LA INDUSTRIA URUGUAYA EN PERSPECTIVA1 INTRODUCCION El siguiente documento se enmarca en las actividades de seguimiento de la situación económica nacional e internacional que realiza el Departamento de Estudios Económicos de la Cámara de Industrias del Uruguay. En esta ocasión por tratarse del Anuario Industrial se realiza un informe más amplio, el cual a la luz de lo acontecido en los últimos diez años, plantea las perspectivas del sector industrial y distingue los principales desafíos a los que se enfrenta. En el primer capítulo se caracterizan las principales tendencias de la última década. En el segundo capítulo se reseña lo ocurrido en 1999 a partir de la devaluación del Real y su repercusión en la industria nacional. Considerando lo acontecido en los últimos años y las dificultades que generaron los sucesos de 1999, en el tercer capítulo se resumieron las previsiones para el 2000. Por último, en el cuarto capítulo se resumieron los principales desafíos que deberá enfrentar tanto el sector privado como el sector público, incluso en muchas actividades actuando coordinadamente o conjuntamente, para lograr incrementar la competitividad de la producción nacional y así generar una industria viable en el largo plazo. 1. UNA MIRADA A LA ULTIMA DECADA 1.1 El marco de política económica En un marco internacional y regional en el cual los márgenes de maniobra para la política económica se estrecharon, se ha desarrollado en el país una continuidad en el enfoque, en los criterios e incluso en los instrumentos, aunque con distintos énfasis y modalidades de gestión. En particular, se destaca que los sucesivos gobiernos han mantenido énfasis en lograr y preservar la estabilidad macroeconómica, sobre la base de una situación fiscal saneada, y una mayor apertura de la economía, tanto desde el punto de vista comercial como financiero. El marco general de política económica en los últimos años ha recogido estos lineamientos. En tal sentido, la pasada administración se había fijado como objetivos2: Reducir la inflación Mejorar las condiciones para un crecimiento sostenido del producto Con el fin de alcanzar el primer objetivo, el Gobierno inició un programa de mediano plazo cuya meta era fortalecer las finanzas públicas, la contracción monetaria y de gastos, la gradual desacelaración de la tasa de devaluación de la banda cambiaria, y la desarticulación de mecanismos indexatorios. 1 Documento elaborado por el Departamento de Estudios Económicos de la CIU. 2 Ver, por ejemplo, la Carta de Intención del Gobierno al Fondo Monetario Internacional de 1997. En cuanto al segundo objetivo, se propuso la implementación de algunas reformas estructurales que permitieran, a través de una mejora de la competitividad, el crecimiento del producto. Estas reformas incluían al sistema de seguridad social, el sistema tributario, la administración pública, el sector financiero, pasando además por un proceso de privatización y de liberalización económica, como fue por ejemplo el caso de los alcoholes, el puerto y los seguros. En un horizonte de más largo plazo, se incluía en este apartado la reforma educativa. Cabe resaltar que sólo en algunos casos se avanzó en forma significativa. Por otra parte, no se abordó en forma complexiva la promoción de mejores condiciones de competitividad para la producción nacional. Todo ello se realizó en el marco del proceso de integración del Mercosur, manteniendo una economía cada vez más abierta tanto a nivel comercial como de los movimientos de capitales y desmantelando muchos de los instrumentos de protección arancelaria y no arancelaria del mercado interno y ajustando la normativa a los criterios establecidos por la Organización Mundial de Comercio. Dentro de este marco, se han implementado durante los últimos años una serie de medidas de política económica relevantes para el sector industrial. Corresponde mencionar algunas de las principales medidas adoptadas. Se destaca la rebaja de aportes patronales aprobada en 1995 con el objetivo de disminuir el costo de la mano de obra para la industria manufacturera. A nivel tributario, se eliminó el IMESI al gas oil y a la energía eléctrica. Asimismo, se asistió en los tres últimos años a una reducción gradual del IMABA. En 1998 fue aprobada la Ley de Inversiones, la cual consagra formalmente iguales derechos tanto para inversores nacionales como extranjeros, y actualiza el régimen de incentivos a la Inversión (establecido en la Ley 14.178 de Promoción Industrial de 1974 y la Ley de Inversiones extranjeras 14.179 de 1974) En cuanto al fomento de las exportaciones, existió un cambio en la política de devolución de impuestos, aumentando los porcentajes a recuperar. Asimismo, se amplió el sistema de prefinanciación de exportaciones. A nivel de las principales tarifas públicas, existió una baja en el precio del fuel oil en términos de dólares. El cuanto a la energía eléctrica, se consolidó una sustancial rebaja de la tarifa para grandes consumidores. En lo que respecta al sector financiero, se aprobaron en el período distintas leyes que apuntaron a su reforma y mejor funcionamiento. Las mismas incluyeron la eliminación del monopolio del BHU sobre el crédito hipotecario en el “pozo”, la activación del mercado de obligaciones negociables (que luego sufrió un retroceso en 1998 debido al incumplimiento de una empresa), el inicio de las operaciones de los fondos de inversión y el intento de potenciar el factoring y el leasing, entre otros. El principal objetivo de estas normativas es desarrollar el mercado de capitales y fortalecer la competencia y eficiencia del sistema financiero. Se mantuvieron los Precios Mínimos de Exportación para algunos productos textiles. Por último, se mantuvo un régimen específico de apoyo al sector automotor. Las empresas que realizan exportaciones de vehículos terminados o semiterminados, ensamblados en el país, o de autopartes de origen nacional gozan del beneficio por el cual por cada dólar exportado se puede importar con una preferencia en la TGA de 13 puntos, vehículos nuevos armados en origen destinados al mercado interno por igual valor. Los saldos no utilizados a través de este régimen, podrán ser afectados al pago de impuestos recaudados por la Dirección General Impositiva. 1.2 Las principales tendencias 1.2.2 En el mundo y la región La década del noventa se ha caracterizado por la velocidad y profundidad de los cambios en el entorno empresarial. La mayor intensidad y globalización de la competencia, una orientación creciente de las actividades hacia la demanda, cambios en las formas de comercialización, así como una mayor velocidad de los cambios tecnológicos (especialmente en información y comunicaciones) y organizacionales en las empresas y en las cadenas productivas, están modificando sustancialmente el entorno dónde se mueven las empresas. Por otro lado, tanto el producto como el comercio mundial han crecido a un ritmo acelerado. El crecimiento promedio de la economía mundial superó el 3% anual, y los flujos de comercio mundial mostraron un importante aumento (4,3% anual en dólares corrientes). En este período las economías de la región profundizaron la apertura de su economía y se insertaron en procesos de integración económica, en el contexto de esquemas de regionalismo abierto que se han desarrollado en distintas zonas. El Mercosur, incluyendo la posterior asociación de Bolivia y Chile, el NAFTA, las negociaciones Mercosur-Unión Europea y el ALCA, son sólo algunos ejemplos de la nueva forma de relacionamiento que encaran los países. A partir de los primeros años de la década, se aplicaron en la región políticas internas tendientes a la estabilización de precios, usando el tipo de cambio como ancla nominal, lo que generó un fuerte crecimiento del consumo interno, y por lo tanto de la producción asociada a él y de las importaciones. En este sentido, tanto el PBI como el comercio regional mostraron un significativo aumento en este período. Las políticas de estabilización aplicadas, en su medida y con distintos ritmos, fueron exitosas. En 1999 se alcanzó por primera vez en la década una inflación de un dígito en los cuatro países del Mercosur. 1.2.2 En Uruguay En Uruguay el PBI registró un crecimiento acumulativo anual superior al 3% en los últimos diez años. Y si no se considera el año 1999, el cual estuvo marcado por una fuerte recesión, dicho crecimiento se aproxima al 4% anual. Cabe resaltar que, si bien los últimos cinco años mostraron tasas de crecimiento menores que el quinquenio anterior, esto fue consecuencia de las dos grandes crisis internacionales que afectaron a la región: la crisis mexicana a finales de 1994 y la crisis brasileña en 1999. Ambas coyunturas provocaron las dos únicas caídas del producto en la última década. En el caso del producto industrial, se observó una baja de 9% en 1993 y de 8,4% en 1999. Otro punto a destacar es el aumento de los precios industriales en términos de dólares que se registró en el período, como consecuencia principalmente del uso del tipo de cambio como ancla nominal del sistema. Sin embargo, en los últimos años esta tendencia se ha detenido, debido a la caída experimentada por el precio de los commodities a nivel internacional y porque a partir de 1995 la política cambiaria tendió a alinearse con la inflación. Por su parte, se observó en los años noventa una caída de alrededor del 40% del Indice de competitividad3, lo que sin lugar a dudas influyó sobre el desempeño de la balanza comercial. Cabe resaltar que, si bien esta caída superó el 10% en 1999, desde 1995 este indicador se mantenía relativamente estable. Asimismo, el plan de estabilización estuvo basado en el orden de las cuentas públicas. Mientras en 1989 el déficit del sector público superó el 6% del PBI, en 1998 el mismo no alcanzó el 1%. Sin embargo, este relativo equilibrio no se alcanzó en 1999 debido a la baja de la recaudación causada por la caída del producto ocurrida en este año, y por el aumento del gasto. El único año que registró un superávit fiscal en la última década fue 1992. El logro de una mayor estabilidad política y económica llevó a que a partir de 1997 el país fuera calificado internacionalmente como “investment grade”. Esto sin lugar a dudas ha contribuido a la baja en las tasas de intereses que el país debe pagar en el exterior, y a que aumentara la inversión extranjera directa (IED). En este sentido, entre 1995 y 1999 habrían entrado al país más de 