El derecho a participar Viernes, 02 de Enero de 2009 08:46

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El derecho a participar
Viernes, 02 de Enero de 2009 08:46
Se incluyó a las personas naturales afectadas, quienes estaban marginadas del proceso. Sólo estaban autorizadas las
organizaciones con personalidad jurídica
Por Denise Pascal Allende, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de
Diputados
Uno de los principios del derecho medio ambiental es el de la participación. Éste fue consagrado
internacionalmente en la Declaración de Río, conocida como la Cumbre de la Tierra, en junio de 1992, donde 179
países fueron representados oficialmente y a la que asistieron 118 jefes de Estado y de gobierno. Ellos
establecieron que los humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo
sostenible.
Es bueno recordar, porque el paso del tiempo ayuda al olvido, que el punto número diez del documento suscrito
por Chile establece que "el mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos
los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona deberá tener acceso
adecuado a la información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades públicas, incluida la
información sobre los materiales y las actividades que encierran peligro en sus comunidades, así como la
oportunidad de participar en los procesos de adopción de decisiones. Los estados deberán facilitar y fomentar la
sensibilización y la participación de la población poniendo la información a disposición de todos. Deberá
proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos, entre éstos el resarcimiento de
daños y los recursos pertinentes".
Bajo esta inspiración, la Ley Sobre Bases Generales del Medio Ambiente de 1994 estableció un sistema en el que
las organizaciones con personalidad jurídica pueden realizar observaciones a los estudios de impacto ambiental.
Cuentan para ello con 60 días para efectuarlas luego de publicado un extracto en el Diario Oficial. El texto en su
artículo 29 dice que las comisiones regionales o la nacional "ponderará en los fundamentos de su resolución
las referidas observaciones"; es decir, es meramente consultivo. Pero no es todo, porque después de esos
reparos de la sociedad civil, las empresas pueden efectuar modificaciones sustanciales que pueden alterar el
proyecto original sin que la ciudadanía pueda decir nada, dado que la ley nada expresa. Un resquicio que permite
presentar proyectos a medias y saltarse a quienes puedan efectuar reproches.
Esta anomalía se trata de subsanar en el proyecto del Gobierno que se discute en la Comisión de Medio
Ambiente. En él se agrega un nuevo inciso, que obliga a que cuando las empresas hayan realizado
"aclaraciones, rectificaciones o ampliaciones que afecten sustantivamente al proyecto, el organismo
competente" se abra una nueva etapa de 30 días donde se reciban opiniones.
No nos pareció suficiente y hemos considerado conveniente introducir algunas indicaciones que precisen que el
Estado debe "fomentar" la participación ciudadana. El texto original decía que ésta debe
"facilitarse". Asimismo, hemos ampliado la concepción de los sujetos que pueden y deben hacer
observaciones a los proyectos. Se incluyó a las personas naturales directamente afectadas, quienes hasta ahora
estaban marginadas del proceso. Sólo estaban autorizadas las organizaciones con personalidad jurídica.
Se trata de reconocer a los individuos y a las colectividades humanas derecho a voz respecto de las decisiones
públicas en determinadas actividades productivas que pueden incidir en su vida cotidiana. De aprobarse,
tendremos un avance en la incidencia en el proceso de adopción de decisiones de las comunidades locales. A fin
de cuentas, un triunfo del ejercicio de una democracia que nos ha costado reconstruir. Un estímulo para que todos
los chilenos ejerzan sus derechos.
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