A C U E R D O

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 6 de junio de
2011,
habiéndose
dispuesto
en
el
establecido,
Acuerdo
2078,
de
conformidad
que
deberá
con
lo
observarse
el
siguiente orden de votación: doctores Negri, Kogan, Genoud,
Pettigiani,
de
Lázzari,
Hitters,
se
reúnen
los
señores
jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario
para
pronunciar
sentencia
definitiva
en
la
causa
C.
101.813, "Cabrera, Juan Carlos y otros contra Cárdenas,
Raúl Augusto y otros. Daños y perjuicios".
A N T E C E D E N T E S
La Sala II de la Cámara Primera de Apelación
en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Lomas
de Zamora confirmó la sentencia de primera instancia que
había admitido la demanda, con costas.
Se
interpuso,
por
los
actores,
recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley.
Dictada
la
providencia
de
autos
y
encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia,
la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente
C U E S T I Ó N
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I Ó N
A
la
cuestión
planteada,
el
señor
Juez
doctor Negri dijo:
1.
Comercial
del
confirmó
la
admitido
la
La
Cámara
de
Departamento
sentencia
demanda.
Apelación
Judicial
de
de
primera
Impuso
las
en
lo
Lomas
instancia
costas
a
Civil
y
de
Zamora
que
había
los
apelantes
vencidos.
2.
accionantes
Nicolasa
Contra
Claudia
Concepción
Noemí
esa
decisión
Cabrera,
Cabrera,
Juan
Carmen
dedujeron
Carlos
Rodríguez
los
Cabrera,
y
Juana
Rodríguez recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley
denunciando la violación de los arts. 509, 750 y concs. del
Código Civil; 375 del Código Procesal Civil y Comercial;
30, 31 y 118 de la ley 17.418; y de doctrina legal de esta
Corte que citan.
Los
agravia
fundamentalmente
que
la
sentencia de la alzada confirmara la parte del decisorio
que libera a la citada en garantía de responder por el
evento dañoso.
Sostienen que la póliza fue emitida el 1 de
septiembre de 1999 y, en consecuencia, la exigibilidad de
la prima recién surgió a partir de esa fecha, es decir,
cuatro días después de ocurrido el evento dañoso que diera
origen a estas actuaciones.
Por esa razón, destacan que al momento del
siniestro
el
luctuoso
episodio
estaba
cubierto
por
la
póliza referida.
Con referencia, a la afirmación de la alzada
relativa a la suspensión de la cobertura por falta de pago
oportuno de la prima contestan que tanto la aseguradora
como los sentenciantes equivocan a partir de qué fecha era
exigible el pago de la prima o premio.
También cuestionan que la decisión tuviera
en cuenta la falta de denuncia del infortunio por parte del
tomador pues, señalan que la Cámara omitió considerar que
la aseguradora fue citada por los damnificados y no por el
asegurado (quien fue condenado en rebeldía), razón por la
cual -sostienen- es irrelevante la falta de denuncia por
parte de aquél.
Respecto
que
el
perito
registros
y
indica
del
informe
contable,
objetivamente
constancias
de
la
qué
manifiestan
expresan
aseguradora,
los
pero
correspondía a los sentenciantes determinar si había o no
exigibilidad y por ende mora en el pago al momento del
siniestro. Destacan la importancia de la fecha de emisión
de la póliza, porque alegan que es a partir de ese momento
en que se determina si hay o no exigibilidad.
Por
absurdo,
al
haber
todo
ello,
considerado
afirman
que
la
que
el
fallo
cobertura
es
estaba
suspendida al tiempo del accidente y omitido contemplar que
la aseguradora tampoco había cumplido con su obligación de
hacer
entrega
de
la
póliza
al
asegurado
al
tiempo
del
evento.
3. El recurso no puede prosperar.
a) La Cámara tuvo en cuenta que en los casos
de falta de cancelación de la primera prima o prima única tal el caso de autos- el asegurador no resulta responsable
por el siniestro antes del pago (v. fs. 326 vta./327).