2.400 millones de dólares al sector no financiero por concepto de IED4. El crecimiento del comercio exterior Las exportaciones del país medidas a precios corrientes crecieron a una tasa acumulativa anual de 3,5% en la última década. Sin embargo, si no se considera 1999 dicho crecimiento fue superior al 6%. Mientras en los primeros años las mismas presentaron una variación más errática, a partir de 1994 se observó un fuerte impulso, el cual se frenó en 1998, para finalmente retroceder 19% en el último año. Otro punto a destacar es la creciente importancia relativa de las exportaciones a la región en este período, las cuales representaron aproximadamente el 55% del total en 1998, antes de la devaluación de Brasil. El aumento de las exportaciones se apoyó fuertemente en el crecimiento de las exportaciones del sector frigorífico y otros sectores con alta dependencia regional, como lácteos, arroz y automóviles5. Sin embargo, y a pesar del crecimiento experimentado por los flujos de comercio, la mitad de las exportaciones sigue concentrada, al igual que diez años atrás, en tan solo cinco sectores: Frigoríficos (19%), Lácteos (7%), Molinos arroceros (8%), Textiles (9%) y Curtiembres (8%). En cuanto al desempeño de las importaciones, el aumento medido de las mismas fue mucho mayor, alcanzando una tasa acumulativa anual superior al 10% considerando dólares corrientes, por lo cual, el saldo de la balanza comercial que en 1989 fuera positivo, se presentó desde 1992 con signos negativos. La evolución de la industria El buen desempeño registrado por la economía en su conjunto no se observó en el sector industrial, a pesar del proceso de reconversión productivo ocurrido en el mismo. Si bien dicho sector aumentó su producción medida en términos de dólares corrientes, la variación en términos reales fue casi nula. Los únicos sectores que en conjunto 3 Considerando como Indice de competitividad a la variación de los precios mayoristas en dólares nacionales respecto a la variación de los precios mayoristas en dólares de una canasta de países con los que Uruguay comercia. 4 “La inversión extranjera directa en Uruguay”, Uruguay XXI, versión preliminar, diciembre de 1999. “Cambios en la industria en la última década”, Enfoques Económicos, setiembre de 1999, Cámara de Industrias del Uruguay. 5 aumentaron su producción fueron los exportadores a la región6, lo que indicaría el impacto que ha tenido el proceso de integración regional, especialmente en un contexto de las políticas de estabilización aplicadas en la región. Dentro del contexto de reestructura del sector industrial, junto a sectores que enfrentan dificultades y fuertes caídas de actividad, se observa que algunas ramas han crecido en forma importante, tanto en términos de su volumen de producción como de sus exportaciones, en función de ventajas comparativas, escala, diferenciación o calidad. En este sentido, se identifican dos grupos. Por un lado los sectores que presentan altas tasas de crecimiento (mayores al 5% anual) orientados a las exportaciones regionales, y por otro lado, los orientados al mercado interno. En el primer grupo se destacan los lácteos, molinos arroceros, industrias químicas básicas y envases y cajas de papel y cartón. Excepto el caso de los químicos, estos sectores experimentaron un crecimiento de las exportaciones, productividad de la mano de obra e inversión superior al promedio industrial y un crecimiento de la producción mayor al del consumo interno de estos productos. Los químicos, si bien aumentaron sus exportaciones, productividad e inversión, lo hicieron a menores tasas que el promedio industrial y registraron un descenso en la orientación exportadora en la última década. Entre los sectores de mayor crecimiento orientados al mercado interno, se destacan los plásticos y cemento, cal y yeso. En estos casos, el mayor crecimiento también estuvo asociado a mayores exportaciones, las cuales aumentaron a un ritmo superior al 30% anual. EVOLUCION DE LA INDUSTRIA Crecimiento * 1989 1994 1998 1999 acumulativo anual a 1998 a 1999 Indice de Volumen Físico industrial (Base 1988) 99 103 105 97 0,7% -0,1% Indice de Productividad Industrial (Base 1988) 99 143 180 189 6,9% 6,7% Indice de Población Ocupada en la industria (Base 1988) 99 69 55 49 -6,4% -6,7% Indice de Horas Trabajadas en el Industria (Base 1988) 100 72 58 51 -5,8% -6,4% Personal ocupado en la industria (en miles)* 172 123 96 86 nc nc 3,8% 4,0% -1,7% -5,7% 4,1% 3,1% 10,4% 12,1% 1,7% -2,4% 8,9% 7,7% Variación de los precios de prod. manuf. en dólares Variación del salario industrial en dólares * 1998 y 1999 estimados. Elaborado por el Departamento de Estudios Económicos de la CIU con datos del INE, BCU, BCB y FMI Por otra parte, en el marco de la política de estabilización, el consumo interno se duplicó en términos reales entre 1989 y 1998. Sin embargo, la producción industrial, particularmente la orientada al mercado interno, no acompañó este crecimiento. Esto se explica en buena medida por el aumento de las importaciones. Este relativo estancamiento de la industria, llevó a que el grado de industrialización de la economía uruguaya, medido como la razón entre el producto industrial y el producto “Cambios en la industria en la última década”, Enfoques Económicos, setiembre de 1999, Cámara de Industrias del Uruguay. 6 total, descendiera en la última década, pasando de 26% en 1989 a una cifra inferior a 20% en 1999. El alto costo productivo que enfrentan las empresas en el país, lo que afecta la competitividad de las mismas a nivel internacional, aparece como una limitante para el desarrollo del sector. A modo ilustrativo, entre 1989 y 1999 se registró un fuerte aumento del salario real y del peso del Estado sobre los sectores productores de bienes. Sobre este último punto, la presión fiscal aumentó considerablemente en los últimos años7. En el caso de la industria, se observa un fuerte crecimiento entre 1988 y 1993 y un descenso a partir de 1995 como consecuencia de la rebaja de aportes patronales ocurrida en mayo de ese año. Mientras en 1988 la presión fiscal sobre la industria representaba 6,1% del PBI industrial, en 1998 este porcentaje ascendía a 7,6%. En cuanto a la evolución del empleo, en las empresas industriales que ocupan a más de cinco empleados, se registró una caída del personal ocupado superior al 6% acumulativo anual, lo que representa aproximadamente la pérdida de 85.000 puestos de trabajo directos. En este tipo de empresas industriales, hoy trabajan alrededor de 86.000 personas. Análisis recientemente publicados destacan que esta no sería la tendencia si se consideraran todas las empresas del sector8, lo que indicaría que en las empresas industriales más pequeñas la ocupación creció significativamente. La baja del empleo directo en las empresas industriales que ocupan a más de cinco personas debe analizarse teniendo en cuenta la tendencia a la tercerización de actividades que ha tomado fuerza en los últimos años. Este proceso de transformación estructural del sector redundaría en la creación de pequeñas empresas industriales, de servicios, transporte y demás, las cuales trabajan proveedoras de las empresas industriales más grandes. Al mismo tiempo, el incremento del informalismo en el sector de las consideradas microindustrias también colabora a disminuir el empleo registrado por las estadísticas oficiales, las cuales consideran solamente a las empresas de más de cinco personas ocupadas. Por otra parte, el hecho de que disminuyeran los puestos de trabajo, acompañado por un producto constante, provocó una importante ganancia de productividad de la mano de obra en la industria, que puede estimarse aproximadamente en 6,7% acumulativo anual. Este resultado es consistente con el proceso de apertura e integración, y el mayor grado de competencia que han enfrentado los sectores productores de bienes, lo que ha llevado a que el sector invirtiera en nueva tecnología. Sin embargo, tal como se mencionara anteriormente con referencia al empleo, esta ganancia de productividad está influida por el proceso de tercerización, el cual para un mismo nivel de producción puede significar menos personas trabajando directamente en la industria. “La presión fiscal en el Uruguay”, Enfoques Económicos, noviembre de 1999, Cámara de Industrias del Uruguay. 7 Jorge Notaro, “Ocupación y masa salarial en el Uruguay 1984-1999”. Este trabajo indica que entre 1984 y 1997 se crearon 7.600 puestos de trabajo en la industria manufacturera, si se considera el total de las empresas industriales. 8 PBI 1988 = 100 PBI INDUSTRIAL 1988 = 100 160 160 140 140 120 120 100 100 80 80 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 Indice de precios manufactureros en dólares. 1988 = 100 Indice de los salarios industriales en dólares. 1988 = 100 240 240 200 200 160 160 120 120 80 80 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2. 1999: UN AÑO TURBULENTO Un repaso de lo acontecido en los últimos años no debe pasar por alto los graves efectos que generó la devaluación del Real ocurrida a inicios de 1999. Sin perjuicio de que no se pretende hacer un análisis exhaustivo de las consecuencias que produjo en la región, ya que se ha considerado en ediciones anteriores de Enfoques Económicos, a continuación se repasan los principales resultados que se registraron en Argentina, Brasil y Uruguay. 1.1 La crisis de enero Si bien es cierto que el mundo está cada vez más globalizado, lo cual redunda en mercados más abiertos y más fácil acceso a la tecnología y la información, también es cierto que la movilidad de los capitales es cada vez mayor y los países son más interdependientes entre sí. Enero de 1999 se presentó como un mes de alta incertidumbre e inestabilidad en Brasil. Problemas políticos en el gobierno del Presidente Fernando Henrique Cardoso provocaron grandes fluctuaciones en las principales bolsas brasileñas, llevando al desplome de las mismas en los primeros 15 días del mes. La declaratoria de moratoria por 90 días de la deuda del Estado de Minas Gerais, y la posible unión de otros Estados provocaron un clima de incertidumbre a los inversores, todo lo cual ocasionó una importante salida de divisas y fuertes caídas en los valores. Por otra parte, la no aprobación de medidas concretas del paquete de ajuste fiscal propuesto en octubre también coadyuvó a que el clima se volviera cada vez más incierto. 