Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 4 de marzo de 2011

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Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 4 de marzo de 2011.-
VISTO:
La actuación nº 506/11, iniciada ante la necesidad de
atención en un hospital público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
para recibir el tratamiento indicado para su embarazo de riesgo.
Y CONSIDERANDO QUE:
1.- Hechos
La denunciante fue derivada desde la
Defensoría del Pueblo de la Nación para la presentación de su reclamo
ante nuestro organismo.
La mujer, domiciliada en la Provincia de San
Luis, refiere estar cursando un embarazo de riesgo y haber sido atendida
por profesional de efector público en esa provincia. El mismo sugirió su
traslado a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para ser atendida en una
institución de salud que contara con mayor complejidad. Sin embargo no
la proveyó de la correspondiente derivación.
La señora manifiesta haber concurrido al
Hospital Materno Infantil “Dr. Ramón Sardá”, en esta ciudad. Refiere
haber sido atendida allí, y que le fue comunicado que dada la complejidad
clínica del caso, debería dirigirse a otro nosocomio, entre los que le fue
mencionado el Hospital General de Agudos “Dr. Carlos Durand”. En este
caso, tampoco le fue provista la derivación institucional pertinente y la
mujer concurrió por sus propios medios al efector.
En el Hospital General de Agudos “Dr. Carlos
Durand” se repitió la misma escena: atendida en el servicio de Obstetricia
se le recomendó presentarse en un hospital de mayor complejidad,
sugiriéndosele el Hospital General de Agudos “Dr. Juan A. Fernández”,
sin derivar a la paciente de un modo formal e institucional.
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Finalmente, la señora recibió atención en el
servicio de Obstetricia del Hospital General de Agudos “Dr. Juan A.
Fernández” realizándosele, entre los estudios diagnósticos, una ecografía
y una resonancia magnética.
En ocasión de la atención recibida le fue
comunicado su diagnóstico (placenta previa oclusiva total, placenta ácreta
con posible invasión sobre el tejido de la vejiga) y el del feto (onfalocele)
informándosele sobre la complejidad del cuadro, la posibilidad de riesgo
de vida para el feto y la incertidumbre respecto de sus posibilidades de
sobrevida.
Se le planteó a la señora la necesidad de
obtener una derivación formal desde el efector de salud de la Provincia de
San Luis, solicitando el envío de copia de historia clínica y estudios
diagnósticos previos realizados allí. Para ello se requería un resumen de
historia clínica emitido por el Hospital General de Agudos “Dr. Juan A.
Fernández”, motivo por el cual la señora se acercó a esta Defensoría del
Pueblo.
Derivado su reclamo al Area de Derecho a la
Salud de nuestro organismo, la denunciante fue entrevistada por el doctor
Carlos Niccolini, Jefe del Area. Por este caso fue dispuesta una visita al
efector y una entrevista con el doctor Jorge Gerscovich, autoridad a cargo
de la Dirección del hospital por licencia ordinaria del doctor José Lanes.
Convocado a esa misma reunión el Jefe del Servicio de Obstetricia,
doctor Jorge Orti, informó sobre los pormenores de la atención brindada y
proceso diagnóstico de la señora, comunicando que dada la edad
gestacional del feto, la intervención sería demorada hasta la semana
treinta y cuatro, momento en el que se realizaría una cesárea
programada. El profesional refirió que aplicaría durante la misma una
técnica de embolización de las arterias uterinas para evitar el sangrado.
Sin embargo, informó que en ese hospital dicha técnica era practicada por
personal médico que laboralmente revestía en calidad de personal
contratado, y dado que esos contratos no han sido renovados, esa
intervención no podría ser practicada en ese efector por la falta de
personal idóneo. Informó que la misma técnica podría realizarse en los
Hospitales Generales de Agudos “Donación Francisco Santojanni” y “Dr.
Cosme Argerich”.
En consecuencia se le requirió al profesional
dispusiera la derivación institucional de la señora hacia alguno de esos
nosocomios; sin embargo, el mismo refirió dificultades en intentos de
derivación de otros pacientes hacia servicios de otros hospitales de la
ciudad, y solicitó la colaboración de esta Defensoría en esa gestión.
Aunque tal pedido excede las funciones de
nuestro organismo, de modo excepcional se procedió a asumir tal rol,
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para lo cual el doctor Niccolini se contactó telefónicamente con el doctor
Eduardo Tognetti, Director del Hospital General de Agudos “Donación
Francisco Santojanni”, para comentar el caso y requerir la atención e
intervención de la mujer.
La respuesta brindada desde el Hospital
General de Agudos “Donación Francisco Santojanni” resultó favorable e
inmediata, requiriendo la derivación formal por parte del Hospital General
de Agudos “Dr. Juan A. Fernández”, acompañada de resumen de historia
clínica y estudios diagnósticos.
