Enfermera en el parto

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LA ENFERMERA EN EL PARTO­­ Cuidados de la paciente Seguro que os preguntáis qué os vais a encontrar durante el proceso del parto, los cuidados que vais a recibir vosotras y
también vuestro bebé. Espero que esta entrada os sirva de ayuda para resolver todas vuestras dudas.
Son comunes, las clases prenatales dirigidas por enfermeras obstétricas para preparar a la paciente y su familia para el parto, el
nacimiento y el cuidado del recién nacido. En estas clases se enseñan ejercicios; técnicas de respiración; medidas de apoyo para el
parto, el nacimiento y el período posparto; así como cuidado neonatal y técnicas de alimentación. Las parejas (o la mujer
embarazada y una persona que la apoya) asisten juntas a las clases. Los objetivos de la educación a los futuros padres son el
nacimiento de un bebé sano y una experiencia positiva para la pareja.
El parto y el nacimiento pueden suceder en un hospital, un centro maternal o en el hogar. En los hospitales, el nacimiento se
produce en salas de parto tradicionales, aunque cada vez más se realiza en habitaciones similares al entorno hogareño. Se ponen a
disposición los registros prenatales para revisar los antecedentes médicos, quirúrgicos y ginecológicos, tipo de sangre y Rh, y
sobre todo cualquier problema prenatal en el embarazo.
Si la madre es Rh negativa y el estado Rh del feto es desconocido o positivo, se administrará inmunoglobulina Rh a la madre
dentro de las 72 h posteriores al parto.
Como parte del trámite de admisión de la mujer para el parto, se evaluarán las constantes vitales, peso y estatura, sonidos
cardíacos y la actividad del feto, así como el estado del parto (es decir, estado de las membranas y del tapón mucoso, tiempo de
inicio de las contracciones regulares, frecuencia y duración de las contracciones, y ansiedad, dolor o incomodidad de la paciente).
Se realizan los estudios de laboratorio iniciales según el protocolo. El obstetra, el médico residente u otros miembros del
personal médico, la partera o la enfermera obstétrica examinan a la paciente, según las reglas. Se palpa el abdomen para
determinar la posición fetal y la presentación (maniobras de Leopold), y se realiza un examen vaginal estéril para determinar la
dilatación cervical y el borramiento del cérvix, la colocación del feto y la posición en que se presenta.
La enfermera o partera evalúa y controla el ritmo cardíaco fetal y la frecuencia y duración de las contracciones mediante la
palpación y el uso de un fetoscopio. La frecuencia de la evaluación y la repetición del examen vaginal se determinan por la etapa
del parto en que se encuentre la paciente, y por la actividad y respuesta fetal.
*CURIOSIDAD: En el pasado, la admisión a la sala de partos incluía generalmente el afeitado perineal y un enema en
preparación para el parto, pero estos procedimientos han dejado de hacerse y sólo se indican en determinadas pacientes.*
La paciente debe orinar y evacuar si es posible. Se debe evitar la distensión vesical, pero se practicará una cateterización sólo si
fallan todos los esfuerzos para orinar en una paciente con la vejiga distendida.
Se lava el perineo (protegiendo la entrada vaginal de las soluciones limpiadoras) y se mantiene lo más limpio posible durante el
parto. Se hará un lavado especial antes del examen vaginal y el parto, así como después de la expulsión de orina o heces.
Primera etapa: la paciente puede estar alerta y caminando, según el estado de las membranas, la posición fetal y la etapa del
parto. Pueden prescribirse líquidos ricos en electrólitos, o iniciarse el tratamiento intravenoso. Se apoyará a la paciente y su esposo
u otra persona de compañía, controlando el progreso del parto y la respuesta del feto, y notificando al obstetra o a la partera
cualquier anormalidad.
Cuando las membranas se rompen espontáneamente, o las rompe el obstetra o la partera, se toma nota del color y volumen del
líquido, la presencia de meconio o de olor inusual. Para distinguir el líquido de un chorro repentino de orina, que tiene un pH
levemente ácido, puede examinarse el pH del líquido con papel de nitracina. Se registra el ritmo cardíaco fetal, que es un
indicador de la respuesta fetal a la rotura de membranas.