9 9 Boletín Estadístico Trimestral Nº 12, Febrero de 1999, Cámara de Industrias del Uruguay Luego de turbulencias financieras en otros países ocurridas entre fines de 1998 y principios de 1999, Brasil sufrió la embestida de los capitales de corto plazo lo que obligó al Gobierno a cambiar su política cambiaria. El 15 de enero el gobierno decidió no intervenir en el mercado cambiario y permitir la flotación del tipo de cambio; al finalizar el mes el dólar cotizaba a R$ 2,05. Tras la devaluación de enero y fundamentalmente en los primeros meses del año, la región se sumergió en un período de inestabilidad y recesión del cual apenas parece reponerse en forma lenta en los primeros meses de 2000. Este nuevo contexto transformó los problemas y desajustes de algunos países en problemas de muchos. Al mismo tiempo, en Argentina, Chile y Uruguay se vivieron períodos electorales que coadyuvaron a reducir la capacidad de respuesta de las economías a la crisis de enero. Por otra parte, en Brasil siguió resultando dificultoso aprobar las reformas estructurales indispensables para generar las condiciones de equilibrio macroeconómico en el largo plazo. En este contexto la producción industrial desempeño comercial se debilitó. Con dificultades, precios internacionales bajos acotaron y se terminó el año con caída del países de la región. de la región se redujo fuertemente y el mercados extraregionales también con y un dólar fuerte, las oportunidades se PBI industrial y del comercio en todos los 2.1 Los resultados de Argentina y Brasil La producción industrial en Brasil se redujo apenas 0,7% en 1999 con respecto a 1998 contrariamente a lo esperado por casi todos los analistas luego de la devaluación de enero. El desempeño del sector industrial y el de la construcción fueron los que opacaron los buenos resultados que se obtuvieron en el sector agropecuario (9%) y de servicios (1,1%). Adicionalmente vale destacar que el comportamiento de la producción mostró tendencias diferentes entre las categorías que la integran. En ese sentido, se redujo fuertemente la producción de bienes de capital (-8,9%) y de bienes durables (-9,4%) mientras que creció levemente la producción de bienes intermedios (1,8%). En el caso de Argentina la producción industrial cayó 6,5% en 1999 comparando con 1998, la cual se explica en gran medida por el pobre desempeño del sector automotriz Un mercado mundial recesivo con precios aún deprimidos determinó que las economías latinoamericanas, con excepción de México y Venezuela, registraran magros resultados en el desempeño comercial. En ese sentido Brasil y Argentina registraron los peores resultados con caída de exportaciones superiores al 15%. DESEMPEÑO COMERCIAL REGIONAL - 1999 Variación respecto a igual período del año anterior 10% 5% 0% -6% -10% -12% -12% -15% -20% -19% -19% -20% -30% Argentina Brasil Uruguay Exportaciones Chile Importaciones 2.2 Cómo repercutió la crisis en la industria uruguaya La fuerte devaluación del real ocurrida en enero de 1999 y la volatilidad del mercado de cambios en Brasil que caracterizó los meses posteriores produjo una fuerte retracción de la producción industrial (-7,5% excluida la refinería de ANCAP) y las exportaciones. Vale decir que si bien la caída del nivel de competitividad de la producción nacional fue muy importante con respecto a Brasil, por primera vez en muchos años se registró una recuperación con respecto a los países desarrollados. URUGUAY, INDICE DE COMPETITIVIDAD Base 1988=100 AÑOS 1988 1992 1996 1998 1999* ARGENTINA 100,0 86,6 78,0 78,6 83,8 BRASIL 100,0 84,5 97,0 97,6 78,3 REGION (1) 100,0 85,3 89,7 90,3 80,4 PAISES DESARROLLADOS (2) MUNDO (3) 100,0 86,3 79,0 76,4 83,2 100,0 86,4 86,0 85,3 81,6 Elaborado por el Departamento de Estudios Económicos de la CIU con datos del BCU e información de "Estadísticas Financieras Internacionales" Nota: la metodología para la confección del Indice de Competitividad puede consultarse en el cuadro E5 del Anexo Estadístico. La caída de la producción industrial repercutió en el empleo registrándose un descenso del 10% en el personal ocupado por las empresas industriales de más de 5 personas ocupadas. Asimismo, se registraron cifras récords en los niveles de obreros beneficiarios del seguro por desempleo. Los rubros industriales más afectados fueron Textiles (-26%), Vestimenta (-34%), Calzado (-17%), Aparatos y suministros eléctricos (-18%) y Automóviles y repuestos (24%). En los dos últimos sectores, la contracción fue consecuencia de la coyuntura regional, mientras en los otros casos, estos sectores ya presentaban un mal desempeño en años anteriores, proceso que se agudizó por la crisis regional. Tal como ocurriera a lo largo de todo el año, se observa que el menor nivel de producción en algunos sectores estuvo asociado a la baja en las exportaciones. Ramas industriales Frigoríficos Pesca Textiles Vestimenta Cuero Caucho Ap. y suministros eléct. Material de transporte Variación IVF Variación export. 1999 1999 -3% -9% -26% -34% -6% -17% -18% -24% -16% -20% -27% -27% -8% -7% -51% -27% Por otra parte, interesa destacar el buen desempeño que han mostrado algunos sectores en términos de volumen producido. Tal es el caso de los Molinos arroceros, Bebidas espirituosas y sin alcohol, Tabaco, Papel y cartón, Productos farmacéuticos y Plásticos. En el caso de los molinos arroceros, el aumento de la producción estuvo acompañado de una caída de las exportaciones superior al 25%. Lo mismo ocurrió en el sector lácteo, donde si bien la producción presentó una variación nula, las exportaciones cayeron 14%. En ambos casos, se observa que si bien la producción física no se vio afectada por la crisis que enfrentó el país el pasado año, ambos sectores tuvieron que adaptarse vendiendo más cantidad a menores precios. 2.3 Las medidas adoptadas Frente a la situación de crisis provocada fundamentalmente por la devaluación del Real y los bajos precios internacionales, el Gobierno adoptó algunas medidas para intentar reducir los efectos negativos en la producción nacional. En primer lugar, se buscó una recuperación de la competitividad cambiaria. En ese sentido, se mantuvo la tasa de ajuste mensual de la banda cambiaria durante el transcurso de 1999 y el Banco Central del Uruguay adoptó medidas que generaron una mayor flotación del dólar de la que se venía registrando. Como resultado se obtuvo que si se consideran precios mayoristas, el tipo de cambio real se apreció en 9%. En segundo lugar, se aprobaron algunas medidas en el área financiera para auxiliar al sector exportador entre las cuales se destacan las siguientes:10 - 10 se extendió el plazo al financiamiento de exportaciones, disponiendo el exportador de tres opciones: Información Oportuna febrero 8 de 1999, Departamento de Estudios Económicos, Cámara de Industrias del Uruguay 180 días 3.55% + 30% Libor 270 días 2.35% + 30% Libor 360 días 1.78% + 30% Libor - se flexibilizó la aplicación en términos de cumplimiento de plazos y suspensión de sanciones. Se otorgaba una prórroga de 90 días en la presentación de cumplidos de exportación sin ningún tipo de sanción. - el BROU extendió el plazo del financiamiento a las exportaciones, lo que significará el acceso a niveles de tasas de interés preferenciales por un plazo mayor. - el BROU también prorrogó los vencimientos a las empresas de primera línea. - el BSE restableció la línea de seguros de crédito a la exportación, la cual cubre a las empresas exportadoras de los riesgos derivados de la insolvencia del comprador o de problemas de mora por parte del mismo. A tales efectos, continuó rigiendo la reducción de la prima dispuesta en 1998, esperándose que la operativa creciente en esta modalidad permitiera disponer nuevos descenso en su costo. - el BROU extendió a empresas de buen cumplimiento el financiamiento de las exportaciones amparadas con seguros de crédito a la exportación emitidos por el BSE. Asimismo, en 1999 se aprobó la emisión de Bonos Cupón Cero, con el objetivo de reestructurar la deuda de los distintos sectores productivos. A pesar de la gran difusión que tuvo este sistema en los primeros meses se aprobación, su utilización fue relativamente escasa. Por esa razón, las autoridades del Banco de la República Oriental del Uruguay lanzaron un plan de reperfilamiento de las deudas del sector productivo el cual se llevó a cabo a través de un análisis “caso a caso”. En tercer lugar, se redujeron las tarifas del Fuel Oil, medida que favoreció fundamentalmente a los grandes consumidores. En cuarto lugar, se aprobaron nuevos incentivos para el sector automotriz. Las empresas uruguayas que ensamblan y exportan pueden importar vehículos 0 km. por un monto equivalente al 10% de lo que venden en el exterior, con una rebaja de hasta 13% en la Tasa Global Arancelaria. Del punto de vista de las cuentas públicas el Gobierno lanzó un plan de ajuste de gastos e inversiones para afrontar la caída de la recaudación que ocurriría en el año. De todas formas los ajustes no tuvieron los resultados esperados y el déficit fiscal trepó a niveles cercanos al 3% del PBI a finales del año. 2.4 Hoy por hoy A modo de síntesis, es oportuno resumir cuál es el estado de situación actual para luego analizar cuál es la perspectiva para el año que corre y los desafíos que se plantean: A nivel internacional: Los precios internacionales no petroleros se recuperan lentamente. En el caso del petróleo se registraron máximos históricos en los primeros años de 2000, lo cual genera dificultades a países importadores como el Uruguay. El Euro cotiza a valores cercanos a 0,90 dólares, lo que representa una pérdida de valor cercana al 20% en el último año. Las tasas de interés a nivel internacional continúan incrementándose, lo cual genera inconvenientes en las cuentas públicas por el incremento de los intereses de la deuda pública. A nivel regional: El precio del dólar en Brasil se encuentra estabilizado en el entorno a 1,80 reales. Impulsado por la reactivación industrial, el PBI brasileño aumentó 3,1% en el primer trimestre del año. En el caso de Argentina la recuperación no se consolida y se desarrolla en forma muy lenta. A nivel nacional: Las exportaciones crecen a un ritmo lento y están aún lejos de alcanzar los niveles anteriores a la crisis. El crecimiento se explica por el buen desempeño de algunos sectores: frigorífico, molinos arroceros, lácteo y tops de lana. Las ventas dirigidas al mercado interno se encuentran deprimidas y las expectativas de los empresarios se mantienen incambiadas. La ocupación en la industria continúa descendiendo. La situación fiscal muestra pocos indicios de mejora, aún cuando se dispusieron medidas de ajuste del gasto y las inversiones por parte del nuevo equipo económico de gobierno. 