tenemos tres objetivos estrategicos para el futuro de nuestro pais

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Discurso del Dr. Pablo Mieres en la presentación
de los Equipos Técnicos del Partido Independiente.
(7 de agosto de 2008)
Tenemos tres objetivos estratégicos para el futuro de nuestro país:
 Queremos recuperar el bienestar social perdido.
 Queremos generar las condiciones para que el desarrollo y el
crecimiento sean sostenibles.
 Queremos transformar sustancialmente la cultura de gobierno
Recuperar el bienestar social
Hemos perdido el bienestar social en nuestro país, el viejo Uruguay hiperintegrado, con proyectos y sueños compartidos ha dejado el lugar a un país
trágicamente fracturado.
Educación
Para recuperar el bienestar social hay que trabajar en un cambio sustancial de
la situación de la educación, de las condiciones de nuestra integración social y
de una mejora sustantiva de las condiciones de nuestra seguridad.
La educación ha sido el sustento de la integración social y en toda sociedad es
el camino a la mejora social, es la oportunidad para las nuevas generaciones
de formar parte del mundo, sin embargo la crisis de nuestra educación es
dramática.
Nuestros jóvenes rebotan como en un frontón en los liceos de este país,
estamos segundos en América Latina en el porcentaje de jóvenes de 15 a 17
años que viven en hogares pobres y no estudian ni trabajan.
¿Qué ha hecho este gobierno? Ha generado una terrible paradoja, nunca se ha
gastado tanto en educación y nunca la educación ha estado tan mal. Tenemos
que cambiar sustancialmente la situación de la educación uruguaya, en
particular de nuestra enseñanza media para ponerla nuevamente en
condiciones de convertirse en orgullo de nuestra sociedad.
El problema no es la Ley de Educación, el problema no es la forma de
gobierno de la educación, el problema no es solo de recursos. El problema es
cómo se administran los recursos y a qué se destinan, es la forma en que se
gestionan los centros educativos. El problema es la calidad de la enseñanza.
Integración Social
En segundo lugar tenemos que trabajar para recuperar la integración social.
Mientras unos gozamos de los beneficios de la globalización y formamos parte
de este mundo cada vez más desarrollado y con más oportunidades,
accediendo a bienes y servicios cada vez más numerosos y sofisticados, otros
van quedando a la vera del camino, ajenos a la transformación, pero sabiendo
que ella ocurre, mirando los cambios y la bonanza con la “ñata contra el
vidrio”
Unos temen y se alejan de los excluidos, otros acumulan rencor y rabia contra
los incluidos.
Así se van construyendo dos mundos en paralelo que cada vez están más
distantes y enfrentados. Un país fracturado es un país en crisis social
La recuperación de la integración social no se arregla solamente con una
política de subsidios sociales. Los apoyos sociales a los más carenciados deben
estar acompañados de exigencias y contrapartidas.
Si el Estado ayuda a los más desposeídos, como debe hacerlo, debe construir
políticas sociales capaces de reintegrar a las personas y a sus familias al tejido
social.
Los apoyos económicos que no se condicionan a ciertas conductas de parte de
los beneficiarios son inútiles y provocan dependencia y en última instancia
generan clientelismo electoral. Los apoyos, los subsidios, los beneficios que se
otorguen tienen que exigir conductas y respuestas de los beneficiarios. Y si
estos no cumplen deben saber que perderán el beneficio otorgado.
Y esto no es porque pensemos que hay que castigarlos o perseguirlos, y
esto no es porque seamos conservadores o insensibles. Es porque esta es la
única forma auténtica de generar solidaridad social. Es la única forma de
recrear el vínculo social y de dignificar la vida de los beneficiarios de los
programas sociales.
El objetivo de un subsidio es su desaparición a cierto plazo, porque debe
propiciar la recuperación de la persona para que pueda sostenerse por sí
misma. Este es el único y auténtico camino de la integración social.
Seguridad
En tercer término, no existe una recuperación del bienestar social sin
reconstruir un clima de seguridad en nuestra población
Este no es un problema de sensaciones térmicas, no es una jugada de la
oposición, no es culpa de los medios de comunicación
Más le valiera a la ministra dedicarse a cumplir con eficacia su responsabilidad
de una vez por todas, en vez de echarle la culpa a los demás
Pero no nos engañemos, éste no es un problema nuevo que surgió con este
gobierno. Durante este gobierno continuó agravándose, pero desde hace 15
años estamos viviendo un proceso gradual y permanente de deterioro de este
valor básico de nuestra vida social. Hay responsabilidades compartidas,
diversos partidos de distintas orientaciones han sido incapaces de responder
con eficacia a este problema.