Se aplican medidas no invasivas para aliviar el dolor o se administra analgesia según prescripción, como requiera cada paciente,
controlándose el uso de anestesia regional.
Segunda etapa: la paciente puede parir en cualquier posición acordada, incluyendo posición de litotomía o de litotomía
modificada, o acostada de lado, en una silla de parto, cama o mesa de parto.
La enfermera, partera o el médico continúan controlando la paciente y el feto; preparan a la paciente para el parto (lavado y
colocación de cubiertas estériles); preparan el instrumental para el parto; apoyan al padre o al acompañante (ubicado cerca de la
cabeza de la paciente), poniendo un espejo o un monitor de TV para que la pareja pueda ver el parto.
También se registra y documenta la hora del parto, y se ocupa del cuidado inicial del recién nacido, incluyendo succión
adicional de la nasofaringe y orofaringe si es necesario (la succión inicial es realizada por quien atiende el parto, antes de la salida
de los hombros del recién nacido); se seca y abriga al bebé (con cubrecabezas, envolviéndolo con una manta o con un calentador
térmico), se aplica una pinza al cordónumbilical (después que quien atiende el parto aplicara dos pinzas en el cordón y cortara en
el medio), y se lleva a cabo la identificación positiva (huellas plantares del recién nacido y huellas digitales de la madre,
aplicación de una cinta numerada en el tobillo y la muñeca al recién nacido y en la muñeca de la madre). Puede retrasarse hasta 2
h la profilaxis ocular para clamidia o gonorrea, para permitir el contacto visual y facilitar el lazo afectivo entre madre e hijo, o
puede ser rechazado por los padres, firmando un consentimiento informado.
Se obtiene la puntuación de Apgar evaluando el estado general del recién nacido al transcurrir 1 min y después de 5 min tras el
nacimiento. El bebé que está en buenas condiciones se pone sobre el tórax o el abdomen de la madre, o en el pecho, y se anima a
la pareja a interactuar con el bebé. El recién nacido con problemas se lleva rápidamente a la enfermería, por lo general con el
padre presente, para que pueda recibir cuidado especializado por enfermeras neonatales especializadas y un pediatra. En casos
extremos (y a petición de los padres), el bebé puede ser bautizado, o pueden tomarse fotografías para ayudar a los padres a superar
la difícil situación y la posible muerte del recién nacido.
Tercera etapa: se continúa el control del estado de la paciente durante laexpulsión de la placenta y las
membranas (documentando el tiempo), examinando la vagina y el útero en busca de traumatismos u objetos retenidos, y se
repara cualquier laceración o episiotomía quirúrgica(ya comentadas en la entrada anterior). Se examina la placenta para
asegurarse de que no queden fragmentos en el útero. Se lava el área perineal, se ayuda a la madre a ponerse en una posición
cómoda y se la tapa con una manta tibia.
Cuarta etapa: se continúa observando a la paciente de manera constante, alertando de la aparición de hemorragias u otras
complicaciones con evaluaciones frecuentes, incluyendo el control de las constantes vitales, palpación del fundus examinando su
firmeza y posición en relación con el ombligo a intervalos determinados por el protocolo o la situación del paciente, masajeando
suavemente el fundus o administrando medicamentos oxitócicos según prescripción para mantener la contracción uterina y limitar
el sangrado.
Las características de la secreción vaginal o loquios (incluyendo presencia, tamaño y número de coágulos) y su volumen se
evalúan periódicamente; se inspecciona el perineo y se aplica hielo según prescripción; también se evalúa la vejiga, palpándola y
percutiéndola en busca de signos de distensión. Se indica a la paciente que debe orinar, y sólo se realiza una cateterización si es
absolutamente necesario.
La enfermera notifica al obstetra o a la partera si sucede o persiste algún problema. Este período también se utiliza para reforzar el
lazo madre-hijo, ya que el recién nacido suele estar despierto alrededor de una hora después del parto. La madre puede darle el
pecho si lo desea, y la pareja puede observar al bebé. La enfermera ayuda a la pareja a atender al bebé, así como ayudó en la
experiencia del parto. El recién nacido se lleva entonces a la guardería para el cuidado inicial.
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