Consideró acreditado, que la cobertura del
seguro estaba suspendida por falta de cancelación oportuna
de la prima. Destacó que el informe del perito contador
daba cuenta de ello y de la ausencia de denuncia por parte
del tomador del seguro del infortunio que daría lugar al
presente reclamo (v. fs. 327 vta.).
Concluyó,
luego
de
examinar
las
particularidades del caso, que la recepción de la denuncia
y de los pagos efectuados después del vencimiento no tenían
otro alcance para la aseguradora que la rehabilitación de
la póliza.
Por otro lado, con base en las constancias
obrantes en autos (v. contestación de citación en garantía
de fs. 48/58 vta., póliza agregada a fs. 37/47; informes
periciales de fs. 181/186; 222/224; 225/226 vta.; 239/240)
la alzada señaló que resultaba irrelevante la alegada falta
de entrega de la póliza o del certificado de cobertura (v.
fs. 327 vta./328). Ello así, en tanto examinó las condiciones
de pago pactadas, como las observaciones realizadas por el
perito, de las cuales surgía la existencia de una prima
única que debía abonarse el 13 de julio de 1999 y cuya mora
en el pago había originado automáticamente la suspensión de
la garantía.
b) No advierto que la Cámara al analizar el
material probatorio, la conducta asumida por las partes y
determinar que la cobertura del seguro se hallaba suspendida
a la época del siniestro, haya incurrido en las infracciones
denunciadas.
Este
Tribunal
tiene
dicho
que
existe
suspensión de la cobertura del seguro cuando el asegurado
no
ejecuta,
en
el
curso
del
contrato,
una
obligación
determinada que le es impuesta: se le retira la garantía
hasta el día en que se coloca nuevamente en las condiciones
del seguro. Mediando ella, el asegurador se desliga de la
garantía, aunque el asegurado deba las primas vencidas y las
que venzan en el futuro. Es decir, que funciona como una
verdadera pena privada, que depende de aquél cesar: es una
caducidad en potencia (conf. Ac. 33.598, sent. del 15-IV-1986;
Ac. 73.969, sent. del 4-X-2000; C. 97.038, sent. del 14-XI2007).
En consecuencia, entiendo que la impugnación
formulada resulta ineficaz para controvertir la decisión
recurrida pues, no logra demostrar la alegada transgresión
de las normas jurídicas aplicadas al caso (conf. art. 279,
C.P.C.C.).
c) También corresponde poner de relieve que
el recurso no cuestiona idóneamente uno de los fundamentos
centrales del fallo, cual es considerar acreditado que se
había convenido cancelar la prima en un sólo pago.
En síntesis, se observa que los argumentos
vertidos
por
exposición
la
parte
recurrente
de
su
particular
punto
circunstancias
de
la
Pues
causa.
no
pasan
de
de
vista
quien
ser
sobre
afirma
la
las
que
la
sentencia viola determinados preceptos del derecho vigente,
anticipa una premisa cuya demostración debe luego llevar a
cabo
y
la
frustración
de
esta
exigencia
provoca
la
insuficiencia del intento revisor (conf. Ac. 33.711, sent.
del 11-IX-1984; Ac. 83.917, sent. del 24-III-2004).
4. Por lo expuesto, no habiéndose acreditado
las transgresiones legales apuntadas corresponde rechazar
el
recurso
interpuesto,
extraordinario
con
costas
de
(conf.
inaplicabilidad
de
arts.
y
68,
279
ley
289,
C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
La
mismos
señora
fundamentos
del
Jueza
señor
doctora
Juez
Kogan,
doctor
por
los
Negri,
votó
señor
Juez
también por la negativa.
A
la
cuestión
planteada,
el
doctor Genoud dijo:
I. Disiento con los votos que me preceden
puesto que, a mi juicio, asiste razón a los recurrentes
cuando denuncian violado el art. 30 de la ley 17.418.
II.