Sra. Ministra, aunque no le guste, ni a ud ni a su partido, éste va a ser un
tema de campaña electoral. No por decisión de la oposición, no por
oportunismo, no por sensacionalismo mediático, sino porque la ciudadanía
está reclamando que se haga algo serio y eficaz en este materia.
Las condiciones del desarrollo y el crecimiento
Nuestro segundo objetivo estratégico es la construcción de las condiciones
para que el desarrollo y el crecimiento sean sostenidos en el tiempo.
Macroeconomía
Uruguay está viviendo un ciclo de expansión de su economía de la mano de las
excepcionales condiciones internacionales que estamos viviendo. Sin
embargo, no ha aprovechado estas circunstancias y está incubando una
situación similar a la ocurrida en tiempos anteriores.
Este país está deteriorando su competitividad en base a una creciente y
desorbitada inflación en dólares.
Este gobierno se ha gastado todo lo que ha crecido, no ha generado un fondo
de contingencia para el momento en que el ciclo cambie de tendencia, no ha
desarrollado políticas anticíclicas.
Ha respondido a los reclamos corporativos, sin tener una mirada estratégica
de largo aliento, ha optado por expandir el gasto público en forma
irresponsable y desproporcionada.
Este gobierno también ha decidido afectar a la clase media de este país con
una reforma tributaria injusta y equivocada. Las correcciones que se acaban
de aprobar son insuficientes y tardías. Pero no pueden ser más amplias porque
el gobierno priorizó la expansión del gasto público para responder a algunas
corporaciones de funcionarios en vez de aliviar al conjunto de los ciudadanos.
La clase media es un actor decisivo en una sociedad equilibrada, la clase
media garantiza la integración social y la democracia.
Decía Enrique Iglesias hace unos días: América Latina está viviendo una
experiencia muy positiva. Está creciendo y desarrollándose la clase media en
sociedades de este continente que nunca antes la habían tenido. Y acá que la
tenemos desde hace largas décadas se la desgasta y deteriora sin lógica ni
fundamento.
Inserción internacional
Para garantizar la continuidad de nuestro desarrollo el país tiene que definir
una estrategia de inserción internacional. Una estrategia definida, coherente
y estable.
En estos últimos años el país ha estado ganado por la incertidumbre.
Protestando en un MERCOSUR que nos ningunea, pero sin tomar decisiones
más drásticas. Acariciando con cierto interés las oportunidades que brinda la
apertura del comercio al mundo, pero sin animarse a dar pasos definitivos.
Desde el MERCOSUR los mensajes son cada vez más preocupantes. Un
MERCOSUR que funciona en forma bilateral y que pretenden conducir los
destinos del bloque sin incluirnos.
Es imprescindible y urgente diseñar una estrategia definida firme y clara en
materia de inserción internacional que nos permita aprovechar las
oportunidades sin quedar presos ni atados a un bloque que nos ignora en
forma permanente.
Como siempre desde el comienzo de nuestra historia, nuestro itinerario y
nuestras opciones las elegimos los uruguayos y no debemos aceptar ser
llevados de arrastras por nuestros socios regionales mayores.
Energía
Pero nuestro desarrollo y crecimiento será sostenible si tenemos capacidad de
producción energética disponible para atender nuestras propias necesidades y
las nuevas inversiones que se radiquen en nuestra tierra.
Hace demasiado tiempo que sabemos que tenemos una crisis energética.
Sin embargo, lo que se ha hecho es poco y lento. Nuestra matriz energética ha
tocado techo y es necesario encarar con madurez, pero sin demora,
decisiones más profundas que nos permitan resolver la disposición de recursos
en el mediano plazo.
Hemos participado y seguiremos haciéndolo en el espacio multipartidario
generado para tratar este tema. Pero no debemos olvidar que este tema es
urgente y los ritmos no han sido precisamente dinámicos. Estamos dispuestos
a proponer alternativas nuevas que permitan levantar los obstáculos a nuevas
formas de generación de energía.
Cambios en la gestión pública
Finalmente, nuestro tercer objetivo es la transformación sustancial de nuestra
cultura de gobierno.
Este país está preso de una lógica de la gestión pública que está ganada por la
rutina, por la ineficacia y por la ausencia absoluta de criterios que permitan
separar el éxito del fracaso.
Tenemos que poner el estado y su funcionamiento al servicio de los objetivos
del país. Buena parte del estado uruguayo funciona justificándose a sí mismo.
La gestión pública en nuestro país no es objeto de evaluación de sus
resultados. Los presupuestos y las rendiciones de cuentas se limitan a definir
gastos y rubros, sólo analizan si se ejecutaron los gastos previstos.
La gestión pública no se evalúa por el cumplimiento de sus metas y objetivos,
da lo mismo cumplir que no cumplir.