3. PERSPECTIVAS 3.1 La economía mundial y la región Las perspectivas para la economía mundial son mejores que en los dos últimos años. El Fondo Monetario Internacional prevé para el año 2000 un crecimiento del producto y del comercio mundial de 4,2% y 6,2% respectivamente. Este aumento de la demanda mundial podría llevar al alza el precio de los commodities, mientras que nuevos acuerdos en el ámbito de la OPEP harían descender el precio del petróleo que ya habría tocado su techo. El crecimiento pasado y proyectado para la economía de Estados Unidos (mayor al 4% en los últimos tres años), podría impulsar nuevos aumentos de las tasas de interés en dicho país con el objetivo de mantener baja la inflación. Esto impulsaría un aumento generalizado de las tasas de interés a nivel internacional. En cuanto a las cotizaciones de las diferentes monedas, luego del debilitamiento del euro frente al dólar ocurrido en 1999, se prevé para el 2000 una recuperación del euro, mientras la inflación en estos países no superaría el 2% anual. Esto significaría un abaratamiento en términos de moneda europea de las exportaciones uruguayas. Considerando los países de la región, se proyecta un crecimiento del producto de alrededor de 3,5% en Brasil y 2,5% en Argentina. Cabe resaltar que en Brasil aún existe cierta incertidumbre sobre el precio del dólar, la cual se trasmite a la relación de precios de Uruguay con dicho país. En Argentina por su parte, se prevé una deflación en dólares con la moneda local manteniendo su paridad con el dólar. Por otra parte, el nuevo gobierno presidido por el Dr. De la Rúa ya ha iniciado una serie de reformas tendientes a controlar el déficit público, reducir el “riesgo país” y flexibilizar el mercado laboral con el objetivo de bajar los costos. Asimismo, existe una intención explícita del gobierno de ayudar a las PYMES. Estas reformas tendientes a activar la economía y asegurar el régimen cambiario, podrían tener un efecto positivo sobre la economía uruguaya. Por último, interesa resaltar la importancia de la evolución futura de las negociaciones internacionales. En el ámbito de la OMC se espera una profundización en las negociaciones respecto al comercio agrícola, aunque no se lograrán resultados en el corto plazo. Por su parte, se espera mayor dinamismo en las negociaciones dentro del ALCA y con la Unión Europea. Resumiendo, se puede decir que la coyuntura internacional y regional se presenta relativamente favorable para el país, especialmente en cuanto a la demanda de los principales productos que el país exporta. 3.2 El programa económico para el 2000 En una coyuntura mundial y regional más favorable que la que existía a comienzos de 1999, el nuevo equipo económico ha realizado una presentación del programa que aplicará en el año 2000, marcando además algunos énfasis que pautarán el resto del período de gobierno. En términos generales puede afirmarse que la política económica no tendrá cambios sustantivos respecto a la aplicada en años anteriores, aunque sí habrán profundizaciones y ajustes debido a las condiciones coyunturales de la región y de los mercados internacionales. En todo caso, merecen destacarse algunos aspectos en cuanto al enfoque general: Existe un reconocimiento expreso en cuanto a la existencia de un “problema sustantivo e importante de competitividad en la economía uruguaya”, el que se ve agravado este año en el sector agropecuario como resultado de la sequía importante que se registra en el país. Se pone especial énfasis en mejorar las condiciones de competencia en la economía, tanto en el sector privado como en el sector público, lo que implica mayor desregulación. Se plantea una revisión de la política cambiaria a partir del año 2001 buscando un sistema más permanente acorde con una economía estabilizada. No se proponen modificaciones en la política actual para este año. En ese marco, los objetivos del Gobierno en materia económica se resumieron en: i. Retomar la senda del crecimiento económico, de producción y empleo ii. Fortalecer la situación actual de las finanzas públicas Para alcanzar estos objetivos, se plantean algunas medidas concretas para el año 2000 y se marcan pautas para el futuro. En el área fiscal se espera reducir el déficit fiscal al 1,8% del PBI para lo cual se anunciaron las siguientes medidas de ajuste: Mantener la vigencia anual del aumento del 1,5% para los empleados públicos. Sólo existirá un incremento adicional en una proporción aún no definida para los policías y militares. Reducción de 0,5% del PBI en inversiones del Gobierno Central, 0,2% del PBI en gastos no personales y 0,1% del PBI en gastos de publicidad de las empresas públicas. Impulsar las concesiones de obra pública a la brevedad. Combatir la evasión. Por otra parte, se anunciaron medidas de alivio fiscal para el sector agropecuario que significarán un aporte de U$S 23 millones en el año 2000. Este monto se compone de una reducción de aportes patronales (estimada en US$ 8 millones) y una partida de US$ 15 millones para las Intendencias Municipales con el fin de viabilizar una reducción de la Contribución Inmobiliaria Rural. Sin embargo, respecto a esta partida no existe una obligación expresa de las Intendencias de afectarlas a disminuir la Contribución, por lo cual el efecto final puede ser diferente. En cuanto a otros anuncios de importancia para los sectores productivos debe destacarse la intención de rebajar las tarifas públicas no petroleras en términos de dólares (-3% a -4%). En términos generales, se espera un año con serias dificultades para la mayoría de los sectores productivos de la economía. Al mismo tiempo, los altos precios del petróleo y el incremento de las tasas de interés internacionales, acotan aún más las posibilidades de maniobra del sector público. Cabe resaltar, que la pauta devaluatoria está por encima de la inflación esperada, con lo cual se lograría un leve aumento de competitividad externa a nivel de precios, tal como sucediera en 1999. En este marco, las proyecciones del gobierno prevén un crecimiento del producto y de las exportaciones de 2,5% y 8,7% respectivamente. Por otra parte, algunos analistas11 prevén resultados menos optimistas proyectando un crecimiento del producto de 1,6% para el corriente año. 11 Informe de coyuntura del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Econímicas, marzo de 2000. LA ECONOMIA EN EL 2000 Equipo Instituto de Económico Economía 2,5% 2,1% 4% - 6% 7,5% 8,7% 1,6% 1,3% 5,5% 7,5% 6,0% -2,3% -1,8% -3,2% -2,6% Tasas de variación anual PBI Consumo privado Inflación Devaluación Exportaciones Resultados en % del PBI Cuenta corriente Resultado fiscal 3.3 Temas pendientes El nuevo Gobierno también ha delineado algunas reformas a analizar próximamente y algunos énfasis que marcarán el resto del período de gobierno. En primer lugar, el objetivo de mejorar la capacidad de competencia de la producción nacional tomará otras vías y alcanzará a otros sectores (en el año 2000 estará centrado en el agro). Se señala la importancia de evitar formas excesivas de tributación a la tierra, el capital y la mano de obra, porque ellas se convierten en costos fijos de producción, que son particularmente gravosos en la fase descendente del ciclo de los negocios. Por otra parte, se esperan reformas en las empresas públicas que implicarán la eliminación de algunos monopolios legales entre los cuales se destacan: combustible, seguros de accidentes de trabajo, comunicaciones, etc. Se creará un instituto descentralizado que se ocupe de las regulaciones. Se entiende que un paso en este sentido ha sido ubicar la unidad regulatoria del nuevo marco eléctrico en la órbita de la OPP. Asimismo, se impulsará una mayor desregulación de la actividad privada y defensa de la competencia. Se ha puesto mucho énfasis en este aspecto como forma de generar condiciones para una mayor competitividad. También se pretende extender el nuevo sistema de seguridad social a las Cajas actualmente no comprendidas en el mismo. Por último, se mencionó un cambio en el sistema actual de manejo del tipo de cambio a partir de 2002, con el objetivo de lograr un menor ritmo de devaluación y de inflación. 3.4 La industria En una coyuntura regional más favorable, las perspectivas de la industria son mejores que en el año anterior. Sin embargo, el deterioro sufrido por la actividad industrial en 1999 difícilmente pueda permitir una recuperación significativa. En términos generales, se cree que la industria crecerá alrededor de 2% en el año 2000, apoyada por un crecimiento de las exportaciones y la eventual recuperación del mercado interno a partir del segundo semestre del año. Cabe resaltar, que este crecimiento surge de comparar con 1999 cuando los niveles de producción fueron muy bajos. En este sentido, no es probable que se alcancen en el año 2000 los niveles de producción anteriores a la crisis de Brasil. Asimismo, este crecimiento del producto industrial será posible en la medida que se mantengan las condiciones actuales, especialmente en cuanto al crecimiento de la región y el precio del dólar en Brasil. En el mediano plazo, el hecho de que se lleven a cabo algunas de las reformas propuestas por el nuevo Gobierno, podría colaborar a lograr una mejor performance del sector, en especial aquellas referidas a una mayor desregulación de actividad económica y una exposición a la competencia de las empresas públicas. El aumento de las exportaciones se basaría en dos factores. En primer lugar, el crecimiento de las cantidades demandadas, especialmente de la región, y en segundo lugar, en la suba en los precios internacionales. Sin embargo, vale la pena mencionar que en todos los casos se está comparando con 1999, cuando los montos exportados fueron muy reducidos (alcanzaron los niveles previos a 1996). Otro punto a resaltar es que en los primeros meses del año ya se perfilan algunos sectores agroindustriales como los primeros en mejorar su situación. Esto está influido por la mejora de las exportaciones de estos productos, especialmente en aquellos rubros tradicionales que el país exporta, como es el caso de la carne, pesca, arroz y textiles. Asimismo, se espera que sean estos productos agroindustriales los que vean en mayor medida aumentar sus precios a lo largo del año. Por otra parte, existen sectores que ya presentaban un mal desempeño en años anteriores, a los cuales la crisis del año pasado ha afectado fuertemente. Estos estarán obligados a hacer serios ajustes para permanecer en el mercado. Entre los empresarios las opiniones son más cautelosas que las proyecciones del Gobierno. En el mes de febrero, de 210 empresarios encuestados, la mitad opinó que las exportaciones se mantendrían iguales en el próximo semestre, el 27% que mejorarían y el 22% que empeorarían. Cabe resaltar que lo mismo sucede en Argentina. Mientras el Gobierno proyecta un aumento de las exportaciones entre 10% y 15%, siete de cada diez empresarios vinculados al comercio exterior consideran que las exportaciones no variarán en el corto plazo. 