La Suprema Orden del Acuarius es una orden que se desarrolla en el reino de la Conciencia. Todo es vibración desde su inicio. La gran vibración en su inicio hizo surgir del caos (del desorden) estados vibratorios jerarquizados (Cosmos: orden). En el macrocosmos en orden evolutivo cósmico: supercuerdas, quarks, protones, neutrones, electrones, átomos, soles, sistemas solares, galaxias, cúmulos de galaxias, sistemas galácticos, universos, multiversos, etc. La Unidad se manifestó y diversificó. A nivel local o microcósmico: soles, átomos, moléculas, sustancias, sistemas planetarios, planetas, ecósferas, vida, microorganismos, macroorganismos; reinos: mineral, microbiano, vegetal y animal. Y en el reino animal surge el humano, que a lo largo de su evolución biológica y social ha logrado llegar a considerarse Ser Humano. Todo esto en un sorprendente orden o Cosmos. El humano inicia el desarrollo de la conciencia al reconocerse o identificarse con su propio reflejo y con su aprehensión de la similitud con el otro y de ahí inicia el proceso de reconocerse en el cosmos. Primero, analizando, comparando, observando y concluyendo que todo es cíclico (partimos de un origen y a él regresamos conformando de esta manera lo que llamamos destino) y que el cosmos celeste es en cierto modo estable para su período de vida, y para no olvidarlo manufactura la Astrología a la cual le asocia todos los ciclos observados en sus primeros estadios de conciencia: constelaciones, planetas, estaciones, fotoperiodicidad, aspectos diversos de la energía, de lo material, de lo etéreo y del conocimiento, todo en relación inversa o directa. Al término de ello, el humano inicia el reconocimiento de todas las formas de vida e inicia lo que conocemos como Cosmobiología o el orden Biológico: relaciones, similitudes, diferencias, esencias. Avanzando en la reidentificación o en el recordarnos. Y en un avance espectacular, descubre lo sagrado, lo sacro, lo esencial de la vida: el ADN –ácido deoxiribonucléico-. Y así devela el otro orden, el orden esencial: la Cosmogenética o el orden genético, el código maestro, los planos y diseños estructurales cosmogenéticos. De esta manera, hemos conocido que existen miles de miles de diseños genéticos que han generado y seguirán generando organismos cuya función es informarse, conocer y transmitir el conocimiento adquirido a nuevas generaciones. Dentro de estos miles de diseños surge el humano que tiene la peculiar cualidad de reconocerse en su esencia con el otro y de esta manera se da la cualidad de Ser Humano. Intuimos el origen: El Ser. Y hemos emprendido el viaje de retorno al origen. Pero este viaje no puede ser caótico (desordenado) debe ser altamente organizado y planeado. Lo primero es voltear a sí mismo, recordarse y reconocerse. Recrearse fielmente con los más finos materiales moleculares a nuestro alcance de tal manera que el ecosistema propio sea del más alto grado de excelencia. He ahí el inicio del desarrollo de la conciencia. Y por tanto, en una relación directamente proporcional, a mayor información entonces mayor conocimiento, a mayor conocimiento entonces mayor conciencia, a mayor conciencia entonces mayor responsabilidad, a mayor responsabilidad entonces mayor conciencia cósmica y a mayor conciencia cósmica el regreso al origen. Y como la luz, la conciencia se estructura en paquetes. A los paquetes de la luz les llamamos fotones, y a los paquetes de la conciencia le hemos dado muchos nombres: iluminación, samadhi, “caída de veintes”, etc., que en un tren de continuidad dan lugar al surgimiento de la profunda intuición y que se manifiesta como sabiduría. Los Seres humanos somos mente pura que utilizamos un vehículo con un alto potencial de crecimiento y desarrollo. La mente es vibración, y dependiendo de sus oscilaciones la calidad y energía vibracional será mayor. Y esta mente de alta energía vibratoria requiere de un vehículo eficiente, higiénico y saludable a los niveles físico, emocional, mental y espiritual. Es por ello lo natural de emplear la jerarquización de la información y por tanto de los estados vibratorios de la conciencia. En la Suprema Orden del Acuarius, orden recreada continuamente, se da este ordenamiento con las exhaltaciones, honorificaciones y graduaciones. Y desde mi punto de vista, esto es solo un sistema de referencia para saber donde estamos parados y de cómo debemos estar parados. Cada grado de conciencia es como volver a nacer y en el proceso de morir debemos aprender a gatear, sostenernos en los dos pies, dar primeros pasos, caminar erguidos y dignamente, reproducirnos (resonancia morfogenética), obtener información y conocimientos, acrecentar la conciencia, callar y evolucionar, hasta que morimos para renacer en el siguiente estado de conciencia. Y como en el todo siempre habrá la diversidad. El de alta vibración mental que volteará y generosamente auxilia al de menor conciencia para que no cometa errores de cálculo, apreciación o de especulación y avance con firmeza, como también el que indiferente seguirá adelante sin referirse a los de adelante o a los de atrás. O el de menor conciencia que en una terrible confusión y distorsión no reconocerá como referente a otros y para seguir su camino de regreso al origen, violentará de esta manera la Cosmoiniciación. El VSA Maestro Marcelli lo ha dicho miles de veces: el servicio inicia consigo mismo. Con el responsabilizarse conscientemente de los millones de seres biológicos (células) que nos costituyen y que en su concierto a lo largo de nuestra vida constituyen el orden biológico o Cosmogenético. Creo que con eso basta. Lo demás por añadidura vendrá. Y por ello, SI ES NECESARIO ser CONSCIENTE, si se necesita tener grados de conciencia ulteriores para innovar nuestro servicio a nosotros mismos y a los otros. De esta manera el servicio será siempre de un creciente nivel de excelencia. Getuls Dr. José Luis Díaz De León Álvarez.