Finalmente,
continuará su atención en ese efector.
la
señora
fue
evaluada
y
2.- Sobre la falta de derivaciones institucionalizadas de los usuarios
en el subsector público de salud de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires
Si bien, para el caso puntual de la señora la
gestión realizada desde este organismo logró garantizar su atención
integral, esta Defensoría considera necesario llamar la atención en
relación a un aspecto que hace al funcionamiento del subsector público
de salud (hospitales y centros de salud) dependiente del Ministerio de
Salud del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
De la exposición del caso de marras, de los
relatos de los mismos usuarios y profesionales del subsector y de los
reclamos planteados por quienes se acercan a esta Defensoría surge que
la falta de derivaciones formales e institucionalizadas entre efectores y la
falta de trabajo en red resultan una práctica habitual.
Esta deficiencia afecta la atención integral y
oportuna de la salud de la población.
Es importante destacar que cuando una
persona concurre a un efector del subsector público de salud de la ciudad,
cualquiera sea su complejidad, está ingresando al sistema de salud que
como tal debe ofrecer una respuesta al paciente, sea desde ese efector o
a través de otro del sistema, y en este caso, mediante una derivación
institucionalizada. Si esto último no sucede se profundiza el aislamiento y
anarquía de todos los efectores que integran este sistema.
Cuando un profesional de la salud le indica a
un paciente dirigirse a otro efector sin una derivación formal, no está
realizando una derivación responsable, sino librando a esa persona a su
suerte, sin considerar la solicitud de atención de la salud como un
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derecho, que a su vez para el Estado representa la obligación de brindar
una respuesta adecuada.
Al mismo tiempo, tal conducta desconoce las
responsabilidades que le competen a cada trabajador como miembro del
sistema, pertenencia que, independientemente del cargo que revista, lo
convierte en un funcionario público con obligaciones.
La informalidad en las derivaciones genera una
cantidad de inconvenientes para los usuarios. En principio se ven
alteradas sus actividades habituales y/o laborales afectadas por la
concurrencia a las distintas instituciones de salud, la presencia en horas
de la madrugada para obtener turnos, y las varias jornadas dedicadas a
obtener atenciones médicas de primera vez.
También supone el deambular de los pacientes
por distintos efectores buscando aquel que pueda brindar la atención
especializada y adecuada a los requerimientos particulares de su
situación de salud. En el mejor de los casos lo hacen munidos de una
breve indicación escrita o verbal del profesional que los hubiera atendido
previamente, pero en la mayoría, se presentan sin contar con la misma,
copia o resumen de sus historias clínicas, o con resultados de estudios
diagnósticos.
Asimismo implica que los pacientes, en esa
búsqueda, reinician varias veces el proceso de atención de su salud,
esperando encontrar el profesional/servicio/efector que acepte tomar el
caso y brindarle atención con continuidad.
Siempre conlleva el retraso innecesario en la
atención y/o inicio del tratamiento adecuado, y el consecuente
agravamiento del problema de salud en la demora.
Subjetivamente, la reiteración de estos
episodios es vivida por los usuarios como rechazo, abandono por parte de
los profesionales y las instituciones, aumentando la angustia e
incertidumbre de la persona no sólo ya por la experiencia de un problema
de salud, sino por la falta de respuesta desde las instituciones que se
supone deben brindarla y, a su vez, por la continuidad o agravamiento del
malestar.
La derivación formal e institucionalizada de los
pacientes
es
una
responsabilidad
indelegable
de
cada
profesional/servicio/efector.
La falta de derivación formal puede constituir
un acto de negligencia profesional e institucional que, en la demora de la
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atención, el diagnóstico y el tratamiento, ponga en riesgo la salud o la vida
de los usuarios implicados.
3.- Derechos afectados y normativa vigente
La queja formulada por la requirente pone de
relieve la vulneración del derecho a la atención integral de la salud con
criterios de accesibilidad y oportunidad. Esta conculcación, generada
fundamentalmente por la falta de organización y funcionamiento del
sistema como una red integrada de efectores, daña un derecho amparado
y disposiciones previstas en la normativa vigente.
Cabe dejar sentado que actualmente la salud
es considerada, sin ningún margen de duda, como un derecho humano
básico inherente a toda persona. El derecho a la salud integral ha sido
generosamente reconocido en todos los instrumentos internacionales de
Derechos Humanos como un derecho ligado a la vida y a la integridad
física, y así también en nuestra Carta Magna.
Por su parte, la Constitución de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires en el capítulo dedicado a la salud, garantiza
en su art. 20 “... el derecho a la salud integral...” y más adelante, “... El
gasto público en salud es una inversión social prioritaria. Se aseguran a
través del área estatal de salud, las acciones colectivas e individuales de
promoción, protección, prevención, atención y rehabilitación gratuitas, con
criterio de accesibilidad, equidad, integralidad, solidaridad, universalidad y
oportunidad...”.