No hay sistemas de evaluación externa sólidos y técnicamente fundados que
nos permitan establecer premios y castigos. La lógica predominante es
burocrática y está fundada en la rutina y la reiteración de conductas. Vez tras
vez.
Tenemos que transformar la gestión pública para ponerla al servicio de los
resultados. Tenemos que incorporar criterios propios de la actividad privada
en la evaluación de la gestión pública.
Se puede
Pero la cuestión no es solo definir los temas y darles contenido, la cuestión
consiste en cómo llevar adelante los cambios que el país necesita.
La cuestión consiste en convencernos de que es posible cambiar. La cuestión
principal de nuestro planteo es que es posible crear y transformar nuestra
cultura nacional.
El mundo funciona sobre la base de dos grandes principios: la velocidad y la
innovación. Nuestro país funciona sobre la base de la lentitud y la reiteración
de conductas, si seguimos así nuestro destino seguirá siendo quedar cada vez
más atrás.
El planteo del Partido Independiente es un llamado a creer que es posible
transformar el funcionamiento cansino y demorón de nuestra sociedad.
Hay que dejar de lado las frases de “se hace lo que se puede” o “es lo que
hay, valor”. Se puede dejar de jugar al empate y al 0 a 0. Para jugar a ganar
por goleada.
Se puede dejar de optar por la medianía y la mediocridad para impulsar la
excelencia y la superación permanente. Se puede reivindicar el éxito y el
logro, en lugar de la rutina y la conservación.
Se puede dejar de lado el principio de los “derechos adquiridos” para dar
lugar a la exigencia y el premio al esfuerzo. Se puede superar la perversa
tendencia de “igualar hacia abajo” por el premio a los logros y a los
resultados.
Se puede poner al país a funcionar con otra velocidad. Se puede evitar que
algo que se puede hacer el jueves quede pendiente para el lunes siguiente.
Se puede evitar que algo que se puede hacer en diciembre se postergue para
marzo del año siguiente.
Tenemos que recuperar
vertiginosamente.
terreno
en
este
mundo
que
se
mueve
Se puede reivindicar el valor del riesgo y de la apuesta a mejorar, por encima
de la tendencia a “más vale malo conocido”.
Se puede premiar el espíritu emprendedor y sancionar al que espera que los
años pasen hasta llegar al día de la jubilación.
Se pueden reivindicar los derechos de los ciudadanos y defenderlos frente a
los reclamos corporativos que buscan apropiarse de beneficios y prebendas.
Se puede lograr que los jóvenes se queden, porque es posible generar
expectativas de desarrollo personal en nuestra tierra.
Este país ha sido construido desde el Estado. Y el estado debe garantizar las
condiciones de realización de sus ciudadanos, pero no debe asfixiar la
dinámica de la sociedad.
Este país ha sido construido desde la política y la política debe conducir los
destinos del país, pero debe dejar el espacio disponible para los impulsos de
los actores sociales, sin caer en la tentación de arbitrar beneficios sesgados.
Entre todos
Pero esta transformación cultural no es posible en un país dividido en dos
mitades. Desde hace diez años este país ha estado preso de la división política
en dos mitades. Desde hace casi diez años, una mitad ha gobernado contra o
sin la otra mitad.
Así no es posible avanzar. Así no es posible fijar caminos de larga duración.
Así no existen posibilidades de desarrollar nuestras potencialidades.
Así no es posible dar garantías a los actores sociales de que ciertas decisiones
mantendrán estabilidad. Así no es posible generar confianza para atraer
inversiones y favorecer la prosperidad.
Es necesario cambiar la lógica de las dos mitades por la lógica de la
construcción de consensos básicos que incluyan a amplios sectores de distintos
partidos.
Los países que en el mundo avanzan y crecen. Los países que son capaces de
brindar bienestar a su gente, son aquellos que han logrado acuerdos básicos
en los asuntos principales y que, gobierne quien gobierne, se sabe que ciertas
cosas continuarán estando firmes y estables.
Tenemos que construir las condiciones de acuerdos estratégicos entre todos
los partidos. Tenemos que ser capaces de articular algunas políticas centrales
que no estarán sometidas a los vaivenes de las luchas electorales.
Tenemos que dar garantías a los uruguayos de que este país sea cada vez más
abierto a los emprendedores y a los que están dispuestos a apostar por esta
tierra.
Nosotros desde el Partido Independiente, sentimos que tenemos una
responsabilidad particularmente importante en la creación de esta nueva
dinámica política.
Somos seguramente el puente que permitirá la transformación de una cultura
de la confrontación por una cultura de los grandes acuerdos estratégicos.
Con ese espíritu, con esa convicción y con esa energía hoy comenzamos a
elaborar nuestras propuestas. Para ponerlas al servicio de una nueva cultura
de gobierno que tendremos que forjar entre todos.
Para construir un país del que nadie quiera ni deba irse.
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