De
las
pruebas
producidas
en
el
expediente surge con claridad que a la fecha de producirse
el luctuoso evento que dio origen a este pleito, Provincia
Seguros S.A. no había emitido aun la pertinente póliza. El
accidente ocurrió el 28-VIII-1999 y la póliza fue emitida
el 1-IX-1999 (v. fs. 183 vta.). Y huelga subrayar que una
póliza
no
emitida
mal
puede
haber
sido
entregada
al
asegurado.
La única conclusión que puede desprenderse
de esta situación es que, a la fecha del accidente, el
premio no era exigible conforme lo dispone expresamente el
art. 30 de la ley 17.418 cuando establece en su primer
párrafo que "La prima es debida desde la celebración del
contrato, pero no es exigible sino contra entrega de la
póliza
salvo
instrumento
que
se
provisorio
haya
de
emitido
cobertura"
un
(el
certificado
o
subrayado
me
pertenece).
Ahora bien, si el premio no era exigible al
asegurado porque la póliza no le fue entregada (lo cual
-insisto- es una verdad incontestable a la luz de la fecha
en que ésta fue emitida), mal puede hablarse de mora de su
parte. Es que el estado de mora supone la existencia de una
obligación
exigible,
oportunidad
34.150,
de
sent.
tal
destacar
del
como
en
alguna
lacónicamente
28-V-1985).
Y
ocasión
tuvo
Corte
(Ac.
esta
todo
esto,
con
total
independencia de cómo se hubiera pactado el pago del precio
(en el caso, de una sola vez).
Acreditado como está que la emisión de la
póliza se produjo con posterioridad al siniestro, el único
escenario posible donde se podría evaluar si existió mora
del asegurado hubiera exigido la emisión de un certificado
o
instrumento
provisorio
de
cobertura
por
parte
de
Provincia Seguros S.A., tal como lo prevé el mencionado
art. 30 de la Ley de Seguros, y la acreditación de tal
extremo en el expediente.
recurrentes,
No
obstante,
como
la
aseguradora
"ni
bien
señalan
siquiera
invocó
los
la
existencia" de tales instrumentos (v. fs. 334), lo cual
sella la suerte adversa de su pretensión ya que es doctrina
legal de esta Corte que la carga de probar adecuadamente
las
causales
de
exclusión
de
cobertura
pesa
sobre
la
aseguradora excepcionante (conf. causas C. 79.421, sent.
del 19-II-2002; C. 100.381, sent. del 10-XII-2008).
III.
Sentado
ello,
se
impone
precisar
el
próximo tramo de esta decisión jurisdiccional a la luz del
principio de adhesión a la apelación. Ello así toda vez
que, como ha sostenido esta Suprema Corte en reiteradas
oportunidades, si la sentencia que favorece a una parte es
apelada por otra, la cuestión materia del litigio pasa al
superior en la misma extensión y con la misma plenitud con
que fue sometida al inferior (conf. Ac. 34.286, sent. del
17-IX-1985; Ac. 52.242, sent. del 6-XII-1994; Ac. 63.004,
sent. del 8-IX-1998; C. 90.057, sent. del 6-IX-2006).
En ese orden cabe abordar el resto de las
defensas que la compañía aseguradora presentó en autos, las
cuales
fueron
desplazadas
por
haber
resultado
aquélla
victoriosa en función de los argumentos ya analizados (y
descartados) en el apartado II.- de este voto.
1) La primera de tales defensas se sustenta
en
la
falta
de
denuncia
del
siniestro
por
parte
del
asegurado (fs. 49).
Al respecto, es dable recordar la doctrina
de este Tribunal que indica que tal omisión queda marginada
de la serie de defensas que el art. 118 de la Ley de
Seguros
permite
configura
una
oponer
al
situación
asegurador,
en
necesariamente
la
medida
que
posterior
al
infortunio (conf. causas Ac. 34.388, sent. del 5-XI-1985;
L. 47.000, sent. del 24-IX-1991; Ac. 43.067, sent. del 19III-1991; L. 46.901, sent. del 1-X-1991; Ac. 53.281, sent.
del 20-XII-1994; L. 49.762, sent. del 18-VIII-1992, entre
otras). Por tal motivo, esta defensa debe ser rechazada.
