TEMAS DE CONSULTA Falta de denuncia del asegurado A través de esta sección, el doctor Claudio Andrés Geller responde interrogantes de los lectores referentes a temas jurídicos. Las consultas pueden enviarse por escrito a Lavalle 1430 7º C (C1048AAJ) Capital Federal; por teléfono o fax al 5246-5000; o por e-mail a [email protected] Escribe el Dr. Claudio Geller para Estrategas ¿Qué consecuencias produce la falta de denuncia del siniestro por parte del asegurado? El artículo 46 de la Ley de Seguros establece que el tomador deberá comunicar al asegurador el acaecimiento del siniestro dentro de los tres días de conocerlo, debiendo suministrar a pedido del asegurador la información necesaria para verificar el siniestro o la extensión de la prestación a su cargo y permitirle las indagaciones necesarias a tal fin. Por su parte, el artículo 47 sanciona la falta de denuncia con la pérdida del derecho a ser indemnizado, salvo que se acredite caso fortuito o de fuerza mayor. A su vez, la aseguradora adquiere el derecho a repetir del asegurado todo lo que se vea obligada a abonar por el siniestro. En la práctica estas sanciones por lo general no se hacen efectivas, si bien las compañías gestionan recuperos de pagos por accidentes contra los terceros causantes de los daños. Por último, al carecer de la denuncia la aseguradora se ve impedida de admitir reclamaciones administrativas interpuestas por el tercero damnificado, llegándose muchas veces a instancias de mediación o juicio innecesarios por esta falta de comunicación. ¿Cuáles son las vías de reclamo que dispone un damnificado para procurar el resarcimiento del año sufrido? El damnificado podrá optar por presentar un reclamo administrativo ante la aseguradora del tercero responsable o acudir a un letrado para efec118 ESTRATEGAS tuar una mediación. En el primer supuesto, estamos ante un trámite interno que se efectúa en la compañía de seguros del tercero que requiere el cumplimiento estricto de los requisitos exigidos por la entidad, documentación a aportar, días y horas de presentación y tiempos de resolución. El reclamante por lo general tiene la convicción de que concluido el procedimiento percibirá el resarcimiento total por el daño causado. La mediación representa una alternativa distinta de reclamación, fuera del ámbito administrativo de las aseguradoras, sin llegar a configurar un pleito. Es una instancia previa al juicio, en donde el requirente (damnificado), con la asistencia de un letrado, cita a las partes involucradas (tercero y su compañía de seguros) a una audiencia privada con la presencia de un mediador para hacer saber su pre- El reclamo administrativo es una solución muy eficaz, sobre todo en casos de bajo monto. tensión a la contraparte. Constituye una gestión externa, sujeta a formalidades básicas, en la que se acuerdan con libertad tiempos de presentación y resolución del conflicto. La opción entre alguna de estas alternativas debe responder a diversos factores, tales como magnitud del perjuicio, tipo de daño (físico y/o material), pretensiones a reclamar (lucro cesante, desvalorización, indisponi- bilidad del vehículo), tiempos de tramitación, costos, etcétera... El reclamo administrativo es una solución muy eficaz, sobre todo en casos de bajo monto, ya que evita embarcarse en una mediación y/o juicio con sus consiguientes costos, justifica incluso ceder por parte del reclamante algo de su pretensión. Pero existen otros supuestos en los que se busca una reparación más completa comprensiva de rubros como los expuestos anteriormente, que sólo podrá aspirarse en el terreno de la mediación. ¿Por qué se “cita en garantía” a la aseguradora en el proceso de daños? Al contratarse un seguro de responsabilidad civil, el asegurador se obliga a mantener indemne al asegurado, por cuanto éste deba a un tercero en razón de la responsabilidad prevista en el Contrato y generada durante el plazo establecido en el mismo. La aseguradora interviene en el proceso de daños promovido por el damnificado a través de una institución legal denominada “citación en garantía” contemplada en el artículo 118 de la Ley de Seguros 17.418 que establece: “…El damnificado puede citar en garantía al asegurador hasta que se reciba la causa a prueba. En tal caso debe interponer la demanda ante el juez del lugar del hecho o del domicilio del asegurador. La sentencia que se dicte hará cosa juzgada respecto del asegurador y será ejecutable contra él en la medida del seguro. En este juicio o en la ejecución de la sentencia, el asegurador no po- drá oponer las defensas nacidas después del siniestro. También el asegurado puede citar en garantía al asegurador en el mismo plazo y con idénticos efectos”. La citación en garantía del asegurado no se limita a una mera llamada, sino que implica el ejercicio de una acción contra este último por parte del demandado. En consecuencia, reviste un verdadero carácter de parte en el proceso con posibilidad amplia de ofrecer defensas. Si la compañía citada en garantía está en liquidación en sede comercial, las actuaciones por accidente de tránsito deben tramitar ante ese fuero. Si el siniestro ocurre durante la suspensión de la cobertura, por no haber abonado el asegurado el premio correspondiente, la ausencia de responsabilidad de la aseguradora deriva del artículo 31 de la citada norma legal y lleva a la cesación temporaria de la garantía contratada. Como configura una defensa nacida con anterioridad al hecho generador, resulta alegable frente a la víctima, lo que la diferencia de la caducidad que no es oponible cuando resulta de inobservancia de cargas con posterioridad al siniestro. Tanto el damnificado como el asegurado pueden citar en garantía al asegurador, como citación de tercero, en los términos del artículo 94 del Código Procesal de la Nación, importa una llamada coactiva a la litis, de forma tal que aunque el asegurador no concurra igualmente le es ejecutable la sentencia. ¿Cuál es el parámetro que toman nuestros tribunales para fijar montos indemnizatorios en accidentes de tránsito? Debe considerarse la situación socioeconómica imperante al momento de dictarse la sentencia, los jueces evalúan el daño efectivamente sufrido por el damnificado y las consecuencias respecto de su entorno familiar, social y laboral. Un mismo accidente puede dar lugar a indemnizaciones diferentes, en tanto el proceso hubiera tramitado en una u otra provincia. Los abogados tienen conocimiento de estas circunstancias y las priorizan al momento de determinar la jurisdicción donde tramitará el juicio. Resulta por demás difícil explicar esta situación al lesionado, para quien el daño sufrido no tiene precio y no está dispuesto a aceptar que el perjuicio pueda ser valorado de manera diferente de acuerdo a dónde se desarrolle el proceso. ESTRATEGAS 119