso.
Estas cuentas no se incrementan con la valoración de inversiones. En consecuencia, en
estos casos los cupos podrían superarse al aplicar la metodología de valoración
apropiada.
3. Efectos contables de los ajustes por inflación.
De conformidad con lo reglamentado en el Decreto 2336 de 1995, sobre los ingresos
por la valoración de inversiones a precios de mercado se debe constituir una reserva no
distribuible.
Ésta, aun cuando forma parte del patrimonio de las entidades no será objeto de ajuste
por inflación de acuerdo con las normas aplicables a los rubros no monetarios. Veamos:
a) Rubros a excluir del ajuste por inflación al patrimonio. En el artículo 95 del
Decreto 2649 de 1993 se definen los valores que no deben ser objeto de ajuste por
inflación en el patrimonio, entre los cuales se incluyen los correspondientes a
valorizaciones de activos, “good will”, y el “know how” y demás partidas estimadas o
que no hayan sido producto de una adquisición efectiva.
Desde el punto de vista técnico la disposición anterior se justifica así:
Para las valorizaciones, la base para determinarlas es el avalúo comercial realizado
bajo parámetros técnicos. Bajo esta premisa, su saldo se va actualizando mediante
nuevos avalúos y no existe motivo para aplicar un índice de ajuste adicional a la
valorización. Motivos análogos se pueden emplear para el caso de los intangibles
estimados como el “good will” y el “know how” pues, si su valor proviene de una
estimación, puede reajustarse en cualquier momento de acuerdo con criterios
sustentados.
La reserva patrimonial que debe constituirse de conformidad con lo dispuesto en el
Decreto 2336 de 1995, sigue los lineamientos mencionados, toda vez que proviniendo
de la valoración de mercado en cuyo valor se reconocen conceptos como los ajustes por
inflación, el ajuste en cambios y la valorización, la misma está debidamente actualizada
y no requiere ajuste;
b) Naturaleza del ingreso por valoración de inversiones. De acuerdo con lo
previsto en el Plan Único de Cuentas para el sector asegurador, los ingresos por
valoración de inversiones corresponden a la variación por aumento del valor de las
inversiones negociables como producto de su medición a precios de mercado. El valor
de mercado está reconociendo el ajuste por inflación de las inversiones y por tanto la
valoración en esos términos involucra la corrección.
Ahora bien, en el Decreto 2336 de 1995 se dispone mantener como reserva las
utilidades que se generen al cierre de cada ejercicio contable por la aplicación de
sistemas de valoración a precios de mercado y que no se hayan “realizado”
tributariamente de conformidad con el artículo 27 del estatuto de esa disciplina. En este
entendido, la reserva corresponde a la diferencia entre el ingreso “realizado” en los
términos mencionados y el ingreso total obtenido como consecuencia de la valoración
de inversiones. Sobre los títulos de inversión que sigan formando parte del portafolio de
la entidad, el ajuste a precios de mercado para el siguiente período se realizará a partir
del valor reexpresado, sin deducir la fracción que engrosó la reserva. Así, al repetir el
procedimiento en el período siguiente, el ajuste por inflación correspondiente a la
utilidad en la reserva va implícito en la valoración de la inversión en su integridad y se
reflejará en el nuevo saldo obtenido.
c) Casos análogos. Similar procedimiento, es el aplicable actualmente al ajuste en
cambios y a la corrección monetaria, UPAC, los cuales, por ser producto de la
reexpresión de cifras no monetarias, se encuentran permanentemente actualizados.
4. Requerimientos de patrimonio técnico.
Partiendo de la premisa consignada en su comunicación, las empresas de seguros y
capitalización se han desarrollado bajo un esquema de matrices y subsidiarias con
sociedades que en su mayoría son cerradas y no están inscritas en bolsa.
La inversión en esas compañías, bien sea por no estar inscritas en bolsa o por tratarse
de inversión de control, se debería clasificar como no negociable. El procedimiento de
valoración para este tipo de inversiones no varió a causa de la Resolución 200 de 1995.
En consecuencia, no es posible que bajo las circunstancias mencionadas se genere
una variación en el patrimonio técnico por efecto del procedimiento de valoración de las
inversiones en compañías de seguros o sociedades de capitalización.
5. Generación de utilidades en futuros ejercicios.
Menciona en su comunicación que la distribución de dividendos podría verse
comprometida en el futuro, en la medida que la compañía genera parte de sus utilidades
de dividendos de sociedades en las cuales tiene inversiones.
En su opinión ello sería así por cuanto nuestro mercado no reconoce el valor del
dividendo en el precio de la acción, supuesto este en el cual se basan las normas
vigentes sobre valoración de inversiones negociables al no permitir contabilizar
separadamente, como ingresos, los dividendos que generen tales inversiones. Agrega
que nuestro mercado reconoce más que el dividendo, el potencial de valorización futura
y el valor intrínseco de la acción.
Los resultados de las compañías no deberían modificarse a raíz de la manera como en
la Resolución 200 se señala que deben contabilizarse los dividendos percibidos por una
inversión en acciones negociables.