4. EL DESAFIO DE MEJORAR LA COMPETITIVIDAD Como ha sido reconocido por el equipo económico, existe un problema sustantivo e importante de competitividad para los sectores productivos en Uruguay. La competitividad es un fenómeno complejo que se vincula con aspectos de estructura de los mercados, de estrategia y capacidad de gestión empresarial y también de precios relativos y otros factores sistémicos. Este último aspecto, expresado en la pérdida de competitividad en términos de precios de los productos nacionales se ha manifestado claramente en los últimos años y se ha visto agudizado durante 1999 debido a la devaluación del Real y del Euro. En este sentido, a los problemas de más largo plazo de competitividad de la producción industrial, se sumó un efecto de precios relativos totalmente desfavorable, que compromete el desempeño en el corto plazo y dificulta los procesos de adecuación de empresas a la mayor apertura y al cambiante contexto externo. Los desafíos que se abren en materia de competitividad, entonces tienen dos vertientes: la de corto plazo, focalizada en precios relativos, y la de mediano y largo plazo, que se refiere a un mejor funcionamiento de los mercados, menor peso del Estado (presión fiscal y costo país), mayor capacidad de gestión, innovación y desarrollo, alianzas estratégicas, desarrollo de mecanismos de cooperación empresarial, etc. 4.1 Precios relativos desfavorables El enfoque de corto plazo ha sido debatido en los últimos meses por parte de los principales analistas económicos, los empresarios y los representantes del Gobierno. Aunque la posibilidad de acelerar el ritmo de devaluación en 2000 quedó descartada con los anuncios del equipo económico y de la mayoría de los actores políticos, parece oportuno rescatar los posibles efectos que podría traer aparejado una medida en esa dirección. Este planteo pretende aportar elementos para una mejor comprensión del tema desde el punto de vista técnico y no sugerir o descartar eventuales soluciones. La devaluación de la moneda es generalmente un remedio a una situación de crisis externa y difícilmente los gobiernos toman medidas en este sentido si entienden que tienen caminos alternativos. Esto se da porque el tipo de cambio es una variable que afecta a toda la economía, y una devaluación genera transferencias de ingresos y de riqueza medida en moneda extranjera entre los actores económicos: de los deudores a los acreedores en dólares, de los acreedores a los deudores en moneda local, de los productores de bienes no transables a los de transables, disminución de salario real, aumentos de las tasas de interés en moneda local, etc. En todo caso, no siempre estos efectos son de la misma magnitud. Influyen en este sentido las expectativas de los agentes económicos (que pueden actuar anticipando una devaluación), el nivel de dolarización de la economía, los mecanismos transmisores de las variaciones de precios (indexación), etc. Al mismo tiempo, un aumento en la pauta devaluatoria no genera un ajuste de una vez, sino una tendencia en el tiempo. En este sentido, es un cambio que puede ser rápidamente anticipado por los agentes e incorporado en el proceso de formación de precios. En términos generales, los efectos de la devaluación en los precios relativos son mayores cuando la variación en los precios de los productos transables no se trasmite rápidamente a los precios de los no transables.12 El caso de Brasil es claro, una economía interna basada en el Real, con mecanismos de transmisión no automatizados, produjo un fuerte aumento del tipo de cambio real. La inflación aún no ha aumentado en la magnitud que muchos esperaban. En Uruguay la situación de base es diferente, la economía está muy dolarizada y el sistema financiero (particularmente las deudas no sólo de empresas sino también de particulares) también. Debería esperarse una transmisión más rápida a los precios internos de una variación en el tipo de cambio. 4.1.1 Algunos efectos de tipo general En un país como Uruguay, con una gran cultura inflacionaria, las expectativas juegan un rol fundamental. No es claro cuáles serían las consecuencias sobre el nivel de precios que una aceleración del ritmo de la devaluación provocaría. En este sentido, es posible que los agentes adelanten el aumento de costo vía mayores precios, en la 12 Se considera bienes transables a . Por el contrario, los bienes no transables . medida que las condiciones de mercado lo permitan. En ese caso, los precios tenderán a seguir al tipo de cambio, lo que generalmente se da rápidamente en una economía como la uruguaya, dolarizada y con una inercia inflacionaria significativa. El hecho de modificar el tipo de cambio nominal genera reacciones de los agentes económicos que inciden sobre otras variables de la economía. La mejora en el tipo de cambio real, que es la consecuencia natural de una devaluación, puede en este sentido ser transitoria. Otro efecto a considerar es el provocado sobre el sector financiero. Es claro que un cambio como el propuesto no tendría mayores efectos sobre la conducta de los bancos en una primera instancia. Sin embargo, el hecho de que la nueva política cambiaria sea respuesta a un planteo de algunos sectores, podría jugar sobre las expectativas de los agentes llevándolos a pensar que este cambio podría repetirse en el futuro. En una economía como la uruguaya, el sector financiero podría internalizar este efecto mediante dos vías. Por un lado, un aumento de las tasas de interés en pesos, lo cual obviamente perjudica al sector productivo que está fuertemente endeudado, en su cuota de endeudamiento en moneda local. En este sentido el endeudamiento de la industria supera el 40% del PBI industrial, del cual más del 80% es en dólares. 4.1.2 Consecuencia a nivel de las empresas Un cambio en la pauta devaluatoria tendría efectos distintos según sea la situación de cada empresa. En general, tenderían a beneficiarse aquellas empresas exportadoras, que perciban sus ingresos en dólares y que no estén fuertemente endeudadas. Pero esta no es la realidad de la mayoría de las empresas uruguayas. En el otro extremo, aquellas empresas que estén fuertemente endeudadas y que vendan principalmente en el mercado interno, percibiendo sus ingresos en pesos, no se verían beneficiadas. En este sentido, sufrirán la contracción de la demanda interna, un aumento de las tasas de interés y restricción del crédito y, en muchos casos, una suba de sus costos, ya que muchos de sus insumos, así como el combustible son bienes importados. 4.1.3 A modo de síntesis Existe una evolución desfavorable de precios relativos para la industria Las opciones de política para tender a corregirlo son complejas, tanto en términos de instrumentos a utilizar como de efectos sobre objetivos de política económica (estabilidad, etc.). Una discusión pública centrada en la devaluación llevaría a cerrar opciones a las autoridades por sus efectos sobre las expectativas (por la propia sensibilidad del instrumento). Al mismo tiempo, un simple aumento del ritmo mensual de depreciación, tendría como efecto más probable un mayor nivel de inflación. En una economía como la uruguaya, dolarizada y con una inercia inflacionaria significativa, el cambio de la pauta devaluatoria podría producir un incremento de precios que neutralice el efecto deseado. El incremento del tipo de cambio real produce que algunos agentes económicos se beneficien y otros se perjudiquen, incluso al interior del sector industrial. 4.2 Enfoque de mediano plazo Actualmente es un hecho aceptado que la economía uruguaya se encuentra en una fase recesiva, con grandes dificultades para recuperarse rápidamente y precios relativos desfavorables. Más allá de las medidas de urgencia que pueda ser conveniente instrumentar, tanto por parte de las empresas como del Gobierno, para sobrellevar el período de crisis que vive el país en general y la industria en particular, existen diversas áreas en las cuales debería avanzarse más rápidamente a los efectos de ganar competitividad en el mediano plazo. En ese sentido, la responsabilidad también es compartida por el sector privado y el Gobierno y no debería esperarse más para afrontarla con un enfoque estratégico y ordenado. En esa línea, y como hacía años no se realizaba en forma sistemática, en 1999 tanto la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) como el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) culminaron procesos de análisis y reflexión destinados a definir posibles estrategias de desarrollo industrial, así como acciones necesarias para mejorar la competitividad.13 Los resultados fueron divulgados en ambos casos y no difieren sustancialmente en cuanto al enfoque. En ese sentido, debe resaltarse el convencimiento acerca de las bondades que trae aparejado el trabajo del sector público y el privado en conjunto, así como la aceptación de un contexto altamente competitivo y cambiante al cual la industria debe enfrentarse cada vez mejor posicionada. (Ver Box 1: Agendas para la mejora de la competitividad) Como resultado de este proceso de reflexión simultánea surgió naturalmente la iniciativa conjunta de la CIU y el MIEM para conformar un ámbito de trabajo abierto e independiente para pensar y trabajar a nivel estratégico sobre la competitividad industrial. La Fundación Innova Uruguay, de la cual se firmó el Acta Constitutiva en febrero pasado, constituye ese ámbito de trabajo. En esta línea, la Fundación pretende acercar a personas destacadas –particularmente empresarios- que puedan aportar sus ideas y su trabajo para mejorar la competitividad de la industria uruguaya. A partir de lo