2) Las otras defensas que presentó la citada
en garantía también se encuentran orientadas a excluir la
cobertura del siniestro, aunque por otras razones, a saber
(i)
la
supuesta
participación
del
conductor
del
rodado
asegurado en una competencia callejera de velocidad, y (ii)
la carencia de carnet habilitante por parte de dicho sujeto
(fs. 50 y vta.).
Respecto a la alegada exclusión de cobertura
por la supuesta culpa grave que implicaría la participación
en una competencia callejera de velocidad, cabe destacar
que pesa sobre la aseguradora la carga de probar la causal
que alega (Ac. 79.421, sent. del 19-II-2002; C. 100.381,
sent.
del 10-XII-2008), extremo que en autos no ha sido
cumplido (v. fs. 50, 136, 137 bis, 138 bis, 139, 140, 141, 144
de estos obrados, fs. 113 y concs., I.P.P. 74.796, "Doble
Homicidio
culposo-Cabrera,
Bonifacio
Gregorio
y
Rodríguez,
Efrén", tramitada ante la U.F.I. n° 4 de Lomas de Zamora,
acollarada a la presente). En razón de ello, corresponde
declarar su improcedencia (arts. 375, 384 y concs., C.P.C.C.).
En cuanto a la supuesta ausencia de carnet
habilitante
de
quien
conducía
el
rodado
asegurado
al
producirse el siniestro, se ha dicho que si la póliza en
virtud
de
redacción
la
una
cual
se
aseguró
cláusula
por
un
la
rodado
cual
incluye
no
en
su
corresponde
indemnizar siniestros producidos o sufridos por el vehículo
mientras fuere conducido por personas que no estuvieran
habilitadas para su manejo, la entidad aseguradora puede
válidamente
oponerse
al
pago
de
las
indemnizaciones
reclamadas por la víctima de un accidente si ha quedado
comprobado que el conductor del rodado carecía de carnet
habilitante (Ac. 69.824, sent. del 27-XII-2001; Ac. 83.726,
sent. del 5-V-2004; Ac. 93.787, sent. del 7-II-2007).
Sin
embargo,
y
más
allá
de
las
respuestas
dadas por el municipio de Alte. Brown al oficio oportunamente
librado (fs. 175/177 de estos autos), surge sin lugar a dudas
de fs. 14 de la mencionada I.P.P. 74.796 (ofrecida como prueba
tanto por la parte actora como por la aseguradora, v. fs. 18
vta., 57 vta., 104, 178/180), que el señor Olivera poseía el
carnet para conducir automóviles expedido por la Dirección
Provincial de Registro de las Personas, vigente el día el
siniestro. Esta circunstancia sella adversamente la suerte de
tal planteo (arts. 375, 384 y concs., C.P.C.C.).
IV. Por todo lo expuesto, entiendo que la
sentencia recurrida debe ser revocada y que debe extenderse
a la citada en garantía la condena recaída en autos, con
costas (art. 289, C.P.C.C.).
Así lo voto.
Los señores jueces doctores Pettigiani, de
Lázzari e Hitters, por los mismos fundamentos del señor
Juez doctor Genoud, votaron en igual sentido.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede,
por mayoría, se hace lugar al recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley interpuesto, y en consecuencia se
revoca
la
sentencia
impugnada
en
tanto
rechazaba
la
pretensión deducida contra la citada en garantía, Provincia
Seguros S.A., respecto de la cual debe hacerse extensiva la
condena; con costas (arts. 68 y 289 del C.P.C.C.).
Notifíquese y devuélvase.
EDUARDO JULIO PETTIGIANI
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI
JUAN CARLOS HITTERS
HECTOR NEGRI
LUIS ESTEBAN GENOUD
HILDA KOGAN
CARLOS E. CAMPS
Secretario
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