Tema 4. la oratoria. Ciceron

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Tema 4. LA ORATORIA. CICERON.
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1- La oratoria romana: concepto y técnicas.
1.1- Definición y características.
Se definía la oratoria romana como el arte de la persuasión por medio de la palabra. En el sistema
político republicano, donde no había libertad suficiente de palabra y el sistema judicial tenía cierta
independencia, este género literario constituyó una de las manifestaciones más originales y fecundas del genio
romano. En ella descargaba un doble oficio.
A – El dominio de la oratoria era el medio más eficaz de imponer la propia voluntad y de tener el
mayor ascendiente en una masa que no sabía leer ni escribir. El buen orador tenía una poderosa arma política
en sus manos, ya que por medio de este arte podía conseguir los votos de los ciudadanos e inclinar a su favor la
voluntad del Senado.
B – La oratoria era imprescindible en las causas judiciales, donde el abogado debía inclinar en favor de
su cliente las voluntades de los jueces.
Cuando en la época imperial dejaron de existir la libertad política y la independencia judicial, la
oratoria se convirtió en la actividad aúlica, en un género literario ejercitado sólo en el marco de las escuelas.
1.2- Técnicas.
La oratoria llegó a ser uno de los géneros más evolucionados, principalmente tras el influjo que recibió
de Grecia en el S. II a. de C. L as técnicas de la oratoria (retórica) eran enseñadas en las escuelas por los rétores
en el grado que en la terminología actual se podría llamar enseñanza superior. Las principales escuelas estaban
en Grecia (Atenas y Rodas) donde acudían los jóvenes privilegiados de la sociedad romana.
Desde el punto de vista literario había tres tendencias o escuelas en el arte de la palabra.
a)- Aticista. Defendía la sobriedad, concisión en el discurso y desprecio de todo patetismo. Esta
tendencia responde a una concepción de la lengua como un sistema acabado e inmutable: “huye de la palabra
nueva como de un escollo” decía César en su Obra de gramática “De analogía” sistema acabado e inmutable. En
Roma está representado por L. Calvo (82 – 47 a. C.), D. Junio Bruto (85 – 42 a. C.) y Catón de Útica (95 – 46 a.
C.).
b)- Asianista. Tiende a periodos largos, grandilocuentes, a la expresión florida y a la hinchazón poética,
con gran cuidado del ritmo oratorio; inspirada por los rétores de Asia Menor, el representante en Roma es
Hortensio (114 – 50 a. C.). Esta tendencia consideraba la lengua como un sistema abierto a la manera de un
organismo vivo que crece e incorpora nuevos elementos.
c)- Rodia. Manteniendo amplitud, abundancia y brillantez del discurso, esta escuela busca el equilibrio y
el gusto. El principal representante en Grecia es Molón de Rodas, y en Roma Cicerón, su discípulo.
2- La oratoria anterior a Cicerón.
- El primer orador del que tenemos noticia fue Apio Claudio el Ciego, personaje político del S. III a. de C.
Escribió discursos en griego con fines de propaganda política, por lo que, además de ser pronunciados en el
Senado y en el foro, estaban destinados a su publicación. Cicerón leyó aún alguno de ellos.
- Catón el Censor. ( 230-149 a de C.), del que nos quedan fragmentos de 80 discursos. Catón era un homo
novus, hombre que tuvo que triunfar por sí mismo. El instrumento que tuvo para ello fue su capacidad de
persuasión demostrada con oratoria combativa y virulenta, a la vez que brusca y cortada. Según Catón el orador
es “un hombre de bien, experto en el arte de la palabra”. Porque no debe buscar la eficacia del discurso al
margen del debate de los problemas morales. Catón concebia el discurso como un todo en el que la expresión
formal surge necesariamente del contenido: re tene, verba sequentur, capta el asunto, que las palabras
vendrán solas.
Durante los siglos II a. de C. entra en juego un factor importante para el desarrollo de los géneros literarios,
el influjo de la oratoria griega. Los griegos no solo tenían magníficos oradores, sino que habían elaborado toda
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una teoría sobre la oratoria para hacer la más eficaz, la retórica. A partir de ahora empiezan a florecer escuelas
retóricas en Roma (no sin una fuerte oposición al principio).
El círculo de los Escipiones desempeñó un papel muy importante en la asimilación de la literatura griega, la
filosofía, el arte..., por parte de la sociedad romana.