anterior, lo que parece evidente es que existe una visión compartida acerca de cuáles son los caminos que deben recorrerse para mejorar la competitividad de la manufactura uruguaya, lo cual debería generar entendimientos más frecuentes entre el sector público y el privado y lo que es más pretencioso pero posible, el esfuerzo conjunto. Dejando de lado la discusión sobre cuál es el marco que podrá generarse bajo la aplicación de la política económica de gobierno, la cual fue descripta en el capítulo anterior, parece necesario comenzar a trabajar en aspectos microeconómicos que coadyuven a incrementar los niveles de competitividad. El propio Ministro de Economía y Finanzas, Cr. Alberto Bensión, expresaba recientemente en una nota que llamaba a los empresarios a denunciar problemas de competitividad para analizar la forma de atenuarlos o eliminarlos.14 Este enfoque y posible metodología de trabajo, para los cuales resultan una condición necesaria la adhesión tanto del sector público como de los empresarios, no debería desconocer los logros que se han obtenido hasta el momento así como los emprendimientos ya iniciados en las diferentes temáticas. Por el contrario, es sabido que existen demasiados diagnósticos y pocas veces surgen grupos de trabajo para solucionar los inconvenientes y desajustes que surgen de los mismos. A continuación se realiza un análisis acerca de la situación actual respecto a algunas áreas que se consideraron de vital importancia para la mejora de la capacidad competitiva de la industria nacional y posibles caminos para potenciarlas. Ver Enfoques Económicos Nº 2, pág. 13, “Propuesta para una estrategia de desarrollo industrial”, documento aprobado por el Consejo Directivo de la Cámara de Industrias del Uruguay del día 14 de octubre de 1999 y “Construyendo la competitividad industrial”, Ministerio de Industria, Energía y Minería, Noviembre de 1999. 13 Busqueda, Nº 1041, pág. 64. “La convocatoria que yo le hago al sector privado es que digan, por favor, ¿dónde hay precios internos que están por encima de los internacionales?. Vamos a pelear juntos.” 14 4.2.1 Presión fiscal El componente de mayor importancia en cuanto a la carga fiscal directa que recae en el sector industrial, lo constituyen los aportes patronales a la seguridad social. Como se sabe es una imposición que recae sobre el recurso mano de obra lo cual sesga la decisiones de inversión en contra de tecnologías relativamente más intensivas en mano de obra. Por simetría, también se considera que tanto el Impuesto al Patrimonio que pagan las empresas (por su estructura y forma de cálculo se considera un Impuesto a los activos empresariales) como el Impuesto a los Activos Bancarios (el cual es trasladado por la banca casi en su totalidad) deberían reformularse o directamente derogarse. A partir de 1995 la presión fiscal en la industria comenzó a disminuir debido fundamentalmente a los efectos de la rebaja de aportes aprobada en ese año, lo cual redujo lo pagado por aportes patronales a la seguridad social del 6,8% del PBI industrial al 4,3%. Sería muy importante continuar en esa línea de acción para mejorar la competitividad de la producción nacional, fomentar la contratación y no trasladar ese costo en los productos de exportación. El segundo componente de la carga fiscal sobre la producción industrial en grado de importancia lo constituye el Impuesto a las Rentas de Industria y Comercio (IRIC). En ese sentido, Uruguay mantiene una tasa estable a lo largo de los últimos años y relativamente baja a nivel internacional. Sin embargo, se considera que la reinversión de utilidades debe ser estimulada mediante una mayor exención tributaria, ya que contribuye a que se incremente el ahorro empresarial. El tercer componente en grado de importancia, lo compone la sumatoria de otros impuestos que paga el sector industrial y que en su mayoría resultan de la imposición de las Intendencias Municipales y diversas tasas específicas. Debería ser un desafío para la sociedad en su conjunto, velar por el buen manejo de las finanzas públicas y lograr reducir la carga que transfieren las Intendencias Municipales tanto a los productores como a los consumidores. En ese sentido, vale recordar que los ingresos municipales representaban el 2,1% del PBI en 1989 y aumentaron al 3% del PBI en 1998. 15 Lo que es peor, casi todas las Intendencias Municipales actualmente se encuentran fuertemente endeudadas. Por esa razón, parece necesario aplicar una reforma al estilo de la aplicada en el Gobierno Central y Entes Autónomos que reduzca, al menos en el mediano plazo, los costos de gestión de los municipios. En lo que respecta a la imposición indirecta, dada la característica del sistema tributario uruguayo que se basa en la imposición indirecta o al consumo, altas tasas repercuten negativamente en los sectores productores de bienes. Aunque los impuestos indirectos económicamente se trasladan a los consumidores, las altas tasas fomentan la evasión y la informalidad, lo cual en los hechos se transforma en una intensa competencia desleal para las empresas formalmente establecidas. Por último, vale la pena hacer mención a otro componente de los ingresos públicos como lo son las transferencias de las empresas públicas, dado que el Estado ha financiado parte del incremento de su presupuesto por esta vía. En ese sentido, salvo en algunos casos, las tarifas públicas se han incrementado en términos reales si se deflacta con el Indice de Precios de Productos Manufacturados, sobreprecio que finalmente se traslada a los costos de los bienes o servicios que se producen en el país. Para conseguir que se revierta esta tendencia, el Estado deberá actuar tanto internamente, reduciendo los egresos del presupuesto público, así como impulsando las reformas necesarias para que las empresas públicas reduzcan sus tarifas y brinden 15 Ver Enfoques Económicos Nº 2, pág, 59, “La presión fiscal en la Industria”. servicios competitivos internacionalmente. En otros casos las medidas deberán ser más profundas eliminando monopolios que resultan caros e ineficientes. Tal es el caso del seguro por accidentes de trabajo que actualmente administra el Banco de Seguros del Estado. Las declaraciones del nuevo Ministro de Economía y Finanzas referidas al nuevo Programa Económico de Gobierno van en línea con los planteos realizados. El desafío será por tanto, poner en práctica las reformas planteadas lo antes posible para acelerar el proceso de reducción de la presión fiscal que transfiere el sector público a la sociedad. 4.2.2 Costos y demoras que traslada el Estado y sus regulaciones La Cámara de Industrias del Uruguay, a los efectos de contribuir a la mejora de la competitividad de la producción nacional y en el marco de un análisis más extenso referido a la relación sector público – industria, identificó costos y demoras que se transfieren directa o indirectamente al sector manufacturero desde diversos organismos tanto estatales como no estatales. Los resultados se clasificaron según los organismos involucrados y en cada uno de ellos se identificaron diversos ítems que resumen trabas, problemas tarifarios, demoras o costos que deberían reverse en conjunto con los responsables de cada uno de ellos. Asimismo, aparecen otras consideraciones sobre servicios que brindan empresas privadas que no operan en un ámbito de libre competencia y redundan en costos mayores comparando con los que se incurren a nivel regional e internacional. Al mismo tiempo el Ministerio de Economía y Finanzas cuenta con un análisis de las regulaciones y tasas que existen en las distintas áreas del Estado, el cual fue confeccionado por una consultora internacional en el marco del Programa de Reforma del Estado. Dicho análisis fue distribuido a los responsables de dichas áreas. Sería deseable que el Poder Ejecutivo actúe con la misma rapidez que el sector privado debe actuar en sus propias empresas cuando debe reducir sus costos luego de impactos externos que afectan la realidad empresarial. Vale la pena resaltar que en muchos casos se trata de inconvenientes cuyas soluciones resultarían muy prácticas y podrían instrumentarse por decretos o resoluciones internas. El próximo paso es generar instancias de diálogo entre los representantes del sector privado y los organismos competentes para arbitrar medidas que conduzcan a la reducción y/o eliminación de algunos costos y trabas disminuyendo algunos componentes de lo que habitualmente se conoce como “costo país”. Por su parte, en lo que a regulaciones respecta existe mucho por avanzar. Por esa razón, resultará clave en este proceso la rapidez con que se produzcan las transformaciones necesarias para desregular e introducir la competencia donde no la hay, regular mejor en otros casos, permitir la participación de privados en áreas hasta el momento reservadas Organismos y Entes del sector público y tomar las medidas necesarias para mejorar el marco de libre competencia en los mercados donde actúan los agentes privados. 4.2.3 Crédito La disponibilidad de crédito así como el acceso al mismo son elementos de mucha importancia para el desarrollo de nuevas inversiones en las empresas establecidas como para la creación de nuevas unidades económicas rentables. En este Anuario Industrial se publica un extenso análisis sobre el crédito, el cual brinda elementos de juicio acerca del funcionamiento de ese mercado y la evaluación que realizan las empresas industriales sobre el mismo. De allí surge que “los mayores problemas que enfrentan las empresas para acceder a nuevos créditos son insuficiencia de garantías, altas tasas de interés y plazos cortos. En el caso de las pequeñas y micro empresas, las restricciones al acceso al crédito son mayores. Estas empresas deben pagar mayores tasas de interés, lo cual hace muchas veces que su rentabilidad no les permita cubrirlas”. 