Orac. vocacional febrero 08

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Monición:
Nos reunimos la comunidad para orar por las vocaciones. Nuestra sociedad
necesita de jóvenes que escuchen la voz de Dios que les llama a seguirle. Hacen falta
jóvenes que quieran seguir las huellas del Maestro y ser un eslabón más en esta cadena
de servicio, de entrega y de amor.
Pidamos en este rato de oración que suscite en los jóvenes de hoy el deseo de
buscar a Dios y plantearse la vida como VOCACIÓN.
Canto: Busca el silencio
Toda nuestra vida es una búsqueda de Dios. Y le vamos encontrando paso a paso,
momento a momento en nuestro caminar. La actitud de quien busca...es ya una razón
para esperar el encuentro.
No te canses. Rastrea las huellas de Dios. Sus manifestaciones están muy cerca
de ti: en los hombres, en la naturaleza, en los acontecimientos. Busca el rastro de Dios
en sencillez, con paz interior A lo largo de toda la historia de la Salvación Dios se ha
hecho el encontradizo, ha llamado a personas concretas que han intentado responder a
su voz.
Ellos han sido conscientes de su realidad, débil e inconstante, pero han confiado
plenamente en la fuerza y el poder de Dios que ha garantizado siempre la respuesta.
Oremos desde la vocación de personajes bíblicos.
Canto: Busca el silencio
Dios se hace presente.
A Elías, se le manifestó Dios en Horeb.
Junto a la montaña, esperó la presencia del Señor.
Pasó un viento huracanado; pero en el huracán... no estaba Dios.
También pasó el fuego; y en el fuego... no estaba Dios.
Después del fuego sopló una brisa suave; y en la brisa... se oyó la voz del Señor...(1
Reyes 18,9 a 13).
No busques a Dios desde el huracán de tu violencia,
desde la prisa de tu actividad “interesada”... No le encontrarás.
Si tu vivir es un terremoto de angustias y frustraciones,
de intranquilidades e incertidumbres; si en tu interior no hay paz…no esperes la voz de
Dios.
Desde el fuego de la pasión descontrolada,
desde la vehemencia de “amores” que no son Amor...
no puedes ser sensible a la Presencia de Dios.
Mira si en ti hay “brisa”:
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la brisa de la servicialidad y de la entrega,
la brisa de la sencillez y de la humildad,
la brisa del “detalle” para el hombre, tu hermano;
la brisa de la paz de conciencia,
la brisa de la caridad.
…Porque en la brisa habla Dios.
¿Dónde te busco Señor?
Ant: Donde hay amor y caridad, dónde hay amor, allí está Dios
Sal de tu Tierra.
Yahveh dijo a Abram: « Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la
tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu
nombre; y sé tú una bendición. * Silencio.
¿Qué tierra tengo que abandonar?
Vocación de Moisés:
El ángel de Yahveh se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una zarza.
Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía. Cuando vio Yahveh
que Moisés se acercaba para mirar, le llamó de en medio de la zarza, diciendo: «
¡Moisés, Moisés! » El respondió: « Heme aquí. » Le dijo: « No te acerques aquí; quita
las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada. » Bien vista
tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus
opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. Ahora, pues, ve; yo te envío al Faraón,
para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto. Dijo Moisés a Dios: ¿Quién soy
yo para ir a Faraón y sacar de Egipto a los israelitas? - Respondió: « Yo estaré contigo y
esta será para ti la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto
daréis culto a Dios en este monte.»
¿Cuál ha sido nuestra ZARZA ARDIENTE?
Ant: No adoréis a nadie, a nadie más que a Él.
Dios escogió a María:
María fue llamada por Dios para una misión muy especial: ser Madre de su Hijo
Jesucristo. Ella, confiando plenamente en el mensaje de Dios, respondió
afirmativamente a la llamada: “aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu
palabra”. Desde aquel momento, María se convierte en modelo de los que siguen a
Jesús. No podemos dejar a un lado en nuestra oración, la vocación de María. Oremos
con ella, aprendamos de su testimonio, imitemos su Sí.
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Oración con María. (recitada por todos).
María: Tu vida fue una entrega total a Dios.
El te escogió para la más alta vocación en la tierra:
Ser la madre de Jesús, nuestro Salvador.
Tu sí del primer momento, se prolongó en fidelidad
a todo lo largo y ancho de tus días.
La voluntad de Dios fue tu alimento,
su palabra el impulso para todos tus actos.
María, Virgen fiel, ayúdanos a estar atentos
para descubrir la voluntad de Dios en cada uno.
Danos constancia para cumplir hasta el fin,
lo que reclama la vocación que Dios nos ha dado.
Y haz que otros jóvenes quieran seguir el ejemplo
de todos los que dicen Sí.
¿Cuál es mi disponibilidad ante la misión que Él me encomienda?
¿Qué me pide hoy el Señor?