En los años anteriores a la época de Cicerón, marcados por las luchas sociales, hay que citar a los
hermanos Graco, líderes de la reforma agraria; a quienes Cicerón consideraba sus maestros. También hay que
citar a Hortensio poco mayor que Cicerón y antagonista en las causas importantes. Abogado brillante de
oratoria ampulosa al estilo asianista. Pronto fue olvidada su oratoria y la de los oradores precedentes ante la
aparición de Cicerón, orador más importante de todos los tiempos.
3 - Cicerón.
3.1-Vida y contorno histórico.
Marco Tulio Cicerón (106 – 43 a. C.), desciende de una familia de clase media, nació en una pequeña
ciudad del Sur de Lacio Arpino. Recibió su formación en Roma y la completó en Grecia. Vivió en el medio siglo
final de la República, época de grandes convulsiones internas. Fue protagonista en la conjuración de Catilina. En
“La Guerra Civil” estuvo del lado de Pompeyo; Cesár vencedor, lo perdonó (generosidad que Cicerón no supo
apreciar); él se retiró entonces a la vida privada y redactó sus obras filosóficas.
Tras el asesinato de César, Cicerón creyó que era posible la plena restauración de la República, y volvió
a la palestra política, pronunciando sus Filipicas contra Marco Antonio (heredero de César), cuyos sicarios, tras
darle muerte, clavaron su cabeza en una pica y la pasearon por el foro.
Cicerón es un prototipo romano en cuanto aúna perfectamente “el otium y el negotium”, el
pensamiento y la acción, desarrolla una actividad intelectual incesante y a la vez una actividad pública intensa.
3.2- Obra
Atendiendo a las materias tratadas puede encuadrarse la obra de Cicerón en cuatro grupos: Oratoria,
Retórica, Filosofía y Epistolografía.
3.2.1 - Oratoria.
Cicerón es el más grande de los oradores romanos, es la culminación de una larga tradición oratoria
desarrollada y perfeccionada durante la República en condiciones ideales de libertad política. Casi todos los
oradores que le precedieron desarrollaron actividades políticas, sociales o de gobierno: Catón, Escipión,
Emliano..........hasta llegar a Antonio y Craso, los maestros de Cicerón.
En el S. I a. de C. (época de Cicerón) había dos corrientes oratorias: el asianismo que tiende a períodos
largos, grandilocuentes, a la expresión florida y a la hinchazón patética, con gran cuidado del ritmo oratorio, el
máximo representante es Hortensio; por otro lado estaba el aticismo, que se distingue por la desnudez de la
expresión y por el desprecio de todo patetismo. Cicerón aúna lo mejor de estas dos corrientes, es un caso
aparte difícilmente encasillable, puede decirse que en los discursos de su juventud puede encontrarse una
influencia de asianismo y en los de madurez la expresión muestra un mayor parecido con el aticismo; pero en
realidad Cicerón reúne lo mejor de ambas escuelas prescindiendo de encuadramientos cronológicos, es decir
dentro del mismo discurso aparecen muestras claras de ambas tendencias según qué exigen las circunstancias
barroquismo o desnudez ornamental.
(V. punto nº. 2 del tema)
- Sus discursos pueden dividirse en:
- Judiciales, pronunciados ante un tribunal como abogado defensor, (discursos pro = en defensa de) o
acusador (discursos in = contra);
- Políticos, pronunciados en el Senado o en el Foro. Veamos por orden cronológico algunos
especialmente importantes de ambos tipos.
a)- In C. Verrem (“Discursos contra Verres “ o “Verrinas” 70 a. C.).
Cicerón había sido cuestor en Sicilia y había dejado allí un buen recuerdo; por eso, cuando los sicilianos
acusan de concusión y extorsión a su ex gobernador Gayo Verres, encomiendan a Cicerón la defensa de sus
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intereses, mientras que Verres era defendido por Hortensio. Cicerón, después de un acopio de pruebas y
argumentos contra las tropelías de Verres escribe siete discursos demoledores.
b)- In L. Catilinam (“Discursos contra Catilina” o “Catilinarias”; 63 a. de C.)