16 En ese contexto y retomando algunas conclusiones del mencionado trabajo, la problemática crediticia deberá afrontarse desde varios aspectos. Entre ellos resulta de crucial importancia la reducción del costo del crédito para lo cual será necesario que las instituciones bancarias reduzcan sus costos operativos. En cuanto a las garantías, dado que no existen instituciones financieras especializadas que centren su análisis entorno al proyecto y que no los evalúen solamente por las garantías proporcionadas por las empresas, la creación de Sociedades de Garantía Recíprocas prevista en la llamada Ley de Urgencia, podría colaborar a mejorar el acceso a la financiación empresarial. Vale decir que este instrumento, normalmente apoyado financieramente por bancos estatales, está dirigido a mejorar el acceso al crédito para las PYMES basando su accionar en la identificación y el respaldo a proyectos viables y de interés productivo. Este estudio de viabilidad de los proyectos presentados, así como también la experiencia proporcionada por la SGR en la evaluación de proyectos, determinaría un mejor uso de los recursos financieros disponibles. Sería oportuno que a la hora de poner en práctica el mecanismo, se recurra a la experiencia regional (ya existen en Argentina y en Chile) para capitalizar la experiencia adquirida por los organismos creados en esos países.17 4.2.4 Localización e Instrumentos de fomento a la inversión En base a un enfoque fundamentalmente empírico recogido de las visitas de delegaciones y empresas que llegan a la Cámara de Industrias en busca de información acerca de las condiciones para instalar empresas industriales en Uruguay, se señalan a continuación algunos aspectos que resultan claves para la captación de nuevas inversiones así como el mantenimiento de las existentes. Un aspecto que debe resaltarse es la dificultad de acceso de la producción nacional en los restantes países del Mercosur. Son conocidos los casos de demoras injustificadas en las Aduanas de frontera, fundamentalmente para embarques con destino al Brasil y las medidas de protección del mercado interno que han desarrollado los países vecinos. Tradicionalmente y con buen criterio, Uruguay ha respetado los acuerdos tanto regionales como internacionales. Pero el hecho de que el resto de los países no cumpla las normas acordadas en el Mercosur va en perjuicio de la seguridad jurídica necesaria para el inversor que se instala en Uruguay. Estas restricciones demandan una respuesta rápida, oportuna y eficaz de los representantes del Uruguay en el Mercosur para evitar tanto el daño a la industria instalada, como para combatir la inseguridad que puede genera a los inversores externos. Actualmente en el marco del “relanzamiento” del Mercosur impulsado por el 16 Ver pág. “Sociedades de Garantías Recíprovas”, documento elaborado por el Departamento de Estudios Económicos de la CIU y publicado en el Semanario Crónicas Económicas Nº942 del 17/03/00 y Nº943 del 24/03/00. 17 Gobierno brasileño, el Grupo Mercado Común se encuentra avanzando en este sentido. En segundo lugar se debe realizar una consideración al aspecto de infraestructura física. En ese sentido debería existir una mayor planificación y estímulo relativos a las áreas que resultan más adecuadas para la instalación de empresas industriales, actividades que son competencia de las Intendencias Municipales. Los esfuerzos del Plan de Ordenamiento Territorial desarrollado por la Intendencia Municipal de Montevideo y el Grupo Promotor para el Desarrollo de Montevideo, del cual la Cámara de Industrias forma parte, van en esa línea. En la actualidad, se percibe que las industrias competitivas a escala internacional están con frecuencia agrupadas en zonas geográficas muy limitadas (“clusters”, parques industriales) y han desarrollado un importante cúmulo de relaciones entre proveedores y clientes y entre las propias empresas pertenecientes al mismo conjunto de actividades interrelacionadas. O sea que las empresas operan en redes tecnológicas creadas por ellas mismas y esta interacción les permite realizar mejoras continuas en los productos/servicios, y hace que los conocimientos y avances logrados por unos sean aprovechados por otros procurando una síntesis entre competencia y cooperación. En regiones con desarrollo dinámico, la eficiencia de las distintas empresas se fortalece gracias a las ventajas de la aglomeración. Cuando las empresas funcionan en un polo o Parque Industrial con una infraestructura conveniente, adecuada mano de obra potencial, proveedores competentes y una rica oferta informativa, logran tener costos de producción inferiores a los de empresas semejantes ubicadas fuera del Parque. Los Parques Industriales son zonas especialmente acondicionadas para acoger a empresas e instituciones, proporcionarles disponibilidad inmediata de un terreno para la construcción de una fábrica o de un local más adecuado a sus necesidades, facilitando la interacción y complementación entre industrias e instituciones en una ubicación común. La creación de Parques Industriales debe tener como objetivos básicos: Estimular y apoyar el inicio de nuevos proyectos manufactureros que ofrezcan posibilidades de desarrollo, a corto y mediano plazo, en actividades industriales con expectativas favorables. Contribuir al desarrollo de las empresas existentes, que decidan radicarse en el Parque, diversificando productos e introduciendo nuevas tecnologías que consoliden su situación competitiva. Con frecuencia dentro del Parque Industrial opera una Incubadora de empresas. Una incubadora es un programa de asistencia sobre negocios que provee a los emprendedores de asesoramiento y consejo. La misión de las incubadoras es lograr un pujante desarrollo empresarial mediante la protección a las empresas nacientes, minimizando los riesgos de su fracaso. La experiencia internacional indica también que hay distintos modelos de financiamiento para crear Parques Industriales e Incubadoras.18 El modelo más común aplicado sobre todo en EE.UU. es el de autofinanciamiento apoyado por sponsors aunque algunas experiencias más cercanas, como el Parque Industrial de Gualeguaychú, se han basado en autofinanciamiento. En tercer lugar, y considerando de vital importancia para el desarrollo industrial del país la captación de nuevas inversiones extranjeras, deberían coordinarse 18 “Parque Industrial e Incubadora de Empresas”, Departamento de Estudios Económicos, Junio 1996 esfuerzos para mejorar la calidad de la recepción de las mismas tanto en la etapa preliminar como de instalación. En este sentido, existen en el país diversas agencias y organismos públicos con injerencia en la atracción de inversiones del exterior. En particular, en la anterior Administración se creó Uruguay XXI, como agencia especializada para la promoción de exportaciones e inversiones. Dado que uno de los aspectos importantes de la atracción de inversiones extranjeras está dado por la capacidad del país de facilitar la instalación de empresas extranjeras o internacionales y de levantar restricciones o solucionar problemas que ellas enfrentan en el proceso de instalación, sería fundamental lograr una organización institucional que garantice una coordinación adecuada. De eta manera un operador internacional que quiera invertir en Uruguay podrá dirigirse a una sola ventanilla para solucionar los problemas antedichos. Más allá de los aspectos de incentivos y de los aspectos propios del negocio (mercado, localización, precios, tarifas, oportunidades, etc.) este es un aspecto no menor. 4.1.5 Calidad La influencia que la calidad tiene para la industria manufacturera es incuestionable y su incidencia en la práctica industrial ha ido variando con el correr del tiempo. Se trata de crear un sistema que hace pensar a las empresas sobre la forma sistemática de hacer las cosas bien y desde un principio, aplicando nada más que el sentido común. La Cámara de Industrias del Uruguay no ha querido acompañar este proceso en forma pasiva como mero observador sino que ha contribuido fuertemente al proceso de mejora de la calidad en la industria nacional como actor e impulsor de distintas iniciativas. Para ello se ha concentrado en informar, sensibilizar, capacitar y asesorar tanto a las empresas socias de la gremial como no socias. Incluso ha registrado una importante participación del sector servicios. A través del Instituto Industrial de Estudios Superiores (IIES), el área especializada en capacitación, se han realizado más de 50 cursos y seminarios formando a 1200 directivos, técnicos, empleados y operarios en los distintos temas y herramientas que conforman tanto la normativa ISO 9000 como la Calidad Total. Las acciones relacionadas con el asesoramiento desarrolladas por la CIU han estado enfocadas a apoyar a la pequeña y mediana industria. Con el apoyo de la cooperación alemana y a través de GTZ se estableció hace un par de años un programa piloto de apoyo a empresas industriales para asistirlas técnicamente en la implementación de un sistema de gestión de la calidad. Finalmente, cabe resaltar el hecho de que la Cámara de Industrias exporta asesoramiento: durante 1998 seis empresas del Paraguay nucleadas por ALADI y la Unión Industrial Paraguaya recibieron servicios de consultoría para la mejora de la calidad y productividad en un programa que incluyó también aspectos de capacitación y formación. A todo lo anterior se ha añadido la decisión a nivel directriz de la propia Cámara de Industrias de impulsar fuertemente un plan para establecer un sistema interno de gestión de la calidad, como forma de mejorar continuamente la calidad de los servicios que brinda la Institución a todos los socios y clientes, el cual culminará con una certificación. Por lo anteriormente expuesto el desafío para el sector empresarial recorre los siguientes aspectos que se consideran de gran importancia para el desarrollo de una industria viable en los mercados altamente competitivos : Calidad técnica en los métodos, procesos, maquinarias y productos con la cual las empresas uruguayas se destacarán frente a la competencia regional e internacional Calidad de organización que asegure la marcha de un proceso continuo para conseguir los objetivos con rapidez y eficiencia Calidad en los recursos humanos, apostando a su capacitación y entrenamiento para adaptarse a la vertiginosa velocidad de cambio de las tecnologías Calidad en la economía y lucha contra los productos no conformes, los productos retrabajados, las mermas. 