Ant: Hágase en mí, cuanto quiera, como quieras donde quieras, aquí
estoy para vivir tu Palabra
* Reflexión:
- A lo largo de la historia, Dios ha estado llamando a personajes para realizar su plan
salvífico sobre ellos.
- Han vivido acontecimientos históricos a los cuales han tenido que hacer frente,
conscientes de su incapacidad y a la vez de la ayuda de Dios.
- Dios se ha fijado en personas sencillas, humildes, tal vez no muy llamativas ante los
ojos de los demás, pero verdaderamente agradables ante Dios.
- Ellos han respondido a la llamada, conscientes de lo que significaba y también de la
aventura que ello suponía.
- Dios siempre ha optado por ellos.
Ant: Ven no apartes de mí los ojos, te llamo a ti, te necesito, para que se
cumpla en el mundo el plan de mi Padre.
Después de encontrarnos con aquellos personajes bíblicos que siguieron la llamada del
Señor, nuestra oración se centra ahora en el presente. Dios sigue llamando, su voz
necesita ser escuchada para encontrar una respuesta.
Oración de la llamada.
(Se van leyendo y poniendo en el altar las distintas frases)
 “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, y que cargue con su
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cruz y me siga”.
‘Buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá”.
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“El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el reino de Dios”
“Quien busca seguridades humanas, nunca encontrará el camino de Jesús”.
“Necesito tus manos para ayudar a otros”
“Ven, sígueme, déjalo todo por mí y por el Evangelio”
“Yo soy el camino, la verdad y la vida”
“Ven, y tendrás cien veces más, y la vida eterna”
“Vente conmigo, serás pescador de hombres”
“¿Quieres ser tú?”
¿Somos instrumentos de Dios para los jóvenes de hoy?¿Cómo hacer el
planteamiento vocacional a los jóvenes que nos rodean?
Ant: Ven no apartes de mí los ojos, te llamo a ti, te necesito, para que se
cumpla en el mundo el plan de mi Padre.
“UNA LLAMADA CONCRETA: San Vicente de Paúl—Santa Luisa de
Marillac
San Vicente de Paúl y Santa Luisa fueron llamados por Dios para una misión
concreta, dejaron todo para servir a Cristo en la persona de los Pobres.
Crearon un estilo de vida, una forma concreta de seguir más de cerca a Jesús. El
carisma vicenciano se hace vida en cada rincón del mundo y en cada pobre que Dios
pone en nuestras vidas construyamos una cadena con eslabones de vida de entrega.
Es momento para pensar en algún compromiso concreto para que seamos instrumentos
de Dios y desde nuestra oración y nuestra entrega toque el corazón de los jóvenes y
sigan sus huellas desde el carisma vicenciano. Oremos por las vocaciones para que
entre nosotras surjan jóvenes, que deseen dar sentido a su vida desde lo que Dios
quiere de ellos.
A lo largo de la historia de la Salvación se ha ido construyendo una cadena de fidelidad
formada por grandes y pequeños eslabones; hagamos la nuestra partiendo de la persona
de Jesús, junto con María y nuestros fundadores. Que la presencia del Espíritu de Dios
entre nosotros, anime a otros jóvenes a ser eslabones de entrega para los pobres en la
familia vicenciana.
Momento para compartir y unirse a la cadena de fidelidad.
( GESTO: Existe una cadena con cuatro eslabones con los nombres de
Jesús, María, San Vicente y Santa Luisa. Cada hermana tendrá un
eslabón que unirá a la cadena de fidelidad y expresará su compromiso,
su reflexión, petición en favor de los jóvenes que se encuentran en
búsqueda de su vocación)
Acción de Gracias:
Te damos gracias por todas las respuestas generosas a trabajar en tu Reino. Gracias por
esas personas que se han dejado seducir por tu mirada y te han dicho “Sí”. Gracias por
tantos jóvenes que se plantean su vocación en coordenadas de servicio y de entrega.
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Demos gracias al Señor que sigue llamando a jóvenes para que entreguen su vida desde
la generosidad. Pedimos tu Espíritu de disponibilidad y fortaleza para que los jóvenes
digan Sí.
- Unidos a María elevamos nuestra humilde y confiada oración ella que es
modelo para toda alma consagrada al servicio de los preferidos de Dios.
Junto a María oremos al Padre. (Padre nuestro)
Oración final:
Quiero seguirte, Señor.
A pesar de las incomprensiones de los demás.
A pesar de mis momentos débiles.
A pesar de mis horas de cansancio.
Quiero ser dichoso con los que te siguen con corazón sencillo:
con los pobres que tienen necesidad de ti.
con los que sufren en su caminar por la vida.
con los que trabajan por implantar la justicia.
con los de corazón puro.
con los que llevan consigo la paz y la transmiten.
Opto por desterrar de mí la hipocresía, lo superfluo.
Opto por atesorar en el cielo, gastando mi vida
por los demás en la tierra.
Yo te sigo,
he querido poner la mano en el arado
y emprender el camino que Tú seguiste.
Ayúdame Señor,
a ser fiel a mi opción por ti.
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