Catilina, candidato al consulado junto con Cicerón, no es elegido. Trama una conjuración para hacerse
con el poder, incluyendo el asesinato de Cicerón. Éste que conoce todas las maquinaciones, pronuncia contra
Catilina cuatro discursos en presencia del propio Catilina. La actuación de Cicerón le acarreó una gloria
apoteósica y el apelativo de “Padre de la patria”.
c)- Pro Archia poeta. (62 a. C.). Toma como pretexto la defensa del poeta griego Arquías, al que se
acusaba de usurpación del derecho de ciudadanía, para hacer un elogio entusiasta de las letras en general y la
poesía en particular.
d)- Pro Marcello y Pro Ligario. (46 a. C.). Tras el triunfo de Cesár, Cicerón pronunció algunos discursos
en defensa de personajes que habían sido, como él, enemigos del dictador; entre ellos destacan los dos citados.
Cicerón apela la clementia cesariana, de la que hace un desmedido elogio.
e)- In Marcum Antonium ( “Orationes Philiphicae” = “Filipicas” o “Contra Marco Antonio”). (44, 43 a.
C.). Cicerón denomina filipicas a estos catorce discursos contra Marco Antonio en honor a los discursos de
Demostenes contra Filipo de Macedonia. Constituyen su canto de cisne como orador y, para muchos, sus
mejores piezas oratorias, que componen un friso grandioso y deslumbrante por la pureza del vocabulario, la
justeza de los términos, la variedad de las figuras, la densidad de la expresión, el vigor de las frases, la vivacidad
del ritmo y el martilleo de las cláusulas, donde se reflejan la pasión del hombre y el ardor de la lucha.
3.2.2- Retórica.
Cicerón nos ha dejado los discursos más perfectos y las mejores obras sobre oratoria, ha sabido
enseñar cómo se forma un orador y cómo se compone un discurso; la teoría y la práctica se funden en él, sus
principales obras son: “Brutus”, “ De Oratore” y “De Orator”.
a)- “Brutus”.
Titulada con el nombre de la persona a la que está dedicada, la muerte de Hortensio 50 a. C., es una
historia de la elocuencia en Roma, desde los orígenes hasta su época precedida de un pequeño resumen sobre
la elocuencia en Grecia. Cicerón después de referirse a los oradores primitivos cuyo último y más ilustre
representante es Catón, estudia las figuras que más han contribuido al engrandecimiento del género
encuadrándolas en cuatro épocas. Cierra la obra hablando de sí mismo, de su formación y de los comienzos de
su carrera hasta conseguir la fama de que goza. Esta obra es la fuente imprescindible para conocer cualquier
aspecto de la elocuencia romana.
Es importante la polémica sostenida por Cicerón contra los aticistas, que propugnaban un estilo sobrio,
y se oponían a los asianistas, que buscaban por el contrario, la exuberancia del lenguaje. Es el estilo medio o
rodio preconizado `por su maestro Molón de Rodas.
b)- “De oratore y de Orator”.
“De oratore” en tres libros y “de Orator” un libro. Tratan de la formación del orador y la técnica del
orador, Cicerón opina que el perfecto orador ha de ser una combinación de tres factores: disposición natural,
cultura profunda todo lo extensa posible en todas las disciplinas y conocimientos de la técnica del discurso.
La técnica oratoria expuesta en “Oratore” comprende cinco puntos fundamentales
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1- Invención: (inventio).Búsqueda de argumentos apropiados y probatorios.
2- Disposición: (dispositio).Distribución de esos argumentos en un plan adecuado.
3- Elocución: (elocutio).Arte de utilizar la expresión formal, las palabras más convenientes.
4- Memoria: (memoria). Recordar cada cosa en el lugar más apropiado.
5- Acción: (actio).Todo lo relacionado con el aspecto físico en el momento de pronunciar el discurso:
gestos, tono de voz...
- El discurso como tal tiene cuatro partes:
1ª- Exordio: (exordium).Introducción del tema a tratar. Entrada del discurso en la que se trata de captar
la atención del auditorio con la exposición de motivos.
2ª- Narración: (narratio). Exposición clara y breve de los hechos.
3ª- Confirmación: (confirmatio). Aportación de los argumentos.
3ª- Refutación: (refutatio). En la que se rechazan los argumentos del adversario.
4ª- Peroración: (peroratio).Es la parte final destinada a ganarse a los jueces y al auditorio.