4.1.6 Capacitación Existen evidencias que muestran un crecimiento de la demanda por capacitación de parte de las empresas industriales. Al mismo tiempo, algunos relevamientos indican que las empresas consideran que las categorías ocupacionales que más necesitarían un programa de capacitación correspondería a los obreros calificados y empleados en áreas de comercialización y no el personal de dirección, profesionales en Investigación y Desarrollo, u otro tipo de profesionales. Por su parte, las empresas que más demandan programas de capacitación y las que ponderan con más importancia los esfuerzos por capacitar el personal son las más dinámicas, o sea las que presentan un mayor crecimiento en el empleo, ventas y exportaciones. Por el lado de la oferta, la misma parece centrarse en su mayor medida en capacitar a los cargos administrativos y directivos, aún cuando las necesidades de capacitación se perfilan en su mayoría hacia categorías ocupacionales más bajas. La mayor parte de la oferta por lo tanto, no está orientada al desarrollo de las habilidades de los obreros, sean estos calificados o no. En cuanto a los institutos de enseñanza que brindan cursos técnicos, orientados a personas que se desempeñan en tareas vinculadas a las plantas industriales o al desarrollo de técnicos en algunos oficios, deben destacarse los siguientes: Instituto Kolping, Talleres Don Bosco, Escuelas EUCI, UNIT, LATU, Universidad Técnica del Trabajo (UTU), Consejo de Capacitación Profesional (COCAP), Instituto Industrial de Estudios Superiores (IIES de la Cámara de Industrias), Centro de Diseño Industrial y algunas actividades financiadas por la Junta Nacional de Empleo en forma esporádica. Al mismo tiempo se dictan cursos para el apoyo del microempresario los cuales son brindados ente otros por FUNDASOL, EMPRETEC, Instituto de Promoción Económica y Social (IPRU) y Programa CARDIJN. En forma adicional, es habitual que los obreros reciban capacitación a través de los proveedores de tecnología. Del punto de vista del apoyo estatal se encuentra vigente una norma por la cual los gastos en capacitación del personal en determinadas áreas pueden deducirse entre una vez y media y dos de la base imponible del impuesto a la renta. Como conclusión podría afirmarse que el mercado de capacitación otorga las opciones necesarias para el desarrollo de las capacidades tanto de los obreros como de las personas que ocupan cargos medios y de dirección y recibe un estímulo por parte del estado al obtener una rebaja del impuesto a las rentas por gastos relacionados la capacitación. A su vez, las organizaciones que ofrecen capacitación son lo suficientemente flexibles para generar cursos a medida para las empresas, tal como lo muestra la experiencia del Instituto Industrial de Estudios Superiores de la Cámara de Industrias del Uruguay. Por lo anteriormente expuesto podría afirmarse que dependerá de la propia iniciativa de las empresas el incremento de la calificación de las personas empleadas por el sector industrial ya que no existirían mayores inconvenientes en la organización de los cursos que eventualmente se puedan demandar y reciben un apoyo estatal para el desarrollo de estas actividades. En ese sentido, las instituciones intermedias deberán continuar con la sensibilización acerca de la importancia del conocimiento en la matriz de producción actual, lo cual redunda en rápidas mejoras en la productividad del trabajo. 4.1.7 Pequeñas y medianas empresas. Creación de empresas. Aunque se reconoce que el tamaño en sí mismo no es un parámetro suficiente para evaluar la capacidad competitiva, éstas empresas revisten una problemática particular que justifica ser analizada por separado. Cuando en 1999 se desarrollaron las Agendas de Competitividad, también se desarrollaron actividades entorno a la problemática de las llamadas PYMEs, pequeñas y medianas empresas. En el informe que se elaboró, el cual recoge la visión de los empresarios y de los representantes del sector público vinculados con la temática, se recogen las principales fortalezas que se reconocen a las pequeñas empresas. Entre ellas se destacan las siguientes: flexibilidad, vocación reinversora, capacidad para crear puestos de trabajo, significativa participación relativa en la generación de la riqueza y capacidad de los empresarios para enfrentar situaciones adversas. Al mismo tiempo se plantearon acciones posibles para potenciar la capacidad competitiva de las mismas, unas de responsabilidad de las empresas, otras del Estado y algunas de ambos. De allí deberán seleccionarse las más adecuadas y comenzar a avanzar rápidamente. En cuanto a la Cámara de Industrias refiere, se han definido prioridades en función de las propias actividades que se apoyan a nivel empresarial y ha encarado una reorganización de los servicios que presta, en una estrategia de tránsito hacia un mercado futuro de servicios a las empresas de menor dimensión (PYMEs). En esta línea, se ubica el programa denominado Centro de Desarrollo Empresarial que financia parcialmente el Fondo Multilateral de Inversiones del BID. El propósito del programa consiste en fortalecer la capacidad de las PYMEs para acceder y utilizar eficientemente servicios empresariales no financieros, orientados a mejorar su productividad y su capacidad de crecimiento en un contexto de internacionalización, con énfasis en acciones asociativas (ver Box 2: Centro de Desarrollo Empresarial). BOX 1 : AGENDAS PARA LA COMPETITIVIDAD INDUSTRIAL Con el objetivo de apoyar la competitividad industrial fueron realizadas, a lo largo de un año, las “Agendas para la Competitividad Industrial”. En la elaboración de las mismas participaron casi un millar de personas: empresarios, representantes del gobierno e instituciones y técnicos consultores, tanto nacionales como externos. Para la construcción de los contenidos de las Agendas se priorizó la participación directa de los actores económicos privados. Estos contenidos se buscaron a través de dos aproximaciones que interactuaron entre sí: la aproximación sectorial y la aproximación horizontal. En ambos casos se construyeron agendas con orientaciones para el contenido de la política pública y acciones de carácter privado que redundaran en mejores posicionamientos competitivos tanto de los subsectores industriales analizados como de los nuevos factores de competitividad atendidos. Desde el punto de vista sectorial, se construyeron 24 agendas, contemplando la visión de cadenas productivas y con la participación de representantes públicos y privados, tanto de los sectores primarios como industriales. En tanto, la aproximación horizontal se abordó mediante cuatro Agendas: Calidad, Capacitación, Innovación y Tecnología, conjuntamente con una Agenda para Pymes. La Información y la Logística, dos factores claves para conformar la competitividad sistémica, tuvieron su lugar con dos informes sobre el estado del arte y las acciones pertinentes para potenciar su perfomance. El objetivo principal era la obtención de una visión común, compartida entre sectores privados y públicos, para la búsqueda conjunta de soluciones. Para la determinación de los lineamientos estratégicos, las Agendas, tanto sectoriales como horizontales, partieron de un análisis del entorno y posicionamiento. Estos lineamientos permitieron la confección de matrices DAFO (Debilidades, Amenazas, Fuerzas y Oportunidades). A partir de ellas se definieron un conjunto de acciones a emprender por las propias empresas, el sector público y las organizaciones intermedias. Las acciones insertas en las Agendas permitieron el logro de dos productos claves para la elaboración de una política de competitividad industrial. El primero correspondió a un conjunto de acciones comunes a todos los sectores analizados, lo que conforma la visión horizontal del análisis vertical realizado. Este análisis arrojó resultados acordes y complementarios de los que se obtuvieron con las Agendas específicamente horizontales. El otro resultado importante consistió en contar con conjuntos de acciones para cada sector analizado, acciones que contribuirían a la mejora de la competitividad de las empresas. Esto podría permitir acuerdos de cooperación entre empresas, instituciones y gobierno para implementar políticas de consenso. La propuesta refleja direccionamientos, más que acciones específicas, con el valor y pretensión de contribuir en el desarrollo de un elemento que se considera prioritario y en el cual se pone especial énfasis: la creación de estrategias. BOX 2 : CENTRO DE DESARROLLO EMPRESARIAL El Centro de Desarrollo Empresarial es una iniciativa de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), que cuenta con el apoyo del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El objetivo general del programa es contribuir al desarrollo de la competitividad de las pequeñas y medianas empresas. Los empresarios podrán acceder a nuevos servicios que los ayudarán a mejorar el desempeño de sus empresas. Se busca que los empresarios nacionales se familiaricen y valoren el trabajo de consultoría, así como buscar alianzas con otras empresas para trabajar en conjunto. Para ello se visitarán y asesorarán a unas 620 empresas en un período de cuatro años. Para lograrlo, se realizarán distintos tipos de actividades con objetivos específicos, en las cuales se compartirá con el empresario los costos del asesoramiento. En primer lugar, se buscará fortalecer la capacidad de las empresas para acceder y utilizar eficientemente servicios empresariales no financieros con el objetivo de mejorar la gestión de las mismas. Se pretende inducir al empresario a una mayor demanda de servicios empresariales, facilitándoles la selección, utilización y supervisión de consultoría. Por otra parte, se estimulará a los empresarios a colaborar con otras empresas como forma de aumentar su competitividad. Para lograrlo se pondrán en marcha programas de fortalecimiento de proveedores, programas de mejora de la productividad sectorial y programas de internacionalización de empresas. La creación del Centro de Desarrollo Empersarial le da continuidad a los servicios de asistencia técnica que la CIU desarrolla desde hace más de 10 años a favor de las pequeñas y medianas industria. Con apoyo del BID, la GTZ, ONUDI y otras agencias de cooperación internacional, se llevaron adelante en el pasado programas que se transformaron en servicios concretos y que siguen funcionando actualmente. Esto no es sencillo, ya que es necesario tener capacidad de convocatoria, posibilidades de invertir recursos propios y formar técnicos capaces para gestionar esos programas. Con el objetivo de concretar la permanencia en el tiempo del Centro de Desarrollo Empresarial, para que las industrias de menor tamaño se beneficien y puedan mejorar, se encaró este nuevo proyecto del cual no hay precedentes en el Uruguay y que seguramente, se convertirá en una referencia importante para el incremento de la competitividad en Uruguay.