El 16 de febrero de 1999 la Legislatura de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires sancionó la Ley Básica de Salud, Ley
153, que rige en la jurisdicción local, en concordancia con los principios
establecidos por la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
(art. 21 C.C.A.B.A.). Así, el art. 1º de dicha ley señala: “Objeto. La
presente ley tiene por objeto garantizar el derecho a la salud, mediante la
regulación y ordenamiento de todas las acciones conducentes a tal fin”. El
art. 2º por su parte define el alcance de la citada Ley: “... Las
disposiciones de la presente ley rigen en el territorio de la Ciudad y
alcanzan a todas las personas sin excepción, sean residentes o no
residentes de la Ciudad de Buenos Aires”.
El art. 4º, que describe los derechos de las
personas usuarias en relación al subsector, indica entre otros el derecho a
la simplicidad y rapidez en turnos y trámites, garantizando así un acceso
sencillo y oportuno a la atención de la salud.
La Ley Básica de Salud de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, en su art. 5º señala: “... La autoridad de
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aplicación garantiza los derechos enunciados en el articulo anterior en el
subsector estatal...”. En el art. 12 establece entre las funciones de la
autoridad de aplicación (inc. c) que: “La organización general y el
desarrollo del subsector estatal de salud, (está) basado en la constitución
de redes y niveles de atención”.
En el art. 14, entre los objetivos del subsector
estatal de salud (inc. h) se menciona “Organizar los servicios por redes y
niveles de atención, estableciendo y garantizando la capacidad de
resolución correspondiente a cada nivel”.
La Ley 3 de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, de creación de esta Defensoría del Pueblo, dispone en el art. 2º:
“Es misión de la Defensoría la defensa, protección y promoción de los
derechos humanos y demás derechos y garantías e intereses
individuales, colectivos y difusos tutelados en la Constitución Nacional, la
Constitución de la Ciudad y las leyes, frente a los actos, hechos u
omisiones de la administración, de prestadores de servicios públicos y de
las fuerzas que ejerzan funciones de policía de seguridad local...”.
4.- Conclusiones
En sintonía con la normativa vigente, con los
derechos que asisten a los usuarios del subsector público, y con las
normas de buena práctica médica resulta menester que el subsector
público de salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires funcione como
una red articulada entre sus efectores.
Para ello es imprescindible que los
funcionarios responsables asuman el compromiso de organizar, formalizar
y poner en marcha esta modalidad, disponiendo lo necesario a tal efecto.
Atento lo expuesto, corresponde emitir un
pronunciamiento sobre el particular.
POR TODO ELLO:
LA DEFENSORIA DEL PUEBLO
DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES
RESUELVE:
1) Recomendar a los/as Directores/as del Hospital Materno Infantil “Dr.
Ramón Sardá”, doctora Elsa Carmen Andina, del Hospital General de
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Agudos “Dr. Carlos Durand”, doctor Carlos Darío Rosales y del Hospital
General de Agudos “Dr. Juan A. Fernández”, doctor José Lanes, que:
a) garanticen que la derivación de pacientes, ante imposibilidades
de asistencia en el nosocomio a su cargo, sea efectuada a través de la
red hospitalaria de un modo formal e institucional que asegure en cada
caso turno programado en el efector que brindará atención y la
documentación necesaria;
b) instruyan al personal de cada servicio respecto de esta
modalidad de derivación.
2) Recomendar al Subsecretario de Atención Integrada de Salud, doctor
Néstor Abel Pérez Baliño y al Director General de Redes y Programas de
Salud, doctor Fernando Solá, dispongan lo necesario para organizar e
implementar sistemas de redes de efectores por cada región sanitaria y
entre las distintas regiones sanitarias, de modo de asegurar mecanismos
de derivación formales y ágiles para aquellos casos en los que se
requiera y que garanticen la atención oportuna de los usuarios y usuarias
del subsector.
3) Poner en conocimiento de la presente Resolución a los/as
Directores/as Generales de las Regiones Sanitarias I, II, III y IV: doctor
Francisco Luis Tropea, doctor Oscar Juan Pérez, doctora Norma Goldín y
doctora Ana Gloria Aramburu, respectivamente.
4) Fijar en 20 días el plazo previsto en el art. 36 de la Ley 3 de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.1
5) Notificar a la presentante, registrar, reservar en el Area para su
seguimiento, y oportunamente, archivar.
Código 445
RN
SAL/Nic.
cd/D/LDS
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Ley 3, art. 36: Con motivo de sus investigaciones, el Defensor o Defensora del Pueblo puede formular advertencias,
recomendaciones, recordatorios de los deberes de los funcionarios, y propuestas para la adopción de nuevas medidas. Las
recomendaciones no son vinculantes, pero si dentro del plazo fijado la autoridad administrativa afectada no produce una
medida adecuada, o no informa de las razones que estime para no adoptarla, el Defensor o Defensora del Pueblo puede poner
en conocimiento del ministro o secretario del área, o de la máxima autoridad de la entidad involucrada, los antecedentes del
asunto y las recomendaciones propuestas.
Si tampoco así obtiene una justificación adecuada, debe incluir tal asunto en su informe anual o especial a la Legislatura, con
mención de los nombres de las autoridades o funcionarios que hayan adoptado tal actitud.
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RESOLUCION Nº 0572/11
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