Cada una de estas partes exigía un método y una técnicas adecuados para alcanzar la finalidad de todo
discurso, que no es otra que la de instruir, agradar, conmover y convencer.
3.3- Valor literario.
La potencia oratoria de Cicerón se capta en sus discursos: más que una argumentación vigorosa y
convincente, se halla en ellos una atracción ejercida por su ingenio, por toda una serie de recursos que
emocionan y captan al auditorio.
Cicerón lleva la prosa latina a su más alto grado de perfección. Su lengua es de una belleza
insuperable, con una constante preocupación de usar siempre términos y expresiones de la más pura latinidad.
Es la figura más alta del Siglo de Oro de la literatura latina (s. I a. C.). Sus discursos se estudiaban en las escuelas
de Roma viviendo aún el autor; la influencia en los escritores latinos fue enorme, acrecentándose en la E.M. y
alcanzando su cenit en el Renacimiento, quienes se preciaban de no escribir una sola palabra latina que no
hubiese utilizado Cicerón.
APENDICE DE CICERON.
A) - CARTAS.
Se conservan cuatro colecciones de cartas de Cicerón: “Ad familiares”, 16 libros; “Ad Atticum”, 16
libros; “Ad Quintum fratrem”, 3 libros; “Ad M. Brutum”, 2 libros. En total, 37 libros y alrededor de 900 cartas.
Se dice que las cartas de Cicerón son “El más precioso monumento de toda la literatura latina”. Como
documento histórico no tiene precio; pues en ellas se puede seguir día a día la vida política y social del último
cuarto de siglo de la República. Fueron escritas sin pensar en su publicación; por ello poseen un estilo lleno de
espontaneidad y frescura; contienen datos y revelaciones que el autor no hubiera hecho de ser destinadas a la
lectura pública. Esto a su vez es un peligro para Cicerón pues en alguna ocasión se le ha juzgado por lo que dice
literalmente en ellas produciendo un juicio negativo.
B/ - Filosofía.
Cicerón introdujo en Roma las doctrinas filosóficas griegas, haciendo asequible a los latinos lo que
hasta entonces estaba reservado para una elite culta, conocedora del griego. No crea una obra original pero su
mérito reside en su capacidad de síntesis, en su claridad expositiva generalmente en forma dialogada y en la
creación de una terminología filosófica latina. Cicerón no se identifica con ninguna escuela filosófica; es
ecléctico, pero muestra un fervor constante hacia Platón.
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Obras: (agrupadas por temas).
- Tratados políticos. Son: - “De Republica”: (en seis libros) trata de los tres sistemas de gobierno
posibles: monarquía, aristocracia y democracia, y de cómo la república romana es una síntesis de los tres, la
forma de gobierno perfecta. Y el “De Legibus”: (en tres libros) discute los fundamentos del derecho y estudia las
instituciones religiosas y públicas de los romanos.
- Tratados morales. Constituyen lo mejor de su obra filosófica, y son: - “De officiis” (de los deberes), un
manual de moral práctica en tres libros que tratan, respectivamente de lo honesto de lo útil y de las relaciones y
conflictos entre ambos; es una obra sembrada de pensamientos nobles, de sentencias morales, de incitaciones a
la convivencia pacifica, a las relaciones sociales profundamente humanas. – “De finibus bonorum et malorum”
(de los límites extremos de los bienes y de los males, es decir del sumo bien y del sumo mal, en cinco libros.“Tusculanae disputationes” (Tusculanas), en cinco libros, diálogos con varios amigos en su finca de Túsculo. El
hombre sabio o virtuoso, que son la misma cosa, no teme la muerte ni el dolor, ni la enfermedad, ni las pasiones
del alma, y su virtud le basta para ser feliz. – “De senectute” Catón el Mayor, ya anciano defiende y demuestra
que la vejez no es ninguna desgracia, si uno posee la suficiente sensatez.- “Amicitia”, es un fino y riguroso
análisis de la amistad, de su naturaleza y sus limitaciones.
- Tratados de religión. – “De natura deorum” (de la naturaleza de los dioses), en tres libros refuta la tesis
epicúrea de que los dioses, aunque existen, no se preocupan de los hombres. Cicerone siguiendo a los estoicos
defiende que el mundo ha sido creado y está gobernado por la providencia de los dioses. – “De divinatione”(de
la adivinación), en dos libros refuta las creencias de los estoicos en un arte adivinatoria.
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