En el momento de recibir el dividendo en efectivo la sociedad inversionista reduce en
la suma correspondiente el valor a precios de mercado de la inversión. Con el siguiente
ejemplo, en donde se efectúa valoración a precios de mercado en cada período to y se
recibe un dividendo en efectivo de $15 entre los periodos t1, y t2, se ilustra lo anterior:
Valor de mercado de la acción
Inversiones
Efectivo
P y G-Ingreso
Incremento total valor de mercado
Resultado en P y G
to
100
100
20
t1
120
120
t2
121
121
15
16
21
36
El valor de mercado entre t0 y t1 sube en 20 y en consecuencia hay un ingreso por el
mismo valor. Entre t1 y t2, el valor de mercado se incrementa en l. Sin embargo hay un
ingreso por 16 dado que como consecuencia del dividendo recibido (por valor de 15) en
el período, la inversión se reduce de 120 a 105 y es este último valor el que se toma
para efectos de comparar con el valor a precios de mercado presentado en t2.
En este ejemplo se puede observar cómo el incremento total en el valor de mercado
de la acción fue de 21 y los ingresos generados son de 36, es decir que toman en cuenta
los dividendos recibidos.
Veamos en el caso que se presentara una permanente reducción en el valor de la
acción a precios de mercado:
Valor de mercado de la acción
Inversiones
Efectivo
P Y G Ingreso
P Y G Egreso
Incremento total valor de mercado
Resultado en P y G
t0
100
100
t1
80
80
t2
79
79
15
14
20
21
36
Como se observa en los ejemplos anteriores frente al dividendo recibido en efectivo
el resultado obtenido en el estado de pérdidas y ganancias es neutro pues de manera
similar a como ocurría antes de expedirse la Resolución 200 de 1995, en dicho estado se
reconocen las sumas percibidas como dividendo.
6. Repercusiones en la ampliación del mercado nacional de valores.
Respecto de su comentario en torno a la distorsión en la información financiera y la
dificultad en la comparación de los estados financieros debemos decir que en el caso
particular de las compañías de seguros, sobre las cuales menciona que usualmente
generan pérdida técnica y derivan sus utilidades del producto de sus inversiones, no
consideramos que se debiera llegar a conclusiones distintas en este aspecto por mera
virtud de la valoración de inversiones a precios de mercado.
Estamos de acuerdo en que se debe ser cuidadoso al comparar datos anteriores y
posteriores a la modificación de las normas sobre valoración de inversiones. Sin
embargo, a futuro la comparación de cifras que tengan el mismo tratamiento normativo
en el tema de inversiones, no presentará mayor dificultad en su lectura e interpretación.
En cuanto a un eventual debilitamiento patrimonial que pudiera presentar una
sociedad frente a la normatividad sobre valoración de inversiones negociables, estando
en cabeza de la asamblea de accionistas la decisión sobre la repartición de las utilidades
obtenidas por la compañía así como la utilización de la reserva a la que hace referencia
el Decreto 2336 de 1995, consideramos apropiado el esquema contable de la Resolución
200, en cuanto son precisamente los accionistas los que toman las decisiones sobre su
propiedad.
En relación con su comentario sobre el desestímulo a la inscripción de acciones en
bolsa que significaría la actual normatividad sobre valoración de inversiones, el hecho
de que la asamblea de accionistas de una compañía decida cancelar la inscripción en
bolsa de sus acciones es y continúa siendo autónoma, ahora con más elementos de
juicio. Naturalmente que frente a tal decisión existen efectos negativos que considerar,
entre otros las condiciones tributarias favorables que con respecto a su inversión
perderían sus accionistas, particularmente si se trata de una acción calificable como
negociable que se perdería la liquidez secundaria y con ello la posibilidad de que su
cotización sea permanentemente actualizada por la oferta y la demanda de la misma,
caso en el cual la inversión disminuiría en valor contable si se tuviera, como ocurre en
muchos casos, y que el valor patrimonial pudiera estar por debajo de su cotización
bursátil».
NOTA: El tratadista Herbert Stumpf da una definición, según la cual, "por know
how han de entenderse conocimientos y experiencias de orden técnico, comercial y
de economía de empresa, cuya utilización le permite o, llegado el caso, le hace
posible al beneficiario no sólo la producción y venta de objetos, sino también otras
actividades empresariales tales como organización y administración". Para efectos
del impuesto sobre la renta, el artículo 1° del Decreto Reglamentario 2123 de 1975
dice: "Entiéndese por know how la experiencia secreta sobre la manera de hacer
algo, acumulada en un arte o técnica y susceptible de cederse para ser aplicada en
el mismo ramo, con eficiencia".
Conc. Capítulo 1, Circular Externa 100 de 1995, Superbancaria. VÉASE ADEMAS:
Consejo de Estado, Sección Cuarta, C.P. Consuelo Sarria Oleos, Sentencia del 13
de diciembre de 1995, Expediente 7188.
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