LECTURAS DE NIETZSCHE: Una Máximo GrisNIETZSCHE . Hay

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LECTURAS DE NIETZSCHE: Una
Máximo Gris
NIETZSCHE
. Hay una duplicidad de mundos que es el
sustento de la filosofía a lo largo de los
períodos clásico y moderno: el mundo sensible
o mundo nuéstro, y el mundo inteligible o
mundo de las ideas; tal propuesta es manejada
desde Platón hasta Kant. Y luego es revolcada
por Nietzsche; quien, además, tomará para el
cristianismo el mote de "platonismo para el
pueblo". Kant tendrá por conocible el mundo de
lo sensorial, en contraposición con el otro,
que es apenas inteligible.
La muerte de Dios se explica como un derrumbe
de
todo
lo
que
fundamentaba
el
mundo
suprasensible, el mundo inteligible. Conduce
entonces al hombre a un dejar de soñar, a un
aterrizaje forzoso en el mundo de la realidad,
en el mundo empírico y sensible. En las tesis
se
contraponían
dos
mundos
presuntamente
verdaderos. El mundo sensible y el mundo
inteligible, siendo éste último el "verdadero"
e inalcanzable para los idealistas. Por ello
la muerte de Dios, no tiene connotación apenas
cristiana sino que abarca todos los conceptos
de dios, y prioritariamente el dios de Platón
y sus planos celestes, en tanto son el
sustento de la metafísica. La muerte de Dios y
el nihilismo nietzscheano son el fin de la
metafísica que se remontaba hasta aquél.
Cuando la filosofía se ocupó se fabricar
respuestas, de contestar a los por qué, estaba
haciendo metafísica y usando a dios y al
ultramundo
como
materia
prima
de
esas
respuestas. Al perecer la metafísica con el
nihilismo deja de haber respuestas, sobre todo
ese tipo de respuestas gratuitamente tomadas
como absolutas. Esta ruptura, como lo dice con
cierta frescura formal Danilo Cruz Vélez,
obliga al hombre a instalarse en el mundo. Y
esta realidad que después se interpretará
como
dolorosa,
conducirá
a
los
existencialistas a la angustia frente a lo
único que es "nuéstro" y "real": este mundo .
Más tarde surgirá el problema adicional de que
la única forma de asumirlo es el lenguaje,
dado
que
está
entre
él
y
nosotros,
mediatizando
la
realidad
y
haciéndola
discutible. El mundo, en cuanto es, es real y
nuéstro.
Pero
en
cuanto
lo verbalizamos
empieza nuevos tránsitos hacia la metafísica,
porque a través de las interpretaciones se
muestra "no real", y "ajeno". La filosofía que
ocupa la postmodernidad va a contravía del
pensamiento nietzscheano en la medida en que
su preocupación psicológica por el lenguaje
vuelve a perder la pista del contenido (mundo)
detrás y debajo del continente (lenguaje).
Aquí, como en las religiones esotéricas -y a
veces la filosofía quiere serlo!- interpretar
no es desvelar o aclarar, interpretar es
esconder y oscurecer.
La distancia fundamental entre el mundo real y
el mundo metafísico es la temporalidad. Aquel
existe en el tiempo y éste fuera del tiempo,
de la duración. Para algunos esa duración es
fuente
de
imperfección,
la
realidad
es
imperfecta; sólo es perfecto lo ideal. Ahora
bien, la sensibilidad no es idealista sino
concreta, no idealiza sino que captura y
disfruta
la
realidad,
en
tanto
que
el
intelecto inventa, imagina, juzga, en decir
miente sistemáticamente. Solo los sentidos,
paradójicamente, toman, hacen y preservan la
verdad.
El
mundo
macizo,
real,
es
verdaderamente el de los sentidos y no el de
la inteligencia.
Si se introducen las distinciones dialécticas
tendríamos que el "ser" no existe, el que
existe es el "siendo". Ese ser que no existe
ni existió nunca es el dios cuya muerte
testimonia Zarathustra. Y el siendo es el
mundo
real
donde
se
mueve
la
angustia
denominada
vida,
es
decir,
existencia
consciente
de
sí
misma.
El
nihilismo
nietzscheano es la crisis de la metafísica,
expresada como "muerte de Dios", como derrumbe
del mundo que se presumía verdadero. Es el
fracaso de la "voluntad de verdad" a partir
del cual solo queda el recurso supremo, la
"voluntad de poder" manifestada en todas las
formas del vitalismo -superhombre, retorno
eterno, reelaboración de los valores...-. Es
la afirmación dialéctica de la necesidad del
destructor-creador. La necesidad de creación y
la
consolidación
del
demiurgo
tiene
un
carácter apolíneo (recuérdese que el Apolo-Sol
es creador pero su nombre viene del griego
apollomi=destruír). Solo es viable la creación
sobre
ruinas.
Destruír es
una necesidad
consubstancial
a
la
creación,
en
contraposición a la tesis idealista de las
creaciones de la nada.
El arte, sinónimo de creación, está divorciado
de la verdad. El arte no es voluntad de verdad
sino voluntad de belleza, que es tanto como
voluntad de poder. De hecho, no es voluntad de
verdad sino voluntad de mentira. Para ser
creación tiene que serlo de no-verdad. Arte es
tanto como negación de la verdad. De ahí que
sea en el arte donde se realiza constantemente
la inversión de valores, la construcción de
los nuevos sobre la destrucción de los viejos
valores. Por eso corren paralelos arte y vida,
porque ambos son la contradicción dinámica y
se nutren mutuamente. Solo es vida la nutrida
por el arte, por la creación; solo es arte el
que se matricula en el partido de la vida.
Solo es humana la vida del hombre vivida como
creación
constante,
la
vida
como
arte.
Obsérvese que para distinguir la voluntad de
verdad de la voluntad de poder Nietzsche
propone: No buscar el sentido de las cosas,
sino darle sentido a las cosas! En alguna
parte se pregunta Nietzsche : Qué significa
arte pesimista ? ..No hay arte pesimista.
Porque
el
arte
es
siempre
afirmación.
Zarathustra dirá desde el principio como
autodefinición: Yo soy el que bendice y
afirma. Esto es, yo soy el artista de la
vida...Thomas Mann lo dice en pocas palabras:
Nietzsche es el esteta más completo...que la
historia conoce. La vida sólo es justificable
como fenómeno estético.
Una de las dificultades en la lectura de
Nietzsche es la localización conceptual de su
lenguaje. No solamente las eventuales fallas
de traducción, sino porque en su misma lengua
tienen
profundidades
semióticas
o
de
significación
apenas
accesibles
a
los
iniciados.
Unamuno
encontraba
que
la
generalidad
de
los
lectores
cristianos
entiende que pobres de espíritu
son los
imbéciles, y se esforzaba en darle sentido a
la
expresión.
Así,
debe
considerarse
profundamente equivocada la identificación de
fuertes
con
económica
o
socialmente
dominantes, o de voluntad de poder con deseo
de
autoridad,
o
de
eterno
retorno
con
repeticiones cíclicas inocuas.
---"Es de seres cansados y débiles imaginarse
el reposo como la máxima dicha". Nietzsche.
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